Marinette se tomó un momento para apreciar su entorno mientras sus manos se calentaban con la bebida entre sus dedos.

Habían conducido alrededor de media hora, dejando París detrás y las vistas eran nada menos que hermosas. La vegetación salvaje pintada con los colores cálidos del otoño era simplemente un espectáculo a la vista.

Roland se había sentado en la motocicleta, aferrándose a su esposa por su vida, a pesar de que Gina iba por debajo de la velocidad máxima permitida en las autopistas. Mientras tanto, Marinette y Tikki disfrutaron del paseo desde la comodidad del asiento acolchado del sidecar.

Cómo sugirió, Gina los condujo hasta un enorme huerto de calabazas, que se preparaba para las ferias de otoño. Aún no había mucha gente rondando, ya que recién empezaban los concursos de animales de granja, y los puestos que se llenarían de juegos de feria aún estaban en proceso de ser montados. Sin embargo, las estaciones de comida estaban totalmente en marcha, seduciendo a todas las personas con vapores cálidos y aromas apetecibles.

Justo ahora, de hecho, estaban sentados en una mesa de picnic, justo afuera de un local de comida.
Marinette y Gina estaban escuchando a Roland destrozar la selección de galletas que habían comprado, riéndose de su apasionado discurso sobre cómo debía ser la textura ideal de las galletas.

Gina tenía una taza de London fog, Marinette había elegido un golden milk, y Roland se había quedado con un café sencillo.

La mayor pasó sus dedos por el cabello suelto de su nieta con delicadeza mientras esta ocultaba la cabeza en su hombro, tratando de ahogar una carcajada particularmente intensa.
La hizo sonreír el hecho de que Marinette podía disfrutar de este pequeño momento relajado después del día que había tenido ayer (y sin saber aún cómo le había ido el día de hoy). Aunque, del mismo modo, le mortificaba saber que tendría que arruinar este pequeño rato de buen ánimo, pero era muy necesario.

Gina necesitaba saber qué estaba pasando con su adorada nieta.

Entonces, cuando Roland terminó su diatriba, Gina entró a indagar.

—De acuerdo, Marinetta, cuéntale al abuelo y a la abuela qué ha estado pasando últimamente en la escuela —Gina preguntó suavemente, sin dejar de acariciarle el pelo.

La adolescente exhaló profundo y despacio, apretando la taza tibia entre sus manos y mordiéndose el labio inferior con nerviosismo —y-yo… —ella hizo una pausa para tomar un sorbo y mirarlos por entre sus pestañas. Ambos estaban completamente atentos a ella, y expectantes por lo que iba a decir. Y Marinette estaba asustada de que simplemente le dijeran que estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, o que era solo una riña entre niños, o que simplemente le palmearan los hombros y no dijeran nada más. Estaba asustada, porque los adultos en su vida generalmente no hacían mucho (o nada, para el caso) ante los problemas en su escuela, y ella estaba tan cansada de eso —bien… e-es una historia un poco larga —advirtió —todo comenzó el año pasado, cuando esta chica nueva se transfirió a mi clase…

Gina alcanzó la mano de Roland, a través de la mesa, y usó su pequeño agarre como una advertencia para que no interrumpiera a su nieta con quejas.
La escucharon con atención e hicieron algunas preguntas cuando ella tomaba una pausa para respirar profundo, tomar un sorbo de su leche o limpiarse lágrimas furtivas de las esquinas de los ojos.

Marinette les contó de la llegada de Lila, les explicó cómo la vio robarle a Adrien y luego deshacerse del libro en la basura, lo cual metió en problemas al niño con su padre. Les contó cómo empezó a investigar sus afirmaciones después de eso, y descubrió que ninguna era verídica. Fue tan lejos como para mostrarles algunas de las entrevistas en el blog de Alya y luego mostrarles artículos con fuentes que demostraban los engaños: haber salvado al "gatito de Jagged", enseñarle pasos de baile a Clara, trabajar con el Príncipe Alí en una campaña benéfica por la contaminación ambiental, los viajes que había hecho y las personas famosas que la adoraban.
Les contó de cada vez que trató de mostrarles la verdad a sus compañeros, pero ninguno la tomaba en cuenta; especialmente Alya. Y explicó cómo empezaron las discusiones con ella.

No pudo seguir luchando contras las lágrimas que inundaban sus ojos cuando empezó a explicar cómo Lila la había acorralado en el baño y la había amenazado con llevarse a todos sus amigos. Les contó cómo casi fue akumatizada en ese momento, y sus abuelos ya estaban absolutamente escandalizados.

Afortunadamente, ninguna mariposa negra apareció en las cercanías.

Entonces… llegó la parte de la expulsión.

Las respuestas en su mochila. La supuesta caída. ¡El maldito collar en el casillero!

— ¡Juró que era el collar de su abuela! Pero Gabriel sacó esa colección de joyas a inicios del año pasado —Marinette colocó una mano contra su ojo derecho, tratando de esconder las lágrimas que caían sin control, pero era un esfuerzo inútil —y los casilleros ni siquiera tienen buena seguridad, cualquiera puede ver tu combinación y abrirlo. Desde el primer día nos advierten que no guardemos nada de valor en ellos —su mano derecha subió hasta su cabello y apretó un puñado entre sus dedos —me trataron como una delincuente, me expulsaron en el salón de casilleros frente a mis compañeros y otros alumnos ¡No soy una ladrona, abuelos, y nunca empujaría a nadie por ninguna escalera! ¡No soy una mala persona! —sus ojos ardían por las lágrimas, y no se sentía capaz de mirar a sus abuelos para saber lo que estaban pensando de ella. Simplemente enterró la cabeza contra sus rodillas, que había levantado más cerca de su cuerpo en un intento inconsciente de hacerse más pequeña.

—Mi hada —Gina tomó su rostro entre sus manos y, gentilmente, la guio para que levantara la cabeza. Marinette permaneció con los ojos cerrados, pero se encontró con el toque suave de un pañuelo limpiando sus mejillas y nariz —nunca pensaríamos que seas capaz de hacer cosas como esas, te lo juro —el pañuelo fue reemplazado por un par de labios salpicando besos a un costado de su rostro —no necesitas mostrarnos cada pequeña evidencia. Nosotros te creemos —Marinette se dio cuenta que la voz de su abuela era acuosa y ligeramente entrecortada, como la suya.

—No. Lo hizo bien —su abuelo contradijo a la oji-verde —si solo escuchamos la versión de Marinette, y sin pruebas, ella pensará que solo le creemos porque no conocemos a la otra parte —explicó con calma mientras se ajustaba los lentes, antes de que su esposa pudiera reclamarle algo —pero Gina tiene razón, pastelito, puede que no hayamos estado presentes durante tu crianza… yo, mucho menos que tu abuela… pero sabemos los valores que le enseñamos a nuestro hijo, y sabemos los valores que nos has demostrado que tienes. Sabemos que eres una buena niña- eh, jovencita —concluyó, quitándose los lentes para presionar sus dedos índice y pulgar sobre el tabique, sospechosamente cerca de los lagrimales, diría Gina.

—Abuelo… Abuela…

Marinette, honestamente, no sabría describir cómo se sentía en ese momento. La respuesta de su abuela y la certeza de su abuelo hicieron que una chispa de calidez se encendiera en su pecho, al mismo tiempo que una sensación de mareo la dejaba un poco desorientada, quizás aturdida.
Todo lo que fue capaz de hacer, fue enterrar el rostro contra el pecho de su abuela y abrazarla con fuerza, tratando de transmitirle toda su gratitud en ese gesto, porque su garganta empezaba a sentirse un poco irritada por el llanto y, de todos modos, probablemente le fallarían las palabras.

Gina abrazó de regreso a su nieta tan fuerte como pudo, apoyando su cabeza sobre la de ella, y permitiendo que unas pocas lágrimas propias se derramaran hacia el brillante cabello negro-azulado.

Pensar en todo lo que su pequeño angelito había estado pasando, sintiendo que no había ninguna figura adulta a la que acudir y que le brindara la ayuda que claramente necesitaba… la ponía fúrica.
Esto no era solo una tontería de niños. Esa mocosa, Lila, era malvada de una forma que era terroríficamente preocupante, arremetiendo sin miramientos ni remordimientos contra otros.

Su Marinetta, su pequeña hada, era tan fuerte. A Gina se le helaba el cuerpo entero de solo pensar… ¿Qué habría pasado si Marinette no fuese tan valiente y firme en sus convicciones? ¿Hasta dónde era capaz de presionar esa cruel mocosa? ¿Y si ella y Roland no hubieran presionado en este momento? ¿Cuánto más habría soportado su niña?

Gina la abrazó un poco más fuerte.

— ¿Qué hicieron tus padres? —Roland preguntó, después de un rato.

Y eso destapó otra lata de gusanos.

Marinette recordaba ese día con un dolor fantasma en su pecho. La desconfianza de sus amigos por sí mismo fue un gran golpe, pero ¿el hecho de que sus padres no creyeran en ella tampoco? ¡Alya le creyó más que sus padres esa vez! Y, viendo cómo habían resultado las cosas con su ex-mejor amiga, no era exactamente un buen augurio para Marinette.

Su madre se había escondido en el pecho de su padre como si no soportara verla, después de que el collar cayó de su casillero.
Y luego ¡Ella les dijo que necesitaba probar su inocencia y ellos solo pensaban en buscarle otra escuela! ¡No le creyeron para nada y la colocaron a trabajar en la panadería como si ella simplemente hubiera renunciado a su educación por lo que, en cambio, debía ponerse a trabajar!

¿Qué clase de reacción era esa?

Y luego trataron de cubrirlo con un pastel y un: "yo siempre supe que mi hija era inocente".

A Marinette aún le dolía.

Y Gina y Roland estaban claramente molestos con sus padres al enterarse de eso.

— ¿Qué patrañas tiene Tom en la cabeza? —se quejó Gina.

Roland se cruzó de brazos —así no se hacen las cosas. Ciertamente no lo criamos así.

—Y esperaría algo mejor de Sabine —la mujer resopló. Lógicamente, sabía que ella no era una madre perfecta. A nadie le enseñaban cómo ser padres y cometer errores era humano… pero estos errores le estaban costando muy caro a la salud mental y el bienestar emocional de Marinette. Y quién sabría si hasta físico, si su hada aun no terminaba de contarles todo.

Hasta ahora, solo habían escuchado el principio.

—Podemos… uh ¿Caminar un poco? —Marinette preguntó en voz baja.

Gina asintió. Estirar el cuerpo sonaba como una buena idea —por supuesto, mi pequeña, ¿por qué no vamos a echar un vistazo a los animales y nos sigues contando?

Marinette sonrió en agradecimiento. Nieta y abuela se desenredaron del abrazo y, junto con Roland, recogieron la basura y la desecharon en una papelera antes de empezar a caminar.


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—Crees… ¿Crees que va a estar bien? —Marc preguntó torpemente, mientras ambos veían a Alix alejarse patinando de forma un poco distraída, errática incluso.

Nathaniel suspiró tan profundamente que fue casi cómico —cuando algo se le mete en la cabeza es… —se detuvo, tratando de encontrar las palabras, pero Alix era tan compleja cuando se adentraba en su mente —si la conozco bien, diría que tratará de probarse a sí misma, haciendo algo en beneficio de Marinette, antes de acercarse y hablar con ella… —ambos hicieron una mueca cuando vieron a Alix casi tropezar con alguien —será mejor que me asegure de que llegue a casa en una sola pieza —añadió.

Marc asintió, totalmente de acuerdo —sí. Haz eso. Yo también tengo que llegar a casa —Marc se inclinó hacia Nathaniel y presionó un beso en su mejilla. Esta vez no estaba medio dormido, y su rostro se calentó de inmediato, pero se obligó a ignorarlo —envíame un mensaje cuando estés en casa, para saber que ambos están bien ¿d-de acuerdo? —susurró.

Nathaniel reprimió el impulso de tocar la zona besada con sus dedos por algún milagro, pero se giró y miró a Marc sorprendido, probablemente dándole el equivalente real a ojos de estrella —y-yo… eh.. ¡Sí! —respondió, aturdido —te-te escribiré, uh, más tarde.

El escritor no pudo evitar reírse entre dientes al ver la reacción de Nathaniel. Marinette tenía razón. Era adorable —nos vemos mañana, Nath —se acomodó la mochila en la espalda y compartió un suave empujón de hombros con el más bajo antes de separarse.

Aunque Marc aún estaba un poco preocupado sobre qué planes tendría Alix a partir de su nueva resolución sobre Marinette y Rossi… también estaba algo emocionado.
Era como esperar a ver qué plan se le ocurría a Ladybug para usar el amuleto encantado.


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Luka se arrojó a su cama, boca arriba, exhalando una buena bocanada de aire que había estado conteniendo sin darse cuenta.
Él amaba a su madre, nunca habría una sola duda de eso, pero su terquedad era una barrera tan difícil de superar como las olas en medio de un tsunami.

Jagged- es decir, su padre había estado intercambiando con él posibles fechas para acercarse al Liberty y poder hablar con Juleka, como había hecho con él, además de llegar a un nuevo acuerdo con Anarka.

La capitana estuvo completamente a la defensiva en cuanto Luka inició el tema, pero no podía luchar contra la verdad. Él y Juleka tenían edad más que suficiente para decidir, por sí mismos, si querían tener algo que ver con su padre o no. Especialmente si el hombre estaba poniendo de su parte.

Fueron largos momentos de discusión que Luka luchó por mantener controlada. Juleka estaba claramente estresada por el desacuerdo entre su madre y su hermano, se encogió sobre sí misma, en la esquina de la cocina, mientras los dos intercambiaban palabras y argumentos, hasta que fue superada.
La adolescente cerró los ojos y exclamó claramente que quería ver a su padre, que él hablara frente a frente con ellos, y entonces decidiría lo que querría de ahora en adelante respecto a él.

Luka estaba tan orgulloso de su hermana por ponerse en firme y alzar su voz.

Anarka finalmente tuvo que ceder y permitir que Jagged viniera, poniendo como condición nada de alborotos al respecto y nada de su caravana aparcada fuera del barco. Lo cual, Luka transmitió a su padre, y el hombre aceptó.

— ¿Te encuentras bien, Luka? —Sass flotó a un lado del rostro masculino. La punta de su cola tocando la mejilla izquierda de su portador — ¿deberíamos llamar a la guardiana?

Luka se frotó los ojos con el dorso de la mano suavemente —estoy bien, Sass. No necesitas preocuparte —lo tranquilizó, usando su dedo meñique para frotar cariñosamente la cabeza de la serpiente —iremos a ver a Marinette más tarde —añadió con una sonrisa, anotándose mentalmente enviarle un mensaje dentro de un rato —por ahora, estoy un poco cansado —ahogó un bostezo contra su brazo izquierdo, mientras la mano derecha palpaba ciegamente a su alrededor, hasta que enganchó una almohada, y tiró de ella hasta su cabeza —voy a tomar… una siesta.

Sass se quedó inmóvil hasta que la respiración de Luka se niveló, entonces, buscó un lugar cerca de su pecho que no pudiera ser visto si alguien más entraba en la habitación y se enroscó para descansar él mismo.


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Marinette encontró que estar en contacto con un animalito pequeño, esponjoso y tranquilo ayudaba mucho para mantenerse unida mientras contaba su historia; así que se encontró a sí misma alimentando a las cabras bebés, esparciendo alimento a los pollitos y cargando conejitos en la granja interactiva mientras continuaba hablando con sus abuelos.

Gina estaba en lo cierto, después de todo. Marinette solo les había contado el inicio. Había todo un año en medio que explicar, después de que llegara la mocosa mentirosa.

Para fortuna y alivio de la pareja mayor, la mocosa no pasaba mucho tiempo en la escuela, aparentemente. Siempre mencionando viajes con su madre embajadora o trabajos de caridad 'ineludibles' que tenía que hacer por periodos de varios meses a la vez.
Marinette les explicó vagamente las cosas que hacía cuando sí estaba en la escuela, las mentiras que contaba para que sus compañeros la ayudaran con los deberes o llevaran sus cosas por ella, los elaborados planes para dejar a la oji-azul en una mala posición frente a sus compañeros; hasta que llegó a los eventos más recientes: las notas, el picnic, los señalamientos hacia Félix y… el empujón al agua durante la situación de Syren y Neptunus.

Gina casi destrozó un pedazo de cerca que tenía aferrado entre sus manos. Apenas dando crédito a lo que escuchaba.

—Mi hada, lo que no entiendo es ¿Cómo dejaste que la situación escalara tanto? —Gina preguntó, desolada por toda la información que estaba recibiendo.

Marinette agachó la cabeza con vergüenza mientras acariciaba la cabeza de un caballo que se había detenido junto ellos, del otro lado de la cerca —yo… supongo que, al principio, seguí un consejo… un mal consejo, que me dio alguien en quien solía creer que podía confiar —el caballo relinchó suavemente mientras empujaba su hocico entre las manos de Marinette.

La niña se trepó a la cerca para poder alcanzar la melena color chocolate del hermoso animal.

— ¿Y qué consejo fue ese? —su abuelo preguntó, de brazos cruzados.

Marinette respiró profundamente —exponerla sería igual a humillarla, y tratar mal a los malos nunca los vuelve buenos…. Él dijo que sus mentiras se caerían por sí mismas en algún momento —apartó las manos del caballo para poder apretarlas en puños —me hizo pensar que no sería un problema siempre que nosotros supiéramos la verdad… Fui una tonta.

Gina le colocó las manos sobre los hombros —lo que hizo esa persona fue decirte una pequeña verdad para que creyeras en el resto de sus palabras —la mujer explicó, ganándose una mirada curiosa de su nieta —si bien es cierto que tratar mal a las malas personas, generalmente no conduce a ningún tipo de solución. Lo de dejar a esa niña engañar a otros y esperar que sus mentiras se desmonten por si solas es, como dijiste, un mal consejo —Gina deslizó sus manos hasta las manos de su nieta, tratando de persuadirla para que aflojara su agarre —ya hizo daño a tu clase, rompiendo vínculos y amistades.

—Esa niña es un problema —Roland asintió en acuerdo —es un problema porque le está haciendo daño a tu clase. Es un problema porque te está haciendo daño a ti. Y es un problema porque está aprendiendo que puede hacer lo que le venga en gana, y lastimar a quien quiera, sin sufrir ningún tipo de repercusiones. Se convertirá en un peligro para la sociedad—Marinette no pudo evitar el pensamiento de que Lila ya era un peligro público —necesitas entender, Marinette, que cuando se puede evitar el mal, aceptarlo no es más que necedad.

Marinette parpadeó hacia su abuelo, asintiendo despacio mientras asimilaba sus palabras. Luego, levantó la mirada y observó el cielo — ¿Podemos dar una vuelta más antes de irnos?

—Por supuesto que sí, mi hada.


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Más tarde esa noche, Viperion y Ladybug se encontraron sentados en un tejado al azar del séptimo distrito, con la torre Eiffel de fondo.

—...Acabé llorando —la heroína acabó su resumen del día, con una confesión avergonzada, mientras jugueteaba con su yoyo —pero, en realidad, me siento un poco mejor.

Viperion sonrió para ella, aunque no lo estuviera mirando —es un alivio, a decir verdad. Y tu canción suena más ligera —él empujó su hombro con el de ella —me alegra que hayas decidido hablar con tus abuelos sobre Rossi y la escuela.

Ladybug asintió —sí, a mí también —apoyó la cabeza en el hombro más cercano del músico, quién estaba tocando una melodía suave en su lira para ella —gracias por tus consejos.

—Siempre estoy feliz de escucharte y ayudarte como pueda —Viperion añadió algunos siseos juguetones a sus palabras, solo para escucharla reír —eres muy importante para mí, y siempre haces lo mismo por mí —de hecho, en cuanto se reunieron, ella lo instó a hablar de lo que había sucedido en casa con respecto a Jagged antes de hablar de su propio día — ¿Qué hay sobre el nuevo sub-representante? ¿Tienes a alguien en mente?

Ladybug exhaló con fuerza en un resoplido — ¿Qué se supone que haga? La mayor parte de mi clase apenas me dirige la palabra en estos días, y eso es solo para quejarse de lo que le hago o digo a Lila —ella planteó —Solo tengo dos personas en las que realmente confío. No quiero poner esa presión sobre Nathaniel, sin mencionar que él y Marc tienen su cómic sobre el que ocuparse —levantó el dedo índice mientras explicaba —Félix acaba de llegar a la escuela, y le dije que no tenía necesidad de involucrarse en el baile por lo mismo —extendió un segundo dedo —pedirle que me ayude con esto es empujarlo, no solo a la planeación del baile con solo dos semanas restantes, sino a todas las responsabilidades que implica ser representante de clase por el resto del año escolar.

Viperion tarareó suavemente — ¿Qué pasa con Adrien?

Ladybug resopló otra vez —dos palabras: Gabriel Agreste —respondió sencillamente —además, su horario lo mantiene ocupado casi todos los días después de clase, por lo que no podría funcionar con las reuniones del consejo estudiantil.

El héroe serpiente asintió con la cabeza. Finalmente dejó a un lado su instrumento, y le dio a su amiga una mirada que decía que ambos sabían cuál era la respuesta. Ladybug hizo una mueca cuando lo miró de vuelta.

Mélodie, no importa cómo lo mires, Félix es tu mejor oportunidad en esto.

La joven se movió, solo para dejarse caer sobre de espaldas sobre el tejado. Los mechones derramándose de sus coletas a los lados de su rostro mientras cerraba los ojos — ¿sabes? a una parte de mi le gustaría aparecer mañana en la escuela sin un suplente y ver qué es lo que hace la señorita Bustier al respecto —se burló, con el más leve toque de desprecio en su voz que la sorprendió a sí misma, y a su compañero.

Viperion pareció meditar su respuesta unos minutos —si es realmente lo que quieres hacer-

Un pequeño pitido lo interrumpió. Ladybug hizo una mueca como disculpándose mientras recogía su yoyo y lo llevaba a la altura de sus ojos, suponiendo que se trataba de un mensaje de Chat Noir.

Nada más lejos de la realidad.

La notificación provenía del apartado de su teléfono personal.
Y era un mensaje de Félix.

El corazón de la Dama de Paris se aceleró un poco.

"Buenas noches, my dear. Espero no haberte despertado.
Hay algo que quería preguntarte."

"¡No te preocupes!
Estaba tomando un descanso de la patrulla, a decir verdad
¿Qué querías preguntarme?"

Ladybug se mordió el labio inferior y arriesgó un pequeño vistazo al chico a su lado. Viperion la esperaba con tranquila paciencia, y una pequeña sonrisa que le decía a la superheroína que, muy seguramente, sabía con quién se estaba mensajeando.

"Es sobre el asunto del sub-representante de clase.
Me gustaría saber si encontraste una solución a las exigencias de la profesora o si sigue siendo un problema para ti"

La adolescente casi quería reírse por la coincidencia. De hecho, le mostró los mensajes a Viperion.

"Divertida coincidencia.
Luka también me estaba preguntando qué haría al respecto"

— ¿Necesitas alguna otra 'señal del destino'? —el chico se burló, sonriéndole como diciendo "te lo dije".

Ladybug le dio la, muy madura respuesta, de sacarle la lengua. A lo que Viperion se rió.

"¿Estás patrullando cerca del Sena?"

La oji-azul arqueó una ceja ante la pregunta ¿Félix le estaba preguntando si estaba visitando a Luka en ese momento? ¿O estaba tratando de resolver si Luka estaba implicado en el asunto de los miraculous? Era realmente difícil leer a su astuto novio con sus formales mensajes de texto.
Ella decidió dar un rodeo a su pregunta abierta.

"No. De hecho, estoy cerca de tu casa"

Ella respondió, esperado que eso le diera la idea de que ella y Luka estaban hablando por mensaje de texto simplemente, igual que ellos en ese momento, y no tener que mentir si le preguntaba directamente.

"¿No recuerdo haberte dado mi dirección aun?"

Mordió el anzuelo.

"No lo has hecho.
Estoy en el área donde Chat y yo los encontramos a ti y a tu madre durante aquel ataque akuma de medianoche.
Asumí que su lugar no debía estar muy lejos"

Para su total sorpresa, Félix le respondió con una dirección completa.
Seguramente su dirección.
Ladybug se sentó de forma brusca, e inmediatamente se quedó congelada.

¿Era eso… algún tipo de invitación?

Al verla pasmada, Viperion se inclinó hacia ella, curioso, pero despacio. Cuando ella no apartó la pantalla, él echó un vistazo sobre su hombro.

Esta vez, el chico fue quien terminó de espaldas en el techo, sujetándose el estómago con una mano y tratando de cubrir su risa con la otra.

Ladybug solo reaccionó para ponerse roja al principio, esperando que su amigo no malinterpretara nada. Luego se indignó por su risa, así que empezó a quejarse, lo que provocó una nueva ronda de risas de parte del joven serpiente.

— ¡Viperion! —ella se quejó, avergonzada, y dándole un golpe en el brazo.

El chico aprovechó de tomar su mano y usarla como apoyo para volver a sentarse —anda. Ve —le dijo simplemente.

— ¡Él no-! ¡Yo no-! —la heroína tartamudeó.

Afortunadamente para ella, Viperion la interrumpió, antes de que su mente y/o su boca empezaran a trabajar a sobre marcha — ¿no acabo de decirte que él es tu mejor oportunidad? —le recordó en voz baja, alcanzando su lira una vez más. Ladybug cerró la boca y lo miró, aún avergonzada. Viperion le ofreció un suave empujón de hombros antes de ponerse en pie, tendiéndole una mano para que ella hiciera lo mismo —ve —le insistió, inclinándose para presionar un beso en su mejilla —yo daré una última vuelta de camino a casa.

La más joven compuso un puchero, pero asintió de todos modos. Le dio un abrazo y se desearon buenas noches.

Ladybug se dijo a sí misma que Chat nunca debería saber que ella tenía novio. Si Viperion, que era muchísimo más tranquilo, era una indicación por la que pasar, el gato nunca la dejaría vivir con ello.


Ladybug comprobó la dirección por segunda vez.
El pensamiento de "así no es como esperaba conocer su casa" le generó cierta sensación de dejavú.

El lugar era precioso. La mansión Agreste nunca le pareció más frívola y sosa que ahora, cuando su mente inevitablemente comparó los dos hogares.

El departamento (¿se le podía llamar departamento? Parecía más una casona para vacacionar) tenía un magnífico jardín delantero, con arbustos llenos de flores de otoño y caminos adoquinados desde la puerta hasta la reja exterior, y también desde el garaje.
La vegetación perfectamente cuidada se extendía por los callejones que se formaban entre la edificación y las rejas que la separaban de las casas vecinas, conduciendo al patio interior.
Ladybug se movió cuidadosamente hasta las ramas del gran árbol de castaño que daría sombra a gran parte del patio trasero durante el día.

No fue tan silenciosa como pretendía, o Félix había estado esperándola y poniendo mucha atención al exterior, porque rápidamente un ventanal corredizo fue abierto, en uno de los balcones de balaustre del último piso, y dicho rubio se asomó por allí, invitándola a acercarse con un gesto de la mano.

Un solo salto bastó para llegar a la barandilla de piedra tallada. Estaba perfectamente equilibrada y no había sido ni de lejos su mejor acrobacia, sin embargo, tomó inmediatamente la mano que Félix le ofreció, solo por deleitarse en el contacto, y se dejó caer a su lado con la misma gracia.

—Buenas noches —el rubio la saludó, levantando sus manos unidas para colocar un beso en sus nudillos, dándole a ella una sensación fantasmal de su tacto.

Una repentina ambivalencia hizo que Ladybug se tensara y moviera su mano de forma errática, como si fuera a retirarse, pero se arrepintiera de inmediato, mientras que un fugaz pensamiento reclamó lo molesto de que el traje ahogara la sensación.

Félix, claramente, se dio cuenta de su reacción. No soltó su mano, pero las dejó caer suavemente y la miró con ojos curiosos — ¿qué sucede? —preguntó suavemente.

—Fue, eh, un reflejo. Lo siento —las mejillas de la heroína se calentaron —generalmente, Chat hace eso, y tengo que apartarlo —se excusó.

Félix reconoció su explicación con un zumbido, mientras componía una expresión pensativa. Su dedo pulgar empezó a frotar la mano enguantada, lo que la oji-azul encontró casi instantáneamente relajante —sin embargo, he hecho eso antes, y nunca has reaccionado así.

Inmediatamente, su cabeza se llenó de los momentos en que Félix, precisamente, había besado su mano: Cuando ella le regaló la bufanda. Después de su casi akumatización, cuando le dijo que ella era importante para él. Cuando ella le entregó el regalo para su madre. Esa misma mañana cuando se saludaron en la panadería.
Sus mejillas se volvieron más rojas, tanto que fue claramente visible a pesar de la máscara, lo cual arrancó una sonrisa complacida del británico.

—Hay… r-reacciones, que son más… inherentes a los momentos en que ocupo el traje —ella intentó explicar, tropezando brevemente con una sílaba o dos.

—Eso es interesante —comentó casi casualmente — ¿te gustaría entrar o eso sería demasiado? —preguntó directamente.

Ladybug se rió entre dientes —has estado en mi casa y mi habitación varias veces. Creo que está bien —ella aceptó, sonriendo mientras Félix pasaba a través del ventanal corredizo, apenas tirando de ella por sus manos aun unidas.

—Bienvenida.

—Nunca imaginé que acabaría conociendo tu casa de este modo —ella comentó, en voz ligeramente más baja, observando el pasillo por el que Félix los dirigía hacia una puerta de madera blanca.

—Yo tampoco —el rubio abrió la puerta y se hizo a un lado para que ella pasara primero —pero me alegra que hayas venido.

Félix le ofreció tomar asiento donde quisiera, mientras soltaba su mano para dejarla explorar a gusto.
La habitación era, aproximadamente, la mitad de grande que la de Adrien; pintada de gris-metalizado claro, el suelo vinílico estaba pulcro y daba la ilusión de madera blanca, a juego con la puerta. La cama de doble plaza estaba sobre una alfombra circular negra, y lucía un edredón que se veía suave y esponjoso, color azul oscuro, tenía dos almohadas blancas y un par de almohadones extra; una mesita de noche a cada lado, ambas de madera blanca, una contenía fotografías enmarcadas, un llavero, y un pequeño pero moderno reloj despertador, la otra tenía un libro y la bufanda verde pulcramente doblada y estaba junto a un espejo de cuerpo completo. El escritorio blanco se extendía a lo largo de una pared y ostentaba una computadora con dos pantallas de buen tamaño, a un lado estaban un par de cuadernos, artículos variados de papelería y su maletín, sobre todo eso, estanterías llenas de libros.
La pared más alejada de la puerta estaba casi cubierta por un alféizar de ventana interior ancho, estaba acolchado y tenía varios pequeños almohadones, había una lámpara en lo alto de la pared; justo detrás un gran ventanal que daba una vista parcial al patio trasero. El resto de esa pared estaba ocupada por una puerta que, probablemente, conducía a un baño con vestidor.

—Este debe ser un lugar agradable para sentarse y leer —Ladybug comentó, después de examinar la habitación en silencio por un minuto o dos, cruzando la habitación hasta el alféizar acolchado.

—Lo es —Félix esperó a que ella tomara asiento y lo invitara a su lado para seguirla. Mientras él se sentaba, ella murmuró su frase de destransformación. Félix entrecerró los ojos durante los dos segundos en que la luz llenó su visión periférica, pero en cuanto la magia se desvaneció, alcanzó nuevamente la mano de su novia y entrelazó sus dedos, un poco fascinado de ver como sus coletas desaparecieron para dejar paso a su cabello suelto — ¿quieres hablar sobre el asunto de la clase?

Marinette asintió, sintiendo a Tikki deslizarse en silencio dentro de su bolso, y le agradeció en silencio; no quería que nada dirigiera el tema de conversación hacia los miraculous. Aún no estaba lista para hablar de eso con Félix.

La oji-azul procedió a contarle lo mismo que habló con Luka. Félix estaba perfectamente de acuerdo, con traviesa diversión, en que sería interesante ver cómo reaccionaría su incompetente maestra (sus palabras, no las de Marinette) si ella se presentara sin un suplente para remplazar a Cesaire.
Aun así, Félix se ofreció para cubrir el puesto.

—Realmente no quiero imponer toda esa responsabilidad sobre ti —ella suspiró tristemente —especialmente después de que te dije que no necesitabas tomar parte en el baile.

Félix tiró silenciosamente de sus manos en su dirección, pidiéndole sin palabras, que se acercara más. Marinette se arrastró cuidadosamente sobre la superficie acolchonada, y lo miró expectante.

El rubio levantó su mano libre, despacio, hacia su rostro. Marinette asintió muy levemente, dándole permiso. Solo entonces, Félix usó sus dedos para acomodar algunos mechones de medianoche, antes de abarcar la suave mejilla con su palma, acariciando la piel salpicada de pecas casi imperceptibles con su pulgar — ¿no te dije hoy que hacemos un gran equipo, my Queen? —él le susurró, disfrutando de la tenue sombra rosada que se esparció por sus mejillas. Hacerla sonrojar era simplemente un placer en este punto —además, he estado tratando de que mi madre me deje ayudarla más en la compañía últimamente. Quizás ver los resultados de este cargo le convenza —añadió con más ligereza, encogiéndose de hombros —es un ganar-ganar, Nette.

Marinette se apoyó un poco en su toque, maravillándose en lo feliz que la hacía ese pequeño y sencillo contacto. El silencio de la noche, apenas roto por el silbido del viento otoñal, y lo clandestino de su pequeña reunión era sencillamente romántico —siempre que estés seguro de esto… —ella finalmente cedió.

—Por supuesto —Félix se inclinó más cerca de ella, apretando ligeramente sus manos unidas. La distancia y lo hermosa que se veía ella en ese momento, tan cómoda con la nueva cercanía y confianza entre ambos, lo estaba torturando — ¿Puedo besarte, my dear? —susurró, bajo y ligeramente ronco. Sus ojos atraídos a los suaves labios que, sabía por experiencia, podrían borrar cualquier pensamiento de su mente.

Los ojos, como pozos de llamas azules, brillaron al oírlo. La luz de luna estaba casi sobre ellos, a través de la ventana, y le prestaba al ambiente un toque celestial, como un escenario de cuento de hadas —por favor, hazlo —ella le susurró de vuelta.

Con el permiso expreso, Félix terminó por cerrar la distancia entre sus rostros. Marinette cerró los ojos mientras inclinaba levemente la cabeza para recibirlo.
La sensación de reconocerse dentro de este nuevo nivel de intimidad era como un: oh, aquí estás, hola, en el momento en que sus labios se encontraron. Se sentía correcto, cómodo y familiar de una manera que debería ser imposible después de solo un día, pero existía, estaba ahí y se sentía como en casa para ambos.

Marinette llevó su mano libre al hombro de Félix para equilibrarse mientras sus labios se acariciaban en un baile lento y seductor. Su cabeza se sentía nublada y todo lo que quería hacer era quedarse en sus brazos, besarlo, hablar de cualquier cosa, besarlo de nuevo, observar juntos el cielo nocturno, y besarlo más, hasta que el amanecer los sorprendiera.

Félix solo había probado champagne una o dos veces en su vida, en algunos eventos, sin embargo, diría con total convicción que se sentía borracho de dicha y beatitud. El aroma dulce de su novia, y la calidez de su boca contra la suya, la sensación de ella perfectamente cómoda en su habitación y con su nivel de cercanía era suficiente para aturdirlo.

Se detuvieron para mirarse a los ojos cuando tuvieron que separarse para tomar aire. Las mejillas rosadas y los labios hinchados por igual, los ojos brillantes y felices.
Félix retiró su mano del rostro de Marinette para envolver parcialmente su cintura, y ella se inclinó más en su toque.

Sus manos entrelazadas nunca se habían soltado.

—Es tarde, y mañana hay clases —Félix exhaló pesadamente. No quería que ella se fuera, pero sabía que era lo necesario.

—Sí, así es —Marinette respondió simplemente, apoyando su frente en la de él.

Félix resopló ¿simplemente tenía que ponerlo más difícil, no? —tienes que volver a casa —él murmuró.

Marinette asintió —tienes razón —dijo de la misma manera. Sonriendo cuando sintió el ceño del rubio fruncirse —te quiero —ella soltó de repente, acariciando su nariz contra la de su novio antes de alejarse hacia la ventana para abrirla — ¡Dulces sueños, mon cher! —ella se despidió, invocando inmediatamente su transformación y arrojando su yoyo fuera de la habitación.

Félix se había quedado completamente estático bajo la combinación de la nueva muestra de afecto y el 'te quiero' que ella le soltó como una bomba. Parpadeó un par de veces, aturdido, moviéndose hacia el borde de la ventana por puro instinto.

Ladybug estaba perfectamente equilibrada sobre la cerca que dividía la propiedad de la siguiente, ella le sonreía, luciendo como una diosa bajo la luz plateada de la luna; le lanzó un beso con un movimiento de mano y luego se dio la vuelta para saltar en dirección al cuarto distrito.

Félix esperó a que ella se perdiera de su vista para cerrar la ventana y luego dejarse caer en el alféizar acolchado.
Estaba absoluta e irremediablemente enamorado de una chica increíble.


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Conteo de palabras: 6.262


*Hay un easter egg/referencia al canon de la serie en uno de los fragmentos de Marinette con sus abuelos ¿lo notaron?
Lo gracioso del asunto es que yo misma no me di cuenta cuando lo escribí, sino hasta ahora que lo estoy revisando para publicar xD

Pd: los que siguen las publicaciones en mi perfil de wattpad ya lo saben, pero lloré escribiendo el momento en que Marinette le cuenta a sus abuelos lo que está pasando. Me gustaría que me digan lo que sintieron al leer.
Pd: Se viene la película en dos meses! Y diez días! :D
Pd2: Trataré de que el sgt capítulo coincida con el cumpleaños del fic!


Laurenlmprincess: ¡Ten por seguro que será la última en enterarse y que Marinette no va a perdonarla fácilmente! Gracias por siempre leer y comentar.

Emely-nya: "es como abrir una herida que parecía cicatrizado pero que no está totalmente sana, no es sólo una marcar sigue siendo una herida" Wow, realmente es una buena forma de describir parte de lo que sentí. Gracias por eso.
Es… un poco shockeante pensar que tengo… fans. Quiero decir que no es así, pero el hecho de ver los mismos nicks en los comentarios cada vez que publico, el sentir que conozco a algunos de ustedes, porque comparto pequeñas cosas de mi y ustedes igual… sería como negar todo el apoyo que me dan y jamás podría hacer eso. Les debo lo lejos que ha llegado esta historia.
¡Un fuerte abrazo para ti! Tu comentario sencillamente me ha tocado profundamente el corazón ¡Gracias!

Manu: Hola! Siendo honesta, creo que sí. Sabiendo lo que me queda por escribir, 100 parece un número probable para terminar con este fic xD
Mira, leí tu fic "argonette" de balcón, que no creo que deberías llamar así porque mencionas que Marinette está oficialmente con Adrien. Sin embargo, tengo que ser honesta y decir que no me gusta como escribes.
Tampoco me voy a ver SxF porque, como dije, no soporto a Anya, ni doblada ni en jap. Además, me estoy viendo la temporada 2 de Ancient' Magus Bride y el nuevo anime de pokémon.
Sobre el enamoramiento de Marinette por Kim, está claro que lo dejaron hasta ahora para tratar de justificar todo el comportamiento obsesivo de Marinette. Lo cual, no hace, dejando un capítulo bastante meh para las alturas en que estamos.

RilaZou: ¡Agradezco todas esas buenas vibras!
Oh sí! Se preparan cosas: del lado de la familia de Nette, de parte de Alix, y empezamos con el cumpleaños de Amelie el sgt cap (ahora sí xD)
¡Y gracias: road to 80! xD Estoy empezando a considerar como una posibilidad que este fic acabe con 100 caps, si debo ser honesta.

Viper Couffaine: ¿Qué te puedo decir? Adoro a Luka xD
¿Félix akumatizado? ¿qué avances? … ah, ya, creo que te refieres al capítulo en que Félix y Gami se van a mandar el contexto de su creación/nacimiento y de la familia Graham.
Solo te diré una cosa. Vas a odiar al padre de Félix.

Gezeniaquintero: Holi! Sí, creo que tienes el termino correcto de 'dejarme en el limbo' con esa platica. Aclaramos muchas cosas que veníamos arrastrando, sin embargo, y a pesar de que literal fueron horas hablando, aun nos quedó mucho por hablar sobre el presente y planes a futuro; y no hemos vuelto a tener otra charla así desde entonces.
Pero muchas gracias por tus palabras de compresión y tu apoyo. Realmente significa mucho para mí.
Finalmente parece que han comenzado las lluvias por aquí, así que, aunque el calor aun es atroz, al menos está el consuelo de que se aplaque sí tenemos un rato de lluvia al día.
¡Me alegra mucho que te gusten mis dos historias y que les des apoyo! ¡Abrazos para ti también! Nos leemos!

Satorichiva: Hola! Pues fíjate que no había pensado en lo que mencionas, al menos no para este fic. Pero podría ser un buen "golpe final" de Lila para Marinette, hacer que Alya la reporte por cosas graves.
Retomaremos los planes de Alix después del cumpleaños de Amelie.
Muchas gracias por tus buenos deseos! Lo aprecio mucho!
Abrazos para ti también!