DESTINO
CAPÍTULO 31
El camino hasta su departamento le pareció largo, se sentía mal, se sentía débil. Sus piernas no la sostenían del todo y para colmo en cada esquina estaba un puesto que vendía el periódico donde la noticia del compromiso de Anthony con Elisa, se anunciaba.
-No puede ser verdad… - Se decía Candy con ganas de llorar. – "Anthony ha aceptado el compromiso". – Recordó las palabras de la vieja Elroy y se sintió desfallecer.
El periódico estaba frente a ella, Anthony Brower Ardlay estaba comprometido con la señorita Elisa Leagan Briand. Candy sintió una vez más que su corazón se rompía en mil pedazos. Colocó en su vientre ambas manos y se giró hasta el edificio donde vivía, debía llegar hasta su departamento y recostarse.
-Contrólate Candy… - Se decía con la intención de estar bien, debía cuidarse solo por si realmente esperaba un hijo.
La rubia llegó hasta el piso donde se ubicaba su departamento y cuando las puertas del ascensor se abrieron, se encontró con Terry, quien estaba a punto de bajar.
-¡Candy! – Dijo al verla con el rostro pálido y los labios blancos. - ¿Qué te pasa? – Preguntó con preocupación, la sangre se le había ido a los pies al verla en ese estado.
-Anthony… - Dijo Candy como un susurro. – Anthony está comprometido con otra mujer… - Dijo Candy llorando con desesperación.
En la misma desesperación que sintió y en la debilidad que sentía en su cuerpo se arrojó a los brazos de Terry, quien la recibió angustiado intentando consolarla.
-¡Ese maldito! ¡Sabía que era verdad! – Dijo Terry recordando que en el Colegio Elisa siempre insistió lo que él había negado.
-¿Tú lo sabías? – Preguntó Candy con el corazón acelerado.
-En el Colegio ella me advirtió que estaban comprometidos. – Dijo Terry convencido que era real.
-¿Por qué no me lo dijiste? – Preguntó Candy mirándolo a los ojos con dolor. Aquella mirada derrotó a Terry.
-Porque él aseguró que no era verdad… - Respondió simplemente mientras se perdía en la mirada verdosa de la pecosa.
Candy sintió que el aire se agotaba de sus pulmones, sus piernas se vencieron por fin y mientras su vista se nublaba se dejó caer por fin en su debilidad.
-¡Candy! – Gritó Terry asustado al ver que la joven perdía el conocimiento.
El timbre del otro elevador se dejó escuchar y de ahí salía un caballero, aquel que venía siguiendo a Candy desde semanas atrás.
-¿Qué sucedió? – Preguntó al ver a la rubia en brazos del actor.
-Se desmayó… - Dijo con ella en brazos. – Ayúdeme por favor a llevarla hasta mi departamento. – Dijo Terry dirigiéndose hasta la puerta de su departamento. Aquel hombre lo miró y a pesar de no querer ayudar al joven con la rubia, no le quedó más remedio que parecer alguien que estaba ahí por casualidad.
-¿A su departamento? – Preguntó aquel extraño.
-Es mi novia. – Respondió el actor para justificar el motivo por el cual la llevaba hasta su departamento.
El hombre quien estaba familiarizado con la relación de Anthony y de Candy, guardó silencio en su descubrimiento, ayudando a Terry a abrir la puerta de su departamento para que recostara a la rubia.
-Eres un maldito Brower. – Decía Terry mirando a la rubia recostada en su cama, sentía la necesidad de defenderla de él, quería golpear a Anthony y vengar su honra.
Anthony por su lado, había ido al periódico personalmente, quería desmentir aquella noticia que había salido ese día, debía aclarar las cosas aunque eso significara que Elisa quedaría en ridículo, en ese momento nada le importaba, quería que Candy supiera la verdad y que todas las mentiras que la tía abuela había dicho en contra de su amor se desvanecieran de su mente.
Salió de las oficinas del periódico un tanto desanimado, no le gustaba que la noticia para desmentir tal compromiso lo tardaría días en salir, su mente estaba lejos de todo, quería ver a Candy de inmediato pero sabía que no podía ir al hospital.
-Tengo que verla. – Decía seguro que debía ir a buscarla al departamento, tal vez ahí la encontraría.
Caminó hasta tomar una diligencia y se dirigió hasta el departamento de la rubia, su necesidad de verla estaba en aumento.
Llegó hasta la puerta del departamento de Candy, sin embargo no obtuvo respuesta, nadie había abierto la puerta y la desesperación se apoderaba una vez más de él, necesitaba verla, pero pensó que tal vez seguía en el hospital. Su desesperación creció al imaginarse que así era, se sentía muy mal y desesperado porque parecía que no podía aclarar las cosas con ella.
-Debo regresar al hospital. – Se decía a sí mismo para buscar a Candy. – Debí haberme quedado allá… - Decía seguro que no debió escuchar al doctor Black hasta que pudiera verla.
Cassie llegaba en compañía de Annie, ambas habían salido del departamento. La rubia lucía nerviosa y Annie estaba preocupada por Candy, la noticia sobre el compromiso de Anthony había viajado como reguero de pólvora y se imaginaba que su amiga llegaría destrozada.
-En un momento voy Annie. – Dijo Cassie con timidez, habían llegado al departamento pero quería hablar con Terry primero.
-¿Estás segura? – Preguntó Annie un tanto confundida, ya que sabía que al igual que Candy ella estaba preocupada por la pecosa.
-En un momento voy. – Dijo Cassie con una sonrisa de lado, sus ojos parecían querer llorar y Annie comprendía el motivo de su nerviosismo. Annie asintió con una sonrisa, no quería incomodarla más.
Cassie tocó la puerta del departamento de Terry, una vez que Annie entró al departamento de ellas, quería hablar con Terry, debía hablar con él, tenía días evitándola y era preciso que hablaran de lo que había entre ellos.
-¡Cassie! – Dijo Terry abriendo la puerta rápidamente, sorprendiendo a la joven porque no se esperaba que abriera, tenía días buscándolo sin suerte alguna. - ¿Qué sucede? – Preguntó con nerviosismo, saliendo de su departamento mientras cerraba la puerta como evitando que la joven se asomara dentro o se invitara a pasar.
-Necesito hablar contigo… - Dijo Cassie con el mismo nerviosismo que tenía desde una semana atrás.
-Ahorita no tengo tiempo… - Le dijo Terry con la mirada perdida en un punto que no era el rostro de la joven.
-Es importante… - Dijo Cassie una vez más, queriendo insistir para que el actor le diera un poco de su atención.
-Cassie… - Dijo Terry rascando su cabeza incómodo. – Mira… sé que debí hablar contigo antes pero… - Decía con la mirada puesta en ella, sabía que debía haber hablado antes con ella pero simplemente no podía hacerlo. – Lo que sucedió entre nosotros… no estuvo bien… no fue correcto… - Dijo el actor ante la sorpresa de Cassie, quien sintió que el suelo se abría bajo sus pies.
-¿Qué dices? – Preguntó Cassie con todo el dolor que podía sentir un corazón enamorado.
-Escucha… - Le dijo Terry con nerviosismo, no quería lastimarla, pero estaba seguro que sus sentimientos por ella no eran de amor, por el contrario lo que sentía por Candy era algo real y legítimo, y creía que después de la separación de la pecosa con Anthony, tal vez él podría tener una oportunidad con ella, sin importar lo que había sucedido entre ellos. – Lo siento… - Le dijo con verdadero arrepentimiento. – Sé que tú esperabas algo más de mí después de que… - Calló para no ofender la honra de la joven. Cassie lo escuchó dolida, no podía creer lo que estaba escuchando.
-Dijiste que podríamos darnos una oportunidad… - Dijo Cassie con los ojos llenos de lágrimas.
-Lo sé… pero no puedo hacerlo… - Dijo una vez más Terry, no quería herirla, pero sabía que si pasaba más tiempo era lo que conseguiría.
-Yo te… te… - Decía Cassie sin poder decir más, se sentía avergonzada, se sentía humillada, había entregado su alma y su corazón a un joven que no tenía la intención de amarla. – Entiendo… - Dijo Cassie con decepción.
-Cassie… por favor… - Dijo Terry queriendo que ella comprendiera que ambos podían ser felices todavía.
Cassie ya no respondió, ni se dirigió hasta su departamento, salió corriendo hasta el elevador, necesitaba alejarse de ahí, debía hablar con sus padres y contarles que se había equivocado. Terry suspiró triste, se sentía mal por haberla lastimado de esa manera, se sintió ruin porque de alguna u otra forma se había aprovechado de su interés por él. Cerró los ojos e intentó convencerse que todo estaría bien.
Entró de nuevo a su departamento y ahí vio a la hermosa mujer que era Candy, ella dormía profundamente y aunque su piel lucía pálida y sus ojos inflamados por el llanto estaba seguro que algún día ella podría amarlo.
Stear llegaba a la mansión de su novia, se sentía fatal porque todo estaba desordenado en su familia, se sentía culpable porque a pesar de la dura experiencia de su novia su relación estaba bien a pesar de todo.
-¿Qué sucede Stear? – Preguntó Patty al ver a su novio tan triste.
-Las cosas no van bien, querida. – Le dijo abrazándose a ella con fuerza. Patty sonrió con ternura y lo abrazó con él tantas veces lo había hecho desde que había llegado a América.
-¿Quieres contarme? – Preguntó Patricia con una sonrisa. Stear la miró enamorado, era la primera vez desde que había llegado que la veía interesada en lo que él sentía.
-La tía abuela se ha esforzado en hacer la vida imposible a Anthony. – Dijo Stear mientras se sentaba a un lado de su novia. Patty esperó que le contara toda la historia y en silencio lo dejaba hablar.
-¿Elisa sigue con esa historia de que Anthony es su prometido? – Preguntó Patty con cierta pena por su amiga.
-Y lo peor del caso que la tía abuela la apoya. – Dijo Stear asintiendo a su pregunta.
-Al principio creí que realmente estaban comprometidos. – Dijo Patty con seriedad. – Ella nos decía a todas que era un secreto, pero que pronto se anunciaría. – Decía la joven recordando las veces que Elisa les había dicho que ella sería la primera en comprometerse de todas, sin embargo nunca pasó.
-Anthony es solo un capricho que no puede obtener. - Dijo Stear seguro de ello. – Elisa no está enamorada de él, solo representa eso que no puede tener y es por ello que se aferra. – Decía Stear de nuevo, seguro que tan solo era un capricho insano alimentado también por el ego de la tía abuela.
-¿Qué dice Archie, cómo está? - Preguntó Patty para saber de su cuñado, sabía que los tres eran muy unidos.
-Archie está igual que Anthony. – Dijo Stear con un profundo suspiro.
Stear comenzó ahora a relatar con detalle lo que había sucedido con Archie y su novia, Patty lo escuchaba sin poder creer que su cuñado tuviera una novia formal, lo había visto competir con Anthony más de una vez para conseguir una novia más hermosa y distinguida, pero simplemente no lo había logrado, o por lo menos Anthony jamás le había seguido el juego.
-Archie no ha cambiado. – Decía Patty con timidez.
-Lo sé… - Decía Stear feliz de ver sonreír a su novia, era la primera vez en semanas que no hablaban de la tragedia vivida en el barco.
-¿Podemos ayudar a Anthony en algo? – Preguntó Patty con interés, ella apreciaba al primo de su prometido.
-Solo que puedas convencer a Elisa de que lo deje en paz. – Dijo Stear seguro que eso era una tarea imposible de realizar.
-Si pudiera, créeme que lo haría. – Dijo Patricia con una sonrisa, pero estaba segura que Elisa no la escucharía porque jamás lo había hecho, siempre debían hacer lo que ella decía y no aceptaba un no o un consejo de otra persona que no fuera en su beneficio.
-Lo sé, querida. – Le dijo Stear sonriendo con ternura. Patty lo miró tímida y deseó besarlo en ese momento para darle ánimo.
-Falta poco para la boda… - Dijo Patty acercándose a su novio. Stear se estremeció al sentir el cuerpo de su novia tan cerca de él.
-No sabes cuánto deseo que ya sea ese día. – Dijo Stear besándola con delicadeza. Patty se estremeció al sentir los labios de su novio recorrer la piel de su mejilla, mirándolo enamorada, esperando que sus labios se desviaran hacia sus labios por primera vez.
Stear parecía que había adivinado la intención de su prometida y se acercó a ella con nerviosismo, jamás la había besado en los labios, siempre la había respetado, pero en esos momentos necesitaba un poco más de consuelo. Patty cerró sus ojos y ofreció su boca, Stear la tomó primero con torpeza y después con impaciencia, aquel contacto se sentía mágico, sentía que su vientre estallaría de la emoción, mientras su pecho intentaba tranquilizar a su alocado corazón.
-Te amo Patty… - Le dijo una vez que terminó de besarla. Patricia lo miró enrojecida, tímida por haber recibido su primer beso.
-Y yo a ti Stear… - Dijo con timidez, mirando a su novio fijamente a los ojos. – Tengo algo que decirte… - Dijo con pena. Stear la miró esperando que ella hablara.
-Dime… - Le dijo acomodando sus cabellos detrás de su oreja, quería continuar besándola.
-Es respecto a la boda… - Decía con nerviosismo. Stear la miró comprensivo. – El vestido… - Dijo con los ojos comenzando a nublarse de lágrimas.
-¿Qué sucede con el vestido? – Preguntó Stear sin comprender qué pasaba.
-Todo lo que traía de Inglaterra… - Dijo intentando explicar lo que había sucedido con lo que traía para la boda, entre sus pertenencias venía el vestido de novia.
-No te preocupes… - Dijo Stear seguro que eso podría arreglarse. – Después vemos cómo lo resolvemos… - Dijo abrazándola para después robar otro beso dulce y tierno de su boca.
Annie por lo pronto seguía preocupada por Candy y ahora por Cassie, porque no había regresado al departamento, había dicho que solo sería un momento y ya llevaba casi dos horas. Se armó de valor y tocó la puerta del departamento de Terry, este de inmediato abrió, no quería que Candy despertara aún, se sentía feliz de tenerla en su dominio.
-¿Dónde está Cassie? – Preguntó Annie sin siquiera saludar al rebelde. Este la miró confundido.
-¿Yo que voy a saber? – Preguntó Terry seguro de que con él no estaba.
-Dijo que venía a verte, tenía algo importante qué decirte. – Dijo Annie mirándolo con reproche.
-Hablamos un momento, pero se fue de inmediato. – Dijo Terry sin darle importancia a la manera en la que Annie le hablaba.
-¿Te lo dijo? – Preguntó Annie con impaciencia.
-¿Decirme qué? – Preguntó Terry sin comprender la impaciencia de la tímida muchacha.
-¿Cómo que qué? ¡Ella tenía algo muy importante qué decirte! – Decía Annie molesta con el actor. Terry la miraba con indiferencia.
-Mira, no sé qué te contó Cassie… - Dijo Terry intentando explicar a la pelinegra que él no tenía intención de continuar con aquella "amistad" que había iniciado con su hermana. – Pero ten por seguro que mi intención nunca fue lastimarla…
-¡NO! – Dijo Annie muy molesta. - ¡Por supuesto que no! ¡Ustedes los hombres nunca tienen intención de lastimar, sin embargo lastiman, toman, hieren! – Decía Annie mirándolo con los ojos llenos de furia. Terry la miraba confundido, no sabía qué tanto era por él o por Archie.
-Mira... tímida… - Le dijo con sarcasmo, porque la joven frente a él no tenía en esos momentos nada de tímida.
-¡No me vuelvas a llamar así! – Dijo Annie furiosa. – Mi nombre es Annie y no te voy a permitir que te burles de Cassie… - Le dijo mirándolo a los ojos, en ese momento Terry se sintió extraño.
-¿Burlarme de ella? – Preguntó Terry sin comprender lo que decía la joven. – Yo hablé con ella y entendió que no la amo, entendió que nos lastimaríamos más si insistimos en continuar con una relación que no nos lleva a ningún lado. – Dijo el actor.
-¡Eres un bruto! – Le dijo Annie molesta al actor. Terry se molestó con la manera de llamarlo.
-No te voy a permitir que me ofendas, si tienes algún problema con Archie no te vengas a desquitar conmigo. – Dijo Terry seguro que la molestia de Annie era porque estaba trasladando su problema hacia él.
-¡Por lo menos Archie no se aprovechó de mí! – Dijo Annie con impaciencia. Los ojos de Terry se abrieron con sorpresa, no se imaginó que Cassie se atreviera a revelar lo que había sucedido entre ellos aquella tarde en la que él se aprovechó de su inocencia.
-Eso es cosa entre nosotros. – Dijo Terry seguro que así era y que ni Annie ni nadie podría meterse con eso.
-Te equivocas… - Dijo Annie segura que así era. – Cassie habló con sus padres, ella estaba muy emocionada por contarles que eran novios y quería presentarte con ellos. – Decía la joven sin poder creer lo que escuchaba, de todas formas no le sorprendía mucho lo patán que era, debía de haberlo esperado de él.
-Ella no me dijo eso… - Dijo Terry seguro de ello.
-Tal vez no la dejaste hablar. – Dijo Annie con tristeza, sintiendo el dolor de Cassie, imaginando que se había ido a la casa de sus padres a llorar su pena.
Annie caminó hasta el ascensor dispuesta a buscar a Cassie, temía lo que sucediera en la casa de los Britter cuando ella les dijera que Terry solamente se había burlado de ella, así como Archie se había burlado de ella y al parecer Anthony de Candy.
-Jamás debimos salir de Chicago… - Se decía Annie con los ojos llenos de lágrimas, sentía que todo lo que habían vivido era una pesadilla, en esos momentos pensó que de todas las desgracias la de ella era la menor, porque estaba segura que Candy debía estar destrozada por el compromiso de Anthony, y Cassie, Cassie debía de pensar en cómo le diría a sus padres que su honra había sido pisoteada por el joven actor.
Tom había llegado por la tarde a Nueva York, el sonido de sus botas se hacía cada vez más fuerte conforme caminaba, había visto la noticia en el periódico y se sentía furioso, quería tener a Anthony entre las manos para apretar su cuello hasta que dejara de respirar, le había advertido que no jugara con su hermana y era lo primero que había hecho.
-Le dije que no la lastimara… - Decía el vaquero con enojo, se sentía tan molesto que no pensaba en nada más que en encontrarse con Anthony y cobrarle su ofensa. – Debí haberlo pensado más y no firmar ese maldito contrato… - Decía sintiéndose culpable porque había firmado un contrato por cinco años con la compañía de los Ardlay, un contrato que si bien era benéfico para ambas partes desearía romper en esos momentos.
Después de registrarse en un hotel cercano, llegó hasta el edificio donde vivía Candy y subió hasta el piso indicado, llevaba la dirección escrita porque la pecosa lo había invitado a visitarlas los días que estuviera en Nueva York.
Tocó la puerta con insistencia pero al parecer no había nadie.
Candy comenzó a despertar después de haber pasado horas, dormida en el departamento de Terry.
-¿Dónde estoy? – Preguntó sorprendida, no conocía el lugar y de pronto se sintió incómoda por estar ahí. se levantó y salió hasta la sala de estar.
-¡Despertaste! – Dijo Terry levantándose al ver que la joven enfermera salía de la habitación.
-¿Qué estoy haciendo aquí? – Preguntó Candy con cierta molestia y desconfianza en su voz.
-Te desmayaste y te traje hasta aquí porque no había nadie en tu departamento. – Explicó Terry para que no se enojara. Candy lo miró sin estar muy convencida.
-Gracias… - Dijo agradecida, pero tenía que irse de ahí de inmediato. – Pero tengo que irme. – Dijo de nuevo mientras caminaba hasta la puerta.
-¿Te sientes bien? – Preguntó Terry antes de que la joven llegara a la salida.
-Estoy mejor. – Dijo mintiendo, seguía mareada, pero quería estar en su casa y pensar qué era lo que haría.
Candy abrió la puerta del departamento y al salir se encontró con un Tom sorprendido por que salía del departamento de enfrente.
-¡Tom! – Dijo Candy con sorpresa, mientras sus verdes ojos se llenaban de lágrimas, dejándose llevar una vez más por el dolor que sentía en su pecho.
-¡Candy! – Dijo Tom recibiendo a su hermanita entre sus brazos, acariciando su rostro, observando el dolor que ella tenía en su corazón. - ¿Cómo estás revoltosa? – Le preguntó en un murmullo mientras Terry los observaba sintiendo una incomodidad muy grande en su pecho.
-¡Tenías razón, Tom! – Le dijo comenzando a llorar con fuerza, sus lágrimas eran lastimeras, con verdadero sentimiento, rápidamente Tom sintió que su coraje aumentaba al ver por primera vez a Candy tan destrozada.
-Es un maldito, le dije que lo pagaría caro si te hacía daño. – Decía Tom abrazándola con fuerza.
El sonido del elevador se dejó escuchar y de él salió la figura alta y atlética de Anthony, quien con las ojeras reflejadas en su rostro y la preocupación por no saber de Candy llegaba una vez más al departamento.
-¡Candy! – Gritó esperanzado de que ella lo escuchara.
-¡No te acerques Anthony! – Gritó Tom antes de que Terry se enfrentara a él.
-¡Aléjate de ella! – Gritó Terry secundando a Tom, quien miraba al actor aún con desconfianza, sin embargo si tenía apoyo de él era mejor.
-Candy necesitamos hablar… - Dijo Anthony con precaución, acercándose aún más a la joven, mientras Tom se interponía entre ellos, lo mismo que Terry, quien ayudaba a formar una especie de barrera entre ellos para que no continuara lastimándola.
-Me mentiste… - Dijo Candy detrás de ellos. El corazón de Anthony se estrujó de dolor al escuchar las palabras de la rubia.
-No es así princesa… - Le decía Anthony con los ojos llenos de lágrimas, queriendo convencerla de que todo era una gran mentira y que ese compromiso que había sido anunciado era totalmente falso. – Te juro que no es así…
-Siempre estuviste comprometido con ella… - Dijo Candy creyendo las palabras de Terry, quien le había confirmado que desde que estaban en el Colegio él estaba enterado de todo.
-¡Candy, no es así! – Decía Anthony intentando acercarse a ella, sin embargo ni Terry ni Tom lo permitían.
-¡Te dije que no la lastimaras! – Le dijo Tom con enojo, mirando a Anthony con ganas de golpearlo, sin embargo el cuerpo pesado de Candy le impedía soltarla, sabía que si la soltaba ella podría caer y no quería eso.
-¡Yo no la lastimé! ¡Yo la amo! ¡Todo esto es una mentira! – Decía Anthony a Tom, buscando la mirada de Candy quien con un pequeño brillo en sus ojos lo miró por unos segundos. – Candy… yo te amo… - Le dijo Anthony con los ojos llorosos.
-¡No mientas! ¡Tú estabas comprometido con Elisa! ¡Siempre lo estuviste y ella me lo dijo más de una vez! – Decía Terry entrometiéndose también en la situación.
-¡Tú no te metas, Grandchester! – Dijo Anthony levantando la voz con coraje al escuchar que Terry se entrometía entre ellos.
-¡Por supuesto que sí! – Decía Terry seguro que él debía defender a Candy de aquel que la había engañado. – Candy no está sola… - Decía el actor defendiendo a la rubia.
-Por favor… - Dijo Candy para que dejaran de discutir.
-Candy… tenemos que hablar… - Dijo Anthony con súplica una vez más. – Tom… - Dijo dirigiéndose al vaquero, quien lo miraba como si quisiera atravesarlo con los ojos. – Déjame hablar con ella, te aseguro que yo la amo… ella es todo para mí… - Decía intentando convencer a Tom, quien era con el único que podría tener que darle alguna explicación.
-No tienes derecho a hablar con ella. – Dijo Terry una vez más.
-¡Que no te metas, Terry! – Gritó Anthony con desesperación, queriendo partir la cara del actor para que no continuara metiendo su cuchara en lo que no le importaba.
-¡Por favor! – Gritó Candy cansada, se sentía débil, eran muchas emociones en su vida y quería dejar de pensar.
-Amor… pecosa… necesitamos hablar… ya pedí que se publicara la verdad en el periódico. – Explicó Anthony para que Candy decidiera escucharlo.
-¿Quieres hablar con él, Candy? – Preguntó Tom al ver que los ojos de Anthony parecían sinceros. Anthony lo miró agradecido y después miró a Candy, quien con los ojos enrojecidos lo miró con todo el amor que podría tener por él, sin embargo había duda en ellos, había dolor y sufrimiento y eso era algo que mataba a Anthony.
-Hoy no… - Dijo Candy casi casi desmayándose frente a los tres jóvenes que la observaban.
-Por favor… - Dijo Anthony una vez más a su novia, quien lo miró queriendo que se quedara con ella, pero al mismo tiempo recordando lo las palabras de la vieja Elroy.
-Ya dijo que no Anthony… no insistas… - Dijo Tom seguro de proteger a Candy.
Candy dio las llaves a Tom y este abrió la puerta del departamento, levantando a su hermana en brazos para llevarla al interior, sabía que la pecosa estaba sin fuerzas y debía ayudarla a entrar.
-Candy… - Decía Anthony mientras Tom cerraba la puerta frente a él.
-Tranquilo, deja que descanse y si ella quiere hablará contigo… - Le dijo Tom un poco más tranquilo, le parecía que Anthony había sido sincero y él quería creer en él nuevamente, había creído en él cuando hablaron en Chicago y algo le decía que realmente era sincero.
-No te la mereces. – Le dijo Terry con coraje, sintiendo unos celos tan profundos en su pecho que no podía contenerlos.
-Tampoco tú… - Le dijo Anthony dando la media vuelta para irse de ahí, no tenía caso que estuviera más tiempo insistiendo, ella debía descansar.
-¡No eres más que yo Brower! – Gritó Terry al ver que Anthony le daba la espalda, se sentía herido porque lo que había dicho Anthony era verdad… él tampoco se merecía a Candy, mucho menos cuando ella se enterara de lo que había sucedido entre él y Cassie.
-¡Eres un idiota, Terry! – Se dijo a si mismo molesto por el momento que había pasado con Cassie, se había arrepentido casi de inmediato, pero no podía dar marcha atrás, lo hecho, hecho estaba y solo restaba hablar con ella para aclarar las cosas.
Candy sintió un vacío muy grande al saber que Anthony se había ido, quería verlo, quería hablar con él, pero al mismo tiempo se sentía tan cansada.
-Tom… - Le dijo a su hermano quien acabando de cerrar la puerta giró su rostro hacia ella.
-¿Qué necesitas? – Preguntó de inmediato el vaquero, quien se quitaba por fin su sombrero y lo ponía en la mesa de centro.
-Anthony… - Dijo Candy con timidez, le causaba cierta pena querer hablar con él, más cuando el mismo Tom siempre le decía que debía siempre tener dignidad. Tom asintió, pudo ver en los ojos de su hermana que se había arrepentido de no hablar con él, así que de inmediato salió del departamento en busca del rubio.
-¡Anthony! – Gritó cuando el elevador estaba a punto de cerrar las puertas. Anthony de inmediato puso la mano en la puerta para evitar que se cerraran.
-¿Candy? – Preguntó Anthony pensando que algo ocurría con la pecosa.
-Ella quiere hablar contigo… - Le dijo Tom alcanzándolo a medio camino. El rostro de Anthony se iluminó esperanzado por la oportunidad que tenía para hablar con ella, sonrió un poco más tranquilo de que ella quisiera hablar con él.
-¿Qué estás diciendo? – Preguntó Terry quien seguía en el corredor, confundido y sorprendido porque Candy quería hablar con él después de todo lo que le había hecho.
-Bueno ¿Tú quién eres catrín? – Preguntó Tom por fin, aquel joven había sido un apoyo cuando Candy no quería ver a Anthony, pero en ningún momento había confiado en él.
-¿Yo? – Preguntó Terry indignado. - ¿Tú quién eres? – Preguntó Terry con molestia, mirando a Tom celoso y desconfiado. Tom sonrió de lado al ver que aquel joven tenía sentimientos también por la pecosa.
-Lo siento… - Dijo con cierta ironía. – Yo llegué antes que Anthony… - Le dijo queriendo molestarlo.
-Con tú permiso, Grandchester. – Le dijo Anthony pasando frente a él.
-Candy no te merece, eres un maldito que solo se aprovechó de ella y de su amor por ti. – Dijo Terry cuando Anthony pasó decidido a entrar al departamento.
-¡Mucho cuidado con lo que dices, Terry! – Le dijo Anthony sorprendiéndolo para tomarlo por las solapas de su traje. – He soportado tus insultos solo por respeto a Candy, pero te aseguro que en este momento nadie me va a detener. – Dijo el rubio sin bajar la guardia.
-Sabes que no te tengo miedo, Anthony. – Le dijo Terry con el mismo tono de voz que había utilizado el rubio, amenazante, mirando con reto a su rival, quien en esos momentos estaba dispuesto a callar la boca del actor.
-Lo sé… - Dijo Anthony desafiante, quería golpear a Terry, estaba harto de que se metiera en la relación que tenía con la rubia. – Tampoco yo… - Le dijo de nuevo. – Así que si tienes algún problema conmigo, si quieres después lo arreglamos. – Le dijo pensando en hablar primero con su novia.
-¡Cuando quieras! – Le dijo Terry soltándose con brusquedad de su agarre. Tom los observaba con los brazos cruzados, esperando que se enfrentaran o que se soltaran, así podría saber si los debía separar o dejar que se golpearan. – Pero te advierto que si te burlas de Candy…
El golpe que salió del puño de Anthony asestó directamente en la mandíbula de Terry, Anthony estaba harto de soportar su intromisión, sus amenazas, así que se decidió a actuar antes de que volviera a intervenir.
-¡Candy es mi prometida, te guste o no te guste! – Le dijo Anthony con furia, mientras Terry se limpiaba la sangre que corría por su boca, mirándolo con esa mirada filosa que poseía el actor, dispuesto a responder a ese ataque que lo había tomado desprevenido.
- Solo así puedes ganarme. – Le dijo Terry poniéndose en guardia para atacar, dispuesto a responder a ese golpe otorgado.
El primer golpe llegó y aunque Anthony pudo esquivarlo, con el segundo no le fue tan bien, sin embargo él también pudo recomponerse y defenderse de nuevo asestando uno en el vientre del actor, quien hacía lo posible por no recibir otro en su rostro.
-Ya, ya, ya… - Dijo Tom con tranquilidad, poniéndose entre medio de Anthony y Terry. Terry estuvo a punto de golpear a Tom por haberse entrometido.
-¡Quítate del medio! – Decía el actor con molestia. - ¡Tú, no te escondas detrás de las botas de este entrometido! – Decía para molestar a Anthony y continuar con la pelea. Anthony intentó pasar de lado de Tom pero este no lo permitió.
-¡Basta, Anthony! – Dijo Tom deteniendo a Anthony para que fuera prudente. – Candy te espera y este catrín lo único que quiere es hacerte perder el tiempo. – Dijo de nuevo el vaquero, ya cansado de los dos jóvenes tan agresivos. Anthony suspiró mirando a Terry con reto, sabía que no había terminado aquella rivalidad.
-A quien le dices catrín, vaquero de rodeo. – Le dijo Terry mirando a Tom de arriba abajo.
-¡Mira catrín! – Le dijo Tom con molestia. – Yo si soy vaquero a mucha honra, y no lo ando negando como tú que eres un catrín entrometido. – Le dijo mirándolo fijamente. – Si Candy no estuviera tan débil me encargaría yo mismo de ti. – Decía sin miedo.
-Estuviera manco… - Le dijo Terry aceptando el reto.
-Vamos Tom… - Le dijo Anthony quien ya se había tranquilizado. – No tiene caso que te pelees con él. – Le decía intentándolo llevar hacia dentro.
-Tienes razón… - Decía Tom acomodándose su camisa a cuadros para después dar la espalda a Terry y entrar al departamento.
Cuando entraron se encontraron con Candy dormida en el sillón, se habían tardado tanto que la pobre rubia había sucumbido al cansancio que sentía.
-¿Qué está pasando Anthony? – Preguntó Tom con el mismo coraje que tenía desde que se había enterado de la gran noticia.
-Deja llevo a Candy a su habitación. – Dijo Anthony tomándola en sus brazos.
-¿Llevas? Llevamos. – Dijo Tom siguiendo a Anthony hasta la habitación de la rubia.
Una vez que Anthony colocó a Candy en su cama y se encargó de quitar sus zapatos y cubrirla, giró su rostro para ver a Tom, quien lo miraba con los brazos cruzados. Anthony podía ver su molestia en los ojos.
-¿Y bien? – Preguntó esperando que él le respondiera. Anthony suspiró profundamente, sabía que debía explicar también a Tom lo que estaba sucediendo. – ¿Estás o no comprometido? – Preguntó Tom esperando la respuesta de Anthony.
-Con la única persona que estoy comprometido es con Candy… - Respondió Anthony mirándolo a los ojos, seguro que así era. Tom lo miró no muy convencido, queriendo ver en sus ojos la verdad o el engaño que parecía flotaba en el ambiente.
-¿Y la foto del periódico con esa hermosa chica? – Preguntó Tom reconociendo que la "prometida" de Anthony era muy hermosa.
-¿Elisa? – Preguntó Anthony con cierta burla en su voz, para él no era cierto que era hermosa.
-Ella es la nieta de la tía abuela. – Dijo Anthony mirando a su novia, ella sí que era hermosa por donde la viera. – Desde hace tiempo tiene la idea de que lo mejor para mí sería casarme con ella… - Dijo una vez más el rubio. – Vine a Nueva York para huir de esa absurda imposición, no pensaba comprometerme jamás con ella… después conocí a Candy y me enamoré profundamente de ella. – Decía sin dejar de mirar a su verdadera prometida.
Tom miró a Candy confundido, como para Anthony, Elisa no era una mujer bella, para Tom, Candy tampoco lo era, para él era bajita, flacucha, pecosa y además muy enojona y testaruda, la recordaba llena de hojas en el cabello y con las ropas revolcadas después de una pelea entre ellos por defender a Annie.
-Mira Anthony… - Dijo Tom rascando su nuca. – No sé qué pasa entre tú y tú tía Abuela. – Dijo el vaquero intentando actuar en defensa de la joven enfermera. – Pero es verdad que ella cree que hay un compromiso… ya está anunciado y…
-¡Ya fui a desmentirlo! – Dijo Anthony interrumpiendo a su próximo cuñado. – Candy y yo nos vamos a casar en cuanto ella se recupere. – Decía seguro de casarse con ella.
-Primero tienes que hablar con ella… Candy es muy testaruda… - Dijo Tom reconociendo que su hermana a veces era muy necia. Anthony la miró enamorado y se sentó frente a la cama como esperando que ella se despertara.
-¿Crees que debemos llevarla al hospital? – Preguntó con temor al verla tan débil.
-No lo creo… - Dijo Tom seguro de ello. – Candy siempre la pasa mal cuando tiene un problema serio. – Dijo de nuevo mirándola con el amor de un hermano mayor. - ¿Y quién es ese catrín? – Preguntó para saber quién era el joven con el que se había enfrentado.
-Es Terry Grandchester… - Dijo Anthony con frustración. – Está enamorado de Candy desde hace tiempo y la verdad ya me estoy cansando de ello…
-¿Y qué hacía Candy en su departamento? – Preguntó Tom sin comprender por qué la pecosa había salido del departamento de enfrente.
-¿Candy estaba en su departamento? – Preguntó Anthony confundido por aquella pregunta.
-Bueno, no sé… eso me pareció… - Dijo Tom comprendiendo que había metido la pata. – Yo los encontré en el pasillo y creí que venían de ahí. – Dijo mintiendo un poco para que Anthony no desconfiara de su novia. Anthony sonrió de lado.
-Tal vez solo la ayudaba a llegar hasta aquí. – Dijo Anthony no muy convencido, pero estaba seguro que Terry no se atrevería a hacer nada en contra de Candy. – Tengo que reconocer que él no le haría daño… - Dijo seguro de que así era, pero también seguro que no podía confiar en sus sentimientos.
Anthony y Tom comenzaron a platicar de todo lo que había sucedido últimamente en la vida de Anthony, Tom lo escuchaba atento, sabía que aquel joven le decía la verdad, podía confiar en él y estaba seguro que amaba a su hermanita, podía verlo en sus ojos.
-¿Dónde está Annie… y Cassie? – Preguntó Tom con cierto interés por la rubia de ojos azules, sus mejillas se habían coloreado un poco de rojo al mencionar el nombre de la heredera Britter. Anthony sonrió de lado al darse cuenta de lo que sucedía.
-La verdad no lo sé… - Respondió Anthony también extrañado de que no hubiera nadie más en el departamento.
-Hace tiempo que no las veo… - Dijo Tom suspirando.
-¿Te gusta Cassie? – Preguntó Anthony sin querer ser entrometido en la vida de Tom.
-¿A mí? – Preguntó Tom intentando desviar la pregunta. - ¡Para nada! – Dijo intentando ser sincero. – Ella es como la hermana de mis hermanas… solo eso… - Dijo con seriedad, intentando convencerse que así era, ya que gracias a esa admiración que tenía por la joven Britter había decidido salir adelante para tal vez tener algo que ofrecerle en un futuro.
-Es mejor así… - Dijo Anthony convencido de que no era buena idea que siguiera manteniendo esa ilusión por Cassie, sabía que la joven estaba muy enamorada de Terry. – Ella ha mostrado mucho interés en Grandchester… - Dijo Anthony sin querer lastimarlo.
-Ya veo… - Dijo únicamente Tom, sintiéndose de pronto molesto y frustrado. Anthony respetó su silencio y miró a su novia, quien comenzaba a moverse un poco.
-Anthony… - Gimió entre sueños. Anthony y Tom se levantaron de sus asientos.
-Princesa… Candy… mi amor… - Le decía Anthony al ver que la joven enfermera se movía impaciente.
-No… te amo… - Decía Candy comenzando a hablar entre sueños.
-También te amo princesa. – Le decía Anthony sin importar la presencia de Tom, quien al ver que su hermana estaba llamando al joven que amaba, decidió darles unos minutos de privacidad.
Tom salía de la habitación sintiéndose mal por saber que Cassie tenía interés en el catrín con el que se había enfrentado minutos atrás, sentía un malestar en su corazón y unas prontas ganas de llorar, en su mente jamás surgió la idea de que ella encontrara a alguien a quien amar, la veía tan decidida a no enamorarse, tan fría cuando él le había hablado de sus sentimientos.
-Yo no pienso enamorarme jamás… - Le había dicho cuando él se atrevió a confesar que le gustaba. Se maldijo internamente por haber hablado en su momento, pero creyó que si no lo decía estallaría por dentro.
Pocas veces se había sentido como un tonto, y en esos momentos se sentía un tonto una vez más, la primera vez que se había sentido así fue cuando Candy le había ganado con el lazo, la segunda cuando habló con Cassie de sus sentimientos y ella simplemente le dijo que lo quería como a un hermano y la tercera era en esos momentos, en los que por un momento había creído que ella realmente podría amarlo si se convertía en uno de esos chicos burgueses y catrines como del que se había enamorado.
Se sentó en el sofá derrotado, pensando que había sido un verdadero error haber hablado de sus sentimientos con ella, tal vez si se los hubiera guardado esto no dolería tanto. Ahora estaba en Nueva York y debía verla, si tan solo pudiera irse de inmediato, pero Candy lo necesitaba en esos momentos, su hermanita menor siempre había velado por él de alguna u otra forma y él debía velar por ella ahora, debía cuidarla de lo que sea que estuviera enfrentando.
Anthony por su lado observaba que Candy no terminaba de despertar, simplemente decía incoherencias, su preocupación aumentaba a medida que pasaban las horas, parecía como si no quisiera despertar, se sentó junto a ella y la observó enamorado.
-Aquí estoy pecosa, no me iré sin que me escuches… - Le decía acariciando su frente y sus rizos. – Te amo y no voy a permitir que nos separen, serás mi esposa lo antes posible, te lo prometo. – Le decía decidido, seguro que es lo que haría en cuanto apareciera el anuncio donde desmentía el compromiso con Elisa.
Anthony suspiró enamorado una vez más y la observó dormir con detenimiento, besando sus labios con recato, sintiendo el calor de su boca una vez más sobre sus labios logrando estremecerlo.
Continuará…
Hermosas muchas gracias por sus buenos deseos, aqui estoy en recuperación de esta, GAD ojalá prontl pueda actualizar como es debido, por lo pronto gracias por seguir la historia.
Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.
GeoMtzR
16/12/2024.
