Aquí vamos otra vez. Esta es la tercera. La vencida, supongo.

Aquí un resumen más extenso:

Resumen:

Naruto es un hombre insensible, nada disfruta ni nada sufre, que tras la muerte en desgracia de sus padres vive una vida atiborrada de lujo, comodidad y riqueza, heredados de sus célebres y bien agraciados progenitores. Sin embargo, y como ya se ha mencionado, él no siente nada, por lo que a él le da exactamente igual toda esta abundancia.

Un día, a los catorce años, el «viejo» que lo cuida es asesinado en un intento de acabar con el único hijo y heredero de la unión Uzumaki-Namikaze Corp., pero fallan. Él asesina a su asesino que a su vez asesinó al «viejo». A partir de allí vive los años más solitarios de su existencia (aunque él no percibe esta soledad), sin nadie que lo acompañe o lo cuide más allá de los subordinados de sus padres, ahora suyos.

Pasan cuatro años de investigaciones exhaustivas e infructuosas por parte de la megaempresa, junto a los siete que ya llevaban luego de las muertes en extrañas circunstancias de sus padres, y no hay nada, ni una conclusión, ni una pista. Nada. Nada de nada.

Agotado de su situación, y con un extraño "sentimiento" en ebullición dentro suyo, Naruto decide que es momento de madurar y tomar las riendas. Pero no para comandar la corporación, como le vienen repitiendo ya hacía varios años los viejos cascarrabias de ésta, sino para hallar a aquellos culpables que tan muerto lo quieren y que tan fracasados son a la hora de cumplir con su objetivo (puede jactarse en la actualidad de haber sobrevivido a cinco atentados; de los que él tiene constancia, claro está).

Así que sí, de una vez por todas, Naruto Uzumaki Namikaze toma las riendas de la investigación y parte rumbo a una larga odisea tratando de descubrir quién lo quiere muerto, quién mató a sus padres y al viejo, qué hacer con su vida si es que destapa a los conspiradores. Encontrarle un sentido a su vida sin sentidos llena de sinsentido.

Y en su camino trata con un pintoresco grupo de edgerunners, y con mercs de poca monta con grandes sueños idílicos de convertirse en leyendas, y con muchas, muchas mujeres. Y soluciona cientos de problemas de la baja sociedad que él ignoraba desde su infancia en su templo de cristal. Convirtiéndose en su conveniente «Deus Ex Machina», Naruto ayuda y soluciona los conflictos de todos por igual, y todos por igual tratan de ayudarlo y solucionarle su singular dilema; pero lo suyo no tiene cura.

Él simplemente no siente nada.

Nada de nada.

Inserción de Naruto en el mundo de Cyberpunk 2077, sin chakra, pero con habilidades especiales y un complejo conflicto interno que deberá de resolverlo tarde o temprano. En el camino de la resolución se hallará inmiscuido en las tragedias de todos los personajes, tanto de la serie como del juego, y los ayudará. En especial a las mujeres. Por sobre todas las cosas, Naruto ayudará y tendrá una historia única con cada una de las mujeres que conozca. Y, por supuesto, estas lo «recompensarán» por su tan buena predisposición. NarutoxCyberpunk2077 & NarutoxCyberpunk:Edgerunners. NarutoxHarem.

Anotaciones:

Terminado el resumen, es momento de proceder con las anotaciones. Aquí lo más importante antes de comenzar:

-En esta historia no va a haber chakra como tal. Quizá exista alguna «habilidad» que guarde cierto parentesco con algunas de las técnicas de la obra de Naruto, y alguna que otra referencia, pero poco más. No obstante, si bien el chakra no existe aquí, varios personajes del mundo de Naruto serán trasladados y reconvertidos a placer para construir la trama de este sinsentido. Serán parte del mundo de Cyberpunk 2077 como personajes nativos de éste, básicamente.

-Naruto será «especial» porque el protagonista tiene que ser especial. Siempre, sin excepción alguna. Esto es un fanfic, después de todo. Las «especialidades» de Naruto se irán desentrañando con el correr de los episodios.

-Esto es un harem que, de momento, pretende incluir como parejas estables a: Sasha, Lucy (lo siento por David), Rebecca (que le jodan a David), Panam, V (versión femenina, Valerie), Songbird, Kiwi.

Luego, como encuentros transitorios, están (o estarán): Yūgao (porque sí), Blue Moon (la idol), Evelyn (la doll).

(Última actualización de la clasificación: día 20 de diciembre de 2024)

De momento esto es todo. Más adelante, según vaya ideando las tramas de cada una de las personas con las que Naruto se cruzará, irá en aumento los integrantes del «séquito personal de Naruto» y las mujeres de la segunda lista puede que salten a la primera como parejas estables (es increíble que esté haciendo una jodida clasificación para esto).

-Sexo: aquí va a haber sexo. Puede que mucho, puede que poco. Es más probable que haya mucho antes que poco. Aunque las intenciones no son enteramente pornográficas. Al menos no en la mayoría de los capítulos y situaciones narradas. En definitiva, habrá sexo.

-Violencia: puede que haya algo de violencia. No sé si habrá mucha porque tampoco tiene tanto sentido explayarse en ese aspecto dentro la historia, pero suelo escribir cosas muy violentamente gráficas o explícitas cuando me lo propongo.

-Otros temas sensibles: aunque lo dudo, puede que aparezcan otros temas sensibles en la historia. Ya sea prostitución, suicidio, drogadicción, entre otros. Repito, dudo que mencione estos temas aquí, en la escritura de esta cosa, pero aviso por si en algún momento ocurre. Uno nunca sabe con total certeza.

-Lo que escribo suele tener un ritmo muy lento, calmado; me tomo mi tiempo para ir construyendo las situaciones y a los personajes. En un principio, las cosas deberían avanzar cierta rapidez aquí, pero, como ya dije, nunca se sabe.

-La duración de los capítulos en palabras rondarán entre 3k (el mínimo) y 12k (el máximo). Probablemente me salte esta norma mil y una veces (pasándome del límite estipulado), así que puedes olvidarla.

-Tómate esto como un borrador público el cual voy perfeccionando con el tiempo. Que no te alarme ni que te sorprenda que un día se duplique el contenido de la historia sin que ningún capítulo nuevo haya sido posteado, porque seguramente habré reescrito «algo» o muchos «algos».

Esta mierda nace de mi aburrimiento y hastío mientras escribía «Un Pacto con la Muerte», mi historia principal de NarutoxCyberpunk, y «Kurama Projekt», otra historia ciberpunk (ya publicada); necesitaba desahogar la pena y la miseria acumuladas por escribir tantas tragedias y he improvisado esta cosa. Simple y llanamente. Esta cosa no busca ir mucho más allá de lo cotidiano. Por estos lares, Naruto va a ser un hombre condenada y extraordinariamente fuerte, estereotípicamente badass y absurdamente apuesto que terminará en la alcoba, de una manera u otra, con varias mujeres de Night City (bastantes). No intentes buscarle demasiada lógica a esto. No la tiene. Como tampoco tiene ningún parecido con mi(s) otra(s) historia(s) de NarutoxCyberpunk. Esto es una excusa barata de «escrito», una parodia y una fantasía de poder ideal.

Y, aun y con todo esto, he buscado justificar un poco la trama principal y otorgarle un conflicto al protagonista porque una trama sin conflicto, desde mi perspectiva, no tiene sentido alguno.

En fin. Ahora sí.

Sin más dilación, disfruten de la ficción…

~~o~~

Deus Ex Machina

~~Prólogo~~

Capítulo 1: Génesis

~~o~~

¿Lo sientes?

No.

¿Seguro?

No.

¿Entonces cómo puedes estar seguro de no sentirlo?

No lo sé.

Las gotas caían con liviandad, como en cámara lenta. O slow motion, en anglo-gaijin. El sol yacía oculto, invisible, tras un holgado y brumoso amasijo de nubes negras y grises. Lluvia. Tristeza. Desolación captada en las caras de los rostros funerarios en el funeral de sus padres. Compasivos, se acercaron a él y declararon: «Lo lamento tanto», «Me compadezco de ti, muchacho», «¡Minato era tan buen hombre!», «Que el Señor se apiade de ti, joven Naruto», «Tienes que ser fuerte, chico, ahora más que nunca» «No dejes que el tremendo legado de los Uzumaki, y sobre todo de Kushina, caiga en sacos rotos», «Tus padres fueron y serán unas grandes personas, siempre», «¿Podrías darme un préstamo? Te lo devolveré con intereses. Te lo juro». (Los seguratas de la megacorporación echaron a aquel último que se había colado quién sabe cómo a un evento como éste. Naruto se tocó el cuello donde aquel hombre le apoyó sus manos mientras le suplicaba por dinero.)

Sus ojos de un azul celeste inquietante, indefinido e indeciso entre el blanco nevado y el cerúleo del cielo, los observaron con pasividad e inexpresividad a cada uno de los socios, amigos, familiares y demás contactos que tan bien se llevaban con sus difuntos padres. Los Uzumaki-Namikaze labraron una reputación espectacular, por lo visto. Él no mostró tristeza, él no mostró agravio. Los que se percataron de esto pensaron que él aún no digería la tragedia, que el trauma fue tan grande que su pequeñísima mente de infante no podía sobrellevarlo y por eso reaccionaba así, sin reaccionar; que él, a su corta edad, no era capaz de comprender que sus padres estaban muertos, y muertos así por siempre estarían, o eso decían. No obstante, y desconocido para la gran mayoría, Naruto comprendía toda la situación, y, respecto a ello, no sintió nada. Nada.

Nada de nada.

El hálito de una tarde, prontamente noche, lloviznosa de invierno se fugó de sus labios. Su cabello rubio se mojó, húmedo se pegó a su frente. Cubierto con un chaquetón negro iba, guantes negros en las manos. Levemente pero tangible, sí sintió correr el agua de una llovizna mortecina golpeando contra su poca expuesta piel. Pero no sintió el dolor y la pena máximas por perder a quienes lo crearon y criaron. Ellos murieron en un «accidente» que desde la empresa comenzaron a investigar nada más ocurrió. Lo catalogaron de «muerte en extrañas circunstancias», y, por poco, no saltaron a decir que se trató de un ataque terrorista (algunos lo anunciaban así). Sin embargo, todavía no hallaron algo, una prueba o evidencia, por nimia que sea. Algo que inculpe a alguien, aunque sea falsamente. Enormes cantidades de recursos fueron destinados a saber qué y cómo había fallado. Los VA de Uzumaki-Namikaze, fabricados por ellos mismos, eran de los más confiables del mercado. Según en palabras de los superiores de la corporación, no tenía ni pies ni cabeza lo ocurrido. El accidente solo pudo darse por un fallo externo. Como el ataque de un abyecto y despreciable ser que, con el motivo que fuese, acabó con las célebres vidas de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, y en el camino dejó huérfano y solitario al pequeño Naruto.

Un hecho de estas magnitudes era inconcebible para el consejo interno de la corporación. Pero había pasado. Había pasado y sus padres estaban muertos. Y ahora alguien se tuvo que hacer cargo de su persona, supuso. No le desagradaría arreglárselas él solo, pero probablemente jamás le dejarían.

Y como una respuesta a sus dudas internas, la señal de un deus se hizo presente en la forma de Hiruzen Sarutobi, uno de los viejos concejales de su padre, y un hombre calmado y adicto al tabaco como a la pornografía. Naruto resistió el impulso fidedigno de suspirar porque fidedignamente no sintió nada hacia aquel simple hombre; ni un cuarto de gramo de rechazo o cercanía. Nada de nada.

Sarutobi, vestido con un sencillo traje negro, compuesto por una chaqueta, camisa, pantalones, zapatos y corbata, todo de negro, incluso la camisa, se paró a un lado del niño rubio, hijo de su «exjefe». Naruto Uzumaki Namikaze. Una extrañeza sin par. El último vestigio de Uzumaki-Namikaze Corp. El único, pues, Kushina y Minato, no tuvieron otros hijos. Él era el primogénito y el hijo único de una de las parejas más famosas y adineradas del último lustro. Aunque no muchos sabían que acontecía con el niño que casi nunca era visto, y otros, inclusive, desconocían la presencia de un hijo en primer lugar. Sus padres lo protegieron de sobremanera desde su… incidente. Prácticamente habían colocado una cúpula sobre él. Y no fue para menos. Naruto no era normal. No, en realidad: Naruto fue alguien muy especial.

El hombre, Hiruzen, lo observó y contuvo los pésames y las lamentaciones, pues sabía que el niño no los necesitaba, ya que él no estaba pasando por un mal momento. Simple y llanamente pasaba otro momento más en la concatenación ininterrumpida de momentos de su corta vida. Un niño con la percepción emocional tan rota, o, directamente, inexistente. Todo a causa del incidente. Aquello que todo lo cambió.

"¿Nos vamos, viejo?" Dijo el pequeño niño rubio mientras se rascaba el cuello y, a ratos, se miraba la mano.

Ah, sí, el niño no tenía ningún respeto por nadie. Y no es que fuera irreverente o capullo como resultado de una juventud rebelde e inmadura, sino que le salía por naturaleza el tratar a los demás con frivolidad y desgano, lo que generalmente desembocaba en su descaro. Podrías presentarle al niño el presidente de NUSA y éste lo apartaría de su camino lo antes posible porque no era de su interés. Puede que su insensibilidad trajera como consecuencia secundaria esta desfachatez por querer evadirse de conversaciones consideradas anodinas por él. Pocas cosas le causaban genuino interés, si es que él podía percibir el «interés» en algo de alguna manera. Eso sí, el niño no tenía un pelo de tonto y, cuando la situación lo requería, como hoy, resguardaba su insolencia en un rincón y sacaba a relucir una máscara premeditada de pasividad y parsimonia contagiosas. Un pequeño e ilustre mentiroso, en resumidas cuentas; eso es lo que el niño era.

"¿Tienes momentum?" Interpeló Hiruzen, mirándole a la cara; sus ojos marrones escrutaron la figura del hijo de su patrón. A Naruto no había que preguntarle si tenía hambre, si sentía frío o si requería la satisfacción de cualquiera de sus necesidades biológicas. Él no las podía sentir. La gran mayoría de ellas, él las aprendió a complacer por instinto innato. Calculaba los tiempos y procesos de su cuerpo y orinaba y defecaba cuando él creía que era el momento, comía y bebía cuando él creía que se acercaba el momento de hacerlo. Él lo llamó «satisfactio momentum» o simplemente «momentum» (a Naruto le gustaba el latín, por el motivo que sea). Teniendo en cuenta todo esto, la mejor manera de inquirir lo que necesitaba el niño era utilizar su mismo lenguaje práctico.

A la pregunta de Sarutobi, Naruto revisó su reloj interno, vio que eran las seis y treinta y cuatro minutos de la tarde con dieciocho segundos, y respondió:

"No. No lo tengo. Orino dentro de dos horas, probablemente. He evacuado mis desechos esta mañana. He comido esta tarde, previo al funeral. Y bebí algo antes de bajarme de nuestro transporte. Así que no, no tengo momentum." Replicó el pequeño rubio como una computadora automatizada, semejante a una máquina o IA programada para dar la climatología de la semana. Se seguía rascando el cuello con cierta incomodidad.

Naruto podía controlar cada fibra de su cuerpo, y, como contra de esta increíble habilidad, estaba su total insensibilidad hacia todo. Incluso podrías clavarle una katana en el pecho y el niño te miraría con curiosidad, tanto a ti como a la sangre que escapa de su herida a borbotones. Esta fue una de las razones por la cual los padres de Naruto decidieron ocultarlo al mundo. Un niño listo, sí, pero con la percepción del peligro tan desvanecida que se podría hacer verdaderos daños sin siquiera saber el más mínimo por qué. Lo mejor era reservarlo a entornos seguros y controlados donde pudieran cerciorarse de que nadie ni nada le hiciera estropicios a su insensible cuerpo que solamente percibía el tacto de forma casi imperceptible. Aunque para Naruto, un roce fue un mundo de expresiones antológicas, de experiencias y sensaciones, siempre y cuando lo pudiera sentir.

Sea como fuere, ahora Hiruzen tendría que hacerse cargo de él y, consecuentemente, de sus singularidades que adquirió el día de su cuarto cumpleaños. Qué tonto y anciano fue que, no solo confió en la persona equivocada, sino que hizo a Minato responsable de un peso imposible soportar. Que tu hijo sufra tan alto calvario y que termine como terminó… Kushina quería matarlo, y todo el derecho del mundo tuvo la mujer pelirroja. Después de todo, la permisividad extrema de Hiruzen provocó, queriendo o no, el desastre que se cobraría la normalidad en la vida del joven Naruto.

Hoy llegó la oportunidad de, aunque sea, un poco de redención para el anciano. El momento de contrarrestar sus errores y darle todo lo que pudiera al legado de Uzumaki-Namikaze. Una de las corporaciones más poderosas, valoradas y misteriosas del globo. Poderosas porque tenían masas inconmensurables de riqueza, tecnología experimental de primera y a toda una unidad de los mejores shinobis: agentes secretos entrenados y dispuestos para cualquier tarea que requiriesen, incluso aquello que se consideraba cuestionable moralmente con tal de velar por los beneficios propios. Valoradas porque, a pesar de que hacían de las suyas en las sombras del mundo como las demás megacorporaciones, poseían la imagen de grandes innovadores y altruistas que en la mayoría de las ocasiones favorecían al bien del prójimo (siempre y cuando se lo podían «permitir»). Y misteriosas porque la gente hablaba de lo oculto en la opacidad que siempre manejaron respecto a ciertos temas, diciendo que quizá había terribles secretos detrás de su repentino y glorioso ascenso luego del matrimonio y alianza de ambas familias (Uzumaki y Namikaze), y decían esto y aquello acerca de que ellos eran seres de otros planetas que venían a hacerse de un sitio cómodo y un asilo en la Tierra, y decían esto y aquello sobre que habían firmado paganos pactos con la muerte para conseguir enormes rentabilidades a través de una suerte maldita; pero la gente común, como la no tan común, desconocía completamente las verdades más lúgubres que se tapaban tras telones. El mayor de ellos, lo acontecido con el primogénito de Uzumaki-Namikaze.

Qué desgracia.

"Nuestro vehículo nos espera, Naruto-kun." Dijo Hiruzen un tanto amargado, por el funeral anterior y por los recuerdos de un pasado inolvidable y muy indigno para su persona y aquellas en las que solía confiar. Qué caro resultó ser su pobre elección, así como sus malditos consejos. "Vámonos." Le propuso Hiruzen al niño. Naruto aparentemente no lo oyó, o eso pareció, enfrascado en algo que le causaba picor o gran molestia en su cuello. Y por ello se frotó con evidente prisa.

"Viejo…" Dijo Naruto cuando iban a partir a su vehículo. El chico se seguía rascando el cuello. Tenía la zona un tanto irritada, diría Hiruzen, pero no podía contemplarlo con exactitud porque Naruto siempre escogía holgados abrigos negros que tapaban la mayor parte de su cuerpo. Hiruzen creía que a Naruto le causaba temor o vergüenza mostrar eso. Y no era para menos.

"¿Sí, Naruto-kun?" Dijo el viejo con mesura mientras postraba la vista en el chico.

"¿Recuerdas aquel sujeto que me pidió un préstamo?"

"Oh, sí. Los guardias se lo llevaron. No sabemos muy bien cómo logró saltarse los perímetros de seguridad, pero el asunto ya debe de estar zanjado." Aseguró Hiruzen preguntándose por qué el chico sacaba el tema a colación ahora. Si la memoria no le fallaba, dos agentes de la seguridad de la familia lo retiraron a rastras y empujones. Hiruzen, por si las dudas, pidió que lo interrogasen. De la manera que hiciese falta. Solo por si las dudas. Quién sabe qué clase de individuo era realmente.

Y razones para sospechar no le faltaban al viejo y experimentado Sarutobi. Porque estaba ciertamente en el camino adecuado a la hora de sospechar de aquel intruso.

"Creo que tenía algo raro en las manos." Dijo Naruto con simpleza entretanto se tocaba la nuca. Hiruzen notó contracciones anormales en el cuerpo del niño rubio. Sus ojos estaban inyectados en rojo, contrastando con el celeste impecable e inquietantemente natural. Su respiración se agitó. Su visión desenfocada. Sus piernas tambalearon un poco, como un flan. "Algo radiactivo, quizás." Naruto señaló con la cabeza, a unos cuantos metros de ellos, a un par de guardias caídos y presumiblemente muertos que habían vomitado su propia sangre en el suelo de concreto.

Hiruzen devolvió la mirada ahora recargada de absoluto horror y pánico hacia Naruto. Una línea de sangre cayó de la nariz del último Uzumaki-Namikaze. Abrió la boca y a duras penas logró decir unas sencillas pero turbadoras palabras.

"Creo que me estoy muriendo… Viejo…"

~~o~~

El mismo día en que fue el funeral de sus padres, Naruto sufrió un intento de envenenamiento. Con polonio, nada más y nada menos. Cantidades desorbitadas de radiación concentradas en una ínfima muestra de un metal extremadamente poco común, incluso en estos días donde fue tan fácilmente reproducible en los laboratorios especializados en sustancias como ésta. Y unos cuantos gramos fueron a parar al cuello de quien se suponía que Hiruzen debía de cuidar y proteger, cuando solamente un microgramo era capaz de matar a un humano corriente.

El sujeto que se había infiltrado en el velatorio de los padres de Naruto, los fallecidos Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, lo hizo con el objeto de asesinar a su único heredero. El atacante llevaba las manos enjabonadas con polonio, y con algún otro sustrato químico que provocaba una sobreexcitación atómica y, además, una irritación, y, por ende, heridas para que el contenido radiactivo se colara microscópicamente en el cuerpo del niño e incitara el desencadenamiento de un fallo multiorgánico inmediato, casi sin tiempo de respuesta preventiva. La cantidad del material tóxico absorbido por las minúsculas heridas de Naruto fue suficiente como para exterminar a un ejército de hombres adultos. Y Naruto sobrevivió al intento homicida contra su persona.

De alguna manera, Naruto se salvó; por supuesto, luego de estar un par de semanas inconsciente y en grave estadio. Al despertar, eufórico y alterado, Naruto dijo: «Tuve una charla con un extraño individuo de túnicas marrones de una dimensión paralela, que aparentaba ser Dios, que me regresó a la realidad».

Sarutobi ya no sabía qué pensar en este punto. Los médicos no encontraron explicación a su supervivencia más allá de que esto fuese una inmunidad otorgada por su carbono alterado. La «bendición» que obtuvo Naruto después de aquel trágico incidente.

Con una sonrisa de felicidad que Hiruzen no recordaba verle desde los cuatro años, Naruto dijo que ese fue su primer Deus Ex Machina. Rio como si hubiere dicho un chiste excelente.

Al niño le fascinaba el latín. De veras que le encantaba.

…Continuará…

~~x~~

Anotaciones Finales:

Episodio piloto. Subiré el segundo capítulo algún día.

Algún día…