A la mañana siguiente de los sucesos ocurridos en el ataque del Kraken.

Las horas habían pasado y el sol hacía acto de presencia después de aquella cansada, al igual que larga, madrugada.

La luz se filtraba en los pequeños resquicios que la cortina no alcanzaba a cubrir totalmente y estos mismos golpeaban los párpados cerrados de nuestro conejo protagonista, actuando en reflejo a ello y abriendo los ojos lentamente mientras era deslumbrado por aquella iluminación natural.

-¿Uh? ¿Ya amaneció?-Se cuestionó, usando la mano como barrera para evitar el flasheo al interponerla entre los rayos y sus ojos.

Él levantó la parte superior del cuerpo, sentándose en la cama. Frotó sus párpados con las yemas de los dedos índices, limpiándolos e intentando enfocarlos y así poder tener una visión más óptima.

-Ugh...-Un quejido salió del costado derecho al jalar las sábanas y sacudir la cama debido a lo brusco de sus movimientos.

Bell, aún somnoliento, no le dio importancia hasta que escuchó un bostezo del lado contrario.

Esto provocó que saliera del estado de transe común en los recién despertados.

Giró a donde provino dicho sonido y... se topó con el tranquilo rostro de Airmid, al cual continuaba dormida sin expresión alguna.

El joven no dio crédito a ello pero decidió asegurarse de que no pasara o mismo en el otro extremo del colchón, por lo que giró la cabeza al punto contrario y... efectivamente, Airmid no era la única durmiendo a escasos centímetros del conejo, también se encontraba Shakti, la cual descansaba plácidamente.

"Cierto... ellas insistieron en que durmiésemos juntos..." Recordó, sin espantarse y buscando el lado lógico a tan envidiable situación. No todos los días despiertas en medio de dos mujeres de increíble belleza como Airmid y Shakti. Cualquier aventurero o ciudadano de Orario moraría por siquiera dirigirles la palabra y recibir respuesta.

En fin. Dejemos en paz la suerte del conejo.

Él buscaba la forma de abandonar la cama sin molestar el sueño del dúo. Mentalmente pensó que se veían realmente hermosas en ese estado, por lo que las mantendría de ese modo el mayor tiempo posible.

Destapó sus piernas lentamente y evitando que la cobija se deslizara en demasía.

Una a una sacó las piernas y, habiendo abandonado la tela encima del cuerpo, gateó hasta el borde inferior de la cama, al extremo contrario del reposador de cabeza.

Cada que avanzaba las féminas lanzaban breves y casi inaudibles quejidos de molestia. Como si no desearan que las interrumpieran.

-Perdón. Ya bajaré...-Susurró el peliblanco, riendo en voz baja.

Les dio la espalda, buscando su chaqueta y botas. Agradece que solamente esas prendas, y calzado, le hayan sido despojadas al dormir. De ser el caso contrario en él y las dos chicas no cree haber soportado verlas en paños menores.

Si solo dormir junto a ellas ya le apenaba, imagínense si la tela que separara el contacto de las pieles fuese delgada.

"Ahora que recuerdo, no pude dormir casi nada. Estimo que menos de 3 horas..." Se lamentó, sintiendo que las bolsas grises debajo de sus ojos se ensanchaban.

Y fue como lo relata. No pudo pegar el ojo hasta que el cansancio le pasó factura. Mientras tanto, como si de un humano rodeado de leonas se tratara, se mantuvo despierto y en alerta. Temía que al tratar de acomodarse tocara algo que no debía, razón por la cual durmió firme con los brazos pegados a las altérales de las piernas, específicamente los muslos, y desatara la furia de las mujeres.

"Nuestra relación no ha avanzado lo suficientemente. Llegar a ese punto tan pronto sería erróneo. Tampoco debo mostrar desesperación, cosa que no siento, porque podría incomodarlas y darles la idea equivocada respectos a mis intenciones con ella" Dijo en su subconsciente, amarrándose las botas.

Se pudo de pie y se dirigió al sitio donde la peliplateada descansaba.

-Las amo. Pero sobre todo las respeto como mujeres-Declaró, besándole la frente y yendo a donde Shakti para besarla de igual manera.

Abrochó su chaqueta y se dirigía a la puerta. Sin embargo la voz de Airmid lo detuvo.

-¿Bell...?-Lo nombró, seguido de un bostezo que cubrió con la palma de la mano derecha.

-Despertaste temprano. Al verte acostada intuí que te tomaría unas horas más-Expresó el muchacho, regresando al interior de la habitación.

-Nuestra cita es a primera hora ¿Lo olvidas? Me molesta que no trataras de despertarme-Reclamó la sanadora, inflando las mejillas.

-Ya sé. Lo recuerdo. Es solo que te veías tan hermosa al dormir que no quise levantarte sin consentimiento-Contestó el chico, acariciándole la barbilla y, por reacción instintiva, ella la elevó unos cuantos centímetros.

Ella preparó sus labios, queriendo ser besada. Aunque el deseo se vería interrumpido.

-No es justo que coqueteen a esta hora...-Se quejó Shakti, acercándose al par.

-Tch-Airmid chasqueó la lengua.

-Tranquilas. Sé que no estaba en los planes que Riveria se nos uniera pero prometo que pasaré el mayor tiempo posible con cada una. A pesar de que no son vacaciones y no era consciente de su presencia aquí-Bell las calmaba, razonando y dándoles a entender que pelear era innecesario.

-¡Más te vale!-Gritaron al unísono.

"Jeje... Son lindas..." Pensó el muchacho.

-Entonces apresúrate Airmid. ¡Al mediodia es mi turno!-.

-¡Ya sé! ¡Iré por mi ropa!-.

Shakti le recordó los términos acordados referentes a las horas de cita que tendrían y cuando finalizaba el turno de la otroa.

La peliplateada abandonó la cama y se dirigió a las maletas guardadas en el interior de un ropero.

Mientras se vestía el conejo y la peliazul conversaban.

-¿Te quedarás aquí hasta que regresemos?-Le cuestionó.

Ella negó con la cabeza.

-Loki-Sama, Njord-Sama me convocaron a una especie de junta, al cual dará inicio pronto. Debemos discutir sobre el asunto del Kraken y si este es el final de la misión-Explicó.

-Comprendo... Hazme saber cualquier detalle que se maneje en la junta. Urano-Sama quiere que le informe de lo que sea que concluyamos y a las verdades que lleguemos-Pidió Bell, cruzado de brazos.

-Así será...-.

-¡Estoy lista!-.

Antes de confirmar la solicitud de su novio, la peliplateada vociferó y se amarró al brazo derecho del muchacho, impidiendo que las palabras salieran.

-Suerte en la cita-Les deseó Shakti, sonriéndoles.

-Tendrás tu turno, no te enojes-Comunicó la joven, guiñándole el ojo al notar los celos de la segunda novia.

Ella se sonroja y asiente.

-Vamos-.

-¡Sí!-.

Bell se despidió de la peliazul y, con Airmid envuelta en el largo de su extremidad superior, se retiró de la cabaña.

La capitana de la familia Ganesha se tiró de espaldas a la cama y suspiró.

-¿Así se siente el amor? Me gusta...-Declara al aire, emocionada de que le toque su turno al mediodía.

Sacudió la cabeza y palmeó sus cachetes.

-Yo también debo irme-Dijo, saltando de la cama y apresurándose a salir hacia donde sería la reunión.

Con Bell y Airmid, en la cita.

La pareja de jóvenes caminaba en la costa de la playa, viendo que sitios podrían visitar o cuales no fueron destruidos tras el ataque de la bestia llamada "Kraken".

Entre ellas habían varias edificaciones enteras que no sufrieron daños algunos. En su mayoría se trataba de restaurantes y cabañas de los habitantes de la ciudad, lo cual limitaba en gran parte las actividades turísticas que se desease realizar en conjunto. La más rescatable sería el desayunar juntos pero la noche pasada se llenaron de tentáculos de calamar y aún quedaba provisión como para todo el pueblo, por lo que el tema "Comida" quedó descartado rotundamente, sobretodo se negó la peliplateada, quien deseaba cuidar su esbelta figura a pesar de que el peliblanco muchas veces le ha dicho que luce radiante y perfecta, idéntica a la primera vez que se conocieron.

En fin, mujeres.

Tomados de la mano y platicando de asuntos diversos, recorrían el infinito terreno, el cual no parecía tener fin sin importar cuánto se alejaran. Incluso se dejó de apreciar el campamento de la familia Loki donde residían.

-Todavía estoy sorprendido de que Dian-Sama te permitiera este descanso teniendo en cuenta que prácticamente te percibe como fuente de dinero indispensable. Cuando aparecieron en el gremio fue un ¡BOM!-Opinó Bell, externando su punto de vista.

Él, durante los casi dos meses que lleva en Orario, se ha percatado de las conductas y personalidades de los compañeros de su amada. Pero el único que le causaba inconformidad era el dios patrón de la familia. Dian-Sama.

Aquel dios se comportaba de forma arrogante y siempre sobrecarga de trabajo a Airmid. Además está en contra de la relación que ambos sostienen, caso siento a Martha, solo que su excusa o el motivo de esto era que si los aventureros hombres lo sabían dejarían de visitarlos a consecuencia del abandono de la soltería de aquella hermosa mujer que los recibe en la recepción.

Cuando ella le explicó eso a su novio se les saltó una vena en sus frentes aunque las razones diferían. Para Airmid era molesto ya que recibía coqueteos de aventureros que desconocían de su situación romántica. No obstante, la percepción del conejo se centraba en los celos posesivos hacia la sanadora y el rencor acumulado que apuntaba al responsable de dicha estrategia de ventas. Eso causó que Dian-Sama rara vez se apareciera cuando Bell visitaba la sede.

-Sí. Lo tuve que amenazar a tal punto de poner en juego mi renuncia-Contestó Airmid con llamas en los ojos y apretando el puño.

-Me imagino...-Comentó Bell.

-Necesitaba vacaciones...-Expresó la chica en cuestión.

-Pero han estado lejos de serlo... Culpa mía y de mi egoísmo al interponerme en esta misión-Adicionó, ligeramente decepcionada del desenvolvimiento de las cosas en cuestión de 24 horas.

Frenaron en seco.

-¿Acaso es imposible que nuestras citas sean normales o no finalicen con alguna clase de evento inesperado?-Cabizbaja, Airmid preguntó al aire.

-Es mi responsabilidad. Tiendo ser un imán de problemas y estos me superan. Me gustaría que fuese diferente... Perdón por no ser capaz de entregarte lo que esperas-Se disculpó el joven. No era posible negar dicha afirmación salida de su propia boca.

-Ya me he acostumbrado a que nuestra relación sea de ese modo. Además, no controlas el destino o nada parecido. Son fuerzas que no se evitan, solamente se superan y dejan pasar. Es un sinsentido sentirse culpable-Respondió la sanadora, negando que exista razón de aquel arrepentimiento.

-Lo siento...-Repitió.

-Que dejes de disculparte-Airmid lo golpeó suavemente con su codo en el costado, justo donde las costillas se hallan.

-Ugh...-Bell suelta el quejido de dolor fingido. Claramente la fuerza del impacto estaba lejos de causarle daño o siquiera de ser considerado como cosquillas.

Ella lo jaló hacia un tronco tirado horizontalmente, corriendo a sentarse.

-¿E-Eh...?-Dijo mientras lo arrastraban aunque no opuso resistencia.

-Sin embargo, a pesar de todo, amo estar a tu lado-Confesó, sonriendo de oreja a oreja.

El cabizbajo conejo volvió a mirarla a los ojos, los cuales brillaban llenos de vida.

-No importa las condiciones. El lugar o siquiera si hay que luchar contra una enorme criatura. quiero apoyarte desde cerca. Por eso le pedí los días libres a Dian-Sama. Ateniéndome a las consecuencias y la posibilidad de que no resulte como imaginaba-Dijo, agarrándolo de ambas mano.

-Jamás me interesó siquiera descansar del trabajo. Consideraba más importante mi rol como curandera que mi propia salud. Siempre puse su buena estar antes que mi deleite y diversión. O al menos así fue hasta que te conocí...-.

-Contigo experimento cientos de emociones que nunca pensé poseer...-.

Vociferó, sacando a relucir su amor.

El peliblanco permaneció en silencio. Se le formó un nudo en la garganta debido a las bellas palabras que recibía.

-Aunque, quisiera acaparar tu atención en mayor medida...-Agregó, demostrando cierta decepción en su rostro que fue notada por el muchacho.

-De eso en verdad debo disculparme. De alguna forma atraigo a las chicas y, al percibir la pureza y sinceridad de esos sentires... de ese amor... que demuestran cuando se confiesan... me complica en demasía el rechazarlas. Tal vez porque esas emociones se me transmiten y comienzo a comprenderlas y compartirlas o qué se yo...-Explicaba lo que sucedía dentro de él cada que la situación antes dicha se presentaba.

-Al final... ese egoísmo te hiere...-Adicionó, arrugando las cejas y despreciándose por la cobardía de no rechazar a las mujeres que le pretenden.

*¡PAM!*

Airmid le pegó con el puño cerrado en el centro de la porción superior de la cabeza.

-¡E-Eso dolió! ¡¿Por qué fue?!-Ese dolor si fue recibido, caso contrario al anterior golpe.

"Me recuerda a mamá Alfia y sus "Gospel" cada que la ofendía al llamarla madrastra" Pensó, descubriendo cierta similitud entre ambas mujeres de cabellera plateada.

Al verla directamente ella infló las mejillas y cruzó los brazos, desviando la mirada. Lucía enojada pero ¿Por qué?

-Eso no es lo que me molesta, tonto-Habló, sin dejar de hacer pucheros a diestra y siniestra.

-¿E-Entonces...?-Bell buscaba la explicación de la furia y la violencia innecesaria.

-No me molesta en lo absoluto que ese sea el caso porque era consciente de que tarde o temprano despertarías el interés de más mujeres que, al igual que yo, caerían enamoradas de ti sin siquiera saber qué o cómo ocurrió o se presentó. Eres un hombre maravilloso que siempre antepone la vida de los otros antes que la suya sin esperar nada a cambio. Indirectamente enamoras a las chicas porque la actitud de un héroe atrae a las mujeres que desean ser protegidas-Respondió, dando la razón del por qué no le causaba inconformidad el séquito de pretendientes.

-¡LO QUE ME SACA DE QUICIO ES QUE SEAS TAN IDIOTA PARA IGNORAR POR QUÉ LAS DEMÁS SE ENAMORAN DE TI!-Reclamó airadamente, golpeándolo repetidamente en el pecho, no obstante, sin emplear el mismo grado de fuerza que antes.

El peliblanco se rasca la nuca y se ríe apenado.

-Jeje... No puedo negar esa afirmación. De no ser porque se me confesaron no me hubiese percatado de ese amor y lo dejaría pasar como mera amabilidad o cariño. Cuando salvé a Riveria del Goliath y el Kraken o al librarme del Barbarian al preocupar a Shakti comencé a empatizar con ellas y darme cuenta de que... temía perderlas o que resultaran heridas. Y eso impulsó que mi cuerpo se moviese solo y evitara aquel destino-Comentó Bell, cediéndole la razón y rememorando cuando fue que se enamoró de las otras dos novias. Mala idea decirlo enfrente de la primera.

La curandera hizo pucheros nuevamente y se comportó celosamente tras aquella explicación donde el nombre de Shakti y Riveria fueron mencionados pero no el suyo. Al no ser una aventurera rara vez se mete en situaciones de riesgo que atenten contra su seguridad y vida. Esto desembocaba en la nula probabilidad de que algún día Bell actúe e intente salvarla instintivamente al amarla.

Ella no duda del amor que profesa y demuestra, sin embargo... esa adrenalina de que aquel hombre del que te enamoraste vaya a tu auxilio cuál caballero le llamaba fuertemente la atención. No lo suficientemente como para meterse en embrollos y experimentarlo.

Durante esa pérdida en su delirio el joven afianzó el agarre de manos, sacándola de esa burbuja donde se metió a sí misma.

-Temo que salgan lastimadas. No obstante... estoy preocupado en mayor medida por ti, Airmid-Confesó.

Airmid abrió los ojos en su totalidad.

-¿Por mi...?-Quiso confirmar lo dicho.

-Sí. El poco tiempo que paso contigo es consecuencia de la manera tan diligente en la que desempeñas tu trabajo como médico, tanto así que haz intervenido en situaciones riesgosas con tal de salvar vidas y proteger la salud de quienes más lo necesitan. En parte lo entiendo porque ese papel es importante y no cualquiera podría ocuparlo a ese nivel tan óptimo pero incluso tú requieres calma y cuidados. Muero de vergüenza cada que te mimo en la sala de descanso aunque lo ignoro porque verte relajada mínimo un minuto lo vale...-El conejo blanco rascó el costado de inferior de su frente en señal de incomodidad al revelar tantos detalles.

El corazón de Airmid se aceleró y velozmente lo abrazó.

-Es... reconfortante que valores de ese modo lo que hago. Al ser una médico no recibes mucho crédito al salvar vidas, los famosos son los aventureros que arriesgan la vida en el calabozo. Solo se me reconoce en ocasiones mi valentía cuando entro al campo de batalla, como esa vez en la Monsterphilia cuando el peligro se disipó tras su llegada. De ahí en fuera nada...-.

-La mayoría de los cumplidos que recibo, a excepción tuya, son referentes al exterior y cosas banales como belleza en vez de mí habilidad-.

Ella, sensible y alegre, demostró lo que le molestaba.

No ser reconocida.

No darle el valor que merece.

¿Hermosas chicas? Ese apodo compartido con Heith Velvet de la familia Freya le enojaba.

¿Solo ven eso en ella? Asqueroso...

Por eso, cuando el hombre al que abrazaba y viceversa demostró verdadera sinceridad, al igual que halagos, sobre su labor. No pudo evitar emocionarse.

¿Quieres enamorar a una mujer? Halaga las cosas que no se perciben a simple vista. Un cumplido a lo físico es fácil de olvidar... Uno a algo más profundo permanece en el subconsciente.

El novio acaricia delicadamente la delgada espalda de su amada.

-Sin ti, las pérdidas en la edad oscura serían de números más altos...-Mencionó, despertando la impresión de la joven, quien se separó del abrazo lentamente y posó su cara enfrente de la de él.

-¿Cómo lo sabes...?-Le cuestiona.

-Ú-Últimamente he visitado la biblioteca de Orario y el gremio en las madrugadas cuando el insomnio me azota, tiene ventajas ser el "Asistente" de Urano-Sama. Entre mi búsqueda de lectura me topé con el registro heroico de Orario donde hacen referencia en los héroes destacados de las diferentes épocas de la ciudad, resaltando la edad oscura y los involucrados en aquel conflicto-Dijo, dándole la respuesta que indagaba la peliplateada.

-Gracias a que Finn trataba de que participara en los remanentes de Evilus es que me instruí mejor en el tema, pidiéndole ayuda a Eina, la asesora del gremio-Adicionó a lo anterior.

-Y... cuando leí la información respecto a ti me sentí orgulloso de que tan valerosa e increíble mujer fuese novia mía. Tanto que no lo podía creer...-Finalizó.

Labios y brazos tiemblan en Airmid, la cual sonríe a duras penas ante la honestidad y el cúmulo de reconocimiento que Bell le regalaba sin siquiera pedirlo.

¿Cuan maravilloso puede ser?

¿Cuanto más la enamorará?

¿Cómo es que le regala lo que desea sin siquiera pedirlo?

Su corazón se derretía y...

-¿Eh?-La voz de Bell salió mientras era tirado a la blanca arena.

*¡PUM!*

La sanadora se posó encima de él, abrazándolo y pegando su cara al formado pecho del aventurero. Esa musculatura cada vez se tonifica y define.

-¿T-Todo correcto?-Preguntó el muchacho, preocupado.

-Mejor que nunca... solo cállate. No te soltaré hasta que disfrute lo suficientemente de esto...-Contestó, aferrándose con mayor intensidad.

Mientras tanto, a la oreja de Bell se acercaba un pequeño cangrejo color naranja, este abría y cerraba las pinzas. Presintió malicia de ese pequeño crustáceo.

-¡Hiiii! Aléjate, shu, shu-Murmuraba, soplándole al cangrejo en un pobre intento de ahuyentarlo.

El aire espirado no era suficiente a la hora de empujarlo, solamente lo sacudía sin éxito.

*¡Clap!*

Cerró las pinzas y le prensó a oreja.

"¡Duele!" Gritó internamente, soltando una pequeña lágrima que bajó desde el pómulo.

-A-Airmid...-Nombró a su novia, quien desconocía la batalla por la que él pasaba.

*¡Clap!*

La otra pinza aplastó el cartílago de la oreja.

-Dije que te calles... Odio repetir las cosas...-Sin siquiera abrir los ojos, respondió la peliplateada.

-Entendido... ¡Auch!-Resignado, el joven aventurero resistió el abrir y cerrar de las pinzas de ese maldito crustáceo.

Los latidos del corazón de Bell calmaban la mente de Airmid, impidiéndole alejarse o siquiera desarrollar ganas de ello.

La comodidad de esa cercanía...

Este sitio junto a él...

Ese lugar que no desea abandonar...

-Te amo-Dijo al aire, acurrucándose y sin ser escuchada gracias al conflicto bélico entre humano y cangrejo.

En la reunión de Loki, Njord y compañía.

-Entonces eso significa que no poseemos ninguna información adicional respecto al ataque. Podemos suponer que las embarcaciones perdidas a la par de la tripulación fueron consumidas por esa maldita bestia-Dijo Njord, exhalando exasperadamente, a raíz de la frustración.

-Las leyendas respecto al Kraken mencionan que debe ser controlado por alguna clase de objeto mágico del cual los dioses conocemos muy poco. Hay cosas que incluso se escapan de nuestro entendimiento-Comunicó Loki, tomando su barbilla.

A Finn no le convencían las declaraciones.

-¿Un objeto mágico? ¿Qué clase de magia controlaría a un monstruo de tal envergadura? Sospecho que se trata de algo más... Divino-Comunicó.

-Divino...-Los dos Dioses repitieron la palabra.

-No tiene sentido. La ciudad costera cuenta solo con Njord. Al menos que...-Gareth, rascando su barba, alcanzó el punto al que el hobbit quería llegar.

-Si lo controlaron remotamente y el único Dios es Njord, entonces se infiltró otro. Tal vez mezclándose entre los civiles alejado de Loki-Sama porque ella podría desenmascararla-Shakti intervino, complementando la idea.

-Imposible. Vigilé a cada persona presente en esa trinchera mientras ustedes luchaban. No encontré rastro de aura divina ni nada que se le asemeje aunque he de admitir que ese mocoso emite algo que me intriga-Replicó la diosa pelirroja, desechando el argumento y haciendo referencia a Bell.

La opción puesta en la mesa se descartó en menos de lo que canta un gallo.

-En la leyenda del Kraken hay un detalle que casi todos pasan por alto...-Susurró Riveria, despertando las miradas de los presentes en la sala, los cuales esperaban que hablara ya que llevaba rato en silencio sumamente concentrada.

-¿Y ese sería...?-Finn le pide proseguir.

-No es necesario que quien lo despierta monitoree cada movimiento individualmente del monstruo. Al releer el cuento con Tiona me percaté de ese patrón. Si se le da la orden general de, no lo sé, destruir barcos o matar a los que vea, él será capaz de entenderla y ponerse manos a la obra sin que el mandamiento se interrumpa o se despiste-Informó, recordando noches atrás en las que la amazona enérgica la visitaba de vez en cuando a hablarle de historias de héroes a pedido suyo. Antes de que, claro, se enterara de que el objeto de interés que motivaba estas prácticas sostenía una relación y evitara salir de su cuarto.

-¡JAJAJAJAJA! ¿Mamá Riveria leyendo cuentos de niños?-Antes de que Gareth finalizara su risa y burla, dos puñetazos fueron asestados en el centro de su cara.

*¡PAM!*

-¡Gah!-Salió de él, cayendo de espaldas.

Las responsables fueron Riveria y... ¿Shakti?

La alta elfo se sorprende por el actuar de la peliazul. No esperaba esa clase de reacción teniendo en cuenta que la mofa no se dirigió a ella.

La justiciera se limpió la mano, sacudiéndola, y volteó a donde la pelijade la observaba.

-Ahora que pertenecemos a la familia Cranel es justo y necesario que nos protejamos las espaldas-Declaró, levantando el pulgar y sonriendo. Ese pequeño gesto indicaba que la apoyaría.

-Familia Cranel...-Repite Riveria, sonrojándose.

"Familia Cranel... Familia Cranel... Familia Cranel... Familia Cranel..." Repite en su subconsciente al mismo tiempo que sube las palmas y las posa encima de sus mejillas, las cuales irradiaban calor. De la nada sonríe tontamente y aquellas dos palabras resuenan en ella sin detenerse.

Loki, molesta, apretó los puños. Njord, por su parte, se rió aunque disimuladamente.

"¡¿Cuándo se convirtió en una tonta niña enamorada?!" Cuestionó la diosa patrona de aquella alta elfo cegada de amor.

-Ya, bajen los humos y sal de ese estado Riveria. Sé que después de tantos años al fin tuviste tu encuentro predestinado pero ahora mismo es un mal momento para que actúes de ese modo-Vociferó Finn, poniendo orden y sacando de ese transe autoimpuesto a su compañera de familia.

-¡N-No lo digas así!-Reclamó la pelijade.

Shakti solo atendía hasta que sea necesario intervenir.

-Suponiendo que la orden general halla sido el acabar con todo y todos los presentes ayer en la noche ¿Por qué fue de menos a más en cuestiones de fuerza? ¿Sintió miedo? ¿No contaba con estuviésemos ahí y cayó en desesperación al notar que la presa no sería tan fácil de eliminar como se le había indicado o imaginado?-Interrogó Loki al aire. La situación era claramente como la describía. No obstante, dejaba incógnitas sin resolver.

-Y... ¿Qué Dios o Diosa es el o la responsable? ¿Qué motivó dichas acciones?-Adicionó el hobbit capitán de la familia Loki, mordiéndose el pulgar derecho que le dolía desde anoche.

Muchas dudas. Ninguna respuesta.

Gareth, despertando del noqueo breve, reflexionó, recordando un dato de vital importancia.

-Njord-Sama. Usted mencionó que en los naufragios no hubo cadáveres, manchas de sangre, señal de lucha o intentos de defenderse que indicaran las muertes de los tripulantes. ¿Y si el Kraken no se comió a las personas? Tal vez solo buscaba que pareciese un ataque aleatorio cualquiera-Comentó el enano, despertando la duda y confusión en ellos.

Finn asiente, cediéndole la razón. No es descabellada esa teoría, al contrario, la lógica y los hechos la respaldaban.

-El Kraken es muy fuerte. Fue problemático luchar contra él y eso que éramos puros niveles 4, 5 y 6. Pero incluso ellos, siendo de niveles 4 o menor, debieron oponer resistencia o siquiera tratar de luchar ante el inminente destino-Concordó Shakti. Nadie recibiría la muerte sin pelear.

-Comienzo a pensar que lo de las pérdidas de barcos, y tripulación, en alta mar y lo de anoche no nacen de la misma orden-La diosa pelirroja abrió los ojos, mordiéndose la uña del dedo índice en señal de frustración.

No obstante... Hay alguien dentro de esa sala que se dio cuenta de un dato sumamente importante.

-Esperen... ¿No está a cercanías de Melen la isla "Telskyura"? Donde Kali-Sama gobierna-Preguntó Riveria, esclareciendo el panorama al mencionar la información que no les cruzó por la mente.

El foco de los presentes se encendió.

Aura divina y control del Kraken.

Kali es la diosa de la muerte, destrucción y regeneración. La cual se deleita día y noche con los asesinatos precedidos de combates a muerte dentro del territorio que posee.

Loki unió los puntos.

Si hay naufragios sin muertos ni cuerpos significa que el objetivo no fue meramente destruirlos.

Además ¿Por qué específicamente ahora se dedicaron a atacar directamente a la ciudad? Eso no lo hicieron hasta que la familia Loki apareció el día de ayer.

-Esa maldita mocosa... Sí, le veo sentido...-Una risa tenebrosa y visceral emergió de la diosa pelirroja.

-Secuestraba a los hombres de los barcos...-Susurró Finn, volteando hacia la otra deidad.

-Njord-Sama ¿Sabe de casualidad cuál era el sexo de los navegantes?-Interroga.

-¿Uh? La mayoría eran hombres. Por no decir que se conformaban completamente por ellos-Respondió el dios, entendiendo el punto.

-Eran hombres...-Repitió.

Esto le da la razón a diosa y capitán de la familia.

Kali es la culpable.

-Comprendo el contexto y la idea. Solo que eso no responde a por qué el monstruo atacó cuando su modus operandi consistía en despojar de personas las embarcaciones-El cuestionamiento provino de Shakti.

-Sencillo. De alguna manera se enteró de que vendríamos y quiso eliminarnos antes de planear o imaginar que ella es la responsable de las desapariciones. Representamos un peligro para ella y su meta-Contestó el hobbit rubio.

-Tal vez en Telskyura la población de amazonas se ha reducido radicalmente y buscan repoblarla pero, a falta de hombres, la reducida fertilidad y baja natalidad, decidieron secuestrar a quienes más cerca se encuentren. En este caso los habitantes de Melen-Riveria habló, indicando la posible motivación de Kali.

-Ganesha-Sama me ha contado sobre Kali-Sama. Una diosa despiadada a la par de los temibles dioses de Evilus. Sin embargo, por alguna extraña razón, no le interesa ese asunto de conquistar o destruir lo que toca a su paso, concentrándose únicamente en causar sufrimiento a los habitantes de Telskyura y regir en su loca y propia isla-Relató la peliazul, rememorando los que su dios le ha platicado.

-Solo hay una forma de averiguarlo...-La alta elfo estaba apunto de hablar hasta que Njord la Interrumpió.

-Infiltrarse en Telskyura es abrirle los brazos a la muerte. Trampas rocosas alrededor de ella. Vigilancia las 24 horas por parte de las amazonas guerreras en busca de presas a matar o robar. A menos que sean hombres que les apetezcan aunque... tomando en cuenta la situación es posible que los estándares disminuyan y solo secuestren a cualquier persona del sexo opuesto sin juzgar-Comunicó, contándoles la información que posee referente a esa isla infernal.

De la nada tanto Shakti como Riveria, quienes son novias de Bell, les recorrió un escalofrío por la espalda.

Se echaron una mirada rápida y asintieron.

-¡DEFINITIVAMENTE NO PERMITIREMOS QUE BELL VAYA A TELSKYURA!-Gritaron al unísono, hirviendo en furia y azotando las manos en la mesa.

-Son todo un caso eh...-Murmuró Njord al oído de Loki, la cual aguantaba las ganas de abandonar la cabaña, buscar a ese conejo, que antes quería en su familia, y asesinarlo.

"¡Te robaste a Mamá, maldito moscoso! ¡No te lo perdonaré" Pensó, apretando los dientes. Estos chirriaron por la fricción.

-No hay opción. A pesar de las trampas o los peligros que aguarden ahí debemos llegar al fondo de esto porque, en caso de que estemos en lo correcto, esos hombres morirán de cansancio y pelvis rotas tarde o temprano-Explicó Gareth.

Quienes se hallaban en el cuerpo se sonrojaron, a excepción de la diosa pelirroja.

-A mi me encantaría morir así si Riveria es la que lo provoca...-Decía, acercándose sutilmente a donde ella se ubicaba e intentando tocarle los pechos.

*¡PAM!*

Haciendo uso de su báculo, Riveria la golpeó, mandándola a volar y rompiendo la pared lateral.

-¡E-Eso jamás lo permitiré! ¡Primero! Porque eres desesperante. Y segundo... p-porque estoy enamorada y por fin tuve mi encuentro predestinado...-Avisó la alta elfo mientras la voz se le apagaba palabra a palabra y el sonrojo de mejillas, al igual que orejas, aumentaba exponencialmente hasta desprender vapor. A pesar de que su diosa ya no la escuchaba debido a que cayó noqueada.

Finn y Gareth golpean los puños, felices de ver de ese modo a su vieja amiga. Aunque de hecho no influyeron en absolutamente nada. De hecho, cuando metieron las manos, Bell recibió otro golpe que lo dejó fuera de combate.

...

¡Nah! Detalles.

-Este será el plan. Por favor comuníquenselo al resto porque esta noche partiremos. No nos daremos el lujo de aguardar más tiempo-Ordenó el pequeño Hobbit de la familia Loki, posando las manos sobre la mesa y sonriendo de forma retadora.

Minutos después.

Después de la corta cita, Bell y Airmid regresaban a la base. Esta última abrazaba el brazo derecho del chico, aferrándose a él sin intención de siquiera soltarlo. Su expresión reflejaba pura felicidad y confort. Por otro lado, el peliblanco sangraba de la oreja, la cual estaba llena de cortes superficiales en la piel pero el problema recaía en que se hinchó. Gracias al cangrejo molesto que no paró de cortarle en aquel sitio durante la hora que duraron acostados en la arena.

De la nada se cruzan con Shakti y Riveria, quienes salían de la cabaña a escasos centímetros de su posición.

-¿Eh?-Dijeron al unísono, permaneciendo estáticos.

Antes de siquiera hablar, la peliazul abrazó la extremidad superior libre del conejo, pasmando a la sanadora.

-¡Ahora es mi turno! ¡Él lo prometió!-Alzó la voz, apuntando al cielo y mostrando que el sol estaba en su punto más alto. Esto daba a entender que ya es mediodía y que la hora de su cita también.

-N-No...-Airmid quiso quejarse y llevarle la contraria, sin éxito. Así que se separó de él, cediéndole la chance.

Riveria desvía la mirada, celosa. Su oportunidad fue luego del combate contra el Kraken y vaya que lo disfrutó, durmiendo en el regazo de su amado.

-¡¿Fueh?! ¡Bell! ¡¿Qué te pasó en la oreja?!-Pregunta la capitana de la familia Ganesha al notar la condición de dicha estructura del oído.

Las otras dos lo vieron.

-N-No es nada. Peleé contra el crustáceo más feroz que me he topado-Respondió a secas, restándole gravedad.

-¡Y-Yo te curo!-La peliplateada reaccionó, procediendo a emplear magia curativa y así cerrar las múltiples heridas.

El brillo verde apareció al posar las palmas a centímetros de la oreja y se curó rápidamente. Parecía que nunca fue lastimada.

-Gracias-Agradeció el muchacho.

-Ahora, si nos disculpan...-Shakti jalaba a su novio para dar inicio a la cita. No obstante, la detuvo Riveria.

-Espera. No le hemos explicado el plan-La inconformidad en aquel aviso desprendía cierta aura oscura.

-Oh... cierto...-Contestó la justiciera.

-¿Are?-Bell ladeó la ceniza sin comprender qué mosco les picó para que cambiaran tan repentinamente el estado de ánimo.

-Dan miedo cuando se ponen así...-Opinó la curandera.

"Tú igual amor" Dijo el conejo mentalmente. Ni de broma saldría de ahí.

Riveria y Shakti suspiraron.

-Verán...-De ese modo dieron inicio.

El par de novias se paró enfrente y relató lo platicado durante la reunión con Loki, Njord, Gareth y Finn.

Contaron lo relacionado al Kraken y como este se liga a la diosa Kali. No obviaron el detalle respecto a la diferencia entre las órdenes que orillaron al monstruo marino a actuar de distintas formas.

Tampoco olvidaron explicar el por qué atacó a los barcos de Melen, él secuestro de los aventureros y... el tipo de trato que recibirían suponiendo que diesen a parar donde se imaginaban.

-Y tendrás que acompañarnos a Telskyura...-Concluyeron.

Las expresiones en el cuarteto diferían.

Shakti y Riveria guardaban la calma lo mejor que podían.

Airmid fulminó con la mirada a quien se hallaba al costado suyo.

Bell... estaba totalmente sonrojado.

"Pelvis rota..." Recordó una frase de su abuelo.

"-¡Recuerda Bell! ¡Morir con la pelvis rota es la romance de un hombre!-" Las palabras de aquel viejo pervertido resonaron e hicieron eco dentro de su cabeza antes de que en la escena irrumpiera su madrastra Alfia y los golpeara a ambos, apagando aquella memoria escondida.

-¡NO IRÁ! ¡DEFINITIVAMENTE NO PERMITIRÉ QUE SE META A ESE NIDO DE MUJERES DEVORA HOMBRES!-Gritó la peliplateada, sacando humo de la cabeza.

-¡LO MISMO LES DIJIMOS PERO ELLOS INSISTIERON!-Gritaron las otras dos. La inconformidad era compartida.

Las tres bellas chicas giraron la cabeza, emanando una aura negra que provocó un aumento en la gravedad de ese punto específico.

Bell tragó saliva, grave error. Ese minúsculo sonido fue escuchado.

-¡E-Esperen...!-Las quiso detener mientras caminaba hacia atrás.

*¡PAM!*

Cayó al tropezarse con ese maldito cangrejo naranja, el cual fue pateado por Shakti.

El amenazado aventurero retrocedió, gateando de espaldas y alejándose de la furia que apuntaba a él.

-Te-.

-Tendremos-.

-Vigilado-.

-¿Entendiste...-.

-... mi...-.

-... amor?-.

Cada chica dijo completaba el pedazo de oración que le faltaba a la otra con una sincronización casi perfecta. Impresionante aunque aterrador.

-N-No haré nada. Al menos no intencionalmente-Respondió Bell a la amenaza, temblando.

-¡EL PROBLEMA ES QUE ESAS COSAS SIEMPRE OCURREN SIN QUE LO BUSQUES! ¡ESA PROMESA SUENA VACÍA!-Le reclamaron airadamente.

-¡¿ENTONCES QUÉ QUIEREN QUE DIGA O HAGA?!-Cuestionó, llorando internamente.

El trío de novias exhala, relajándose y quitándole el peso de encima al pálido muchacho.

La peliazul lo levanta de la arena. Lo cargó como si de un costal de papas se tratara.

-Iremos a nuestra cita-Alertó, yéndose de ahí y despidiéndose.

Las otras dos chicas la observan alejándose, quedándose solas sin nada que hacer hasta que partan a Telskyura.

-Me retiro por aquí...-Dijo Riveria, apuntando a su cabaña y caminando a ella.

-Alto-Habló Airmid, deteniéndola al jalarla de la muñeca.

-¿Sí?-La alta elfo respondió al llamado de atención.

-Deseo platicar contigo. Shakti y yo tuvimos esta conversación ayer de camino aquí y te toca al ser la nueva novia-Pronunció, despejando la duda de la pelijade en cambio de darle muchas más.

-¿Platicar? ¡Hiii! D-Das miedo Airmid...-Riveria percibió la expresión dibujada en la cara de la sanadora.

-Accede...-Ordenó.

-A-Acepto...-Contestó la elfo, sucumbiendo. Sin saber de qué se trataba.

En la cita de Bell y Shakti.

-¿Quieren que les preste un barco de remos?-Preguntó Njord, queriendo asegurarse de que los oyó correctamente.

El par novios subió y bajó la cabeza reiteradamente, afirmándolo.

-Y dos cañas de pescar si es posible-Agregó el peliblanco a la demanda.

-Prometemos que seremos cuidadosos y no saldremos de la zona segura-Adicionó Shakti.

-Hai. Busquen en el muelle, deben haber algunos desocupados. Sobre las cañas pues normalmente las dejan ahí. Tal vez no usaron toda la carnada-Dijo Njord, indicándoles donde se hallaba el medio de transporte.

-¡Muchas gracias, Njord-Sama!-Agradecieron, inclinándose adelante en señal de respeto.

-Exageran, es solo un favor. Además, ustedes están ayudando en la búsqueda de mis hijos y el resto de habitantes de Melen. Siéntanse libres de cobrar ese apoyo-Respondió, levantando el pulgar.

-Trataremos de no aprovecharnos de esa amabilidad-Comentó Shakti.

Bell y ella le dieron la espalda, saliendo de la cabaña en dirección al muelle.

-También he de admitir que el romance entre esa mujer y él dista mucho de lo que me imaginaba. En mi familia solo hay una aventurera mujer aunque han pasado meses desde que nos comunicamos-Dijo el dios, melancólico y abriendo la ventana para ventilar el cuarto.

-¿Cómo estarás, Rollo? Supongo que ya conociste al muchacho, esa clase de "Traseros" no se te escapan, gata pervertida-Preguntó al aire, recordando a la chica gato de cabellera negra que forma parte de su familia.

En Orario, dentro de "La señora de la abundancia", una de las camareras estornudó.

Pero volviendo a lo principal...

-¿Sabes cómo utilizarlo?-Cuestionó la peliazul a su novio, el cual le extendía la mano para que ella entrara al barco.

-Claro que sí. Fui de pesca en infinidad de ocasiones con mi abuelo y tio. No siempre se puede depender de los cultivos, menos en épocas de sequía-Contestó, sentándose de frente a ella.

Shakti se sentó del lado contrario.

-Indícame cuando alcancemos el límite, yo remaré-Pidió, agarrando ambos remos.

-¿Seguro que no necesitas ayuda?-Preguntó la chica.

Bell negó.

-Es una cita y debo encargarme de todo. Es lo menos que puedo hacer por ti-Comunicó, sonrojando a la mujer.

-E-Entiendo...-Susurró, desviando la mirada. De a ratos veía de reojo al peliblanco, quien movía los remos para que el barco avanzara.

El sudor y la tensión en los músculos del muchacho eran notados por Shakti, la cual se quedaba anonadada por lo mucho que ha avanzado en los pocos meses de estancia en Orario. Parece lejano el día en el que lo recibió en la entrada de la ciudad. Aquel joven de cabello blanco, ojos rojos y de complexión delgada que solamente cargaba en la espalda su mochila y en el cuello esa sucia bufanda de piel de Goliath. Momentáneamente se preguntó de dónde la consiguió si viene de afueras de Orario aunque no le dio importancia.

Nunca se hubiese imaginado que a partir de ese día nacería el sentimiento tan complicado que ignoró desde años atrás. Aquel sentimiento llamado amor.

Era difícil predecirlo. ¿Una mujer de su edad enamorándose de un joven de casi 15 años? Había muchos motivos que tacharían de loca esa idea, más aún si hablamos de la Shakti de antes que se negaba a temas románticos porque desempeñar la labor de proteger a la ciudad era su responsabilidad, la cual no le otorgaba el tiempo suficiente como para concentrarse en objetivos sinsentido.

¿Cuánto ha cambiado desde entonces?

Las pesadillas que la visitaban cada noche antes de irse a dormir desaparecieron.

El arrepentimiento y tristeza que traía el recuerdo de Ardi se convirtió en melancolía y felicidad gracias a él.

Su vida cambió en un abrir y cerrar de ojos. Dió un giro de 180 grados cuando menos lo esperaba.

"Gracias a ti..." Pensó, viéndolo fijamente, encantada de compartir su vida con él.

-Shakti ¿Cuánto falta?-Preguntó el conejo.

-¿Eh?-La mujer salió del transe.

-Que cuanto falta para llegar a los límites de la zona de pesca-Repitió.

-¡A-Ah! Lo lamento, es aquí. Ahí se encuentra la bandera que lo indica-Respondió, apuntando a las boyas en medio del agua.

-De acuerdo...-Bell detuvo el andar y metió los remos.

-Njord-Sama dijo qué hay carnada, checa en esa caja de metal-Pidió, señalándola.

-Voy, voy. Toma la caña-Shakti le tiró el artefacto y revisó la caja.

Dentro de ella habían... gusanos.

-¡Hiiiii!-Se asustó y la cerró de golpe.

-¿Eh? ¿Estás bien?-Cuestionó el peliblanco, quien acomodaba el cordel.

-G-Gusanos...-Balbuceó la peliazul, tragando saliva y expresando cierto desagrado. Por no decir miedo.

-¿Gusanos? Son la carnada-Dijo Bell, despreocupado y agarrando la caja donde, aparte de los animalitos, se hallaban los ganchos que iban al extremo del cordel y donde clavarían la carnada.

Él tomó uno con sus dedos y lo enterró al anzuelo.

El gusano se retorcía.

-¡A-Aléjalo!-Rogó la mujer.

-¿Les temes?-Preguntó el muchacho.

Dudando en contestar, Shakti guardó silencio.

¿Qué impresión daría si se revelara esa vergonzosa información?

-Todos le tenemos miedo a algo. No te preocupes. Yo le temo a los goblins a pesar de que lucho con ellos en los primeros pisos del calabozo-Confesó, rascándose la nuca al decir su vergonzoso secreto como si no fuese nada.

-¿G-Goblins?-Eso llamó la atención de la peliazul.

-Sí. Mi madrastra, al entrenarme, me arrojaba a una pequeña sección que daba a un calabozo de menos de 4 pisos. Ahí se guardaban los goblins y me obligaba a luchar contra ellos hasta que cayera rendido. Claro que ella controlaba la situación pero...-Bell temblaba de miedo al recordar la experiencia.

-Jeje... traumas de la niñez...-Murmuró, abrazándose los hombros.

-¿Qué clase de infancia tuviste?-Interrogó Shakti.

-Nunca le digas a tú madre que quiera ser un héroe. Menos si ella apoya esa idea. En fin. Lo que quiero decir es que el miedo es natural en nosotros. Sin embargo, debe motivarnos a enfrentarlos y mejorar-Explicó, sonriendo dulcemente.

La capitana de la familia Ganesha lo escuchó y las palabras calaron dentro de su cabeza.

"Enfrentarse y mejorar..." Pensó.

Tragando saliva y recolectando valor, metió la mano entre los gusanos.

-¡Ugh!-Se quejó y agarró uno.

Sin pensarlo dos veces, lo clavó al anzuelo.

-¡Esa es mi novia!-Le celebró el conejo, aplaudiéndole por confrontar valientemente sus temores.

-¡¿A-Ahora qué hago?!-Ella no sabía que paso seguía.

-Te enseñaré-Bell se sentó detrás, rodeándola con sus brazos y sujetando la caña al encimarlas en las de ella.

La peliazul se ruborizó enormemente. Bell en cambio no hacía mucho caso a la situación, concentrándose exclusivamente en darle instrucciones.

-Agarras aquí. Suelta un poco el cordel. Levanta ambos brazos y... ¡Lanzas el anzuelo!-Él realizó cada paso en orden a espaldas de la chica, quien no le oía porque estaba sumergía en sus pensamientos debido a la cercanía entre el cuerpo de Bell y el suyo.

"¡Cerca! ¡Demasiado cerca! Ni cuando dormimos juntos lo sentí tan pegado a mi" Gritó internamente. La iris se le volvió un remolino.

El olor a sudor.

La calmada respiración a cercanías de su oído.

Este cúmulo de cosas la mareaban. La sangre se le subía a la cabeza y se olvidaba de seguir las instrucciones. O mejor dicho, ni siquiera era consciente de que se le enseñaba a pescar.

Los minutos transcurrían. El conejo se separó de ella luego de que la considerara lista.

Cada quien tiró el anzuelo al sitio contrario del barco, esperando a que picaran los peces.

Es un proceso tardado, motivo por el cual debían concentrarse en silencio y no distraerse porque los animales marinos podrían comerse la carnada y largarse.

-No pica nada...-Expresó la mujer.

-Ya sé... Supongo que se espantaron. El Kraken los ahuyentó-Contestó Bell.

-Sí. He de admitir que no son las vacaciones que esperaba pero si así puedo pasar tiempo contigo... serán las mejores-Declaró Shakti, sonriendo ligeramente.

-Opino lo mismo...-Contestó el peliblanco, feliz por lo anterior.

-No te lo había mencionado. Últimamente, cada que te visito en tu sede, luces más radiante y reluciente...-Dijo.

-Es gracias a ti, tonto-Apenada y con tonalidad baja en la voz, la peliazul habló.

-¿E-En serio?-Él dudo, emocionado de que sea ese el caso.

-Sí. Mis días se han vuelto felices y tenerte presente en mi mente, esperando a verte, ha influido indirectamente en mi estado de ánimo y salud...-A Shakti no le avergonzaba expresar sus sentimientos. Como se dijo el día que fue aceptada como novia, no jugará el papel de niña enamorada. Ella es una mujer hecha y derecha.

-Y-Ya veo...-El conejo bajó la cabeza.

-Fufufu-La mujer se rió de él por su actitud.

El silencio regresó. Al menos hasta que Bell decidió romperlo.

-En el casino... lucías realmente hermosa...-Susurró, rememorando la apariencia de Shakti el día del rescate de Anna.

-¿Eh?-Ese breve sonido salió de la boca de la justiciera.

Pasmada gracias al halago, su cara se enrojeció, sacando vapor de la cabeza.

-Shakti-.

"Hermosa... hehe..." Repitió mentalmente, soltando al caña y agarrándole las mejillas.

-Shakti-.

"Empleas muy bien las palabras, me sorprendiste..." Alabó la habilidad de su amado.

-¡Shakti! ¡Mordieron el anzuelo!-Gritó el peliblanco, agarrando el mango de la caña de pescar, el cual era jalado por un pez que picó.

Él se apresuró a tirarse de espaldas desde atrás de la chica. La rodeaba con ambos brazos ya que ella se hallaba en medio del camino.

La peliazul reaccionó, esforzándose en meter al pescado y evitar que escape.

-¡JALA FUERTE!-Gritó el conejo. Tal vez el animal marino era de gran tamaño y he ahí la resistencia que oponía.

*¡SPLASH!*

De las profundidades emergió un gran pez, el cual se elevó por el aire hasta caer al barco.

*¡PAM!*

El cuerpo de ambos aventureros se tiró al suelo de la embarcación.

La peliazul cerró los ojos después de la caída. Se hallaba encima del muchacho, quien por alguna razón sacaba vapor de las orejas y se tapaba la nariz con la mando izquierda.

-Ay...-Se quejó Shakti, abriéndolos lentamente.

-¿Qué te pasa? ¿Lo atrapamos?-Dijo, volteando a donde el pez se retorcía.

-Y-Yo creo que atrapé otra cosa...-La voz temblorosa del joven provocó que Shakti baje la mirada lentamente y se topara con la razón de su intranquilidad.

Bell... apretaba el pecho izquierdo de la justiciera con su mano derecha.

Ella se sonrojó y se separaron rápidamente, dándose la espalda.

-¡PERDÓN! ¡PERDÓN! ¡PERDÓN! ¡PERDÓN! ¡PERDÓN! ¡PERDÓN!-Repitió infinidad de veces, cerrando la palma para evitar recordar la sensación redonda y suave.

La mujer se abrazó a sí misma.

-Pervertido...-Le dijo.

-No fue mi intención...-Lloraba Bell, arrepentido.

Shakti, entre dientes, habló.

-T-Todavía es pronto... y Airmid me mataría si no es la primera...-.

*¡PUFF!*

Montones de humo salen de las orejas y orificios nasales del joven aventurero, desmayándose en el proceso.

También cabe mencionar que una cantidad considerable de sangre se derramó en la madera desde la nariz.

-¡B-Bell! ¡Despierta! ¡Despierta!-La peliazul lo sacudió aunque él no mostraba señales de vida.

"Abuelo... ¿Es este el paraíso del que tanto me hablabas? Aún no estoy listo para esa carga..." Pensó, siendo agitado.

"Y mucho menos lo estaré cuando esta historia alcance el "Romance" de un hombre..." Concluyó.

Luego de aquel incidente reaccionó, continuando con la cita y prometiendo que no le mencionarían nada de aquel roce a Airmid.

Tiempo después.

Airmid y Riveria caminaban juntas. Quedaron en reunirse con el resto de chicas de la familia Loki.

A la alta elfo se le notaba cansancio. Tal parece que la conversación que tuvieron ambas féminas emparejadas con el mismo hombre fue un poco demasiado para ella.

La peliplateada la bombardeó de preguntas.

"¿Cómo te enamoraste de él? ¿Desde cuando? ¿Qué quieres hacer con Bell? ¿Por qué específicamente él?".

Las horas pasaron volando. La única ventaja es que mataron el tiempo hasta que el encuentro llegara. Del resto, fue un verdadero martirio para la primeriza en temas románticos.

Nunca había hablado tres horas seguidas sin descanso.

Mientras iban a punto de encuentro se toparon con Shakti y Bell. Las expresiones del par distaba en demasía. Mientras que la primera lucía feliz al abrazarle el brazo izquierdo. Él lucía cansado y sucio.

-¿Por qué hueles tan mal?-Le cuestionaron las dos chicas, tapándose la nariz.

-Estuvimos pescando. Bell me enseñó-Respondió la peliazul.

-Atrapamos muchos peces, eso comeremos y cenaremos... aproximadamente 150 o qué se yo. Regresamos cuando en el barco no cabía ni un alma-Adicionó el conejo, falto de aire.

"Si no mantenía ocupada mi mente hubiese muerto de vergüenza. Evité los silencios incómodos y las ideas pervertidas al tirarme al mar a pescarlos directamente... ¡SOLO ASÍ EVITÉ OTRA HEMORRAGIA NASAL!" El diálogo interno se mantuvo ahí, luchando por no revelar detalles a las dos novias de enfrente porque seguramente lo matarían. Esperen... ¿No a Riveria ya le tocó los pechos? Detalles luego.

-Hummm-Airmid analizaba los gestos y el lenguaje corporal del peliblanco, sospechando.

-¿A-Algo anda mal?-Los ojos violetas de la sanadora perforaban su alma.

-¿Qué fue lo que...?-Antes de interrogarlo fue interrumpida.

-¡Oh! ¡Ahí están!-Avisó la enérgica amazona de la familia Loki acompañada del resto de chicas y chicos pertenecientes a esta familia.

"Salvado por la campana. Gracias Tiona" Dijo Bell en su subconsciente, limpiándose el sudor de la frente y agradeciendo la irrupción de la amazona.

-¡Oye niño! ¿No te molesta si nos llevamos a tus novias?-Dijo Tione, jalando a Shakti del brazo y separándola de él.

-¿Eh? ¿Qué?-Cientos de signos de interrogación se dibujaron encima de la cabeza del muchacho.

-Es que iremos a cambiarnos. Nadaremos antes de partir a la misión. Rara vez disfrutamos de las misiones así que venir a Melen sin bañarse en la playa sería un sacrilegio-Explicó Tiona, guiñándole el ojo.

-Trajes de baño-Aiz apareció detrás de la amazona.

-¡Así que tranquilo! ¡Tus novias te sorprenderán así que espéralo!-Tione le golpeó la espalda a Bell.

-Trajes de baño...-La mente del conejo divagó.

-No comas ansias. Vámonos-Finn lo agarró del hombro.

-¡Tch! ¡Ese maldito tomate no debe juntarse con nosotros!-El hombre lobo se cruzó de brazos.

-¿Tomate?-Bell se quedó dudando. Lo han llamado conejo pero nunca tomate.

-Él te puso ese apodo porque las 3 veces que te a visto estás rojo. Esa vez en el gremio. Cuando te lo topaste en Rivira y ayer antes de partir-Explicó Raúl, un hombre de cabello negro muy... ¿Común? Es el adjetivo que mejor le calza.

-Ammm ¿Pero quienes son?-Cuestionó el peliblanco.

-Él es Raúl Nord y este de aquí es Bete Loga. Forman parte de la familia Loki-Contestó Gareth.

-Comprendo... mucho gusto, supongo. Soy Bell Cranel-El chico se presentó.

-¡Okey! ¡Cada quien a su sitio!-Loki aplaudió, llamando la atención.

-Nos veremos en un rato, Bell-Dijeron las tres chicas amantes del conejo, sonrojadas.

-H-Hai...-Respondió.

Alicia y Lefiya se posaron en cada costado de la alta elfo.

-¡E-Esperen! ¡No me tironeen!-Reclamaba la pelijade.

Las dos elfo miraban fijamente de manera feroz y amenazante al maldito mujeriego que mancilló a su amada maestra.

Airmid y Shakti acompañaron al resto. Agitando la mano y despidiéndose de Bell.

Aiz y Tiona giraron, corriendo a los vestidores.

Line se despidió de Bete, el cual la ignoró, Aki de Raúl, el cual lucía nervioso, y Tione de su capitán, quien sintió un escalofrío recorriéndole la médula, agrupándose con el resto seguido de esto.

-Pues al vestidor de hombres-El hobbit indicó donde se hallaba y el grupo compuesto por Bell, Finn, Gareth, Bete y Raúl se dirigió allá.

Ya ahí fue cada uno a los casilleros donde guardarían su ropa y en el cual les esperaba un traje de baño.

El muchacho se deshacía del pantalón y la chaqueta. Esas prendas que lo acompañan desde que comenzó su aventura.

-¿No alardearás de tu suerte?-Interrogó el capitán de la familia Loki.

-¿Eh? ¿Alardear?-Bell inclinó la cabeza. No comprendía el trasfondo de esa pregunta.

-No te hagas tonto. Estás en una posición bastante envidiable-Vociferó Gareth.

Bete lo agarró del cuello de su camisa negra, alzándolo.

-¡ERES UN DESGRACIADO SUERTUDO!-Reclamó el hombre lobo, hirviendo en celos.

-¡¿Ehhh?! ¡¿De donde nace esta hostilidad?! ¡Soy inocente de cualquier pecado del que se me acuse!-Reclamó el chico, levantando las manos.

-El pecado es lujuria-Informó Raúl.

-E-Entonces si soy culpable. Por favor que sea rápido e indoloro-Pidió, cabizbajo y rindiéndose. No negará que pensamientos lujuriosos lo han abordado desde que su primer noviazgo.

-Suéltalo. Claramente no es consciente de la suerte de conejo que posee. Dos patas de conejos para ser exactos-El hobbit le ordenó al beastman que dejara en paz al invitado.

-¡Tch!-Chasqueó la lengua, haciéndole caso.

-Tomate. No solo posees 3 novias. ¡Una de ellas es esa maldita anciana!-Declaró Bete, aguantando la risa.

Esto no cayó bien en Bell.

Enojado, lo encaró.

-¡La edad de la raza de elfos es distinta a la tuya o a la mía! ¡Eso no es motivo de broma ni te da el derecho de faltarle al respeto!-Gritó, tomando aire.

-¡Además ella es muy hermosa! ¡Muy muy muy muy muy hermosa! ¡Soy un suertudo por gustarle!-Vociferó a los cuatro vientos, apretando los puños y descargando el oxígeno de sus pulmones.

-¡Tch! ¡El punto es que no solo estas en un noviazgo con ellas! ¡También estoy al tanto de lo ocurrido en las aguas termales de Rivira! ¡El maldito anciano me lo contó, mofándose de mi!-Comentó airadamente, apretando los dientes para contener la rabia en su ser.

-¡Eso fue un accidente! ¡El señor Gareth lo sabe!-Contestó el acusado.

-¿D-De causalidad estaba Aki ahí?-Preguntó Raúl, asomándose.

-No sé quién sea Aki. No conocía a todas las chicas del lago-Respondió Bell, suspirando.

-Cabello negro. Orejas de gato-La describió.

-No recuerdo que alguien así estuviese...-Dijo el joven, apelando a su memoria.

Raúl suspiró, aliviado.

Se enteró del incidente. No obstante, no investigó a fondo si el perpetrador alcanzó a ver a su interés amoroso sin ropa ya que se trataba de un asunto privado.

-Ya decláratele a Aki-Dijo el resto, frustrados, a excepción de Bell.

-¡N-No hay forma de que de el primer paso!-El pelinegro negó.

Bell le pone la mano en el hombro y este voltea.

-Lo entiendo...-Dijo, llorando.

-Mis tres novias se me declararon. Yo no fui capaz de ser el que les pidiera ser mis novias-Confesó.

-¡Son unos cobardes!-Bete se burla.

-No hablaría de más si fuese tú. No era capaz de sincerarte con Line-Le recordó Gareth.

-¡Porque no hay nada de qué sincerarse! ¡Jamás me gustaría una mujer débil como ella que se escondió en las trincheras tan pronto atacó el Kraken!-El hombre lobo negó absolutamente todo.

Finn, a la distancia, se ríe de la actitud tsundere que su compañero de familia demuestra cada que mencionan a la humana de lentes.

Él se percata, encarándolo.

-¡Al menos no pongo la excusa de "Preservar la raza" cada que rechazo a una mujer que claramente se interesa en él!-Habló, refiriéndose obviamente a Tione.

El ceño del rubio cambió a una seria.

-¡JAJAJAJAJAJA!-El enano se ríe del cierre de boca que le dieron al capitán.

-Señor Gareth, usted tampoco es el más idóneo para mofarse de la situación romántica del resto. ¿No siente afecto por Tsubaki?-Raúl le recordó a la enana capitana de la familia Hefesto.

-Solo es una compañera de tragos-Responde Gareth, sin inmutarse.

-Hummmm-A ninguno de los cuatro les convenció la respuesta, agudizando la mirada.

En el vestidor de mujeres.

Las chicas platicaban mientras se desprendían de su ropa.

Line, quien era perseguida por Loki, la cual quería manosearle los pechos, corría de esquina a esquina, gritándole que se alejara y la dejara en paz.

Mientras tanto, Alicia y Lefiya, mantenía, los ojos fijos en su maestra, la cual sentía que los dos pares de ojos le quemaban la nuca.

-Si hay algo que quieran decir, háganlo. Es incómodo que no dejen de verme-Dijo, dándole entrada libre al cúmulo de preguntas.

-Riveria-Sama... ¡¿Por qué él?-Lefiya fue la primera.

-¡De todos los hombres del mundo por qué el único que está formando un harem!-Alicia le siguió.

-¡¿Cómo es posible que tirara a la basura las tradiciones de nuestra raza al unirse en esa relación múltiple e inmoral de ese maldito mujeriego?!-Al mismo tiempo gritaron la tercera pregunta sin dar chance entre ellas para contestarlas.

La alta elfo exhaló, sonriendo.

-Ni yo lo sé... desde ese día cuando lo visité en el hospital de Dian-Sama no dejé de pensar en él. Era feliz al recordar sus cálidas palabras y ese calor se le contagiaba a mi corazón...-.

Las dos chicas la observaron, anonadadas a consecuencia del estado de su maestra.

-No estoy segura pero... sé que tomé la decisión correcta-Agregó.

"¡ELLA NO ES NUESTRA RIVERIA-SAMA! ¡NOS LA CAMBIARON!" Se lamentaron.

-Fufufu. Tal vez esas historias de amor donde la princesa se enamora perdidamente a primera vista y cambia su forma de vivir la vida y de percibir el mundo no son pura fantasía-Concluyó y su ritmo cardiaco aumentó.

Alicia y Lefiya se echaron un vistazo rápido y de repente la imagen de aquel conejo que tanto atacaban hizo acto de presencia.

-Amor a primera vista...-Susurraron.

Se dieron cuenta de ellos y esfumaron esa imagen mental al sacudir la cabeza.

-¡NO HAY MANERA!-Gritaron.

*¡PAM!*

*¡PAM!*

Y la estrellaron en la pared, buscando deshacerse de esa loca idea desesperadamente.

La pelijade mueve la cabeza de derecha a izquierda y busca el traje de baño que utilizará.

Al sacarlo de la bolsa queda como piedra.

-Eh...-.

-¿Ah? ¿Mami? ¿Qué te parece? ¡Yo lo elegí personalmente!-Dijo Loki, abandonando a Line, la cual fue manoseada exitosamente.

*¡PAM!*

Riveria golpeó a la diosa, mandándola a volar y chocando contra la pared de madera.

-E-Es ese o ninguno... Ya no hay otro traje de baño...-Avisó y... se desmayó.

La pelijade aprieta el pedazo de tela y cierra las cortinas.

-¿Le gustará a Bell? ¿Tendré siquiera el valor de ponerme esto y salir de aquí?-Dudó.

Durante ese debate interno, del lado del resto de las chicas, había un silencio sepulcral.

-¡Ujum! Ojalá al capitán le guste mi traje de baño-Tione rompió el hielo.

-Espero eso igual...-Dijeron Airmid, Shakti, Tiona y Aiz. Solo que refiriéndose a Bell como el observador.

Tiona ve los pechos del resto, luego los suyos y la confianza sufre un golpe crítico.

Aiz ladea la cabeza, sin entender.

-Los pechos de una mujer pueden ser tu mayor orgullo o tu peor inseguridad, dependiendo del tamaño-Comunico Airmid, poniéndose el sujetador del bikini.

-¡Gah!-Un ataque justo al pecho plano de la amazona.

-No te preocupes, eres hermosa-Shakti la apoya.

-Aunque... nunca he escuchado que Bell hable sobre sus gustos respecto al físico de las mujeres. Tal vez no se fije en eso-Comentó la peliplateada.

-Es gracioso viniendo de quien tiene tres novias realmente bellas-Dice Tione, riéndose.

-Probablamente sea causalidad-Responde la sanadora.

Tiona y Aiz asienten, poniéndose sus propios trajes de baño.

La peliazul lo nota de reojo y les desea suerte.

En las afueras de la caballa. Justo donde nadarían.

Los cinco hombres esperaban de pie a que las féminas salieran.

-Ya lo discutimos. Nada de hacerlas sentir incómodas-Avisó Finn.

-Ya sabemos-Dijeron al unísono.

-No tengo ojos para nadie que no sea Aki-Habló Raúl, rascándose la nuca.

-A mi Tione me castraría o peor en caso de que suponga que otra chica llamó mi atención. Así sea de nuestra familia-El Hobbit sintió miedo.

-¡JAJAJAJAJA!-Gareth se ríe de la desgracia de su viejo amigo.

Bete por su parte, cruzado de brazos, guarda silencio, fungiendo no interesarle.

Bell luce deseoso de ver en traje de baño a sus tres novias aunque lo disimulaba.

En eso salen en grupo las chicas.

-¡Oh! ¡Ahí están!-Alerta Tiona con esa voz imposible de confundir.

Los cinco giran y se topan con algo realmente hermoso.

La primera era Airmid. Ella traía un bikini color azul turquesa y blanco, el cual tenía detalles en el área del sostén, asemejándose a pedazos de tela seccionados. El primero y último era blanco. El de en medio Azul. Las curvas no dejaban nada a la maldita imaginación.

La siguiente fue Shakti. Al igual que la peliplateada, eligió el bikini. El color era de azul rey, haciendo que su cabello resaltase y su figura también. Los detalles en él área inferior del sostén de parecían a los de Airmid.

Después le tocó a Riveria, quien vestía uno extremadamente revelador que dejó boquiabierto al conejo. Se trataba de un traje de baño de una sola pieza color azabache. En el área inferior se le amarró un pedazo de tela morada, haciendo el nudo al costado izquierdo de la cadera. Esto con el objetivo de tapar las piernas y muslos de la elfo.

La cuarta fue Aiz, quien también escogió el bikini. El de ella era de color blanco, idéntica a la tonalidad de su piel. Sus ojos y cabello dorado brillaba al recibir los rayos del sol.

El turno siguiente era de Tiona, quien, como su hermana, usaron bikinis aunque de color azul, parecido al de Shakti. La figura morena de ambas mujeres.

Les siguieron Alicia, Lefiya Aki, Line y Loki.

Alicia usó un traje de baño de prensa única, el cual cubría desde sus pechos hasta su cadera y parte de los muslos. La piel que quedaba al descubierto era en zonas laterales del torso y su espalda.

Lefiya vestía un bikini rosado con detalles en blanco, enseñando las curvas de la delgada elfo.

La chica gato usó un traje de baño rojo. El sujetador constaba de un top de ese mismo color.

El de Line era color celeste, también un bikini. Los bikinis están de moda. Su aire de inocencia aunado a su figura aún en desarrollo creaba cierta combinación de dulzura y belleza.

Loki en cambio usó un top azul y unos mini pantalones de esa misma tonalidad.

Cada hombre observaba respectivamente a la o las chicas, en el caso de Bell, de su interés.

Bete a Line.

Finn a Tione, obligado obviamente aunque no se le notaba inconforme.

Raúl a Aki.

Y Gareth a... nadie.

Al peliblanco se acercaron 7 de las 11 chicas, lo cual lo confundió.

-¡Argonauta-Kun! ¡Mírame, mírame! ¿Qué tal me veo?-Preguntó Tiona, dando una vuelta para modelar su traje de baño.

Bell no supo que decir.

Shakti entre dientes le dijo que hable.

-Te ves realmente radiante-Dijo, apenado.

-Jeje...-La amazona rió, conforme con la respuesta.

Le siguió Aiz, la cual también se adelantó al resto.

-Bell... ammm quisiera saber...-La rubia no hallaba las palabras para expresar su deseo.

-Luces realmente hermosa. Ese traje de baño te queda muy bien-El joven habló sin dudar.

Las mejillas de la "Princesa de la espada" se pintaron de rojo.

-¿Eh?-Dijo. Sin saber cómo reaccionar.

*¡PUFF!*

Salió vapor de su nuca y se alejó.

-¡Oigan! ¡Debemos ir primero nosotras!-Airmid se metió entre ellas.

-Tranquila Airmid. Tú luces fabulosa. Solo te he visto una vez en traje de baño y el sentimiento es el mismo. No... es más intenso-Comunicó el peliblanco, sin dejar de observarla.

-P-Por favor no veas de más...-Pidió la peliplateada, tapándose los pechos. ¿Dónde quedó esa confianza?

-Supongo que voy yo-Dijo Shakti, abriendo los brazos y enseñando su traje de baño.

-Eres realmente hermosa. Tanto que ponerlo en palabras sería extenso-Bell la halagó, sonriendo.

La peliazul se conformó y se retiró, inflando su pecho.

La última era Riveria... ¿O ultimas mejor dicho?

La alta elfo, acompañada a cada lado de Lefiya y Alicia, aparecieron.

-¡No permitiremos que...!-Antes de repetir el discurso, Bell habló.

-Lefiya, Alicia. No hay duda de que las elfo son mujeres realmente bellas-Declaró.

Ambas quedaron en silencio y se sonrojaron.

-¡N-NO NOS ECHES TU MIRADA LUJURIOSA MALDITO MUJERIEGO!-Gritaron, corriendo lejos de ahí.

Él solo fue sincero.

-B-Bell...-Riveria lo llamó.

-¿Cómo luzco?-Preguntó, posando los brazos atrás.

El joven tragó saliva, buscando el modo de halagarla pero la apariencia de aquella pelijade lo dejaba anonadado.

-F-Fuera de este mundo...-Susurró. Nervioso.

-¿Cómo?-Cuestionó la elfo.

-U-Una perfección... fuera de este mundo... es así como te veo...-Confesó, muriendo de pena.

Riveria celebró por dentro. No confiaba en su figura pero se alegra de haberse puesto ese traje de baño que la idiota de Loki escogió.

-Mamá Riveria ganó-Dijo Tione a la distancia, sin ser oída.

-Eso parece...-Comentó Finn.

-Todavía no me halagas-Reclamó la amazona al capitán.

-¿Qué quieres que diga? Las palabras se quedan cortas. En verdad eres una mujer bella-Respondió el hobbit, llenando de dicha a la chica.

Del otro lado se encontraba el siguiente par.

-B-Bete... ¿C-Cómo me veo...?-Preguntó Line, apenada.

-Tch, a mí que me importa-Respondió el hombre lobo, mirándola de reojo.

Contrario a lo que se pensaría, ella no se ofendió en lo absoluto, al contrario, parecía feliz.

¿A qué se debía? Simple... logró percibir cierto enrojecimiento en las mejillas de Bete.

Cumplió su objetivo.

-¿Te gusta, Raúl?-Preguntó la chica gato, totalmente avergonzada.

-Te ves... hermosa...-Fue la respuesta de Raúl. Breve y al grano

Ella se alegró y se llevó al joven.

-¡Nademos juntos!-Dijo.

El enano se sentó en una roca incrustada en la arena.

-Para la próxima invito a Tsubaki-Dijo pícaramente Loki, apoyándose en el hombre de Gareth.

-Compañera de tragos-Contestó.

-No engañas a nadie, aguafiestas-La Diosa le sacó la lengua.

-¡Okey! ¡A disfrutar del mar!-Gritó, alertando a todos y corriendo al agua.

-¡SÍ!-Fue la contestación unánime.

Minutos después.

Los aventureros y Loki nadaban plácidamente.

Se formaron pequeños grupos en los que se tiraban agua o competían en carreras para ver quien era más rápido. Aunque claro, Bete les gano a todos por paliza.

Loki perseguía a Line ahora que Riveria ya no podía ser el objeto de su lujuria.

Hablando de la alta elfo, Lefiya y Alicia se separaron de ella. Las palabras del conejo calaron más de lo que se imaginaban. Así que se juntaron con las hermanas amazonas y Aiz.

Raúl y Aki nadaban juntos, platicando de nada en específico aunque la pelinegra parecía esperar algo.

Se la pasan bien, disfrutando el agua fría en esta tarde calurosa antes de que llegara el momento de ir a "Visitar" a Kali.

Todo era risas y diversión hasta que...

-¿Eh? ¿Qué pasa Aiz?-Pregunta Tiona a la rubia, quien la abrazaba de la cintura completamente aterrada.

-Yo... le temo al agua...-Reveló.

Los presentes pusieron cara de póker.

-¿Qué? Si estabas emocionada hace un rato-Dijo Tione.

-Lo pasé por alto gracias a...-Murmuraba hasta que...

Bell, quien buceaba con sus tres novias, emergió de las profundidades.

-¿Hay algo mal?-Interroga, al percibir miedo en el ceño de la humana rubia, seguido del temblor.

La "Princesa de la espada" soltó a Tiona y se aferró al peliblanco.

-¡¿Fueh?! ¡S-Señorita Aiz!-Bell apartó las manos. El repentino asalto de la rubia lo abochornó.

-Agua... N-No sé nadar...-Repitió, apretando más la cintura del conejo.

Riveria sudó frío porque esa talasofobia, o sea miedo al mar, nació a consecuencia del castigo que le propinó cuando le dijeron vieja bruja.

-P-Pero... ¿Qué quieres que haga?-Le cuestiona.

-N-No me sueltes...-Rogó.

El muchacho ve de reojo al resto de chicas.

Lefiya y Alicia irradiaban furia.

Tiona infló las mejillas, celosa.

Las tres novias del conejo hicieron contacto visual con él.

-¿Le enseño a nadar?-Sugirió, esperando la confirmación de las mujeres.

La alta elfo asiente.

La capitana de la familia Ganesha asiente.

La sanadora dudó. Sin embargo, al final aceptó.

"Otra más que se enamorará de él" Se lamentó.

Shakti y Riveria sabían lo que pensaba con tal solo verla.

Teniendo el permiso de sus parejas, Bell sostuvo las manos de Aiz, auditándolas de su cintura, la cual estaba siendo aplastada por la fuerte presión ejercida.

-No hay nada que temer. No permitiré que nada malo te suceda ¿Si? ¿Confías en mi?-Dijo, tranquilizándola.

Ella alzó la cabeza, viéndolo y cediendo. Por alguna razón le inspiraba confianza.

-Sí... confió en ti-Respondió.

Su ritmo cardiaco fue en aumento. El pecho le apretaba y los labios le temblaban cual gelatina.

-Primero caminemos, poco a poco nuestros cuerpos se sumergirán y el tener donde pisar evitará que te alteres-Explicó, avanzando a pasos laterales sin soltar las manos de la chica.

Ella sentía, sin quitarle la mirada. Sus mejillas se ruborizaban entre más se acercaran. Casi olvidando por qué se encuentran en esta situación.

El resto de los presentes les dio espacio.

Se alejaban de la costa, poco a poco el nivel del mar subía.

Empapando los muslos.

Después la cadera.

El abdomen.

Pecho.

Cuello.

Hasta que...

-¡B-Bell!-Lo nombró, abrazándolo.

Sus pies ya no tocaban ninguna clase de superficie.

-No entres en pánico ¿Sí? Flotarás si dejas de agitarte-Con tacto y calma, la abrazó.

Ella respiró profundamente, llenando sus pulmones de aire y soltándolo.

Los latidos de su corazón disminuyeron, relajándolo.

De repente comenzaron a flotar, ya no se hundían.

-Ahora, eleva las piernas horizontalmente. Tu cuerpo pro inercia tomará la posición adecuada-Indicó Bell.

Ella siguió la instrucción, quedando con la parte delantera del cuerpo contactando con el agua.

-Perfecto. Lo haces muy bien. Trata de dar patadas al flexionar y extender la parte de abajo de la rodilla de las piernas-.

Aiz hizo exactamente eso.

El agua sonaba al ser golpeada.

Ella avanzaba mientras su maestro flotaba y retrocedía por la fuerza de empuje. Eso sí, no la soltó.

-El siguiente paso es dar brazadas hacia atrás y con el otro brazo hacia adelante-Bell quitó el agarre y la tomó de la cintura, avergonzándola.

-N-No me sueltes...-Dijo tiernamente, regresando la atención al agua.

-Jamás-Le contestaron.

Comenzó a dar las brazadas. Gotas de agua salada le caían en la cara por lo que, cada que daba la delantera, giraba la cabeza al lado contrario.

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Cinco.

Avanzaba sin detenerse.

La emoción no se hizo esperar.

Sonrió enormemente.

-¡L-Lo estoy logrando!-Festejó.

Volteó a donde Bell la observaba y abrió los ojos en su totalidad.

-Eres increíble, Aiz. Lo estás logrando-Le dijeron.

La persona que apareció se trataba de su padre.

Bajó los párpados y los subió nuevamente, asegurándose de que no alucinaba.

Y la figura anterior desapareció, dejando solamente la del peliblanco.

Dibujó una pequeña sonrisa y, entre lágrimas continuó.

Tal vez sea tonta e inexperta en el amor. No obstante, incluso alguien como ella comprendería que ese mismo sentimiento es el que surge en ella cada que lo ve.

¿Cómo puede estar tan segura? Simple. Esa llama oscura se apaga cuando está con él.

Venganza, odio, etc. Se disipan. Y la felicidad la reemplaza.

A lo lejos las tres novias no pudieron evitar sentirse alegres ante tan demostración de afecto.

-Bell sería un excelente padre...-Opinaron, hablando al mismo tiempo.

De repente se imaginaron cuidando, junto a su amado, a un hijo.

El trío se sonrojó.

Corrieron los minutos hasta que las clases dieron fin.

El sol comenzaba a ocultarse.

Aiz le agradeció al conejo, abrazándolo y huyendo rápidamente mientras permanecía sonrojada.

De la nada se le acercó Tiona mientras analizaba el actuar de la rubia.

-¡Eres genial Argonauta-Kun! Le enseñaste a nadar en menos de una hora-Vociferó, abrazándolo.

-Siempre tan enérgica-Comentó el conejo, dejándose abrazar.

-¡Sí!-Asintió la chica.

-Es agradable que esté alegre. Se me contagia. Nunca cambies por favor-Reconoció, externando su más sincero punto de vista.

La amazona se avergonzó y sus mejillas se coloraron.

-O-Oye, Argonauta-Kun...-Lo llamó con aquel apodo que le dio. Ese que solo ella usaba al referirse a él.

-Dime-Él acudió al llamado.

-¿Me enseñarías a nadar? También requiero lecciones...-Preguntó Tiona, quitándose de la espalda del muchacho.

-¿Uh? Por supuesto. Aunque no noté que se te complicara o que te asustaras-Respondió.

-¡E-Es que yo no le temo al agua! Simplemente no sé nadar...-La amazona silbaba. Claramente mentía.

-Entendido... Bien, sostente fuertemente-Bell extendió las manos y Tiona las sostuvo sin rechistar.

A pesar de que anochecería y el resto abandonaba la playa, le enseñaría.

Se alejaron de la costa del mismo modo que antes.

-Oye, Tiona sí sabe nadar-Dijo Finn a Tione.

-Él no lo sabe. No arruines el romance de mi hermana, capitán. Y concéntrate en mi-La morena lo abrazó, enterrándolo en sus pechos.

El tiempo pasaba y por alguna razón Tiona aprendía rápido.

El aprendizaje de la energética muchacha impresionó al peliblanco.

-Supongo que no será necesario que...-Iba hablar pero le interrumpieron.

-¡Argonauta-Kun! ¡No sueltes mi cadera! P-Puedo hundirme...-Dijo la amazona.

-Hai. Hai-.

Aquella chica que jamás se interesó en el amor más que en obras de ficción y cuentos vivía su romance en carne propia.

Se apenaba, disfrutaba la compañía, se sonrojaba por cada roce entre pieles a pesar de que se ha acostumbrado a abrazar a quienes quiere.

Cero experiencia en el amor.

-¡Nada conmigo!-Pidió, moviéndose sin el apoyo del muchacho.

Él aceptó.

Nadaron lentamente.

Entrelazaron sus dedos porque la amazona insistía en que no la soltara.

Bell no se negó. Puede nadar perfectamente con un solo brazo.

Recorrieron el mar sin miramientos. Lentamente acercándose al límite establecido.

Tiona lo miró y de repente su vista se nubló.

Bajó la luz de la luna y sintiéndose mareada, recordó cierta escena que no pertenecía a su vida actual.

Se trataba de la princesa Olna junto al hombre que amó. Argonauta.

Su iris brillaron, recuperando la vista.

-Argo...-Dijo.

Su acompañante le dirigió la mirada y...

Le sucedió lo mismo.

Vista nublada.

Mareos.

Recuerdos...

El color rojo característico cambió a verde.

-Olna...-Pronunció aquel nombre.

Apretaron sus manos, las cuales temblaban.

Se les formó un nudo en la garganta y las ganas de llorar los abordó.

-Es muy pronto...-Susurraron.

Los dos recuperaron el control, ligeramente despistados tras esa breve perdía de conciencia.

-¿Q-Qué ocurrió?-Preguntaron al unísono.

-N-No lo sé con certeza...-Le respondieron al otro de igual manera.

Se soltaron las manos y nadaron de regreso a Melen.

Ya en la arena, de pie se despidieron.

-Gracias por las clases, Argonauta-Sensei. Jeje...-Comentó la amazona, riendo nerviosamente.

-N-No fue nada, en serio-Bell se rascó la nuca.

-E-Este es el adiós... ¡Hasta dentro de unas horas!-Tiona agitó la mano, diciendo adiós.

Él copió el gesto.

Cada quien fue al camino contrario. Dirigiéndose a sus cabañas.

Mientras avanzaban surgió un cuestionamiento idéntico.

-¿Por qué la llamé Olna?-.

-¿Por qué lo llamé Argo?-.

Probablemente no será respondida pronto.

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De camino a la cabaña.

Bell caminó. Había muchas cosas en las qué pensar. Por ejemplo... ¿Qué es este sentimiento que nace en su pecho?

-Aiz... Tiona... ¿Por qué no dejo de pensar en ellas?-Murmuró.

De la nada alzó la cabeza y, a algunos metros, apareció quien menos esperaba.

Se trataba de Alicia, quien todavía usaba su traje de baño.

-¿Eh?-Dijo al percatarse de él.

"Ignórala Bell" Se dijo a sí mismo, bajando la cabeza de regreso.

Caminó e inevitablemente se cruzaron.

-¡O-Oye! ¡No me ignores!-Reclamó con fiereza la elfo.

-N-No deseo seguir siendo insultado. Iré por aquí-Declaró, sin frenar su andar.

-¡Espera!-Gritó Alicia, jalándolo del hombro.

Él se detuvo en seco y ella chocó con la espalda del peliblanco.

Los pies de la chica se deslizan por la arena, perdiendo el suelo y cayendo hacia atrás.

-¡Cuidado!-Gritó Bell, auxiliándola.

Antes de que su nuca se golpeara se quedó flotando.

Bell detuvo la caída, metiendo el brazo derecho el la zona media de la espalda de Alicia.

En esa posición hacen contacto visual, quedando sin habla.

El corazón de la elfo se acelera.

Tartamudeaba sin ser capaz de formular una queja u oración o decirle que la suelte.

Sin embargo un visitante inesperado volvió a joderle la vida al conejo.

El cangrejo de antes se acercó al hombro descubierto de Alicia, la cual lo ignoraba al estar concentrada en el hombre de enfrente.

Aquel crustáceo acercó su pinza al nudo en el traje de baño de la rubia y...

-¡No lo hagas!-Gritó el muchacho en un pobre intento de evitarlo.

No obstante...

*¡Clap!*

Lo cortó.

La parte superior del traje de baño cae, revelando superficialmente los pechos de tamaño considerable.

Ambos se sonrojan y Bell aparta la mirada.

*¡PLAF!*

-¡PUAH!-Alicia le propinó una bofetada, lanzándolo varios metros atrás.

-¡PERVERTIDO!-.

-¡MUJERIEGO!-.

-¡ENEMIGO DE LAS MUJERES!-.

-¡LUJURIOSO DE CUARTA!-.

-¡ESCORIA DE LA HUMANIDAD!-.

-¡MUERE! ¡MUERE! ¡MUERE!-.

-¡MUERE UNA Y MIL VECES!-.

Lo tundió a insultos, pensando que él desamarró su traje de baño.

Se cubrió los pechos y una vena se le saltaba de la frente.

Ella trató de anudarlo nuevamente pero se dio cuenta de que el hilo fue cortado.

*¡Clap!*

-¡Auch!-Ese cangrejo aplastó el dedo del pie de Alicia.

Ella vio que en la otra pinza sostenía el trozo de tela restante de su traje de baño.

-No me digas que tú...-Palideció.

Corrió a donde Bell yacía golpeado y noqueado.

"¿Habrá modo de que dejen de abofetearme las elfo?" Pensó, cayendo desmayado.

-Demonios, demonios, demonios-Repetía, asustada.

"¡Se me pasó la mano!" Dijo.

Se agachó y comenzó a darle palmadas en la mejilla, tratando de despertarlo sin éxito.

-¿Qué hago? No puedo dejarlo aquí... es mi culpa-Se mordió la uña.

-¡Ya sé!-Encontró un resultado y se paró de repente. Pero su traje de baño cayó, dejando al descubierto sus atributos.

Lo subió de nuevo.

-P-Primero iré a cambiarme...-Dijo, yendo a su habitación.

Minutos después.

-Ugh... ¿Por qué me duele la cara? No soy lo suficientemente atractivo como para que sea por estar guapo...-Dijo Bell, despertando.

-E-En mi regazo...-Le contestaron desde arriba.

Él, cegado por los rayos de luz de la luna, enfocó la mirada.

-¿Una hermosa hada?-Preguntó.

-¡Deja de decir tonterías!-Reclamó Alicia.

-¿Alicia?-La nombró.

-S-Sí. Estas acostado en mi regazo. Te cuidé porque fue culpa mía que te desmayaras. No debí abofetearte. Creí que fuiste tú el responsable del accidente con mi traje de baño... lo lamento-Le relató la elfo, disculpándose seguidamente.

-No hay problema. Eso de ser golpeado ha provocado que me acostumbre...-Respondió.

-Fufufufu. Bobo-Se rió la castaña. Le causó gracia el comentario.

-Tu risa... es hermosa...-Bell le dio un cumplido.

Ella dejó de reírse y se ruborizó.

-¡D-Deja de coquetearle a las chicas!-Le recriminó como buena tsundere.

-Solo dije lo primero que pensé. Es sinceridad más que coqueteo...-Contestó.

Alicia agachó la cabeza y apartó la cabeza del recién despierto de sus muslos.

Parándose ágilmente.

Bell le copió.

-V-Ve a tu cabaña. Debes descansar para la misión porque en caso de que salgas herido y entristezcas a Riveria-Sama no te lo perdonaré-Mencionó la elfo, jugando con su cabello y evitando verlo.

Bell asintió.

-Jamás permitirá que ella sufriera si yo soy el motivo-.

Alicia sonrió.

-Más te vale cumplirlo-.

Luego de aquel encuentro fatídico, que tuvo un resultado bueno, se despidieron.

Alicia permaneció en silencio y de pie.

Centró su atención en la luna que se hallaba hasta el final del mar.

-¿Qué es lo que me sucede?-Pregunta, posando la palma encima del lado izquierdo de su pecho.

Su corazón latía muy rápido.

-¿Será amor? ¿Me enamoré de él? Quisiera saberlo...-Adicionó, apretando su pecho.

Enamorarse del mismo hombre que una princesa del reino de los elfos es... inaudito.

"-Ni yo lo sé... desde ese día cuando lo visité en el hospital de Dian-Sama no dejé de pensar en él. Era feliz al recordar sus cálidas palabras y ese calor se le contagiaba a mi corazón...-".

Las palabras de Riveria resonaron en su mente.

¿Ella es capaz de tirar la lógica y las costumbres de su raza por la ventana si el amor es la recompensa?

La duda se sembró al igual que la discordia.

"Fufufu... Lefiya me mataría si lo supiera" Pensó.

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