En el capítulo anterior.

-¡Me retiro! ¡Gracias de nuevo!-Tan rápido como llegó se fue.

-¡E-Espera! ¡Te equivocas! ¡W-Welf no es mi...!-Ella salió de la tienda intentando perseguirlo pero él ya había tomado una distancia considerable y no era capaz de alcanzarlo.

Los miembros de su familia la miraron y, completamente avergonzada, regresó lentamente a su habitación.

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En el capítulo actual.

Aquel muchacho peliblanco, el cual ha llamado demasiado la atención en los últimos días, caminaba por las calles sosteniendo dos objetos puntiagudos de metal en cada mano. Su expresión se asemejaba a la de un infante que acaba de obtener un nuevo juguete y estaba deseoso de probarlo.

"¡Son geniales! ¿Me veré muy infantil si las nombro? No, creo que es normal... ¿Verdad? Pero... ¿Cómo les pongo? Amigos lectores, ayúdenme" Se dijo en su subconsciente para después mirar instintivamente a la cámara y guiñando el ojo.

Aceleraba su andar entre más se imaginaba a sí mismo luchando con las espadas y derrotando a los monstruos.

Hasta que recordó una promesa que hizo la noche anterior...

-Espera... ¡LE PROMETÍ A AIRMID QUE IRÍA A SU SEDE PARA VISITARLA!-Frenó de golpe, desgastando la suela de sus botas por la fricción entre ellas y el suelo rocoso.

Por ese grito proveniente de la nada en un momento de calma en los habitantes de la ciudad se ganó varias miradas.

Él se avergonzó por la atención completa a su persona.

-Debo regular mis emociones...-Murmuró, abrazado sus espadas y caminando de espaldas para luego correr a máxima velocidad hacia la sede de la familia Dian Cecht.

Tras de sí dejó interrogante de los habitantes de Orario.

-¿Airmid? ¿No se refiere a "Dea Saint"?-Algunos civiles se preguntaron entre sí.

-¡Sí! ¡Ahora que lo mencionan los vi juntos en los baños de aguas termales hace unos días!-Un extraño confirmó la sospecha de los demás.

-No me digas que él... Con una de las bellezas de Orario...-Un aventurero veía a lo lejos al peliblanco, sintiendo cierta admiración por su persona.

Los hombres junto a él levantaron su puño a media altura en señal de respeto.

¿Celos? En lo absoluto. Alguien que haya realizado tan increíble proeza merece todo el reconocimiento del mundo. Mira que enamorar a una de las "Hermosas Chicas" de la ciudad.

En fin, continuando con nuestro conejo protagonista...

Él se dirigió a donde su amada residía trabajando. El anochecer se acercaba, claro que era su culpa por no medir el tiempo de conversación que pasó junto q las camareras de "La señora de la abundancia". Aunque a este punto ¿Qué se le podía hacer?.

Los humos elevados debido a su nuevo armamento se disiparon.

Se aproximó a la puerta, empujándola sin mucha fuerza.

Al adentrarse a aquel sitio se sorprendió por la cantidad de gente que se hallaba en la sala de espera y pasillos.

Para él, quien no ha venido de visita a altas horas de la noche, le extrañaba el flujo de la multitud. Pero, para la pobre peliplateada que salía de un cuarto con claras ojeras y dolor de cabeza, era el pan de cada día.

Ella avanzó unos cuantos metros, se posicionó en la recepción, sentándose, o mejor dicho, desparramándose en su silla y soltando un largo suspiro, reflejando el cansancio que la abordaba.

-Ammm ¿Airmid?-Una voz enfrente suyo la nombró.

La chica levantó su cabeza e hicieron contacto visual.

-Hola Bell... Llegas un poco tarde ¿No crees?-Le preguntó, reflejando cierto enojo, sin embargo, la fatiga disfrazaba el sentimiento antes mencionado.

Él se acercó a ella.

-Perdón. No me percaté del pasar de las horas-Le respondió.

Airmid solamente negó.

-No importa, conociéndote, ha de haber sido algo importante... Al menos para ti-Opinó, con una ligera sonrisa.

El corazón de Bell dolió al verla en ese estado.

-Sé que no tengo el derecho a criticarte ni nada ya que hago lo mismo, no obstante quiero preguntarte... ¿No te estás sobreexigiendo?-Preguntó el peliblanco a la peliplateada.

La sanadora inhaló un poco de aire.

-Probablemente pero no puedo permitir que aventureros fallezcan por una excusa tan vaga como el estar agotada. Además, estoy acostumbrada, verte recarga mis pilas-Se puso de pie con las energías renovadas y recuperando el color habitual de su piel.

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Lo abrazó rápidamente.

-Solo necesitaba esto-Murmuró, pegando su mejilla al pecho de su amado.

-Me es grato saber que te ayudo-Contestó el joven, dejándose abrazar y devolviendo el gesto al envolverla con sus brazos.

-¡Airmid! ¡Deja de coquetear! ¡Hay un paciente en la sala 4!-Gritó cierto dios anciano de cabellera y barba color blanco.

La muchacha lo volteó a ver con sus ojos morados casi apagados.

-¡Ighhhhhh! ¡No te preocupes! ¡Otro se encargará!-Dian se fue de ahí tras la breve interrupción.

-N-Noto que Dian-Sama te respeta. Me alegra... Supongo-Opinó Bell mientras una gota de sudor bajaba por su frente.

"Nota mental, no provocar el enojo de Airmid. No estoy listo para enfrentar esa batalla y definitivamente saldré perdiendo" Se aconsejó dentro de su cabeza, sin soltar a la sanadora.

-Tch. Debo regresar. Le pediré un aumento cuando la jornada finalice-Comentó Airmid, separándose del muchacho.

-El deber te llama. No intervendré. ¿Nos vemos mañana?-Preguntó el conejo.

-Me gustaría mucho pero es imposible. Mañana da inicio la Monsterphilia a primera hora de la mañana hasta el atardecer. Probablemente se presentaran más pacientes que hoy, lo lamento-Se disculpó la sanadora un tanto decaída.

-No hay problema alguno. Muy buena suerte mañana-Él le levantó el mentón para enseñarle que no tiene sentido que se entristezca.

-Fufufu, deja que recargue mi energía de nuevo-Pidió la peliplateada, abrazándolo nuevamente ante la vista de todos.

Ya no era un secreto la relación que ambos sostenían desde un tiempo atrás. Incluso los compañeros de familia de Airmid le han preguntado el por qué lo eligió teniendo en cuenta los cientos, si no miles, de aventureros que se le han propuesto y ella siempre contesta de forma pícara que es un secreto, dejándolos con la incógnita.

Oír los latidos de su novio tranquilizaba su corazón y alma.

Ella alzó a cabeza, quedando debajo de la de él.

-Aquí es donde haces lo tuyo-Le susurró.

-¡Entendido!-Bell contestó como si de una orden se hubiese tratado.

Mua

Un corto y dulce beso se realizó a la vista del público, casi como si Airmid quisiera demostrar propiedad.

Los labios se separaron al pasar de unos 5 segundos.

Los pacientes, médicos y otros presentes se sonrojaron, unos cuantos simplemente ignoraron lo que transcurrió a cercanías de su posición.

-Sabe a manzana-Expresó la peliplateada con una tierna risita mientras posaba la yema de los dedos encima de sus labios.

-Es que comí una antes de venir-Contestó el chico, desviando la mirada.

"No es mentira, me la regaló Ryuu" Se justificó.

-De acuerdo. Entonces, nos vemos en otro día. Le pediré a Dian-Sama que me regale un día libre este fin de semana. Podemos salir juntos a donde quieras llevarme-Comunicó Airmid, alejándose de él un par de pasos.

-Tenemos una cita, hasta entonces sigue esforzándote como siempre-Respondió Bell.

-Y tú intenta no meterte en problemas-Le sugirió/reclamó la sanadora, antes de irse.

-Está bien-Contestó despreocupado.

La chica se acercó a él.

-No te metas en embrollos ¿Entendiste?-Insistió con un tono amenazante.

-Sí, te escuché la primera vez-La falta de importancia que infundía en su contestación molestaba a la peliplateada.

-No me convence pero ¿Qué se le va hacer?-Se rindió, yéndose a donde se le requería y dejando confundido a su amado por la insistencia en aquella advertencia de antes.

-¿Qué mosco le picó? No me metería en problemas... No intencionalmente al menos-Se dijo mientras ladeaba la cabeza.

Y así fue como la corta interacción entre los dos finalizó.

-Humm ¿Monsterphilia? Suena interesante-Se dijo el peliblanco antes de abandonar la sede y retomar el camino al Orfanato donde vivía, su hogar.

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A la mañana siguiente.

*¡SLASH!*

-¡Va uno!-Dijo el peliblanco al rebanar a un goblin por la mitad.

*¡PUM!*

Mientras otro se aproximada a su posición lo pateó ferozmente, tomando distancia de él.

*¡SLASH!*

Impulsándose con el suelo y doblando su pierna derecha, acortó la separación entre ambos y lo decapitó.

-Con ese son 2-Susurró. Intentaba llevar la cuenta para recoger las piedras mágicas después de acabarlos.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Un grupo de Kobold se unieron a los pequeños goblin para evitar un número de bajas mayor pero poco o nada servía ya que terminaron sufriendo el mismo destino que sus predecesores.

-¡TRES, CUATRO Y CINCO!-Gritó al infundir fuerza en su brazo derecho para que su espada cruzara por los tres cuerpos y cortara lo que sea que se interponga en su camino.

Un mar de sangre impregnó de un color vino el piso de los alrededores.

Alguien con la fuerza de Bell puede recorrer los pisos superiores sin problema alguno y, por su puesto, no era necesario utilizar alguna de sus dos habilidades contra rivales tan débiles aunando a que no desea la furia del calabozo como consecuencia de la activación de una de ellas, mucho menos ahora que está completamente solo en esta pequeña travesía dentro del calabozo.

*Croac Croac*

El cantar de un sapo llamó su atención.

Al voltear vio a cercanías de su rostro una cosa viscosa y rosada aproximándose a él a alta velocidad.

En una demostración de reflejos logró esquivarla y agarrarla con su mano libre.

*¡SLASH!*

Cortó lo que se asemejaba a la punta de una lengua, zona que poseía un agente viscoso que se adhería fácilmente a cualquier superficie, y el resto la jaló con fuerza para que el monstruo fuera atraído junto a ella.

-Y... ¡SEIS!-Grito tan pronto tuvo al Frog Shooter al rango de su espada.

*¡SLASH!*

Lo partió a la mitad y tras del monstruo únicamente quedó un rastro de sangre y una piedra mágica de tamaño normal si se compara con las que los Kobold y Goblin dejaron.

*¡PUM!*

Estrelló el cráneo de un dungeon Lizzard que intentó atacarlo por la espalda.

*¡SLASH!*

Enterró su arma en el corazón del reptil.

-Siete...-El conteo continuaba.

Se giró, pegando la espalda a la pared y media decena de War Shadow se acercaron, rodeándolo.

Las garras largas de estos monstruos representaban un riesgo mayor que los antes derrotados pero nada que nuestro héroe no pueda controlar.

*¡CLANG!*

Atacó el primero de ellos. Bell bloqueó el corte con su arma mientras que, haciendo uso de su otra mano, desenfundaba la segunda.

Así es, pelearía con ambas.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡CLANG!*

Dio varios cortes y bloqueó otros cuantos en su afán de tomar terreno libre, evitando verse arrinconado.

*¡SLASH!*

Las garras del primer War Shadow se rompieron, dejándolas en el piso como una especie de botín.

Enterró la espada en la garganta de la bestia antes mencionada y la bajó con fuerza, dividiendo la sección de su cuerpo en dos pedazos idénticos pero contrarios.

*¡PUM!*

Le metió un puñetazo en la mandíbula al siguiente, escuchando un crujido seguido de este acto.

*¡SLASH!*

Lo rebanó desde la cintura, dejando dos partes, una inferior y otra superior.

-Son nueve con este y el anterior-Se dijo ligeramente agitado.

Quedaban tres rivales más.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Segmentó en tres trozos al siguiente War Shadow, quien desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Los siguientes dos se percataron de lo tonta que fue su decisión al enfrentarse a ese conejo blanco con los ojos inyectados en sangre.

*¡SLASH!*

Uno de ellos, sin tiempo de reaccionar, tenía una de las espadas enterradas en el costado derecho del cráneo.

-¡Diez y once!-Gritó el aventurero, corriendo a él.

Se dirigió hacia el monstruo que poseía el arma que empleó como proyectil.

La sacó de donde residía al agarrarla del mango y empujar el cuerpo del War Shadow de una patada.

-Y esto es mío-Avisó al tenerla ya en su mano.

Gracias a el impulso tomado se elevó unos cuantos centímetros en el aire y apuntó sus Armas al último War Shadow.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Ambas se clavaron en el abdomen del monstruo y desapareció.

-Y doce...-Limpió su sudor con el antebrazo de su camisa.

Se aseguró de que no hubiese ningún monstruo a la redonda y enfundó las espadas en su cintura, una en cada costado. No sin antes quitar la sangre pegada a las hojas con sus guantes.

Caminó, agachándose unos instantes a recoger las piedras mágicas.

-En la oleada de ahora fueron doce piedras mágicas. Siete menos que en la anterior aunque en esa ocasión aparecieron War Shadow-Dijo como retroalimentación, guardando los objetos en la mochila. Sobra decir que se encontraba a rebosar.

-Veintiséis monstruos cuando comencé hace una hora. Después veintidós. Luego diecinueve y por último doce-Repitió.

Sí, en total a acabado con setenta y nueve monstruos en una hora. Un récord para cualquier aventurero, sin embargo, tenemos que tomar en cuenta que casi nadie se dedica a matar a los monstruos en los primeros pisos, prefieren avanzar.

Se fijó en el terreno donde ha luchado el tiempo antes mencionado, observando la sangre y rocas regadas.

-Tal vez me excedí...-Opinó.

Vio el camino adelante y consideró ir más abajo.

-No... Le prometí a Airmid que no me metería en problemas. Aparte quiero descansar-Dialogó consigo mismo.

*Grrr*

Un gruñido lo alertó.

¿Un monstruo? No.

¿Un temblor? Tampoco.

¿El calabozo mandando a una lagartija esqueleto asesina de aventureros? Menos.

El temible gruñido provino... Del estómago del conejo.

-Ugh... Muero de hambre-Dijo, sujetando su abdomen.

El cansancio acumulado lo golpeó y los efectos consecuentes de él se sintieron en cada fibra muscular.

Es increíble el cuerpo humano, si no se da cuenta de alguna afección no le da importancia y finge encontrarse bien hasta que es insostenible dicho estado.

"Debo dejar de saltarme el desayuno" Se aconsejó, retirándose de ahí.

Como consecuencia de matar a diestra y siniestra cada cosa que aparecía durante la última hora, en ese momento no nacía absolutamente nada de las paredes, ni un microorganismo.

Superó la habilidad y velocidad de spawnear monstruos que el calabozo posee y sin hacer uso de sus habilidades.

Notó un aspecto que le interesó en demasía tras su jornada.

"¿Por qué no hay aventureros?" Se cuestionó.

Durante el tiempo de batalla que pasó no se presentó ni un aventurero o soporte.

Al ver la luz al final del camino su duda se resolvió.

-¡Prepara las jaulas!-Ordenó un hombre, al parecer de la familia Ganesha.

-¡En eso estoy! ¡Oye tú! ¡Lleva a los obsidian soldier hasta el coliseo! ¡Fue un gran problema atraparlos!-El griterío estaba a la orden del día.

Instrucciones por aquí.

Instrucciones por allá.

Monstruos en jaulas y encadenados.

Había algunas especies que el muchacho nunca vio hasta ese instante.

-La Monsterphilia...-Recordó lo dicho por Airmid la noche anterior.

*Grrrr*

-Ay... No hay tiempo para pensar en ello. Si no como me recogerán como costal de papas al no poder moverme-Caminó a ritmo acelero en busca de un puesto de comida o, si si la suerte le sonreía, un restaurante.

Se maravilló por la cantidad de comida a cercanías del calabozo, solo existía un pequeño, minúsculo e innecesario detalle... ¡NINGUNO HA ABIERTO!.

Y si fuera poco, no ha cambiado las piedras mágicas en el gremio por su desesperación de ingerir alimentos.

"Me veo tentado a masticar una" Pensó con baba saliendo de su boca al mirar fijamente su mochila llena de cristales morados.

-¿Bell?-Una voz femenina lo llamó, sacándolo de su transe y evitando que tomara una decisión estúpida.

-¿Shakti...?-En efecto, la mujer que mencionó el nombre de nuestro conejo protagonista fue la capitana de la familia Ganesha, Shakti Varma.

-¿Qué haces aquí? No creí que participarías en la Monsterphilia aunque lamento informarte que aún no da inicio y... ¿Por qué parece que estás apunto de morir?-Le preguntó un tanto extrañada.

-Porque entre la tarde de ayer y hoy solo una manzana se encuentra dentro de mi estómago-Informó como si eso fuese común en su día a día.

La peliazul lo miró.

Negó con la cabeza y sonrió.

-Ven, iremos a comer-Le comunicó, acercándose a él.

-Deja de saltarte las comidas. Estás demasiado delgado-Aconsejó Shakti, haciendo uso de su hombro para apoyarlo y así no se desmayara.

-¿No te ha sucedido que por la emoción olvides cosas sencillas y vitales? Pues exactamente eso me pasó jeje...-El muchacho se burló de su situación.

-A veces olvido que eres un niño-Expresó la capitana de la familia Ganesha con una pizca de diversión por aquel comentario.

Y el par se alejó, dirigiéndose a un establecimiento de comida.

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Minutos después.

-¡Mmmmm! ¡Delishiosho! ¡Eshtá muy rica la comida!-Opinó el conejo mientras llenaba su boca con grandes cantidades de comida y masticaba a un ritmo acelerado, pasándolo por su garganta.

Sentada frente a él se hallaba su acompañante.

-Viéndote así te asemejas más a una ardilla que a un conejo-Shakti lanzó un comentario disfrazado de chiste.

Bell se apresuró a tragar la comida antes de contestarle.

*Glup*

El bolo alimenticio bajó por la garganta hasta caer al estómago.

Limpió su boca con una servilleta y habló.

-A este punto no sé cuál de ellos es mejor-Respondió, siguiendo la broma.

-Prefiero a los conejos-La peliazul dio su punto de vista.

-¿Are?-Él se sonrojó.

-¡N-No me malentiendas! Me refiero a los animales, no a ti-La mujer negó con las manos y cabeza cuando cayó en cuenta de que su comentario podía malinterpretarse.

-¡S-Sí! No te preocupes. Tampoco es como si esa idea haya cruzado por mi mente-Bell, quien lo entendió de la forma incorrecta, le cedió la razón e ignoró ese pensamiento.

Un silencio incómodo los abordó.

-Jajaja... Me he dado cuenta de que a pesar de ser la primera persona que conocí en Orario casi no sé nada de usted, señorita Shakti-El muchacho intentó romper el hielo entre ellos.

-No se ha presentado la oportunidad. Tu vida en la ciudad está repleta de aventuras pero no de tiempo libre. Por eso me sorprende verte sin nada que hacer, es raro en ti ya que siempre estás activo y lleno de energía-La peliazul siguió con el tema propuesto por Bell.

-Quise tomarme un descanso. Como mencionaste, he estado de un lado para otro sin descanso alguno. Disfrutar la tranquilidad de un día soleado o de la brisa impactando en mi rostro y cabello es necesario en ocasiones-Respondió el chico.

-Respecto a ese tema... Escuché sobre lo acontecido en Rivira ¿Te sientes bien?-Le preguntó Shakti.

-Sí. Mi brazo fue herido de gravedad durante la batalla contra el Goliath pero ya lo curaron y ni una cicatriz quedó como rastro de su lesión-El joven enrolló la manga de su camisa, enseñándoselo como prueba.

-Ya veo... Es un alivio-Exhaló la mujer.

-Por cierto señorita Shakti ¿Su familia es la encargada del Monsterphilia? De ser así ¿No estoy interrumpiendo con sus actividades?-El peliblanco quiso indagar en el tema. En caso de estar en lo correcto dejaría de quitarle el tiempo a la peliazul.

-Sí, la familia Ganesha se encarga del evento ya que muchos de nosotros somos domadores y se nos facilita la recolección de monstruos. Respondiendo a la segunda interrogante... No, no interrumpes en nada. Mi responsabilidad era la recolección. Aparte, tú mismo lo dijiste, a veces debemos disfrutar la tranquilidad. Un bien escaso en la actualidad-La mujer contestó relajadamente, haciendo círculos con su dedo en la mesa.

Se le veía... ¿Cansada? ¿Melancólica?. Es complicado asignarle un sentimiento.

Bell quiso cambiar ese estado de ánimo.

-Permíteme unos minutos, hay algo que me gustaría comprar-Pidió paciencia el conejo mientras se levantaba de su asiento y caminaba a uno de los puestos instalados a unos metros.

-¡No te vayas!-Le dijo a la distancia al alejarse.

La capitana de la familia Ganesha lo miraba trotando de espaldas, sorprendió por el cambio tan repentino.

-Fufufu-Se rió.

-Ah... Ver tal inocencia en él y observar la forma en la que se maravilla cuando se topa cosas nuevas me hace feliz-Externó, sonriendo con rubor en sus mejillas.

-En verdad es idéntico a ti... Ardi-Adicionó.

"Shakti ¿Quieres?" La voz de su hermana fue percibida por ella.

Por un breve instante la tuvo junto a su rostro.

Cerró sus ojos y los frotó. Creyó que su vista le estaba pasando una mala jugada.

Al abrirlos nuevamente se topó con la realidad.

-Shakti ¿Si quieres?-Bell fue quien dijo lo de antes, masticando un alimento redondo envuelto en una bolsa de papel.

-¿Ah? S-Sí-Asintió.

-Aquí tiene señorita Shakti, un Jagamarukun. He escuchado por parte de los niños del orfanato que es un alimento delicioso aunque nutricionalmente hablando la cosa cambia-Dijo Bell, extendiendo su mano para que la hermosa mujer de cabello azul tomara la pequeña bolsa con la croqueta de papa.

Ella la agarró, sintiéndose avergonzada por confundir a Ardi y Bell.

Él se sentó enfrente suyo nuevamente.

Le echó una mirada, dando a entender que lo probara.

No era la primera vez que Shakti veía esa comida. Si tuviera que elegir un alimento característico y común en todo Orario sin duda elegiría el Jagamarukun. Sin embargo... Entre conocerlo y comerlo hay cierta diferencia.

"A pesar de ser la comida favorita de Ardi, nunca lo probé. Siempre le dije que comer tantas de estas cosas era perjudicial para su salud" Pensó, abriendo su boca para darle una mordida.

Tan pronto su lengua entró en contacto con la textura porosa el vapor de la croqueta, sus ojos se iluminaron.

-Esh delishiosho...-Admitió realmente anonadada mientras vapor salía de su boca y del Jagamarukun.

-¡Ujum! ¡Ujum!-El joven asintió en reiteradas ocasiones, afirmando lo dicho por su acompañante.

Shakti, ni corta ni perezosa, le dio una mordida más.

Y luego otra.

Después otra.

Casi seguidas, sin interesarle en lo más mínimo que esa cosa desprendiera vapor por la alta temperatura que poseía.

Y así continuó hasta que se lo terminó, dejando la bolsa de papel manchada de aceite.

-No puedo dar crédito a tan delicioso alimento... ¿Cómo es posible que lo ignorara durante tantos años?-Se preguntó, sumergida en sus pensamientos.

-Hay detalles pequeños en nuestras vidas de los cuales no nos percatamos o no les damos el interés requerido. No obstante, para eso están los demás. Enseñándote placeres que no conocías o no imaginabas que existiesen. Me hace feliz saber que conseguí mi cometido-Respondió Bell, sonriéndole dulcemente.

El corazón de la humana saltó de repente.

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-Si, supongo que tienes razón-Contestó.

-Estoy segura de que tú y mi hermana se hubiesen convertido en buenos amigos si se conocían. Te pareces mucho a ella-Expresó, demostrando cierta melancolía.

-¿En serio? ¡Entonces me gustaría que me la presentaras! Seguramente es buena persona como usted, señorita Shakti-Dijo el chico, emocionado y levantándose de su asiento.

-Eso... Será imposible. Falleció años atrás...-Reveló la capitana de la familia Ganesha.

Los ánimos se disiparon dentro de peliblanco.

-Oh... P-Perdóname, no lo sabía... No fue mi intención-Se sentó cabizbajo. Se arrepentía por tocar un tema sensible a pesar de no poseer conocimiento de aquello.

-No te preocupes ¿Si? Es imposible que lo supieras. Asimismo, el relacionarme contigo me permite recordarla con cariño-Shakti acarició delicadamente la mejilla enrojecida de Bell.

-S-Señorita Shakti. E-Es un poco...-Intentó quejarse pero, al verla feliz y completamente calmada al pasar los dedos en su rostro, decidió dejarlo pasar.

El transcurrir de los segundos resultaba en una pena progresiva dentro del par que se dirigió a un punto en el que la peliazul, percatándose de lo extraño que era el mimarlo sin motivo aparente, detuvo lo que estaba haciendo.

-M-Me disculpo. No debí tocarte sin tu permiso-Retiró la mano, evitando el contacto visual.

-No me molestó en lo absoluto. Verla feliz causó cierto revuelo en mi corazón. Lo dije días atrás, una mujer saca a relucir su belleza al sonreír y vaya que ese es el caso con usted, señorita Shakti-Bell contestó, despreocupándola a pesar de que algunos comentarios sobraban en la respuesta.

-¿Me podría contar sobre ella?-Preguntó.

-¿Qué...?-Shakti abrió sus ojos de sobremanera.

-Si puede contarme cómo era su hermana. C-Claro, si no lo desea evitaré indagar e insistir en ello-Repitió su pregunta, evitando forzarla a responder.

-Su nombre era Ardi...-Fue lo primero que la peliazul mencionó.

-Era una chica demasiado enérgica. Siempre en movimiento y corriendo de un lado a otro. Se me dificultaba controlarla-Relató, soltando una risita al recordarla.

Bell la escuchaba atentamente, sin perderse las variadas expresiones que dibujaba en su hermoso rostro tras el pasar de sus palabras.

Las ligeras comisuras de sus labios, que formaban una tímida, tierna y dulce sonrisa disfrazada con melancolía, destacaba entre otro detalle presente en su persona.

Ella miró hacia arriba, donde las nubes cubrían parcialmente el sol.

-Amaba las historias de héroes...-

-Era imposible alterar su personalidad o positivismo, aún cuando las situaciones pintaban mal... Al igual que tú-

-Sostenía una cercana amistad con varias de las miembros pertenecientes a la familia Astrea. Podría decirse que era su segunda familia-

-Y, adoraba los Jagamarukun-

Al decir esto último apuntó a la bolsa de papel sobre la mesa.

Lágrimas salían de sus lagrimales, desbordándose por sus párpados.

-La extraño mucho... La edad oscura me quitó a la única familia que me quedaba-Limpiaba aquellas gotas antes de que siquiera pudieran bajar por sus mejillas.

-Por eso... No permitiré que vuelva a ocurrir un evento como ese...-Declaró, apretando su puño.

En ese instante, el peliblanco rememoró la noche de ayer.

Una oración en específico que salió de su boca.

"-Rye... Fina... Roux... Ellos perdieron a sus padres por culpa de Evilus... No quiero que pasen por lo mismo... Merecen ser felices al igual que cada ciudadano en Orario y fuera de aquí-"

De repente Shakti volteó a él.

-Al menos... Teniéndote aquí... Es como si siguiese viva-Expresó.

A Bell se le formó un nudo en la garganta por el tono en el que lo dijo.

Agarró aire, almacenándolo en sus pulmones hasta que no cabía más en estos.

-Señorita Shakti... Yo no soy Ardi... No me corresponde ni quiero reemplazarla-Dijo seriamente y sin un gesto.

Esto tomó por sorpresa a la mujer.

-¿C-Cómo...?-Su voz temblaba debido a la confusión.

-Podré parecerme a ella en personalidad o físicamente, no obstante... Eso no me convierte en su hermana-Continuó.

-Sé que suena cruel... Pero no quiero que me vea de esa forma-Agregó.

Shakti posó su mano en el pecho, apretándolo debido a una punzada en su corazón.

-Recuerde a Ardi y no la relacione conmigo-Pidió.

La peliazul agachó la cabeza.

El joven posó su mano encima de la suya.

El dolor de antes se reemplazó por impresión tras tal acto.

-Ya que... Quiero que usted me vea como Bell Cranel. Aquel niño que la admira y respeta sobre todas las personas en Orario-Adicionó.

-Yo... Soy su fan número uno, señorita Shakti. Así que, por favor, vea a quien en verdad soy, no a quien desea que sea-Finalizó, apretando con poca fuerza la mano de la mujer.

El ritmo cardiaco de Shakti se aceleró de tal modo que sentía que se le saldría del pecho.

Las palabras repletas de sinceridad penetraron en su mente y alma.

Se le imposibilitaba replicarle.

Él tenía razón.

No importaba que tanto quisiera o se engañara diciendo que él es la representación de su hermana Ardi.

La realidad la contradecía y tiraba a la basura esa percepción.

Por primera vez... Estaba observando a Bell.

La máscara que encimó en él se desvanecía.

-Y-Yo...-Avergonzada, intentaba responder pero sin éxito.

Sus ojos azul rey brillaron intensamente.

La piel en el rostro de la capitana de la familia Ganesha se ruborizó. Aumentando el calor en el mismo.

"¿Qué eso esto? ¿Qué me pasa? Es idéntica a esa vez en la sede de la familia Dian Cecht" Preguntas de ese tipo de originaban en su cabeza cuando la imagen de su visita en el sitio mencionado se proyectaron en su subconsciente.

No obstante... Serían interrumpidos...

*¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!*

Una potente explosión provino a unos cuantos metros cerca de su ubicación.

Específicamente en el coliseo, justo a cercanías del calabozo.

Abandonaron sus asientos y corrieron a máxima velocidad hacia allá.

-¿Qué demonios fue eso?-Preguntó Shakti.

-¡No lo sé! ¡Pero esto tiene mala pinta!-Contestó Bell a su costado.

*¡VUOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!*

Un bramido semejante al de los minotauros alcanzó a sus oídos.

El sonido era más grave que los de esas bestias.

*¡BOM!*

Grandes rocas salieron disparadas a direcciones aleatorias.

-¡Ayuda!-Gritó un señor que estaba apunto de ser aplastado por una de ellas.

-¡Yo me encargo!-Dijo el peliblanco, interponiéndose en la trayectoria.

*¡SLASH!*

Cortó en dos mitades el objeto.

El civil quiso agradecerle pero Bell se alejó a gran velocidad.

*¡PUM!*

Puestos volaban por los cielos.

Bell los cortaba para reducirlos en tamaño y no fuesen peligroso en caso de caer encima de algún pobre desafortunado que cruzará por allá.

Shakti hacía lo propio, apoyando a las personas y alejándolas del peligro.

-Esas cosas...-El joven apuntó adelante.

La peliazul volteó y encontró lo que él le quería mostrar.

-Los barbarian... Escaparon-El miedo en su mirada dio a entender su preocupación y la gravedad del asunto.

Dos bestias de enorme tamaño que compartían similitudes con los minotauros de piso intermedios se habían escapado de sus jaulas.

-¡Tenemos que hacer algo! ¡Se acercan a la gente!-Alertó Bell, sacándola de su transe.

La capitana de la familia Ganesha, quien poseía un nivel 5, sujetó su Ankusha y la se encaminó a ellos.

-¡Ilta! ¡¿Cómo se escaparon?!-Preguntó Shakti a su compañera de familia, Ilta Farna.

La amazona, quien alargaba la distancia con respecto a los Barbarian, le contestó sin voltearla a ver.

-¡Alguien forzó los grilletes y abrió las jaulas!-

*¡SLASH!*

*¡CLANG!*

La gruesa piel del monstruo impedía que el arma de la mujer la atravesara.

*¡VUOHHHH!*

Un puñetazo fue dado a Ilte como respuesta al intento de antes.

*¡PAM!*

Lo bloqueó a duras penas, con sus pies derrapando por eso suelo debido a la fuerza de la bestia.

-¡AHHHHHHHH!-Un gritó provino detrás suyo.

*¡PUUUUUUM!*

El hocico del barbarían fue pateado por Bell, provocando su retroceso.

-¡Shakti! ¡Que Ilte ayude a la evacuación! ¡Yo me encargo de este!-Ordenó el peliblanco, en posición de ataque y sosteniendo firmemente sus espadas.

-¡P-Pero...!-La pelirroja quiso argumentar en contra ya que no era consciente del poder que el conejo poseía.

-¡Es lo mejor! ¡Llevas toda la mañana capturando monstruos!-Shakti estuvo de acuerdo.

A la amazona no le quedó de otra que hacerle caso.

El Barbarian miró al peliblanco con los ojos inyectados en furia.

-Los malditos problemas me siguen... Y no soy más rápido-Se dijo a sí mismo a forma de broma mientras el musculoso y gigantesco cuerpo del monstruo se posicionaba enfrente de él.

*¡VUOOOH!*

Otro bramido salió y cargó hacia su rival.

*¡PUM!*

*¡PUM!*

*¡PUM!*

*¡PUM!*

Las pesadas pisadas quedaban en el camino por el que pasaba.

Apuntó los cuernos adelante, intentando mandar lejos al conejo pero, en una fracción de segundo, un brillo blanco lo deslumbró, impidiéndole ver su camino.

*¡CLANG!*

Únicamente una campanada se escuchó antes de que sangre brotara de su pecho.

*¡SLASH!*

La espada de su mano derecha adoptó el mismo color blanco que su cuerpo y penetro con poca dificultad la piel del barbarian.

"Vaya... Si que son de calidad" Pensó.

*¡PUM!*

*¡PUM!*

*¡PUM!*

El monstruo lanzaba ataques desesperados al suelo, estallándole y levantando cientos de rocas y escombros.

*¡PUM!*

*¡PUM!*

*¡PUM!*

Bell esquivaba en repetidas ocasiones los golpes.

Su fuerza es innegable pero ha comprobado que su resistencia a los impactos no lo es tanto. Podrá sanarse con su factor de curación, sin embargo, si el daño era demasiado consumiría mente y corría el riesgo de caer desmayado.

*¡SLASH!*

*¡CLANG!*

El Barbarian desvió el corte con un manotazo.

*¡PUM!*

Bell bloqueó el siguiente ataque con su daga.

Sintió sus huesos chocando por la fuerza infundida en el golpe.

*¡PAM!*

Le propinó otra patada en el hocico.

Se alejó unos metros y se concentró n cargar "Argonauta".

No obstante... No sería tan fácil.

La distancia se acortó tan rápido como fue tomada.

*¡VUOOOOH!*

*¡PUM!*

-¡UGHHHH!-Cruzó los brazos para amortiguar el golpe.

*¡CRASH!*

El cuerpo del muchacho se proyectó a la lejanía, chocando con una pared sólida.

-¡Bell-Gritó Shakti enterraba su arma en el hombro de su contrincante.

-¡Estoy bien! ¡Intenta controlarlos! ¡Así no tendremos que pelear!-Dijo Bell, saliendo de los escombros con la ropa rasgada y su armadura agrietada.

-¡Eso he tratado pero no me es posible! ¡Hay una orden en sus cabezas y no puedo borrarla! ¡Otro domador los tiene bajo su control!-Respondió, esquivando las embestidas del barbarian.

Un brillo color esmeralda emergió a sus alrededores, similar al viento de Aiz.

*¡SLASH!*

En un movimiento casi imperceptible, rebanó la mano del monstruo.

*¡VUOOOH!*

Un quejido de dolor salió de él, también litros de sangre que se derramaban en las calles.

Sin tiempo para quedarse admirando la genialidad de la peliazul, el conejo saltó, apareciendo justo enfrente del monstruo.

*¡PUM!*

El puñetazo cruzó a escasos centímetros de su rostro, raspándolo superficialmente.

-¡TOMA ESTO!-Gritó, atravesando el aire con la hoja de su espada derecha que se dirigía a costado del barbarian al mismo tiempo que apuntaba la punta de la otra a los ojos de él.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Ambos objetivos fueron alcanzados.

*¡VUOHHHH!*

Otro quejido de dolor se oyó.

*¡SLASH!*

Sacó las armas de cara y costillas respectivamente, saltando hacia atrás.

-Demonios... No fue lo suficientemente fuerte...-Comentó, frunciendo el ceño.

No consiguió atravesar los huesos del monstruo, por lo que solo lo cegó en esa jugada arriesgada.

-¡AHHHHHHH!-Aprovechando la confusión de su rival, aunado a que el ojo sano se cubría con su propia sangre, se preparó para el siguiente ataque.

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

Cinco segundos de campanadas se oyeron a los alrededores.

El brillo blanco característico no se produjo debido a que la energía se absorbía en las espadas por decisión de Bell.

El Barbarian embistió a su posición.

*¡PAM!*

Sus pezuñas quedaban marcadas en la sólida y gruesa roca.

-¡AHHHHHHHHHH!-El muchacho abrió sus ojos, cortando la concentración.

Apuntó al centro del torso.

Quería destruir la piedra mágica lo antes posible.

La batalla se estaba alargando demasiado y eso no le convenía a ninguno de los presentes ni a la infraestructura de los hogares y edificios alrededor.

*¡PUUUUUUUUM!*

La bestia golpeó sin éxito alguno porque Bell se deslizó debajo de sus patas en un rápido movimiento que no esperaba.

Empujó el aire, moviendo algunas carpas y árboles.

A sus espaldas se elevó el peliblanco de ojos rojos.

Volteó su cabeza, intentando ver lo que haría o si podía evitar el daño.

La respuesta era negativa.

Todavía así, saltó con dificultad por el pesado cuerpo que posee.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Las espadas se incrustaron en un objeto sólido.

Sin embargo... No sonó un crujido.

-¿Qué...? Se supone que la piedra mágica está aquí...-La mirada de Bell se tensó.

-¡CUIDADO!-Una alerta de Shakti lo sacó de su transe.

Antes de darse cuenta, las manos extendidas y abiertas del monstruo lo agarraron como si de un juguete de trapo se tratara.

*¡CRACK!*

-¡AHHHHHH!-Gritó el muchacho al sentirse aplastado.

Una sonrisa sádica se dibujó en el hocico de la bestia.

*¡VUOHHHHHHHHH!*

*¡PUUUUUUUUUUUUM!*

Lo tiró hacia abajo con fuerza, estrellándolo en las piedras y hundiéndolo lo más profundo posible.

-¡AHHHHHHHHHHHH!-La falta de movimiento por el agarre del barbarian y la fricción en sus huesos al ser aplastado le causaba un inmenso dolor.

La peliazul, quien estaba aterrada por el sadismo del monstruo fue a su auxilio aunque su rival se lo impidió.

*¡VUOOOOH!*

La golpeó en el costado, mandándola a volar hasta que un edificio la frenó.

-Ugh...-Adolorida y maltratada se levantó nuevamente.

-¡AHHHHHHHHHHHH!-Los gritos incesantes del conejo se escuchaban con dificultad.

El latir de su corazón se oía en sus tímpanos y el sabor a sangre se percibió en su lengua.

Era su propia sangre.

-Debo... Debo ayudarlo-Apretó los dientes y afianzó el agarre en su Ankusha.

-¡AHHHHH!-Un grito que sacaba su enojo y frustración emergió desde lo profundo de su ser.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Rebanaba la carne del barbarian de antes a un ritmo acelerado, impidiendo que este reaccionara.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Huesos fracturados.

Piel desgarrada.

Músculos rotos.

La sangre derramándose a chorros sin forma de que frenara.

El rage de Shakti era de temer.

-¡NO PERMITIRÉ QUE TAMBIÉN ME LO QUITEN A ÉL!-Vociferó, manchándose de la sangre de su enemigo.

Su meta fue clara... Quitar de en medio cualquier cosa que se interpusiese entre ella y salvar al muchacho.

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

*¡SLASH!*

Quitando la carne del torso comenzó a visualizar la piedra mágica.

Sin pensárselo, con la punta de su arma, la destruyó.

*¡CLASH!*

Órganos y pelaje de Barbarian se droppearon y humo gris la rodeó.

Acabó con la vida de uno de ellos pero todavía quedaba otro.

No obstante... El resplandor blanco regresó.

-¡ACABARÉ CONTIGO!-El rugir de la voz de Bell alcanzó sus oídos.

Con fuerza de voluntad y adrenalina se soltaba poco a poco del agarre del monstruo.

Abriendo sus brazos y aumentando el ángulo de separación.

Shakti, expectante, lo observaba.

*¡PAM!*

Las manos del barbarian se abrieron.

Los ojos rojos del conejo brillaron.

-Estoy molesto...-Susurró.

-No contigo por golpearme...-Agregó.

-Si no conmigo por permitírtelo tanto tiempo-Finalizó.

Su rival retrocedió.

Sus instintos más primitivos le gritaban e imploraban que huyera. Que la batalla se decidió cuando la furia de alguien amable se desató.

Bell, quien no tenía sus espadas, ya que seguían enterradas en la espalda de quien yacía enfrente suyo, retrajo su puño.

La blancura se almacenó en el mismo.

Y, en un abrir y cerrar de ojos.

*¡CRACK!*

El Barbarian bajó la cabeza y ahí estaba él, con el brazo dentro de su pecho.

*¡CLASH!*

La piedra mágica se partió en cientos de pedazos.

*¡BOM!*

Su cuerpo se desvaneció.

En su cabeza apuntó una nota personal.

"Si renazco... Acabaré contigo...".

Sin saber que... No era el único que hizo dicha promesa.

Las espadas del conejo cayeron al suelo desapareció.

Bell respiraba con dificultad y agitación.

-Eso estuvo cerca...-Murmuró, bajando el brazo.

Volteó hacia Shakti y sonrió.

-Ganamos-Declaró, levantando el pulgar.

La mujer, pasmada, caminó a él.

-¿Uh? ¿Sucede algo...?-Preguntaba hasta que...

paf

-Estás... Estás vivo...-Dijo mientras lo abrazaba.

-¡¿S-Señorita Shakti?!-El muchacho se apenó por lo repentino del abrazo.

-Creí que te perdería... No quiero... No lo soportaría...-Hablaba con la voz entrecortada.

-Pero no pasó... Me alegro... En verdad me alegro...-Lo abrazaba con más fuerza y llorando mientras sonreía aliviada.

Ella se separó de él unos centímetros.

-P-Perdón yo... Es que Ardi...-Intentó excusarse desesperadamente por su actuar.

-Señorita Shakti...-Bell la llamó.

Ella guardó silencio, atenta a lo que él diría.

-No importa lo fuerte que sea el dolor aquí dentro, vive con el recuerdo de lo que fue para honrarlo en el ahora-Declaró.

-Yo lo dije antes. No soy Ardi, sin embargo, puedo ser Bell Cranel si me acepta como tal-Complementó, regalándole una expresión calmada y amable.

Al verla... La imagen de su hermana volvió.

"Debo dejar de culparme por tu muerte, Ardi... No es lo que querrías para mi" Pensó, cabizbaja y apretando su pecho mientras gotas se deslizaban por sus mejillas, cayendo al suelo.

Con rapidez, ella lo vuelve a abrazar.

paf

-¡Sí! ¡Tienes razón!-Con felicidad desbordante, respondió.

Él correspondió al gesto, posando sus manos en la espalda de la peliazul.

-Esto podría contar como infidelidad... Al menos eso pienso-Una fémina los Interrumpió.

Un escalofrío recorrió la espalda del chico.

Sabía de quién se trataba.

-¡A-Airmid!-La nombró.

-¿"Dea Saint"?-Shakti se sorprendió por la presencia de la peliplateada.

La tensión era tal que, los pocos presentes, abandonaron el área.

No querían verse envueltos en una disputa amorosa.

-Vine porque Ilte me comentó sobre el ataque de los Barbarian y mi Dios me mandó aquí para curar a los heridos. Hizo hincapié en que ganaría más dinero al tratarse de un trabajo peligroso y de urgencia, así que no me quejé. No obstante... Me topo con esta escena al llegar-Relataba los sucesos que concluyeron con su presencia en Babel.

-Antes de nada... "Ankusha" ¿Sería tan amable de soltarlo? Por favor-Pidió la sanadora, llamándola por su apodo y apretando su báculo.

Shakti no la contradijo y lo soltó, extrañada por el actuar de la chica.

-¡Airmid yo...!-Bell quiso explicar.

-Tú te callas-Fríamente y sin voltear a verlo, lo interrumpió.

-¡Sí!-Aterrado, se hincó en el suelo.

Airmid se acercó a la domadora, quien ni en los pisos profundos sintió tanto miedo como el que experimentaba ahora.

-No indagaré en la historia que comparten y mucho menos la razón de ser de dicha muestra de afecto en público. Así que dime sin rodeos... ¿Te gusta Bell?-Le preguntó, agudizando su mirada.

-¿Are?-Shakti puso cara de póker. No tenía previsto que le realizaran dicha interrogante.

-A-Airmid, no creo que...-Bell quiso hablar.

-Dije que tú te calles-De nuevo, lo silenciaron.

-¡Entendido!-Contestó el conejo.

-N-No. Es que... Ya sabes él... Amm...-A la capitana de la familia Ganesha se le imposibilitaba responder al verse amenazada por los ojos vacíos y morados de la mujer enfrente de ella.

Parecía que indagaba en lo profundo de su ser.

"Ahora que no pienso en Ardi... ¿Qué es lo que siento realmente por él?" Nunca se realizó ese cuestionamiento.

No se hallaba segura de lo que diría o de su sentir... Sin embargo... Se encontraba sin opciones o formas de huir del confrontamiento.

-¿Y bien "Ankusha"?-Insistió "Dea Saint".

Se tragó su orgullo y respondió lo primero que vino a su mente... O, en este caso específico, corazón.

-Sí... Me gusta-

El muchacho hincado levantó la cabeza y quedó estático. En shock.

La médico guardó la calma, oyendo atentamente lo que tuviera que decir.

-Hoy lo confirmé... Por fin dejé de verlo como Ardi y puedo decir sin miedo que... Me enamoré de él...-Agregó.

Habiendo expresado su amor, no había marcha atrás.

-Me gusta... En verdad me gusta... Su pureza... Amabilidad... Su carácter y decisión por salvar a los demás... Sin darme cuenta me fui fijando en él desde que lo conocí hasta que este día... Me percaté de la verdad... Y, muy a mi pesar, no puedo estar con él-

Lloraba con el avanzar de su oración.

Bell guardó silencio, observando atentamente las palabras de Shakti.

-¿Por qué dices eso?-Preguntó la sanadora.

-Para mí, el tiempo de amar ya pasó... Con mi edad sería extraño si comienzo una relación con alguien de 14 años, no quiero que Bell pase por eso. Además, "Dea Saint", tú eres su pareja ¿Me equivoco? Es la única explicación que encuentro para justificar tus celos al verme abrazándolo. Teniendo en cuenta eso no sería correcto que interfiriera en su romance...-Explicó.

-Se ven bien juntos. Son una linda pareja, espero que puedan ser felices-La peliazul miró al peliblanco seguido de esto.

-Adiós, Bell-Se dio la vuelta e intentó irse pero el muchacho la detuvo.

-Shakti yo...-Intentó hablar.

Giró a donde la peliplateada tenía una expresión complicada y, tras unos segundos en los que discutió internamente, asintió de mala gana, dándole camino libre a lo que sea que él estuviera apunto de hacer.

-La edad es indiferente al amor... Ya que este puede entrar a nuestro corazón siendo niños o adultos... Es por eso que... no temas amar. Además, desde que tomé mi rol como aventurero dejé de ser un niño, por lo que deseo ser tratado como lo que soy, un adulto-Dijo, mientras se rascaba la nuca.

-¿Q-Quė quieres decir con eso...?-Le preguntó la domadora, queriendo confirmar sus sospechas.

Él la sujetó de ambas manos.

-A lo que me refiero es que... Acepto tus sentimientos gustosamente, Shakti. Yo también quiero estar contigo-Contestó Bell.

Ella, sin concebirlo, sintió su corazón latiendo a varias pulsaciones por minuto.

-Pero... "Dea Saint"-Replicó, mirando a Airmid.

-Más te vale aceptar antes de que me arrepienta ¿Entiendes?-Le dijo la peliplateada con una vena saliendo de su frente.

-¿Eh? ¿C-Cómo?-Muchas preguntas se formularon en su cabeza y probablemente no serían resueltas.

-Shakti Varma...-Bell llamó su atención.

-¿Quieres ser mi novia?-Propuso, con la clásica sonrisa de protagonista de comedia romántica a la cual no se le puede decir que no.

Sin dudas en su mente o corazón... Ella lo abrazó fuertemente y le dijo:

-Estaré a tu cuidado a partir de ahora, Bell-

Mua

-¡¿MMMMMM?!-Bell gritó aunque sus labios fueron sellados.

Sin miramientos lo besó tras rodear su cuelo con sus brazos.

"¡QUÉ DESVERGONZADA! ¡SE BESARON AL PRIMER SEGUNDO DE SER NOVIOS! Esperen... Yo lo hice incluso sin serlo... Me siento hipócrita por enojarme" Pensó Airmid. Quiso reclamar pero de hecho tenía razón. La propuesta vino después de besarlo en su cita en los Baños termales.

Los labios se separaron y le dijo a Bell, en un tono pícaro, lo siguiente.

-No puedo permitirme tomar el papel de niña enamorada. Soy una adulta y actuaré como tal-

Shakti volteó a la primera pareja del conejo mientras este último veía estrellas con sangre bajando por su nariz.

"Jejeje... Estoy cerca del paraíso... Abuelo" se dijo a sí mismo sin el 100% de sus facultades mentales.

-¿Eh? Y-Yo no quiero ser besada, muchas gracias- La sanadora, un poco espantada por el acercamiento de la aventurera de la familia Ganesha, interpuso su báculo entre ambas.

La peliazul se inclinó ante ella.

-¿Eh?-Airmid ladeó la cabeza.

-Muchas gracias por permitirme estar con quien amo... También estaré a tu cuidado a partir de ahora-Dijo Shakti.

-Lo mismo digo...-Respondió Airmid.

"Espero que no se vuelva tan recurrente ese agradecimiento" Pensó la chica, ligeramente preocupada, sin saber lo que le esperaba al elegir a ese conejo rompecorazones como su pareja.

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En alguna parte del calabozo.

-¿Cumpliste con tu parte, Ikelos?-Cierto extraño Preguntó.

-Claro que sí... Enyo. Mis niños liberaron a los barbarian tal como pediste. Deja tu pago en la mesa-Respondieron.

-De acuerdo. Sigo sin creer que la familia Ganesha haya capturado tan raro espécimen...-Declaró el hombre enmascarado.

-Lárgate antes de que alguien más llegue. No quiero problemas con Urano ni el idiota de Ganesha-Dijo Ikelos.

Enyo se retiró junto a una de sus escoltas. Una mujer de cabello corto y rosado. Perdiéndose en la profundidad del calabozo.

-Jaja... Nada bueno resultará de esto. Tantos problemas por esa pequeña cría de dragón-El dios negó y metió las manos a sus bolsillos, abandonando aquel sitio.