Unos minutos más tarde, la noche encontró al superhéroe felino y a la franco-china envueltos en mantas y con tazas de chocolate caliente entre las manos.
La charla empezó ociosamente, hablando de los grandes eventos que se estaban preparando en la ciudad, y de uno u otro lugar interesante que Chat descubría corriendo por los tejados.
—Al final ¿qué pasó con tu vestido? —el gato preguntó, empujando su hombro contra el de su amiga.
Marinette le devolvió una sonrisa brillante —finalmente lo resolví. Estoy trabajando en él y pronto estará listo.
Ella parecía tan orgullosa de sí misma por esto que el rubio no pudo menos que sonreírle de vuelta — ¿puedo verlo?
Marinette llevó un dedo a su nariz y lo empujó débilmente, haciéndole notar al chico que se había ido acercando poco a poco a su rostro, sin darse cuenta —ah, ah, Chaton —ella negó, canturreando —nadie lo verá hasta que esté listo.
— ¿Purrrr favor? —Chat reunió sus mejores ojos de gatito, parpadeando incluso, para maximizar el efecto —soy bueno guardando secretos, lo prrrrometo.
Marinette se quejó, abandonando su taza para cubrirse los ojos con un quejido que delataba su dramatismo —nooo, no los ojos del gato con botas. No es justo, Chat —movió una mano en horizontal para cubrirse ambos ojos y con la otra golpeó ciegamente a su amigo, dándole un par de veces en el hombro y fallando otras en la campana.
El chico no pudo evitar reírse de sus reacciones. Era una fortuna que ya hubiera terminado su propia taza de chocolate, porque se tiró al suelo de espaldas, 'escapando' de los manoteos aleatorios de su amiga y se largó a reír.
Sus risas rápidamente contagiaron a Marinette, quién se descubrió los ojos para sonreírle, mientras recuperaba su taza para tomar el sorbo de chocolate que le quedaba antes de que enfriara.
—Supongo que tendré que esperar al gran día para verlo —el gato logró decir entre pequeñas risillas residuales, apoyándose en un codo como intento de incorporarse.
Cruzándose de brazos y mirándolo por sobre el hombro, Marinette lo descartó con un movimiento de mano que habría sido mucho más adecuado para alguien como Audry Bourgeois —supongo que podría tomar una foto para la próxima vez que me visites —mencionó, como si no fuera la gran cosa.
Alimentado por la chica que le seguía la corriente a sus bromas con una facilidad impresionante, Chat se reorientar en una posición felina, avanzando de nuevo hacia la oji-azul como si la estuviera acechando — ¿y puedo quedarme con la foto? No es mala idea ¡aunque tengo una mejor! —no le dio tiempo a ella de contestar, ni hacer otra cosa que mirarlo de forma inquisitiva… al menos, hasta que estuvo tan cerca que sus narices estaban a solo dos centímetros. Una pequeña voz dentro de él reclamó que el juego se le estaba yendo de las manos, pero la mayor parte de él solo quería seguir jugando con Marinette —podría hacer una aparición estelar en ese baile tuyo. No le negarías una pieza a tu héroe favorito ¿verdad, ma petit souris? —prácticamente estaba ronroneando al final de su pregunta, y la sonrisa traviesa que se apoderó de sus labios era imposible de poner bajo control, especialmente cuando los ojos azules de su amiga parpadearon hacia él, aturdidos, como si fuera una hermosa cierva atrapada frente a los faros.
Marinette balbuceó por un segundo allí, retrocediendo en cuanto la nariz de Chat tocó ligeramente la suya ¿Él se daba cuenta de lo cerca que estaba? ¿Estaba tratando de ponerla nerviosa o algo así? —se que puedes ser muy fortuito, pero no harías una cosa como esa ¿verdad, Chat? —ella hizo una mueca, abandonado las bromas. Chat volvió a avanzar — ¿no tienes cosas que hacer como, ya sabes, la persona bajo la máscara? ¿Y de dónde sacas que eres mi favorito? —añadió lo último con descaro, tratando de recuperar terreno al sentarse firme y cruzar los brazos.
—Puedo hacer espacio en mi agenda —él la desestimó, antes de darle una sonrisa más ancha —y ¿de dónde, dices? veamos —él se palmeó la barbilla con el dedo índice antes de empezar a contar, levantando un dedo por cada argumento —no he visto ningún otro héroe venir a tu balcón para pasar el rato. Tampoco he visto que lleves ropa de ningún otro héroe —su cola se balanceó al recordar lo adorable que ella se veía en su sudadera con capucha temática —y nunca he escuchado que te hayas enamorado de otro-
— ¡Chat Noir! —frunciendo el ceño, Marientte empujó sus manos contra el rostro ridículamente presumido del rubio — ¡acordamos dejar morir y enterrar ese tema! ¡Gato malo! Ese día nunca sucedió —hizo una buena interpretación de un gruñido animal, molesta de recordar la vergüenza que pasó por su estúpida tapadera de estar enamorada del gato y su padre tomándolo tan en serio.
—Oh, está bien —Chat se rió entre dientes, apartando su rostro de las manos de su amiga para, en su lugar, empujar su frente contra el hombro de la chica, permitiendo consciente y voluntariamente que un ronroneo lo atravesara y vibrara contra la piel de Marinette —pero eso no quita mis primeros puntos —la franco-china resopló e hizo un puchero, sabiendo que no tenía nada para contradecirlo —a menos que tengas miedo de que tu novio se ponga celoso si te robo para un baile.
Él la sintió tensarse levemente, por lo que movió su rostro, aún sin dejar de ronronear, hasta que apoyó la barbilla en el hombro femenino, y pudo ver su expresión pensativa — ¿celoso? —ella repitió, como si esa palabra no fuera compatible con la idea de su pareja —no lo sé. No creo que nunca lo haya visto celoso.
Una campana sonó en la cabeza de Chat ¡Perfecto! Había estado deliberando cómo llegar al tema desde que almorzó con ellos y decidió que un gato negro podía pasarse por el balcón de su amiga por un poco de información.
—Santas bolas de pelo, solo estaba bromeando aquí, Marinette ¿Realmente tienes un novio? —Chat hizo su mejor actuación de estar sorprendido —la princesa finalmente fue secuestrada de su torre. Y ni siquiera fui informado.
Marinette giró los ojos ante sus tontos chistes y su tono indignado hacia el final, sin embargo, sus mejillas se calentaron un poco — ¿a qué número, exactamente, iba a enviarte un mensaje o a llamarte para compartir 'la noticia'? Nosotros… empezamos a salir esta semana —ella empezó a jugar con un mechón de su cabello, sin sentirse capaz de mantener contacto visual mientras su rostro quemaba.
Chat no estaba seguro de cómo se sentía ante la sugerencia de que Marinette le habría dicho sobre su nueva relación, como a Luka y Kagami, si hubiera tenido un método de contacto. En cambio, con Adrien, Félix había preferido decírselo él mismo para que ella no tuviera que hacerlo.
La ambivalencia de su relación con los dos lados de su persona era digna de un latigazo cervical.
No es que no te lo merezcas, reclamó una parte de su cerebro.
—Así que… ¿quién es el príncipe en este cuento de hadas? —él se inclinó hacia ella, actuando como un niño curioso.
Marinette se sonrojó un poco más si cabía — ¿recuerdas… que te conté sobre el chico que me regaló ese bonito adorno para el pelo?
—Sí~ —el gato empujó su memoria a las cosas que Marinette le había confesado durante sus visitas —me dijiste que te enseñó a bailar vals y te hiciste bolita sobre cómo no querías volver a enamorarte, desastre adorable —él le recordó.
Marinette se quejó con un sonido patético —nunca tuve oportunidad. Él es… increíble, Chat —el gato tenía que estar admirado de que una persona ajena a su familia hablara así de su primo. Era claro como el cristal que Marinette estaba realmente enamorada —esta mañana, por ejemplo, estaba ayudándolo a decorar para el cumpleaños de su madre y ¿sabes cómo suelo tener música mientras hago cualquier otra cosa? —Chat asintió —bueno, en cuanto terminamos él se acercó antes de que yo pudiera apagar la música y empezamos a bailar —ella suspiró.
—Entonces~ ¿le dijiste cómo te sentías por él? —Chat ladeó ligeramente la cabeza, curioso por cómo se habían juntado.
Para su sorpresa, la chica negó con la cabeza —no, yo- él… él fue quien se me confesó —tuvo que llevarse las manos a las mejillas, tratando de bajar la temperatura de su rostro con la piel que la brisa nocturna ya había enfriado, a pesar del pequeño capullo de mantas en el que se había acurrucado.
—Vaya —el gato murmuró, tomándose un momento para asimilar la información ¿Era más sospechoso que Marinette se hubiera confesado por lo que Félix podría aprovecharse de sus afectos, o que Félix fuera el que se acercó a ella con una confesión? Él no estaba seguro — ¿y cómo fue?
Marinette se puso nerviosa por un segundo allí, porque claramente no podía decirle que se le había declarado después de hacerle saber que había descubierto su secreto mágico —nosotros, eh… nos quedamos atrapados en un armario dentro de la escuela a causa de ese akuma Roi Coeur —ella explicó nerviosamente, moviendo sus manos mientras hablaba, señalando la escuela y haciendo una figura rectangular, entre otras cosas —y, nosotros, eh ¿nos besamos? —la mandíbula cayó graciosamente, como si hubiera desencajado en ese instante.
— ¿Besándote con un chico en un armario durante un ataque akuma? ¡Santos Miraculous, Princesa! ¡Escándalo!
Marinette parpadeó una vez. Dos veces. Y luego, no pudo contener las carcajadas —No puedes vivir sin juegos de palabras o referencias a caricaturas ¿no es así, Chaton? —ella resopló y se cubrió la boca con una mano, tratando de controlar su risa.
—Nunca lo habría creído de ti, ma petit souirs —el gato actuó dramáticamente indignado —¿Qué sigue? ¿Robar autos? ¿Nadar con vagabundos? —Marinette extendió un pie y pateó la bota del gato, en un intento de que parara y dejara de hacerla reír. Iban a llamar la atención de alguien si no lo mantenían bajo —está bien, está bien —Chat se encogió de hombros, entre sus propias risas —última pregunta ¿estás segura de eso?
Marinette respiró profundo antes de poder responder — ¿segura de qué, exactamente? ¿qué quieres decir?
"De él. De que realmente le gustes. De su sinceridad. De su relación" Tantas respuestas en su mente y ninguna por la que Marinette no lo echaría de su balcón a patadas —bueno, no puedo ir y darle las advertencias de rigor a tu pequeño príncipe escandaloso, entonces, tengo que fiarme de tu palabra ¿Te trata bien? ¿Te respeta? ¿Te sientes segura con tu relación? —no escondió su preocupación por ella mientras preguntaba.
Por fortuna, Marinette no se sintió indignada o atacada con sus cuestionamientos. Tomó su preocupación como la de cualquier buen amigo —no tienes nada de qué preocuparte, Chat. Te lo prometo. Él me hace muy feliz —la sonrisa enamorada de ella era ridículamente adorable, si le preguntaran al gato —me trata… como a una reina —ella no pudo evitar ruborizarse al recordar las veces que la llamaba 'su reina'.
Chat suspiró. Una Marinette enamorada era una Marinette adorablemente nerviosa e igualmente dulce y atenta, por lo que parecía.
Pensar que nunca se dio cuenta de que ella sentía eso por él. Pensar que pudiste tener esto, esta chica maravillosa dándote todo su amor, atención y cuidados, reclamó una voz amargada en su cabeza, que él sacudió bruscamente. No. Él amaba a Ladybug, incluso si supiera de sus sentimientos, intentar cualquier acercamiento con ella probablemente hubiera estado condenado al mismo fracaso que con Kagami.
Solo espero que Félix esté diciendo la verdad. Marinette no merece que le hagan más daño, pensó, mientras la veía acurrucarse más en las mantas. Claramente rehuyendo del frío nocturno.
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Marinette se despertó temprano en la mañana siguiente, con los kwamis prácticamente bailando sobre ella.
Aturdida, se quejó en voz baja, mientras trataba de reunir la energía suficiente para salir de su cómoda y cálida cama. Todo lo que quería hacer era rogar por silencio y volver a acurrucarse.
Pero ella no podía hacer eso.
—Marinette, nos pediste que te levantáramos a esta hora, sin excusas ni 'cinco minutos más' —Tikki le recordó, con su aguda e inocente voz, eternamente animada —tienes que ir a casa de Félix ¿Recuerdas?
Marinette se preguntó si había encontrado el primer inconveniente a esto de tener novio.
Pero ese podría ser su cerebro no-madrugador simplemente siendo gruñón.
—Está bien, está bien —ella gruñó, pateando con torpeza la manta fuera de su cuerpo. Ni siquiera podía molestarse y culpar a Chat, el gato no se había quedado demasiado tiempo en su tejado. Después del interrogatorio sobre su nueva relación, él había preguntado si podía volver la noche siguiente y luego de su aceptación la había enviado a la cama a descansar —estoy levantándome ahora—hizo un esfuerzo por sentarse y salir de su cama. Su muy cómoda y cálida cama.
Lo que hacía por amor.
La franco-china se apresuró a asearse y prepararse, asegurándose de que su maquillaje era lo suficientemente ligero y natural, pero aun encubría las pequeñas bolsas oscuras bajo sus ojos que, últimamente, parecían no querer marcharse, sin importar si ella lograba ocho horas sólidas de sueño o no.
También soltó su cabello del recogido que se había hecho antes de meterse en la cama, rezando interiormente para que el resultado fuera medianamente positivo. De hecho, se sorprendió cuando su cabello negro azulado cayó por su espalda y hombros en una bonita cascada de rizos, que consiguió sonidos apreciativos y un par de cumplidos de parte de los kwamis.
Marinette se pasó un cepillo por el cabello un par de veces, para asegurarse de que se veía bien, antes de recoger unos pocos mechones detrás de sus orejas con horquillas finas que se escondían en su cabello, y la ayudaron a sostener su preciado adorno de cuarzos al estilo corona de laureles. Luego, añadió dos pequeños broches triangulares de color rosa pálido al final de su flequillo.
Con su rostro listo, la oji-azul pasó a cambiarse el pijama por la ropa adecuada. Tomó el vestido de invierno rosado y las mallas térmicas blanco perlado que había elegido con antelación para este día y se aseguró de que todo estuviera en su lugar, bien estirado y sin un solo fallo, frente a su espejo.
Como toque final, roció un poco de perfume detrás de sus orejas y en su clavícula. Generalmente no usaba fragancias, pero su abuelo le había obsequiado ese frasco hacía unos meses (sus padres sugirieron que estaba tratando de compensar, sigilosamente, los 14 cumpleaños que se había perdido, dándole pequeños obsequios de vez en cuando)
Los kwamis se aseguraron de que agarrara el obsequio y su bolsito habitual con todas las cosas necesarias, véase su teléfono, llaves, billetera y bocadillos para Tikki.
Un repaso mental más tarde, y un poco de aliento de su kwami, y Marinette salió de su habitación.
Sabine estaba en la cocina y la recibió con una sonrisa nostálgica, pensando en lo mucho que estaba creciendo su pequeña. La envolvió en un abrazo y le ordenó que desayunara algo antes de irse, asegurándole que el pastel estaba abajo en la panadería, listo para que ella se lo llevara.
— ¿Te importa si echo un vistazo? —Sabine preguntó, señalando la bolsa de regalo que Marinette había bajado consigo.
La menor asintió, tomando un sorbo de leche junto con las tostadas cubiertas de mermelada de albaricoque. Realmente le vendría bien la opinión de su madre.
Sabine sacó el artículo de la bolsa con movimientos cuidadosos, inspeccionándolo durante largos segundos antes de formar una sonrisa orgullosa —es hermoso, querida.
Marinette exhaló, aliviada —lo decoré a juego con la prenda que Félix me encargó para ella. Realmente espero que le gusten —comentó con un poco de aprehensión mientras recogía sus platos, cuidadosa de no ensuciar su ropa, y los llevaba al lavavajillas que su madre había estado cargando previamente, con el resto de los trastes que se usaron para el desayuno de ella y Tom.
—Estoy segura de que sí —la mujer china aseguró, conociendo y confiando en el gran talento que tenía su hija —al igual que el pastel. Y tal vez, la próxima vez, podamos reunirnos todos; a Tom y a mí nos encantaría conocer un poco mejor a Félix, y a su madre también. Ya que ustedes dos se están volviendo tan cercanos —finalizó, con una sonrisa.
Los ojos de Marinette se ensancharon ante el tono de su madre. Ohhhh, no había duda de que ella sabía cosas. Seguramente sabía que estaba enamorada. Quizás incluso sabía que ella y Félix estaban saliendo y solo estaba esperando a que Marinette lo confesara por cuenta propia.
Marinette no tenía tiempo para pensar en eso ahora.
— ¡Mamá! —ella se quejó, como cada vez que cualquiera de sus padres la avergonzaba, prefiriendo dejar las cosas en el tintero, al menos por el momento, y salir corriendo —tengo que irme —agarró la bolsa de regalo y se apresuró a salir — ¡Nos vemos en la tarde!
—No te olvides de recoger el pastel abajo con tu padre, Marinette —Sabine le recordó, sacudiendo la cabeza suavemente con cariño.
Marinette hizo lo indicado. Dobló al finalizar las escalares para entrar en la trastienda y encontró una única caja de cartón sobre una de las mesas, decorada con el logo de la panadería-pastelería, y una nota adhesiva.
Echando un vistazo más de cerca, notó la fluida letra de su madre en las palabras: Felicidades en su día, atte.: Familia Dupain-Cheng.
La oji-azul no pudo evitar sonreír mientras recogía cuidadosamente la caja, gritaba una despedida para su padre y se marchaba por la puerta del edificio.
Estaba debatiéndose entre parar un taxi o tomar el autobús (era temprano en domingo, lo que, por norma general, significaba que no habría mucha gente) cuando una campanilla familiar llamó su atención, justo antes de que una bicicleta frenara frente a ella.
—Miren quién está despierta temprano. La primera nevada llegará hoy —Luka bromeó, inclinándose sobre el manubrio de su bici mientras le daba esa sonrisa afable y serena que lo caracterizaba.
Marinette resopló ante su broma, inclinándose como si fuera a besar su mejilla, en cambio, le dio un ligero cabezazo, haciendo que Luka se riera en voz alta —no eres quién para hablar. No sueles levantarte temprano los fines de semana ¿qué estás haciendo?
Los ojos celestes del músico se fijaron en ella, con buen humor brillando en ellos —pensé que tomaría el turno matutino y así tengo la tarde libre para practicar. Acabo de dejar un pedido unas calles atrás —él explicó —te ves muy bien, por cierto ¿a dónde te diriges?
—Gracias —Marinette respondió al halago con el más sutil rubor —voy a casa de Félix. Su madre está de cumpleaños y mis padres hicieron su pastel —levantó un poco la caja entre sus manos.
Luka levantó las cejas, tanto que alcanzaron su casco —vaya, seguro parece que ustedes dos van en serio —él silbó por lo bajo.
— ¡Luka! —la menor se quejó, esta vez bastante sonrojada. ¿Qué le pasaba a todos hoy que deseaban avergonzarla?
El aludido se rió de nuevo, divertido con el ritmo irregular y fuerte que se había vuelto su canción por la vergüenza — ¿te llevo? —sonó como pregunta, pero ya le estaba entregando el casco.
Marinette lo miró con un puchero en sus labios, aún molesta por ser avergonzada, pero lo miró con cautela —no quiero ocupar tu tiempo, Luka.
El mayor insistió, colocándole el casco a medias, antes de tomar la caja y la bolsa de regalo de sus manos para ponerla en su canasta —cualquier cosa por tí, ágape —le aseguró, sonriendo mientras usaba el apodo que los kwamis les habían dado recientemente —también tengo algo que necesito hablar contigo ¿está bien?
Marinette lo miró con curiosidad, abrochándose el casco antes de asentir y subirse cuidadosamente detrás de él, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de su mejor amigo —siempre puedes decirme lo que sea ¿qué sucede? —hizo una pausa para saludar a Sass, quien se asomó desde la capucha de Luka para darle los buenos días.
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Después de unos diez minutos, Luka la dejó en la entrada de la residencia temporal de los dos británicos.
En el camino, le contó que su madre finalmente había cedido a dejar que Jagged fuera a casa y todos tuvieran una charla muy necesaria.
Marinette había estado feliz por él y Juleka, conociendo bien el temple de madame Anarka.
Entonces, Luka procedió a advertirle que esa, precisamente le preocupaba el carácter de su madre, y cómo podría resultar ese re-encuentro. Le preocupaba que cualquiera de su familia, incluyéndose a sí mismo, sucumbieran a emociones demasiado intensas, lo que seguramente conduciría a un resultado muy conocido.
—Avísame cuando será —Marinette le dijo, determinada —me aseguraré de patrullar el Liberty. No dejaré que un akuma se acerque. Tu familia merece manejar esta situación sin intervenciones externas.
Luka la miró con alivio en sus ojos, mientras ella bajaba de la bicicleta y se quitaba cuidadosamente el casco —te lo agradezco, Marinette.
— ¿Para qué están los amigos? —ella le sonrió de vuelta —por cierto, también estaba pensado en tener una pequeña reunión con los portadores temporales en las próximas noches. Creo que necesitamos hablar sobre lo que podría pasar el día de los héroes, pero aún no estoy muy segura de cómo manejar eso ¿qué piensas?
Luka tarareó, considerando sus palabras mientras echaba una mirada a Sass por sobre su hombro —si necesitas hablarlo, o hacer una lluvia de ideas, o algo así ¿podríamos reunirnos esta noche? pensaba hacer una corta patrulla temprano, ya que mañana hay clases.
Marinette asintió, colocando el casco en la canasta antes de recuperar sus artículos —eso suena genial. Gracias, Luka.
El mayor negó con la cabeza —no hay nada que agradecer, Ma-Marinette. Te veré esta noche, envíame un mensaje si algo cambia.
—Lo haré. Tengan un buen día ustedes dos —se despidió de portador y kwami, inclinándose para colocar un beso en la mejilla del chico —ten cuidado en la calle.
Luka asintió con una sonrisa y se marchó, pedaleando en dirección a la torre Eiffel.
Por su parte, Marinette giró hacia la entrada y caminó por el bonito sendero entre el jardín principal hasta la puerta, notando de inmediato que auto negro no estaba a la vista.
Equilibrando las cosas en una mano, golpeó la puerta una vez antes de arrepentirse y preguntarse si mejor debió pedirle a Tikki que le avisara por mensaje que estaba en la puerta ¿Y si Amelie era quién le abría? ¡Ella no estaba lista para eso, quería que Félix decidiera como quería presentarla frente a su madre, a pesar que él le había aseverado que la presentaría como su novia!
—Calma, Marinette, todo estará bien —Tikki se asomó por el bolso en cuanto notó lo tensa que se estaba poniendo su portadora.
Marinette hizo una mueca antes de tomar una respiración profunda, tratando de creer en las palabras de Tikki. Todo estaría bien. Solo se trataba de su madre, no es como si estuviera a punto de inmiscuirse en una cena con toda la familia.
Todo. Estaría. Bien.
Marinette desearía poder creer eso.
En ese instante, la puerta crujió levemente mientras alguien tomaba el picaporte desde el otro lado.
Para la buena fortuna de su cordura, Félix fue quién la recibió.
Sin embargo, el chico pareció sorprendido de verla por un segundo. Eso fue todo lo que se necesitó para que la mente de Marinette cayera en espiral.
¿Por qué parecía desconcertado? ¡Él la había invitado!
¿Quizás había llegado demasiado temprano? ¡Pero ella había prometido llegar temprano!
¿Tal vez debió enviarle un mensaje mientras se preparaba esta mañana para que él le diera una hora exacta? ¡Tal vez no estaba lo suficientemente bien presentada!
—Félix, piedad, dile algo antes de que enloquezca —Tikki se asomó nuevamente por el bolso tras haberse escondido cuando se abrió la puerta, segura de que no había nadie detrás del rubio.
La voz de la kwami sacó al británico de sus pensamientos sobre lo bonita que se veía su novia y cómo lo hacía sentir el solo hecho de que ella estuviera ahí.
—Discúlpame. Pasa, por favor —él se movió a un lado de la puerta, dejándola entrar.
Marinette, quien apenas había logrado sofocar un chillido cuando Tikki le habló a Félix, asintió con rigidez y caminó los tres pasos que la separaban del recibidor — ¿bu-buenos días? —ofreció, inquieta.
Cerrando la puerta tras ellos, Félix le dirigió una mirada más suave —buenos días, bluebell —él le respondió en voz baja, parándose justo frente a ella. Levemente, abrió los brazos, esperando su reacción.
Marinette se relajó considerablemente mientras se sumergía en el abrazo ofrecido, después de dejar su carga en la pequeña mesita cercana. Sus manos envolvieron el torso de Félix, sus dedos encontrando la textura suave y densa del suéter cuello tortuga color marfil que estaba usando; era el color más claro que lo había visto usar hasta ahora, sin contar su camisa de vestir gris pálido.
El rubio envolvió sus brazos de manera floja alrededor de los hombros de su novia, apoyando la cabeza contra la de ella. El aroma distintivo del perfume que estaba usando llegó a él casi de inmediato, resaltando más por el hecho de que no olía a postre, como era habitual, en cambio, tenía un toque floral.
—Yo, eh ¿vine demasiado temprano? —ella preguntó torpemente, con la cabeza reposando contra el hombro del más alto.
—No —Félix respondió de inmediato, disolviendo lentamente el abrazo, en favor de mirarla directamente, después de colocar un rápido beso en su coronilla, feliz de ver su obsequio adornando su cabello una vez más —esperaba que me llamaras o enviaras un mensaje cuando estuvieras lista. Hubiera enviado a Jeeves a recogerte —él explicó su confusión inicial.
—Oh —Marinette exhaló un suspiro de alivio al entender —no era necesario que se molestaran por mí ¿Noté que no está el auto? —añadió, con un toque de curiosidad. Sus manos pasaron de la espalda de Félix a apoyarse casualmente sobre su pecho.
A cambio, el oji-verde descansó una sola mano en su cintura, jugando con la tela sedosa pero cálida de su vestido —está recogiendo a Adrien. Podrían haberte recogido de camino.
Marinette se encogió de hombros simplemente —lo hecho, hecho está —descartó rápidamente el asunto — ¿Tu madre llegó?
Félix sonrió ante la ligera inclinación de cabeza que acompañó su pregunta —sí. Anoche… o, mejor dicho, esta madrugada. Pasaba de medianoche cuando llegó —explicó.
Haciendo una pequeña mueca de simpatía, Marinette cabeceó hacia la sala ligeramente — ¿lo vio ya?
—Creo que no —Félix negó con la cabeza —estaba bastante cansada cuando llegó. Me parece que solo encendió la luz de las escaleras para subir a su habitación —él narró. Se había despertado casi a las dos de la mañana con el movimiento inusual tan tarde en casa, y había salido de su habitación cautelosamente, solo para ver a su cansada madre casi arrastrar los pies hasta su recamara. La mujer apenas lo había reconocido lo suficiente como para disculparse por despertarlo. Félix tuvo que apagar las luces tras ella, sin estar seguro de que lo escuchara darle la bienvenida —Le llevé el desayuno a la cama. Se está arreglando ahora.
Las cejas de Marinette se arquearon hacia abajo con preocupación y simpatía —en ese caso ¿no sería mejor dejarla dormir un poco más?
Félix negó con la cabeza de nuevo —mi madre no suele levantarse muy tarde. Prefiere tomar una siesta en algún momento de la tarde si está cansada.
Marinette resopló. Claramente ella era todo lo contrario. Entre más tarde pudiera salir de la cama, más afortunada se sentía.
—Ahora —Félix la tomó por sorpresa, usando su mano libre para tomar una de las suyas, que aún reposaba en su pecho —aun no te he dicho lo maravillosa que te ves hoy —le dio una pequeña sonrisa traviesa, antes de apoyar sus labios contra el dorso de su mano, disfrutando del sonrojo que provocó su repentino acto — ¿Puedo ser tan atrevido de robarte un beso de buenos días, my Queen?
Marinette no pudo evitar reírse de su coqueteo, era casi fascinante cómo Félix podía hacerlo caballeroso, lo justo para que no pareciera dramático o demasiado teatral — ¿atrevido, tú, mon cher? —ella respondió, con una sonrisa completamente enamorada. Sí, definitivamente valía la pena renunciar a su cómoda y cálida cama por esto. Félix la hacía cómoda y cálida de maneras completamente nuevas, y a ella le fascinaba —impensable —añadió, en apenas un susurro, mientras se inclinaba hacia adelante para encontrarse con él en un beso.
La mano de Félix en la cintura femenina se estrechó en respuesta inmediata a la unión de labios. Con suavidad, tiró de ella más cerca, fascinado como siempre en lo bien que encajaban juntos.
El rubio soltó la mano que aún sostenía, en favor de llevarla hasta el cabello de su novia, hundiendo cuidadosamente sus dedos en los mechones de medianoche que estaban peinados en ondas, mientras sus labios atrapaban y tiraban juguetonamente de los de ella.
Mientras tanto, Marinette se deleitó con los latidos de su corazón justo bajo sus palmas. Frotando ligeramente sus pulgares contra la tela, ella inclinó ligeramente la cabeza, dándole a su beso un nuevo ángulo.
Las palabras 'te amo' bailaban en la punta de la lengua de Félix cuando se separaron para respirar, pero se contuvo rápidamente —ahora, esa es una buena manera de empezar el día —dijo en cambio, acariciándola suavemente con la mano que persistía en su cintura.
Distraídamente, se preguntó cómo sería empezar cada mañana con ella a su lado, con sus hermosos ojos de campanilla brillando, como lo hacían justo ahora, mirándolo como si fuera lo único en el mundo; y besándolo de esa manera en que disolvía toda su mente en blanco y paz.
Ella lo hacía sentir de formas que nunca antes había experimentado y seguro no quería que terminara nunca.
Marinette se ruborizó suavemente, feliz con sus palabras. Él la hacía sentirse tan querida y apreciada, de un modo que nadie más podía. Amaba la forma en que la miraba y todos esos no-tan-pequeños elogios que él soltaba tan alegremente en cualquier momento —estoy de acuerdo, lo es —se inclinó para presionar un beso sobre su mejilla, tratando de transmitir cuan feliz la hacía —te quiero —ella murmuró contra su oído.
—Y yo a ti —él le devolvió de la misma manera, acariciando su rostro con la punta de la nariz antes de convencerse a dejarla ir y dar un paso atrás — ¿Ya desayunaste?
Marinette asintió, moviéndose para recuperar la caja y la bolsa —mis padres no me dejarían salir sin haber comido algo —explicó — ¿Tú?
Félix negó con la cabeza antes de mirar la bolsa con curiosidad —estoy esperando a Adrien. No me importa lo que diga, las dietas de Gabriel son absurdas —explicó, apenas dejando entrever su disgusto hacia su tío.
Marinette resopló —estamos de acuerdo en eso —Adrien no solía hablar mucho sobre sus restricciones dietéticas, pero todos podían ver cómo el chico parecía casi famélico cuando le ofrecían hasta el más sencillo bocadillo. No hablaba muy bien de su nutrición. En ese momento, escucharon el auto aparcar —parece que está aquí. Voy a colocar el pastel en la base y a decorar los cupcakes —presionó un beso más en su mejilla y se dirigió a la sala para acomodar el pastel y dejar la bolsa de regalo en la mesa, donde ya estaba el regalo de Félix.
—Nos uniremos a ti en un momento —el chico prometió, antes de abrir la puerta nuevamente.
Marinette pasó a la cocina mientras la puerta aún estaba abierta, apenas escuchando la voz de Félix desde fuera.
Aún nerviosa de que Amelie bajara y la encontrara sola en su casa, empezó a decorar los cupcakes con el glaseado que había enseñado a los primos a hacer ayer.
Estaba a mitad de camino cuando dichos chicos entraron. Adrien estaba demasiado animado para la hora de la mañana que era.
— ¡Buenos días, Marinette!
La chica no pudo evitar responder con una sonrisa —buen día, Adrien —la niña se preguntó, internamente, si estaba tratando de parecer más animado de lo que realmente estaba. Este también era el día de cumpleaños de su madre desaparecida después de todo — ¿Todo bien en casa? —no pudo evitar preguntar.
—Padre no estaba del mejor humor… pero solo lo vi un par de minutos —el modelo se encogió de hombros, vacilante —Está encerrado en su estudio… como de costumbre —rumió más para sí mismo lo último.
Félix dio un paso adelante para estar lado a lado con su primo y, en silencio, empujó su hombro con el propio, dándole una expresión suave.
Marinette sonrió viéndolos.
Después de un momento, Adrien trató de sacudir el momento tenso preguntando si podía ayudarla de algún modo. La chica accedió a dejarlo cubrir los pastelillos con el glaseado blanco mientras ella delineaba las letras 'HBD' con dorado.
Mientras tanto, Félix trajo los platos ya listos del desayuno para él y su primo, además de una pequeña fuente con trozos de diferentes frutas, y una taza de té, para su novia; porque él era un caballero, ella una invitada en su casa, y de ninguna manera se iba a sentar a comer sin que ella tuviera algo para sí misma.
Entonces, el sonido de pequeños tacones se escuchó desde las escaleras.
El chillido nervioso de Marinette llamó la atención de los primos un segundo después.
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Conteo de palabras: 5.589
Buenas! Siento que ya no sé qué escribir en las notas, ahora que ya no hay capítulos por salir.
Sin embargo, la película llega en 4 días más, por lo que probablemente comentaré sobre ello en la próxima actualización.
Lamento la demora. Realmente la única causa ha sido un bloqueo. Literalmente solo podía sentarme y escribir un puñado de decenas de palabras antes de secarme el cerebro por completo y pasar a otro fic o simplemente cerrar los documentos.
Aunque también me senté y empecé una maratón de una vieja serie animada que solía amar de niña. Ginger o As Told by Ginger, es una serie que recordaba con mucho cariño y sorprendentemente bien tomando en cuenta que la vi hace mucho más de una década por tv. Volviendo a verla hoy, me sorprendo de lo mucho que influyó la protagonista en la adolescente y la adulta joven en las que me convertí. La forma en que se expresa cuando escribe en su diario, o cuando crea poemas, me siento muy identificada con eso.
Solo quería compartir esto. Abrazos para todos, mis bombones de chocolate.
Laurenlmprincess: ¡Parece que todos los que no son simps del cuadro amoroso están de acuerdo en que el final fue un ridículo sin sentido ¡Me alegra que la gente exprese sus criticas! Astruc ya es lo suficientemente arrogante como para que todos los consumidores de Miraculous le aplaudan ese final mal hecho.
Gracias por pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
Stephanie-mal: Adrien todo el cap: ¿Dónde está la cámara escondida?
He visto muy pocos que toman en cuenta eso, pero si saliera en la vida real, sabemos que funan al adulto famoso en 0,5 segundos. Así que vamos a por ello.
Porque literal eso hizo. Aquí las pruebas xD
Gezeniaquintero: ¡Me alegra mucho que tu y tu bebé estén bien ahora! Tuve una recaida de dos días en resfriado también (aunque por un momento pensé que era alergia, porque me molestaban los ojos por momentos, y me picaba el interior de la boca) pero tres descongestionantes y ya estoy bien.
Ufff. Ciertamente un final de temporada infumable. Es que no hay por donde salvarlo excepto quizás las escenas de la batalla final.
¡Es que sí! Quieren darnos la idea de que Adrien es una persona propia y digna a pesar de ser Sentiser… pero lo ponen de inútil, lo envuelven en una burbuja de mentiras TOTAL… básicamente es un ken para la prota en este punto :v
Gracias por pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
Jesus28: Bueno, ya casi está aquí la película. La actuación de doblaje de Tommy es que magnifica prácticamente siempre. Sin embargo, no me termina de convencer el apodo/burla de sandía a Ladybug, no sé porque, como que me sienta demasiado infantil y ridículo, incluso para Chat.
Pues la peli no tendrá relleno pero, según el público francés, tendrá demasiadas canciones. No sé, ya veremos que tal en unos días.
gracias por pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
Emely-nya: xD esos dos en la fase Luna de miel y el Adrien…. Eh.. ¿esto es una especia de broma? ¿dónde está la cámara oculta?
xD gracias por pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
Yami96: ¡Wow! Tengo que sacarme un billete de lotería, esto no se ve todos los días )?
¿Por qué tienes miedo del plan de Alix?... Nah, mentira, sí la hice misteriosa xD
Meh, Action es un capítulo de concientización contra el uso excesivo del plástico, que literal no tendrá nada que ver con la trama.
Sip, después de lo de Amelie viene el evento Agreste.
¡Abrazos para ti! ¡Espero que el calor ya esté bajando por allá!
RilaZou: Voy a tratar de hacer mi mejor esfuerzo por hacerlo fidedigno y realista, pero ciertamente no tengo una carrera en nada involucrado con las leyes o la abogacía, así que ténganme paciencia xD
No, no estoy involucrando cosas de la quinta temporada como Félix y demás sentís, el padre de mierda de Félix, ni las múltiples personalidades- digo, identidades de Lila- Cerise, o cómo diablos quiera llamarse. Dejaré eso para futuros fics.
Totalmente de acuerdo con tus dos puntos. Adrien literalmente vive en una burbuja de mentiras en ese punto y hacia adelante.
Satorichiva: Hola! gracias por pasarte a leer y comentar.
Amo escribir la relación de Félix y Marinette, simplemente puedo darme rienda suelta y escribir una relación de comunicación abierta y sana porque los dos simplemente me dan esas vibras de complementarse bien.
Sobre Alya, no sé, en mi cabeza sus padres no dimensionan lo grande que es el Ladyblog. Siento que, si le pusieran más atención, no permitirían que Alya esté tan cerca de las cosas. Quiero decir que hay mejores opciones, como comprarse un dron y enviarlo a grabar, estando ella desde una distancia más prudente. A fin de cuentas, si se daña, la magia de Ladybug lo restaurará al final de la pelea.
Tanto como me gusta leer fics donde el asunto de Lila se vuelve una batalla campal reducida a la escuela, me gusta que tenga resoluciones realistas. Lila es un peligro, y una delincuente y muchas cosas serias, que merecen medidas igual de serias. Entonces. Sí. Denuncias y abogados.
¡Saludos!
Viper Couffaine: Hola. Gracias por siempre pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
Roxxi-chan: Hola! La película sale en solo una semana! Fue una prueba de paciencia no buscar una subida pirata con subtitulos chafa en alguna parte xD o la de doblaje castellano. Pero finalmente está casi aquí.
Muchas gracias por pasarte a leer y comentar. Saludo y abrazos!
