Toda la desgracia de Draco comenzó con Harry Potter, el no sólo había rechazado su ofrenda de amistad sino que lo había humillado frente a ese bueno para nada de Weasley y había empezado a reunirse con esa sangre sucia sabelotodo también, por lo que él tomaría venganza. Se aseguraría de que Potter fuera expulsado de Hogwarts, lo que no era difícil teniendo en cuanta de que él y su prole se dedicaban a traficar dragones ilegales después del toque de queda.

¿Alguien agradeció a Draco por llevar esta información a los profesores? No, fue castigado junto con los verdaderos infractores y el castigo no podía ser más denigrante.

Fueron llevados al bosque prohibido a buscar a la cosa que estaba matando unicornios, acompañados de el semi gigante guarda bosques y su perro.

¡Niños de primer año buscando a un asesino de unicornios! No tenía ni el más mínimo sentido, sobre todo porque lo separaron en equipos, el suyo incluía al cobarde de Longbottom y al perro. Pero no duró mucho debido a una pequeña broma de su parte y el tonto fue cambiado por

Potter, lo que era aún peor porque el chico parecía un imán para los sucesos terribles, lo que se comprobó cuando su desafortunado equipo encontró al dichoso asesino.

Draco era un niño razonable, no tenía ninguna posibilidad ante esa criatura así que corrió para salvar su vida, corrió tan lejos como pudo hasta que notó que los arboles parecían más distanciados entre sí y el cielo era sorprendentemente claro.

¿No había sido de noche hacía algunos momentos? Todo parecía demasiado fuera de lugar, demasiado silencioso, demasiado tranquilo. Su cuerpo comenzó a tensarse con la idea que se estaba formando en su cabeza, de que de alguna manera ya no estaba en el bosque prohibido, intentó conseguir su varita para lanzar chispas de auxilio pero no la encontró por ningún lado, algo en el aire a su alrededor pareció agitarse cuando el terror se incrementó.

Entonces un sonido se oyó entre los arbustos cercanos a él y la energía que lo había mantenido estático en su lugar, ahora lo impulso a tomar carrera otra vez, esto fue bueno porque de repente sintió que estaba siendo perseguido. Sus piernas comenzaron a doler y el terreno no ayudaba a su huida en lo más mínimo, una raíz de un árbol se enredó en sus pies y lo hizo caer al piso, rodando sobre sí mismo. Un pequeño sollozo se le escapó de los labios cuando cada parte de su cuerpo dolió al intentar levantarse.

Una risa espesa se escuchó detrás de él y supo que su perseguidor lo había alcanzado.

Se dio vuelta como pudo para sentir un gran cuerpo posicionándose sobre él, el hombre o más bien bestia estaba cubierto de suciedad de pies a cabeza, sus ojos parecían los de un animal y su boca abierta revelaba grandes colmillos que parecían capaces de desgarrar fácilmente su carne.

¡Hombre lobo! Le gritó una voz en su cabeza y le creyó a pesar de que no se veía como ninguna de las imágenes de los libros que había leído mostraba. El aire a su alrededor se volvía cada vez más espeso, como un augurio de muerte aunque su cuerpo vibraba con deseos de defenderse y sobrevivir, la bestia era muy fuerte para poder contra él. Con una de sus garras sosteniendo su dos manos el sujeto olfateó el aroma de su nueva presa y volvió a sonreír.

-Carne fresca -su voz era una mezcla entre un gruñido y una voz humana, varias lágrimas cayeron de los ojos de Draco al escucharlo. -Bienvenido al Purgatorio, niño -y levantó su garra libre ne el aire con intenciones de clavarla profundamente en su pecho.

Cerró sus ojos con fuerza, esa energía creció a su alrededor y de repente nada pasa, ningún dolor llegó, tardó unos momentos en tener la confianza de abrir sus ojos otra vez, la bestia había desaparecido, totalmente agradecido se levantó del suelo con toda la fuerza que pudo reunir y miró a su alrededor para comprobar que estaba sólo ahora. Colgado de un árbol a varios metros de distancia de él, con una rama atravesando su cuello encontró al hombre lobo que lo había atacado. Tragó pesadamente cuando su estómago se revolvió por la vista.

-Eso fue bastante impresionante, chico -una voz más humana llegó detrás de él. Inmediatamente giró sobre su eje para encontrar a una mujer, también bastante sucia mirándolo con admiración, su guardia volvió a subirse al instante.

-No te preocupes. No pienso atacarte después de lo que vi. De hecho, creo que podríamos ayudarnos mutuamente -apaciguó. Draco no se atrevió a mirar otra vez al hombre lobo muerto ni a apartar la mirada de esta nueva amenaza pero se preguntó porqué ella diría algo así cuando sintió otra vez la energía zumbar a su alrededor y entonces lo entendió, ese energía era su magia, podía reconocerla porque la sentía cada vez que lanzaba un encantamiento.

Él había matado a la bestia que lo atacó y ahora esta mujer se mostraba un tanto precavida en su presencia.

-Me encantaría esperar a que te decidieras, pero hay mucho de lo que huir aquí y los leviatanes no están muy lejos -advirtió - ¿Vienes o te quedas?

Dos cosas influyeron en su siguiente decisión, ella comenzó a alejarse apenas termino de hablar y un aullido se escuchó más allá de la maleza de árboles.

El eligió seguirla.