Muy buenos días hermosas, quiero pedir una disculpa por el retraso, y agradecerles por estar al pendiente de cada actualización.

Les recuerdo que la historia NO es para menores de edad, ni para personas sensibles al tema adulto.

GRACIAS POR COMPRENDER.

DESTINO

CAPITULO 27

Charles había estado esperando a Cassie y a Annie, la rubia intuía que algo había sucedido con lo relacionado a su compromiso, sobre todo porque sus padres habían pedido que Annie la acompañara, sabía que había llegado el momento de que hablara con ella y le explicara lo que sucedía.

-¿Sabes por qué tus padres quieren hablar con las dos? – Preguntó Annie confundida, ella no creía que los Britter pudieran tener un asunto pendiente con ella.

-Creo que sí… - Respondió Cassie con pena. Annie la miró confundida al ver la reacción de su rostro.

-¿Qué sucede Cassie? – Preguntó Annie intrigada.

-Tal vez quieren hablar una vez más de mi compromiso… - Dijo Cassie con nerviosismo.

-Pero ya hablaste con ellos, habían quedado de cancelar todo. – Dijo Annie recordando que a inicios de año habían dicho que ya no la presionarían para aceptar un compromiso arreglado.

-¿Recuerdas que te dije que no sabía quién era el chico con el que querían comprometerme? – Preguntó Cassie a la pelinegra. Annie asintió.

-¿Sí lo sabes? – Preguntó Annie al ver el gesto con el que la miraba. Cassie asintió. - ¿Quién es Cassie? ¿Por qué no te quieres casar con él? – Preguntó la joven con impaciencia. Desde la anterior visita se había quedado muy intrigada porque Cassie lo había manejado todo muy discreto.

-Es… Archivald Cornwell… - Dijo Cassie para sorpresa y dolor de Annie.

-¿Archie? – Preguntó la joven comenzando a hiperventilar, en esos momentos sintió que el aire era escaso en el auto y quería salir corriendo de ahí. – No bromees Cassie… - Le decía Annie intentando que la joven le confesara que estaba bromeando con ella.

-No es una broma. – Dijo Cassie mientras retorcía su vestido con sus manos.

-¿Siempre lo supiste? – Preguntó Annie sorprendida. Cassie asintió. - ¿Desde un inicio? – Preguntó para corroborar su respuesta y la rubia confirmó nuevamente que lo sabía.

-Desde que me dijeron mis padres que podrían comprometerme. – Dijo apenada por confesar que siempre supo el nombre del joven con el que pretendían casarla.

-¿Él lo sabe? – Preguntó Annie sorprendida.

-No lo sé, creo que no. – Dijo Cassie no tan segura de que lo sabía. – De lo contrario no se hubiera acercado a ti tan interesado. – Dijo de nuevo la rubia un poco más segura de que así era.

-¿Te vas a casar con él? – Preguntaba Annie con temor.

-¡Por supuesto que no! – Dijo Cassie segura de ello. – Archie está enamorado de ti. – Dijo ante el alivio de Annie, quien asintió segura de que Archie la amaba.

-¿Y si tus padres no quieren desistir? – Preguntó una vez más la joven de cabellos negros.

-Ayúdame a convencerlos por favor. – Le dijo Cassie a Annie. – Tú estás enamorada de él, además el fideicomiso que mi padre puso a tu nombre es muy grande, no creo que la familia de Archie lo rechace. – Decía segura de ello, ya que el matrimonio que querían realizar era más un negocio, un convenio para beneficio de ambas familias.

-Era por eso que me decías que no le confesara a Archie que me críe en un orfanato. – Dijo Annie con cierta tristeza en su voz. – Y no porque pensaras que él podría sentirse avergonzado de ello. – Decía una vez más la joven. Cassie asintió realmente apenada.

-No quería que supieras que querían comprometerme con él, mucho menos cuando él mostró un interés inmediato por ti. – Dijo haciendo sonreír a su hermanita.

-De todas formas cuando él se entere creerá que le mentí y tal vez no me perdone. – Decía Annie segura que Archie no le perdonaría haberle ocultado aquella información.

-No tiene por qué saberlo. – Dijo Cassie segura de mantener todo en secreto. – Y si lo hace yo le digo la verdad y de seguro él se olvidará de todo. – Dijo nuevamente la joven, estaba segura que el amor que Archie tenía por Annie era grande y genuino y que le perdonaría que hubiera callado su humilde origen por protegerla a ella.

Llegaron a la mansión ambas muertas de nervios, los padres de Cassie las esperaban en el despacho y las dos entraron para pararse frente a ellas.

-¿De seguro no saben por qué estamos aquí? – Comenzó la señora Britter, quien era la que tenía más molestia por haberse enterado por boca de la vieja Ardlay que Annie se estaba haciendo pasar por una Britter en Nueva York y que con ello había engañado a Archivald Cornwell, el joven que precisamente ella quería para esposo de su hija.

-No mamá. – Respondió Cassie, aunque tenía una corazonada muy grande.

-La señora Elroy Ardlay me hizo una visita hace unos días, para decirme que Annie estaba frecuentando a su sobrino nieto, Archivald Cornwell. – Dijo Helena Britter con visible molestia en su voz. Su marido estaba junto a ella, simplemente observando la reacción de ambas jóvenes, sabía bien que si conocía a su hija y a Annie, estaba seguro que Cassie tenía algo que ver al respecto.

-Deja que les explique, mamá. – Dijo Cassie para sorpresa de su madre y para beneplácito de su padre, quien sonrió complacido porque no se había equivocado.

-Escuchamos. – Dijo Helena con frialdad. Cassie asintió y miró a Annie, quien la miraba nerviosa, ella sabía que la mamá de Cassie no estuvo jamás de acuerdo con el apoyo que su marido había dado a las jóvenes del hogar de Ponny.

-Hace unos meses, entró un joven muy guapo y elegante a la casa de modas… - Dijo Cassie con nerviosismo, mientras su madre la miraba reprendiéndola por la manera en la que se refería a dicho joven. – Él se presentó ante mí como Archivald Cornwell pero de inmediato se interesó en Annie. – Dijo antes de que su madre la interrumpiera. – Yo sabía quién era él, pero él no sabía quién era yo. – Dijo creyendo que Archie no sabía nada de su posible compromiso. – Así que presenté a Annie como mi hermana…

-¿Por qué hiciste algo así, Cassie? – Preguntó Helena molesta con su hija.

-¡No lo sé! – Dijo Cassie de inmediato. – Temía que él se interesara en mí y yo ya tenía interés en Terry, no quería casarme con alguien a quien sus padres tuvieran que estarle buscando una esposa, creía que era un chico bobo e idiota. – Decía la joven sin dejar de hablar. – Pero cuando vi que era un joven guapo, elegante y de buenos modales, pero que estaba interesado en Annie, pensé en la posibilidad de que yo pudiera elegir a mi prometido, y que él también podría tener la libertad de enamorarse de quien quisiera. – Dijo mirando a su padre, sabía que él la comprendería más que su madre.

-Dime algo hija. – Dijo su padre con amor. Cassie lo miró con una luz de esperanza en sus ojos. – ¿El joven Archivald está enamorado de Annie? – Preguntó Jonathan con interés en la respuesta de su hija y su protegida.

-¡Él está loquito por ella! – Respondió Cassie ante el visible sonrojo de Annie. – A partir de ese momento él no paró de buscarla, se aparecía diario en la casa de modas hasta que se atrevió a invitarla a tomar un café… - Decía Cassie con emoción al contar la historia de amor de su hermanita menor. – Ellos se aman papá. – Dijo para que ellos se convencieran que no habían querido engañar a Archie.

-¿Es cierto eso? – Preguntó Jonathan a Annie, casi con el mismo cariño con el que le hablaba a su hija. Annie asintió tímida, bajando la mirada ante el escrutinio de la señora Helena.

-¡Pero eso no justifica que se haya hecho pasar por nuestra hija! El joven Archivald no sabía con quién sería el compromiso, estaba confundido y con la preocupación de estar faltando a la palabra que sus padres iban a otorgar. – Decía Helena con molestia, confesando que Archie sabía que una de ellas podría ser o no su prometida.

-¿Él lo sabía? – Preguntó Annie con temor, teniendo un mal presentimiento al momento de escuchar que él estaba enterado de todo. – Entonces sabe que yo no soy una Britter de nacimiento… creerá que le mentí… - Dijo Annie preocupada.

-¡Eres una Britter!- Dijo el señor Britter seguro de que su apellido era legal en la jovencita. Ella lo miró agradecida por el cariño que le brindaba como padre.

-No te preocupes Annie, yo le explicaré todo. – Dijo Cassie segura que él comprendería. Annie la miró con temor, pero por un momento confiando en que su novio era inteligente y sobre todo la amaba.

-De todas formas tenemos que disculparnos con la familia Ardlay. – Dijo la señora Britter convencida de que debían disculparse de alguna forma. – Así que seguiremos con el plan original…

-¡Pero mamá! ¡Tú dijiste que me darías la oportunidad de conocer a Terry! – Dijo Cassie protestando ante la decisión que había tomado su madre. Annie sentía que el piso se abría bajo sus pies al escuchar que casarían a su hermana con el amor de su vida.

-¡Tuviste tres meses y no has avanzado nada! ¿O ya es tú novio? – Preguntó mirándola a los ojos. Cassie bajó la mirada avergonzada porque Terry seguía sin mirarla más que como una amiga.

-No… pero yo lo amo… - Dijo Cassie con pena de admitir frente a su padre que estaba enamorada. Jonathan sonrió ante la evidente pena de su hija.

-El amor no debe avergonzarnos hija. – Le dijo acercándose a ella con cariño. – No te preocupes, el compromiso no se efectuará y hablaré con la señora Elroy para decirles que será Annie la que se comprometerá con su nieto. – Dijo mirando a la pelinegra, quien respiraba con dificultad pero al escucharlo, soltaba las lágrimas que tenía contenidas en sus ojos. - ¿Es eso lo que quieren? – Preguntó a ambas, él quería verlas sonreír.

-Pero Jonathan… - Dijo Helena con molestia en su voz.

-Annie y Candy son como unas hijas para mí. – Dijo el señor Britter con decisión. – Ambas tienen un fideicomiso importante que les ayudará a casarse si así lo prefieren con un hombre de buena familia. – Agregó mirando a su esposa, quien escuchaba sin estar de acuerdo, pero a pesar de ello obedecía las decisiones que su marido tomaba. – Annie también fue educada de la misma manera que Cassie, tiene clase, distinción, es elegante, tiene un apellido importante y reconocido, además de un fideicomiso muy importante a su nombre, el cual se incluirá en el contrato matrimonial que firmemos con la familia Cornwell. – Dijo nuevamente seguro de que todo se arreglaría.

-Gracias señor, Britter. – Dijo Annie con los ojos llenos de lágrimas, no podía dejar de llorar, se sentía tan agradecida por las palabras del señor Britter, él jamás había hecho distinción entre ella y Candy, las trataba igual que trataba a Cassie y siempre las había apoyado en todo a pesar de que su esposa no estaba muy de acuerdo con ello.

-Vamos hija… - Le dijo con cariño, observando sus hermosos ojos azules llenos de lágrimas. – No llores más, te aseguro que arreglaremos todo este lío con la señora Ardlay y pronto estarás comprometida con el joven Cornwell. – Le dijo con una sonrisa, asegurándose de que hablaría con la señora Elroy para aclarar todo de una vez. Annie sonrió agradecida y Cassie sentía que su corazón volvía a latir con normalidad.

-Gracias papá. – Dijo Cassie abrazándose también a él con fuerza.

El señor Britter las abrazó con fuerza a ambas, él tenía un cariño muy grande por su hija, pero tenía mucho amor para compartir, y ese mismo amor era el que había extendido al par de huérfanas que desde pequeñas se habían abierto paso en su gran corazón. Había querido adoptar a Candy, porque le gustaba su carácter alegre e intrépido, de cierta forma había pensado que si su hija aprendiera de ella la haría más independiente, sin embargo Candy no había querido abandonar a Annie y en lugar de adoptar a las dos jovencitas para que completaran su familia, por la negativa de su esposa se decidió apoyarlas en toda su educación, proporcionándoles su apellido para que salieran adelante a pesar de que su esposa no había estado muy de acuerdo.

-¿Qué no haría un padre por sus hijas? – Les dijo con ternura, mientras las dos jóvenes lo abrazaban con fuerza, sobre todo Annie, quien se sentía más emocionada de tenerlo como padre adoptivo. – Las tres son muy importantes para mí… - Les dijo besando sus cabellos con ternura. Miró a su esposa y esta asintió, aceptando que su marido tenía ese amor tan grande por su hija y las huérfanas de Ponny, que ella no se podía negar a sus decisiones.

Annie y Cassie salieron con los ojos inflamados por el llanto que habían soltado frente a los señores Britter, pero en sus labios estaba plasmada una sonrisa de felicidad, habían arreglado todo con ellos y Annie pronto sería una joven comprometida igual que Candy.

-Llegaremos tarde, Cassie. – Dijo Annie preocupada al ver la hora.

-No te preocupes, ya le dije a Marie. – Dijo Cassie segura que ella las cubriría si llegaba alguna clienta. – Traes los ojos inflamados. – Dijo mirando a Annie de cerca.

-Casi no pude dormir. – Dijo Annie con una sonrisa. – Me parece imposible que pronto seré la prometida de Archie. – Decía emocionada por el cambio tan repentino que havia vivido las últimas horas.

-No sabes cuánto me alegro que todo haya quedado aclarado. – Dijo Cassie sin dejar de sonreír. – Te juro que pasé muchas noches de insomnio temiendo que mis padres no comprendieran. – Decía aliviada. – Lo bueno que mi padre siempre me comprende. – Dijo mirando hacia el frente, con la mirada puesta en los afiches que anunciaban la obra de Terry.

-Pronto se dará cuenta de lo que vales. – Le dijo Annie al ver que ella estaba perdida en los espectaculares. Cassie le sonrió agradecida.

Charles se estacionó frente a la casa de modas y desde la ventana pudieron advertir que Archie estaba esperando a Annie en compañía de Stear.

-Mira, Archie vino a verte. – Dijo Cassie con una sonrisa. – Debe de verte muy hermosa porque de seguro también se ha enterado de todo. – Dijo la rubia un poco nerviosa.

-¿Crees que esté muy enojado? – Preguntó Annie con nerviosismo.

-No lo sé… - Dijo Cassie con el mismo nerviosismo, habían visto que por sus movimientos corporales parecía estar discutiendo con su hermano. – Es cuestión de ver… - Decía Cassie caminando del brazo de Annie.

Caminaban despacio como retardando el momento de enfrentar al joven Cornwell, pero Cassie con una chispa de optimismo aprendida de Candy le daba ánimo a la más joven. Se detuvieron en la puerta de la casa de modas y ahí fue cuando escucharon sin querer la conversación que tenían ambos hermanos.

El cuerpo de Annie se había tensado, su corazón en esos momentos se partió en mil pedazos, su respiración dejó de fluir y Cassie no sabía qué hacer para que ella reaccionara, no sabía si llevársela para evitar que supieran que los había escuchado o ir sobre Archie y darle una bofetada.

-Annie… - Le dijo en un susurro, pero Annie no respondió, estaba fija sobre el piso intentando sostenerse del marco de la puerta.

-¡Ya te dije que es diferente! – Decía Archie defendiéndose de los regaños de su hermano.

-¿Por qué es diferente? – Preguntó Annie sin saber cómo, ella quería escuchar lo que Archie tenía qué decir para justificarse por querer enamorar a su hermana y engañarla haciéndole creer que estaba enamorado de ella era diferente a su mentira.

Después de aquella difícil discusión, Cassie con la ayuda de Marie llevaron a Annie a la parte posterior del local, debían tranquilizarla porque las clientas no tardarían en comenzar a llegar y no era conveniente que se dieran cuenta de su estado.

El día pasó lento, sin embargo Annie no terminó el horario habitual de su casa de modas, se decidió a regresar al departamento decidida a descansar por unos días y según ella tomar más ánimo en su carrera.

-¿Qué le vas a decir a Candy? – Preguntó Cassie preocupada por su joven hermanita.

-La verdad. – Respondió Annie sin dejar de mirar el camino.

-¿Le dirás que sabes que Archie intentó cortejarla? – Preguntó con sorpresa la rubia, sabía que Annie sería incapaz de hacer sentir mal a Candy. Annie negó.

-No, simplemente le diré que ya no quiere saber de mí por ser adoptada. – Dijo Annie con ironía, como si aquella "mancha" en su nacimiento fuera culpa de ella. – No quiero que tenga problemas con Anthony si él se entera lo que hizo su primo. – Dijo de nuevo la joven, si Candy había intentado protegerla ocultándole lo que había hecho su ex novio, ella intentaría hacer lo mismo porque sabía bien que su hermana sería capaz de matar a Archie por lo que había hecho, segura estaba que Candy le habría advertido que se portara bien con ella, ese era un comportamiento típico de la pecosa.

-¿No será mejor que sepa la verdad? – Preguntó Cassie una vez más. Annie negó.

-No… no quiero que su esfuerzo por ocultármelo haya sido en vano. – Dijo Annie cansada de tanto llorar. – Candy siempre ha cuidado de mí, ya es justo que yo también comience a cuidar de ella. – Dijo mientras subía al elevador. Cassie guardó silencio, no estaba de acuerdo, pero de todas formas sabía que el resultado era el mismo. Annie había terminado con Archie y no había nada qué hacer. – Tengo que avisar a mis padres… - Dijo sin querer hacerla sentir incómoda, pero sabía que si sus padres hablaban con la señora Ardlay, sería más vergüenza para la joven de cabellos negros.

-¿Por qué esas caras? – Preguntó Terry cuando las vio salir del ascensor, él estaba a punto de bajar. Annie lo miró fijamente, esta vez sin miedo, incluso Terry se sorprendió por la manera en la que la joven lo miraba.

-Con permiso. – Dijo Annie sin tomarlo más en cuenta, no tenía ganas de hablar con nadie, mucho menos con él.

-En un momento te alcanzo. – Le dijo Cassie para ser ella la que explicara un poco la situación a su ahora amigo. Annie no respondió, simplemente se dirigió hasta la puerta del departamento y se adentró en él yendo directamente hasta su habitación donde estalló una vez más en llanto.

-¿Qué es lo que le pasa? – Preguntó Terry sin mucho interés, no le preocupaba mucho si Annie estaba sufriendo o no, lo que le había preocupado era la mirada fría y gélida que le había dedicado, él prefería que le temiera en lugar de que lo mirara con cierto rencor.

-Acaba de terminar con su novio… - Dijo Cassie con los ojos cubiertos de lágrimas, sus ojos se habían inundado una vez que Annie había entrado al departamento, se había estado conteniendo y ya no pudo más, cuando vio a Terry sintió la necesidad de ser consolada en sus brazos.

-¡Pero si eso es bueno! – Dijo Terry feliz de escuchar que ya no se encontraría a Archie en el elevador cuando viniera a visitar a la joven. – Solo falta que Anthony termine con Candy y todos seremos felices. – Dijo una vez más con ironía. Cassie lo miró con tristeza mientras sus ojos se derramaban tristes.

-Pensé que ya no te entrometerías en la relación de Candy. – Le dijo intentando controlarse. Terry la miró con pena, sabía de sus sentimientos por él, era tonto seguir negándolo.

-Lo siento… - Dijo ante el reproche de la joven. – Es verdad… solo que a veces lo olvido. – Dijo torciendo los ojos por el regaño recibido.

-Tengo que ir con Annie. – Dijo Cassie para dejarlo de pie frente al ascensor.

-Cassie… espera… - Dijo arrepintiéndose en ese momento de llamarla, porque la joven se detuvo ante su llamado esperando que le dijera para qué quería que se esperara. Terry se quedó pensando en qué decir ya que jamás le hacían caso las jóvenes a las que les decía que esperaran. - ¿Estás bien? – Preguntó sin saber qué más decir, estaba conmocionado por que la joven seguía de pie esperando que dijera lo que tenía qué decir.

-¡No…! – Dijo Cassie girándose de pronto para abrazarse a él con fuerza. Terry no esperaba esa reacción y la recibió en sus brazos queriendo consolarla, por alguna razón le dolía verla llorar con tanto desconsuelo.

-Calma… ¿Qué sucede? – Preguntó Terry acariciando sus cabellos sin saber por qué, pero la fragilidad de la joven lo conmovía en lo más profundo de su corazón.

-Archie terminó con Annie por mi culpa… - Decía Cassie sin poder controlar su llanto, había comenzado a llorar en los brazos de Terry y le resultaba bastante cómodo sentirlo tan cerca de ella.

-Ven, vamos a hablar a otro lado. – Le dijo Terry con delicadeza, caminando con ella de regreso a su departamento. Cassie no dijo nada, tan solo lo siguió aferrada a él mientras sus sollozos intentaban ser controlados. – Ahora sí, explícame qué hiciste para que el idiota de Archie terminara con la tímida. – Dijo el rebelde una vez que estaban dentro de su departamento. Cassie observaba el interior de su refugio, jamás había estado ahí, pero cuando escuchó como llamaba a su hermanita menor lo miró con reproche. – Lo siento… Annie… - Corrigió Terry rodando los ojos, para que ella no lo retara más.

-Annie y yo no somos hermanas de sangre… - Comenzó Cassie a relatar lo que había sucedido. Terry se sorprendía con aquella revelación, sobre todo porque siempre pensó que tenían mucho parecido entre sí. – Mi padre les otorgó su apellido porque Candy no quiso dejar sola a Annie en el orfanato… - Decía ante la admiración que Terry sentía por la pecosa, aquello lo había hecho sentir nuevamente algo especial por ella. – Cuando Archie se presentó ante mí me asusté y de pronto la presenté como mi hermana, él había mostrado interés en ella y yo pensé que sería ideal para que yo me deshiciera de esa boba propuesta. – Decía Cassie con sinceridad.

-Te comprendo en no querer casarte con Archie, es un idiota. – Dijo Terry con diversión. – Pero aun no entiendo por qué terminó con la tími… con Annie… - Corrigió rodando los ojos. – Si parecía que estaba tan enamorado de ella. – Dijo una vez más el actor.

Cassie comenzó a relatar todo lo que había sucedido en la casa de modas, el enfrentamiento tan fuerte que habían sostenido y los motivos que ambos habían tenido para no confiar en el contrario. El rostro de Terry se deformó al escuchar que Archie había pretendido cortejar a Candy, de todo lo que había escuchado aquella tarde era lo único que podía considerar que le importaba.

-¡Ese imbécil! ¿Quién se cree para cortejar a Candy? – Dijo apretando los puños en señal de molestia. Cassie lo miró con tristeza, dándose cuenta una vez más que seguía enamorado de Candy.

-Prométeme que no le dirás nada a Candy o a Anthony… - Dijo Cassie al comprender que había sido un error haberse desahogado con él, ya que aquella información la podría utilizar para su propio beneficio. Terry suspiró al ver en los ojos de Cassie una súplica sincera.

-Te lo prometo… - Dijo a duras penas, suspirando resignado a no entrometerse en la relación de la enfermera.

Cassie comenzó a llorar una vez más, seguía sintiéndose culpable porque había pedido a Annie que no dijera que había sido adoptada, alegando que tal vez él se sentiría avergonzado por su pasado, ese había sido el error de Annie, quien debió haber hablado con la verdad desde un principio, tal vez así Archie no hubiera continuado con su cortejo o se hubiera arrepentido, aunque después de todo no le había importado que Candy era una chica humilde y sencilla.

-Tranquila Cassie, tú no tienes la culpa de nada. – Dijo Terry para consolarla. Cassie lo miró con esos grandes y hermosos ojos azules que poseía.

-¿Tú crees? – Preguntó con la esperanza que fuese así, sin embargo ella sabía que no era así.

-Bueno… tal vez un poco… - Dijo Terry con una sonrisa apenada. Cassie comenzó a llorar una vez más. – ¡No llores por favor! – Decía Terry, no le gustaba ver llorar a las mujeres, le parecía que era una exageración, pero ver llorar a Cassie le parecía imposible de soportar.

Terry sostuvo el rostro de la joven para intentar tranquilizarla, pero las lágrimas salían una detrás de la otra, el joven actor no sabía qué hacer con su amiga y poco a poco ella se fue acercando a su rostro, buscando un poco de cariño, cariño que le fue imposible no demostrar a Terry cuando la tuvo tan cerca, sintió una gran pena de verla llorar de esa manera, que de alguna forma quiso reconfortarla y aceptó sus labios.

La besó lentamente, mientras la joven sentía que caminaba entre nubes, él sentía algo extraño en su interior, no era algo desagradable, sin embargo sabía en su mente que no era correcto lo que hacía porque él no la amaba, ella era su amiga y no quería lastimarla, pero al mismo tiempo tenía tanto tiempo de no estar con una mujer que extrañaba esa maravillosa sensación, extrañaba la calidez de una boca femenina, el aroma fresco y delicado de un cuerpo bonito que le hiciera compañía y en ese momento se dejó llevar por lo que su cuerpo le pedía.


Archie y Stear habían llegado hasta las oficinas, para Anthony fue extraño que llegaran los dos en total silencio.

-¿Qué sucedió? – Preguntó el rubio con preocupación, no estaba del todo a gusto al saber que Archie estaba molesto con Annie.

-Terminé con Annie… - Dijo Archie con cierto coraje en su voz, sentía que algo lo estaba quemando por dentro y le impedía hablar con normalidad.

-Eso es lo que querías, ¿No? – Preguntó Anthony con cierta molestia en su voz, él apreciaba mucho a Annie, no solo porque era la mejor amiga de su novia, sino porque sabía del valor que tenía como persona y le dolía que su primo hubiese estado jugando con ella.

-Me voy a mi oficina. – Dijo Archie con los ojos enrojecidos por el llanto contenido, se veía mal, no era normal para una persona que tenía tiempo dudando si continuar o no con una relación que decía no lo convencía. Anthony miró a Stear y este le hizo señas de que hablarían en su oficina.

Anthony siguió a su primo, estaba seguro de que él le explicaría el motivo por el cual Archie estaba tan evasivo.

-¿Qué pasó con Annie, Stear? – Preguntó el rubio preocupado por la joven, porque sabía que cuando su novia se enterara de lo sucedido sufriría por su amiga.

-Archie y ella terminaron… - Respondió Stear con un profundo suspiro.

-¿Cómo está ella? – Preguntó Anthony preocupado por la joven.

-No se ve bien. – Dijo Stear seguro de que Annie estaba sufriendo mucho más que su hermano.

-Archie tampoco luce muy bien. – Dijo Anthony seguro también de que su primo se veía bastante descompuesto.

-Creo que Archie quería más a Annie de lo que siempre quiso admitir. – Dijo una vez más el inventor.

-Entonces tal vez recapacite y vaya a pedirle perdón. – Dijo Anthony con la esperanza de que su primo recapacitara y aclarara las cosas con la joven diseñadora.

-No lo creo… - Dijo Stear con tristeza. – Además en el caso de que aceptara aclarar algo no creo que Annie lo perdone. – Dijo una vez más el inventor, quien miró a Anthony fijamente, recordando el motivo por el cual Annie sería incapaz de perdonar a su hermano.

-¿Qué fue lo que sucedió? – Preguntó Anthony intrigado por saber el motivo por el cual Annie no podría perdonar a su primo. Stear lo miró por unos largos segundos, segundos en los que se debatía si debía hablar o no con honestidad con el rubio, sin embargo sabía que eso era algo que le correspondía a Archie hacer, de lo contrario podría desatar otra tragedia por su indiscreción.

-Archie fue muy duro con Annie… dijo cosas que la lastimaron mucho... - Dijo Stear con pesar. – Le dijo que jamás podría perdonarla por engañarlo y ella… ella le dijo que jamás volvería con él. – Dijo simplemente el inventor, saltándose todo el drama que había sucedido en la casa de modas.

-Pero ¿Por qué no lo calmaste, Stear? – Preguntó Anthony seguro que él podría haberlo tranquilizado.

-¡Lo intenté! ¡Discutimos por mucho tiempo hasta que Annie llegó y escuchó…! – Dijo deteniéndose por un momento, tomó aire antes de continuar mientras Anthony lo observaba advirtiendo que también para su primo había sido difícil ver aquella discusión.

-Tranquilo Stear… - Le dijo siendo empático con él, no debía estar hurgando de esa manera en el alma atormentada de su primo. – Lo siento… - Le dijo disculpándose por haberlo hecho sentir culpable de lo que pasó. – Tú no tienes la culpa de nada. – Dijo Anthony abrazándolo para tranquilizarlo. Stear suspiró cansado, se sentía abatido y muy culpable por haber hablado de más.

-Necesito ver a Patty… - Dijo pensando en su prometida, ella era la única que podía calmar su dolor, era la única que a pesar de todo jamás lo juzgaría.

-No te preocupes. – Le dijo Anthony a su primo, quien agradecido caminó hasta la salida de las oficinas y se retiró en busca de su prometida.


En la oficina de Archie se encontraba el joven elegante mirando por la ventana, sus ojos buscaban hasta el pequeño negocio de quien había sido su novia minutos antes, no podía creer que lo hubiera engañado de esa manera, se sentía un tonto, pero lo que más le dolía era la sensación de soledad que tenía en su pecho, pensó que al sentirse liberado de la joven podría estar más tranquilo, podría comenzar de nuevo su vida y buscar nuevamente a una joven que él amara y que lo hiciera sentir de la manera en la que Annie lo hacía sentir… su mente viajó una vez más al primer día que la había conocido.

-Fui un tonto Annie… - Pensó Archie con suplicio, sintiendo que su pecho se quemaba de dolor. – Pero tú también me mentiste… - Decía queriendo compensar lo que él había hecho con lo que según él, Annie había hecho. – No entiendo este dolor en mi pecho… ¿Será normal esta sensación de no poder respirar? – Se preguntaba mientras observaba hacia el negocio de la joven.


Anthony estaba afuera del hospital con un gran ramo de rosas rosas en sus manos, esperaba pacientemente a que su novia llegara, a pesar de la felicidad con la que la había dejado por la mañana y de la que presentía estaría sintiendo en esos momentos, sabía que cuando se enterara de lo sucedido con Annie y Archie se sentiría muy triste.

La presencia de la rubia en la puerta del hospital iluminó más su día, se sentía tan dichoso a pesar de los acontecimientos que involucraban a sus primos, pero él no podía borrar de su piel la experiencia tan maravillosa que había sido entregarse en cuerpo y alma a la mujer amada, sentía que podía con todo, se sentía fuerte e invencible, se sentía un hombre capaz de enfrentar al mundo entero y salir victorioso. Candy le sonrió con aquella sonrisa tan espectacular que poseía, sonrojándose por unos segundos al traer a su imagen la noche anterior.

-Buenas tardes mi amor… - Le dijo Anthony acercándose a ella de manera seductora, de manera sensual, buscando de una u otra forma demostrarle lo mucho que la amaba.

-Buenas tardes mi príncipe. – Le dijo Candy con un volumen bajo de voz, sintiéndose en esos momentos tímida por las emociones que despertaba en su cuerpo, el cual al escuchar tan cerca la voz de su amado su piel se había erizado y un calor incontrolable había viajado por todas sus terminaciones nerviosas concentrándose en el punto exacto que la llevaba a su punto máximo de ebullición.

Anthony la besó con un beso lento, corto y muy húmedo, un beso que la dejó sin aliento y que fijaba sus esmeraldas en los azules de él, sus pupilas se dilataron naturalmente y esas gemas preciosas que poseía brillaban con intensidad.

-Te extrañé… - Dijo Anthony en un susurro, deseoso porque ella lo hubiera extrañado de la misma forma.

-También yo… - Respondió Candy con cierta timidez en su voz, aquellas palabras hicieron eco en el corazón del joven Ardlay quien sintió que sus piernas se desvanecían por la felicidad de estar en la misma sintonía que su amada Candy. – Son hermosas… - Dijo Candy tomando las rosas que él le llevaba.

-Tú eres más hermosa. – Le dijo besándola una vez más, pero esta vez su beso era más tierno, más dulce y discreto. - ¿Vamos? – Le preguntó a la joven enfermera, quien con una sonrisa aceptó ir con él hasta su coche estacionado frente al hospital.

-¿Iremos a algún lugar? – Preguntó Candy deseosa de salir con él y estar a solas por unos momentos. Anthony sonrió porque él también estaba deseoso de estar a solas con ella, sin embargo el recordar lo sucedido con Annie impedía que sucediera.

-Princesa… - Le dijo suspirando por no saber cómo decirle las cosas. Candy lo miró esperando que continuara, sabía que tenía algo qué decir porque se veía ansioso. – Necesito hablar contigo. – Le dijo una vez más, el corazón de Candy se paralizó al pensar que tenía que ver con lo relacionado la noche anterior, temió de pronto que se hubiese arrepentido y que le diría que no era ella lo que estaba buscando. Recordó el motivo por el cual había llegado tan mal al departamento y temió aún más al creer que aceptaría el compromiso que querían imponerle.

-¿De qué? – Preguntó la rubia sin poder esconder su preocupación. Anthony le sonrió y ayudándola a subir al coche y acomodando el ramo de flores detrás del auto, la besó una vez más con dulzura.

-Vamos al Central Park… - Le dijo para tranquilizarla un poco. Candy sonrió aún con nervios, sin imaginarse qué era lo que tenía qué decirle y porqué irían al Central Park para hablar.

El viaje para Candy fue demasiado largo, las palabras de su hermano Tom hacían eco en su mente, recordándole una y otra vez que él le había advertido que los chicos ricos solo buscaban una cosa en las mujeres hermosas y de pocos recursos. Candy miraba a Anthony de vez en cuando y se negaba a creer que él estuviese buscando terminar con ella, cuando ya había obtenido la prueba más grande de su amor por él.

Llegaron al Central Park y de la misma forma con la que Anthony había ayudado a Candy a subir a su vehículo, la ayudaba a bajar, con cuidado, con mucha ternura y una atención especial a lo que ella pudiera necesitar. Aquel interés que seguía mostrando en ella la hacía sentirse por un lado tranquila, pero no del todo.

-¿Qué es lo que sucede Anthony? – Preguntó Candy una vez más mientras caminaban entre los verdes senderos que ahora eran, los espacios nevados donde se le había declarado.

Anthony suspiró profundamente, sabía que la estaba poniendo nerviosa, sabía que ella sufriría al enterarse que su amiga estaba sufriendo por culpa de Archie y que él no había podido hacer nada para evitarlo.

-Te he fallado princesa. – Le dijo Anthony para desconcierto de Candy, quien sintió que su corazón daba un vuelco pensando lo inevitable.

-¿Por qué? – Preguntó Candy con la respiración acelerada y alejándose un poco de él para esperar el golpe. Anthony se acercó a ella una vez más extrañado por su reacción. - ¿Te has arrepentido de…? – Preguntó Candy bajando su mirada en busca de algo que no estaba ahí. Anthony cerró su entrecejo y se acercó a ella.

-¿Qué dices mi amor? – Le preguntó tomando su rostro para que lo mirara a los ojos. – Lo que sucedió entre nosotros es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida… - Le dijo besando su boca con ternura. Candy recibió el beso aún con duda por lo que tenía qué decirle. – Jamás me arrepentiré de haberte hecho mi mujer pecosa… - Le decía muy cerca de su rostro, abrazándola con fuerza para hacerla sentir segura. – No dudes de mi amor por ti Candy, jamás dudes que te amo y que te responderé como el hombre que soy y en el que me convertí a tu lado. – Le decía mirándola fijamente a los ojos. La mirada de Candy cambió, sus ojos se iluminaron y la paz volvió una vez más a su alma.

-Es que tengo miedo… - Dijo Candy confesando a su novio su temor. – Tengo miedo que te convenzan y que tú te arrepientas de…

-Shhh… - Le dijo Anthony silenciando con su índice a la rubia, quien lo miró apenada por su nerviosismo. – Entiendo tu temor… también yo tengo miedo… - Le dijo confesándole que también sentía temor. – Sin embargo estar contigo me da fuerza para enfrentar a todos… pecosa, tú me has dado el valor necesario para salir adelante, por ti he cambiado, por ti he enfrentado con mayor determinación a la tía abuela y te aseguro que nada me hará cambiar de opinión… y para eso te necesito a mi lado princesa… - Le decía muy cerca de sus labios. Candy lo miraba enamorada, con deseos de volver a besar sus labios como la noche anterior, con deseos de volver a sentir su boca recorrer cada centímetro de su piel, se reprochaba tener aquella necesidad, se reprochaba querer volver a estar con él porque no era lo correcto, pero su cuerpo y su corazón le decían que sí lo era y que tenerlo dentro de ella era como debía de ser.

-Estaré siempre a tu lado… Anthony… - Le dijo Candy cerrando sus ojos para ofrecer su boca, el deseo de besarlo la estaba consumiendo y él comprendió aquella necesidad, porque él estaba igual, todo el día había sentido la necesidad de volver a tomarla, sin embargo era algo que no le revelaría, no ofendería su honra insistiéndole que quería hacerle el amor una vez más.

Anthony la tomó por la cintura y la acercó más a su boca, la sujetó por la nuca y comenzó a besarla apasionadamente, era un beso largo, profundo, un beso que buscaba confirmar que efectivamente estaba enamorado y que por ningún motivo la dejaría, quería que ella se sintiera segura de ese amor y que la entrega sucedida no tenía nada que ver para alejarse de ella, por el contrario, aquella entrega había servido para confirmarle una vez más que ella era lo que necesitaba en esta vida para sentirse pleno.

Los besos cada vez fueron más demandantes, más necesitados y poco a poco Anthony la fue recostando en el pasto para colocarse en la posición dominante, sus manos acariciaban sus muslos y pronto estaban en sus caderas. Los gemidos de Candy comenzaron a escucharse y a Dios gracias no había un alma cerca de ahí. Anthony sentía que su pantalón explotaría, su cabeza estaba en blanco, vencido por la pasión del momento, sus manos se movían por libertad propia y pronto estaban acariciando más allá de sus caderas. La boca de Anthony descendió por su cuello y acarició sus senos sobre la ropa, lo que provocó que Candy arqueara su cuerpo en busca de aquel contacto prohibido. Cuando sus caderas chocaron la corriente eléctrica producida los volvió a la realidad.

-Lo siento amor… - Le dijo Anthony mirándola con los ojos totalmente oscurecidos por la pasión, con la respiración agitada, pero con la mente en lo que debía decirle y no había dicho.

-Está bien… - Decía Candy un tanto confundida por el lugar en el que estaban, porque a pesar de ello estaba dispuesta a entregarse una vez más a él ya que lo necesitaba.

-Necesito decirte algo… - Decía Anthony aún agitado, su corazón latía de manera errática y Candy lo miraba fijamente sin comprender que era lo que debía decirle.

-¿Qué sucede? – Preguntó Candy queriendo callar aquella duda que había tenido en un inicio y que él había despejado.

-Archie y Annie terminaron… - Le dijo con total pesar, Candy podía ver en sus ojos antes oscurecidos por la pasión una profunda pena, sabía que ella sufriría por aquella noticia y se reprochaba ser él quien se la diera, pero sabía que cuando se enterara por Annie podría reprocharle el no haberle informado primero.

-¿Qué sucedió? – Preguntó Candy aún debajo de él.

-Archie es un tonto… - Dijo Anthony seguro que el único culpable era su primo. Candy se enderezó y Anthony se sentó a su lado. – Él descubrió que Annie al igual que tú es adoptada… - Dijo con pena, se sentía mal por el motivo por el cual Archie había hecho un escándalo.

-¿Terminó con ella porque es adoptada? – Preguntó Candy confundida, ella sabía cuál podría ser el motivo verdadero de aquel desenlace y se sintió culpable.

-Él dice que es por la mentira, que se siente engañado… - Decía Anthony intentando explicar los motivos de su primo, sin embargo veía a Candy demasiado afectada.

-Es mi culpa… - Dijo Candy con los ojos nublados de lágrimas.

-Por supuesto que no pecosa… - Dijo Anthony intentando tranquilizarla.

-Debo ir con ella. – Le dijo mirando a Anthony a los ojos, suplicándole que la llevara al departamento de inmediato. Anthony asintió y se puso de pie para ayudarla a incorporarse.

Ambos rubios caminaron de prisa hasta el vehículo e iniciaron su marcha, pronto el camino hasta el departamento de Candy se hacía eterno, la rubia parecía muy mortificada y Anthony se sentía mal por no poder hacer algo al respecto.

Continuará…

Hola hermosas muchas gracias por su paciencia y comprensión, espero que este capítulo les haya gustado.


AGRADECIMIENTOS ESPECIALES

TeamColombia:

Hola hermosas, muchas gracias por su paciencia, espero que este capítulo haya sido de su agrado.

Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

Rose1404:

Hola hermosa, espero que todo siga viento en popa. Te mando un fuerte abrazo, ojalá te guste este capítulo.

Te mando un fuerte abrazo.

Julie-Andley:

Hola hermosa! Espero que estés muy bien. Gracias por comentar, espero que este capítulo haya sido de tu agrado.

Te mando un fuerte abrazo.

ViriG:

Hola hermosa, espero que estés muy bien y que te haya gustado el capítulo.

Te mando un fuerte abrazo amiga.

Mayely León:

Hola amiga, gracias por tú preocupación y sobre todo por tu paciencia. Espero que te haya gustado el capítulo.

Te mando un fuerte abrazo.

Guest:

Gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo.

gidae2016:

Hola hermosa, siento mucho el retraso, espero que este capítulo haya sido de tu agrado.

Te mando un fuerte abrazo.

Guest:

Hola hermosa, que bueno que te guste. Te mando un fuerte abrazo nena.


Muchas gracias a todas y cada una de las personas anónimas que me dan un espacio en su agenda. Gracias por leer.


GeoMtzR

04/12/2924