Buen día hermosas! Espero que estén muy bien, disfrutando su fin de semana.
Muchas gracias por estar una vez más aquí. Les recuerdo que la historia NO es para menores de edad ni para personas sensibles al tema adulto.
GRACIAS POR SU COMPRENSIÓN.
DESTINO
CAPÍTULO 26
Anthony se removió incómodo sobre la cama, a su lado yacía la hermosa enfermera que lo había curado una vez más, pero esta vez le había curado el alma, ella había sanado sus heridas físicas. En esos momentos se sentía pleno, ya no era aquel joven que había abandonado Chicago huyendo de una trampa o en la búsqueda de un sueño, ahora era un hombre que había encontrado su Destino y en esos momentos aquel destino descansaba entre sus brazos seguro, con la plena confianza que él no la defraudaría. Sonrió al verla dormir tan plácidamente, su rostro de muñeca lucía feliz, relajado, sus pecas adornaban sus mejillas y sus abundantes pestañas descansaban casi sobre sus mejillas. Era la primera vez que Anthony la observaba dormir con tanto detenimiento, grabándose en su memoria cada una de sus expresiones, sus labios entre abiertos se removieron al sentirse golpeados por su aliento y temió despertarla.
-Aún dormida te ves hermosa pecosa… - Se decía a él mismo, sonriendo en silencio mientras aguantaba las ganas de volver a amarla. Su cuerpo había reaccionado al simple recuerdo de lo sucedido la noche anterior.
Observó el reloj y advirtió que era muy temprano, no había regresado a la mansión pero eso no le preocupaba, lo que realmente le preocupaba era la reacción de la pecosa al darse cuenta ya por la mañana de lo que había sucedido entre ellos, él mismo no podía creer que le hubiese hecho el amor, se sentía feliz, se sentía completo, pleno, era una sensación que jamás había sentido en la vida y que comenzó a experimentar cuando conoció a la pecosa, quien poco a poco le confirmaba que ella era parte de él y que ese vacío que siempre había sentido en su alma después de la pérdida de su madre, solo por ella había sido ocupado.
Se levantó con mucho cuidado y se deslizó al cuarto de baño, estaba seguro que no habían vuelto las compañeras de Candy, su sueño había sido ligero porque se sentía con la necesidad de velar el sueño de su novia.
Se vistió con las mismas ropas que llevaba puestas el día anterior, pero no se puso su saco, quería sorprender a la joven y se dispuso a salir para buscar el desayuno. Cuando abrió la puerta del departamento se encontró con Terry, quien llegaba en esos precisos momentos. Sus miradas se encontraron fijas, Anthony lo miró con el mismo reto con el que Terry lo miraba, el rubio exigiendo discreción y Terry con el coraje subirse a su cabeza, no había necesidad de palabras, todo estaba dicho, Anthony había pasado la noche en el departamento de Candy y él se había dado cuenta como tantas veces Candy se había dado cuenta de la salida de Susana.
-Con permiso. – Dijo Anthony ignorando si Terry respondía o no a sus palabras, mientras el actor miraba con furia al rubio tomar el elevador.
-¡Maldición! – Dijo Terry en su mente, él que había intentado olvidar a Candy se encontraba con ese escenario que le recordaba que aún tenía sentimientos por la joven y que al descubrir lo que había pasado entre ellos lo dejaba en una posición difícil de entender.
Entró a su departamento y miró la botella que Cassie le había obsequiado, la cual no había querido tocar, sin embargo en esos momentos su corazón ardía de dolor y quería matar ese sentimiento.
-Creí que eras diferente… - Decía ya preso del alcohol, volvió a empinarse la botella. – ¡No! ¡Él se aprovechó de ti! – Se decía una vez más para calmar su enojo, creyendo que el culpable de todo era Anthony y no la rubia. – Él te está engañando Candy, abre los ojos… - Se decía una y otra vez mientras caminaba por su habitación, queriendo salir de ahí para ir a tocar al departamento de la joven enfermera y advertirle que Anthony solo estaba jugando con ella. – No te creerá… - Le dijo su voz interior y en ese momento estrelló la botella en el piso, molesto con su voz interna que le advertía que Candy no creería en sus palabras. Sabía que tenía razón y que la rubia al estar tan enamorada de Anthony pensaría que él actuaba por celos… y así era… se estaba consumiendo por dentro de celos.
Minutos después Anthony llegaba con el desayuno listo para su ahora mujer, abrió la puerta con cuidado, temía que las compañeras de Candy hubiesen vuelto y lo descubrieran con la llave de la rubia. Se aseguró de que todo estaba en silencio, cerró la puerta con cautela y se fue hasta la habitación de su novia, quien dormía plácidamente. Sonrió al verla respirar tan a gusto, se notaba que su sueño era apacible, sin embargo era como si hubiera sentido su presencia porque comenzó a estirarse y a parpadear.
-Buen día princesa. – Le dijo Anthony con una sonrisa. Candy abrió sus hermosos ojos verdes con sorpresa al escuchar su voz, sentándose de golpe y buscando las sábanas para cubrir su desnudez. - ¿Descansaste? – Preguntó el rubio con ternura, colocando el desayuno que había llevado en la mesita de al lado, para después acercarse a la rubia quien coloreaba su rostro de un intenso carmín al sentirse expuesta debajo de aquella delgada tela que los separaba.
Candy asintió a su pregunta sin responder. Anthony sonrió y su sonrisa fue más hermosa que nunca.
-¿Tienes hambre? – Preguntó una vez más a la joven, quien seguía aún aturdida por estar ahí a solas con él.
-¿Qué hora es? – Preguntó Candy con timidez.
-Todavía tienes tiempo. – Dijo Anthony seguro que tenía tiempo para desayunar y vestirse para irse al hospital. Candy sonrió aliviada y reaccionó a su mirada.
-¿Pudiste dormir? – Preguntó Candy preocupada porque estaba segura que jamás había dormido en una cama tan pequeña. Anthony negó con una sonrisa.
-No pude… - Dijo sincero. Candy abrió los ojos sorprendida. – Te estuve observando gran parte de la noche. – Le confesó lo que le había quitado el sueño. – No podía creer que estuvieras a mi lado y despertaba una y otra vez para asegurarme que no ha sido un sueño. – Dijo enamorado.
-Pues no ha sido un sueño. – Dijo Candy retirando la sábana para echar un vistazo a su cuerpo desnudo bajo las sábanas. Anthony sonrió y la besó en la boca, lentamente para después hacerlo apasionadamente.
-Para mí es como un hermoso sueño… - Dijo Anthony una vez que terminó de besarla.
Anthony tomó la bolsa que había llevado y sacó algunas piezas de pan y un par de vasos con café.
-Lo siento… lo único que encontré abierto fue la panadería. – Dijo con cierta pena por fallar en su primer desayuno, juntos. Candy lo miró enternecida por su sencillez y preocupación. – También le pedí que me preparara dos café. – Le dijo seguro que a ella no le gustaba mucho el café, pero tampoco era como que tuvieran chocolate en pleno inicio de la primavera.
-Todo es perfecto. – Le dijo Candy acariciando su rostro, demostrándole que no le importaba nada mientras estuviera a su lado. Anthony asintió captando el mensaje que sus esmeraldas le decían.
Ambos desayunaron aquellas piezas de pan como si de un manjar se tratara, el hambre que habían sentido aquella mañana era un hambre muy peculiar, un hambre que les exigía reponer la energía perdida en su intensa actividad nocturna.
-Me voy a bañar. – Dijo Candy poniéndose de pie mientras continuaba cubriendo su cuerpo con la sábana. Anthony asintió y se quedó sin aliento al ver la figura reflejada con la fina tela que se apegaba al cuerpo de la pecosa, no pudo evitar que su cuerpo reaccionara de inmediato, aquella acción no pasó desapercibida por la rubia, quien como si estuvieran conectados sintió su entrepierna contraerse de deseo. - ¿Vienes…? – Preguntó con timidez y el corazón acelerado, descubriéndose sorprendida por aquella invitación. Anthony asintió y se dirigió al cuarto de baño junto con ella.
El baño se prolongó más de lo esperado y una nueva entrega ocurrió en aquel espacio, donde sus cuerpos no solo se dedicaron a limpiarse de sus fluidos corporales, sino también a explorarse un poco más, reconociendo un poco más de su anatomía a plena luz del día.
Candy se vistió rápidamente, lo mismo que Anthony quien tuvo que usar la misma ropa a pesar de la incomodidad que sentía por hacerlo, sin embargo obvió el sentimiento por la alegría de los momentos compartidos junto a su novia.
Salieron tomados de la mano, como los enamorados que eran, como la pareja que había descubierto tocar el cielo con las manos, entre miradas tiernas y sonrisas tímidas llegaron hasta el ascensor, el cual llegó casi de inmediato. Terry salió como si los estuviese esperando, en su mirada había rencor y decepción.
Candy llegó justo a tiempo al hospital, mientras Anthony se despedía de ella asegurándole que esta vez estaría a tiempo por ella. Candy sonrió pero un presentimiento de que no volviera asaltó su pecho.
-Te estaré esperando aquí... – Le dijo con una hermosa sonrisa, aquella sonrisa rompió aquel sentimiento que la había asaltado de pronto y sonrió animosamente.
-Te veo más tarde mi príncipe. – Le dijo Candy besando sus labios antes de salir corriendo para la toma de lista.
Anthony suspiró al ver a su novia correr hasta la entrada del pequeño hospital, suspiró enamorado, se sentía tan feliz al estar junto a ella y el haber consumado su amor era como si una nueva fuerza lo hubiera acompañado, se sentía más fuerte y seguro de luchar por su amor, no dejaría que la tía abuela lo manipulara y lo obligara a casarse con Elisa, no… jamás lo permitiría.
Regresó a su coche y lo echó a andar, tomando camino hasta la mansión, no tenía ganas de regresar, pero necesitaba cambiarse de ropa y ver qué haría a partir de ese momento.
Llegó a la mansión y como era de esperarse Elroy lo estaba esperando en el salón principal con una taza de té, él sabía que la matriarca se había dado cuenta de su ausencia, siempre se mantenía vigilándolo, pero ya tenía la excusa para darle, en ningún momento expondría la honra de Candy frente a ella, no le daría el gusto de insistir en hablar mal de su novia.
-¿Dónde pasaste la noche? – Preguntó la mujer sin más. Anthony metió las manos en los bolsillos de su pantalón y la miró fijamente.
-No es que tenga que darte explicaciones. – Dijo para molestia de la vieja, quien abrió los ojos molesta por su respuesta. – Pero para que estés tranquila te aviso que me quedé en la oficina. – Dijo con tranquilidad.
-¿Y tú saco y tú corbata? – Preguntó recordando el atuendo que llevaba el día anterior. Anthony sonrió de lado, hasta en eso quería controlarlo.
-Los dejé allá… - Respondió sin tensión. - ¿Quieres que me regrese por ellos? – Preguntó con ironía, ironía que hizo que la matriarca apretara el bastón con fuerza entre sus manos.
-Ve a darte un baño, pronto se servirá el desayuno. – Dijo sin voltear a verlo.
-No tengo hambre… - Dijo Anthony dirigiéndose hasta su habitación, no tenía ganas de ver a Elisa o de continuar la discusión con la tía abuela, estaba seguro que la joven Leagan ya sabía lo que había sucedido en el despacho entre ellos.
Elroy lo miró alejarse y lejos de reprenderlo por su respuesta se aguantó el coraje que sentía, sabía bien que su nieto era capaz de irse como lo había dicho y renunciar a la familia, todo por culpa de aquella intrusa que había venido a desbaratar su planes.
Elroy siempre pensó que Anthony era un buen partido para Elisa y en su mente se hizo castillos en el aire creyendo que siendo adultos se comprometerían, sin embargo los sentimientos de amor solo habían sido unilaterales, porque su sobrino nieto no se había mostrado interesado en su nieta y eso la tenía muy molesta.
-Buenos días tía abuela. – Saludó Elisa impaciente, quería saber qué había sucedido con Anthony y la tía abuela, pero esta, la tarde anterior se había encerrado en su habitación y había pedido no ser molestada.
-Buenos días hija. – Respondió la matriarca poniéndose de pie de su asiento.
-¿Qué hablaste con Anthony, tía abuela? – Preguntó con impaciencia, con la impaciencia que sentía por no saber nada.
-Tranquila Elisa. – Le dijo la matriarca caminando hasta el comedor. La joven la miró impaciente esperando que le respondiera, sin embargo la mayor parecía muy tranquila.
-Pero tía abuela… - Dijo Elisa impaciente. – ¿Es verdad que Anthony está con otra mujer? – Preguntó recordando lo que su hermano le había confirmado tiempo atrás, pero se le hacía mucho tiempo para que continuara con aquella aventura que Neal le había dicho que era solo eso.
-Eso es algo que no durará por mucho tiempo. – Dijo Elroy segura de que ella se encargaría de todo.
-¿Estás segura tía abuela? – Preguntó Elisa sin creer lo que decía la mayor. – Ya tiene tiempo con ella… - Dijo Elisa revelando que ella sabía de ese romance de tiempo atrás.
-¿Tú sabías de ello? – Preguntó la matriarca confundida a su nieta. Elisa la miró con pena y asintió en respuesta. - ¿Por qué no me lo habías dicho? – Preguntó una vez más con molestia.
-Porque Neal me aseguró que solo era algo pasajero. – Dijo Elisa nerviosa, sintiéndose desesperada porque al parecer no era verdad.
-¿Neal lo sabía? – Preguntó la mujer con mayor molestia. Elisa bajó su rostro apenada por haber delatado a su hermano, pero él mismo no había hecho nada por separar a Anthony de aquella mujer y no era como si no tuviera opción ya que el tío abuelo lo había mantenido en Chicago a pesar de las veces que él quería regresarse a Nueva York. - ¡Esto es inaudito! Si yo me hubiera enterado antes podría haber evitado toda esta situación. – Dijo segura que podría tomar las riendas del asunto en sus manos.
-Tía abuela si le decimos al tío Albert… - Dijo Elisa segura que él la apoyaría. Elroy frunció el ceño, sabía que él estaba enterado de todo y tampoco la había informado de la situación.
-No… - Dijo de inmediato. – William tiene un negocio próximo muy importante en Sudamérica. – Dijo sin dar más explicaciones. Elisa mostró su impaciencia una vez más.
-Y si le decimos a Neal… él me dijo que podría encargarse de ello… - Dijo Elisa no teniendo más remedio que confiar en su hermano. – O también yo puedo ir con ella y decirle que Anthony es mío y que ninguna mujerzuela me lo quitará. – Decía la morena realmente dispuesta a enfrentar a la joven por la que según ella, Anthony la había despreciado.
-Tú eres una señorita decente, igual que tu hermano es un caballero. – Dijo Elroy pensativa, tenía un plan que estaba segura funcionaría. - Primero hay que conocer al enemigo. – Dijo Elroy con una mirada escalofriante, mirada que hasta a la misma Elisa hizo temblar. – Hay que estudiarla y saber sus puntos débiles. – Decía mirando a su nieta, quien asintió con nerviosismo. – Yo me encargaré de todo. – Le dijo una vez más. – Tú asegúrate de no acosar a Anthony, por favor. – Le dijo llamándole la atención una vez más por su comportamiento. Elisa asintió inconforme con lo que le pedía.
Archie por su lado después de discutir con Elroy había salido del despacho dispuesto a enfrentar a Annie, quería que le dijera de frente que ella no lo había traicionado, porque podía perdonarlo todo menos una mentira de esa índole.
-¿A dónde vas Archie? – Preguntó Stear preocupado al ver a su hermano con el rostro lloroso.
-Tengo que hablar con Annie y con Cassie. – Respondió Archie sin más explicaciones. Stear caminó junto a él, no estaba en condiciones de salir de la mansión.
-Espera un momento Archie. – Dijo Stear imaginándose que se había enterado de la identidad de la joven con la cual querían comprometerlo y por su reacción adivinaba que Annie no era.
-¡No puedo, Stear! – Decía Archie molesto ya bajo las escaleras de la mansión. - ¡Ella me engañó, Stear! ¡Se burló de mí! – Decía el joven de melena sin poder creer que alguien tan tierna y dulce como Annie se hubiese burlado de esa manera de él.
-¿De qué estás hablando Archie? – Preguntó Stear sin dejarlo subir a un automóvil.
-De que Annie no es una Britter. – Dijo Archie levantando la voz para que su hermano se sintiera tan indignado como se sentía él en esos momentos.
-¿Qué estás diciendo? – Preguntó Stear confundido por sus palabras.
-Lo que escuchas, que Annie no es una Britter, ella me mintió todo este tiempo haciéndose pasar por una, ella y Cassie supieron todo este tiempo que yo sería tal vez el prometido de Cassie y se dedicaron a confundirme. – Decía Archie sin bajar el volumen de su voz, estaba totalmente indignado.
-¿Confundirte? ¿Con qué motivo? – Preguntó Stear pareciéndole ilógico lo que decía su hermano.
-¡Qué sé yo! – Dijo Archie levantando sus manos para dejarlas caer de pronto a lo largo de su cuerpo. – Tal vez porque Cassie no quería comprometerse conmigo y quería hacerme quedar mal con sus padres para poderlos convencer de aceptar a Terry. – Decía una vez más comenzando a viajar su imaginación.
-Pero si tú te presentaste con ellas primero, no sabían que tú eras con quién pretendían comprometerla, te hubiera dicho. – Dijo Stear con inocencia, seguro que Cassie no sería capaz de guardar ese secreto.
-¡Pues al parecer ella si sabía! Y de seguro Annie también y las dos se burlaron de mí todo este tiempo, fingiendo que no sabían, queriendo hacerme parecer a mí el malo para poder librarse de mí de esa forma. – Decía Archie indignado, se sentía tan mal por haberse fijado en Annie y ahora que se daba cuenta que ella sabía del posible compromiso entre él y Cassie, se liberaba de la culpa por haberla casi traicionado con Candy.
-Estás diciendo puras tonterías Archie. – Le dijo Stear mirándolo con compasión. – Ven vamos adentro, ya es tarde, será mejor que hables con ellas mañana. – Le dijo guiándolo hasta el interior de la mansión.
-Necesito hablar con ella. – Dijo Archie refiriéndose a Annie, en el fondo se sentía aliviado de que la joven lo hubiera engañado, pero al mismo tiempo sentía un profundo dolor en su pecho, un dolor que se centraba y se extendía en su corazón punzando con fuerza.
-Mañana lo harás y verás que te explicarán todo. – Dijo Stear seguro que así sería.
Archie no había pasado la noche tan maravillosa que Anthony había pasado y el motivo de su desvelo no era cuidar el hermoso cuerpo de su novia a un lado, sino el coraje que en lugar de ir disminuyendo iba incrementando poco a poco.
Se vistió una vez que se había levantado, tampoco se había presentado a desayunar igual que Anthony, pero al contrario que el rubio él no iría a las oficinas, porque se iría directamente hasta el negocio de las Britter para enfrentarlas de frente, ellas tenían que explicarle lo que estaba sucediendo.
-Yo no iré con ustedes hoy. – Dijo Archie a su primo y a su hermano, quienes lo esperaban en el coche.
-¿Sucede algo? – Preguntó Anthony a su primo, quien lo miró fijamente.
-¿Sabías que Annie no es una Britter? – Preguntó Archie ante el descontento de su hermano, seguía con lo mismo de la noche anterior.
-¿Qué dices? – Preguntó Anthony confundido, él tampoco lo sabía, sin embargo hasta ese momento le llegó un comentario que Candy había hecho tiempo atrás cuando mencionó que ella y Annie enviaban dinero al orfanato donde había crecido la rubia.
-Lo que escuchas, que Annie y Candy llevan el apellido Britter como si fuera una prenda. – Dijo Archie visiblemente molesto.
-Sé que Candy lleva el apellido Britter, gracias al padre de Cassie. – Dijo Anthony tranquilamente. – Pero desconocía que Annie lo llevaba igual. – Dijo sincero a su primo mientras recordaba que su tío le había preguntado si sabía el nombre de la joven por la cual Candy había evitado que la adoptaran, recordó los papeles que tenía en su poder la tía abuela y no le fue difícil comprender lo que había querido hablar con Archie después de hablar con él.
-Pues así es… ella me engañó… - Dijo Archie indignado por el engaño del que había sido objeto por parte de las Britter.
-Archie no es como tú te hubieras portado muy bien con Annie… - Dijo Stear mirándolo a los ojos, recordándole con la mirada que él también la había engañado al conocer a Candy.
-No es lo mismo Stear. – Dijo Archie seguro que lo de él no se había concretado.
Stear meneó la cabeza en disgusto, mientras conducía hasta las oficinas. El camino fue en silencio, Anthony se sentía incapaz de confesar la felicidad que tenía en su pecho por los momentos junto a Candy y a pesar que no podía revelar lo sucedido entre ellos, no quería tampoco presumir que a pesar de todo se sentía el hombre más afortunado del mundo entero.
Archie bajó del auto antes de que Stear terminara de estacionarlo, saliendo del estacionamiento del edificio dispuesto a caminar hasta el local de su novia.
-¡Archie espera! – Dijo Stear dispuesto a detener a su hermano. Anthony comenzó a caminar detrás de ellos para ayudar a su primo a contenerlo, sin embargo Stear no quería que Anthony se enterara de lo que había hecho Archie en el pasado y era algo que debía usar para convencerlo de no ofender a Annie o a Cassie. – Yo voy Anthony, tu atiende los pendientes. – Le dijo deteniendo a su primo.
-¿Estás seguro? – Preguntó Anthony un poco indeciso de que Stear pudiera controlar a Archie.
-Estoy seguro. – Respondió Stear sin estarlo, pero quería que Anthony estuviera tranquilo y no hiciera más grande la tragedia si se enterara de lo que había intentado su hermano con Candy. Anthony sintió que en esos momentos Stear tenía razón y que alguien debía continuar con el trabajo.
-Ten cuidado. – Le dijo Anthony deseando suerte a su primo y que pudiera contener a Archie. Stear sonrió y comenzó a correr para alcanzar a su hermano.
-Archie qué estás haciendo. – Dijo Stear al llegar al interior del local de modas.
-Tengo que hablar con Annie. – Dijo Archie seguro de buscar la verdad de todo lo que estaba sucediendo.
La empleada que ayudaba en la limpieza del negocio era la primera que había llegado, Stear suspiró aliviado de que ninguna de las dos jóvenes Britter hubieran llegado aún.
-Si gusta esperar. – Dijo la joven con amabilidad, ella conocía a los hermanos Cornwell y les permitió que esperaran a Annie. – Las señoritas no deben de tardar en llegar. – Dijo una vez más la joven. – Lo que sucede es que sus padres llegaron de visita y ellas vienen desde la mansión. – Explicó para que ambos comprendieran del retraso.
-No te preocupes Marie. – Dijo Stear con una sonrisa agradeciendo su amabilidad. – Nosotros esperamos. – Dijo mirando a Archie con enojo. La joven asintió y se retiró del lugar. – ¿Archie, qué es lo que pretendes? – Preguntó Stear nervioso, impaciente, no quería que hiciera más daño a Annie del que le hacía por no ser sincero con ella.
-Quiero saber la verdad. – Dijo Archie con molestia.
-Bien, quieres saber la verdad, estás en tú derecho... – Dijo Stear seguro que era verdad que su hermano debía saber la verdad de todo, así ya no viviría con la incertidumbre de saber el motivo por el cual habían ocultado quién era la joven con la que podría tener un compromiso, aunque después de eso dudaba que se llegara concretar con alguna de ellas. – ¿Pero no te parece que estás muy alterado? Podrías cometer una tontería, podrías decir algo que las lastimara e hiriera sus sentimientos. – Decía Stear queriendo calmarlo.
-¡No puedo calmarme Stear! ¡Annie me mintió, me engañó! ¡Ella se burló de mí, no es una Britter! ¡Y ya te había dicho que yo soportaría todo pero no una mentira! – Decía Archie levantando su voz mientras se ponía de pie y Stear hacía lo mismo.
-¡Tú también la engañaste! – Dijo Stear de pronto en el mismo tono de voz que había utilizado Archie. - ¡Fuiste capaz de ir a buscar a Candy con la intención de cortejarla! – Dijo Stear molesto con su hermano. – Si de engaños se trata tú también la engañaste al hacerle creer que la amas y no confesarle que estás confundido con tus sentimientos. – Dijo nuevamente el inventor.
-¡Ya te dije que eso es diferente! – Dijo Archie molesto a su hermano.
-¿Por qué es diferente? – Preguntó Annie de pronto, el rostro de Stear se puso blanco como el papel al ver detrás de ellos a las jóvenes que acababan de llegar y que habían escuchado toda su discusión.
Archie miró a Annie con sorpresa, la joven tenía sus hermosos ojos azules a punto de estallar, en ese momento sintió remordimiento y un profundo dolor en su pecho, verla así le dolía y le hacía ver que le importaba más de lo que quería reconocer.
-¡Annie! – Dijo Archie sorprendido. Stear frotó su rostro sintiéndose culpable porque había sido él el que había descubierto todo.
-¿Qué está diciendo Stear, Archie? – Preguntó Annie acercándose a su todavía novio. - ¿Pretendías cortejar a Candy? – Preguntó Annie con dolor y con su corazón a punto de romperse, mientras Cassie y Stear se miraban avergonzados.
-Esa fue una tontería mía, pero no vine aquí para hablar de ello. – Dijo Archie intentando esquivar el reclamo de la joven. Annie lo miró con los ojos acuosos. – Lo que quiero saber es por qué me mentiste. – Dijo para sorpresa de la pelinegra, quien volvía a llorar, nadie había notado que los ojos de Annie estaban inflamados, lo mismo que los de Cassie, quien al igual que Annie habían pasado una mala noche después de hablar con sus padres largamente.
-Yo no te he mentido. – Dijo Annie sacando valor desde lo más profundo de su corazón. Archie la miró indignado.
-¿Todavía lo niegas? – Preguntó Archie ofendido. Annie lo miró a los ojos fijamente y él vio en ellos algo que jamás había visto pero que no podía descifrar. - ¡No eres una Britter! – Exclamó Archie molesto. Annie sonrió de lado por su reclamo.
-Tal vez no soy una Britter de nacimiento. – Dijo Annie con orgullo, mirándolo a los ojos sin temor, sin embargo las lágrimas que brotaban de sus ojos caían una detrás de la otra. – Pero jamás te engañé. – Dijo segura de ello.
-Me dijiste que eran hermanas… - Dijo Archie aún molesto por aquella mentira.
-Yo fui la que te presenté a Annie como mi hermana. – Dijo Cassie segura de que era así. – Tú entraste aquí un día interesado en Annie. – Dijo recordándole cómo habían sido las cosas, mientras Annie veía a Archie sin poder creer que había intentado cortejar a Candy cuando ellos ya tenían tiempo tratándose. – Dijiste tu nombre y yo entré en pánico de que supieras que era yo con la que mis padres pretendían un compromiso. – Reveló Cassie mientras Annie miraba a su hermana.
-¿Tú lo sabías? – Preguntó Archie confirmando que efectivamente Cassie lo sabía, por consiguiente Annie también y era verdad que las dos se habían estado burlando de él.
-Tú también lo sabías. – Dijo Annie enfrentando a su novio una vez más. Archie la miró fijamente.
-De seguro tú también lo sabías y junto a Cassie se reían por confundirme. – Decía Archie sintiéndose realmente un tonto por haberse dejado engañar de esa manera, cuando él se sentía tan ruin por estarlas engañando.
-Annie no sabía nada. – Dijo Cassie defendiendo a la menor.
-Deja que crea lo que quiera, Cassie. – Dijo Annie con orgullo, limpiándose las lágrimas de manera brusca al ver que su ahora ex novio se había estado burlando de ella todo ese tiempo.
-No, no puedo permitir que él crea que estabas enterada. – Dijo Cassie segura de hablar y no quedarse callada. Cassie miró a Stear y este la animó a continuar, sabía que si decía todo Archie tal vez recapacitaría y pediría perdón a la joven. – Anoche mis padres nos revelaron que la señora Ardlay los había visitado y que…
-¡Cassie! – Gritó Annie impidiendo que su hermana revelara lo que había sucedido la noche anterior. - El señor Cornwell no tiene derecho a saber lo que sucedió con tus padres. – Dijo haciendo hincapié en "tus padres".
-¡Por supuesto que tengo derecho a saber el motivo por el cual me engañaste! – Dijo Archie molesto con Annie, y no precisamente por no permitir que Cassie hablara, sino por la frialdad con la que lo llamó "Señor Cornwell", aquellas palabras lo habían herido tanto como su engaño.
-Mi engaño… - Dijo Annie encarando a Archie. – ¿Y qué me dices del tuyo? – Preguntó Annie molesta mientras Archie se ponía nervioso al verla tan furiosa, jamás la había visto enojada, jamás la había visto siquiera reaccionar con tanta efusividad, toda la ternura que ella demostraba antes lo hacía pensar que sería aburrido tener una vida a su lado, no era capaz de cuestionar nada, aceptaba sus decisiones sin discutir, pero en ese momento la joven que estaba frente a él no era Annie, no era su Annie. - ¡Tú que fuiste capaz de buscar a Candy para cortejarla! ¡Tú que me buscaste tantas veces hasta que yo aceptara salir contigo! ¿Cuál era tú plan? ¿Enamorarnos a las dos? – Preguntó Annie una vez más, aumentando en cada una de sus palabras el enojo y decepción que sentía en su pecho.
-¡Por supuesto que no! – Respondió Archie ofendido. – Cometí un error al acercarme a Candy, lo reconocí de inmediato justo en el momento en el que me rechazó... – Dijo una vez más el elegante joven, sintiéndose un tonto por sus últimas palabras.
-¿Y qué hubiera pasado si no te hubiera rechazado? – Preguntó Annie con las manos apuñadas por el dolor y la decepción.
-¡No lo sé! – Respondió Archie con frustración.
-Anthony no te lo hubiera permitido. – Dijo Cassie segura de ello. - ¿Él lo sabe? – Preguntó sorprendida de que algo así sucediera. Stear bajó la mirada respondiendo de esa forma que no tenía idea de nada.
-¿Por qué no me dijiste que no eras una Britter? – Preguntó Archie una vez más.
-Soy una Britter. – Dijo Annie con orgullo. – No de nacimiento, pero sí legalmente. – Dijo una vez más la joven. – Nací en algún lugar de Indiana, fui abandonada a los pocos días de nacer, me encontraron el mismo día que encontraron a Candy, crecimos sin apellido hasta los seis años, cuando el señor Britter quiso adoptar a Candy y ella lo rechazó porque no quiso dejarme sola en el orfanato, a cambio de ello nos ofreció su apoyo y su apellido para poder así tener un nombre. – Decía Annie con las lágrimas a flor de piel, no podía dejar de llorar, no podía dejar de ver a Archie con dolor y decepción.
-Yo hubiera entendido si me hubieras dicho todo desde el principio. – Dijo Archie seguro que hubiera comprendido como Anthony había comprendido a Candy. Annie sonrió con ironía.
-Yo no se lo permití. – Dijo Cassie una vez más, quería explicar todo, pero Annie la miraba negando que no lo hiciera.
-Cassie… - Volvió a decir Annie negando una y otra vez con su cabeza. Cassie guardó silencio y Archie se acercó a Annie.
-No puedo perdonar un engaño así. – Dijo Archie con un dolor profundo en su pecho, un dolor tan grande que no quería dejar que brotara porque le estaba revelando que lo que sentía por Annie era mucho más real que lo él creía.
-No te preocupes… - Le dijo Annie dándole la espalda. – Yo tampoco puedo perdonar a quien quiso enamorar a una de mis hermanas. – Dijo la joven conteniendo las lágrimas, limpiándose las que se atrevían a atravesar sus lagrimales.
Archie abrió los ojos sorprendido por las duras pero verdaderas palabras de Annie, sabía que era verdad que había fallado, pero para él el haber querido burlarse de él haciéndose pasar por quien no era, era más ofensivo.
-Entonces con esto entendemos que lo nuestro no puede ser. – Dijo Archie sintiéndose realmente devastado al hacerse realidad lo que llevaba pensando desde que se enteró de todo, sin embargo al ser un hecho le dolía más de lo que se había podido imaginar.
-Jamás podrá ser. – Dijo Annie sin mirarlo, sin voltear sus ojos azules a verlo, porque sabía bien que aquel valor que había surgido repentinamente en ella no le duraría más tiempo.
-Annie… - Dijo Cassie queriendo que Annie hablara de lo que habían hablado con sus padres. Annie negó a la rubia una vez más.
Stear se acercó a Annie sintiéndose culpable por haber sido él el que había dicho lo que la había hecho sufrir, él que había ido para convencer a su hermano que pensara la cosas había terminado arruinándolo todo.
-Annie, siento mucho todo esto. – Dijo Stear con tristeza. Annie asintió y una lágrima escapó de sus ojos. – Candy… ella no es culpable de nada… - Dijo intentando que Annie no se enojara con la rubia.
-Lo sé… - Dijo Annie consciente de que Candy no era culpable de enamorar a los jóvenes a su alrededor, sabía que ella era incapaz de lastimarla.
-¡Stear! – Gritó Archie desde afuera, quería irse de ese lugar, sentía que su corazón iba a explorar, sentía que no había el aire suficiente en ese espacio para brindarle el oxígeno necesario para continuar respirando.
-¡Ya voy! – Le dijo Stear molesto a su hermano. Archie lo miró también molesto.
-¡Tú fuiste el que habló de más! – Dijo Archie enojado, echando la culpa a su hermano de que si no hubiera ido él hubiera manejado las cosas de otra manera.
-¡Tú fuiste el idiota que intentó conquistar a Candy! – Dijo Stear molesto una vez más.
-¡Otra vez con eso! – Dijo Archie siguiendo a Stear. - ¡Dile a Anthony de una vez! – Dijo de nuevo sin dejar de caminar.
-¡Tal vez debería! – Dijo Stear ante la sorpresa de Archie, quien se detuvo en seco.
-¿No te atreverías? – Preguntó Archie con temor, ya había defraudado a Annie, pero ella también lo había defraudado a él, así que de alguna forma estaban a mano, pero con Anthony, con Anthony no era lo mismo, él jamás lo había defraudado y no quería que se enterara de su tontería.
-No hermano, no lo haría. Anthony no tiene la culpa de tu inmadurez. – Le dijo Stear comenzando a caminar de nuevo.
Desde la ventana de la casa de modas Annie veía cómo los dos hermanos continuaban su discusión, mientras ella se desplomaba sobre el sofá frente a ella y comenzaba a llorar a mares.
-¡Annie! – Gritó Cassie preocupada por ella. - ¡Perdóname! Te juro que si hubiera sabido que todo esto se desataría por haber ocultado que mis padres me querían comprometer con él, lo hubiera hecho desde el principio. – Decía la joven intentando consolar a su hermana. – Le hubieras dicho la verdad Annie. – Dijo una vez más.
-No tenía caso Cassie. – Dijo Annie sin dejar de llorar. – Archie intentó enamorar a Candy… - Dijo todavía sin poder creerlo. - ¿Qué caso tendría decirle que tus padres habían aceptado en hablar con los Ardlay para acordar un compromiso entre nosotros? – Preguntó Annie adolorida. Cassie suspiró recordando lo difícil que había sido convencer a su madre.
-Pero Candy no tiene la culpa… - Dijo Cassie comprendiendo que tal vez Annie estaría molesta con ella.
-Yo sé que no… - Dijo Annie llorando más fuerte. – Ella siempre ha tratado de protegerme. – Dijo la joven una vez más. - ¡Soy tan desdichada Cassie! ¿Por qué nadie me ha querido jamás? – Preguntó con dolor. Cassie sintió un nudo en su garganta y comenzó a llorar.
-¿Pero qué dices Annie? – Preguntó Cassie mientras la abrazaba con fuerza. – Tienes muchas personas que te amamos. – Decía sincera a la joven. – Tú y Candy son mis hermanitas, sobre todo tú que me has ayudado tanto en convencer a mis padres de perseguir mis sueños, en convencerlos que no me obligaran a casarme sin amor… - Decía Cassie agradecida con la pelinegra.
-¡Pero mis padres no me quisieron! ¡Archie tampoco me quiso! – Dijo con dolor. - ¡Soy una don nadie! – Gritó una vez más. – Tengo apellido gracias a tus padres, pero jamás nadie quiso adoptarme, Candy se quedó siempre a mi lado rechazando las ofertas que tuvo. – Decía sin poder dejar de llorar, sintiéndose muy mal por el rechazo de la sociedad hacia su persona.
-No sé el motivo por el cual tus padres te abandonaron. – Dijo Cassie sin tener una respuesta lógica a ello. – Pero si sé que Archie es un tonto y que ha perdido a la mujer más valiosa que pudiera llegar a amarlo. – Dijo besando sus cabellos. – Pero sí tienes a mucha gente que te ama. – Dijo de nuevo intentando hacerla sentir mejor. – La señorita Ponny y la hermana María te aman como a una hija, Candy te ama más que a una hermana. – Decía con una sonrisa. El rostro de Annie se iluminaba entre lágrimas recordando a las personas que le habían dado su amor incondicional. – Yo te quiero como a mi hermanita menor, lo mismo que a Candy. – Decía sin dejar de llorar. – Mi papá te quiere como a una hija también… hay muchas personas a quienes le importas de verdad Annie… eres una mujer muy valiosa, perdóname por favor por haberte pedido que no le dijeras a Archie que eras adoptada. – Dijo una vez más la joven.
-Ya no tiene caso hablar de ello. – Dijo Annie abrazando a su hermana con cariño, demostrándole que ya no estaba molesta con ella como lo había estado la noche anterior al confesarle que era su ahora ex novio con el que pretendían comprometerla. – Yo también te quiero mucho Cassie, tanto como a Candy… - Dijo la joven con sinceridad.
Aquel día la casa de modas de las Britter cerró sus puertas, únicamente se dedicaron a entregar los pedidos, sin embargo la depresión en la que Annie caería evitaría que volviera a abrir sus puertas.
Continuará…
Y comenzó el drama hermosas, espero que les haya gustado el capítulo, les confieso que se me ha hecho difícil escribir estos capítulos porque como sabe la mayoría rechazo el drama jijiiji, pero también sé de el. Muchas gracias por leer y estar pendientes de la lectura. Les mando un fuerte abrazo.
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
TeamColombia:
Hola amigas, ¿Cómo están? Veo que más de una está esperanzada en el regreso de Albert, pero en esta ocasión el rubio anda ocupado y no se ha reportado ni conmigo, así que creo que Anthony manejará las cosas solito, snif.
Espero que les haya gustado el capítulo amigas o por lo menos se hayan entretenido? Les mando un fuerte abrazo.
Saludos!
UsagideAndrómeda:
Hola hermosa!¡Qué gusto leer tú comentario!
Me encanta que pongas de fondo tú música favorita al leer mi historia! Por supuesto que se vale! (Yo no podía estudiar sin música, jajaja) Espero que todo salga bien en este semestre hermosa, ánimo ya vas por la recta final.
Definitivamente Albert tiene muchas seguidoras, y cómo no, es guapo, amable y con dinero, para mí es como hubiese sido Anthony si no hubiera sido tan cruel la autora, de hecho creo que Albert es una mezcla de Anthony y Terry, como que los mezclaron y salió Albert jijijiji.
Me alegra que te haya gustado el capítulo amiga, te mando un fuerte abrazo.
gidae2016:
Hola hermosa! Que bueno que continúas con la lectura! Me alegra mucho leerte.
Creo que tienes mucha razón, la tía abuela a pesar de que quiere cuidar el buen nombre de la familia Ardlay, Candy aquí no entre como su familia, entonces es válido que no le interese mucho si se entera qué sucedió entre ellos.
Definitivamente la pareja de Archie y Annie no había comenzado con el pie derecho y sabemos que desafortunadamente todo tenía que terminar mal, ojalá que eso les deje una lección a ambos.
Terry sigue un tanto obsesionado con Candy, pero vamos a ver cómo se comporta ahora que se enteró de lo sucedido entre los rubios, ¿Será que cambie de parecer?
Hermosa, mil gracias por tu comentario, te mando un fuerte abrazo. Muchas gracias por leer!
Saludos!
Cla1969:
Ciao stupendo! Come stai!? Spero molto bene. Infatti, come hai detto tu, la prozia sarà furiosa per il comportamento di Anthony, penso che invece di capirlo, la farà arrabbiare ancora di più. Per lei, lui è una specie di "chi potrebbe fare di più". Qui abbiamo potuto vedere cosa è successo con Archie e Annie, ma dobbiamo ancora vedere cosa è successo a villa Britter. Ti mando un grande abbraccio amico! Saluti!
Julie-Andley-00:
Hola hermosa! ¿Cómo estás amiga? Espero que muy bien, los rubios definitivamente tienen toda la intención de permanecer juntos y luchar por su amor, pero la vieja Elroy creo que también tiene toda la intención de no permitirlo, en esta etapa es una especie de "quién puede más" y la vieja Elroy se siente muy poderosa.
Mil gracias por leer amiga, te mando un fuerte abrazo.
Saludos!
Luna Andry:
Hola Luna! Que gusto leerte! Gracias por comentar ;).
Me alegra que te haya gustado el capítulo anterior, espero también este haya sido de tu agrado. Ese departamento tenía algo especial y lo utilizaron jajaja. Anthony se vio como los niños pequeños que aparta su helado para que no se lo coman jajajaja.
Y como lo dijiste, Archie y Annie no la pasaron nada bien, ellos se enfrentaron por fin descubriendo lo que ocultaban y a pesar de tener remordimientos por sus acciones no quisieron ceder. ¿Quién realmente tendrá razón?
Hermosa, mil gracias por leer y muchas más por dejarme un comentario. Te mando un fuerte abrazo.
P.D. Gracias por tus buenas vibras, son bien recibidas! Amo escribir de esta parejita, ojalá la inspiración siga iluminando nuestras mentes para escribir más!
Saludos!
Rose1404:
Hola hermosa! Me alegro que Anthony, Alexander o Alexandra (Perdón, olvidé el nombre que habías pensado si es nena) estén muy bien.
Al parecer esto podría ser así, los rubios solo se dejaron llevar y no pensaron qué podría salir algo por ahí, querían ser uno y les puede salir uno, literal, jajaja.
Me alegra que te haya gustado el capítulo amiga. Te mando un fuerte abrazo.
Saludos!
Mayely León:
Hola amiga! Gracias como siempre por darte un tiempo de leer y comentar, en verdad que lo valoro mucho.
Anthony definitivamente no se dejará de la tía abuela, pero aquí en México hay un dicho que dice "Más sabe el diablo por viejo... que por diablo" y sabemos que Elroy es más vieja que Anthony, esperemos que la suerte acompañe a los rubios para que permanezcan juntos.
Te mando un fuerte abrazo amiga!
Saludos!
María José M:
Hola amiga! un placer leerte de nuevo, sé que estás ocupadísima no te preocupes yo entiendo que a veces el tiempo apremia, tú a lo tuyo y después si puedes me dejas tu review.
Me alegro que te haya gustado este capítulo, la verdad que sí fue muy candente y los rubios felices por lo que ha pasado entre ellos, y sí! ya son uno, vamos a ver si tienen uno jajajaja.
Te mando como siempre un fuerte abrazo y deseo que todo salga cómo debe de salir.
Saludos!
Hermosas, muchas gracias por estar siempre al pendiente de cada actualización, gracias por darme la oportunidad de formar parte de su tiempo. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.
GeoMtzR
23/11/2024.
