Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer, la trama es completamente mi invención.

Little Pumpkin

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Prólogo

Observé con ternura, la regordeta recién nacida que yacía en mis brazos, su cuerpo era liviano y estaba arropado con una manta rosa, con infinita ilusión lo acerqué con cuidado a mi pecho.

La bebé soltó un corto chillido, buscaba con desesperación saciarse de leche, por ello abría la diminuta boca, buscando.

Se veía hambrienta y estaba a punto de soltar el llanto. Arrugó la carita ya enrojecida y se quedó muy quieta al escuchar una voz.

― No quedamos en que la amamantaras.

Levanté la mirada manteniendo una sonrisa burlona, empecé a mordisquear mis labios mientras escuchaba a mi hermana quejarse por milésima vez.

Acomodé con mayor facilidad el frágil cuerpo de la recién nacida y recorrí con la punta de mis dedos la mata de cabello color marrón. Sostuve con una mano uno de mis pechos y lo acerqué a la diminuta boca de labios color rosas.

Hice una mueca. Suspiré tan hondo porque el dolor que estaba sintiendo era indescriptible. La pequeña bebé empezó a succionar con ansias de mi pecho lleno de leche y solo prevalecían los sonidos de atragantamiento que hacía.

Los ojos verdes de mi hermana se abrieron al máximo, dejando ver una mueca de envidia mezclada con amargura.

― A mí no me importa en lo que quedamos ―espeté― no dejaré morir a mi bebé de hambre.

― No es tu bebé ―corrigió Alice, la desesperación en su voz era notoria―. ¡Es mi hija!

Estreché los ojos. Probablemente ella tenía razón, había accedido a firmar un acuerdo donde cedería a Emmy al nacer; mas nunca creí que me enamoraría al tenerla en brazos, jamás imaginé que su calor corpóreo fuera necesario para sonreír ni que su liviano peso le diera sentido a mi joven vida.

― Señorita Isabella Swan ―dijo la mujer que acompañaba a mi hermana. Sabía quién era―. Necesito su firma ―me señaló la última línea de la hoja notariada― la niña no le pertenece.

La miré fijamente, casi pulverizándola y apreté con más fuerza a mi niña.

Mi corazón me susurraba que era mía… mientras mi raciocinio decía que no.

¿Qué tan difícil puede resultar dejar ir a quien nació de mí y ya amo?


Hola, soy yo de nuevo. Buscaba una historia que tuviese una trama algo fuerte para contrastar la ternura de Dulce Tentación, por cierto, sé que no he actualizado, pero es que estas fechas la mayoría andamos de fiesta y otras más de viaje, así que seguramente ya esta semana regresamos a su actualización habitual.

Qué dicen, ¿me acompañan en esta nueva aventura? Hace rato publiqué otra historia, vayan a leer por favor.

Gracias totales por leer