Muy buen fin de semana para cada una de ustedes, espero que estén pasando un lindo día.
Les recuerdo que la historia NO es para menores de edad o para personas sensibles al tema adulto.
MUCHAS GRACIAS POR SU COMPRENSIÓN.
DESTINO
CAPÍTULO 11
Anthony se levantó decidido a enfrentar a Archie, quien estaba en su oficina ajeno a la plática que sostenía su hermano y su primo. Stear se levantó de inmediato detrás de él para detenerlo.
-¡Espera Anthony! ¿Qué haces? – Preguntó Stear poniéndose frente a la puerta para evitar que saliera.
-No puedo permitir lo que Archie pretende. – Dijo Anthony molesto, con los puños apretados por lo que sentía en su interior.
-Por supuesto que no, yo tampoco y no solo porque son primos, sino porque la honra de la señorita Britter está en juego. – Dijo Stear captando la atención de Anthony, quien de inmediato aflojó su agarre. – Archie ya se le declaró a Annie… - Dijo de nuevo el mayor. Anthony lo miró fijamente y este asintió. – Ella aceptó ser su novia… - Dijo nuevamente, confirmando a Anthony que la noche anterior habían iniciado una relación más formal.
-Él tiene un compromiso formal con ella. – Dijo Anthony sin comprender entonces el motivo por el cual había mostrado interés en Candy. Stear asintió.
-Y él lo sabe, por eso te digo que sería incapaz de hacer algo para interponerse entre tú y la señorita White. – Dijo Stear seguro que la plática que había sostenido con su hermano había surtido efecto. Anthony lo miró no muy convencido.
-Sabes que no sería la primera vez que lo hace. – Dijo Anthony con una sonrisa de lado. Stear asintió.
-Sí, pero también sabe que jamás te habíamos visto mirar a una joven como lo haces con la señorita White. – Dijo Stear con respeto, intentando continuar calmarlo. Anthony sonrió nuevamente como un bobo, su mirada se iluminaba y sus mejillas se sonrojaban completamente ante su recuerdo. - ¿Lo ves? El solo mencionarla te hace feliz, miras como un bobo y te sonrojas como un quinceañero. – Dijo el inventor con diversión. Anthony lo miró de soslayo con una sonrisa traviesa y lo empujó cariñosamente. – Las otras chicas no eran realmente de tu agrado y Archie lo sabe. – Agregó seguro de ello. Anthony suspiró más relajado.
-Eso espero, Stear… - Dijo Anthony con esa corazonada que lo había estado molestando desde que supo que Candy era la indicada.
Una vez que Stear se había asegurado de poner a Anthony al tanto de todo y de haberlo calmado se dirigió a su escritorio, poco después Archie salió de la suya para ir directamente a la del rubio.
-Anthony, solo vengo a decirte que saldré un momento. – Dijo Archie con una sonrisa, seguro de que su hermano no hubiese sido capaz de delatarlo. Anthony tomó la pluma estilográfica con la que escribía e intentó doblarla al ver a su primo sonreír como si nada sucediera.
-¿Qué sucede? – Preguntó Anthony a su primo.
-Nada, solamente quiero llevarle a Annie un detalle. – Dijo con una sonrisa amplia en su rostro.
-Está bien. – Dijo Anthony seguro que no tenía problema que su primo saliera unos momentos para ver a su novia, de todas formas el local en donde ella trabajaba estaba a unos cuantos edificios de ahí. – Por mí no hay problema mientras tengas todo en orden. – Dijo una vez más el rubio. Archie asintió y salió de la oficina de Anthony.
Archie salió con mucho ánimo del edificio, había bajado en el ascensor con impaciencia, su pie bailaba impaciente deseando que este bajara más deprisa. Al salir del edificio en lugar de tomar hacia el local de su ahora novia, tomó una diligencia, se subió rápidamente y dio las indicaciones.
-Al hospital Saint Mary's, de prisa por favor. – Dijo Archie con el corazón acelerado, sentía una extraña emoción en su pecho, necesitaba volver a ver a la joven enfermera y no había podido esperar más tiempo. – Tengo que verla nuevamente. – Se decía el joven creyendo que no hacía nada malo porque Anthony no tenía nada que ver con ella.
Archie llegó en poco tiempo al hospital y de la misma forma que había llegado el día que había llevado a Anthony al hospital, se dirigió hacia donde una sonriente Katherine lo recibía.
-Buenos días señorita. – Saludó de manera cortés y galante.
-Buenos días joven… - Dijo Katherine con el corazón acelerado al ver al atractivo joven frente a ella, a quien había reconocido casi de inmediato. Archie se sintió crecer por la reacción de la joven, sin embargo su ego cayó desplomado al ver que la chica giraba su rostro buscando a alguien más. - ¿No viene su hermano…? – Preguntó con cierta timidez. Archie negó resignado.
-No señorita, siento mucho venir solo. – Dijo Archie con tranquilidad. Katherine abrió los ojos sorprendida al ver que tenía que atenderlo y no lo había hecho.
-Disculpe joven, ¿Qué se le ofrece? – Preguntó la chica ya más tranquila.
-Vine a buscar a la señorita White. – Dijo Archie con seguridad.
-¿Se siente usted mal? – Preguntó Katherine con amabilidad.
-De ninguna manera, solo que… quiero decir… si me duele mucho mi estómago y siento ganas de vomitar… - Dijo Archie exagerando sus síntomas, pero Katherine se había dado cuenta de su juego.
-Entonces permítame llamar a un médico para que lo atienda de inmediato. – Dijo tomando la bocina del teléfono para hacer la llamada.
-¡No! – Dijo Archie impidiendo que lo hiciera. – No es verdad señorita, lo que sucede es que… - Dijo mirándola con súplica. Katherine sonrió con travesura. – Le aseguro que si me ayuda mi hermano estará más que agradecido con usted. – Dijo una vez más el chico elegante. El rostro de Katherine se encendió de inmediato al escuchar sus palabras y Archie sonrió triunfante, aunque no entendía como se había fijado en el distraído de su hermano y no en él que era mucho más sofisticado y elegante.
-Deme un momento, porque está ocupada. – Dijo Katherine segura que la rubia estaba ocupada ordenando el material quirúrgico.
-Es urgente… por favor… - Volvió a decir con una encantadora sonrisa, que ya le había valido miles de favores. Katherine asintió y lo llevó al mismo consultorio en el que habían recibido a Anthony y a Neal.
Candy escuchó a Katherine algo nerviosa, la joven sabía que no era correcto lo que hacía, sin embargo lo estaba haciendo.
-¿Quién es, Katherine? – Preguntó Candy confundida.
-Es un joven que vino con el joven Ardlay el día que se lastimó el brazo. – Dijo Katherine para darle más contexto a la rubia.
-¿De anteojos? – Preguntó Candy con una sonrisa, Stear le había caído muy bien. Katherine se sonrojó y negó a la pregunta de la rubia.
-Es el otro joven, uno de melena y muy elegante. – Dijo de nuevo la recepcionista.
-¿Y dijo que era urgente? – Preguntó Candy con el corazón dando un vuelco en su pecho al pensar primero en Annie y después en Anthony.
Candy salió de la bodega con prisa, como si realmente fuese a atender alguna emergencia, entrando de manera imprevista al consultorio donde Archie la estaba esperando. El elegante joven estaba de frente a la puerta con una rosa en su mano.
-¿Qué sucede? ¿¡Le pasó algo a Annie!? – Preguntó con un terrible temor en sus ojos. Archie abrió los ojos sorprendido por su pregunta.
-¡No! No, Annie está bien… - Dijo Archie sin dejar de sonreír. Candy lo miró confundida sin poner atención a la rosa de su mano.
-¿¡Entonces es Anthony!? – Preguntó con un nudo en su garganta y con la respiración suspendida en su pecho. Archie se sintió culpable al verla tan preocupada por su novia y por su primo. - ¿Dónde está? Llévame de inmediato con él. – Dijo la rubia queriendo salir de inmediato de ahí.
-No Candy… - Dijo Archie con confianza, la confianza que Anthony aún no se atrevía a traspasar con ella. Candy se detuvo sin comprender nada.
-¿Qué está pasando? – Preguntó aún nerviosa. – Necesito que me digas que Anthony está bien… - Dijo mirándolo con súplica. Archie miró en sus ojos verdadera preocupación por el rubio.
-No te preocupes Candy, Anthony está bien. – Confesó por fin el castaño. Candy suspiró aliviada, cerrando sus ojos y respirando profundamente como buscando el control de su cuerpo, el cual comenzaba a perder el control sobre todo de sus piernas que temblaban por el temor.
-Lo siento… - Dijo Candy apenada al ver que se había salido de control al creer que alguna de las personas que ella quería hubieran necesitado de su ayuda profesional. – No puedo evitar ponerme nerviosa tan solo de pensar que algo les pudiera pasar… - Dijo tranquilamente, hasta ese momento puso atención en la rosa.
-Es para ti… – Dijo Archie extendiendo la flor a la joven enfermera.
-¿Para mí? – Preguntó Candy con extrañeza. Archie asintió y se sintió un tonto en ese momento, hasta ese momento había comprendido que había hecho mal en ir a verla con intenciones de volver a verla.
-No puedo aceptarla… - Dijo Candy con tristeza y melancolía, le dolía que aquel chico frente a ella estuviera llevando una flor roja símbolo de amor y la pasión, cuando él era novio de su hermana del alma. Archie la miró sorprendido por su franqueza, por lo menos él creía que ella aceptaría la flor por cortesía. – Annie… es más que una amiga para mí… - Dijo Candy con sinceridad. – La conozco de toda la vida… ella es... mi hermana, crecimos juntas y… - Decía sin saber qué más decir, no conocía a aquel joven frente a ella, quien mostraba un rostro confundido.
-Lo siento, la verdad no quise ofenderte. – Dijo Archie con pena en su rostro. Candy sonrió con ternura, podía sentir que no era un mal chico, podía sentir que tenía un corazón noble y puro, más sin embargo estaba confundido.
-No me has ofendido, Archie… - Le dijo con amabilidad, no quería humillarlo ni hacerlo sentir mal. – Pero me duele pensar que tus sentimientos por Annie no son del todo sinceros. – Dijo nuevamente la rubia, pensando en la joven que noche tras noche suspiraba por aquel elegante hombre que recién se le había declarado. Archie abrió los ojos con sorpresa, recordando de pronto la sonrisa de Annie.
-No sé qué me pasó… - Dijo intentando excusarse. – Annie es una gran chica…
-Es la mejor de todas… - Dijo Candy segura de ello. – Incluso es mejor que Cassie o que yo…, es hermosa por dentro y por fuera, es una excelente dama, culta, inteligente, reservada, digna de ser la esposa de cualquier caballero que sepa apreciarla y reconocerla, es una excelente cocinera... – Dijo nuevamente la rubia. – Archie… no quiero que ella sufra… si no la amas o no estás seguro de tus sentimientos hacia ella… es mejor que dejes que busque su camino… - Dijo la pecosa acercándose a él de manera decidida, demostrando en sus esmeraldas que no estaba jugando con lo que decía. Archie vio en la mirada de la rubia decisión y disposición por defender a aquella que decía era más que su amiga.
-Tienes razón Candy… - Dijo Archie dejando caer el brazo en el cual llevaba la flor que intentaba obsequiar. – Por favor… no le digas esto a Annie o a Anthony… - Dijo antes de cerrar la puerta del consultorio. Candy asintió con un suspiro triste.
Archie salió del consultorio con melancolía, sentía realmente un dolor en su pecho por haber sido rechazado, jamás había sido rechazado en su vida, jamás se había enfrentado a ese sentimiento que lo incomodaba, a pesar de que se había sentido realmente atraído por Annie tal vez la pronta respuesta de la chica era lo que no terminaba de convencerlo, tal vez la mirada tan viva y chispeante que Candy poseía era la culpable de aquella repentina admiración que nacía en su pecho. Dejó la rosa en el mostrador donde Katherine trabajaba.
-Me saluda a su hermano… - Dijo Katherine con una sonrisa llena de emoción, sonrisa que iluminaba su rostro tan solo de recordar al inventor. Archie simplemente asintió con una sonrisa desanimada y levantó su mano para despedirse de ella.
Candy salió del consultorio y se regresó a la bodega a continuar con su labor, pero su ánimo había decaído, le dolía pensar que era culpable de alguna u otra forma en el posible fracaso en la relación de su hermana, le dolía pensar en que tal vez había dado alguna mala impresión, cuando ella lo único que había hecho era ser como siempre era, bueno no igual, ya que el tener a Anthony ahí junto a ella la había obligado a ser un poco más correcta y menos revoltosa, como le decía su hermano Tom.
Cuando Candy terminó su turno, tomó su abrigo aún pensativa con lo que había sucedido por la mañana, tenía toda su preocupación puesta en Annie, porque se imaginaba que la encontraría devastada, llorando su pena porque ella misma le había recomendado a Archie que se alejara de ella si no la amaba, no quería verla llorar en un futuro cuando todo fuese más profundo en su corazón.
-¡Joven Ardlay! – Dijo de pronto al ver que frente a la puerta principal del hospital, un Anthony un tanto congelado se frotaba las manos a pesar de los guantes que lo cubrían del intenso frío de esa tarde. El rostro de Anthony se iluminó cual sol a mediodía cuando la vio aparecer en su abrigo rojo y sus rizos rubios meciéndose por el fuerte viento que comenzaba a soplar.
-Hola señorita White. – Se acercó Anthony de inmediato a ella para tomar su mano y besar el dorso encima del grueso guante de lana que la cubría del frío.
-¿Lleva mucho tiempo aquí? – Preguntó Candy con sorpresa, mientras el rubor de su rostro se activaba y se confundía con lo rojizo del frío.
-Nunca es demasiado. – Respondió Anthony con gallardía, sonriendo sin soltar su mano, sin dejar de mirar esos bellos ojos que se iluminaban cuando estaba frente a él. Candy sonrió por su respuesta y su corazón parecía que corría un maratón.
El aire le faltaba, las rodillas le fallaban una vez más y el frío de la tarde de pronto ya no era importante, al contrario, todo era cálido, el viento no era relevante y sus sonrisas se congelaban por la alegría que invadía su pecho.
-¿Qué hace aquí? – Preguntó Candy soltándose de su agarre para comenzar a caminar a la salida acompañada de un galán Anthony que ofrecía su brazo para que ella lo tomara.
Candy tomó su brazo y lentamente comenzó su paso, ambos caminando lento, mientras el resto de la gente caminaba de prisa para refugiarse de la ventisca que comenzaba.
-Vine por usted. – Respondió Anthony dirigiéndola hacia la diligencia que los esperaba. Candy abrió sus ojos sorprendida y estos brillaron más que nunca. Anthony sintió que moría e iba al cielo cuando se perdió en esa mirada esmeralda que la rubia poseía. – Si me permite acompañarla hasta su casa. – Le dijo haciendo una reverencia con gallardía. Candy lo miraba asombrada, no podía creer la suerte que tenía de que un caballero tan elegante y guapo como él se hubiese fijado en una chica sencilla y humilde como ella.
-Muchas gracias. – Dijo Candy con una sonrisa, aceptando que él abriera la puerta de la diligencia y le diera el pase al interior.
Anthony sentía que su corazón se saldría de su pecho cuando ella aceptó su compañía, su cabeza explotaba de gusto y su sonrisa le dolía por el frío, pero era imposible no sonreír por tanta dicha en su pecho.
-Ya sabe el camino por favor Mr. Collins. – Dijo Anthony al cochero, que era el mismo cochero que había ido a dejarla a su departamento semanas atrás. Candy le sonrió con timidez y este con complicidad por la ilusionada pareja que veía ante él.
El ruido de los cascos de los caballos se dejaron escuchar en las calles empedradas, sin embargo su paso era lento, como si estuvieran buscando hacer más tiempo, ellos iban protegidos en el interior y el buen hombre estaba muy bien abrigado para soportar las inclemencias del clima de aquella gran ciudad.
-No me imaginé que viniera a verme. – Dijo Candy para entablar una conversación. Anthony sonrió, se acercó a ella para sacudir una pluma de hielo que había caído en el gorro que protegía su cabeza. Candy dejó de respirar ante su cercanía.
-Pronosticaron mal clima y no quise arriesgarla a que no encontrara transporte seguro. – Dijo Anthony sin dejar de sonreír, sin dejar de verla, maravillándose con su hermosura. Candy se sonrojó una vez más. - ¿Puedo preguntarle algo? – Preguntó el rubio, quien tenía mucho tiempo queriendo hacer esa pregunta. Candy se quedó sin aliento una vez más, asintiendo para que el rubio preguntara por lo que quería preguntar. - ¿Puedo hablarle de tú…? – Preguntó inclinándose hacia el frente para acercarse otro poco a ella. Candy lo miró con esos ojos grandes y expresivos que poseía, los cuales no dejaban de brillar cual par de esmeraldas.
-Puedes… - Respondió Candy con timidez y una coquetería natural que le salía sin pensarlo, dando la autorización para que Anthony dejara de hablarle de usted. La verdad era que ella también estaba muriéndose por dejar ese formalismo que había nacido en su trato dentro del hospital y que ella había pedido fuera así, pero desde la primera cita que habían tenido y en la cual Candy insistía que no era cita, ella quería llamarlo por ese bello nombre que le encantaba como sonaba en su cabeza cuando lo repetía.
-Entonces… Candice…? Dijo Anthony a modo de pregunta, cuestionando a la rubia la manera más adecuada de llamarle.
-Candy… - Dijo Candy con una sonrisa hermosa. Anthony se estremeció al escuchar nuevamente de sus labios repetir su nombre. Él asintió animándola a que lo llamara también por su nombre. – Anthony… - Dijo Candy encendiendo una vez más sus mejillas, el corazón de Anthony bailaba de emoción en su interior al escuchar su nombre de tan melodiosa voz.
-Se escucha encantador mi nombre en tus labios. – Dijo Anthony con una sonrisa, acercándose a ella un poco más, mientras Candy contenía el aliento.
-Es un nombre muy hermoso. – Dijo Candy alabando el nombre del rubio. Anthony sonrió con agradecimiento.
-Candy, también es un nombre encantador… dulce… - Dijo con lentitud, con un timbre de voz sensual y áspero.
Candy jugaba con sus manos nerviosa, se sentía muy inquieta de tenerlo tan cerca, no era una inquietud molesta, por el contrario era una necesidad de permanecer ahí junto a él, platicando, escuchando aquella plática tan sutil que comenzaban, mientras el sonido de los cascos de los caballos se escuchaba y las ruedas de la diligencia seguían su destino.
-¿Tienes algo qué hacer? – Preguntó Anthony un poco inquieto por alargar la compañía. Candy pensó en Annie, quien tal vez en estos momentos estaba devastada. Pensó en Archie y observó a Anthony, quería preguntarle, pero al mismo tiempo recordaba que Archie le había pedido que no lo mencionara.
-Por el momento no tengo planes. – Respondió la rubia con esa timidez natural que desprendía el saber que deseaba salir con él. Anthony sonrió complacido por la respuesta, cada vez estaba más convencido que a la joven enfermera no le era para nada indiferente.
Anthony toco la pared del carruaje con un sonido muy particular y en ese momento la velocidad de la diligencia se aceleró.
-¿A dónde vamos? – Preguntó Candy con sorpresa al sentir que el carruaje iba más de prisa.
-A tu casa. – Respondió Anthony tranquilamente. – Me gustaría que aceptaras una invitación a cenar y pensé que tal vez querrías cambiarte de ropa. – Mencionó el rubio con simpatía. Candy asintió agradecida por que le diera la oportunidad de cambiarse y quitarse ese uniforme con olor a medicina y a encierro. Candy asintió agradecida con una linda sonrisa y momentos después la elegante diligencia se detenía frente al edificio donde vivía.
Anthony la ayudó a bajar y pidió al cochero que los esperara, mientras ellos platicaban y reían felices por estar juntos. Llegaron hasta el departamento y Candy permitió la entrada del rubio para que la esperara. Cassie y Annie se sorprendieron con la llegada de Anthony, sin embargo ambas fueron amables con él.
-Adelante Anthony. – Saludó Cassie con una sonrisa.
-Saldremos a cenar… - Dijo Candy con nerviosismo a sus amigas, quienes la miraron con travesura y después a Anthony. - ¿Quieren venir con nosotros? – Preguntó la rubia de pronto, no pudiendo evidenciar el nerviosismo que le provocaba confesar a ambas chicas que saldría con un chico en una cita formal por primera vez. Ambas jóvenes abrieron los ojos sorprendidas y miraron a Anthony.
-Por supuesto. – Dijo el rubio caballerosamente, no quería presionar a la joven enfermera y si ella se sentía mejor junto a sus amigas, él lo entendía perfectamente.
-Muchas gracias. – Dijo Cassie con amabilidad, agradeciendo la caballerosidad que Anthony demostraba. – Pero estamos esperando a Charles, quedó de venir por nosotras para hablar con mis papás. – Dijo la joven con tranquilidad. Annie asintió.
-Me los saludas mucho por favor. – Dijo Candy con una sonrisa. – Vuelvo en un momento. – Dijo la rubia mirando a Annie con urgencia, quien entendió rápidamente la mirada que Candy le dirigía.
-Te acompaño. – Dijo disculpándose con Anthony para ir con Candy.
-Adelante. – Dijo Anthony mientras Cassie lo invitaba a sentarse.
-¿A dónde irán a cenar? – Preguntó Cassie con curiosidad, quería saber un poco más de aquel agradable chico.
-Hay un lugar cerca del corporativo al que me gustaría llevarla, solo que no sé si la comida de ahí sea de su agrado. – Dijo Anthony intentando conocer un poco más a la pecosa por medio de su amiga Cassie. Cassie sonrió cuando comprendió lo que Anthony estaba haciendo.
-Por Candy no te preocupes, es una joven sencilla que está acostumbrada a comer de todo. – Dijo sin querer decir que era una glotona. Anthony asintió agradecido por la respuesta de la joven. – Lo único que no le gusta es que se burlen de sus pecas. – Dijo Cassie divertida a modo de consejo. Anthony sonrió cuando recordó el día que la había conocido.
-Pero si sus pecas son adorables. – Dijo Anthony seguro que le encantaban sus pecas. Cassie sonrió con más emoción al ver que aquel joven realmente estaba muy interesado en Candy, y por lo que había visto en su amiga ella también lo estaba.
Mientras tanto Candy se había ido junto con Annie para pedirle ayuda acerca del vestido que debía de llevar, ella jamás había estado en una cita ya que por más que quisiera negar que no fuera una cita, ella en el fondo sabía que sí lo era y no quería fallar en algo tan sencillo como lo era el vestido.
-¿Qué me pongo Annie? – Preguntó Candy en voz baja. Annie sonrió traviesa.
-Tranquila Candy, tu date una ducha que hueles mucho a medicina. – Le dijo Annie simulando que no soportaba el aroma que desprendía.
-¿De verdad huele tan mal? – Preguntó Candy oliendo su uniforme avergonzada, recordando lo cerca que había estado de Anthony.
-¡No Candy! ¡Estoy bromeando! – Dijo Annie divertida. – Anda ve y dúchate de inmediato yo me encargo de tu vestido. – Dijo la joven segura que ella sabía lo que debía llevar.
Annie era experta en saber el atuendo adecuado para cada ocasión y solo le había bastado ver la manera en la que Anthony estaba vestido para saber cómo conjugar su estilo. Abrió el pequeño armario donde Candy guardaba su ropa y comenzó su búsqueda, pasaba una prenda tras otra y a pesar de que gracias a los Britter tenían ropa fina y de marca, Candy tenía mucho que no se compraba algo para ella.
- ¡Ya sé! – Dijo Annie de inmediato, corriendo hasta su habitación ante la mirada curiosa de Anthony, quien simplemente guardaba silencio al ver la prisa de la joven.
Annie volvió con una blusa blanca, un chaleco negro y una falda de lana color vino de talle alto, con unos botones al frente como decoración, una boina del mismo color y material que la falda, tomó unas botas de tacón alto color café que pertenecían a la rubia. Había diseñado ese atuendo hacía unos días, aún no salía a la venta en su casa de modas, sin embargo estaba segura que Candy era la modelo perfecta para llevarlo por primera vez.
-¿Qué es eso Annie? – Preguntó Candy al darse cuenta que el vestuario elegido no era el de ella.
-Es algo en lo que estuve trabajando. – Dijo Annie orgullosa por ello. Candy la miró fijamente sin saber si aceptar o no.
-Pero es para la casa de modas. – Dijo Candy segura que era para exhibirlo en el escaparate.
-No hay modelo más hermosa que tú. – Dijo Annie animándola a usarlo. – Anda que te están esperando. – Dijo una vez más con ilusión. Candy sonrió agradecida a su hermana y la abrazó con emoción.
-¿Archie no vino a verte? – Preguntó Candy con cierta culpa en su interior, temía que Annie se desmoronara, de ser así ella no iría a ningún lado con Anthony.
-No, dijo que trabajaría tarde con su hermano. – Dijo Annie sin preocupación, Candy suspiró al darse cuenta que aquel joven aún no hablaba con ella.
-Él se lo pierde. – Dijo Candy mientras se colocaba sus botas y Annie le ayudaba a sujetar los ovillos del chaleco que vestía, para definir la breve cintura de la pecosa. - ¡Annie! – Dijo la rubia sorprendida.
-Es necesario Candy, tienes que lucir esa cinturita que tienes. – Dijo Annie con travesura, ella sabía bien que Candy tenía un cuerpo hermoso y que rara vez lo lucía.
Le colocó la boina y le acomodó sus cabellos en una trenza holgada de lado. Cuando terminó de ponerle un poco de maquillaje y terminó su obra ambas se quedaron maravilladas viendo la imagen que reflejaba el espejo.
-¿Crees que a Anthony le guste? – Preguntó Candy con el rostro enrojecido, le había gustado como se veía. Annie sonrió asintiendo a la pregunta de su hermana.
-Sería muy tonto si no sabe apreciar tu belleza. – Le dijo Annie con sinceridad. – Por cierto ¿Desde cuándo es Anthony? – Preguntó Annie con travesura, el rostro de Candy se puso más rojo de lo que se ponía cuando estaba frente al rubio. Annie sonrió emocionada. - ¡Qué emoción Candy! ¡Tú estás saliendo con Anthony y yo con Archie! Ya solo nos falta que Cassie encuentre a alguien que la quiera de verdad. – Dijo la joven ojiazul con sus ojos llenos de esperanza y amor. Candy le sonrió con ternura.
-Pero Anthony y yo solo somos amigos. – Dijo Candy segura de que así era, aunque en el fondo ella quería que no fuese solo amistad el interés que mostraba en ella.
-¡Candice White, eso ni tú te lo crees! – Le dijo Annie segura de ello, Candy iba a replicar, sin embargo Annie la detuvo y le recordó que la estaban esperando.
Anthony y Cassie reían divertidos, cuando en eso la presencia de la rubia captó la atención del joven que la estaba esperando, quien dejó de reír y de inmediato se puso de pie sorprendido por la belleza de Candy. Su corazón se había paralizado, así como el tiempo que había transcurrido, parecía que se detenía momentáneamente para que este pudiera admirar la belleza que estaba frente a él.
-Estoy lista. – Dijo Candy apenada con la mirada que Anthony tenía sobre ella, pero al mismo tiempo sentía una emoción indescriptible en su pecho, sentía ganas de bailar, de cantar, de reír, todo al mismo tiempo y no se explicaba la razón de tanta alegría en su corazón.
-Que les vaya muy bien. – Dijo Cassie para sacar al par de rubios de su burbuja, porque sabía bien que si continuaban así como lo habían hecho la noche anterior jamás se irían a disfrutar de la noche.
-¿Eh? – Preguntó Anthony como si acabara de salir de un letargo. – Si… vamos… - Dijo extendiendo su brazo para ofrecerlo a Candy, quien no dudó en tomarlo mientras las miradas traviesas de sus amigas los veían cómplices. – Gracias… - Dijo Anthony a Cassie, quien le sonrió y guiñó un ojo en señal de complicidad, lo mismo hizo Candy con Annie, quien sonrió traviesa por la reacción del rubio.
-Hacen una linda pareja. – Dijo Annie a Cassie, mientras unía sus manos y las llevaba a su corazón. Cassie asintió al comentario de su amiga.
-Y lo mejor de todo es que Anthony va en serio con Candy. – Dijo Cassie con emoción, ya que a ella de una u otra forma le convenía aquella relación.
-¿Él te lo dijo? – Preguntó Annie asombrada con las palabras de su amiga.
-No directamente, pero por lo que platicamos es una persona centrada y muy madura, me dijo que no le gusta perder el tiempo y me di cuenta que siempre va a lo seguro. - Dijo mirando a Annie con travesura. Annie abrió los ojos feliz de lo que decía Cassie.
Anthony caminaba junto a Candy sin dejar de verla, tomó su mano con delicadeza y la rubia volteó a verlo, dedicándole una linda sonrisa.
-Disculpa la tardanza. – Dijo Candy al rubio, quien negó de inmediato.
-Esperaría una eternidad con tal de volver a ver tu sonrisa. - Le dijo Anthony a la joven quien sintió que la sangre le hervía en su interior.
-Eres muy galante. – Dijo Candy con una sonrisa, pero al mismo tiempo creyendo que aquellas palabras podría decírselas a cualquiera.
-No siempre, Candy. – Le dijo con una sonrisa, mirando a su rostro mientras esperaban la llegada del elevador. – Te aseguro que una cosa es la caballerosidad y otra cosa es hablar con la verdad y te aseguro que yo hablo con la verdad. – Dijo acercándose a la rubia un poco más. Candy no se movió ni un poquito esperando sentir de cerca ese aroma tan masculino que él desprendía. Anthony cerró sus ojos y se llenó de su perfume a rosas, permitiéndose percibir el maravilloso aroma que emanaba de su cuello. – Me gustas Candy White… - Le dijo con una voz totalmente sensual. Candy se tensó al escuchar aquellas palabras que él le decía, palabras que le llenaban el alma de felicidad. La sonrisa de Anthony fue espectacular, sabía que ella reaccionaba a sus galanteos, sabía que había oportunidad en conquistarla y no la desaprovecharía, mucho menos cuando sabía que Archie había mostrado cierto interés en ella además de Grandchester, que sabía bien no se tentaría el corazón para apartarla de su lado.
El timbre del ascensor fue el motivo por el cual se separaron. Candy sonrió nerviosa y giró su rostro hacia las puertas del elevador solo para encontrarse con la mirada furiosa de Terry.
-¡Vaya! ¡Solo esto me faltaba! – Dijo pasando de mala gana entre la joven pareja, obligándolos a separarse de manera brusca.
-¡Ten más cuidado! – Dijo Anthony reclamando a Terry su falta de modales.
Terry no respondió y continuó su camino sin importar que hubiese casi tirado a Candy con su paso brusco y torpe.
-¿Estás bien? – Preguntó Anthony tomándola de la mano al ver que ella se había logrado estabilizar con las puertas del elevador.
-Estoy bien, no te preocupes. – Dijo Candy mirando hacia donde Terry caminaba, molesta con el comportamiento del rebelde. – No entiendo qué le pasa… - Dijo Candy evidentemente molesta con su actitud.
- Yo si… - Pensó Anthony mientras levantaba sus hombros en señal de indiferencia. Candy le sonrió y ambos entraron al elevador.
Las miradas coquetas entre ellos se daban de manera natural, las sonrisas tiernas, las palabras bonitas salían de la boca de Anthony con verdadera naturalidad, sin esfuerzo, logrando nuevamente que la respiración de Candy se sintiera entrecortada. La ayudó a colocar su abrigo y después se puso el de él, para así salir y enfrentarse a la ventisca que afortunadamente ya había terminado.
Continuará…
Y llegamos hasta aquí, por este día, espero que les haya gustado. Vamos a una segunda cita con los rubios? Creo que lo dicho por Stear animó un poco más a Anthony, quien no está dispuesto a ceder ni un poquito en su interés por la rubia, sobre todo al darse cuenta que Grandchester también la quiere para él. Vamos a ver cómo les va en la cita si cita jajajaja.
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
TeamColombia:
Hola hermosas! ¿Cómo están? Espero que estén muy bien todas y cada una de ustedes, un gusto como siempre leer sus comentarios. Efectivamente Archie es un poco inmaduro, creo que le cayó mal la independencia repentina, esperemos que después del rechazo de Candy tenga un poquito más de prudencia.
Les mando un fuerte abrazo amigas. Que tengan un bonito fin de semana.
Julie-Andley-00:
Hola hermosa! siento no haberte mencionado en el capítulo anterior, me apareció después de publicarlo, lo siento. Efectivamente Archie está compitiendo por quien tiene la novia más bonita, y al parecer se le hizo más bonita Candy, en cierto modo sintió que se apresuró en aceptar a la joven Britter, veremos que pasa más adelante con sus indesiciones.
Amiga hermosa, muchas gracias por leer, te mando un fuerte abrazo.
Cla1969:
Ciao stupendo! Sono felice che tu senta l'ansia nel leggere quanto segue, spero che ti piaccia. Archie è sì in competizione con Anthony, ma confido che il suo amore per la cugina lo faccia fermare un po' nei suoi propositi con la bionda, d'altra parte c'è Annie, che potrebbe farsi male da tutto questo. Spero che il capitolo ti sia piaciuto, amico, grazie per aver letto e commentato.
Luz Mayely León:
Hola hermosa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien, lo mismo tu esposo, espero que esté mejor. Efectivamente, Archie es inmaduro, pero creo que también debe llegar en él la madurez, es un chico de 18 años al que le acaba de llegar la libertad y la responsabilidad de pronto a su vida, quiere comerse el mundo y de repente se sintió indigestado con el sabor que eligió.
Me alegra que te esté gustando la historia amiga. Te mando un fuerte abrazo.
P.D. ¿Pudiste descifrar el correo?
georgyruelas y después decimos que está la arroba para conectarse con el sitio dominio que es hotmail y al final como siempre el punto com.
Rose1404:
Hola hermosa, como siempre un placer leer que estás muy bien tú y tu hermoso Anthony, quien ya pronto cumplirá los terribles dos! hay debe ser un sueño el pequeño, tan hermoso como su nombre!
Hermosa! jajajaja siento mucho la comparación que hice de Elisa, pero definitivamente se me figuró un perrito molesto y ladrador, de esos malhumorados que solo ladran y ladran y dan mucha lata jajaja.
Así es hermosa, Anthony solo es de Candy, sobre todo para mí, me es imposible emparejarlo con otra chica, por lo menos hasta ahora, más adelante uno nunca sabe.
Te mando un fuerte abrazo y deseo que tengas un lindo fin de semana.
Silandrew:
Hola hermosa! Un placer enorme recibir tú comentario! gracias por hacer el esfuerzo, en verdad lo valoro en el alma. Definitivamente tienes madera en la escritura amiga jajaja me encanta la manera en la que describes lo que podría pasar más adelante, no descarto tomar algo de ahí jajajaja.
Creo que hay personas que necesitan golpes fuertes en la vida para aprender y madurar, aunque también sabemos que hay quien simplemente no lo hace y solo acumula rencor, creo que Archie y Terry son muy parecidos en carácter, pero ambos reaccionan de diferente manera a las experiencias que les ocurren, ojalá el gatito pueda madura más rápido... o no?
Amiga hermosa, te mando un fuerte abrazo y un excelente fin de semana.
ViriG:
Hola mi hermosa amiguita! Cómo estás? Espero que muy bien! En verdad leí tu comentario y la tragedia que tienes en tu mente jajajaja definitivamente tienes madera de escritora, creo que ya armaste una novela nueva y comenzaste a tejer algo por ahí jajajaja me encanta en serio! así es como suceden las nuevas historias o se terminan las pendientes? jijijijiji.
Definitivamente va a haber un huracán... o varios? o será un categoría 5? tendremos que analizarlo jajaja. Creo que Archie ya está enamorado de su belleza, por eso las quiere a todas jajaja, jamás se había enfrentado al fracaso, vamos a ver cómo lo toma.
Creo que Anthony te leyó en el comentario porque definitivamente decidió atacar que enfrentar a su primo, como siempre un buen consejo por parte de Stear y lo bueno que lo toma en cuenta.
La misma soledad e inmadurez de Terry fue lo que lo llevó a abandonar el colegio, no se sentía a gusto con la relación con su padre y por supuesto que no se sentía feliz con la relación con su madre, así que en esta historia está solo, no hubo una Candy que se encargara de arreglar la situación con sus progenitores y se enfrentó solo como él sabe hacerlo, siendo rebelde y renegado con ellos.
Definitivamente Terry siempre sentirá celos de Anthony, a pesar que en la original mi rubio hermoso muere, Terry definitivamente siempre cargó con el dolor que Candy llevaba en su alma por esa pérdida, Candy lo dice en la historia, al recordar a Anthony su respiración se corta, su aliento se va y no puede respirar, su ausencia le quema, le duele y Albert es el único que puede comprender esas pesadillas que tiene tan recurrentes por su muerte, definitivamente jamás supera su muerte.
Hermosa, espero que el sol continúe iluminando tus mañanas para que no sufras de frío, aquí anunciaron un frente frío pero está tan caliente que a lo mejor el cambio tan repentino nos tuerce a todos jajaja.
Te mando un fuerte abrazo amiga.
María José M:
Hola mi hermoso diablito, definitivamente fuiste la única que paró las alertas por Archie, él se impresionó tanto por la belleza de Candy que creyó ella aceptaría su rosa, pero Candy es más leal que cualquiera y como siempre pensó en todos antes que ella, por eso amamos a la pecas pues!
También creo que Annie es una chica muy hermosa y más de ojos azules y cabellos negros, con su piel tan blanca resalta más que si fuese rubia, también en mi humilde opinión no quiero que se molesten aquellas que no la quieren ni un poquito jijijijiji.
Yo creo que Elroy vive de malos presentimientos, como dices parece bruja la mujer, pero bien dicen por ahí que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Jajajaja amé tú comentario acerca de Elisa! sería bueno verdad jajajaja. ¿La dejaré sola con muchos gatos a su alrededor?
Y como bien lo dijiste Archie no está de acuerdo con el pastel de mora azul que eligió, parece que le gusta más el sabor a bosque salvaje jajaja, pero creo que a Anthony también y no se lo va a dejar jajaja.
Hermosa te mando un fuerte abrazo, gracias por comentar como siempre.
Muchas gracias a todas y cada una de las lectoras silenciosas, espero que les haya gustado este capítulo. Les mando un fuerte abrazo y les deseo un hermoso fin de semana.
GeoMtzR
12/10/2024.
