Entonces, el sonido de pequeños tacones se escuchó desde las escaleras.
El chillido nervioso de Marinette llamó la atención de los primos un segundo después.
Adrien, compadeciéndose de su amiga, se adelantó hacia el arco que separaba la cocina del pasillo, interceptando efectivamente a su tía.
— ¡Feliz cumpleaños, tía Amelie! —él la envolvió en un abrazo cuidadoso, pero emocionalmente cargado, girando levemente con la mujer para que Marinette no estuviera directamente en su línea de visión, ni tampoco la sala decorada.
Puede que su princesa no le hubiera mencionado nada sobre esta reunión anoche, pero era bastante evidente lo nerviosa que estaba y, Adrien o Chat, él era su caballero en cuero brillante.
Y tenía mucho que compensar como Adrien, de todos modos.
—Oh, bebé, muchas gracias —Amelie se rió suavemente de la efusividad de su sobrino, devolviéndole el abrazo y deslizando sus dedos, con uñas pulidas y pintadas con un patrón intrincado, por el cabello rubio medio desordenado —me alegra que estés aquí.
En respuesta, Adrien sonrió, hundiendo la cabeza bajo la clavícula de la mujer —a mí también —él susurró contra ella, abrazándola un poco más fuerte.
Marinette observó el intercambio en silencio, sintiéndose increíblemente fuera de lugar, aunque eso estaba un poco cubierto por la ternura de presenciar la escena.
—A veces, no estoy seguro de cómo me siento frente a momentos como este —Félix le confió, susurrando al oído lo más bajo posible, para no alertar a sus familiares. Él encontró su mano y la sujetó, entrelazando sus dedos después de un sutil apretón. Marinette tarareó en el mismo volumen, haciéndole saber que tenía su atención —me recuerda que también extraño mucho a mi tía y… a mi padre —hubo una ligera pausa ahí. Marinette apretó el agarre de sus manos mientras se deslizaba un paso más cerca de él. Sus movimientos deliberadamente lentos para no atraer la atención sobre ellos —pero me da gusto ver que Adrien encuentra consuelo en mi madre. Ciertamente, no creo que nunca lo obtuviera del tío —agregó, más amargamente. Y Marinette no pudo evitar estremecerse, no solo por su tono tosco, sino que su acercamiento había permitido que la boca de Félix estuviera casi pegada a su oreja, y su aliento la hizo estremecer.
— ¿Qué hay de ti? —Marinette preguntó, su voz delataba su preocupación por él — ¿No quieres ese tipo de consuelo de vez en cuando?
—A veces —Félix admite, en una inusual muestra de vulnerabilidad —no del tío, claramente. Y, por un tiempo, pensé que era suficiente con ser el apoyo de mi madre… —Marinette se movió lo suficiente como para mirarlo. Tenía tantas ganas de abrazarlo, sus ojos se veían tan… claros en ese instante, permitiendo que sus emociones se mostraran sin control o encubrimientos. Por eso, se sorprendió cuando él deslizó su brazo libre alrededor de la parte posterior de su cintura, apretándola cuidadosamente contra su cuerpo, como si le hubiera leído el pensamiento —pero, ahora… sé que no es lo mismo, pero… cuando me abrazas, ma Queen, se siente como si cualquier preocupación o dolor desapareciera durante esos instantes —Félix murmuró, esta vez no contra su oreja, sino contra su cabello y, por unos segundos, Marinette tuvo la impresión de que él estaba sonrojado, sintiendo una inusual cantidad de calor desde donde el rostro masculino hacía, parcialmente, contacto con su sien.
Los ojos de Marinette se aguaron cuando procesó sus palabras. ¿Cómo? ¿Cómo había tenido ella tanta suerte? ¿Cómo podía ser él tan romántico? ¿Era por los libros de poesías que a veces lo notaba leyendo? Tenía que serlo…
Oh~ Él realmente quería hacer estallar su corazón ¿Cierto? Porque era demasiado perfecto. Perfecto para su lastimado y, lentamente, reconstruido corazón.
—Félix —apenas fue capaz de exhalar su nombre en un susurro tembloroso. Ni siquiera tuvo la necesidad de cuidar su tono. No habría podido hablar más alto incluso si lo intentara. Él le había quitado el aliento con sus palabras.
—Por eso, no necesitas estar nerviosa, Marinette —él la abrazó un poco más fuerte, disfrutando de sentirla cerca. Nunca pensó que querría mantener tan cerca a ningún ser humano fuera de su madre, pero ella era simplemente única —Mamá te ve a adorar porque yo te adoro. Y va a estar feliz por nosotros.
—Félix, mon Cher, vas a hacerme llorar —ella le reclamó por lo bajo, honestamente preocupada de estropearse el maquillaje si él seguía hablando. Sus mejillas se sentían cálidas.
Sus palabras pusieron un ceño fruncido en el rostro de su novio. Félix inclinó ligeramente la cabeza, renuente a separarse de ella — ¿Estoy siendo…? ¿Es demasiado? —él preguntó, ligeramente inseguro de cómo verbalizar lo que quería preguntar.
Marinette le dio un apretón en sus manos unidas mientras murmuraba una negativa, no queriendo darle una impresión equivocada —no de mala manera, lo prometo —ella cerró los ojos y respiró profundamente. El aroma de su colonia la inundó y le dio un atisbo de tranquilidad —me haces muy feliz.
Sus palabras desencadenaron un pequeño flashback en el rubio. Félix podía recordar un momento al aire libre con sus padres, en medio de un viaje quizás, era bastante joven y no lo recordaba del todo. Pero la voz de su padre era clara, medio seria y medio en broma, diciéndole: a la mujer que realmente te importa, solo debes hacerla llorar de felicidad. En aquel momento, sus palabras le ganaron una suave risa de su madre y un amoroso beso en la mejilla.
Un pequeño calor se encendió en el pecho de Félix ante el recuerdo. Se sintió de nuevo como un niño mientras se preguntaba si su padre estaría orgulloso de él en este momento.
Sin luchar con la sonrisa que se apoderó de sus labios, el británico se inclinó hacia su amada y besó espontáneamente su mejilla, cálida por el sonrojo que apenas se disipaba. Despacio, retiró su brazo de su cintura mientras le daba un último apretón a su mano, sabiendo que la distracción de su primo no duraría mucho más — ¿Lista?
—Tan lista como puedo —ella asintió, soltando lentamente sus dedos para que Félix se dirigiera hacia su madre.
Marinette lo vio caminar hacia ella, con ojos suaves y una pequeña sonrisa cálida tirando de sus labios. La mujer era indiscutiblemente hermosa. Félix le había mostrado una foto de ella una vez, y Marinette había visto fotos de Emilie Agreste antes, pero verla en vivo era otra cosa.
El cabello rubio, ligeramente más platinado que el de su sobrino e hijo, estaba perfectamente recogido en una cola de caballo lateral que caía sobre su hombro, adornada por algunas pequeñas trenzas que se envolvían a los costados de su cabeza.
Caminaba sobre tacones con una facilidad y confianza que Marinette solo ha visto en alfombras rojas. Vestida con elegancia y refinamiento a pesar de que el luto aún limitaba la gama de colores que estaba dispuesta a usar.
Realmente hermosa.
Amelie colocó una mano, delicadamente, en la mejilla de su hijo, sin retirar su otro brazo de Adrien. Sin embargo, Félix abrió la boca antes de que ella pudiera decir nada —siempre cumplo mi palabra, Mamá. Hay alguien a quien quiero presentarte.
La sonrisa de la mujer se ensanchó después de unos segundos de pensamiento. Levantó la mirada, siguiendo los ojos de su sobrino, quién había reaccionado también a las palabras de Félix, para encontrar a la jovencita que había estado esperando conocer. La joven por la que, tanto su sobrino como su propio hijo, hablaban muy bien y sonreían.
La emoción contenida detrás de las palabras de Félix la alertaron de inmediato, avivando sus sospechas de que esta chica era más de lo que ya había escuchado.
Marinette caminó lentamente hacia ellos, dejando atrás la isla de la cocina para estar a la vista de la mujer. Jugueteaba nerviosamente con el tirante de su pequeño bolso, pero por lo demás se paraba derecha y sonriendo suavemente (aunque el nerviosismo era evidente en sus ojos inquietos, como si no estuviera realmente segura de dónde mirar)
Amelie sabía que, probablemente, no estaba ayudando a la pobre niña, pero no podía evitar mirarla de arriba abajo.
Pequeña, fue la primera palabra que le vino a la mente; al menos, más pequeña que cualquiera de ellos. Probablemente la parte superior de su cabeza no superaría la barbilla de Félix, de pie uno junto al otro. Acorde a su estatura, poseía una figura bonita, saludable pero no demasiado delgada, aun teniendo en cuenta sus rasgos claramente asiáticos. La ropa limpia y bonita, no ajustada, pero amoldada a su cuerpo con la calidad de prendas hechas a medida; los colores claros y femeninos resaltando el azul oceánico de sus ojos, con pequeños destellos de gris bien mezclados. El cabello bien peinado y… oh, puede reconocer el accesorio que lo adorna.
El mismo adorno por el que su hijo le pidió consejo.
—Bienvenida, sweetie —le sonrió, saludándola con un tono suave, en lugar del entusiasta que era su habitual —te llamas Marinette ¿verdad?
La chica intentó enderezar aún más su postura, si es que era posible —oui, Madame —Amelie tomó nota de su voz, nerviosa, pero suave. Parecía estar reuniendo valor lentamente —estoy feliz de conocerla finalmente, gracias por invitarme hoy.
Adrien estaba mirando la interacción con curiosidad, preguntándose si su tía era consciente del noviazgo. Félix, junto a ellas, se aclaró la garganta. Sus siguientes palabras respondieron la pregunta no pronunciada de su primo —déjenme hacer las presentaciones adecuadas. Mamá, ella es Marinette Dupain-Cheng, la primera amiga que hice en la escuela, y mi novia —Adrien parpadeó dos veces, aun en silencio expectante. Amelie, por su lado, no escondió su sorpresa y deleite; sus ojos verdes se iluminaron y Marinette se removió nerviosamente —Nettie, mi madre, Amelie Graham de Vanily —completó el intercambio, aunque fuese innecesario.
Marinette fue a decir algo, probablemente a repetirse nerviosamente con un "es un placer conocerla" o algo así, pero Amelie la interrumpió, inclinándose ligeramente hacia ella para tomar sus hombros y plantar un beso en cada mejilla, como dictaba la bise.
La adolescente procedió a quedarse aturdida mientras Amelie se regocijaba en como simplemente sabía que ella era especial para su pequeño príncipe, cada vez que se mencionaba en una conversación.
Incapaz de contener una risa, Adrien se deslizó al lado de su primo, dándole una mirada divertida. Félix ciertamente no iba a darle el gusto de burlarse de él, a costa de la efusividad de su madre, por lo que simplemente resopló y mantuvo una expresión neutral.
—...cuéntamente todo sobre ti, quiero conocerte bien.
Marinette, un poco sonrojada de vergüenza por tanta atención, asintió dócilmente a la solicitud de la mujer —por supuesto, madame. Sin embargo, tenemos una, eh ¿pequeña sorpresa para usted? ¿Tal vez le gustaría verla primero? —ofreció, un poco insegura, mientras enviaba una mirada que decía/exigía "un poco de apoyo aquí, chicos" a los primos.
Félix asintió hacia su novia, avanzando para colocar una mano en la espalda de su madre mientras esta repetía — ¿una sorpresa? —con evidente curiosidad.
El británico giró cuidadosamente a su madre para que mirara de frente al salón de la casa, encontrando la fina cortina de serpentinas como primera vista. Mientras, Marinette le dio un pequeño toque a Adrien en el hombro, señalando los cupcakes con la cabeza en cuanto obtuvo su atención.
El modelo asintió y recogió los postres mientras Amelie apartaba suavemente las tiras de papel colorido y ensortijado para encontrar la sala decorada y el pastel en una base a juego, junto con un trío de bolsas, claramente regalos.
—Oh, mi pequeño mago, ¿cuándo tuviste tiempo de encargar esto? —la mujer sonrió, apreciando la combinación de colores y todos los pequeños detalles que conformaban la decoración.
—En realidad, Madre, lo hicimos personalmente —Amelie se giró hacia su hijo, visiblemente sorprendida por la declaración. Félix estaba mirando a Marinette con una suave mezcla de afecto, orgullo y agradecimiento que era cautivadora de apreciar, especialmente en su hijo —Marinette propuso la idea. Fui a verla ayer después de que te marcharas. Ella lo pensó, planificó e hizo un listado de todo lo necesario. Adrien llegó más tarde y nos ayudó también.
El aludido miró a su primo con un poco de incredulidad. No había aportado nada en la decoración, simplemente siguió las instrucciones de Marinette para los cupcakes.
Amelie, por su parte, envolvió a los dos muchachos en un abrazo, colocando un beso en la frente de cada uno; lo que provocó que Adrien se riera entre dientes y Félix apenas ahogara un quejido, aunque Marinette no tuvo mucho tiempo para pensar en inmortalizar la escena con una foto, cuando la dama aristócrata la alcanzó con un brazo y la persuadió para unirse al abrazo —muchas gracias. Esto es… es hermoso —ella respondió, con la voz ligeramente temblorosa por las emociones.
Marinette se sonrojó ligeramente bajó el elogio, Adrien sonrió por ver a su tía feliz, mientras que Félix sonrió levemente, con orgullo. Supo, desde el momento en que escuchó la propuesta entusiasta de la oji-azul, que su madre adoraría la idea. Y obviamente no se equivocó.
Amelie finalmente los soltó para echar un vistazo alrededor. Apreció cada detalle y elemento de la decoración, y Marinette se permitió relajarse con los ojos aprobativos de Amelie.
Después de la inspección, Félix tiró del brazo de su primo hacia el piano del salón, que estaba limpio y despejado, a excepción de un par de globos sueltos que reposaban en el extremo opuesto a las teclas, y algo de serpentina extendida por la superficie.
Amelie y Marinette se acercaron mientras los primos casi idénticos se acomodaban en la banca amueblada que hacía las veces de silla para el piano.
Pronto, River flows in you llenó la casa, inundándola con una sensación relajante que pintó una sonrisa en ambas féminas.
Marinette no pudo evitar tomarles una foto. Ambos lucían claramente diferentes tocando el instrumento. Adrien se movía ligeramente, su cuerpo fluyendo con el movimiento que sus dedos hacían para alcanzar la siguiente tecla, a veces también cerraba los ojos, dejándose llevar por la música. Félix parecía más centrado, manteniendo la vista fija en su digitación, pero su expresión era claramente más suave que su habitual rostro plano y había cierta suavidad en sus ojos entrecerrados.
Marinette se encontró balanceándose ligeramente sobre sus pies, dejándose llevar por la sensación relajante que la melodía transmitía.
Y no era la única.
Amelie tenía una mano sobre el pecho, sus ojos cerrados y su cabeza se mecía despacio, con el ritmo pausado y laxo de la composición musical.
—Hermoso —la oji-azul susurró bajito, en cuanto el tempo bajó al finalizar la melodía.
—Mis bebés, eso fue, sin duda… magnificent —la mujer aplaudió suavemente, mirándolos con una expresión de evidente amor maternal.
Adrien se animó claramente ante el elogio y afecto.
Marinette casi se ríe de la ternura al notarlo.
Un par de meses atrás, ella se habría derretido en charco al verlo así, ahora simplemente se alegraba de que Adrien recibiera el amor familiar y la atención que le negaban en casa.
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—Así que, tienes alguna pista, ya sabes ¿de qué es lo que ella pretende? —Marc preguntó, casi sin poder contener un bostezo, cuando Nathaniel y él se encontraron en el metro, en camino a donde Alix los había citado.
El pelirrojo negó con la cabeza, pareciendo incluso más somnoliento que su compañero artista —no tengo ni la más remota idea.
—...Fantástico —esta vez, Marc escondió el bostezo tras su mano, solo para sobresaltarse cuando la cabeza pelirroja cayó en su hombro suavemente. Miró a Nathaniel un momento, pero este no mostró ningún signo de reconocimiento… ni vergüenza, así que el pelinegro simplemente sonrió y apoyó su cabeza en la del más bajo. Total, aún tenían unos siete minutos hasta su parada.
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Una melodía de 'El lago de los cisnes' más tarde y los cuatro se encontraron sentados en la sala de estar, esperando a que la cumpleañera abriera sus regalos.
Marinette estaba nerviosa de nuevo. Para su fortuna, Adrien insistió en ir primero. Señaló su correspondiente bolsa de regalo y Amélie la abrió para encontrar una caja blanca y rectangular. Dentro, había un hermoso collar de perlas gris claro en torno a una única y reluciente perla negra.
—Es la pieza de joyería principal de la colección que está por salir —Adrien explicó, emocionado con la reacción sorpresa de su tía —logré que Nathalie me consiguiera una a tiempo.
—Oh, querido —Amelie arrulló, mientras trazaba las perlas con sus dedos, sintiendo la frialdad de las mismas —no tenías que conseguirme un regalo. El que hayas venido es más que suficiente —la mujer miró a su sobrino, sin poder evitar ver a su hermana reflejada en los ojos exuberantes y expresivos del modelo —gracias, Adrien.
El aludido respondió con una gran sonrisa.
—Mi turno ahora —Marinette se tensó en cuanto Félix entregó su correspondiente regalo a su madre.
Cómo antes, Amélie tomó la bolsa y la abrió cuidadosamente, encontrando la prenda envuelta en un papel ligero y semitransparente. Desdobló la tela y no pudo evitar una sonrisa cuando vió lo que era —no puedo creer que me consiguieras una de estas, hijo mío —se rió suavemente.
—Pruébatela, Mamá —respondió simplemente.
Amélie hizo lo que le pidieron y se puso en pie para deslizar los brazos dentro de las mangas, la chaqueta subió y envolvió su cuerpo con facilidad, como un capullo suave y cómodo.
—Oh, es preciosa, y me queda perfecta —Amelie arrulló, dando un pequeño giro para lucirla.
—Tiene un bordado en la espalda —Adrien señaló, viendo que Félix ni Marinette decían algo al respecto.
Con un sonido de curiosidad, Amelie se quitó la prenda para examinar la parte de atrás. Tal como Adrien señaló, encontró una golondrina reposando sobre una rama de flores. Amélie no era ajena al simbolismo del pájaro y le sonrió dulcemente a su hijo —me encanta ¿Dónde la conseguiste?
Tranquilamente, Félix guiñó un ojo y se llevó el índice a los labios, en señal de secreto —te lo contaré más tarde, Mamá —aseguró.
Finalmente llegó el turno de Marinette. Cuando Amélie abrió su obsequio, se encontró con un bolso de mano modificado por la propia adolescente: el cuero color champagne había sido trabajado para dar la impresión de ser elegantemente antiguo y la cadena estaba entretejida con cuentas relucientes de color blanco.
Cómo accesorio-llavero había un hermoso atrapa-sueños, tejido con los mismos colores de la chaqueta y adornado con plumas sintéticas de golondrina.
La oji-azul observó, con nervios, la reacción de Amélie, pasando por alto las expresiones de sorpresa y aprobación de Adrien y Félix.
Amélie, por su parte, se acercó a Marinette y tomó las manos de la más joven entre las suyas —cariño, realmente no tenías que molestarte —ofreció gentilmente —te lo agradezco mucho, es hermoso.
Marinette floreció con las palabras, así como el tono sincero y dulce de la mujer, después de haber estado revolcándose en la autocrítica y el nerviosismo durante eternos segundos —m-me alegro mucho de haber elegido algo que le gustara, madame.
La mujer le acarició el cabello, con la esperanza de tranquilizarla por completo, antes de reunir sus obsequios.
—Marinette ¿Los hiciste ambos, verdad? —Adrien no pudo contenerse a preguntar en voz baja, habiendo notado la similitud entre los dos regalos.
Las mejillas de la franco-china ardieron —e-el bolso es solo modificado, pero por lo demás, sí.
Sin embargo, Amélie no pasó por alto el intercambio — ¿Qué quieres decir, Adrien?
Con una sonrisa digna del gato Cheshire, Adrien empezó a explicarle a su tía, muy felizmente, el talento de su princesa.
Para mortificación de Marinette, Félix no dudó en unirse y explicarle el origen de su regalo.
Marinette se hundió en su asiento, completamente avergonzada, mientras Tikki simplemente ofrecía apoyo al presionarse contra su cadera desde el bolso.
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Encontrar a Alix había sido lo suficientemente sencillo, una vez que llegaron a la parada. La patinadora tenía un brillo… inquietante, en los ojos, si le preguntabas a Marc, y ciertamente parecía una chica en una misión.
La pelirrosa arrastró a los artistas hacia el pequeño parque frente al hospital y empezó a explicarles el plan: Interceptar a su director y tenderle una trampa para que les dijera lo que necesitaban saber.
— ¿Pero por qué es tan importante hablar hoy con el señor Damocles? —Marc insistió, tratando de entender el proceso de pensamiento de Alix.
—Sí ¿No pudimos hacer esto mañana en la escuela? —Nathaniel bostezó.
Alix sacó su teléfono mientras respondía —Llámenlo una corazonada —el par de chicos se inclinó frente a la pantalla de Alix para leer la publicidad de "El Búho" asistiendo al evento voluntariado del hospital infantil —Quiero tomarlo desprevenido. Nuestro director nunca ha sido el tipo más sereno, aunque le guste creer lo contrario. Tengo la sensación de que, si hacemos las jugadas correctas, podríamos obtener un poco de… información privilegiada.
—Sobre la expulsión y reinserción de Marinette —Marc finalmente empezó a entender.
— ¿De verdad crees que suelte algo al respecto? —Nathaniel siguió preguntando, inseguro sobre los resultados que podrían obtener.
—Lila ha estado evitando que la clase lleve el asunto de sus 'notas amenazantes' con el director por una razón —Alix continuó —Damocles y la señorita Bustier son los únicos que saben lo que sucedió y, cómo sea que se haya resuelto, aún les da motivos para priorizar a Lila si saben sobre algún problema en torno a ella.
Marc se cruzó de brazos mientras analizaba las palabras de la patinadora —creo que entiendo a dónde quieres llegar. Sí insinuamos que Rossi está teniendo problemas en la escuela "de nuevo" y hacemos las preguntas correctas, con suerte, el señor Damocles cometerá un error y arrojará algo de luz sobre lo que pasó con Nettie.
Nathaniel miró de un lado al otro entre Marc y Alix. Entendía la esencia del plan de Alix, era un poco como cuando tenía que usar su poder especial como Renart: presentar una ilusión, un señuelo, para guiar o engañar al akuma hasta que pudiera ser acorralado.
En este momento, el pelirrojo esperaba que funcionara igual de bien como los planes de Ladybug.
—De acuerdo, entonces ¿Qué es lo que debemos decirle exactamente? —Nathaniel no negará que se estremeció cuando Alix sonrió de forma maliciosa, antes de desarrollar una línea estructural de conversación.
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Conteo de palabras: 3683
¡Estoy de vuelta, perra!
Dioses! Que felicidad es poder publicar de nuevo.
Lo sé. Lo sé. Ha sido una eternidad. Creanme que lo sé de primera mano. Ni computadora finalmente se dañó a eso de Octubre del año pasado. La batería se dañó y el teclado también (el botón de encendido está en el teclado) y básicamente hasta la semana previa fue que reuní el dinero suficiente para pagar el cambio de batería y el teclado nuevo.
Gracias a todas las personas que seguían volviendo a leer mi fic. Los que dejaron comentarios preguntando cómo estaba. Es una lástima que fanfiction net no tenga un tablero o muro para postear y que los lectores puedan responder con facilidad.
Gracias a todos los que esperaron y que están aquí a mi vuelta.
Esto es por ustedes.
Volveré con mis impresiones de la Película y del especial de Londres la próxima semana con el próximo capítulo. Hoy solo quiero celebrar que puedo volver a publicar.
Pronto nuevo fic también.
Con amor…
Stephanie-mal: ¡Hora de conocer a la suegra!
Y sí. Félix ya solo necesita saber cómo quiere su amada la boda, dónde le gustaría establecerse y lo demás simplemente llegará con el tiempo.
Y no te equivocas. Chat encontrará cualquier oportunidad para pelear con Mieliferal.
Saludos y un abrazo
Ryuuzaky: Finalmente tenemos el ansiado encuentro suegra-nuera, ejem, digo, Amelie – Nettie.
Al fin te viste la ultima temporada?
Y se viene más. Disfuta.
Manu Teorias: No sé. A mi se me hace que esas series de las heroínas de NY y China ya son historia enterrada.
Solo queda esperar y ver.
RilaZou: ¡Mucha gracias! Y sí, estamos llegando a la recta final. Solo nos queda el evento de Gabriel, una sorpresita más, y el esperado baile.
Sería muy divertido si este fic llegara a los 100 caps.
Un abrazo!
Gezeniaquintero: Lamento seriamente la tardanza, pero por fin tenemos el cumple de Amelie, y te prometo que está completamente escrito, así que no más bloqueo sobre esto,
Gracias por el apoyo
Viper Couffaine: No estoy dispuesta a dar predicciones sobre la siguiente temporada hasta que vea minimo un cap…. Pero dudo que hagan a Adrien villano y el barco lukanette ya está canónicamente hundido, para mi pesar.
Todo lo que nos queda son los fanfics
Saludos!
Emely-nya: No es que Adrien sufra que su madre no esté, es que él no se estanca en eso como Gabriel. Adrien sabe que su madre estaría feliz de que el pasara su día especial con su hermana, y sabe que Amelie también la pasa mal, quiere estar con ella….. pero sí, también el chisme puede mucho.
Abrazos!
d4and4n: Me alegro que lo hayas disfrutado. Si todo va bien, volveremos a la programación habitual.
Roxxi-chan: Reina! Gracias por todos los mensajes. Por tanto apoyo. Lo aprecio muchísimo! Y mientras yo respire, este fic no quedará en hiatus.
Un gran abrazo!
Satorichiva: ¡Me alegra que sientas el Felinette como la relación sana y madura que es, que estos bebés están construyendo!
Este AdriChat esta hecho para provocar ambivalencia porque yo misma no estaba segura de qué hacer con él cuando comencé la historia, así que quiero que ustedes sientan lo mismo xD
Y sí, exageraron con las canciones. Yo solo me quedo con la de 'Más fuertes juntos' 'serás Ladybug' en español y 'coraje en mi' es totalmente molesta en la peli, pero ingles y francés que hermosa que suena.
La canción de Gabriel es: intento de 'yo tengo amigos del más allá' de la Princesa y el sapo… pero no salió bien :v
Abrazos!
TaichiRose: Muchas gracias por tu preocupación ToT la pase muy mal con mi computadora dañada y solo encontrando trabajos temporales que no me daban o duraban lo suficiente para arreglarla.
No necesitas disculparte. Al contrario, gracias por tomarte el tiempo de escribir un mensaje.
Foley500: Gracias por la preocupación! Estoy bien de salud. Y mejor de animos ahora que estoy de vuelta.
Elena: Muchisimas gracias por la preocupación. Por tanto apoyo. Lo aprecio muchísimo!
