La patrulla había sido un buen momento.
Ningún kwami se había desviado o extraviado, lo cual, en sí mismo, Marinette contaba como una victoria.
Chat no había aparecido en ningún momento, pero los parisinos recibieron de buen agrado a Viperion.
La mayoría de ellos, al menos.
El insecto y la serpiente se reunieron una vez más en el techo donde habían empezado. Los kwamis se juntaron nuevamente alrededor de su guardiana, y los dos héroes se despidieron con suaves abrazos y deseos de buenos sueños antes de dirigirse, cada quien, a su habitación.
Los kwamis habían gastado una buena cantidad de energía, así que simplemente buscaron sus bocadillos favoritos y luego se movieron a sus lugares preferidos para dormir, mientras Marinette se daba una agradable ducha caliente, lavando su pelo en el proceso, y se cambiaba a un pijama cómodo y abrigado.
Las nubes se veían densas esa noche. Probablemente llovería en algún momento, o quizás por la mañana.
Regresar a su habitación la hizo mirar las bolsas que ella y Félix habían llevado a su estación de costura, pero también la hizo ver el pequeño desastre que habían alrededor de su diván, de cuando sus amigos estuvieron ahí con ella.
Había estado evitando mirar esa zona durante la tarde, mientras se ponía al día con sus deberes. Mirar hacia allí desencadenaba recuerdos, lágrimas, dolor, auto-desprecio.
Ocupada. Marinette necesitaba mantenerse ocupada para no pensar en eso.
No quería pensar en Alya, ni en su pelea. Mucho menos en lo que le esperaría de la clase a la mañana siguiente.
Sí. Definitivamente necesitaba mantenerse ocupada.
Y tenía la forma perfecta.
Ya había cortado la hermosa seda degradada que había comprado para el regalo de Nathaniel. Y el patrón que necesitaba ya lo tenía hecho.
Así que tomó las piezas y se dirigió a su silla de escritorio, rodando en ella hasta la zona de su mesa que estaba directamente bajo una lámpara; consiguió una aguja, los hilos adecuados y empezó a trabajar, después de colocar música de fondo, cuidando el volumen, por supuesto, para no alertar a sus padres.
Tikki y algunos otros se reunieron a su alrededor, observando su proceso.
Alguien, en algún momento, preguntó si no debería irse a la cama pronto.
Marinette respondió que no tardaría más de una hora en completar la pieza y que, de todos modos, no tenía sueño.
Mentirosa. Ella era una mentirosa.
Casi finalizando el artículo se pinchó el dedo. Los ojos se le nublaban por momentos de cansancio, pero Marinette era terca.
Irse a la cama significaba tener tiempo para pensar. Pensar la conduciría al mismo camino oscuro que había tomado su mente más temprano ese día.
Marinette no quería caer por ese camino oscuro otra vez.
Entonces, necesitaba hacer cosas que la mantuvieran ocupada.
Bajó a la cocina y se preparó una taza de café doble con leche, azúcar, canela y caramelo. Afortunadamente nadie estaba despierto ya.
Volvió a su habitación con su bebida en un termo, tomando un largo sorbo para recargar sus pilas.
La mezcla de cafeína y azúcar no tardó en calentar sus venas y avivar su cerebro.
Marinette terminó su trabajo pocos minutos después de eso.
Una hermosa corbata inspirada en Renart para Nathaniel.
Incluso se tomó el trabajo de envolverlo para dárselo mañana a Marc.
Pero ahora no tenía nada más que hacer.
Las fotos de Adrien habían sido removidas de sus paredes. El horario había sido limpiado y cambiado para reflejar su propia agenda. Incluso la pizarra de corcho junto a su cama había sido alterada para retirar la mayoría de las fotos. Y la caja de los miraculous estaba camuflada a salvo en una caja de costura bajo clave.
Marinette decidió que a sus electrodomésticos les hacía falta un poco de limpieza.
Desconectó su computadora y la limpió, parte por parte, usando un pequeño pincel para limpiar entre las teclas del teclado y un paño para dejar la pantalla reluciente.
Luego pasó a su consola de videojuegos.
Y después, decidió que a su escritorio le vendría bien una reorganización.
Las sugerencias de Tikki y los otros kwamis sobre irse a la cama fueron fácilmente desestimadas e ignoradas por la niña, mientras buscaba más cosas que hacer y se acababa su café. Su cabello aún no estaba seco, después de todo, y nunca era una buena idea quedarse dormida con el cabello mojado.
Eran, aproximadamente, las 3:20 de la madrugada cuando la diseñadora tropezó en su diván y se quedó dormida allí.
Los kwamis, que habían hecho rondas entre ellos para que un pequeño grupo siempre estuviera al tanto de su guardiana, agarraron la manta de su cama y la cubrieron con ella, mirándola con un poco de tristeza antes de acurrucarse cerca.
.
Fue irónico y ridículo lo fácil que resultó a Marinette levantarse por la mañana.
Incluso con la alarma del despertador sonando desde el altillo de su habitación, mientras que ella estaba abajo en el diván.
Hacía un poco de frío, y el sonido característico de la lluvia golpeando contra el techo llenaba el silencio de la habitación.
La franco-china se levantó en silencio estirando su cuerpo mientras agradecía a los kwamis por haberla cubierto. Ni siquiera podía recordar a qué hora se había quedado dormida, pero no le importó. No hubo pensamientos descendentes, ni sueños que pudiera recordar.
Se aseó y trató de domar el nido de pájaros que era su cabello mientras decidía su atuendo.
No se había visto al espejo desde anoche, nada más que de reojo, cuando fue a bañarse.
Cuando lo hizo ahora, se topó con grandes bolsas oscuras debajo de sus ojos.
Bien, nada que un poco de maquillaje no pudiera encubrir.
Al menos sus ojos no estaban hinchados. La piel sensible sería molesta de maquillar.
Una vez que aplicó y difuminó el corrector lo mejor que pudo, pasó a su cabello, peinándolo hacia atrás y simplemente dejándolo caer sobre sus hombros. Había formado pequeños bucles durante la noche y supuso que no se veía tan mal una vez que lo repasó con el cepilló. Finalmente tomó su amado Ramillete de Perséfone y lo extendió sobre la línea que separaba su flequillo, usando pequeñas horquillas oscuras para asegurarlo en su lugar. También encontró un labial de tono rosa parecido a los cuarzos y lo dejó al alcance para cuando regresara a lavarse los dientes.
Una vez regresó a su habitación, vio que los kwamis habían trabajado nuevamente en su atuendo para el día. Habían jugado con el rosa y el verde para que pudiera combinar nuevamente con su sudadera de Chat, probablemente tomando en cuenta el clima lluvioso y frío.
Se colocó los leggins verde pálido con forro térmico y un vestido de lana gruesa color rosado que le llegaba a la mitad del muslo, las mangas eran rectas y le llegaban justo a la muñeca. No por primera vez, se felicitó mentalmente por hacer la sudadera más grande que su talla habitual.
Realmente necesitaba decidir el estampado en la espalda si iba a seguir usando la prenda tan frecuentemente… ya tenía una buena idea de lo que sería.
Marinette sonrió por primera vez esa mañana ante el pensamiento, mientras se calzaba unas botas rosadas con flores negras pintadas. Bien, algo más en lo que ocuparse.
Repasó los libros y cuadernos que necesitaba llevar hoy y se aseguró de guardar el regalo para Nath. Finalmente, ella y Tikki se despidieron de los demás kwamis antes de que pudiera bajar por las escaleras hacia la cocina.
Su abuela estaba junto a la mesa, poniendo dos platos de panqueques con miel y mermelada de mora.
—Mi hada, buenos días —la mujer extendió un brazo hacia la niña, claramente esperando un abrazo.
Marinette dejó su mochila en el espaldar de una silla y luego complació a su abuela, abrazándola por la cintura y enterrando su rostro bajo su cuello —buenos días, Nonna —ella arrulló suavemente, con una pequeña, pero genuina sonrisa.
Gina pasó una mano por el cabello oscuro de su única nieta, cuidando no desacomodar el adorable accesorio en él —oh, mira nada más. Alguien ha estado creciendo un poco —ella celebró, haciendo que Marinette se separara para mirarla confundida —la última vez que estuve por aquí apenas me llegabas al pecho —la mujer trotamundos puso su mano plana, con la palma hacia el suelo, a la altura de la mitad de sus pechos; luego la movió hacia arriba, justo bajo su barbilla, para señalar la diferencia de estatura.
Eso serían, al menos, cuatro centímetros, Marinette notó con sorpresa.
¿Tal vez por eso se sentía cada vez más cómoda en la ropa que ella misma se hacía a medida, que en las cosas que había comprado el último año?
Era una sorpresa, Marinette estaba empezando a resignarse de haber sacado su estatura del lado de su madre en lugar de su padre, ya que las niñas comenzaban y terminaban de estirarse antes que los niños. El hecho de que estuviera creciendo aún a los quince era una buena señal.
—Ni siquiera lo había notado, creo que tienes razón abuela —ella sonrió un poco más, recibiendo un beso amoroso en su frente.
Gina miró un poco más a su nieta, obligándose a no fruncir el ceño cuando notó los ojos un poco apagados la piel pálida y el maquillaje centrado en el área de sus ojos. Era más que evidente para ella que su niña no había dormido muy bien anoche.
Sabiendo que Marinette solo se cerraría si intentara mencionarlo, en cambio, sugirió que desayunaran para que no se le hiciera tarde para la escuela. Marinette estuvo de acuerdo antes de poner la cafetera a funcionar.
Había estado lloviendo al menos dos horas y las calles estaban realmente empapadas. La panadería estaba un poco más tranquila que de costumbre por el mismo hecho, por lo que su madre subió en algún momento mientras ambas desayunaban y abrazó suavemente a su hija, preguntándole cómo había dormido.
Marinette compuso una sonrisa falsa en su rostro y dijo que había estado lo suficientemente abrigada para que el clima no molestara su sueño.
No había sido una respuesta directa, pero al menos no había mentido otra vez.
La niña bajó su último bocado de panqueques con un vaso de leche y se disculpó para subir a lavarse los dientes. Una vez hecho eso, y aplicado el labial previamente escogido para tratar de no lucir tan pálida como su espejo sugería, Marinette regresó a la cocina para llenar su termo con la misma mezcla de la noche anterior.
Besó la mejilla de su abuela y la de su madre antes de salir del departamento.
— ¿No está tomando mucha cafeína? —Gina preguntó, una vez que la escucharon bajar se escaleras.
Sabine suspiró, apoyando su mejilla en una mano mientras ladeaba su cabeza —he intentado que lo sustituya, al menos parcialmente, con algo de té… pero es un proceso.
Gina tarareó en respuesta.
Marinette estaba a un lado de la puerta del edificio, a punto de tomar su sombrilla, cuando escuchó a su papá llamarla desde la panadería.
La adolescente exhaló un suspiro mudo y atravesó el pequeño espacio que separaba la puerta lateral del mostrador.
— ¿Sí, papá?
Marinette fue recibida con la familiar mano grande de su padre sobre su hombro, probablemente habiendo notado el adorno en su cabello y no queriendo estropearlo. Los dedos acariciaron su hombro con amoroso cuidado antes de darle un suave apretón y soltarla, girándola con el mismo cuidado hacia el área de la tienda.
De nuevo, la sonrisa forzada que Marinette pintó en sus labios se derritió algo más sincero y genuino cuando vio que Félix, Marc y Mireille estaban allí. Esperándola.
—Buenos días a todos —saludó suavemente, pasando debajo de la división del mostrador después de darle un abrazo a su padre.
Los dos miembros de la otra clase la saludaron con un abrazo conjunto, regresándole los buenos días junto con pequeños cumplidos por su atuendo.
Félix esperó hasta que los pelinegros la soltaran para darle su propio saludo, levantando su mano para presionar un beso sobre sus nudillos.
No pudo evitarlo. Ella se veía tan hermosa, y usaba de nuevo su obsequio con orgullo.
Además, casi parecía que iban a juego. Él estaba usando una chaqueta negra, a juego con su habitual conjunto elegante. Y la bufanda que ella le había hecho.
—Buenos días, Bluebell —él le susurró, mientras ella deslizaba la yema de sus dedos sobre la tela que ella misma había cortado, cosido y bordado. Casi como si no creyera que él realmente estaba usándola.
Para su buena suerte, ella estaba de espaldas a su padre mientras todo esto sucedía. Lo último que necesitaba era a su padre emocionado sobre su nuevo enamoramiento, como lo estuvo con Chat Noir.
Hablando de Tom, el hombre los llamó antes de que salieran para entregarle a Marinette una cajita de la panadería para ella y sus amigos.
—Aún está tibia —se dio cuenta la adolescente — ¿Qué hay dentro, papá? —el hombre sólo le dio un guiño de ojos y le indicó que le abriera — ¡Cannoli! ¿Los hiciste para la abuela?
Tom se rió entre dientes —que va. Mamá se despertó temprano y los hizo ella misma.
Marinette levantó la cabeza de la caja llena de bocadillos justo al momento en que su abuela y su madre entraron en el local — ¿La abuela? —miró hacia la mujer mayor con una sonrisa bromista —y aquí crecí pensando que lo de hornear venía de parte del abuelo.
Gina se rió jovialmente —oh, Marinetta ¿Quién crees que le enseñó la receta original de cannoli a tu abuelo? —se llevó las manos a las caderas —ahora, personalmente, esta es mi variante favorita. Por favor, pruébenlo y díganme qué piensan.
Marinette les ofreció uno a Mireille y Marc, quienes miraban la caja con curiosidad, a cada lado de la chica. Ambos agradecieron tanto a nieta como a abuela. Luego le ofreció otro a Félix, y finalmente tomó uno para sí misma.
Todos zumbaron de placer.
Marc se cubrió parcialmente la boca con una mano —están realmente deliciosos, señora Dupain ¿Tiene chocolate además de la ricotta?
Gina asintió —un toque de crema de avellanas en la masa antes de poner la ricotta, que tiene algunas chispas de chocolate también, pero no demasiado —guiñó un ojo.
—Y aún están tibios. Perfectos para este clima frío y lluvioso —Mireille añadió, aun deleitándose con la consistencia de la masa.
—Abuela, ¡están increíbles! —Marinette arrulló, haciendo que tanto sus padres, como su abuela sonrieran por su genuina e inocente emoción.
—Estoy de acuerdo, son realmente agradables —el mismo Félix añadió, relamiendo sus labios de forma discreta.
—Aprecio los halagos. Tomen más, si quieren. Y llévales al resto de tus amigos, mi Marinetta —la matriarca ofreció, de buen humor.
Marinette asintió mientras Mireille y Marc tomaban su segundo bocadillo —lo haré, gracias abuela. Tenemos que irnos.
— ¡Tengan un buen día en la escuela! —los tres adultos ofrecieron, casi en sintonía.
Félix, Mireille y Marc agradecieron sus buenos deseos, mientras que Marinette les sonrió —nos vemos en el almuerzo.
Saliendo del local, con la campanilla sonando sobre ellos, Mireille y Marc recuperaron sus sombrillas, que habían dejado colgando en un pasamanos justo afuera del local. Solo entonces, Marinette se dio cuenta de que había olvidado tomar la suya cuando su papá la llamó.
—Oh, olvidé mi sombrilla —ella se llevó una mano a la nuca, avergonzada —sigan adelante, iré en un momento.
Casi se había girado de vuelta al interior cuando Félix puso una mano en su hombro para detenerla, habiendo recuperado su propia sombrilla —no es necesario. Ven conmigo —extendió su brazo libre para ella y Marinette no tardó en tomarlo, equilibrando la caja de cannoli en su otro brazo para permitir que ambos se resguardaran de la lluvia bajo la capa impermeable.
El pequeño grupo cruzó la calle despacio. Mireille y Marc se quedaron detrás de los compañeros de asiento. La chica del clima murmuró algo en el oído de Marc que le pintó una sonrisa suave en los labios del oji-esmeralda y lo hizo asentir.
"¿No crees que se ven muy bien juntos?"
El escritor estaba cien por ciento de acuerdo.
Una vez pasaron los escalones hacia el interior de la escuela, y los tres empezaron a recoger sus sombrillas, Marinette jadeó sin aliento, recordando otra cosa.
Le pidió a Mireille que sostuviera la caja mientras buscaba en su bolso un paquete mediano.
—Aquí, Marc, justo como lo prometí —ella susurró a su amigo de la infancia, poniendo el regalo envuelto en sus manos antes de darle una sonrisa suave —tú puedes —ella lo animó en voz baja.
Marc se sonrojó un poco, pero aceptó el paquete con un suave apretón a las manos de su amiga —gracias Marinette. Te haré saber qué dice Nath… si es que acepta —añadió, nervioso.
Marinette le dio una palmada de ánimo en el brazo —lo hará, confía en mí.
Una bicicleta familiar frenó justo afuera de la escuela, llamando la atención de Marinette: Los gemelos Couffaine.
Juleka se bajó de la bicicleta de su hermano, agradeciéndole con un beso en la mejilla. Ambos llevaban chubasqueros impermeables, de color aguamarina y violeta respectivamente.
Luka sonrió y le dijo algo en respuesta, antes de notar a sus amigos cerca de la entrada. Los saludó con la mano, recibiendo respuestas similares, aunque su curiosidad despertó cuando su mejor amiga le hizo señas para que se acercara.
Asintiendo, Luka bajó de su bicicleta, asegurándose de seguir cubriendo el asiento bajo su chubasquero, y la subió al andén, dejándola bajo techo antes de acercarse.
—Aquí. Mi abuela hizo estos. Quería que lo compartiera con mis amigos —la oji-azul ofreció, cuando Luka la miró interrogante.
El músico sonrió con gratitud, tomando uno para él y otro para su hermana, a instancias de Marinette. Explicando que las botas para el agua de Juleka se habían dañado recientemente, y aún no las había reemplazado, por lo que la trajo para evitar que se empapara los zapatos en el camino a la escuela, cuando le preguntaron por qué había traído a su hermana a pesar de que muy probablemente llegaría tarde a su propia escuela.
—Dale las gracias a tu abuela de mi parte, mélodie —Luka le acarició el cabello mientras se despedía —Y que tengan un buen día todos, tengo que irme ahora. Nos vemos —se inclinó hacia su hermana para darle un beso en la frente antes de recuperar su bicicleta e irse.
— ¡Ve con cuidado! —tanto Marinette como Juleka le dijeron antes de que se alejara mucho, aunque la voz de la mayor se perdió un poco bajo la de Marinette, Luka la escuchó a ambas y les hizo un gesto con la mano antes de empezar a pedalear.
Juleka se volvió hacia Marinette con una expresión un poco incómoda, pero tratando de darle una sonrisa —g-gracias por el bocadillo, Marinette —le dijo en voz baja, pero lo suficiente como para que su compañera de salón la escuchara —y… te ves bien —añadió, señalando su sudadera.
Marinette le regresó una sonrisa incómoda, pero agradecida —gracias, Juleka.
La más alta asintió y empezó a sacarse el chubasquero mientras se dirigía a los casilleros.
Casi de inmediato, Aurore y Nathaniel llegaron, bajo sus respectivas sombrillas. La rubia sonreía de buen humor, casi pareciendo que bailaba bajo la lluvia con su caminar rítmico y su eterna sombrilla extendida, usando una gabardina tipo vestido de color azul hielo con burbujas y rombos en la parte baja de la falda, y mallas blancas gruesas.
El pelirrojo, por su lado, estaba enfundado en una cazadora de cuello alto, color gris claro y llevaba botas en lugar de zapatillas.
Los dos recién llegados se unieron al grupo mientras caminaban a través de la escuela y agradecieron a Marinette por los bocadillos, añadiendo sus propios halagos a la lista que la niña tendría que transmitir a su abuela.
Hablando de ella, Marinette sentía que las pocas horas de sueño, con las que había estado funcionando hasta ahora, se acababan. Necesitaba llegar a su asiento y tomar un largo trago de su termo si quería durar al menos las primeras clases.
El grupo se dividió frente al salón de Bustier, dejando que Félix y Marinette entraran mientras Nathaniel reafirmaba, con Marc, su almuerzo juntos.
Las tres chicas tuvieron que obligarse a no mirarlos fijamente y ahogar sus arrullos de ternura.
Félix simplemente negó con la cabeza antes de volver su atención al salón solo para darse cuenta de que Adrien ya estaba allí.
El chico estaba repasando alguno de los libros de texto. Matemáticas, notó después de una inspección más cercana, y había cambiado su sobre-camisa blanca por una americana del mismo color, con el logo de Gabriel, esas líneas en forma de mariposa, en la solapa, con hilo plateado.
Y una bufanda azul… un poco familiar.
—Buenos días, primo. ¿Madrugaste hoy? —saludó, sin contener una pequeña sonrisa sarcástica.
Adrien levantó la mirada de su libro, respondiendo con una suave sonrisa, en absoluto afectado por su tono —Hola, Fél. Tenía unas grabaciones al aire libre esta mañana, pero se reprogramaron por el clima, así que llegué temprano —explicó. Sus ojos bajaron hasta la tela verde envuelta alrededor del cuello de su familiar —linda bufanda ¿Es nueva?
Félix asintió —sí, lo es —respondió vagamente deslizando sus dedos reverencialmente por la prenda que aún conservaba ligeramente el aroma a manzanas —un regalo, en realidad —añadió, intencionalmente casual.
La cabeza de Adrien cayó ligeramente hacia un lado ante ese pedazo de información, y volvió los ojos de nuevo a la prenda, acariciando la suya por reflejo — ¿La tía Amelie te la compró?
La sonrisa de Félix se amplió ligeramente, dejando entrever sus perfectos dientes blancos —no mamá… ¿Qué hay de la tuya?
Adrien se animó ante la pregunta —Padre me la regaló en mi último cumpleaños.
Eso sorprendió a Félix bastante, aunque procuró que su rostro no lo demostrara. Había escuchado a su primo no-quejarse-solo-comentar por años de los regalos idénticos de su padre, mientras que la tía Emilie era la de las sorpresas decentes (honestamente, las gemelas Graham de Vanily tenían una habilidad para sorprender incluso a sus más cercanos) por lo tanto, se inclinó e inspeccionó la prenda con curiosidad —no parece una pieza de Gabriel —sugirió curiosamente.
—Jamás ha sacado una bufanda así, hasta donde sé —el modelo confirmó.
Los dedos y ojos de Félix inspeccionaron la parte de la bufanda que colgaba por el pecho de Adrien. Dentro del pliegue, encontró algo que se sentía como un bordado en lugar de una costura, y lo trazó con sus dedos. Definitivamente no era el logo de Gabriel, era más alargado, pero comenzaba con una forma similar a-
—Oh, buenos días, Marinette —Félix fue interrumpido por el entusiasmo con el que su primo saludó a la franco-china, quien acababa de despedirse de las otras dos chicas y ahora se dirigía, junto con Nathaniel, a las escaleras en el centro del aula.
La chica apretó los labios en una línea por solo unos segundos —B-buenos días, Adrien —ella se detuvo para tratar de darle una sonrisa, pero había una ligera tensión en sus labios y, un poco más notable, cansancio en su postura. Y ambos rubios podían verlo — ¿Quieres?
— ¿Uh? —Adrien dijo, inteligentemente, cuando ella le ofreció la caja que aún tenía en mano, un único cannoli reposaba allí.
—Cannoli. Mi abuela los hizo esta mañana —ella explicó, parpadeando rápidamente un par de veces cuando sintió su vista nublarse por un segundo.
Adrien no se dio cuenta, pero se sonrojó al verla. Ella se veía tan bonita en colores de primavera, pero aún más envuelta en la sudadera de Chat Noir, eso era lo que quería decirle cuando la saludó, pero su mente parecía haberse vuelto papilla por un momento.
Félix arqueó una ceja ante su falta de respuesta, y sus reacciones físicas, dándole un tirón en la bufanda para que reaccionara.
—Yo- uh. Gracias —logró decir, recibiendo la pequeña caja de cartón.
Marinette simplemente se encogió de hombros, sintiéndose un poco aturdida cuando se dio cuenta de la bufanda que Adrien estaba usando.
Estando uno al lado del otro, las bufandas de Félix y Adrien parecían casi un reflejo de la otra, a excepción del color y algunos pequeños detalles que se veían más precisos en la de color verde, demostrando el progreso de sus habilidades. La diseñadora se preguntó, distraídamente, si Félix se daría cuenta.
Echando un vistazo a su compañero de asiento, continuó su camino hacia su asiento, solo para congelarse en el segundo escalón cuando Adrien finalmente añadió — ¡Te ves muy bonita, por cierto! —se giró hacia ella, por alguna razón queriendo ver su reacción a sus palabras.
Félix también la miró, igualmente esperando su reacción. Un nudo aprehensivo, que no había sentido desde que Marinette lo confundió con su primo por unos segundos tras su siesta durante el almuerzo de aquel viernes, le apretó el estómago y le secó la boca.
Marinette apretó entre sus manos la parte baja de su sudadera, jugando con el encanto en forma de bastón que hacía las veces de cierre haciendo una rápida verificación de si misma:
Su corazón no latía como loco.
Su estómago no estaba lleno de mariposas.
Sus mejillas no ardían como una caldera.
Su lengua no se sentía enredada.
Y su mente no era una sopa de letras a punto de escupir tonterías inconexas.
Ella ya no estaba enamorada de ese chico.
Ella lo miró por encima del hombro, dejando de luchar para enmascarar su cansancio y le dio una pequeña sonrisa —gracias, Adrien. Es muy dulce que lo digas —sonaba somnolienta, pero genuina, y se dio la vuelta para, finalmente, poder desplomarse sobre su mesa.
Adrien parpadeó despacio, aturdido.
Félix exhaló en silencio, sintiendo una extraña maraña de emociones revueltas, las cuales tendría que separar y analizar antes de poder entender y nombrar con certeza.
Si Adrien hubiera estado mirando a su primo, en ese momento, habría podido distinguir la mirada de un chico absolutamente enfermo de amor que se deslizó en los ojos de su primo por un fugaz instante.
El británico le dio un suave apretón al hombro de su primo antes de subir los escalones y reunirse con su pretendida en su banca compartida.
Ella le dio una mirada suave antes de abrir su termo y tomar un trago largo en silencio.
El olor a café rodeó a Félix de inmediato, con intensidad. No era exactamente un fanático, y tuvo que tomar un sorbo de su propio termo de té para disipar el olor, sin embargo, lo hizo darse cuenta de que café era, de hecho, el pequeño toque adicional en el aroma de Marinette hoy.
Y ella lucía tal cansancio. Como si no hubiera dormido lo suficiente, a pesar de que ayer casi fue obligada a saltarse las clases para que pudiera descansar adecuadamente.
Ignorando el creciente ruido de los otros estudiantes ingresando al salón, Félix demoró su mirada unos instantes en los artes de Marinette.
Los mismos sencillos topos negros poco llamativos.
Los mismos artes que, ella había insinuado, eran tan valiosos para ella como los anillos gemelos para él.
Los mismos aretes que ella había intentado quitarse cuando casi fue akumatizada.
Fue sacado de sus pensamientos cuando su vista fue obstruida por el balanceo del cabello negro, tan negro que brillaba en azul, a causa de un pequeño bostezo cubierto; acto seguido, la chica se inclinó hacia adelante y apoyó la cabeza sobre sus brazos, en la mesa. Sus ojos azules, que generalmente emulaban la profundidad del océano, estaban nublados.
Félix tarareó para sí mismo mientras apoyaba la cabeza en su mano, y el codo en la mesa.
Hoy tenía varias preguntas para las que necesitaba encontrar respuestas.
.
Conteo de palabras: 4.623
Iba a subir esto ayer, pero una persona muy cercana para mi está pasando por un muy mal momento, he estado preocupadísima porque no ha estado comiendo ni descansando bien estos últimos días y no he podido ir a verle, pero si todo sale bien mañana ya sí que podré.
El próximo capítulo se viene con extra dulzura, entre el MarcNath y Félix y Marinette. También se acerca un nuevo héroe en el horizonte, así que vayan haciendo sus apuestas. Y acto seguido el cumpleaños de Amelie, que se me ha retrazado más de lo que pretendía.
Por otro lado, ¡estoy preparado un nuevo fic! Este será más o menos episódico, pero con un poco de trama subyacente. Aún estoy decidiendo si será Lukanette, Felinette o LukaFeliNette, aunque no puedo mentirles, me inclino muchísimo por este último xD
Pueden pasar a Wattpad, a los comentarios finales de este capítulo, si quieren leer el resumen y la inspiración detrás de la historia. Probablemente sea publicado en algún momento del próximo mes.
Por ahora, vamos con los rws:
Anidear: No te preocupes! Puedes dejar más comentarios a partir de ahora y me harán igual de feliz n-n
Gracias por tus buenos deseos.
Es gracioso que te veas mis comentarios, porque yo ya ni me veo los capítulos completos casi nunca (generalmente resúmenes de canales fiables que no hagan solo chistes) porque SIEMPRE hay algo que me da cringe. Casi ningún capítulo se salva hoy en día.
¡¿Cómo haces para escuchar un capítulo? No tenía idea de que eso se podía! Por favor, explícame!
¡El beso felinette está muy cerca! Y te apoyo cien por cien sobre el lukafelinette. Realmente tengo que sacar tiempo para pulir el siguiente capitulo de ese fic xD
¿Honestamente? El del gato negro. Tengo un montón de famarts de mi OC auto-insert con ese… y en segundo lugar, quizás el de tigre.
La misma pregunta para ti.
Saludos y abrazos!
Manu: Gracias por entender.
Nah, no creo que Kagami desaparezca, pero el feligami como trama de Félix ayudando a sentiseres es muy factible.
Estoy segura de que Lila se robará el miraculous de la mariposa al final de temporada.
El futuro de miraculous, es igual que lo que será la película. Puede salir muy bien, o muy mal.
De nuevo, hazte tu propia cuenta para que no tengas que depender de otra persona. Pero hazle como veas, parece que tienes algunos lectores agradables…. Oh, bien, lo hiciste. Cuando quieras me pasas el nombre.
Saludos.
Cerimonia Rossa: Afortunadamente no! Gracias por tu preocupación.
Wow, eso suena grave. Entiendo que el tanque de agua no se daño?
Fui a escuchar la canción, porque no la conocía y, maldita sea, puedo imaginar a Marinette cantando eso a sus compañeros de clase.
¡Gracias por tanto apoyo! Saludos y abrazos!
Viper Couffaine: Gracias por siempre leer y comentar.
Y no, te aseguró que eso no pasará con Félix. Su papel en la serie ya está casi completamente definido, y solo falta un poco más por ver, que básicamente es su papel en la guerra contra Gabriel.
Saludos!
Laurenlmprincess: Gracias! Espero que te haya gustado el capitulo.
Saludos!
Emely-nya: Hola y muchas gracias por la paciencia. Gracias por tu preocupación. Cómo han estado las cosas para ti? Espero que mejor. Y también espero que hayas disfrutado del capítulo. El próximo se viene con mucha dulzura felinette.
Saludos y muchos abrazos!
Gezeniaquintero: Hola, y gracias por tu preocupación!
Ugh, Gabriel bailando. Me estremezco de solo recordar x-x
¡Gracias por siempre leer y comentar! Saludos y abrazos!
TaichiRose: Awwww, muchas gracias y bienvenido. Eres nuevo por aquí ¿no? al menos el nombre de usuario no me suena.
Me alegro mucho que te esté gustando tanto mi historia, espero leerte por aquí de nuevo.
Saludos y abrazos.
RilaZou: Hola, gracias por preocuparte.
¡Totalmente de acuerdo sobre las temporadas, sí hay cosas rescatables pero también mucho relleno que pudo mezclarse con otros capítulos para que muchas cosas no se sintieran tan apresuradas.
Y sí, ya hasta están saliendo filtraciones de la temporada 6, así que imagínate xD
Tengo más en mente la batalla que concluirá con su derrota que las consecuencias que afrontará después de eso, pero sí, quiero que pague por todo lo que ha hecho. Se aceptan sugerencias.
Ryuuzaky: Sí, gracias por tu preocupación.
El primer beso está muy cerca. Casi a la vuelta de la esquina. Y será emocionante. O al menos es lo que planeo intentar xD otra cosa es que pueda transmitirlo como quiero.
xD míralo si quieres, hay algunas respuestas a cosas de trama que hemos estado esperando (cómo partes del pasado de Gabriel y Nathalie, por ejemplo) y si no, siempre puedes esperar al final de temporada, que probablemente no pase de mitad del año, que seguro alguien en internet hará un video o post resumiendo las revelaciones más importantes xD
Saludos y abrazos para ti!
Jesus28: Hola! xD 100x100 Argos mejor que el anciano mariposon, en eso estamos absolutamente de acuerdo.
Por supuesto que el bebo es bien inteligente xD
Oh sí, la trama de Adrien yéndose para Londres. Eso se pondrá bueno. Si tan solo ALGUIEN respetara la cronología e-e
No sé qué más decirte ya que no me preguntas nada particularmente, pero gracias por compartir tus pensamientos sobre la serie.
Yami96: ¡Hola! ¿Cómo es que siempre te las arreglas para aparecer cada dos capítulos? Empezaré a pensar que lo haces a propósito xD
¿Estás enferma? ¡espero que te sientas mejor pronto! Por la loratadina deduzco que tienes alergias ¿no? entonces… esta vez traigo yo té de limón con miel n-n
-No está depre, está aburrido porque ella no está xD hay diferencias.
Todos están cubriendo a Marc-bebé de esa loca. Nadie lo quiere cerca de él.
¡Me encanta que expliques porque entiendes a Marinette en estos momentos! Ciertamente no es fácil para ella por diversos motivos.
Están en la edad de crecer, ahorita empiezan a pegar estirones y la ropa se les queda bien rápido xD
¡Porque necesitamos el momento adecuado y el ambiente adecuado!
"tenemos tensión y no es sexual, eso me agrada" No sabes lo que me reí con este comentario xDDDDDD
Yo también lo amo cada vez más nwn
Siiiii, era bastante viejo, y ya llevaba un par de años con una gotera en toda la mitad del garaje bastante evidente, pero mi padre no le había dado importancia a que se necesitaba volver a impermeabilizar el techo exterior y a que varias vigas de madera ya estaban bien viejas y un poco podridas. Y pues, ahí están las consecuencias.
Y sí, mejor hagamos cómo que Gabriel bailando no sucedió. Nunca.
Muchos abrazos para ti, y que te mejores.
