Marinette les indicó hacer una parada en la cocina para conseguir una botella de refresco y vasos antes de subir a su habitación.

Todo estaba en orden y absoluto silencio, para su placer y tranquilidad.

Anticipando este momento, había subido sus creaciones al piso de su cama, así que acomodó a sus amigos en el diván, les pidió a Nath y Marc que arrastraran el cofre más vacío que tenía (no el de la caja milagrosa, obviamente) para usarla como mesa para colocar la merienda y los dejó acomodarse mientras se sacaba el bolso, la chaqueta, dejaba a un lado su mochila y luego subía por el maniquí con el vestido de Aurore.

Fue un milagro de los kwamis que no se cayera por las escaleras con eso encima.
A la mitad del camino, Adrien corrió para ayudarla a estabilizarse, levemente sorprendido por el peso del maniquí y el hecho de que ella lo había bajado sola. Luego ella se rió al notar que Marc estaba cubriendo los ojos de Aurore y Mireille le sostenía las manos para que no se sacara al escritor de encima.

La diseñadora dio una palmada para llamar la atención —bien, damas y caballeros —Mireille la interrumpió sin querer con un chillido de asombro y Aurore estaba prácticamente amenazando para que la dejaran ver —Marc, déjala ver antes de que intente voltearte sobre su hombro —se rió ampliamente.

El pelinegro hizo lo pedido solo para llevarse las manos a las orejas. Nathaniel y Mireille lo imitaron inmediatamente y Marinette, Félix y Adrien justo después cuando la rubia chilló de felicidad.

"Va a gritar de aquí a Burdeos" Marinette y Félix recordaron la expresión de Marc. El rubio pensó que era muy acertado.

Cuando se quisieron dar cuenta, Aurore se lanzó en un abrazo que casi las arroja a ella y a Marinette al suelo. Afortunadamente, Félix y Adrien estaban lo suficientemente cerca como para sostener a las chicas a tiempo de evitar la coalición con el piso.

Mientras, Aurore seguía exclamando —Oh, es tan, tan hermoso. Me encanta, Marinette, sabía que lo harías fantástico. No encontraría nada más perfecto ni en las mejores boutiques… sin ofender a tu padre, Adrien —añadió después.

El rubio aludido se rió entre dientes —ninguna ofensa, Aurore. Incluso padre sabe lo talentosa que es Marinette.

La diseñadora se sonrojó y balbuceó torpemente ante la lluvia de elogios.

— ¿Y bien? ¿Qué esperas para probártelo? —exclamó Marc, en un muy agradecido intento de rescatar a su amiga pelinegra, que casi parecía a punto de entrar en un espiral de nervios.

Aurore bien pudo haber dejado una estela tras de sí cuando se lanzó hacia el maniquí, mirando por todos lados para ver cómo sacarlo y ponérselo.

Después de que Félix y Adrien la enderezaron e instaron a tomar aire y calmarse, Marinette fue y le indicó dónde estaba la cremallera escondida, sacaron el vestido del maniquí y luego extendió la pantalla shoji para que la rubia pudiera cambiarse sin tener que salir de la habitación.

—Realmente se veía hermoso, Marinette. Tenía tantos pequeños detalles —halagó Nathaniel, después de que el momentáneo alboroto terminó.

Marinette le dio una suave sonrisa —sí, gracias Nath.

— ¿Dónde conseguiste esos apliques? —preguntó Mireille —no recuerdo haberlos visto cuando fuimos a comprar los materiales.

Una vez que las comisiones de las dos presentadoras de televisión adolescentes estuvieron concretadas, Mireille y Aurora, junto con la madre de la rubia, habían ido con Marinette para escoger las telas de los vestidos, de ese modo, ambas partes estaban 100% seguras de que las chicas estarían cómodas con el producto final.

—No los compré —corrigió Marinette —los bordé en ese hermoso tul de seda que encontré para la capa superior.

Marinette había suspirado cuando encontró ese rollo de tela escondido entre los estantes, había jugado con ella a la luz, enamorada de como parecía cambiar del azul pálido al plateado.

— ¡¿Bordaste todo esto a mano?! —Aurore se asomó parcialmente fuera de la pantalla para mirar a su diseñadora con los ojos ensanchados. El vestido obviamente no estaba cerrado, ya que el escote estaba flojo, dejando los hombros y la parte superior del pecho de la rubia al descubierto.

Los cuatro chicos en la habitación tuvieron la delicadeza de voltear la mirada, mientras Mireille y Marinette se apresuraban para ayudarle a acomodar todo y cerrarlo.

Una vez todo estuvo en su lugar, Marinette empujó la pantalla para retraerla y le señaló a Aurore dónde estaba su espejo de cuerpo completo.

—Te ves encantadora, Auri —Mireille aplaudió, con una pequeña pero dulce sonrisa. La rubia se ruborizó ligeramente mientras se balanceaba sobre sus pies, tratando de apreciar su vestido desde todos los ángulos posibles.

—El color queda muy bien con tus ojos —aportó Nathaniel, quien había sacado su cuaderno de bocetos y estaba haciendo un bosquejo rápido de la chica en su nuevo atuendo.

—Y me queda como un guante —Aurore deslizó sus manos desde la parte alta de sus costillas hasta su cintura, donde la falda se ensanchaba.

—Hablando de guantes —Marinette murmuró para sí mientras caminaba hacia otro de sus cofres con materiales. Rebuscó un poco antes de sacar algo de encaje blanco, luego tomó un cuaderno de bocetos más grande y regreso junto a la rubia —gira un poco y muévete con él, para asegurarnos que todo se ajusta dónde debe ajustarse y que la falda fluye como debe hacerlo.

Aurore siguió sus instrucciones. Dio un pequeño salto, algunas rápidas zancadas y finalmente giró despacio sobre su propio eje, como una bailarina elegante. Todo con una gran sonrisa complacida.

— ¿Y bien? ¿Estás cómoda? ¿Todo en orden? —preguntó nerviosamente, aun cuando todos en la habitación podían ver que Aurore estaba más que fascinada y satisfecha con su encargo.

—Está perfecto, Marinette —le aseguró la rubia, con una sonrisa más suave.

La diseñadora exhaló de alivio, antes de dejar el cuaderno a un lado —Ahora, sobre los guantes —la pelinegra extendió la tela y cubrió con ella una mano de Aurore —sencillo, para que no choque con los detalles del vestido. Y recomendaría zapatos blancos también —añadió como última ocurrencia, a lo que Aurore asintió —pienso que cortos estaría bien —trazó un límite con sus dedos, unos centímetros más arriba de la muñeca ajena —con un pequeño botón a presión, en la parte interna de la muñeca… también se me ocurrió que sería mejor sin dedos.

Aurore frunció el ceño, extrañada — ¿Por qué eso, Mari?

La pelinegra le devolvió una sonrisa nerviosa —bueno, vamos a tener mesa de bocadillos. De ese modo no tendrás que estar quitando y poniéndote los guantes cada vez que quieras comer algo.

El escritor en la habitación, que se había distraído con los bocetos de su co-creador de cómics, levantó ambas manos, con sus propios guantes de cuero sin dedos —es realmente práctico, te lo aseguro —aportó.

—No chocará con el vestido y le dará un toque más casual —decidió comentar Adrien, después de todo, Aurore lo había invitado junto a una petición de opinión, aunque sabía que había sido más una broma amistosa que otra cosa.

Todos tenían algo bueno que decir sobre el trabajo de Marinette, mientras esta tomaba algunas medidas extra para los guantes. La hicieron sonrojar, pero ella misma estaba realmente contenta con sus resultados.

— ¿Y cómo piensas peinarte? —curioseó Marc, acercándose a las dos chicas junto al espejo.

Aurore tarareó —pensaba soltarlo, tal vez ¿rizado? —dudó ella.

Marc se rió entre dientes mientras se paraba detrás de la rubia y le quitaba las gomas para el pelo, deshaciendo las dos coletas — ¿Qué piensas de esto? —cuidadosamente, Marc peinó el cabello rubio cenizo hacia un lado, enrollándolo brevemente con sus dedos antes de dejarlo caer sobre un solo hombro, luego peinó también su flequillo, curvandolo justo sobre la oreja de la chica —podrías poner el broche justo aquí, sujetando tu flequillo.

Marinette y Mireille mostraron su aprobación haciendo sonreír a la rubia —sí, parece una buena idea. Gracias, Marc.

El pelinegro le dio una bonita sonrisa antes de soltarle el pelo y re-hacerle las coletas.

—De acuerdo. Tu atuendo completo con accesorios estará listo para recoger el lunes —aseguró la franco-china, volviéndose hacia su diván para recoger algo de comer, luego de guardar todo lo referente a sus diseños.

Aurore hizo un pequeño puchero mientras volvía tras la pantalla para cambiarse el vestido —mi madre va a amarlo.

— ¿Marinette? —Mireille le tocó suavemente el hombro —no creas que te estoy apresurado, solo me gustaría saber cómo va mi vestido —preguntó tímidamente.

Marinette la calmó con una suave sonrisa —sin problemas, Mireille. El lunes te diré cuándo puedes venir a probártelo —Marinette quería terminar los atuendos de Mireille y Jagged -si no había contratiempos- para el próximo fin de semana, antes de concentrarse en el suyo propio. Los accesorios combinados de Kitty Section serían más rápidos de hacer y entonces tendría todo más que listo antes del baile.

Cuando Aurore salió en su atuendo habitual, le regresó el vestido a Marinette, quien lo guardó cuidadosamente en una funda para ropa.

Unos pocos minutos de charla y de acabarse los bocadillos después, Adrien anunció que tenía que irse, así que él y Félix recogieron sus cosas y se despidieron. Marinette se ofreció a acompañarlos abajo, pero Adrien insistió en que conocía el camino y que ella se quedara con el resto de sus invitados.

El par de primos bajó de vuelta hacia la panadería y se despidieron educadamente de los padres de su amiga.

—Aquí tienes, querido —Sabine le entregó una caja mediana, con el bonito logo que Marinette había creado a la panadería, con el encargo de Félix dentro, tibio y oliendo delicioso.

Félix inclinó la cabeza en agradecimiento antes de pagar el producto —gracias Madame Cheng.

La mujer les sonrió y les deseó una agradable tarde antes de que salieran del local.

—Adrien —el modelo había abierto la boca, pero su primo se le adelantó — ¿Puedes enviarme fotos de los apuntes del segundo bloque de clases? Honestamente, me aburrí y me desconecté por un rato. Ni siquiera sé si dejaron tarea.

Adrien lo miró con incredulidad, pero asintió —Seguro, lo haré en cuanto llegue a casa. Por cierto ¿Qué compraste? —miró con curiosidad la caja, mientras Gorila daba la vuelta para estacionarse justo en frente, junto con el transporte de Félix.

—Tarta de manzana, es para mamá.

Esa corta respuesta fue suficiente para que el corazón de Adrien se apretara, sus hombros bajaron y el brillo habitual de sus ojos se nubló. A él le encantaría tanto saber que va a llegar a casa después de la escuela y su madre estaría ahí para recibirlo, poder llevarle una chuchería tal como Félix, presentarle a Marinette y a todos sus amigos de la escuela.

Félix se dio cuenta del evidente cambio y, silenciosamente, colocó una mano en el hombro de su primo, en un pequeño gesto de confort. Adrien sabía que era como agarrarle el brazo a alguien que simplemente le dio la mano, pero aun así se inclinó hacia el hombro de Félix y lo abrazó por el torso, permitiéndose un momento de dolor.

El inglés no lo apartó, tampoco lo miró con desprecio como todas esas semanas atrás. Adrien no lo merece, Gabriel Agreste sí. Simplemente lo dejó tener ese momento mientras le daba leves palmadas sobre el omóplato antes de frotar levemente su pulgar a través de la sobre-camisa blanca

Adrien respiró profundamente un par de veces antes de retirarse. Los ojos verdes estaban cristalinos pero ninguna lágrima cayó —Lo siento, Fél.

Félix se encogió levemente —no te disculpes —negó, dándole una última palmada en la espalda antes de dirigirse a su transporte.

Una sonrisa afectuosa se deslizó en los labios de Adrien mientras se subía en su respectivo transporte. Félix podía ser complicado a veces, pero es su familia y lo ama.


Después de charlar un poco más sobre los tres conjuntos de accesorios que Marinette haría para ellos, el cuarteto pasó a otro tema rápidamente.

—Oh, el invitado sorpresa es la comidilla de la escuela —Aurore se estremeció con una sonrisa animada —todo el mundo quiere saber quién es, todos están lanzando y contrastando teorías, creo que incluso hay apuestas clandestinas —se rió entre dientes.

Marinette se tensó ligeramente por el tema.

—Es cierto, es lo único de lo que se hablaba ayer —apoyó Mireille — ¿Qué opinan ustedes?

Marinette irguió la espalda instantáneamente — ¿Uh? ¿Yo? Yo no tengo idea, ni la más mínima idea —se rió nerviosamente.

—Ustedes dos son las celebridades aquí ¿cuál es su teoría? —Marc empezó — ¿Alec, quizás? Tal vez vayan a televisar sobre el baile.

Mireille hizo una mueca y Aurore negó insistentemente con la cabeza —yo espero que no —Marinette suspiró cuando su opinión estuvo fuera de la mira —respeto a Alec como compañero de trabajo, pero es demasiado rápido y crudo para juzgar y burlarse de otros. No voy a culparlo por mi akumatización, porque fui una mocosa en ese momento, pero ¿Vieron cuando la maestra Mendeleiev fue a ese programa de Verdadero o Falso?

— ¿Ustedes también estaban viendo el programa? —curioseó Nathaniel.

Los tres afirmaron —aunque también hay que ver en qué clase de programa se fue a meter la maestra. Ese show tiene siempre tres chistes de jueces ¿Cuál era el punto? —comentó Mireille.

Marc se encogió de hombros — ¿Tal vez solo quería la difusión televisiva? ¿Ver si encontraba apoyo para su investigación? Lo que sea que fuere.

—Pero ¿Qué era de todos modos? —Aurore ladeó la cabeza de un lado a otro —primero estaba muy entusiasmada y luego lo dejó así sin más.

Mireille lanzó una tímida sonrisa —a mí, sus dibujos me hicieron pensar en hadas —mencionó.

Aurore resopló ante esa respuesta, pero le lanzó una mirada amistosa a la de pelo corto.

— ¿Tal vez era algún tipo de insecto poco común? —señaló Marc.

— ¿Un insecto poco común que no aparece en cámara? —la rubia se cruzó de brazos.

Marinette se rió entre dientes y tomó un vaso de refresco mientras sus amigos seguían el debate. Ella necesitaba esto, pasar el rato con amigos y solo relajarse.


Félix llegó a casa con un plan ya formado y detallándose en su mente.

Sabía que, si jugaba bien sus cartas, esto beneficiaría tanto a su primo como a él.

— ¿Mamá? Ya llegué —Félix miró a su alrededor. El sofá, de nuevo, estaba ocupado con libretos, carpetas, la tablet, pero su madre no estaba a la vista.

—Bienvenido a casa, bebé —la mujer apareció por el pasillo, con su teléfono en una mano. Envolvió a su hijo en un abrazo y le dio un beso en la frente — ¿Cómo estuvo la escuela hoy?

—De hecho, quería hablar contigo sobre algo mamá ¿Tienes unos minutos?

Amelie dijo un paso atrás y se cruzó de brazos con una mirada astuta — ¿Estás en problemas, Félix?

El muchacho mantuvo su postura con los brazos tras la espalda —tu suposición me ofende, querida madre.

La mujer se rió entre dientes y le colocó una mano en la mejilla —bien, tengo que hacer una llamada muy rápido, pero después podemos sentarnos y hablar ¿Está bien, bebé?

Félix asintió —por supuesto. También, traje algo para ti —dejó caer sus manos y le enseñó la caja de la panadería. Su madre tarareó con curiosidad hasta que abrió la caja y el agradable olor acarició su nariz.

—Oh, tarta de manzana. Mi favorito —la mujer le dio un beso en la otra mejilla antes de tomar la caja para llevarla a la cocina — ¿No eres un encanto?

Félix se rió entre dientes a la vez que su madre se apresuraba a hacer su llamada mientras buscaba un cuchillo para cortar unas generosas rebanadas.
Mientras tanto, él fue a su habitación a dejar sus cosas y cambiarse el saco por un suéter gris con cuello verde oscuro. Afuera se juntaban nubes grises y empezaba a hacer un poco de viento frío.

Quizás llovería esa noche.

Para cuando salió de su habitación, su madre ya estaba terminando su conversación telefónica y tenía dos porciones de tarta en cada plato.
El adolescente sonrió y colocó la tetera sobre la estufa mientras su madre llevaba el postre a la mesa frente al sofá.

—Muy bien, cariño —Amelie se sentó casualmente en el sofá, mientras su hijo servía dos tazas de té, y con su plato y tenedor en mano —cuéntame de qué querías hablar.

Félix tomó un primer sorbo de su taza mientras terminaba de organizar sus pensamientos —Bien, en primer lugar, sobre mi compañera de asiento —el rubio reprimió un suspiro de mortificación cuando vio a su madre animarse inmediatamente —le transmití tu interés en conocerla y ella estuvo de acuerdo —ignoró deliberadamente la sonrisa de victoria de su madre —me dijo que elijas una fecha en que no estés ocupada con el trabajo y ella se acomodará a eso.

— ¿Le has hablado de mi trabajo? —no pudo evitar preguntar la mujer.

—Ella reconoció la empresa familiar como la productora de la película de la tía Emilie —explicó él. Uno de los temas que habían tratado en el camino de vuelta a la escuela fue sobre el día que Adrien se había escabullido -y la había arrastrado con él- a ver Solitud. Félix casi había perdido la compostura para reírse de la foto de ellos dos en la fuente del parque. Casi —y le platiqué un poco sobre tus responsabilidades.

Amelie estaba cada vez más curiosa hacia esta chica. Su bebé jamás había sido particularmente conversador, fuera de ella y su marido. Incluso en los eventos sociales el niño prefería mantenerse cerca de ellos, dónde los demás adultos poco lo notaban, o cerca de Adrien si se daba la oportunidad, tolerando a la hija de Audrey solo porque su presencia generalmente apartaba a otras niñas.

—Bueno, tenemos que concretar esa reunión pronto —declaró, feliz de que su niño, de hecho, hiciera una amiga. Tomó un buen trozo de su tarta y el dulce sabor se derritió en su lengua. Estaba fantástico — ¿Y? ¿De qué más querías hablar?

Félix también picoteo su plato antes de continuar —tiene que ver con Adrien —ahora, Amelie se reacomodó en el sofá mientras levantaba una ceja —al parecer, nuestra clase tiene un pequeño evento planeado para este fin de semana.

—Oh ¿Como un paseo escolar? —Amelie recordaba con cariño las salidas del internado en Londres. Planetarios, visitas al Big Ben, los mercados cerca del Tamesis. Las excursiones a Cambridge y Oxford, y el paseo de fin de año al Parque Nacional South Downs y sus famosos acantilados blancos.

Pero Félix negó con la cabeza —no es un evento escolar. Simplemente la clase poniéndose de acuerdo para hacer un picnic en el parque frente a la escuela —Amelie asintió en comprensión —para ser concreto, Adrien no cree que su padre le de permiso de asistir, en cambio me preguntó si podíamos hacer algo juntos el fin de semana, aunque es evidente que quiere ir al dichoso picnic.

Amelie resopló molesta, no por primera vez, con la elección de marido de su hermana gemela. Adrien no se merecía vivir como si estuviera bajo arresto domiciliario. Ni tendría qué, si Gabriel no lo hubiera convertido en, prácticamente, la única cara de su marca.

—Pretendes que le diga a Gabriel que me robaré a su niño por un día para un poco de tiempo en familia mientras ustedes dos van a ese evento —adivinó la dama.

— ¿Los dos? —Félix arqueó una ceja, simplemente había pensado en darle una tapadera a su primo y reconstruir un puente de él y su madre hacia Gabriel.

Amelie reflejó su gesto — ¿No pensabas ir con tu primo?

—Realmente preferiría evitar cualquier convivencia, más allá de la necesaria, con mis compañeros de clase faltos de neuronas o sentido común —estableció —ya te he contado como parecen todos caer bajo las palabras de una mentirosa —Félix había ido soltando pequeñas cantidades de información al respecto a su madre. Aunque no había referido su charla de ayer con Adrien, sí le dijo que había escuchado su versión y Amelie no había presionado al respecto.

—Pero tu primo estará ahí y ¿Tu amiguita también? —insistió, con una sonrisa traviesa.

Félix ladeó su cabeza de un lado a otro un par de veces —creo que sí, ella no pareció negarse a la idea y, de todos modos, vive literalmente enfrente.

Amelie se animó de nuevo — ¿Has estado en su casa?

Un poco distraído con la intención de su madre de que participara en el picnic, Félix respondió sin pensar —fue dónde almorzamos los primeros días. Ella vive sobre una panadería muy famosa que manejan sus padres —hizo un gesto hacia su tarta casi terminada —fue dónde te compré esta tarta.

Amelie parecía una niña pequeña tratando de reprimir su emoción. Apenas podía contener su sonrisa.

—Bien, hablaré con tu tío. Luego del picnic podemos realmente pasar un poco de tiempo los tres juntos —suspiró suavemente — ¿Es sábado o domingo?

Félix se encogió de hombros —te lo haré saber mañana.

Amelie asintió antes de que Félix desviara la conversación a su trabajo.


Palabras: 3.510


Sorrrrry! Se suponía que iba a subir este cap ayer por la tarde, pero pase el día en modo super pereza, luego me puse a ver maratón de pokémon y a la final se me olvidó. Perdón n_nU
De nuevo, pueden encontrar le vestido de Aurore en mi instagram, en las historias.

Espero que les haya gustado el cap.

Vamos con los rws!

Laurenlmprincess: Que gusto! Gracias por seguir apoyando mi historia n-n

AitoLight145: Ni tan tarde. Pero siempre estoy feliz de leerte n-n
Me alegra que ya estes completamente vacunada!
Ohhhhh! Absolutamente me encanta la idea de Amelie enseñando las fotos de bebé! Me imagino a Félix tipo: -_- ¿por qué diablos te trajiste eso desde Londres? Y la mamá tipo: he estado esperando este momento por mucho tiempo, querido n_n mientras Marinette de fondo arrulla por las fotos xD
Bien dicho, ahora, explícaselo a Alya xD
Oh, Félix se pondrá en pie por ella, pero no será el único que lo haga respecto a ese asunto en específico c;
Amaría ver flash backs de Adrien y Félix chiquitos en la serie, haciendo travesuras! Lo necesito señores escritores/animadores!
Seh. No hay discusión allí. Audry es una madre fatal.

Estaba esperando específicamente que alguien hiciera un comentario sobre las joyas y las flores en el pelo xD Hace parte de una serie de pequeños detallitos a lo largo del fic que demostrarán cómo Félix está sintiendo cosas más profundas por Marinette.
Te amaré y chillaré como Aurore si haces ese dibujo!

Absolutamente desesperado. De verdad me encataría saber qué diablos pasa por su mente cuando re-akumatiza a Gigatitan y al Sr. Pichón ¿creen que aprenden algo cada vez que pierden o algo así? ¡Ni siquiera mantienen recuerdos de su akumatización y uno es un bebé! ¿Alguien piensa en el trauma con el que crecerá ese niño?
Esa frase en vez de ganarle un oscar, será su ruina xDD
Estoy segura que aparecerá Aurore, al menos como personaje de fondo, pero de todos modos fue uno de los akumas más importantes de la primera temporada porque fue literalmente la del primer episodio en estrenarse.

Un abrazo, amiga.

Manu: El Lukanette me sobrepasa.
Gracias por poner el nombre del ship. Es tan largo que siempre termino olvidando el orden de los personajes, aunque seguro que hay gente que lo llama diferente.
Seh, el diseño de Alya no fue la gran cosa. El capitulo en sí no me pareció la gran cosa, solo Marinette demostrando que su confianza en Alya es más fuerte de lo que debería y que Alya se distrae con facilidad de lo que ser un héroe significa.
El asunto de Chat siendo siempre el sacrificado y el que recibe los golpes es un estándar que la serie estableció mudamente. Se supone que Ladybug y Black Cat son iguales, sin embargo, con la formula de la serie, es importante que Ladybug siempre llegue al final de la batalla, porque ella es la que cura todo, la que arregla la ciudad, la que trae de vuelta a las personas que perecieron en el ataque, esto deja un desvalanceo de poder entre los dos que deberían ser compañeros e iguales, y pone a Chat en una situación de inseguridad sobre su propia importancia, y a Ladybug en una cuesta arriba para tratar de hacerle entender que él es su compañero y no un subordinado o un seguidor.
Lo de Alya venciendo a Chat si es ridiculo. Chat tiene más experiencia y Adrien tiene conocimiento previo en algún tipo de arte marcial ¿Alya? ¿qué hace ella? Ser un héroe recurrente, con poca experiencia y hacer parkur por las calles de parís con su novio además del just dance? Por-fa-vor. Un poco de respeto.
Tengo curiosidad por psycomidian solo porque espero algún tipo de referencia al Joker xD
Uhg, sí. Odio pensar que Marinette podría revelarle su identidad a Adrien. La chica puede ser super centrada y responsable cuando quiere, pero su obsesión por el chico la vuelve un desastre. Otra de las razones por las que ya no me gusta la mayor parte del cuadro amoroso.
Tal como están las cosas veo muy difícil que Félix consiga uno de los miraculos que tiene Gabriel porque el tipo siempre los lleva consigo. Una cosa es deslizar un anillo y otra es sacar un broche que el man lleva bajo la corbata.

Un saludo.

Marianyelilisbeth: Me hace feliz que te haya encantado n-n
Alya es ambiciosa de cuidado y con personas como Marinette que tienden a dar y dar desinteresadamente, es una combinación peligrosa.
Me alegra mucho que mi historia te interese tanto. Gracias por el apoyo y por tomarte el tiempo de dejar un comentario, realmente lo aprecio mucho.
Nos estamos leyendo. Que tengas una gran semana!

LordThunder1000: Boda! Boda! Tendremos una-! Espera- qué?
xD
Seh! Calmate que apenas tienen como quince años xD
Un fuerte abrazo para ti también. Gracias por pasarte a comentar.

Saludos.

Karen Agreste: xD seh- hay que bajarle a las películas de terror (dice la que le encantan xD) pero eh! Lila sin lengua no es una mala imagen mental =9
xD Adrien tipo: ¡¿De qué me perdí?! Va a estar así unas cuantas veces más xD
Me hace feliz que te gustara. Gracias por comentar.

Un abrazo!