Descargo de responsabilidad: la serie de Pucca no es mía, es de su creador Boo Kyoung Kim, así que sólo disfruten este fic sin que plajien o traduscan.
000
"Oye, Alguien te ha dicho que eres más linda que la luna. Espera, ¿Cómo que no te lo han dicho ya? Pues de una vez te lo digo, querida, tú eres más linda que la luna. Y el amor que tu sientes por mí, te pido por favor que nunca lo apagues."_(Perlapuccabf)
Es una pacífica noche de invierno en la aldea de Sooga, en donde un ninja honorable de tez blanca, pelo negro en coletas bajas, listones rojos carmín, 23 años de edad, ojos azabaches grandes, cejas tupidas, pestañas cortas, labios carnosos, traje negro y rojo y un corazón grande rojo en el medio de la ropa; se encontraba sentado tranquilo en el sillón de la pequeña casa en el bosque, esperando a que su imperativa esposa terminara de hacer la cena de aniversario.
Mientras la escuchaba con sus desarrollados oídos, tararear una agradable melodía pacífica. Que llenaba el lugar familiar de una completa armonía, que lo hacían querer meditar en paz.
Oyéndola moverse de un lado a otro con velocidad, tratando solamente de cavilar con calma. Fallando al instante de siquiera hacerlo, pues el pequeño ruido que su esposa estaba haciendo, más la enorme ironía de estar así con ella.
Lo desconcentraban bastante de su amada meditación, ya que Garu en realidad. No se esperaba para nada terminar casado así de esa manera con Pucca, sobre todo porque él se solía quejar constantemente desde pequeño, aunque sentía un fuerte cariño que nunca confesaba incluso así mismo.
Y mucho menos se esperaba, tener su dulce, romántico, divertido y tierno aniversario de bodas el 10 de enero. Pues luego de una corta pubertad y una larga adolescencia de estar escapando de su adorable fan, el ninja de pelo negro jamás esperó terminar así, compartiendo su vida con la mujer de la que tanto escapaba desde los 10 años.
Así que después de 15 intentos de tratar meditar, Garu sólo se cansó frunciendo el ceño harto. Mientras capitulaba, ¿Cómo es que había terminado así?
¿Desde cuándo se había fijado en ella? ¿Cuándo había sido el día en el que se había enamorado? ¿Por qué nunca lo había visto venir así? Y lo más importante, ¿Cómo es que Pucca le había fascinado con esa forma de ser tan empalagosa?
Y no es que la pequeña chica no fuese linda, muy por el contrario. Pucca era realmente preciosa, pero, ¡¿QUÉ DIABLOS DECÍA?!
Ella no era preciosa, por supuesto que no lo era. La chica era y es divina: perfectamente imperfecta, completamente inteligente, brutalmente fuerte, agresivamente tierna, pacientemente impaciente, asfixiantemente empalagosa, malvadamente adorable y de más cosas; que él no podría mencionar, aunque Garu realmente quisiera.
Pues en realidad eran muchísimas y si él se explayara tanto, como lo ameritaba su amada esposa, Garu sabía que nunca lograría terminar como tanto quería, pues las cualidades de su mujer eran demasiadas.
Aunque las quisiese contar todas y cada una de ellas sin parar, sabía que no responderían ninguno de sus 5 cuestionamientos que tenía sobre su chica. Es más, simplemente lo harían sentir como un tonto.
Por no haberse fijado antes en la persona que tenía a su lado, haciéndola esperar por mucho tiempo por su amor. En verdad, ¡QUE TONTO HABÍA SIDO!
Pues Pucca no se lo merecía y bien pudo haberse buscado alguien mejor, ya que había muchos chicos mejores para ella y sólo tenía que buscarlos y después elegirlo bien. Pero no, la chica era insistente en lo que deseaba.
Y ahora que lo pensaba mejor con seriedad y aunque sonara un tanto egoísta, el ninja de traje bicolor sólo creía. Que solo él podría hacerla feliz y tal vez no estaba tan equivocado, pues, ¿no fue por eso que Pucca lo eligió entre tantos chicos?
Pero bueno, aunque pensándolo bien. No es como si ella no pudiese fijarse en otra persona que no fue él, pues, aunque Pucca había rechazado a muchos chicos entre ellos a Ryuko, Ronnie King, Casano y a Lazlo Gozalotovish.
También, ella se había fijado en otros chicos como su desagradable y deshonrosa copia barata y ese alguacil parecido a él. Que por supuesto, en su momento le habían hecho sentir un cierto temor.
Sin saber en serio el por qué, al creer que la perdería para siempre. Haciéndole enojar ante la cercanía de ellos para con Pucca, mientras trataban de cortejarla.
Fallando épicamente en el momento del alguacil, pues ella sólo lo había elegido a él sin dudar. Aliviándolo al instante de sentir sus labios en su mejilla, sintiéndose así de esa manera como un total ganador.
Pues era la primera y única vez, que él se sentía impotente al verla sonreír con dulzura a otro chico. Y en verdad no quería que pasara otra vez, por lo menos no cuando estuviera él.
Así que sólo la dejó hacer lo que desease, sólo por una vez. Continuando con su típica persecución al otro día, así como si nada hubiese pasado.
Para que después de unos meses, Garu se volviera a sentir de nueva cuenta impotente. Al ver como aparecía ese clon molesto, llamando así toda la curiosidad de su adorada y agobiante fan.
Pues los había visto tomarse de la mano, mientras él le decía palabras completamente empalagosas. Sonrojándola a lo máximo al momento de escucharlas con total atención, mientras Garu los seguía desde atrás muriendo de celos al verla tan dulce con su copia barata.
Hasta que claro, ese tonto intentó coquetear con su amiga Ching. Haciendo enfurecer a Pucca a un extremo terrible, para así golpearlo con ira bastante potente.
Provocando que Garu se sintiera por segunda vez aliviado, al verla apalear con furia a su réplica. Para así ayudarla con total alegría, convenciéndose así mismo que sólo lo hacía para desquitarse de la actitud de su doble para con todos los de la aldea Sooga.
Terminando con él para siempre, notando que de esa manera se volvía el ganador para la azabache. Asustándose ante la sonrisa de amor que la de ojos rasgados le daba, para así correr con ganas. Mientras ella lo seguía completamente feliz por todo el pueblo, escapando él como siempre.
Aunque claro, ninguna de esas 2 veces le habían marcado tanto a él, como esa noche en particular. Esa noche en la que, por fin, se había dado cuenta Garu de lo que en realidad sentía por Pucca.
Notando porque sentía celos al verla con alguien más, se sonrojaba demasiado al sentir sus besos, se aceleraba su corazón fuertemente al verla cerca de él, se alegraba al extremo al observarla feliz, se aliviaba al saber que estaba bien y se enfadaba con aquella persona que se atrevía a insultarla; ¡ya que sí! Garu se había dado cuenta de una vez por todas, que se había enamorado irremediablemente de Pucca. Y que el amor que él empezaba a sentir por ella jamás se extinguiría, así como el cariño, respeto y admiración que Pucca le profesa desde que se conocieron.
Así que después de rememorar eso feliz, Garu sólo dijo en voz baja. Sonriendo levemente, mientras empezaba a oler la deliciosa cena que su mujer terminaba de preparar.
–Ay, ¿Quién diría que tenía que llegar a los extremos para que yo me diera cuenta de lo que sentía? En verdad no lo sé, pero agradezco que lo hiciera.
Pues si no lo hubiera hecho de esa manera, estoy cien por ciento seguro que me hubiera tardado más tiempo en reconocer lo que siento. Y enserio no sé si Pucca me hubiera esperado más tiempo, pues a la mejor ella se hubiera encontrado a alguien parecido a mí.
Y entonces se hubiera ido con él, haciendo que así nunca la volviera a ver. Pero bueno, de todas maneras, no sirve de nada pensar eso.
Pues ahora la tengo conmigo y aunque no se expresar muy bien lo que siento, nunca la dejaré ir de mi lado ni de mi vida. Ya que ahora entiendo que la necesito más que ella a mí, pues aún puedo recordar aquella noche de luna llena y no puedo evitar llenarme de tristeza y de alegría y cubrir mi rostro de un fuerte sonrojo.
Y al expresar eso en voz baja, Garu sólo empezó a recordar con nostalgia aquella noche de luna. Mientras su mujer se sentaba a su lado bastante alegre, sintiendo un beso de ella en su mejilla.
Ruborizándose al instante de notar como se acurrucaba en su pecho, mientras él le acariciaba la cabeza con delicadeza, amor, paciencia y un extremo cariño. Esperando con calma junto a ella a que por fin la comida hirviese, para que así los 2 pudieran comer en su amado hogar dulce hogar.
[Flash Back]
Recuerdo que era una noche despejada en la aldea de Sooga, en donde la hermosa luna llena iluminaba el pueblo con su gran resplandor. Mientras las bellas estrellas le hacían compañía, y Ching y Pucca se encontraban acostadas en el pasto del gran bosque de bambú.
Mirando al cielo con gran ilusión reflejada en sus ojos azabaches, mientras las 2 suspiraban totalmente enamoradas. Escuchando lo que decía la pelinegra, mientras mi amigo Abyo y yo luchábamos amistosamente.
–¿No adoras la luna llena, Pucca? Al verla la gente se vuelve romántica.
Obviamente al oírla expresar eso, Pucca no tardó en suspirar en forma de asentimiento. Volteándonos a ver con atención a Abyo y a mí, mientras yo fingía no haberlas escuchado. Continuando la pelea con mi amigo como si nada estuviese pasando, mientras Chin volvía hablar ilusionada.
–Bueno, tal vez no todos.
Mirando como Pucca sonreía, girando su pequeño cuerpecito hacia donde estaba mi compañero de luchas y yo. Para después levantarse rápidamente, Corriendo hacia mí con bastante velocidad.
Mientras por el combate yo esquivaba a la niña de chongos, notando como ella se caía en un charco. Y así yo le ganaba triunfante a Abyo, gracias a esa pequeña intervención sonriendo levemente. Mientras Pucca se levantaba del charco desilusionada, comentando Ching totalmente seria.
–Por algún motivo... no afecta ni a Garu ni a Abyo.
Y al decir eso pensativa, Ching sólo saltó una pequeña roca. Mientras continuaba con lo que decía, escuchando Pucca atenta. Dándole una idea a su amiga, sin saber cómo afectarían sus palabras a la pequeña Pucca de 11 años de edad.
–tal vez porque la luna está muy lejos, Si estuviera cerca todo cambiaría.
Y al comentar eso, Pucca sólo se puso pensativa con Ching a su lado. Mientras le salían 3 puntos suspensivos en la cabeza durante pocos segundos, hasta que se le ocurrió una idea brillante.
Apareciéndole de la gran nada un pequeño foquito luminoso, mientras ella sonreía totalmente feliz. Para después verla correr con velocidad lejos de ahí, terminando la conversación con su fiel amiga.
Para que, de esa manera, yo terminara por fin el entrenamiento con mi gran amigo moreno. Dirigiéndome a mi casa, para así descansar hasta mañana.
000
Aunque por lo que yo recuerdo con atención, creo que no había dormido mucho después de eso. Pues después de unos segundos, minutos o unas cuantas horas, la verdad es que no lo memorizo perfectamente bien, aunque fuera a mí a quien le pasara eso.
Así que por lo que yo logro recordar con claridad, al momento de despertarme de mi sueño. Por mi ventana brillaba una gran luz intensa que parecía de día y que, al abrir los ojos con pesadez, me segaba por pequeños instantes.
Obligándome a levantarme y dejar mí pacífico sueño de ninjas, parándome de mi cama rápido con algo de flojera. Para sólo encaminarme al marco de mí ventana y así ver que rallos estaba pasando afuera de mi casa, observando afuera la radiante luz que destellaba la luna llena.
Junto con una preciosa Pucca sonriente, que me miraba dulcemente. Haciendo que mi corazón latiera con mucha fuerza, mientras notaba la luz cegadora que la luna y Pucca me daban.
Dilatando mis ojos con emoción, encantamiento, cariño, ternura y amor, para sólo correr fuera de mi humilde hogar. Acelerando con prisa, dando vueltas y marometas.
Encontrándome con ella, para así robarle un beso en los labios. Girando en el aire arriba de la montaña del lugar, mientras los 2 serrábamos los ojos disfrutando el momento. Quitándome así la seriedad y timidez, que no sabía que tenía al estar frente a Pucca.
000
Para después bajar despacio de la montaña, después de unos largos y maravillosos momentos. Tomándonos de las manos con cariño, mientras saltábamos alegres completamente felices.
Topándonos con nuestro estimado amigo Abyo, preguntándome él totalmente amistoso. Parándome junto con Pucca antes de llegar a un charco, para que así ella no pasara por este y se mojara los pies innecesariamente.
–oye Garu, ¿quieres pelear? ¡JA Y YA!
Pasando así por el charco, al soltar la mano de mi amada. Después de escuchar a mi amigo Abyo preguntar emocionado, para de esa manera tomar la camisa rota que se había rasgado al decir eso.
Poniéndola en el sucio charco de agua, en donde mi adorada Pucca iba a pasar alegre junto conmigo. Para así volverla a tomar de la mano con tranquilidad, saltando por este sin temor a que ella se mojara de los pies. Mientras Ching suspiraba, exclamando Abyo asqueado.
–¡arj!
000
Pasando un corto tiempo así con mi Pucca, mientras hacíamos cosas que mi chica quería hacer. Como, por ejemplo, disfrazarme de superhéroe.
Mientras mi doncella me esperaba paciente, contemplando para todos lados. Hasta que yo bajara de algún lugar, poniéndome a la vista de ella.
Para que así de esa manera Pucca abriera mi máscara un poquito, besándonos dulcemente en plena noche romántica. Escuchando desde lejos como Abyo entrenaba solo, mientras exclamaba fastidiado.
–¡Ya basta!
000
Y así seguir la noche totalmente enamorados, con un picnic al aire libre. Mientras santa nos daba un pequeño concierto de violín, en el momento en el que Pucca y yo comíamos espagueti con una pasta a cada lado de la fina mesa de cuadros pequeños.
Acercándonos poco a poco, para así finalizar con un tierno beso. Separándonos con dulzura y total embelesamiento, mirándonos con fijación, cariño y amor.
Mientras Ching y Abyo se encontraban unos cuantos pasos lejos de nosotros, creo que en una especie de cita. Pues recuerdo haberla oído atentamente suspirar, diciendo con ilusión y un toque de decepción, después de mirarnos a Pucca y a mí.
–Ummm, ¿por qué no puedes ser como Garu?
–¡Porque yo no soy ningún besucón! ¡Yo soy un guerrero Kung fu!
Lo había expresado mi amigo Abyo con molestia, mientras golpeaba la mesa con bastante fastidio. Haciendo bolar las cosas con fuerza, para que después le cayeran enzima. Derramándose toda la comida de él, mientras Ching reía por lo bajo.
–Ja ja ja.
000
Para así levantarnos de la mesa de picnic, dirigiéndonos con saltitos alegres hacia el restaurante más famoso de la aldea Sooga. Empujando la puerta para así entrar en este con velocidad, brincando hacia adentro con ilusión. Mientras yo hacía múltiples cosas por mi amada Pucca, escuchando con atención como los tíos de ella hablaban.
–¿Ummm? ¿Qué es esto?
Notando como ellos 3 me veían con fijación hacer todo eso, hasta que nos abrasamos con ternura. Y el tío Jo sólo decía serio, mirando a sus hermanos al hablar.
–Parece que a Garu le afectó un hechizo.
Y al decir esto algo divertido, el tío Dumpling sólo se acercó a la ventana. Abriéndola de par en par, para sólo notar con seriedad. Como la luna estaba tan cerca de la tierra, diciendo alegre. Comprendiendo toda la situación, en la que Pucca y yo nos encontrábamos.
–Hummm, un hechizo de luna
Oyendo con algo de absoluta tristeza, la resolución del tío Dumpling. Pensando con total seriedad, que si ellos creían que era un hechizo de luna llena. Yo tenía que preguntarme internamente.
(–Entonces, ¿Por qué yo estoy consciente de lo que hago con ella? Si se supone que sólo es un hechizo de luna llena, ¿Por qué entonces esto en verdad no parece serlo? Ya que yo estoy muy consciente, pero si en serio creen eso. Entonces aré creer a Pucca, que ellos tienen razón. Y de paso, le daré un poco de su propia medicina.)
Y al pensar eso con total diversión, yo sólo tomé esa pequeña oportunidad para dejar de ser serio. Y así regresarle un poco de lo que ella me otorgaba a diario, comportándome como Pucca cada vez que estaba ocupado con algo importante.
Besándola en los labios cada vez que atendía las mesas, una y otra y otra vez sin cansancio notorio. Mientras le otorgaba risitas y sonrisas dulces y apenadas, hasta que me abalancé sobre ella con fuerza.
Tirándole los trastes que se rompieron al caer, mientras se enojaba por mi emoción feliz. Saltando alrededor de ella, mientras oía a sus tíos hablar.
–El mayor deseo de Pucca se cumplió, parece.
–Pero ¿Creen que sea bueno?
Le había escuchado decir dudoso a Dumpling, mientras yo correteaba a Pucca bastante divertido. Para sólo perderla de vista, resumiendo que a la mejor se había ido a dormir a su habitación.
000
Dirigiéndome con nuestro amigo dragón Destini, para así pedirle ayuda. Y de esa manera llevarle serenata al pie de su balcón, mientras él cantaba por detrás escondido.
Para así no romper mi preciado voto de silencio, llamando la atención de Pucca. Con la música que Destini tocaría, empezando la canción tranquilamente, mientras veía como ella se asomaba a la ventana un tanto molesta.
–Cuanto te amo,
Querida Pucca,
Tus labios lucen,
Tu cabello luce,
Y tus ojos relucen.
Lo había cantado destiny con emoción y el tono más dulce, que yo le había pedido con seriedad. Para así sentir como salían de mí hipotéticamente, miles de corazoncitos al ver a Pucca asomada por su ventana.
Notando como salía de su casa enojada, descubriendo a Destini de su escondite. Mientras lo miraba furibunda, mirándolo aterrado por su presencia en frente de él, diciéndole con miedo.
–¡oh! Hola, Pucca.
Observando a Destini con ira, para sólo mirarme a mí seriamente. Mientras yo le sonreía ilusionado, con los ojos brillantes y totalmente rojo.
Viendo a Pucca alejarse harta, metiéndose al restaurante de sus 3 tíos.
Mientras yo la observaba desde afuera refunfuñar con bastante enfado, atendiendo lo que sus tutores decían, mientras su tío Dumpling hablaba y sus otros 2 hermanos intervenían de vez en cuando en la conversación.
–oye Pucca, ¿qué tal tu deseo cumplido?
–No es el Garu que conocías tú.
Había dicho Linguini serio con sabiduría, mientras Pucca y yo lo escuchábamos con mucha atención. Oyéndolos desde afuera de la ventana del restaurante, sin que ella dejara de refunfuñar completamente molesta adentro de este. Y su tío Jo completaba lo que faltaba de la conversación, haciendo razonar a su sobrina.
–que para ti era un amor divertido.
–¿Ummm?
Haciendo pensar a Pucca, mientras le volvían a salir los 3 puntos suspensivos arriba de la cabeza. Para después de un rato, ocurrírsele una idea brillante.
Saliendo otra vez ese foco luminoso por encima de ella, remplazando aquellos puntos suspensivos. Por aquél foquito radiante, mientras ella se salía del restaurante Goh Rong.
Dirigiéndose contenta hacia su motoneta roja, para así subirse en esta con velocidad. Arrancando con prisa, hacia donde estaba la luna atada.
000
Mientras yo la seguía divertido, sigiloso en mis movimientos muy por detrás de ella como siempre. Comprándole por ahí un lindo presente, para ver como mi azabache estacionaba su motoneta cerca de un árbol a la sima de la montaña.
Dirigiéndose con mucha prisa, hacia donde había atado el laso que sostenía la luna llena. Desatándola luna lentamente con seriedad, para luego girarme a ver con algo de fastidio.
Observando cómo me dirigía a ella con una tierna sonrisa, y mi dulce presente en mano. Mandándole un tierno beso enamorado con la otra mano, mientras ella sacaba la lengua asqueada.
Decidiéndose por fin, soltar con gran decisión la luna que sostenía con el laso que tenía en la mano. Para así ver fijamente totalmente seria, como esta se alejaba lentamente hacia su posición inicial.
Mientras yo llegaba hacia donde estaba Pucca, besándola con dulzura en sus perfectos labios rosas. Soltando aquel presente que le había traído, para así disfrutar placenteramente aquel suave beso.
Terminando así aquella divertida farsa, que yo había creado tras descubrir lo que Pucca había hecho. Para así sentir como mis ojos regresaban a su forma original, abriéndolos lentamente con suavidad.
Observando cómo nos besábamos con tranquilidad, para así abrir mis ojos desmesuradamente. Separándome de ella asustado con mucha rapidez, mientras me sonreía completamente aliviada.
Mirándome con colosal ternura, mientras yo fingía hacer gestos exagerados para demostrar mi asco, para así observar fijamente como ella reía con diversión y yo me alarmaba mirándola a los ojos.
–Ji ji ji.
Volteándome con extrema rapidez, para de esa manera correr de ahí completamente despavorido.
000
Mientras ella me seguía desde atrás feliz al verme de regreso, llegando a la aldea como si nada hubiese pasado. Para así combatir con mi amigo Abyo como todos los días, escuchando con atención lo que decía el tío Linguini.
–Fue una sabia decisión, Pucca.
–A veces es mejor dejar que las cosas, sigan su curso natural.
Le había escuchado decir al tío Jo totalmente culto, mientras Pucca asentía afirmativamente feliz. Oyendo como chin suspiraba cabizbaja, diciendo con demasiada ilusión en su voz.
–Ojalá Abyo se volviera un poco amoroso como Garu.
Rodando los ojos divertido, al escucharla decir eso. Mientras yo le volvía a ganar en la pelea a Abyo, empujándolo apropósito hacia un charco de lodo.
Para que así Ching tuviera un poco de felicidad, haciendo lo que ella quisiera con él. Mientras yo los observaba fingiendo una fuerte seriedad, viendo como a Ching se le ocurría una brillante idea divertida.
Caminando hacia Abyo con felicidad, para de esa manera pasarle por encima a mí amigo. Agradeciéndole lo caballero que era con ella, mientras él se encontraba tirado en el charco.
–Pues, gracias Abyo.
Pasando una, otra y otra vez, sin cansancio aparente. Mientras continuaba con lo que le decía, notando como mi amigo se quejaba de bajo de Ching bastante enojado.
–qué romántico.
–Oye, no es...
Escuchando como él se quejaba por los pisotones de ella, mientras el tío Jo, el Tío Linguini, el tío Dumpling, Ching, Pucca y yo reíamos con total diversión al ver los gestos de Abyo.
[Fin Del Flash Back]
Y al recordar eso con nostalgia y una pequeña sonrisa, Garu vio como Pucca se levantaba de su lado. Agradeciendo que ella estuviese a su lado, mientras su mujer le ofrecía la mano muy amablemente.
Para que así él se levante del cómodo sillón del lugar, sintiendo como lo jalaba poco a poco hacia sí. Abrasándole con encantadora ternura, así como si ella supiera en lo que él estaba recordando.
Besándolo con ternura en los labios, para así sentir su mensaje con esa acción tan dulce. Correspondiéndole el beso con amable suavidad, mientras interpretaba el mensaje de ella con una gran precisión absoluta.
~Ya no pienses más en el pasado Garu, pues ahora yo estoy aquí contigo. Y lo que pasó mucho antes, lo volvería a repetir otra vez. Siempre y cuando, la vida me vuelva a poner en tu camino. ~
Separándose de él lentamente con poca lentitud, dándole una dulce sonrisa. Mientras ella lo miraba y Garu le sonreía mostrando todos sus dientes, agradeciéndole felizmente con una mirada cariñosa, mientras los 2 se dirigían hacia la cocina de la casa y Garu susurraba contento.
–Gracias Pucca, por traer la luna llena hacia mí. Por hacerme comprender que te quiero conmigo, por esperarme tanto tiempo bastante paciente.
Por hacerme entender que yo te necesito a mi lado, por llenar todos mis días del año de un dulce amor. Por volverme loco cada vez que te acercas a mí, por ser la gran luna llena que ilumina mis noches oscuras.
Por alumbrarme con tu tierna luz clara, por ser mí perfecto atardecer. Por ser mi brillante mañana, por convertirte en el sol que me da vida.
Por nunca dejarme sólo incluso aunque no te lo pidiese, por crearme una familia de verdad juntos. Por sólo estar aquí ahora conmigo y claro, por nunca cansarte de mí, aunque te hubiese hecho esperar tanto. Enserio gracias, mí adorada Pucca.
Entrando a la cocina, mientras su mujer apagaba la lumbre. Al ver que la cena estaba lista, sentándose él en la mesa del comedor. Mientras ella servía la comida, empezando con paz la cena del tercer aniversario de su matrimonio.
/15 de noviembre de 2024/
