One piece: La maldición de la esfinge
Sipnosis
En una noche tranquila, Monkey D. Garp secuestra a Monkey D. Luffy del barco Red Force, propiedad de Shanks, y lo lleva a una isla desierta para someterlo a una prueba de supervivencia. Garp amarra a Shanks a un árbol para evitar que intervenga. Luffy se enfrenta a una serie de desafíos mortales, incluyendo una hidra y una esfinge. Después de una intensa batalla, Luffy es derrotado por la esfinge, quien le lanza una maldición que se activará cuando cumpla 19 años. La única forma de romper la maldición es que Luffy enfrente a la esfinge en el futuro.
Capítulo 1: La prueba del valor
En una noche serena, el Red Force, el barco de los piratas del Pelirrojo, se mecía suavemente en las olas del mar. La tripulación estaba sumida en sus tareas nocturnas, con el vigía de turno apostado en el nido de cuervo, atento a cualquier señal de peligro que pudiera surgir en el horizonte.
De repente, el vigía gritó a voz en cuello, rompiendo el silencio de la noche: —¡CAPITÁN! ¡LA CASETA DEL PERRO SE ACERCA!—
La Caseta del Perro era el nombre del barco del héroe de la Marina, Monkey D. Garp, un hombre legendario conocido por su valentía y habilidades en combate. Sin embargo, en esta ocasión, Garp no venía con intenciones de atacar. Su objetivo era ver a su nieto, Monkey D. Luffy.
Garp subió a bordo del barco de Shanks, donde Luffy se encontraba profundamente dormido en su camarote. Garp decidió intentar despertarlo en plena noche. Se acercó a la cama de Luffy y lo sacudió suavemente, intentando no asustarlo.
—¡Vamos, Luffy! ¡Despierta!— dijo Garp, conteniendo una sonrisa.
Luffy siguió durmiendo, ajeno a la presencia de su abuelo. Garp se rindió y decidió esperar hasta la mañana para hablar con su nieto. Sin embargo, su paciencia tenía un límite. Usó su Haki del Conquistador y noqueó a la mayoría de la tripulación de Shanks.
Con el control del Red Force en sus manos, Garp decidió llevar a Luffy a una isla desierta, donde podría evaluar sus habilidades y determinar si estaba listo para convertirse en un verdadero pirata.
En cuanto llegaron a la isla, Garp amarró a Shanks a un árbol, asegurándose de que no pudiera interferir en su plan.
—No te preocupes, Shanks— dijo Garp con una sonrisa. —Solo quiero ver qué tan fuerte es mi nieto—
—¿Estás loco, Garp?— preguntó Shanks. —¿Qué vas a hacer con Luffy en esta isla desierta?—
—Solo quiero ver si está listo para convertirse en un verdadero pirata— repitió Garp. —Y no te preocupes, Shanks. No le haré daño—
—Creo que estás más loco que una puta cabra, Garp— dijo Shanks. —No tienes derecho a poner a Luffy en peligro de esta manera—
Garp se rió y se acercó a Luffy, que aún dormía profundamente. Sin decir una palabra, Garp lo levantó con cuidado y lo arrojó al medio de la jungla, donde había un par de criaturas mitológicas.
Shanks se quedó con la boca abierta, horrorizado por la acción de Garp.
—¡Garp, estás loco!— gritó Shanks. —¿Qué has hecho?—
Garp se limitó a sonreír, mientras observaba cómo Luffy caía al suelo, aún dormido.
—Ahora veremos qué tan fuerte eres, Luffy— pensó Garp.
Luffy abrió los ojos en medio de la jungla, rodeado de una densa vegetación que parecía cerrarse sobre él como una trampa. El calor era sofocante, y Luffy sintió que el sudor corría por su rostro como un río.
Al levantar la vista, se encontró cara a cara con un dragón enorme que lo miraba con ojos hambrientos. Luffy se sintió desconcertado, sin entender qué estaba pasando allí. Su mirada se cruzó con la del dragón, y por un momento, se quedó paralizado.
Pero pronto reaccionó, intentando evitar que el dragón lo devorara. Sabía que el dragón estaba fuera de su liga, así que decidió correr. Sin embargo, el dragón era demasiado rápido y lo atrapó con facilidad, metiéndolo en su boca.
Luffy sintió un miedo intenso al sentirse atrapado, pero no se rindió. Gracias a su Haki de Armamento, logró endurecer su cuerpo y tumbar los dientes del dragón. El dragón, sintiendo un dolor intenso, escupió a Luffy con fuerza.
Luffy salió volando de la boca del dragón y se estrelló contra una gruesa roca, quedando aturdido y jadeando. Su cuerpo dolía, pero sabía que no podía quedarse allí. Tenía que seguir adelante y encontrar una manera de escapar de la jungla.
Luffy se preguntó, confundido, —¿Qué es este lugar?— Mientras tanto, una hidra emergió de la densa vegetación, sus ocho cabezas se movían con una velocidad y agilidad aterradora.
—¡Vaya, otro monstruo!— exclamó Luffy, preparándose para el combate. Con su Haki activado, decidió atacar, pero la hidra intentó devorarlo con sus ocho bocas abiertas.
—¿Pero qué carajos es este monstruo?— se preguntó Luffy, mientras intentaba esquivar los ataques de la hidra. La criatura era demasiado rápida y sus cabezas parecían tener vida propia.
Luffy se dio cuenta de que esta criatura también estaba fuera de su liga y decidió intentar correr. Sus piernas se movían con rapidez, pero la hidra era demasiado veloz. Luffy podía sentir su aliento caliente en la nuca, y sabía que si no hacía algo rápido, estaría condenado.
—¡SHANKS, AUXILIO!— gritó Luffy con todas sus fuerzas, esperando que su capitán pudiera escucharlo. La hidra se detuvo por un momento, confundida por el grito de Luffy, y este aprovechó la oportunidad para intentar escapar.
Luffy corrió con todas sus fuerzas, pero la hidra pronto se recuperó y siguió persiguiéndolo. Luffy podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho, y sabía que no podía mantener este ritmo por mucho tiempo.
La hidra se acercaba cada vez más, y Luffy podía sentir su aliento caliente en la nuca. De repente, Luffy recordó las palabras de Shanks: "Un verdadero pirata nunca se rinde". Con renovada determinación, Luffy se preparó para enfrentar a la hidra y luchar por su supervivencia.
Shanks forcejeó contra las cuerdas que lo ataban al árbol, pero Garp había hecho un trabajo exhaustivo y no había forma de escapar. Mientras luchaba por liberarse, Garp se rió con una sonrisa burlona, como si la situación no fuera más que una diversión.
—¡Eres un loco, Garp!— gritó Shanks, su furia palpable. —¿Qué estás haciendo con Luffy? ¿Por qué lo estás sometiendo a esta prueba?
Garp se encogió de hombros, sin dejar de reír.
—Solo quiero ver si tiene lo que se necesita para ser un verdadero pirata— dijo. —Quiero saber si es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir en este mundo.
Shanks se rió, con amargura.
—No sabes nada sobre Luffy— dijo. —No sabes qué es lo que lo motiva, qué es lo que lo hace fuerte. Y después de esto, no quiero que vuelvas a verlo nunca más.
Garp se rió de nuevo, como si la amenaza de Shanks no fuera importante.
—Veremos sobre eso— dijo. —Pero por ahora, voy a seguir observando a Luffy. Quiero ver cómo se desenvuelve en esta situación.
Shanks lo miró con odio.
—Recuerda que cuando Monkey D. Dragon me entregó a Luffy, me dio la libertad de hacer lo que quisiera con él— dijo. —Así que te prohíbo volver a ver a Luffy. No tienes derecho a intervenir en su vida.
Garp se detuvo, su sonrisa desapareció por un momento. Sabía que Shanks tenía razón, y que no podía hacer nada para cambiar la situación.
—Entiendo— dijo Garp, finalmente. —No volveré a ver a Luffy.
Shanks asintió, satisfecho.
—Es mejor así— dijo. —Luffy está mejor sin ti en su vida.
Garp se dio la vuelta y se alejó, dejando a Shanks atado al árbol. Shanks se quedó solo, pensando en Luffy y en la prueba que estaba enfrentando. ¿Podría sobrevivir? Solo el tiempo lo diría.
La hidra se acercaba cada vez más, y Luffy podía sentir su aliento caliente en la nuca. De repente, recordó las palabras de Shanks: "Un verdadero pirata nunca se rinde". Con renovada determinación, Luffy se preparó para enfrentar a la hidra y luchar por su supervivencia.
Algo extraño comenzó a suceder dentro de Luffy. Una energía desconocida crecía en su interior, una fuerza que parecía emanar de su propia voluntad. Su corazón latía con más fuerza, y su respiración se volvió más rápida. La energía creció en intensidad, y Luffy comenzó a sentir que estaba dominando la fuerza de voluntad de la hidra.
La bestia se detuvo en seco, como si hubiera sido golpeada por una fuerza invisible. Sus ocho cabezas se sacudieron violentamente, y luego se desplomaron, inconscientes. Luffy también se sintió afectado por la energía. Se desplomó al suelo, exhausto y confundido.
No sabía qué había pasado, pero sentía que había hecho algo increíble. Su mente estaba llena de preguntas, pero no podía encontrar respuestas. Solo sabía que había ganado, pero a qué costo. La oscuridad comenzó a cerrarse sobre Luffy, y él se dejó llevar por ella.
Su cuerpo se relajó, y su mente se sumió en la inconsciencia. No sabía qué había hecho, ni cómo lo había hecho. Solo sabía que había ganado, y que eso era todo lo que importaba. La inconsciencia lo envolvió, y Luffy se sumió en un sueño profundo, sin saber qué había desatado dentro de sí mismo.
Luffy se despertó con un dolor de cabeza intenso. Al abrir los ojos, se encontró con un enorme quimera que se cernía sobre él, lista para atacar. La bestia era un amalgama de diferentes animales, con escamas de dragón, alas de águila y cola de león. Luffy se puso de pie de un salto, listo para enfrentar al quimera. Su cuerpo de goma, gracias a la fruta del diablo Gomu Gomu no Mi, se estiró y se contorsionó de manera extraña, permitiéndole moverse con una agilidad increíble.
La quimera atacó, lanzando una llamarada de fuego que Luffy esquivó con facilidad. Luffy contraatacó, lanzando un puñetazo de goma que impactó en la cabeza de la quimera. La bestia se tambaleó, pero no se rindió.
Luffy utilizó su Haki de Armamento para endurecer su cuerpo de goma, haciéndolo más resistente a los ataques de la quimera. También utilizó su Haki de Observación para anticipar los movimientos de la bestia, permitiéndole esquivar y contraatacar con facilidad.
La quimera lanzó una serie de ataques rápidos y feroces, pero Luffy los esquivó todos con su agilidad y su Haki de Observación. Sin embargo, en un momento de descuido, la quimera logró golpear a Luffy con su cola, enviándolo volando hacia atrás.
Luffy se levantó, jadeando y con una herida profunda en su costado. La herida era seria, pero no mortal. Sin embargo, Luffy no sabía que la quimera había inyectado un veneno mortal en su cuerpo, un veneno que tardaría un mes en matarlo, pero que lo haría sufrir dolorosamente.
Luffy se enfureció y se lanzó hacia la quimera, decidido a derrotarla. La quimera atacó de nuevo, pero Luffy estaba listo. Utilizó su Haki de Armamento para endurecer su cuerpo y se lanzó hacia la quimera, golpeándola con un puñetazo de goma. La bestia se tambaleó y Luffy aprovechó la oportunidad para lanzar un ataque final.
Con un grito de esfuerzo, Luffy golpeó a la quimera con un puñetazo de goma que la envió volando hacia atrás. La bestia se desplomó al suelo, derrotada.
Luffy se derrumbó al suelo, exhausto y herido. Su cuerpo de goma estaba cubierto de heridas y su costado dolía intensamente. Pero había ganado, y eso era todo lo que importaba.
Luffy se quedó allí, jadeando y sufriendo, pero sin rendirse. Sabía que tenía que seguir adelante, no importaba lo difícil que fuera. Y con esa determinación, se levantó y siguió adelante, listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara. Sin embargo, no sabía que el veneno de la quimera ya estaba comenzando a hacer efecto, y que su futuro estaba en juego.
Benn Beckman despertó sobresaltado por los gritos de su capitán.
—¡Desátame, maldito Garp! —gritaba Shanks con furia.
Garp, sin inmutarse, tomó un bote y se marchó, dejando a Shanks atado a un árbol.
—¿Qué demonios está pasando, capitán? —preguntó Benn con confusión y enojo.
—El desgraciado de Garp nos ha traído a esta isla extraña, me ha atado y se ha llevado a Luffy al corazón de la selva —respondió Shanks, con la mirada llena de rabia.
Benn se enfureció al enterarse de lo sucedido.
—¡Ese desalmado! —pensó para sus adentros, liberando a Shanks.
—Vamos a buscar a Luffy, no podemos dejarlo solo aquí —declaró Benn con determinación.
Shanks asintió mientras se ponía de pie.
—Tienes razón, Benn, vamos a encontrar a Luffy y hacer que Garp pague por esto.
Mientras tanto, Garp se alejaba de la isla, riendo con malicia.
Por otro lado, Benn y Shanks se adentraron en la selva en busca de Luffy. A pesar de la densa vegetación y el sofocante calor, no se dejaron vencer.
—Debemos encontrarlo antes de que sea demasiado tarde —expresó Shanks con preocupación—. Garp no se detendrá hasta lograr lo que busca.
Benn, consciente de la situación, asintió y continuaron su búsqueda. La suerte de Luffy estaba en juego y no podían permitirse fracasar.
Luffy había estado esquivando los ataques de la quimera durante media hora, hasta que finalmente logró escapar. Sin embargo, su alivio fue efímero. Al doblar una esquina, se encontró cara a cara con una esfinge imponente, cuyos ojos hambrientos parecían devorarlo.
La esfinge sonrió con crueldad, mostrando sus dientes afilados. —Vaya, qué rica comida— dijo, refiriéndose a Luffy con una mirada llena de deseo.
Luffy se puso en guardia, listo para enfrentar a la esfinge. La bestia se rió, y se lanzó hacia él con una velocidad sorprendente.
—¡Vamos a ver quién es el más fuerte!— gritó Luffy, mientras se lanzaba hacia la esfinge con un puñetazo de goma.
La esfinge esquivó el ataque con facilidad, y contraatacó con una garra afilada. Luffy utilizó su Haki de Armamento para endurecer su cuerpo, y bloquear el ataque.
—¡Eres más fuerte de lo que pensaba!— dijo la esfinge, impresionada por la resistencia de Luffy.
La pelea continuó durante horas, con Luffy y la esfinge intercambiando ataques, y defendiéndose con todas sus fuerzas. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Luffy se desplomó al suelo, inconsciente y herido de gravedad.
La esfinge se acercó a Luffy, sonriendo con satisfacción. —Eres un oponente digno— dijo —pero eres demasiado débil para derrotarme. Te perdonaré la vida, pero te lanzaré una maldición.
En ese momento, Shanks y Benn Beckman llegaron al lugar, preocupados por el estado de Luffy.
—¿Qué ha pasado aquí?— preguntó Shanks, mirando a la esfinge con desconfianza.
—Este niño ha sido un oponente digno— respondió la esfinge —pero ha sido derrotado. Le he lanzado una maldición, que se activará cuando cumpla 19 años.
Benn Beckman se enfureció al escuchar las palabras de la esfinge. —¡No puedes hacer eso!— gritó —¡Eso es injusto!
Shanks se acercó a la esfinge, su rostro lleno de ira. —Maldita seas— dijo —¿cómo puedes hacerle esto a un niño inocente?
La esfinge se rió, mostrando sus dientes afilados. —La justicia no tiene nada que ver con esto— dijo —solo la fuerza y la habilidad. Y este niño ha demostrado ser débil.
—La única forma de romper la maldición es que el niño me enfrente— dijo la esfinge, sonriendo con crueldad.
Shanks se enfureció al escuchar las palabras de la esfinge. —¡Eso es imposible!— gritó —¡Luffy es solo un niño!
—Capitán, vea esto como una prueba que superar— dijo Benn Beckman —para hacer el rey de los piratas.
—Tienes razón, Benn— dijo Shanks.
