Capítulo 7.
Asylum Sesión Zero.
Con cada decisión se forma un mundo, si el mundo pudiera renacer a tú imagen, ¿sería el paraíso o la perdición?.
Estas palabras han calado hondo en mí a la hora de crear historias, tantas posibilidades, tantos mundos, tantos caminos formados a partir de decisiones. Llamenlos puntos nodales, nexos, eventos canónicos o encrucijadas del destino, siempre lo cambian todo.
Entonces acompañenme en estas "visiones" de lo que ha sido, puede ser y pudo ser en el mundo de Amphibia.
Un hombre de mediana edad caminaba por el centro de la ciudad de los Angeles, cuando después de un rato y a menos de una cuadra de distancia pudo divisar un gran edificio de color blanco, en cuya entrada anunciaba: Instituro de Salud Mental de Long Beach C.A.
Saco luego de entre sus cosas una especie de reloj de bolsillo, no era de oro o una imitación de este material como se supondría, sino de plata pura, incluso a simple vista se podría decir que estaba muy bien cuidado.
-Uhm las nueve y media, había programado la cita para las diez, así que estoy a buen tiempo- dijo con cierta satisfacción.
Para aquel hombre en su línea de trabajo, su mayor premisa era escribir sobre personas; historias tanto coloridas como horridas, inspiradoras como trágicas, extrañas así como divertidas, de todo se podría encontrar uno al conocer tanto tipos de gente.
Ese día en particular se dirigía a aquel sanatorio mental del estado californiano para tener una entrevista algo particular.
Se trataba del caso de: "La niña de la Calamidad", así la habían apodado a la joven y desdichada Marcy Regina Wu y su extraño y triste caso.
Lo que en un principio pudo pasar como una travesura de adolescentes o un claro acto de delincuencia juvenil cuyas consecuencias hubieran sido una multa y seguramente varias semanas de Servicio Comunitario, lamentablemente tuvo un desenlace más amargo.
Aquel día en que la señorita Anne Savisa Boonchuy una de las amigas de Marcy Wu, cumplía precisamente trece años, fue convencida junto con otra de sus amigas, Sasha Elizabeth Waybright. De robar de una tienda de empeños y segunda mano una singular caja musical con temática de ranas y tres gemas incrustadas en la parte superior.
Y de las cuales la dueña de la tienda nunca pudo comprobar si eran reales o de imitación por lo raro de su composición según le había dicho un joyero hacía años.
El asunto es que después de haber robado aquella singular caja musical, a las tres chicas se les perdió por completo el rastro, de un día para otro cualquier indicio de su paradero fue un verdadero enigma.
Como luego leyó en los registros policiales fueron los Boonchuy los primeros en reportar la desaparición de su hija, ya les había alarmado el hecho de que se tardara horas en llegar a su propio cumpleaños.
Y fue peor cuando pasaron las primeras veinticuatro horas de su desaparición.
En una especie de folder y adjunto a los documentos del caso tomo y observo una foto que le provocaría a cualquiera un nudo en la garganta, ahí podía apreciar la imagen de una madre devastada, cubriendosé la cara con las palmas por el llanto, sentada en el sillón de lo que se supondría era la sala. Varios adornos y bocadillos ahora algo pasados y rodeados por las moscas, así como un pastel que parecía "doblado" como queriendo caerse en cualquier momento y como "cereza en el pastel" en la parte superior de la imagen un cartel que decía: Feliz Cumpleaños 13 Anne.
En cuanto lo que averiguó de Marcy y Sasha respectivamente, fue que los Wu se estarían mudando próximamente a otro estado ya que el padre de la chica había sido ascendido en su trabajo y requería que fuera a otra sucursal de su empresa.
Esto había provocado un pequeño altercado entre ellos y su hija había salido en un punto de la discusión corriendo entre lágrimas y diciendo: "Ustedes arruinan mi vida".
En aquel momento para el señor y la señora Wu aquello no fue más que un berrinche de su hija adolescente. Ya se le pasaría, pensaron ellos.
Nunca se imaginaron como las cosas se torcerían a futuro. Si tan solo la hubieran seguido, tratar de escucharla y porque se negaba a irse a otro lugar con ellos.
Unas cuantas palabras de comprensión y empatía, ¿Habrían cambiado las cosas para bien?, probablemente sí, sin embargo ya era demasiado tarde para eso.
En cuanto a la chica Waybright sus padres estaban divorciados desde hacía algunos años compartiendo su custodia. Con su madre de lunes a viernes y con su padre los fines de semana. Nada raro en una situación como esa.
Sin embargo cabía destacar que la chica tenía cierto historial de meterse constantemente en problemas, incluso actos vandálicos como hacer grafitti.
-Vaya con estos humanos, que seguía ¿robar autos, nadar con vagabundos?, ¿que la encontrarán fumando hierba detrás de las gradas o chupandosela al quarterback del equipo de fútbol en los vestidores de la escuela?
Se llevó los dedos a las sienes aquel hombre y comenzó a masajear su cabeza, ante tales conjeturas.
Aunque había una curiosa dualidad con esa chica y es que pese a todo no era una mal estudiante en cuanto a lo académico y es que su historial ponía que era una estudiante que sacaba generalmente ochos en sus materias (B o B plus en el sistema inglés), además de ser capitana en el club de porristas.
-No es algo cliché para una chica rubia- pensó aquel hombre.
Pero en fin y si bien Sasha Waybright solía llegar algo tarde a su casa la mayoría de las veces. También siempre se mantenía activa en sus redes y constestaba a sus mensajes o llamadas de sus padres.
Así que su madre contacto a la policía también cuando no tuvo ninguna noticia de su hija tras varias horas y peor aún cuando no pudo contactar con sus amigas más cercanas, Anne y Marcy.
Ya se imaginarán como se sintió cuando contacto a los padres de las chicas y supo que estas habían desaparecido también.
Fue entonces que cada pieza comenzó a embonar, el que Anne y Sasha se saltarán las clases desde la mañana, las camáras de un arcade y una tienda de smoothies que confirmaron la presencia de aquellas dos chicas en esos lugares.
La confirmación del robo de una caja de música y que afortunadamente la camára de un local cercano pudo registrar a las tres chicas juntas y revisando el botín que Anne Boonchuy había guardado en su mochila.
Y luego llegaba la parte donde la historia se torcía aún más y se llenaba de una clara incertidumbre sobre todo para las familias de las chicas.
Pues después de esos eventos ya no se supo más de ellas, era como si la tierra se las hubiera tragado. Muchas conjeturas o hipotésis se hicieron en su momento, una de las más sonadas era que lo más probable fuera que las chicas hallan decidido escapar juntas de casa y para ello necesitaban algo de dinero razón por la cuál robaron aquella caja musical con gemas.
Pero también surgía la duda de porque si una de ellas, Sasha Waybright era la mejor acomodada económicamente, ¿porque esta no uso el dinero de sus padres?, fácilmente podía tener acceso a un par de tarjetas de crédito antes de que le pudieran seguir el rastro.
¿O es que el no tomar el dinero de sus padres fue un acto más de rebeldía, junto con el huir de casa?
¿Fue Marcy quién las incito a fugarse para que no las separarán, por causa de su mudanza a otro estado?
¿Acaso se trataba de un caso de padres asiáticos sobreexigentes? Y tanto Anne como Marcy quisieron alejarse de eso, de expectativas muy grandes e involucraron también a Sasha de paso.
¿Se habían unido a un culto o secta?
¿Habían acordado un pacto suicida?
Estas y más conjeturas se hicieron a lo largo de los días, semanas y meses que las chicas desaparecieron.
Y entonces fue que ocurrió... Después de casi medio año, se tuvieron noticias concretas de ellas.
O de al menos de una de las chicas, pues Marcy Regina Wu fue encontrada merodeando un parque infantil (curiosamente el mismo que frecuentaban el trío de chicas desde que eran unas niñas), con ropas andrajosas, mezcla de su uniforme escolar y lo que parecían piezas de metal y cuero que emulaban una especie de atuendo medieval.
Luego no tardaron en encontrar a Anne y Sasha... Bueno al menos sus cuerpos, a Anne la encontraron debajo de un puente y a Sasha flotando en un arroyuelo que daba a las alcantarillas.
Presentaban múltiples marcas de puñaladas en el pecho y algunas quemaduras en piernas, brazos y parte del rostro.
Los exámenes forenses revelaron que solo llevaban un par de días muertas.
El llanto, la tragedia y la desesperación se hicieron presentes en las tres familias. Pero sobre todo el remordimiento, ¿en que se equivocaron?, ¿no estuvieron lo suficientemente atentos a lo que hacían sus hijas?, ¿pudieron haber hecho algo más para evitar semejante desenlace?
Y por si fuera poco cuando los doctores y autoridades buscaron respuestas en la única superviviente se dieron cuenta que algo estaba mal con ella.
Hablaba sobre portales a otros mundos, aventuras en una tierra donde las ranas y otros anfibios hablan y más que nada de las Gemas de la Calamidad y la Caja Musical que las contenía.
Ella decía que se había cometido un grave error y que ahora un gran mal acechaba e infectaba todos los mundos y que este no era el primero. Además aseguraba que sus amigas seguían vivas, atrapadas en el mundo que ella llamaba: Amphibia.
"Muñecas sin alma", así se refería a los cuerpos que habían encontrado. Decía que todo era un treta del verdadero enemigo, que debían de escucharla.
Los especialistas determinaron que Marcy Wu había creado todo un mundo y una historia con ella y sus amigas de protagonistas, como una especie de mecanismo de defensa para evadir la terrible realidad.
Y los medios sensacionalistas no fueron más piadosos con ella, terminaron apodandola: "La niña de la Calamidad".
Tanto por las cosas que hablaba acerca de las Gemas y su caja como por la tragedia que le había acontecido a ella y sus amigas.
Para sus padres todo ese asunto fue como una estocada doble, pues cuando creyeron haber recuperado a su hija, esta se volvió a ir de sus brazos.
Ahora internada en un hospital psiquiátrico, con su mente enajenada en un mundo fantástico que no existía y siendo la única persona que podía contar la verdad de lo que le pasó a sus amigas y a ella en esos días; estaba ahora loca.
Termino de leer y guardar los archivos del caso cuando una enfermera de unos cuarenta años se dirigió a él en la sala de espera.
Indicandole que todo estaba listo para su entrevista, llegaron a lo que parecía ser el área de visitas y pudo divisar no muy lejos sentada en una de las mesas, a aquella jovencita de pelo negro y cuyo caso había captado fuertemente su interés desde hacía días.
-Hola Marcy, quizás ya te hablaron de mí, he venido el día de hoy para entrevistarte, soy el señor Isaac, Isaac Hojasombría- dijo amablemente.
-¿Ah sí?- respondió secamente la chica taiwanesa.
El señor Isaac pudo notar pronto que la mirada de la chica había perdido todo su brillo, como si su alma estuviera apagada, por así decirlo.
La verdad para Marcy todo esto le era indiferente no era la primera vez que alguien venía a entrevistarla o un médico a analizarla. Entre más rápido terminaran este asunto cuanto mejor para ella.
Al notar su aprensión y falta de interés, aquel hombre saco de entre sus cosas lo que parecía un bote pequeño de helado y se lo puso frente a ella con una cuchara desechable arriba de la tapa.
-Me dijeron que la chochomenta es tu sabor favorito, espero que tengas apetito- dijo el señor Isaac.
Marcy entre desconfiada y ansiosa por probar algo rico, abrió con cuidado el recipiente y comenzó a dar pequeños bocados. La verdad agradecía aquel gesto, y no es que la tuvieran mal alimentada en el Hospital Psiquiátrico, sino que la comida pese a ser nutritiva era muchas veces insípida.
Mientras Marcy comía aquel postre helado y asegurandose de que la enfermera que lo acompaño se hubiese retirado, Isaac cambió su semblante amable a uno estoico. Saco una especie de grabadora y dirigiendose a la chica pelinegra dijo:
-Te creo Marcy Wu.
Fue entonces que la chica dejo caer su cuchara y mancho con un poco de helado su vestimenta del psiquiátrico de dos piezas, que para colmo era de color blanco, notandose todavía más cualquier suciedad.
Pero dejando eso de lado, era acaso verdad lo que sus oídos escuchaban, después de estar encerrada por tres meses en ese lugar, (si sus cuentas no le fallaban), podía permitirse tener aunque sea algo de esperanza, que alguien por fin se dignara a escucharla, a escuchar su verdad.
Notó entonces la curiosa vestimenta de su interlocutor, parecía sacado de una historia de la época victoriana, sus facciones eran de alguien en sus treinta y de buenos modales. Notó además la heterocromía de sus ojos, el derecho era de color azul y el izquierdo de color rojo.
-¿Quién es usted?- inquirió Marcy con algo de nerviosismo.
-Un amigo se podría decir y he venido con la encomienda de ayudarte pequeña- dijo de una forma paternal.
Marcy entonces notó por una fracción de segundo como la sombra de aquel sujeto tomaba la forma de un cuervo.
-Oh carajo, será que los medicamentos están dejando de surtir efecto- se preguntó mientras se restregaba los ojos.
Sin duda los días inusuales estaban lejos de terminar para ella.
Pobre Marcy parece que no puede tener un respiro de sus aventuras o mejor dicho desventuras.
Bueno para este capítulo decidí probar con algo nuevo, usando el tema de investigación criminal y psicológico.
Así como también la aparición de uno de mis personajes originales de mis fics más viejos, Isaac.
Sin más que decir tengan un buen día.
