El resto de las clases estuvieron inusualmente silenciosas. Incluso Lila no estaba irrumpiendo cada tanto con anécdotas inexistentes, aunque eso no calmaba a Marinette, en realidad, la italiana probablemente estaba planeado la venganza por hacerla quedar mal en su reclamo contra Félix.
La tensión en sus hombros y cuello se estaba volviendo insoportable.
Estaba apuntando los deberes de la última clase y aún faltaban unos cinco minutos cuando divisó a Félix a su lado, ya guardando sus pertenencias. Era apenas evidente que se iría ni bien sonara la campana del final de clases y Marinette decidió que era una sabia elección.
Se apresuró a terminar de escribir y guardó todo. Apenas escuchó la campana, tanto ella como Félix estaban de pie.
El rubio apenas le dirigió una mirada rápida antes de descender hacia la puerta del salón, ignorando conscientemente las miradas de Alya, Nino, Adrien… y la desdeñosa de Lila.
—Lamento lo de Alya —murmuró la chica de coletas mientras salían del edificio —ella es… muy feroz para defender lo que considera que es justo.
Félix resopló, interrumpiendo el discurso de su compañera de asiento —no veo por qué debas disculparte en su nombre, Dupain-Cheng. Fueron sus acciones, no tuyas, y fue obviamente un truco de Rossi en mi contra —aclaró, cabeceando hacia la casa/panadería —sin embargo, si deseas evitar una confrontación con tu amiga, sugeriría que te apresuraras a tu casa y cerraras bien la puerta —carraspeó ligeramente, echando un vistazo hacia el interior de la escuela.
Marinette le dio una mirada con sus bonitos ojos azules ensanchados — ¿Vienen tras nosotros? —susurró, con la angustia deslizándose en su tono.
—Aun no, pero no dudo que ella o Adrien lo hagan pronto —desvió su mirada de la escuela, solo para tener que volver a apartarla cuando se encontró con su mirada azulina —Te acompaño a tu puerta.
—N-no es necesario.
Félix la ignoró, dándole el más ligero empujón para siguiera caminando mientras le hacía una señal al auto negro que lo esperaba —Tonterías, adelante.
Afortunadamente, el semáforo estaba en rojo y pudieron cruzar la calle de inmediato. Marinette se negó a mirar atrás y Félix lo hizo únicamente cuando llegaron a la puerta del edificio. Cómo había predicho, Adrien salió corriendo hasta la puerta de la escuela y estaba mirando alrededor, probablemente tratando de ubicar a Dupain-Cheng.
—Muchas gracias —escuchó a su compañera de asiento, justo cuando vio a Lady Wifi alcanzar a su primo.
—No es gran cosa —Félix la vio entrar en el edificio mientras su transporte se detenía en la calle justo frente a ellos —nos vemos mañana en clase —se despidió mientras se encaminaba al vehículo.
—Hasta mañana —la vio despedirse con una mano antes de cerrar la puerta mientras él entraba al auto y le indicaba al conductor que podían marcharse.
— ¿Marinette? —Adrien la llamó en voz alta, mirando toda la acera a su alrededor, sin encontrar rastro de ella, o de su primo, hasta que algo llamó su atención por el rabillo del ojo.
—A veces no puedo creer la facilidad que tiene esa chica para escabullirse, con lo torpe que suele ser —escuchó a Alya quejarse a su lado.
—Dude ¿No es ese el auto de tu primo? —le preguntó Nino al oído, viendo lo mismo que él.
¿Por qué el auto de Félix estaba saliendo desde el edificio de los Dupain-Cheng?
—Ella no contesta el teléfono —gruñó Alya, bajando su teléfono con la cara de Marinette en pantalla mientras presionaba el botón para colgar.
—Relájate nena —Nino le pasó un brazo por los hombros a su novia —puedes intentarlo más tarde, de todos modos, mañana tienen una reunión con los representantes de todas las clases ¿Cierto?
— ¡Casi lo olvido! —exclamó la morena, llevándose una mano a la frente.
Nino la observó con una sonrisa relajada y le acarició el hombro con suavidad —Bueno, tendrás tiempo de hablar con ella mañana, con calma—mencionó, conciliador.
Alya tomó un momento para respirar profundo y repasar las palabras del DJ —tienes razón, bebé.
Adrien los miró todo el tiempo en silencio, con una sonrisa enternecida, ante el comportamiento de la pareja. Casi dejó ir un suspiro, hasta que escuchó la bocina del sedán plateado. Gorila lo miró detrás de la ventana medio bajada.
El rubio lanzó un suspiro triste, acomodando el tirante de su bandolera —tengo que irme, nos vemos mañana, chicos.
La pareja de lentes lo despidió en coro, dándole idénticas miradas ligeramente tristes mientras lo veían dirigirse de vuelta a su jaula de oro.
—Marinette —Tikki flotó sobre la chica derrumbada en la cama. La oji-zarca abrazaba la almohada contra su cabeza mientras que el almohadón de gato se curvaba a su alrededor, más estrechamente de lo habitual.
—Nunca puedo tener un día de calma con Lila en la escuela ¿Eh, Tikki? —murmuró la adolescente, más para sí misma que para su kwami.
La criatura mágica suspiró tristemente, flotando sobre la cabeza de su elegida hasta reposar en su mejilla —no la dejes adueñarse de tus emociones, Marinette. No le des ese poder —aconsejó la pequeña diosa, acariciando a su niña.
—Pero ¿Qué puedo hacer? —sollozó ella —la escuela es el único lugar que me queda dónde puedo ser solo Marinette. Si Lila me quita eso… —Marinette definitivamente no era tan fuerte con el maestro Fu, ella no era capaz de salir corriendo, abandonar a sus padres y a todos los que conocía y amaba, para dedicarse por entero a ser La Guardiana, ella apenas iba a cumplir quince años, ella no podía cuidar de sí misma y dieciséis kwamis, ella no…
Los kwamis.
Marinette se levantó lentamente de la cama, dándole la oportunidad a Tikki de levantarse de su mejilla, antes de echar un vistazo a su cofre de telas.
En algún momento tenía que pasar ¿No? Bien podría…
— ¿Marinette? —Tikki preguntó, cautelosa al ver el repentino cambio en su portadora, que ahora estaba sentada en silencio, mirando algún punto en su habitación.
Ignorándola o, quizás, sin haberla oído realmente, Marinette se levantó de su cama y bajó despacio por las escaleras. Tikki la siguió. La franco-china se detuvo un momento frente al baúl antes de arrodillarse y escarbar entre los rollos y retazos de tela hasta encontrar en objeto en forma de ovalo rojo con las insignias de los kwamis y su propio patrón en la parte superior.
— ¿Marinette? —repitió la kwami.
La adolescencia resopló con pesadez mientras se dirigía a su escritorio, apartando cuidadosamente el teclado y el ratón para hacer espacio la re-diseñada caja.
—Ya que mis padres no están en casa pensé… que era un buen momento para enfocarme en ellos —comentó ella, con un tono que ni siquiera Tikki logró descifrar. Ella sonaba apagada, carente de emoción en la superficie, pero ocultando algo más. Desde luego, su pequeña catarina se había visto obligada a aprender cómo mantener sus emociones a raya, el conocimiento de que París estaría perdida si Ladybug/Marinette se akumatizara era solo otro peso más en los hombros de su dulce y pobre niña.
Wang Fu podría haber pensado que Marinette sería una maravillosa Guardiana, y Tikki no tenía duda de que ella lo sería, pero también odiaba ver como toda esa presión estaba quebrando lentamente a su pequeña elegida.
Ella había sido tan joven cuando recibió su miraculous, y había sido obligada a crecer y a madurar de golpe, cada vez más y más.
Tikki sabía que el portador de Plagg tampoco tenía una visa fácil. Cada vez que se escabullía para transformarse se arriesgaba más que Marinette a ser descubierto en su casa. Pero, incluso si Adrien había aprendido y admitido que ser Ladybug era más difícil que ser el gato negro, no había mucho que pudiera hacer para liberar un poco de la carga de su compañera.
Probablemente Marinette no lo permitiría, de todos modos.
No desde Chat Blanc.
Marinette, sin saber realmente lo que estaba haciendo, analizó la nueva apariencia de la caja detenidamente, hasta que decidió presionar el botón con su propio patrón de Ladybug en la parte superior. En su forma anterior, la caja exhibía los miraculous después de ser abierta la tapa superior, pero esta nueva versión no tenía nada que ver.
Y tanto que no tenía nada que ver pues, una vez presionó el botón, todas las líneas divisorias en la caja brillaron, antes de que las pequeñas compuertas con los símbolos de los kwamis se abrieran y un montón de haces de luz, de diferentes colores, se dispararon fuera de ella.
Por un segundo ahí, Marinette casi temió que fuegos artificiales estallaran en su habitación.
Gracias al cielo se le había ocurrido hacer esto cuando no estaban sus padres.
Los kwamis chillaron, excitados y animados, cuando se vieron todos libres en el mundo mortal. La habitación donde habían sido llamados por su nueva guardiana era amplia y tenía muchas cosas que la mayoría de ellos no conocía, así que todos ellos se lanzaron a investigar.
Marinette trató de seguirlos con los ojos, solo para asegurarse de que nadie rompiera nada. Tikki había explicado que ninguno de ellos podía salir de la caja (más como una dimensión de bolsillo que tenía la caja como portal) a no ser que se diera el miraculous a un portador y, conociendo al Maestro Fu, dudaba que cualquiera de ellos hubiera tenido tiempo de vagar a placer por el mundo humano en un par de siglos, más o menos.
Sin embargo, casi tiene un ataque al corazón cuando vio que Kaalki y Xuppu se dirigían, raudos y entusiasmados, hacia la ventana.
—Tikki, que no salgan, es pleno día —gritó, mientras ella misma se abalanzaba hacia la ventana.
Tikki se le adelantó, flotando entre la ventana y sus dos hermanos inquietos, y extendiendo las manos para hacer una barrera simbólica —Oh no, no pueden salir de la habitación de Marinette, recuerden que otros humanos no deben vernos —los regañó con seriedad.
El caballo y el mono en miniatura emitieron sonidos de queja, mientras la propia Marinette se cruzaba de brazos justo detrás de Tikki, como una confirmación de límites.
Por otro lado, Wayzz trataba de evitar que Stompp y Orikko dejaran caer el teléfono celular de Marinette.
Daizzi, Roaar y Mullo estaban jugando con los marcadores de colores de la chica y casi empiezan a dibujar en las paredes de no ser porque Tikki se apresuró a detenerlos.
Gracias al cielo que Plagg no estaba aquí. El caos era lo suyo y ya había suficiente en ese momento sin el kwami de la mala suerte.
Sintiendo que la cabeza le iba a estallar, Marinette se llevó dos dedos a la boca y lanzó un silbido potente.
Todos los kwamis se congelaron y voltearon a verla ante el sonido.
—Por favor, dejen todo dónde estaba y reúnanse —pidió con voz gentil pero firme. Ellos podían ser dioses miniatura, pero ella era su cuidadora a partir de ahora, y había que establecer algunas cosas.
Tikki, Wayzz y Sass tomaron la iniciativa e instaron a sus hermanos y hermanas a reunirse frente a su nueva guardiana.
Treinta pares de ojos parpadearon casi al mismo tiempo hacia ella, mientras Tikki flotaba a su lado. En ese momento, Marinette necesitaba que ambas fueran un frente unido si querían mantener el orden entre sus hermanos y hermanas.
Marinette carraspeó levemente, mientras organizaba sus pensamientos —Los conozco a cada uno de ustedes y sé que me conocen, sin embargo… —hizo una pausa, observando a los quince kwamis frente a ella, les dio una sonrisa, y se inclinó como su madre o el maestro Fu lo harían —soy Marinette Dupain-Cheng, la nueva guardiana de su caja. Cuidaré de ustedes y sus respectivos miraculous, así que espero poder llevarme bien con cada uno de ustedes.
Algunos de los kwamis arrullaron, otros se rieron entre dientes, pero todos, con excepción de Wayzz y Tikki, se abalanzaron sobre su nueva guardiana.
Marinette se sintió un poco mareada. Sus ojos trataron de seguir a las pequeñas criaturas mientras varios de ellos hablaban al mismo tiempo.
Daizzi, Roaar, Xuppu y Sass se dirigieron a su cabello. La pequeña serpiente se posó en lo alto de su cabeza mientras los otros tres jugaban con sus coletas.
Stompp, Kaalki y Orikko se sentaron sobre su hombro derecho, Ziggy, Barkk y Fluff sobre el izquierdo.
Trixx, Pollen, Mullo y Longg se abalanzaron hacia su pecho en un abrazo.
Con una sonrisa enternecida, Marinette colocó cuidadosamente una mano sobre los cuatro kwamis en su pecho, devolviendo el abrazo. La otra mano subió hacia donde flotaban Wayzz y Tikki, dejando que la catarina se asentara en ella mientras dos de sus dedos acariciaban a la tortuga.
Marinette sabía que, si a alguien le pesaba la pérdida de memoria del Maestro Fu tanto o más que ella, ese sin duda era Wayzz.
—Muy bien ¿Quieren comer? No creo que tenga los favoritos de todos en casa, pero- —no pudo terminar su ofrecimiento cuando catorce afirmaciones entusiastas la aturdieron —Muy bien, de acuerdo. La cocina está abajo, no quiero que ninguno se separe y si van a tocar algo, tengan cuidado.
Con las dieciséis deidades miniatura sentadas sobre ella o flotando a su alrededor, Marinette abrió la trampilla de su habitación y bajó las escaleras hacia la cocina.
Encargó a Tikki y Wayzz asegurarse que ninguno atravesara paredes o ventanas y reunió algunos diferentes bocadillos de la panadería y algunas cosas del refrigerador, las colocó en una pequeña bandeja que puso en la mesa del salón y ella sentó en el sofá. (Se alegró de que su madre hubiera guardado su viejo juego de té de juguete, las tazas pequeñas eran perfectas para los kwamis)
De inmediato, los kwami revolotearon hacia la bandeja.
Marinette le entregó personalmente un macaron rosa a Tikki, y una tacita de té a Wayzz mientras los otros kwamis elegían qué les gustaba más.
Una vez todos tuvieron algo que comer, Marinette carraspeó una vez más para llamar la atención.
—Quiero que sepan que no me molesta que estén fuera de la caja, pero tenemos que establecer algunas reglas si va a ser así —inició la chica, agradecida de tener la atención de todos.
La joven dejó muy claro como ninguno debía dejar su habitación si ella no estaba para decir que era seguro. Explicó que debían cuidar el ruido que hacían cuando sus padres no estaban en la panadería y que si bien, por lo general tenía mucha privacidad en su habitación, todos debían esconderse apenas escucharan que alguien subía por la trampilla, en caso de que no fuera ella.
A pesar de algunos sonidos de queja, los kwamis fueron comprensibles y prometieron que cumplirían sus reglas. Después de todo, Marinette era la primera guardiana en mucho tiempo que les permitía estar en el mundo humano sin que fuera necesario ayudar a los humanos en situaciones específicas. La Orden de Guardianes no era muy permisiva en ese sentido.
—Dicho todo esto, esta noche tengo patrulla con Chat Noir —añadió la chica, dando una suave palmada —pueden acompañarnos y ver la ciudad si prometen que no se separaran.
Los kwamis celebraron, rápidamente de acuerdo. Había sido divertido pasear con ella cuando Tikki y Plagg fueron robados por un akuma.
— ¿Estás segura de esto, Marinette? —preguntó Tikki, sobre su hombro.
—Estará bien siempre que se comporten. La gente no podrá verlos desde los tejados de noche y solo será por un rato —argumentó, antes de levantar a Wayzz en su mano —entiendo al Maestro Fu, pero no tengo el corazón de simplemente mandarlos a todos a la caja, todo el tiempo.
La pequeña tortuga negó con la cabeza —está bien, Guardiana. Tienes tu modo de hacer las cosas, gracias por ser tan gentil con todos nosotros.
—Les dije que mi chica era estupenda —se rió Tikki suavemente, haciendo que Marinette se ruborizara.
Una vez la bandeja y demás cosas utilizadas fueron limpiadas y guardadas, Marinette mencionó que tenía deberes de clase que hacer, así que los kwamis subieron con ella a su habitación, explorando y jugando mientras la chica trataba de concentrarse.
Félix entró en el departamento, aun pobremente decorado -honestamente, el rubio estaba temiendo el día que su madre decidiera ir de compras para el lugar. Seguramente habría tantas bolsas en la sala que tendría que navegar a través de ellas- para encontrar a su madre en el sofá de color marfil del salón, rodeada de guiones, carpetas, una pila de lo que parecían ¿Cómics?, el celular entre el hombro y la oreja, y una tablet proyectando en la tv una serie de fotografías de lo que, probablemente, era el elenco de la película que estaría dirigiendo.
El chico pensó que su madre no lo había notado entrar, así que trató de no interrumpirla mientras se dirigía a la cocina, sin embargo, -y muy como ella- la mujer giró la cabeza hacia él, y soltó lo que tuviera en la mano derecha para estirarla hacia su hijo, abriendo y cerrando la palma para indicar que se acercara.
Con una pequeña mueca, Félix se desvió hacia el espaldar del sofá y se inclinó para colocar un beso en la frente de su madre. La mujer le dio una dulce y amorosa sonrisa mientras acomodaba el flequillo perfectamente peinado con la mano derecha, antes de darle un suave toque con la yema del dedo índice en la nariz.
Félix no pudo evitar cruzar los ojos ni cerrarlos momentáneamente con el toque juguetón de su madre, provocando que esta se riera, solo para disculparse con quién estuviera al otro lado de la línea y asegurar que estaba poniendo atención.
El menor negó con la cabeza, una suave y pequeña sonrisa se deslizó en sus labios mientras se alejaba, nuevamente hacia la cocina, para lavar su termo de té y tomar un vaso con agua fría.
Entró en la habitación austera y poco personalizada, de todos modos, no es que su habitación de vuelta en Inglaterra fuese demasiado diferente. Había unas pocas fotografías en la mesita de noche: tres portarretratos de colores metalizados; un escritorio con una computadora de dos pantallas; justo por encima de los monitores una repisa contenía una variedad de libros literarios.
Estaba anotando en su cuaderno los puntos más importantes alrededor de la toma de la bastilla -y pensando que, probablemente, debería ponerse un poco más al corriente con la clase de historia- cuando su madre golpeó suavemente la puerta.
—Adelante —enunció lo suficientemente alto para que ella lo escuchara a través de la puerta.
Su madre entró, tomando asiento en el borde de la cama mientras él giraba su silla para verla — ¿Cómo estuvo la escuela hoy, corazón?
Félix se levantó para tomar asiento a un lado de su madre, considerándolo qué decirle ¿Debería contarle del altercado provocado por Rossi? ¿Explicarle sobre la víbora que Adrien estaba empeñado hacer pasar como si nada, que lo había intentado amenazar? Mientras miraba la expresión atenta de su madre decidió que ella no tenía necesidad de preocuparse por ese tipo de nimiedades, él podía manejarlo perfectamente.
—Igual que ayer, mayormente tranquilo —se decidió por una verdad a medias. Generalmente, no le gustaba mentirle a su madre si no era necesario para salvaguardar sus trucos y travesuras —mi clase está bien… excepto por esta chica que… —vaciló, como si apenas estuviera considerando contárselo.
Amelie colocó una mano sobre el antebrazo de su hijo — ¿Qué pasó? ¿Fue grosera contigo?
Félix tomó la mano de su madre, jugando con el anillo de bodas en su dedo. Ella nunca había dejado de usarlo, a él le gustaba eso —no, es solo… es ese tipo de persona, ya sabes, trata de llamar la atención parloteando sin parar y endiosándose con cosas que ni siquiera ha hecho.
—Entiendo, ese tipo de personas están en todas partes, pero ¿Estás seguro de que ella miente? —Félix le dio una mirada segura y asintió —bueno ¿Dijo algo sobre ti?
—No, al menos no todavía, sin embargo —esta vez dudó genuinamente, sobre si exponer más información —parece empeñada en tener a Adrien en la palma de su mano —los ojos verdes de Amélie mostraron sorpresa.
— ¿No me digas que tu primo le cree?
—Él sabe que ella miente, pero no hace nada para detenerla, desalentarla o alejarla —rodó los ojos —honestamente, a veces no reconozco a Adrien, mamá.
La mujer dejó escapar una pequeña risa — ¿Y por qué no le preguntas? —su hijo emitió un sonido de desconcierto y le dio una mirada interrogante —tal vez hay más de lo que puedes notar a simple vista ¿Por qué no le preguntas a tu primo su versión de la historia? Tal vez hay algo que no sabes.
Félix bajó la mirada hacia la mano de su madre entre las suyas, considerando lo que ella acababa de plantear ¿Podría haber algún motivo en Adrien más allá del hecho de que Gabriel lo había vuelto absolutamente sumiso a menos de que le diera una orden directa? ¿Había una excusa válida para ser el muñeco trofeo de Rossi de esa manera?
Suspiró. Ahora tenía la duda en su cabeza y solo había una forma de resolverla.
—Supongo que eso es justo. Tal vez le pregunte —decidió el adolescente.
Con una sonrisa, Amélie llevó su mano libre a la mejilla de su retoño y lo atrajo para colocar un beso en su sien —Bien, te dejo para que termines tus deberes, tengo que volver al trabajo —Félix sonrió breve pero genuinamente ante el afecto —y ves pensando dónde quieras ir a cenar esta noche.
El adolescente asintió antes de que su madre se retirara de su habitación, cerrando la puerta tras ella.
La expresión suave y ligera del rubio se quedó un poco más en su rostro antes de que volviera a su silla para retomar sus deberes. Suspiró. Pronto debería empezar a planear cómo diablos iba a recuperar el segundo anillo de su familia.
Es posible que pronto establezca un horario para este fic. Finalmente encontré un trabajo, es a medio tiempo pero es un trabajo a fin de cuentas y estoy feliz.
Como siempre, gracias a todos los que leen esta historia y especialmente a aquellos que se toman un momento para dejar un comentario. De verdad, no saben lo feliz que me hacen.
Vamos con los rws
Laurenlmprincess: Lila solo acaba de comenzar, se tomó un momento para analizar al nuevo alumno y decidir como proceder pero vemos que ya empezó a moverse. Pero, como dices, Félix no tiene nada que ver con la clase ni con como Adrien maneja las cosas, lo cual dará un giro de 180° grados al status quo de la clase.
Solo queda ver como se desarrolla todo ¿no? n-n
Manu: Claro que el Marichat puede dar contenido genial sin lemon. Son una pareja muy versátil, pueden ser super cursis, de acurrucarse, de consolarse, de hacer tonterías, de noches reflexivas y muchas otras cosas.
El Lukagami es muy popular en el fandom, no me molesta pero tampoco me entusiasma. Pero no veo como funcionarían Luka y Jess, ni siquiera se conocen, nunca han interactuado y, honestamente, dudo que la volvamos a ver a ella y Aeon pronto.
Conozco Fairy Tail y no tengo interés en verlo. A mi mejor amiga le gusta.
No tengo planes de retomar ese fic de pokemon por ahora. Necesita una revisión y ser re-escrito porque tiene muchos errores y cosas que, al verlo yo misma, quiero cambiar, y sin hacer eso no podría seguirlo.
He leído fics con LukAdriNette así que estoy al tanto del shippeo entre Luka y Adrien, sin embargo, para mí son versátiles ambos. Y, al contrario que tú, adoro a Marc y Nath, de hecho, son canon en este fic y tendrán mucha importancia más adelante, ya que Marc hace parte del círculo de amigos cercanos de Marinette. Y nunca me gustó el NathChloé, ni siquiera en los fics donde la redimen a ella.
LordThunder1000: Adrien es un muñequito, pero literalmente, mucha gente lo maneja como se le da gana. El niño necesita crecer y darse cuenta de ello, esperemos que la presencia de Félix pueda ayudar con eso. Estoy absolutamente en el mismo barco que tú, esperando noticias sobre Félix en la serie. Ojala no nos hagan esperar mucho más! Pero yo también voy preparando la nariz roja y el maquillaje xD
Yami96: Gracias a ti por el apoyo. El punto con Félix y Marinette es que sea un desarrollo suave y agradable, me alegra ver que se transmite como quiero!
Sobre los padres de Mari, bueno, su padre la shippeaba con Chat, no creo que tengan mucho problema con los chicos normales xD
Seh, Félix y su negación sobre la importancia de Marinette en su vida. Veamos cuanto tiempo le cuesta a Marinette atravesar esa capa de él. No estoy segura si llamar a eso celos todavía, pero definitivamente llegaremos allí, muajajaja (?
Marc es una bolita de algodón de azúcar, dulce y adorable. Lo veremos mucho, es parte de la red de apoyo de Marinette y él junto a Nathaniel tendrán sus momentos de importancia.
Lila tendrá varios planes, pero Félix también tendrá los suyos. En cuanto a Alya, es un personaje muy ambivalente porque es realmente apasionada y se lanza de cabeza, lamentablemente no siempre analiza las cosas antes de actuar, ese es su mayor defecto, además de ser ambiciosa.
Aún no he decidido si Félix lo sabrá, quiero decir, lo más probable sea que sí, pero no sé cuándo acomodarlo.
Gracias por tus buenos deseos. No tenía covid gracias al cielo, como dije fue solo una intoxicación alimentaria, ya estoy completamente buena y sana. Espero que te haya gustado el cap, y un gran saludo.
Kimberly-miau: Hola, bienvenida! Gracias por darle una oportunidad a mi historia y por dejar un comentario. Me da mucho gusto que notes y aprecies el ritmo y los pequeños detalles, ojalá te siga agradando el desarrollo y me sigas apoyando.
Un gran abrazo para ti, realmente tuve una buena semana, ojalá la tuya sea igual o mejor!
Ana-iniguez2: me alegra leerte de nuevo. El lukanette nunca me soltará por completo, creo que Marinette y Luka hacen una pareja estupenda y nadie me lo saca de la cabeza. Será un reto para mi no dejarme llevar por su buena química en este fic, ya tenemos un suficientes conflictos amorosos como está xD
En youtube hay muy buenas recetas del croque monsieur, algunos más complejos que otros, pero en general es muy fácil de hacer y muy rico.
Todos adiamos a Lila #ArrojenlaAlRioSena xD
Gracias por tus buenos deseos, me he recuperado completamente y me siento genial. Espero que tengas un excelente fin de semana, una aun mejor semana y nos estamos leyendo n-n
