Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusivo de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto solo lo hago pura diversión.

Finalmente ya llegamos en el presente ya no hay más líneas de tiempo y eso se lo prometo y a partir de ahora hay mucho Ranma para rato y espero que ahora sí les gusten mí historia y no se les vayan quitar las ganas de seguir leyendo.

Capítulo 8ª Kodachi vs Akane.


Tiempo actual en la casa Tendo.

La noche había sido un auténtico horror para Ranma.

No paraba de dar vueltas en la cama y no conseguía conciliar el sueño.

Cuando Shampoo y Ukyo intentaron colarse de nuevo en su habitación, se volvió completamente fuera de sí.

No había gritado, pero había dejado claro en un tono amenazante y susurrante que si no le dejaban en paz esta noche y mañana, tendría que olvidarse de su política de no golpear a las mujeres.

Las chicas sabían que él nunca haría tal cosa.

Pero obedecieron por el momento, ya que daba mucho miedo.

Y volverían mañana por la tarde para ver cómo estaba su prometido.

Finalmente Ranma estaba solo de nuevo.

Y paseó por su habitación y pensando en lo que debía hacer.

Las palabras de Nabiki no dejaban de pasar por la mente y su tío Soun, que siempre lo había empujado prácticamente a los brazos de Akane, lo había mirado.

Como si.

Ni si quiera fuera digno de estar frente a la puerta de Akane.

¿Qué estaba pasando aquí? Sabía que el último año.

Había transcurrido un año ya.

Desde la maldita boda había cambiado algo, pero ¿por qué todos lo trataban con tanta frialdad?

Él no había arruinado la boda, él no era responsable de los problema de las prometidas que haya echo ¡si su padre era el malo aquí! Entonces, ¿por qué demonios todos lo trataban como si hubiera arrojado a la menor de las Tendo a los lobos?

No importaba lo que fuera, ya había tenido suficiente, su paciencia está al límite, y quería por fin respuestas.

Se enfrentaría primero con Akane en la mañana o más bien hoy, pues ya eran las tres de la madrugada.

Y después sería el turno del resto de la familia. Así que esperó a que Akane saliera de su habitación dando pasos en algún momento y abandonara la casa temprano, como de costumbre.

Pero no con él.

Esta vez, se mantenía despierto y se había sentado en la puerta de su habitación a escuchar hasta que oyera el más mínimo ruido.

Alrededor de las seis de la mañana ya era demasiado para él, sabía que Akane ya había salido de casa a esta hora los últimos meses, así que ¿por qué hoy haría una excepción? Harto de esperar, salió de su habitación y se acercó sigiloso a la de ella.

Lo primero que le sorprendió fue que su puerta sólo estaba entreabierta, ella siempre la cerraba en cuanto estaba dentro.

Con cuidado y lo más silenciosamente posible, se asomó a la habitación y se quedó helado al ver que estaba vacía.

"¡Demonios!". -se maldijo Ranma por dentro.

Debió haberse escapado sin que él se diera cuenta.

Bajó las escaleras lo más rápido que pudo y la buscó por todas partes, incluso dando una vuelta por la casa, pero se había vuelto a escabullir.

¿Cómo lo había hecho? No había oído nada, ni pasos, ni el crujido de las viejas y estúpidas escaleras, era como si se hubiera ido flotando.

Bueno, él la atraparía en la escuela o en la casa, era viernes, así que tenían mañana libre y él esperaría fuera de su ventana toda la noche para atraparla.


Estando ya en la aula de la escuela se movía nervioso en su silla, tres minutos más y sería el final de la escuela y su oportunidad de atrapar a su prometida no lo había logrado durante los recreos, de alguna manera ella nunca estaba donde él estaba.

¿Lo estaba haciendo a propósito?

"Riiiiinng"

¡Finalmente era su oportunidad!

Con un sólo saltó él chico de la tranza fue directo hacia donde estaba a Akane.

Pero ella retrocedió unos metros y aterrizó hábilmente sobre una de las mesas del fondo.

Confundido y sorprendido por esta rápida reacción, la miró, a punto de preguntarle por qué lo evitaba, cuando.

"¡Jo, jo, jo! Vaya, vaya, quien tenemos aquí esa niña tonta ha conseguido evitarme, yo Kodachi, la rosa negra, la estrella de gimnasia marcial rítmica San Hebereke. ¡Jo, jo, jo! Ahora bien. Tú Sucia plebeya, te has acercado a mi querido Ranma por última vez, ¡ponte de pie para la batalla!". -sacando sepa donde su listón de gimnasia.

Antes de que Ranma pudiera decir algo, escucho a su prometida responder.

"Kodachi, antes de que algo suceda aquí, me gustaría pedirte que salgas afuera conmigo, a una área más abierta donde no haya tantos inocentes a nuestro alrededor. Tu padre es el director aquí, no querrás causarle ningún problema destruyendo su escuela o haciendo daño a otros estudiantes, ¿verdad?".

"¡Muy bien, sígueme y no te atrevas a salir corriendo como una gallina cobarde, jo, jo, jo".

Y nuevamente, Ranma estaba demasiado sorprendido para reaccionar de inmediato, sólo corrió tras las chicas y una vez que las dos chicas salieron por la puerta.

Él tenía que detener esta locura antes de que Kodachi pudiera lastimar a Akane.

Él tenía preparado el repertorio de groserías autónomo para evitar esa pelea para qué Akane no saliera lastimada.

Al llegar al campo de béisbol de la preparatoria Furinkan.

Las vio a las dos frente a frente y en medio de una discusión.

"¡Maldita sea Kodachi, te lo acabo de decir, no pienso quitarte a nadie! Soy más partidario de que cada uno pueda tomar sus propias decisiones. Así que no voy a pelear contigo aquí por Ranma".

"Vas a pelear conmigo quieras o no".

Kodachi no llegó más lejos.

Ya que a Akane la interrumpió.

"No, no lo haré. Yo no peleo con gente más débil, podría herirte gravemente Kodachi y no quiero eso. Podemos tener nuestras diferencias, pero soy una honorable artista marcial y por eso te advierto que soy más rápida y mejor que tú y no lo digo para insultarte, sólo como advertencia".

"¡Jo jo, jo, como si una sucia plebeya sin clase pudiera ser mejor que yo en cualquier disciplina. Te ganaría en lo que fuera y ahora prepárate plebeya!".

Y

Ranma, que lo había oído todo por casualidad, él no sabía qué pensar. ¿En serio Akane acababa de afirmar que era mejor que Kodachi? ¿De dónde había sacado eso de repente? Tenía que hacer algo antes de que Kodachi la hiciera daño o la humille delante de sus amigos de la escuela.

Justo cuando estaba a punto de empezar a moverse de nuevo, una mano fuerte y grande en su hombro lo detuvo.

Miró el cuerpo que colgaba de la mano y se quedó helado.

¡Era la montaña de músculos que Akane había abrazado ayer voluntariamente!

"No te metas en esto. Esta es su pelea".

"¡Cómo que no debo meterme, quién eres tú para darme órdenes! Podría salir herida!". -dijo Ranma desesperado y quitando la mano de su hombro bruscamente.

"¿Quién?". ‐respondió el joven recién llegado.

"Bueno Akane por supuesto, ¿eres tan estúpido o solo estás fingiendo?".

"¡¿Akane?! Deberías preocuparte por la otra chica. Akane es la mejor, esa tonta escuálida y ruidosa debería tener cuidado de no ser arrastrada por el viento".

"No sé quién eres ni lo que crees saber sobre Akane, no me importa, ¡no voy a ver cómo la hacen daño!".

"¿Eres un artista marcial?".

"¡Por supuesto que sí!". -respondió Ranma furioso esa insultante pregunta de la montaña de músculos.

"¿Te gustaría que alguien interfiriera en tus peleas?".

"¡Eso es humillante, eso no se hace!".

"Ya veo, ¿y por qué le harías eso a Akane?".

"¡Eso es otra cosa, ella podría salir GRAVEMENTE lastimada!".

"No, no es otra cosa, ella es una artista marcial igual que tú y es una de las mejores de la historia. Y si no lo sabes y no puedes verlo, es que no la conoces tan bien como creías y deberías plantearte comprarte unas gafas de ver éstas tan ciego que no puedes ver bien. Ahora observa atentamente, ¡porque esto estará listo en menos de un minuto!".

Ranma se quedó impactado, qué demonios se creía este maldito bastardo que estaba haciendo hablándole de esa manera y sobre todo de su prometida. ¡Como si la conociera tan bien cómo yo! Pero lo que también le molestaba enormemente era que el bastardo tenía razón, tal vez realmente debería darle a Akane la oportunidad de defenderse, pero tan pronto como ella estuviera en peligro de recibir un rasguño, él terminaría con esto inmediatamente.

Mientras miraba hacia las dos chicas.

Vio a Kodachi levantarse de un salto, lanzar su cinta de gimnasia al aire y lanzarse hacia a Akane.

Más que sorprendido, la vio de pie, relajada y esperando.

Sólo en el último segundo agarró ligeramente el extremo de la cinta con un brazo, esperó a que Kodachi bajara y entonces le ató rápidamente las manos a la espalda y le ató los pies con el resto de la cinta.

Dejó suavemente a la gimnasta en el suelo y la miró profundamente a los ojos con una pequeña sonrisa irónica en los labios.

"Ya te lo había dicho, no voy a pelearme contigo Kodachi. Sólo quiero tener mi tranquilidad contigo, si tienes algo que arreglar con Ranma, por favor dirígete a él directamente y déjame en paz a mí, a mi familia y a los padres de Ranma. Si te vuelvo a pillar destruyendo propiedades de los Tendos o de los Saotome, o incluso haciendo daño a alguna de ellas, te arrepentirás. Y te doy, mi palabra de honor como luchadora, que no se trata de una amenaza vacía".

Había dicho las palabras con mucha calma, pero con una voz firme y muy decidida; el hecho de que siguiera luciendo aquella desagradable sonrisa torcida no hizo sino atemorizar aún más a Kodachi, que sólo pudo atinar a asentir con un gesto seco.

"¡Bueno Kodachi, que tengas un buen día!". -y con eso Akane se dio la vuelta y caminó hacia Sota.

"Hey Belleza, eres genial cómo siempre que hayas encontrado una solución sin lastimarla. Espero que esa tonta haya entendido lo que dijiste, pero de alguna manera tengo mis dudas".

Ranma seguía allí de pie con la boca abierta, incapaz de procesar realmente lo que había visto.

¡Akane había sido tan rápida! Y tan fácil y simple como ella lo había hecho parecer, ¡¿podría ser que esa ni siquiera era su velocidad máxima?! Pero eso era imposible, entonces ella sería más rápida que él.

Él sabía que era más rápido en su forma femenina que su forma masculino, el cuerpo femenino es simplemente más ligero y flexible, pero ¡¿podría Akane ser más rápida?!

Cuando recobró el sentido, las últimas palabras de la montaña muscular a Akane se hundieron lentamente en su cabeza. ¿Se había dirigido a ella como? (¿Belleza?) Se dio la vuelta y la vio salir corriendo con él del edificio de la escuela y girar a la derecha.

Akane captó su mirada mientras caminaba, dedicándole una pequeña sonrisa y un guiño descarado antes de desaparecer tras la pared con un gesto de despedida.

El corazón de Ranma le latía tan deprisa en el pecho que pensó que se le iba a salir.

Hacía mucho tiempo que no la veía sonreír así, en general parecía una eternidad desde que le había visto la cara.

Y ahora le sonreía y le guiñaba un ojo.

Sus pies amenazaban con volverse completamente locas de lo rápido que se movía.

Sin embargo, sólo pudo darse cuenta con decepción de que la había perdido de vista de nuevo.

Muy bien, ¡primero con la familia!

Continuará.