Los reinos de Alterac y Lordaeron han caído mientras que Stromgarde prácticamente ha desaparecido y solo queda un pequeño reducto de su territorio original. Por su parte, Dalaran se recuperó de los ataques que sufrió en la Tercera Guerra por parte de la Legión Ardiente y en cambió su ubicación original. Azeroth, que fue renombrado como Ventormenta, y Kul Tiras son los únicos reinos que han prosperado y Gilneas ha sido asolado por la maldición de los Huargen y están disputando su territorio con los renegados.
Por su parte el príncipe Galen Aterratrols del reino de Stromgarde ha caído y ahora forma parte de la Horda como no-muerto al servicio de Sylvanas. El ejército de Stromgarde formó la Liga de Arathor, que lucha por liberar la cuenca de Arathi y sus abundantes recursos de las manos de los Defilers, renegados y del ejército de Sentencia. Toda esta disputa tiene lugar en el campo de batalla de la Cuenca de Arathi.
Los defensores de Stromgarde son el ejército que protege Stromgarde. Son conocidos por su disciplina marcial en la lucha como demostraron en la Segunda Guerra donde fueron capaces de hacer retroceder a la Horda en solitario durante bastante tiempo, permitiendo movilizarse a la Alianza . Su determinación y coraje son conocidos por todo Azeroth como los guerreros más grandes que la humanidad ha conocido. En combate, los soldados de a pie marchan para encontrarse con el enemigo en formación con espadas y escudos. Los afamados caballeros de Stromgarde son utilizados como tropas de choque para ayudar a los guerreros, especialmente contra ogros y las fuerzas de La Hermandad. La infantería está apoyada por el fuego de los rifles de los enanos que los cubren desde la retaguardia mientras el Capitán Ariana Thesslocke lidera la caballería.
Sin embargo, el panorama para Strongarde cambió radicalmente con el regreso de Danath Aterratrols de Terrallende. Con él al mando de la Liga de Arathor, Stormgarde pudo expulsar con éxito a los Delfilers y reducir el ejército de Sentencia. Tras estos éxitos militares, Danath pudo poner orden y reestablecer el dominio del reino sobre sus antiguos territorios, permitiendo a Stromgarde tener su primer periodo de paz después de tanta decidia. En este tiempo, Danath fue coronado Rey de Stromgarde, siendo el último miembro sobreviviente de la casa real.
A su coronación asistieron varios miembros de la Alianza, incluyendo a un recuperado Anduin Wrynn, luego de los sucesos de las Tierras Sombrías. El Gran Rey de la Alianza, debido al periodo de paz prolongado, ofrece recursos y colonos para repoblar Stromgarde, cosa que incrementaría tres veces la población del antiguo reino. Además, los ejércitos de Stromgarde y Ventormenta se unirían para lanzar una ofensiva contra los ogros del Clan Aplastacresta en las tierras de Alterac, expandiendo los territorios de la Alianza sobre las ruinas del reino de Alterac.
Con este panorama, la Hermandad dirigida por los Perenolde en Strahnbrad intento asesinar a Danath pues habían perdido su influencia tanto en Stromgarde como en Alterac. El siniestro es descubierto y la familia Perenolde es capturada por agentes de la Alianza. Pero no antes de dejar a Danath herido de muerte por veneno.
En su lecho de muerte, Danath sabía que con sin un heredero Stromgarde se perdería otra vez, así que busco al único que considero digno, al noble Rey de Ventormenta. El Gran Rey Anduin, con solemnidad, acepto mientras Danath Aterratrols exhalaba su último aliento. El ahora rey de Stromgarde nombró al maestro de batalla Radulf Leder como Señor de Stromgarde, antes de enfocarse en las ruinas de Alterac. Con los Perenolde declarados traidores por la Alianza, Anduin se proyecto levantar el reino caido e inició con la reconstrucción de la ciudad de Alterac y la poblaria con todas aquellas gentes que perdieron sus hogares durante las guerras y conflictos de las últimas décadas.
Alterac se llenó rápidamente, de la nada ya tenían 1200 habitantes, siendo los Elfos Nobles el grueso de la población. Bajo esta realidad, la nueva Señora de Alterac escogida para gobernar fue Vereesa Brisaveloz, una decisión lógica pues como Lider del Pacto de Plata está fuerza militar movería su base de operaciones a Alterac, aunque siguen presionando para excluir a los Elfos de Sangre de los Kirin Tor.
Este evento hizo que el actual Concilio de los Seis de Dalaran, que está representado por la Archimaga Modera, Ansirem Terrajuna y Kaligos, con Kadgar a la cabeza. Decidiera movilizar la ciudad a su posición original. Esta decisión ya estaba sobre la mesa desde la caída del Rey Exanime, pero fue aplazada por la continua serie de amenazas que azotaron a Azeroth. Pero, tras la reconstrucción de Alterac y el nombramiento de Calia Menethil como nueva reina de los renegados, se decidió restablecer la posición de Dalaran en su sitio original en los Reinos del Este, aunque la ciudad se mantendría flotando.
Calia había regresado a su gente, esta vez como no muerta y lista para gobernar. Sin Sylvanas, los renegados se mantenían sin un líder claro, ahora con Calia muchos no-muertos la recordaron de cuando vivían y de como amaban a la Casa del Rey Therenas Menethil. El Consejo de Guerra de la Horda, sin embargo, mira con recelo a la nueva Reina de los Renegados, aunque ella no ha hecho movimiento alguno para abandonar la Horda, aún faltaba ver su compromiso para ella durante la guerra. Aunque, mantine buenas relaciones con los demás líderes de la Horda.
Sería gracias a Calia que los renegados se replegaron a los límites del Reino de Lordaeron, devolviendole la soberanía de Gilneas a la Reina Tess Cringris y su pueblo, humanos y huargen.
Esto sumado a Kul Tiras liderado por Jaina Valiente, completaba el resurgimiento de los Siete Reinos Humanos, aunque no todos sean humanos ahora. Incluyendo ahora huargens, renegados, elfos nobles y semi-elfos, de los cuales casi todos fueron humanos y era precisamente la historia, cultura y especie lo que los unía a los siete.
De modo que se unieron bajo la bandera que los unió en el pasado, la de Arathor. Aunque no todos pertenecen a la Alianza, este pacto de ayuda y hermandad se mantendría por la simple necesidad de salvaguardar la raza humana su legado. El Segundo Imperio de Arathor estaría liderada por un Emperador, como figura de unidad, y gobernado por un consejo de representantes conocido como el Consejo de Arathor, donde todos tendrían voto.
En cuanto a quien coronaria como Emperador, la decisión era bastante evidente. Ventormenta tenía tendencia a liderar por la dependencia de otros miembros para con ella o sus lazos anteriores, sin mencionar que el Rey de Ventormenta era también el Rey de Stromgarde, Alterac y, tras deshacer la Ruina de las ruinas de Lordaeron, también de la antigua capital de la Alianza, con la aprobación de Calia Menethil, quien terminaría siendo la Señora de Lordaeron, trayendo de nuevo a los renegados a Entrañas, dónde se reunirían con sus familiares vivos.
Así que, ante la Iglesia de la Luz Sagrada de Ventormenta, Anduin Llane Wrynn fue coronado Emperador de Arathor ante su esposa, Taelia Fordragón de Wrynn, todos los lideres de los pueblos humanos; Radulf Leder, Vereesa Brisaveloz, Khadgar, Calia Menethil, Jaima Valiente y Tess Cringris, y las autoridades de la Alianza. Dagran Thaurissan II, Velen, Shandrys Vuelapluma, Alleria Brisaveloz, Turalyon, Azurathel, Gelbin Mekkatorque y Alysa Canción Etérea. También amigos del nuevo Emperador; Magni Barbabronce, Genn Cringris, Valeera Sanguinar, Wrathion, Bolvar Fordragón, y una figura misteriosa encapuchada.
Aunque unificada, el Imperio de Arathor no era muy diferente a las relación entre los gnomos y enanos o de los orcos con los trolls lanza negra, y aunque aumentaba los temores de la Horda para con los renegados, quienes habían adoptado, poco a poco, un aparente "renacimiento" emocional y aprecio a la vida guiados por Calia Menethil.
Lemon
"Ahora eres Anduin I de Arathor, Señor de los Siete Reinos y Protector de la Humanidad"
Las palabras de la Suma Sacerdotisa Laurena recorrían su mente mientras miraba el techo de su habitación. Se dio la vuelta y su espalda desnuda quedó expuesta al aire frío de la habitación. El calor del cuerpo desnudo de Taelia junto a él lo mantenía caliente y sintió que se agitaba al pensar en la noche anterior. Su esposa se movió a su lado, rodó sobre su costado y lo rodeó con un brazo. Podía sentir sus labios presionados contra su espalda y su respiración lenta contra su piel.
—¿Te preocupa algo, querido?— preguntó Taelia, pasando suavemente la mano por su pecho musculoso para tranquilizarlo.
—Yo... yo solo... no creo que pueda ser Emperador, Taelia. No soy un líder como mi padre. Apenas sobreviví a las Fauses, fuí corrompido y casi destruyó a los que amo, yo...
Sus palabras murieron cuando la mano de Taelia bajo de su pecho desnudo hasta llegar a su cintura. Sus dedos rozaron su verga, acariciando suavemente la pesada herramienta antes de envolverla con sus dedos. Se dio la vuelta lentamente ante ese toque, presionando sus labios contra los de ella. La sensación de su piel desnuda contra la suya, tan suave y cálida, hizo que su verga comenzara a moverse en respuesta. Quería follarla en ese mismo momento, pero ella se le adelantó, sentándose a horcajadas sobre su cintura e inclinándose para besarlo apasionadamente. Deslizó sus manos por sus piernas bronceadas, agarrando suavemente sus tetas llenas mientras ella comenzaba a frotarse lentamente contra él.
Él se separó del beso, besando su cuello y luego entre sus pechos. Presionó su rostro contra los suaves montículos, la piel de sus mejillas rozando los costados de esos pesados orbes. Taelia suspiró suavemente, arqueando la espalda ligeramente para darle un mejor acceso mientras él comenzaba a lamer y chupar suavemente sus pezones, que rápidamente se estaban poniendo rígidos por la excitación.
—Te amo— gimió Taelia suavemente, comenzando a moverse hacia arriba y hacia abajo a lo largo de su grueso y duro eje, frotando los labios de su flor húmeda contra su verga horizontalmente, sin penetrarla todavía —Eres un buen hombre Anduin y un rey que busca la paz ante todo. Serás un Emperador maravilloso... Ahora, mi rey, aseguremos la línea imperial.
Podía sentir su calor y humedad contra su verga dura como una roca, lo suficientemente dura ahora que era casi doloroso. Al instante, la mujer sintió los sentimientos carnales de querer ser procreada por un trozo de carne tan magnífico. Anduin observó con creciente deseo cómo ella se levantaba sobre su cuerpo a horcajadas sobre su cintura con su parte inferior flotando justo encima de su verga. Se movió con disposición mientras Taelia se bajaba lentamente sobre ella sintiendo la cabeza hinchada empujar hacia sus húmedos labios inferiores. Ella abrió la boca en gemidos silenciosos mientras sentía que empujaba hacia su cuerpo y se envolvía dentro de su coño. Anduin exhaló en jadeos ásperos y excitados mientras sentía que sus paredes apretadas y humedecidas se aferraban a su polla como dos piezas de un todo.
—¡Uunnghh! ¡Taelia…! ¡Eres increíble!— Exhaló mientras ella continuaba empujándose hacia abajo sobre sus caderas. Sus nalgas y muslos aterrizaron sobre sus piernas con un fuerte golpe de piel, lo que significa que enterró su miembro completamente dentro de su cuerpo.
En ese momento sintió que la verga que se introducía en su cérvix, lo que la hizo echar la cabeza hacia atrás y chillar en éxtasis preorgásmico mientras sostenía sus manos sobre sus hombros. Anduin luchó por mantener el control mientras Taelia empalaba completamente su cuerpo sobre su eje.
—¡Aaaaaghn! ¡Oh, Anduin, eres... eres! ¡Ooh! ¡Por la Luz!— ella jadeó y rodeó su cuello con los brazos firmes, atrayéndolo hacia otro dulce y amoroso beso. Sus lenguas se deslizaron una contra la otra en un abrazo oral mientras ella comenzaba a mover la pelvis a lo largo de su cuerpo, follándose a sí misma sobre su longitud allí mismo.
—Mmhhh, hhhmmhh— Taelia aulló dentro de su boca mientras cambiaba su peso sobre su cuerpo. La guerrera era más habil en la guerra que Anduin, pero esta verga agitaba positivamente su interior de maneras que nunca imaginó.
Podía sentirla empujando y extendiéndose por sus paredes mientras la follaba tan profundamente. Sus caderas comenzaron a rebotar hacia arriba y hacia abajo sobre ella aún más rápido, lo que resultó en una fuerte cacofonía de ruidos que golpeaban la piel y resonaban desde el interior de la habitación. Gimieron el uno en la cara del otro con respiraciones calientes y húmedas hasta que Taelia se apartó del rostro de Anduin y se inclinó ligeramente hacia atrás para empujar sus pechos hacia arriba.
—¡Adelante, aliméntate de ellos, son todos tuyos, Anduin!— gritó Taelia con una delirante sonrisa de absoluta felicidad escrita en su rostro. Se embistió y rebotó aún más rápido sobre su miembro haciendo que un suave coro de ruidos saliera de su coño.
No hizo falta que Anduin le dijera dos veces que lo hiciera y agarrara sus manos alrededor de cada uno de sus grandes pechos, haciéndola chillar fuerte de euforia. Ella era muy sensible arriba y Anduin tenía un par de manos bastante fuertes que se sentían suaves. Las acarició, las apretó en su palma y luego las giró a su gusto mientras Taelia continuaba follándose desenfrenadamente su verga. Finalmente, acercó su boca hacia una de sus tetas apretando sus labios alrededor de la areola erecta y cafe de su pecho, esto provocó un éxtasis ininterrumpido en Taelia mientras sostenía sus manos alrededor de su busto y lo atraía más profundamente hacia su pecho.
Él sorbió y chupó con cuidado su teta, haciéndola chillar de éxtasis desenfrenado mientras continuaba embistiendo. Su miembro se deslizó húmedamente hacia adentro y hacia afuera en un ritmo de penetración constante, haciendo que su cuerpo se estremeciera de excitación. Sus paredes se apretaron alrededor de él por completo mientras él entraba en su cuello uterino una y otra vez, volviéndola loca de placer sexual.
—¡Ooooooh! ¡Ooh, ooh, ooh, oh, oh, oh, oh, oooooooh! ¡Anduin!— gritó Taelia con los ojos cerrados de felicidad orgásmica y el rostro iluminado por un rubor rojo mientras él le chupaba las tetas a fondo, acercándola al clímax.
Anduin se inclinó hacia el otro pezón y apretó los labios con fuerza sobre el siguiente, empujando a Taelia aún más hacia el abismo del placer. Estaba empezando a sentir que su cuerpo se sacudía con el clímax inminente y sintió que el cuerpo de Anduin chocaba con fuerza contra sus caderas. Sus ojos se abrieron de par en par cuando sintió que él empujaba dentro de ella haciendo que su miembro empujara hacia su cuello uterino y llegara directamente dentro de su útero. Sus ojos se pusieron en blanco y su cuerpo tembló con la intensidad del orgasmo.
—¡Ooooooh! ¡Me estoy corriendo!— anunció Taelia eufórica y echó la cabeza hacia atrás con las manos apoyadas firmemente sobre sus anchos hombros.
Anduin hizo una mueca de placer al sentir que sus paredes se enroscaban firmemente alrededor de su carne, su cuello uterino succionó y apretó su polla mientras él empujaba profundamente con repetidos golpes de ráfagas cortas. Pronto fue demasiado para él y sucumbió al dichoso reflujo de la eyaculación. Empujando sus caderas contra el cuerpo perfecto de Taelia, Anduin envolvió sus brazos alrededor de su trasero acercándola lo más posible cuando se corrió. Su miembro palpitaba fuertemente con la presión reprimida y descargó una espesa cascada de semen directamente en su útero fértil.
Tarlia todavía temblaba y enganchó sus brazos alrededor de su cuerpo, manteniéndolo lo más profundo posible mientras disfrutaban juntos del clímax. Sintió que su coño latía y palpitaba, exprimiendo hasta la última gota de espeso jugo masculino de las bolas de Anduin mientras bombeaba dentro de ella. Pensamientos de embarazo surgieron en su mente, ya que no tenía anticonceptivos, una rareza en esta era distópica, ni le había puesto condones de antemano. En cambio, solo sintió su espesa carga de semen bombeando generosamente en su cuerpo, haciéndola gemir de satisfacción. Taelia sintió escalofríos de excitación y reflexionó sobre la perspectiva de quedar embarazada de su bebé. Tal pensamiento la hizo feliz mientras estuviera con Anduin. Él la abrazó y bombeó sus nalgas vorazmente dejando salir el resto de su semilla adentro y disfrutando la sensación de su coño ordeñándolo por más.
Finalmente, la oleada de orgasmos se calmó y los dos quedaron desnudos, con Taelia encima Anduin, mientras él apretaba su trasero desnudo en un éxtasis poscoital. Jadearon y gemían suavemente juntos mientras ambos descansaban sobre la cama sin ninguna preocupación en el mundo.
Sus manos se entrelazaron una vez más y sus dedos se apretaron fuertemente prometiéndose un futuro más brillante en este mundo caótico. Después de un largo momento de vaciarse profundamente dentro de Taelia, los músculos de Anduin finalmente se relajaron y se dejó caer de nuevo sobre la cama. Anduin se giró, mirándola y sonriendo cansadamente. Taelia le devolvió la sonrisa, se inclinó hacia delante y lo besó suavemente.
—Te amo— susurró él, acariciando su cabello corto azabache.
—Yo también te amo, Anduin— dijo Ella sonriendo y le dió un beso en el cuello— Mmm, se que tienes una carga enorme, Anduin, pero siempre estaré ahí para tí, como apoyo y consuelo... aunque, quizá necesite más ayuda.
Taelia Fordragón de Wrynn era una mujer que podía jactarse de complacer a su hombre. Ella misma había tenido un sin fin de experiencias con navegantes en Kul Tiras de todas las razas, hombres y mujeres, por igual... Pero, desde que Anduin se había vuelto un Forjado por la Luz su resistencia y apetito sexual se habían vuelto... implacables. Muchas veces el sacerdote la dejaba exhausta ¡Cof! desfallecidad ¡Cof! más veces de lo que una guerrera como ella estaría dispuesta a admitir.
El emperador suspiró y sacudió la cabeza.
—No quiero tener sexo con una extraña—murmuró Anduin, mirándola de reojo —Eres mi amada, Taelia. Eres la primera mujer que he amado y la última. Y... no se me ocurre ninguna mujer noble o plebeya que aceptaría actuar como...
—¿Tu amante?— termino Taelia, mirándolo con una ceja alzada —Anduin, eras el soltero más codiciado de la Alianza cuando me case contigo o ¿No recuerdas los montones de cartas que recibí, "felicitándome"?.
El sarcasmo goteaba en su voz y Anduin recordó ese bochornoso día donde una montaña de cartas de odio y envidia llegaron la corte, todas dirigidas a Taelia. Él se sintió consternado, nunca se había visto como un "hombre atractivo", un guerrero fuerte y regio, alguien con un temple de acero y fuerza de voluntad, como su padre. Para Anduin, quien siempre se vio como un erudito débil, un sacerdote dedicado al estudio y la oración, no creía atraer una pareja si no fuera por su título. Así que, leer cientos de cartas de mujeres humanas, elfas nobles, elfas de la noche, enanas, gnomas, draenei, incluso mujeres de la Horda, desde elfas de sangre y hasta orcas, afirmaban que serían una mejor pareja para él.
—... ¿Tienes a alguien en mente?— Anduin se limito a preguntar, sin argumentos para argumentar.
—En realidad...— respondió Taelia, sonriendo con picardía —Se me ocurre que llegó la hora de que tengas cierta... retribución.
—¿Y esa sería?.
—Ya lo verás, cariño— dijo Taelia sonriendo, mientras se erguia sobre él, sintiendo su miembro aun duro dentro de ella —Ahora, solo céntrate en plantar a tu bebé en mí vientre.
