-¡LA FAMILIA CRANEL ES LA VENCEDORA DEL JUEGO DE GUERRA!-.

La victoria fue alcanzada.

El juego de guerra entre la familia Cranel y la familia Apolo había finalizado. El anuncio de este hecho por parte del Dios Ganesha hizo eco en cada rincón de Orario que estalló en un bullicio repleto de alegría y júbilo cuando el resultado que anhelaban fue confirmado.

Los observadores del conflicto, que presenciaron minuto a minuto tal demostración de poder y fuerza por parte del novato del momento, del "Héroe de Babel", junto a su grupo compuesto por una ex aventurera y dos ex hijas del retado en la batalla, provocó opiniones divididas. Sin embargo, una en específico era la que se emitía en las mentes y los corazones de los habitantes de la ciudad.

"Es un héroe..." Concluyeron.

Nadie cambiaba esa percepción. No importaba si apoyaban a Apolo o al joven que emprendía su camino hacia la fama y el reconocimiento, ninguno era capaz de menospreciar el enorme potencial que poseía.

La figura de aquel chico que vino de la nada se apropiaba de la palabra "Esperanza" y se inmortalizaba en quienes necesitaban exactamente eso, esperanza.

Mortales y dioses coincidían en ello. Un glorioso futuro lo esperaba y una deidad mejor que nadie lo sabía, una que experimentaba una emoción incomparable.

En lo profundo de Orario, en el subterráneo del centro del mundo, se hallaba aquel deidad a la que se describe, acompañada de un ser en particular, uno que tras muchos años a fungido como su mano derecha y apoyo en sus necesidades.

-Urano-Sama. Bell Cranel sigue demostrando su valía. Derrotó a ese demi espíritu a pesar de las contrariedades y percances durante el combate-Fels habló, recapitulando y resumiendo lo observado, demostrando sorpresa.

Cabe mencionar que esto no era necesario. La mirada del hombre de apariencia mayor no se despegó ni un segundo de la transmisión, siendo espectador de cada suceso.

-Sí, así parece-Respondió de forma breve y cortante la deidad. La capucha de su túnica cubría la mayoría de su rostro imposibilitando que su expresión fuese notada por parte de su acompañante.

Él agachó la cabeza y cubrió su boca con la mano derecha.

-No importa cuántas veces se repita la historia. Siempre nos traiciona. Su ego y arrogancia condenan a los suyos, perdiendo una gran fuerza necesaria ante el inevitable conflicto-Murmuró, decepcionado por el actuar y la motivación de Apolo, quien era vigilado mediante una pantalla al lado suyo. El pelirrojo rabiaba y se quejaba al recién despertar tras ser noqueado por una elfo castaña que sostenía una flecha impregnada en sangre.

En su tono de voz, aunque disminuido e interrumpido por el limitado movimiento de sus labios al ser presionados por sus arrugados y cansados dedos, se notaba reproche y cansancio. Era como si... no fuese la primera vez que el dios del sol cometía tal arrebato.

-¿Qué es lo que sigue ahora? ¿Cuál es la siguiente prueba que Bell Cranel afrontará?-Cuestionó Fels, sin conocimiento del comentario que el hombre canoso dio al aire.

Urano frotó sus párpados con la yema de sus dedos índice y pulgar, enderezando la espalda para que la luz de las antorchas en la sala pudieran iluminar su rostro.

En este se dibujaba una sonrisa.

-No lo sé-Respondió sin preocupación y conteniendo su emoción.

El encapuchado al pie del trono volteó a su dirección, impresionado.

-¿No lo sabe? ¿Cómo es posible eso? Usted conoce cada posible futuro gracias al ojo de Cronos-Replicó, pasmado y con cierta incredulidad en sus palabras.

Los labios de Urano se curvearon aún más. La comisura de estos fue de oreja a oreja, enseñando sus amarillentos dientes. Estaba feliz. Era un sentimiento que desde hace mucho tiempo no sentía.

Esto no fue ignorado por su mano derecha.

-¿Q-Qué es lo que sucede, Urano-Sama?-Dubitativo, interrogó.

-No sé qué pasará. No ha habido un patrón semejante a los anteriores. Por primera vez en siglos y siglos de existencia no conozco el final de esta historia-Una felicidad incontenible se desbordaba por cada poro de su ser y se expresaba a cada palabra que salía de su boca.

Esa actitud no pasó desapercibida en Fels, quien nunca había visto a la deidad comportarse de ese modo tras muchos años de conocerlo. Era completamente nuevo para él ese actuar.

-Todo cambió. Cualquier curso natural o establecido con anterioridad se alteró cuando ese día se presentó-Mencionó el canoso, mirando al techo de la habitación, cerrando los ojos y dejando que su mente divague en busca de tan ansiado y preciado recuerdo.

En el fulgor de la memoria, un eco ancestral resonó en su ser. Era en aquel mismo lugar en el que actualmente se hallaban solo que en años anteriores, donde los siglos tejieron sus hilos de oro en la ciudad de Orario, cuna de glorias y leyendas. En tiempos remotos, cuando los aventureros eran los soberanos indiscutibles de un reino de maravillas, y la luz de la prosperidad iluminaba cada rincón.

¡Oh, época de esplendor y certeza! Donde los nombres de Hera y Zeus, pilares divinos, se alzaban inquebrantables como los cimientos del mundo mismo.

Hace 14 años.

La deidad que gobierna la ciudad del centro del mundo, la gloriosa "Orario" reposaba en su trono como era costumbre en él.

No podía despegarse de su asiento. Sus plegarias eran las que mantenían a raya a aquel ser incomprensible y temible a escasos metros debajo de su posición, el calabozo.

Al pie de las enormes escaleras que conectaban el pasillo de la gigantesca sala y loo alto del trono se ubicaba Fels, quien se presentó en sus aposentos para comunicarle lo que sucedía en la superficie. Le daba las noticias que más temía escuchar el antiguo ser.

El rostro inerte e inexpresivo del Dios se alteró conforme las palabras salían de la boca del encapuchado, convirtiéndose en un ceño fruncido repleto de ira y frustración.

-Así que... otra vez perdieron...-La desesperanza y la resignación eran emitidas en esas simples cinco palabras.

Un nuevo fracaso azotó en sus deseos. O mejor dicho... el mismo fracaso se repetía por millonésima vez desde la percepción del dios.

-Sí, es correcto. Lo lamento-Reafirmó Fels, disculpándose por ser el mensajero de la desalentadora noticia.

Las manos de Urano se deslizaron entre sus mechones blancos, jalándolos e incluso desprendiendo varios de estos de su cuero cabelludo.

-Otra vez. Las cosas no cambian. Los sucesos continuar ocurriendo del mismo modo una y otra vez. No importe cuánto altere, es como si hubiese alguien detrás de todo manipulando la historia para darle el mismo oscuro final-Se lamentaba, enterrando las uñas en su cabeza.

El encapuchado y delgado asistente de la deidad se limitó a asentir, confirmando y empatizando con lo dicho por el antes mencionado.

-Son pocos los que sobrevivieron. Los remanentes de Hera y Zeus no tardarán en ser cazados por los hijos de Freya y Loki. Ese es el destino que les espera y no seremos capaces de frenarlo. Quizás incluso ambos sean devueltos a Tenkai-Informó con resignación y tristeza.

Las manos de Urano soltaron su cabeza. Los hilos blancos caían lentamente, planeando por el aire como hojas en la brisa.

Sus palmas bajaron precipitadamente hasta el reposabrazos, haciendo un extraño sonido semejante al de carne siendo golpeada por una roca.

-Ya no importa nada...-Susurró.

Si Fels poseyera ojos y párpados, estos se hubiesen abierto al máximo de su capacidad tan pronto escuchó esa agotada declaración.

-Me he esforzado hasta al cansancio y ha sido en vano... inútil. Es hora de rendirse-Concluyó. Sus ojos estaban totalmente vacíos y opacos, faltos de cualquier emoción humana, sin pizca de motivación o razones por las cuales continuar con tan decepcionante tarea que se asignó millones de siglos atrás.

Esto causó pánico en el encapuchado, quien rápidamente replicó.

-¡N-No puede rendirse, Urano-Sama! ¡Si lo hace, el mundo será...!-Antes de finalizar su reclamo, fue interrumpido.

-¡LO HE INTENTADO ABSOLUTAMENTE TODO! ¡HE PERDIDO LA CUENTA DE CUÁNTOS INICIOS Y FINALES HE PRESENCIADO! ¡ESTOY HARTO DE LA CANTIDAD DE MUERTES Y SUFRIMIENTO QUE SE HA PRODUCIDO ENFRENTE MÍO!-Gritó con vehemencia el dios. Su enojo era alto, rabiaba y escupía por el cólera.

-¡FAMILIA ZEUS, ASTREA, HERA, FREYA, LOKI, THOR, POSEIDON, HADES! ¡TODAS HAN FRACASADO CUANDO TUVIERON LA OPORTUNIDAD DE IR EN CONTRA DE ESA MALDITA CONCLUSIÓN Y NO HA HABIDO NADA QUE ME DE LA MINÚSCULA ESPERANZA DE QUE PUEDA SER DIFERENTE AHORA!-Cada palabra una repleta de dolor. Su voz se sobreexigía, casi rompiéndose. La frustración tomaba el control de su ser, emitiendo ese largo y tendido mensaje en el que infundía su sentir.

Las lágrimas se desbordaban de sus párpados tras acumularse en los mismos. Sus ojos se enrojecían en ese doloroso llanto.

-El resultado no ha cambiado. No lo ha hecho antes y no lo hará en esta línea-Con la voz quebradiza y apagada, adicionó.

Su límite había sido alcanzado. El cansancio lo abordó.

Miles de años han transcurrido. Diferentes modos de contar una historia se han relatado con un solo objetivo que tras cada intento se alejaba más y más a un punto de no retorno o variabilidad.

Han habido tantos escenarios en esta obra, millones de personajes que la han protagonizado y ninguno ha conseguido un final que difiera a los anteriores.

Y solo una persona de entre todos los seres vivos en la existencia ha presenciado cada uno.

-¡NO HAY FORMA DE DERROTARLO!-.

*¡PAM!*

Los puños de Urano aporrearon el reposabrazos con fuerza desmedida, agrietando la sólida roca y rasgando la piel de sus puños, derramando un par de gotas de sangre sobre el sitio de impacto y tiñéndolo de escarlata.

El impacto hizo eco en la enorme sala. Las llamas de las antorchas fueron empujadas por la corriente de aire que acompañó al potente golpe.

Un profundo, frío y terrorífico silencio hizo acto de presencia.

Fels no articulaba palabra alguna. No tenía nada que agregar y no conocía la manera con la cual hacerle cambiar de opinión.

Era una rotunda y contundente derrota que traerá consigo la finalización de la vida como se conoce.

No podían culpar a la deidad. Él mejor que nadie sabe lo que ha sufrido en innumerables oportunidades. El no rendirse hasta ahora remarcaba su valía. Pero eso alcanzó el final.

Entre las penumbras y la tenue luz de las velas, la figura oscura y muerte en vida de este último se alzaba ante el encapuchado.

Solo aguardaba a su destino. El final de los tiempos que no tomaría mucho en presentarse.

No obstante, para sorpresa de propios y extraños, un grito alteró el estado de ánimo.

-¡URANO!-Una mujer entró corriendo a sus aposentos, despertando la curiosidad de los presentes, quienes voltearon a su dirección.

Avanzaba a las prisas con una clara dificultad para respirar debido al enorme trayecto que recorrió para llegar hasta ahí.

-Hera...-El par en la habitación la nombraron con impresión. No esperaban que se presentara ahí.

Sí, se trataba de la diosa Hera, quien poseía a la familia más fuerte de la ciudad de Orario hasta esa mañana donde la gran calamidad acabó con la vida de la mayoría de sus hijos.

Era una mujer de cabellera negra. Su figura resaltaba por su altura, curvas y refinado rostro que no le envidiaba nada a las diosas de la belleza existentes.

Aunque en ese preciso instante esas características que la convertían en el pico de la clase no eran visibles.

-¿Qué es lo que trae por aquí, Hera? Debes estar al tanto que no soy capaz de protegerte de Freya, por lo que pedir mi ayuda está estrictamente prohibido...-Antes de que Urano le negara el apoyo en contra de la diosa nórdica de la belleza, quien la odiaba en demasía, fue interrumpido.

-¡NO HE VENIDO POR ESO! ¡CÁLLATE Y DEJA QUE HABLE!-Replicó la fémina con vehemencia y fiereza.

Los labios del dios fueron sellados en el acto.

Entre jadeos producidos por su cansancio, Hera trataba de comunicarse.

-Zeus... Alfia... Zald...-Mencionó esos tres nombres.

La atención del canoso fue captada.

-Ellos... ¡Deben estar yéndose de la ciudad con el hijo de Meteria! Yo seré la carnada para que esas malditas dos arpías no pongan sus garras en él, pero antes necesito un favor de tu parte-Complementó la pelinegra.

Una de las cejas del Dios se levantó.

-¿Yéndose? ¿Hijo de Meteria?-Esas dos partes fueron de interés por su parte, lo confundían.

-¡Sí! El bebé de mi hija Meteria nació hace unos pocos minutos. Desgraciadamente ella falleció en el parto-Hera le confirmó, agachando la cabeza ante lo último de su respuesta con clara tristeza.

-¿Q-Qué quieres decir con que nació? No es posible... fue dos horas antes de lo normal...-Urano sostuvo su barbilla, desconcertado por el golpe de información, mientras musitaba aquello.

-No solo eso... ¿Nació vivo?-Adicionó a sus interrogantes.

-¿Disculpa? No pude oírte-Debido a la altura que los separaba y el estado enérgico, y alerta, de la diosa, no fue capaz de escuchar con claridad los comentarios arrojados al aire por parte del canoso.

Urano movió la cabeza de lado a lado, negando que hubiese algo que decir.

-Continúa-Le pidió.

Hera asintió.

-Cuando él nació murió a los pocos segundos. Sin embargo, Zeus se encargó de traerlo nuevamente a la vida... a cambio de su inmortalidad-Declaró con cierta pena hacia el dios del trueno. A pesar de la relación tensa que ambos sostenían, no lo odiaba, al contrario, lo quería en demasía.

Esa revelación provocó una reacción inmediata en Urano, quien se puso de pie con rapidez, abandonando su asiento por primera vez en miles de millones de años.

-¡¿A QUÉ TE REFIERES, HERA?! ¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES DECIR CON QUE ZEUS PERDIÓ SU INMORTALIDAD?! ¡¿CÓMO FUE QUE TRAJO A LA VIDA A ALGUIEN MUERTO?!-Le interrogó con enojo.

-¡NO ME LEVANTES LA VOZ, ANCIANO! ¡NO TENGO TIEMPO PARA CONTARTE CADA MINÚSCULO DETALLE!-Contestó con arrogancia la deidad, propio de su arrogante y vanagloriada personalidad.

-¡ME NIEGO A ESCUCHAR UNA PALABRA MÁS DE TU PARTE SIN ANTES UNA EXPLICACIÓN DE LO SUCEDIDO EN ESE NACIMIENTO!-Replicó Urano.

El ceño de la pelinegra se frunció.

-Por favor, ayúdanos, abuelo-Pidió, abandonando su hostil carácter para solicitar apoyo.

Temor y súplica. Dos rasgos que Urano jamás creyó presenciar de su nieta se hicieron presentes, haciéndolo comprender lo serio del asunto y provocando que recapacite.

Mordió su labio inferior y retomó su asiento, calmando los ánimos.

-De acuerdo-Dijo.

Recibiendo el permiso del canoso, Hera prosiguió.

-Ni Zald, Alfia y mucho menos Zeus serán capaces de quedarse a su lado por mucho tiempo, por lo que es seguro que vendrá. Para eso necesitará fondos, así que doy mi permiso, al igual que Zeus, de transferirle el dinero de nuestras familias cuando su linaje sea conocido. Temo que de hacerlo recién llegando a Orario despierte indeseada atención y esas dos diosas locas vayan a por él-Expresó.

El dios asentía. Era algo que podía hacer sin problema alguno.

-Usa parte del dinero en la cuenta para comprarle un arma de Hefesto. Dile que sea una sin igual, capaz de incluso contener el poder de un dios-Adicionó.

Esto último inquietó a Urano.

-Un dios... ¿Qué fue lo que le hizo Zeus a ese niño? ¿En qué lo convirtió?-Se cuestionó.

-Y por último-Musitó Hera, la diosa más orgullosa habida y por haber, ¡¿SE HINCÓ ANTE ÉL?!

-¡Por favor ayúdalo en su camino! ¡Protege el último regalo que Meteria le entregó a este mundo que tanto adoró! ¡Cuida al ser que más amó!-Entre lágrimas y pegando la frente en el suelo, le rogó.

Sin salir de su impresión...

-Hera...-Urano la nombró.

-¡PROMÉTEMELO! Por favor, prométemelo-Insistió la susodicha, sin cesar en su súplica y llanto.

Atarse a un compromiso como ese. Cuidar a ese infante y apoyarlo en su camino no era sencillo para alguien como él. No obstante, viendo de ese modo a su nieta, no fue capaz de negarse.

-Lo prometo-Respondió, sellando el trato.

Un largo y pesado suspiro salió de Hera, quien poco a poco se levantó, sacudiendo su vestido para que el polvo que se adhirió a este se desprendiera.

Era como si un enorme peso encima suyo fuese retirado.

-Muchas gracias-Agradeció.

-No es nada-Respondió el canoso.

Ella le sonrió.

-Fels, asegúrate de que mi abuelo cumpla su promesa. Ya no hay motivos para permanecer aquí. Llegó la hora de irme de este mundo y regresar a Tenkai-La bella mujer posó la mano sobre el hombro del asistente de Urano y le encomendó la tarea de vigilar las acciones del dios.

El momento de irse se presentó. Al haber cumplido su objetivo obtuvo el valor que requería.

-Hera-Sama, fue un placer trabajar con usted y su familia durante estos años. Sin dudas...-Antes de que el encapuchado le expresara sus más puros y sinceros sentimientos...

-¡SHHHH! No hagas de esta una dolorosa despedida. Quiero regresar a Tenkai con la alegría de saber que el hijo de mi niña favorita, Meteria, vivirá. Estoy segura de que se llevarán una gran sorpresa cuando lo conozcan-Hera lo interrumpió.

-No por nada es mi nieto-Regresando a su actitud arrogante y su alta autoestima, enmarcó eso último, señalándose con el pulgar y guiñándole el ojo a los presentes.

Ella avanzó hacia la salida. Se detuvo un par de segundos y miró de reojo a Urano.

-No pierdas la esperanza, viejo-Adicionó.

La boca del antes mencionado se abrió al igual que sus ojos.

-Esperanza...-Repitió.

Y fue entonces que, del mismo modo en el que la diosa apareció en la sala, se fue hacia su forzosa vuelta a Tenkai a manos de Freya.

Rápidamente, Urano convocó una pantalla justo delante de su rostro.

Buscó en cada rincón de Orario en busca de una escena en particular. Al no hallar nada, decidió ampliar la búsqueda hacia el exterior de la ciudad.

Fue entonces que dio con lo que tan desesperadamente investigaba.

Se trataba de Zeus, Zald y Alfia, quienes iban al interior de un carruaje transportado por Hermes. En los brazos de la hermosa mujer de cabellera plateada descansaba plácidamente un infante dormido con cabellera blanca, al cual ella se aferraba como si su vida dependiera de ello. Y quizás sí, su vida dependía enteramente de lo que le pasara a ese bebé que ni siquiera ha abierto sus ojos.

-Tener esperanza en él...-Musitó Urano.

Fels, curioso de lo que él miraba, subió escalón por escalón para ser partícipe en la observación.

-¿Qué pasa?-Preguntó.

-Ese niño...-El dios pudo identificar algo al interior del albino.

Sus ojos opacos recuperaron el brillo antes perdido ante la desesperanza y la resignación.

-Quizás sea obra de la casualidad. Tal vez se trata de un evento único en la vida, uno que ocurre cada miles de millones de años. Pero... cambia todo en lo que creía-Murmuró.

Fin del flashback.

-Quizás sea obra de la casualidad. Tal vez se trata de un evento único en la vida, uno que ocurre cada miles de millones de años. Pero... cambia todo en lo que creía-Repitió aquellas palabras que hace 14 años declaró.

Estaba seguro. Ya no se trataba de un "Probablemente" o "Es posible". Se convirtió en una realidad.

Urano se puso de pie, abandonando el trono y sus plegarias para admirar al joven que lo salvó de la desesperanza.

Extendió los brazos.

-Después de tantos bucles en los que la muerte era el final de lo que conocemos, al fin recibimos una fuerza que inclina la balanza a nuestro favor-La imagen se enfocaba en Bell.

Una sonrisa repleta de júbilo se dibujó en los labios del dios.

-Fels, no sé lo que pasará. No quiero ver el futuro que le espera a esta línea de tiempo. ¡QUIERO VIVIRLO! ¡DESEO SER PARTÍCIPE!-Vociferó mientras Fels lo miraba desde abajo.

Su corazón latía intensamente. Su arcanum de desbordaba de su ser involuntariamente al ser presa de sus emociones.

-¡ESTE ES EL MOMENTO QUE TANTO HE ESPERADO! ¡ES EN ESTA VERSIÓN DONDE POR FIN SALDREMOS VICTORIOSOS!-Dijo con vehemencia.

-¡U-Urano-Sama! ¡El calabozo!-El encapuchado sintió que el suelo temblaba ante la liberación del poder de la deidad.

Las rocas caían precipitadamente al suelo desde lo alto del techo.

-¡POR PRIMERA VEZ, UN FARO DE ESPERANZA NOS GUÍA!-.

-¡EN UN MUNDO QUE NO SE DIFERENCIABA DE LOS DEMÁS! ¡UNA EXISTENCIA QUE SIGUIÓ EL MISMO PATRÓN QUE LAS QUE LA PRECEDIERON HASTA AQUEL DÍA HACE 14 AÑOS! ¡EL DÍA EN QUE BELL CRANEL NACIÓ!-.

-¡LA HISTORIA EN LA QUE AHORA VIVIMOS CUENTA CON LO QUE LAS OTRAS NO!-.

-¡EL UNIVERSO EN EL QUE HABITAMOS NOS DIO UN REGALO QUE CAMBIA LO ANTES ESTABLECIDO! ¡LO QUE CREÍAMOS INEVITABLE!-.

-¡ESTE ES EL ÚNICO EN EL QUE...!-.

Una larga pausa le siguió al discurso del dios, quien tomaba aire con dificultad debido al éxtasis en su interior.

-Es el único en el que... ¡BELL CRANEL EXISTE!-.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que haya sido de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

En fin, déjenme sus opiniones.

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