A pesar de esa noche de sinceridad que tuvo con los Gryffindor procedieron a ignorarlo y evitarlo durante las siguientes semanas, siquiera habían venido a él cuando Granger se convirtió en otra victima del basilisco, esos idiotas.
Estaba tan molesto por la falta de educación de esos chicos que se decidió a seguir con su vida tranquilamente, tenía cosas que hacer además de preocuparse de la seguridad de estos tontos, la gracia de ángel podría estar comiendo su magia ahora mismo preparándolo para convertirse en una bomba celestial pero no lo sabría porque había estado demasiado metido en todo este asunto que no era de su incumbencia; su estatus de sangre le permitiría sobrevivir a esto el tiempo suficiente para que decidiera a donde huir con su familia antes del cuarto año.
Es por esto por lo que la misma mañana que la profesora McGonagall anunció que las mandrágoras estaban listas para volver a los petrificados a la vida, se sorprendió al ser acorralado por dos Gryffindors ansiosos hablándole sobre Hagrid, Azkaban, acromántulas, el auto volador y Myrtle la llorona; y esa fue también, la única razón por la que no los golpeó por hacer todo lo que les dijo que no debían hacer.
-Necesitábamos confirmarlo con nuestros propios ojos -dijo Potter
-No esperarás que confiemos en ti así como así -insistió Weasley y el suspiró en respuesta. Tal vez tenía que darles la razón esta vez.
El idiota de Lockhart se acercó entonces a hacer lo que siempre hacía, alardear y fingir que sabía exactamente lo que sucedía, lograron sacárselo de encima el tiempo suficiente para correr hacia el baño de Myrtle pero se vieron atrapados por McGonagall quién parecía bastante sorprendida de verlos juntos, sobre todo cuando a Potter se le ocurrió decir que irían a ver a Hermione en la enfermería.
-Hicimos las pases antes de que lo que paso sucediera -explicó él. Ella sabía que era un adulto y sobre la pelea en el salón de pociones pero no sobre su conocimiento del futuro. Por lo que no parecía nada convencida con sus palabras así que tomó una decisión desesperada, sacó del bolsillo de su túnica una versión más pequeña de la biblia. -Granger me prestó este libro, hace un tiempo, no tuve nunca la oportunidad de devolvérselo.
- ¿La biblia? -cuestionó ella.
-Intento ser mejor persona -mintió.
-No estaríamos con él si no fuera cierto, profesora -apuró Weasley, aunque parecía un tanto confundido con la presencia de ese libro también.
-Les creo -dijo ella -díganle a Madame Pomfrey que tienen mi permiso para visitar a su amiga.
Comprendo que todo esto ha sido más duro par los amigos de los que están… lo comprendo perfectamente. -Draco fingió no escuchar la emoción deslizándose en las palabras de la profesora y siguió a los otros chicos camino a la enfermería.
La medimaga parecía tan sorprendida con su presencia allí como la profesora pero decidió no decir nada.
Él tuvo que tomarse un momento, sin embargo, mientras veía el cuerpo petrificado de la joven en la cama de hospital, en su mano apretada Potter descubrió un papel que confirmaba sus propias palabras sobre la bestia siendo un basilisco y el descubrimiento de Granger que no tenía nada que ver con él sobre las cañerías.
Muy lista esa chica, pensó una vez más. Supuso que tendría más tiempo para pensarlo en el futuro. Por ahora pudo ser testigo de la iluminación de Potter mientras comenzaba a atar cabos sobre todo lo que había sucedido los pasados meses, no era tan tonto el propio niño que vivió, si solo se iluminara con más frecuencia, pensó. Más sorprendente aún fue la iluminación del propio Weasley, quien sugirió buscar la entrada en los propios baños.
Estuvieron un momento sentados allí, asombrados de su propio descubrimiento, mientras Draco esperaba con paciencia, darles más información de la necesaria a estos tontos no había hecho nada para detenerlos antes, pronto les llegaría la noticia de que la pequeña pelirroja había sido llevada a la cámara y las cartas estarían echadas, mientras menos sepan mejor.
Fueron a encontrar a la profesora McGonagall pero la voz de ésta anunciando la retirada a las habitaciones lo hizo saber que el final se acercaba a toda velocidad. Se escondieron en un armario de la sala de profesores donde habían llegado con la intención de darles la primicia de su descubrimiento, sin embargo se enteraron de que Ginny Weasley había sido llevada a morir a la cámara.
El pelirrojo en el armario se cayó al suelo al oír la noticia, parecía devastado por la noticia, Draco debería haberse sentido solidario con él, sin embargo pensó que era una gran suerte que no había hecho ningún ruido al caer. Cuando Lockhart entró y fue aporreado con peticiones de que cumpliera con su palabra y fuera a buscar a la niña, incluso quiso reír, pero astutamente creyó que no era el momento adecuado para ello, quizás más tarde cuando todo el asunto se hubiera solucionado.
Esperaron a que todos los profesores se retiraran antes de salir ellos mismos. Mientras Potter y Weasley volvían a la torre de Gryffindor, Draco salió disparado hacia el baño de Myrtle, sabía que los otros vendrían en algún momento. Él no sabía hablar pársel por lo que no podría abrir la cámara así que no le quedaba más opción que esperar, se negó a mirar en dirección a la entrada y se concentró en conversar con la niña muerta, Dean había dicho que se volvería su confidente durante su sexto año. Si podía guardar el secreto de que estaba trabajando para el señor oscuro podría contarle cualquier cosa.
-Así que eres un adulto -dijo ella, movía sus colas de un lado a otro, no estaba seguro de a qué venía el gesto exagerado pero decidió ignorarlo - ¡y además un guerrero! -exclamo encantada con un suspiro exagerado y sí, el iba a ignorar esto también.
-Nunca me llamé a mi mismo guerrero -dijo preguntándose cuando pensaban llegar los Gryffindor, le gustaría tener horas exactas para todo, de esa forma no tendría que esperar a las resoluciones de los héroes reales de esta historia para actuar.
-Pero sobreviviste a cosas horribles -insistió ella -todos esos monstruos… -parecía realmente horrorizada ante la idea.
-Sí, pero no hice mucho más que eso. No hasta que conocí a Dean y Cas y me reencontré con Benny, claro -contestó. Le gustaba tener alguien para hablar de esto, estos tres hombres fueron lo mejor que le pasó en aquel lugar, le devolvieron la esperanza y lograron traerlo a casa. Sobre todo entendían lo que se vivía en ese lugar, lo que era matar porque tenías que hacerlo, tener todas tus emociones a flor de piel. Odiaba el purgatorio pero había algo en él que lo hacía puro, no podías escapar de ti mismo allí, a veces pensaba que sus sueños eran debido a que lo extrañaba, que usaba de escusa a Dean, Cas y Benny porque mostrar nostalgia hacia el lugar lo hacía sentir un demente.
-Háblame de ellos -exclamó encantada - ¿Son guapos?
- ¿Guapos? Por supuesto, no los dejaría juntarse conmigo de otra manera -ella le dio una mirada no impresionada. -Para que lo sepas, crecí para convertirme en un sujeto muy atractivo.
Myrtle hizo un gesto despectivo.
-Ibas a decirme que tan guapos eran -lo apuró.
-Bueno ¿Con quien empiezo? -masculló para sí mismo -Dean es un tipo alto, con un buena forma física, es muy apuesto, tiene ojos verdes y cabello rubio arenoso. -empezó, el fantasma se había acomodado encantada a escucharlo, no dejaba de suspirar con cada característica que agregaba a la lista. Inesperadamente él se emocionó también -Es muy carismático también, no estábamos en una situación muy encantadora, era un asco, de hecho, pero él nos mantenía unidos.
-Suena tan genial -suspiró ella.
-Lo era. Cas, es como un cachorro. Puede ser muy inocente a veces y terriblemente sarcástico y agudo otras. No estaba en su mejor momento allí abajo pero nos mantuvo a salvo a cada paso. -empezó con una sonrisa, tal vez era por la gracia, pero extrañaba a Cas más que a ninguno -tiene los ojos más azules que puedas encontrar, cabello negro, una sonrisa ladeada que acomodan tan bien en su rostro angelical.
Casi se ríe de sus propias palabras, sonaba como un tonto pero tenía que pasar el tiempo y tener a la fantasma contenta y frente a él podría salvarlo de morir, así que siguió.
-Este me gustó mucho ¿Y el último? -preguntó.
-Benny solía ser un pirata ¿sabes? -ella suspiró -ojos azules, cabello rubio oscuro, un buen cuerpo y un sentido del humor seco. Es bastante irritable pero nos llenó de esperanza, tal vez porque él mismo quería creer pero fue nuestro guía hacia afuera y creo que lamento mucho no haber tenido el tiempo suficiente para despedirme. -Esta vez fue él quien suspiró, era bueno sacar algunas cosas de su pecho, se sentía mucho mejor pero se alegró un poco cuando sintió la puerta del baño abrirse. -Nada de esto a nadie -le advirtió. Ella asintió contenta y ambos fueron a ver a quienes llegaban.
Eran Potter y Weasley, por supuesto, estaban acompañados de Lockhart, mejor dicho lo traían como rehén de lo que no pensaba quejarse, claramente.
- ¿Malfoy? ¿Qué haces aquí? -se sorprendió Weasley.
-Los estuvimos esperando. -Se señaló a sí mismo y a la fantasma.
-Myrtle -anunció Potter -queremos que saber cómo moriste.
La chica parecía encantada de contar la historia, por suerte la propia historia de Draco la había dejado de buen humor para que no se tomara la pregunta de mala manera y así se les contó todo con mucho detalle. Draco no sabía exactamente la historia y se imaginó lo terrible que debía haber sido para la niña morir de esa forma, perdiendo toda su vida en un parpadeo. Él lucho por veinte años, hizo cosas que jamás habría imaginado para sobrevivir, pero fue su elección, ella no tuvo la opción de hacerlo.
Cuando señaló el lavamanos como fuente de su muerte, los Gryffindor se acercaron a inspeccionarlo, Draco miró amenazadoramente al profesor para mantenerlo en su lugar, no había traído su varita, lo que era un inconveniente para la intimidación pero no la necesitaba para lastimar a alguien y por la mirada de susto del tonto ya lo sabía, no había forma en que no escuchara lo que pasó en clases de pociones.
Había algo allí, se dio cuenta porque escuchó a Potter hablando pársel, la estructura comenzó a moverse, Draco se acercó para ver revelarse una cañería lo bastante ancha para permitir deslizarse a un hombre adulto. Por un momento se preguntó si Voldemort se había deslizado allí alguna vez, sería grandioso de apreciar.
En su distracción, Lockhart intentó alejarse pero fue traído a punta de varita otra vez cerca de la entrada, donde fue empujado dentro.
- ¿Vendrás? -preguntó Potter.
-Después de ti -aseguró.
Y así lo hizo, después que ambos chicos se deslizaran. Él hizo lo mismo.
La tubería era bastante larga y sucia, otra vez, el umbral de lo asqueroso o terrible había aumentado mucho desde que era un niño de verdad así que se concentró en lo que vendría cuando saliera de aquí. Lockhart intentaría atacarlos otra vez tomando la varita de Weasley, tenía que mantener su cuchilla escondida para asegurarse de que las cosas no se desviaran demasiado del plan original.
Cuando llegó al final, ya todos estaban allí, tan sucios como él se sentía, tal vez más dado que pulieron el tubo antes de que él se lanzara. Era un túnel de piedra que parecía tan antiguo como el castillo mismo, húmedo y oscuro.
-Debemos de encontrarnos a kilómetros por debajo del colegio -dijo Potter y Draco pensó que podría estar en lo correcto.
-Y debajo del lago, quizá -agregó Weasley.
Él no dijo nada, su cabeza estaba en lo que vendría después.
Con un Lumos proveniente de la única varita confiable del grupo, empezaron a adentrarse en las profundidades del túnel. Potter les advirtió sobre no mirar a la bestia a los ojos y pronto encontraron una figura gigante extendida en el suelo.
-Quizá esta dormido -musitó el niño que vivió.
-Es sólo la piel -dijo, acompañando al chico a comprobar sus palabras, de hecho, sólo quería estar del lado correcto cuando las cosas se salieran de control.
Cosa que pasó rápidamente cuando Weasley intentó obligar a Lockhart a avanzar y este saltó sobre él. Aunque lo intentaron, no pudieron detener el estallido de la varita de Weasley al intentar el obliviate de Lockhart en su dirección. Como resultado, bien predicho por Dean, parte del túnel colapsó. Dejando a Draco y al verdadero protagonista de la historia solos para seguir adelante.
Él pensó que era el momento adecuado para devolver su cuchilla a su tamaño original, el otro chico no pareció notar el hecho ya que estaba concentrado en lo que había frente a él. Después de abrir la última compuerta una gran sala vagamente iluminada los saludó, columnas enormes talladas con serpientes que se movían, Draco tomó a Potter del brazo y lo empujó hacia un lado.
-Cierra la boca -gruñó en voz baja cuando el chico empezó a quejarse. -Escucha con atención, él estará allí, al igual que Ginny, debes jugar su juego, finge que no sabes quién es, de esa forma nos dará tiempo. -cuando empezó a protestar siguió: -créeme, a los idiotas psicópatas les encanta hablar de sus planes malvados. No lo hagas por que yo lo digo, hazlo por Ginny.
Él asintió, así que Draco se alejó para mantenerse fuera de los ojos de las serpientes en las columnas mientras veía al chico avanzar.
Como había pronosticado, en el momento en que el niño llegó a la niña Weasley y se mostró totalmente inocente ante la presencia de Voldemort este cantó como un canario, había visto eso antes en el purgatorio cientos de veces, aquellos que lo habían visto pequeño e indefenso les encantó contarle paso por paso como lo despedazarían con sus manos y dientes, la utilidad que le darían a su carne y huesos. No era necesario comer en el purgatorio, él nunca tuvo que hacerlo, el lugar proveía de la fuerza suficiente para sobrevivir, cosas como comer, beber y dormir no eran realmente necesarias pero a las bestias les encantaba probar la carne de los que asesinaban, era porque eran monstruos.
Así que sí, él esperaba este estallido de sinceridad, la historia del propio villano sí que era algo que desconocía. Nunca había escuchado tantos detalles sobre su vida antes de todo el asunto del señor oscuro, ni de Dean ni de su padre ni de todos los que creían saber todo de él, y curiosamente su vida era muy similar a la del mismo Potter. ¿Era este una clase de paralelismo que hacía ver al villano más malvado y al héroe más santo?
Fue cuando vio entrar a el fénix de Dumbledore que supo que el enfrentamiento real se acercaba, entonces Voldemort comenzó a hablar en pársel y le sorprendió que sonara tan diferente de Potter, esto, probablemente era otra cosa de la historia, jodidos paralelismos.
Evitó mirar al basilisco tanto como pudo mientras comprobaba que el fénix hacía su parte del trabajo, Riddle seguía silbando en pársel mientras el Gryffindor pedía por ayuda que Draco aún no pensaba brindar. Fue cuando lo vio sacar la espada del sombrero que salió de la oscuridad corriendo a paso firme hacia el lugar del enfrentamiento.
- ¿Esperabas una invitación? -le gruñó el niño al verlo.
-Esperaba mi entrada -respondió, su cuchilla creció unos centímetros más, su magia comenzó a vibrar por sus venas como no lo hacía desde el purgatorio. Casi quiso reír de felicidad al sentir la adrenalina corriendo por sus venas.
- ¿Quién eres tú? -gritó furioso Riddle.
-Sólo un personaje secundario -alardeó con una enorme sonrisa en el rostro.
Él silbó algo más en voz alta al basilisco.
- ¿Le dijo que nos mate, no es así? -le preguntó a Potter.
Pero no recibió respuesta porque la gran serpiente calló sobre el suelo atacándolos en el instante, fue por el chico que vivió una vez, mientras Draco aprovechaba la oportunidad para barrer uno sus colmillos venenosos que calló al suelo en un golpe sólido.
-Al diario Potter, entiérralo en el diario -le gruñó al chico que se agachó rápidamente para tomar el colmillo mientras el basilisco cambiaba su objetivo a él. En lugar de darle órdenes a la serpiente gigante escuchó de lejos a Tom gritarle al otro niño, pero no era su problema en ese momento porque con un golpe certero de la serpiente, su cuchilla voló lejos de sus manos. Logró alejarse del siguiente zarpazo de la bestia pero estaba muy lejos de su arma y aunque su magia parecía crepitara a su alrededor no hizo mucho para evitar el siguiente zarpazo que casi lo atrapara por un segundo. Notó no muy lejos de él la espada de Gryffindor e hizo lo posible por alcanzarla. Llegó justo a tiempo para el ataque final del basilisco, logró enterrar la espada en su paladar pero a cambio, el colmillo restante se le enterró a él en el brazo, calló al piso junto con la serpiente, mirando su herida con completo temor antes de que una luz brillante y una suave calidez comenzara a salir del interior de su carne, antes de notarlo, la herida y el dolor habían desaparecido.
La gracia de ángel pensó, los ángeles tienen poderes curativos, así que la gracia debía haberlo curado, no había otra opción posible.
Levantando la vista notó a lo lejos a Potter y a Weasley caminando hacia él.
- ¿Estas bien? -le preguntó el chico.
-Brillante -respondió levantándose del suelo, intentando devolver la espada pero en cambio recibió un puñetazo en la nariz.
Se cubrió con ambas manos, temiendo que la gracia comenzara a sanar la herida, sería algo difícil de explicar.
-Sabías que era Ginny y no nos lo dijiste -le gruñó el chico.
Él le dio la espalda cuando comenzó a sentir la calidez en su piel, tenía que tomar su cuchilla del suelo así que podía escusarse, aún sentía la humedad de la sangre sobre la piel así que esperaba que el chico no notara su sanación milagrosa cuando tomó su arma haciéndola pequeña y guardándola en su bolsillo.
-Te dije que no me creerían. Siquiera creíste lo de Tom Riddle siendo Voldemort o la acromántula de Hagrid. Tuviste que hacerlo todo por tu cuenta ¿recuerdas? -le gruñó. -Porque yo no era lo suficiente confiable.
En su defensa Potter parecía avergonzado por eso.
-Debemos salir de aquí -dijo apoyando a la chica en su lado y tomando la espada de las manos de Draco, mientras ella seguía preguntando confundida qué hacía un Malfoy allí.
Llegaron al final del túnel donde Weasley había despejado el camino lo suficiente para que salieran y aunque nunca lo habría imaginado en otra situación, terminó siendo levantado por el fénix de Dumbledore junto a todos los demás hasta dejarlos en el baño de Myrtle una vez más.
Al llegar arriba, él los detuvo.
-Nadie, jamás debe saber que estuve involucrado ¿entendido? -dijo, intentando ser lo más intimidante posible. Aunque parecía que después de ver a una enorme serpiente y al mismo Voldemort, Potter ya no le tenía miedo en absoluto porque replicó sobre como Draco había matado al basilisco y tenido la idea de usar el colmillo en el diario.
-Por favor -pidió entonces. Eso pareció hacer más meya en los otros chicos así que insistió: -fuiste todo tú, estaré en graves problemas si alguien sabe que me involucré.
El chico suspiró, era claro que odiaba la idea.
-Él te ayudó a salvar a Ginny, si lo único que pide a cambio es que nunca nombremos su presencia aquí, eso haré -habló Weasley antes de tenderle la mano -sigues sin gustarme Malfoy pero te lo agradezco mucho.
Draco sacudió su mano con una sonrisa.
-Tampoco me gustas Weasley pero gracias a ti -dijo y antes de girarse ha hablar con Potter sintió un cuerpo pequeño aferrándose a él.
-Gracias -dijo la niña, alejándose rápidamente -no diré nada tampoco.
Esta vez un cuerpo mucho más grande lo atrapó en sus brazos, era Lockhart.
-Gracias -dijo, después se giró hacia Ron - ¿porqué le agradecemos?
-Por nada, vamos -gruñó el chico dirigiéndolo a la puerta donde el ave fénix los esperaba.
- ¿Potter? -preguntó. El niño parecía furioso y decepcionado pero asintió.
-No diré nada -gruñó siguiendo su amigo pero antes de salir por la puerta dijo en una voz tan baja que casi no la escuchó -gracias.
Después de esa noche, las cosas se volvieron bastante tranquilas sin contar a su furioso padre que había sido echado del consejo escolar, Dobby quien había venido a contarle como Potter logró liberarlo con una de sus conocidas artimañas y el alboroto de las personas agradeciéndole al héroe por su victoria contra el mal.
Draco se mantuvo apartado, aún un poco molesto con todo el asunto de la gracia. Pero logró acercarse a Granger en los últimos días de clase para devolverle la biblia, dentro había una nota de agradecimiento para su madre. Ella intentó hablar sobre lo sucedido en la cámara pero retrocedió ante su primera negativa de hacerlo, después de un año como éste necesitaba un descanso, sobre todo porque necesitaba aún resolver el asunto de la gracia de ángel y quién lo había lanzado al purgatorio en primer lugar.
Tal vez, su padre también necesitaría un descanso para calmar su ira, esperaba poder convencerlo sobre un viaje al caribe este verano. Joder, eso sonaba como un gran plan.
