Lectores de mi corazón:

Después de mil intentos, finalmente lo he logrado!. muchas gracias por sus reviews:

- Cbt1996: Siento romperte el corazón :C PERDONAMEEE AJJAAJ. Con lo idiota que ha sido Inuyasha y lo adorable que es Kouga, créeme cuando te digo que he pensado en dejarla junto a él, pero siempre termina ganando el inuxkag en mi corazón. Ya veremos que sucede, nadie dice que no pueden tener un romance cortito por ahi antes de nuestro final feliz. Muchas gracias por ese abrazote para mi y mi bebé, espero disfrutes la actualizacion. Abrazos!

- Kayla Lynnet: Esta Kag pondrá su orgullo por sobre todo :c, a fin de cuentas es lo que se le ha enseñado toda su vida, perdonar es de débiles, volver a confiar también. Inuyasha por su parte siendo un idiota, la verdad es que AMÉ escribir la escena donde Kag lo ataca, porque merecía eso y más. Hasta ahora podemos declarar oficialmente que es la primera mujer que lo derrota, aunque el hecho de que él no se lo esperara le ha dado puntos de ventaja a nuestra Kag. Disfruta el cap hermosa! Un abrazo.

- joiscar: Y que bueno es leerte aqui como siempre!. Ha pasado tiempo, lo sé, pero no sé, puede que tu deseo de una maratón se haga realidad pronto. La verdad es que ser mamá consume DEMASIADO TIEMPO, en mi mente todo este descanso post parto me permitiría actualizar seguido pero mirame, toda derrotada AJAJA, en fin. Espero leerte por aquí, espero disfrutes de este cap y puede que el cap 16 llegue mucho mas pronto de lo que esperas.

- Marlenis Samudio: El gusto es mío de leerte por aquí! y coincido completamente contigo, Inuyasha pendejo es todo lo que está mal en esta vida ajajajja, escribirlo ahí todo moribundo fue un placer francamente. Me hace feliz por otro lado leer que mis palabras te hagan sentir tanto, vamos por buen camino. Un abrazo, espero disfrutes el cap, mil gracias por tanta paciencia!

- Carli89: Kagome empoderada es todo lo que necesitamos en esta vida, la verdad es que he disfrutado montones escribir cada escena de estos dos en el cap, porque joder, con esa bocota de Inuyasha la verdad es que sólo quería que lo golpearan y lo hicieran sufrir un ratito jiji, eso es lo divertido de ser la escritora y cumplir mis deseos. Espero disfrutes la actualización Carli, un abrazote :3

- Valentinehigurashi: Mi valentine! muchas gracias por admirar tanto mi trabajo, la verdad es que siempre doy lo mejor de mí para sorprenderlos y esta clase de reviews me hacen saber que vale la pena. La verdad es que Joji le viene pintadisimo a todo este drama, de vez en cuando me dan ganas de publicar una lista de reproducción para cada cap, porque es cierto que la música hace ma-ra-vi-llas cuando se trata de transportarnos a una escena en particular. Con respecto a Inuyasha... Si, es un idiota, con respecto a Kag, la verdad es que la re banco con todo esa faceta empoderada peligrosa que tanto extrañábamos de ella y Sesshomaru y Kouga, nada, seguir amandolos por ser tan adorables ambos :c ajajaaj. Se vienen capitulos muy entretenidos, espero seguir encontrándote por aqui. Un abrazote!

- Rosa Taisho: Amiga mia nunca había recibido reviews tan detallados como los tuyos y dejame decirte que LOS AMO AJAJJAJ, Lamento hacerte odiar a Sango :c, prometo que será algo temporal, se le pasará lo pesada eventualmente. AMO QUE RECUERDES A NOAH, francamente amé crearlo en "tu eres el objetivo" y es lindo leer que haya generado fans tambien en ustedes ajajj. Se viene un Noah por ahi, sólo eso diré. Gracias por tanto amorcito! mereces el cielo. Un abrazo enorme y espero leerte pronto.

- Karii Taisho: Siempre es un agrado leerte en mis reviews!. La verdad es que me ha costado desarrollar esta relación tan lento, me ha costado DEMASIADO no escribir un "te quiero" por parte de alguno de los protagonistas, porque la verdad es que se les nota montones (y me alegro de que tú como lectora lo notes tambien), pero hacerlos melosos apenas conociendose rompe toda la imagen que he formado de ellos, porque ambos son desconfiados, ambos son rudos y ambos son pesimos con demostrar sus sentimientos jaja. Iremos de a poquito para que cuando finalmente tengamos a ese Inuyasha enamorado que tanto amamos valga totalmente la pena la espera. Mil gracias por leerme, un abrazo!

- fabiola 200190: He tardado pero aqui estoy. Un gusto leerte aqui, espero disfrutes de la actualizacion! un abrazo

- Annie perez: Hola Annie! un gusto conocerte y leer que has disfrutado mi historia, he tardado un poquito pero aqui estoy jiji. Veremos que se viene, sólo adelantaré que será bastante entretenido. Un abrazo!

- Dayanari: Bienvenido/a lectora! que agrado leer gente nueva por aquí y que agrado ver que has disfrutado cada capítulo. Sé que te he hecho esperar bastante, pero aquí tienes uno nuevo. Espero seguir conectando contigo. Un abrazo!

Como mencioné en mi pagina, la vida de mami me tiene bastante ocupada ultimamente, asi que te aconsejo que si has llegado aquí por medio de fanfiction o wattpad, me busques en facebook por "franimoonlight" y le des like a la pagina, pues ahí es donde aviso de mis actualizaciones y donde entrego algunos adelantos, si no te sentirás abandonado/a por aquí.

Agradecida de su compañía como siempre y nos estamos leyendo.

Un abrazo

Frani.


'

Capítulo 15.- Sin retorno.

Kagome

No quiero ser insistente pero… ¿Te falta mucho? - Kouga permaneció a mis espaldas, apoyado en la pared más cercana mientras se mantenía de brazos cruzados y uno de sus pies golpeteaba el piso alfombrado con insistencia.

Su postura intentaba por todos los medios demostrar calma, sin embargo esos pequeños detalles; como el movimiento de su pie y el cómo peinaba su cabello de manera insistente reflejaban todo lo contrario.

No me presiones. - Lo escuché resoplar.

Había cerca de 50 cámaras en esa mansión, todas colocadas en puntos estratégicos, puntos que yo había determinado hace unos cuantos años, sin saber que me jodería a mi misma en el futuro. Las que me interesaban en particular eran la 48, 49 y 50, todas ubicadas en el patio posterior, todas apuntando a la zona por la que yo esperaba huir.

Y ahora… - Apreté enter y el reloj dejó de correr en ellas, mostrando una imagen pausada. - Listo,

El engaño era más que evidente para mí, pero podía apostar a que los guardias tardarían varios minutos en notarlo, tal y como las veces anteriores. Noté que mis manos temblaban cuando cerré el notebook y lo guardé en mi bolso. Miré a mi alrededor un poco nostálgica, intentando guardar en mi memoria los detalles dentro de esa habitación, cuyas paredes me habían escuchado reír y llorar desde que tenía uso de razón. Me despedí rápidamente de mis adorados vestidos y zapatos, sabiendo que no podía llevarlos conmigo y que jamás volvería a verlos, pero con la esperanza de que eso significara que jamás volvería a ese lugar.

'

*flashback*

Puedo coordinar con alguien de confianza y dejar un auto esperando por ti. - Exclamó Kouga. - El problema es salir de aquí, y ese es el punto donde espero que tú tengas la solución.

Lo miré fijamente antes de hundirme en el agua espumosa para pensar en mis opciones. Salir por la puerta de entrada definitivamente no era una de ellas, no con tanto guardia rondando y no con mi padre tan furioso como ya estaba. Salí a la superficie unos segundos después.

Puedo escabullirme por la ventana de mi habitación. - Ya lo había hecho una vez despues de todo. - Piénsalo, esa ventana da hacia la parte posterior de la casa, hay seguridad pero no tanta como en la entrada.

Ajá, sólo necesitas dar un salto enorme desde la ventana a la reja.

Confía en mí. Sólo necesito una distracción en el frente, algo que llame la atención de manera eficaz y me de tiempo suficiente. Si el auto espera por mi en la calle trasera, puedo subirme y desaparecer de este jodido lugar de una vez por todas.

Fantástico, sólo tienes un intento, ¿Te sientes valiente el día de hoy?

Van a matarte si descubren que me has ayudado…

¿Y si apagaras las cámaras?

Podría hacerlo por un par de minutos sin que lo descubran.

Bien, entonces tienes ese par de minutos para salir. - Acercó mi bata esponjosa cuando me puse de pie. - …Tengo el contacto de alguien que puede hacerte un pasaporte falso, tomará un par de horas, pero podrías salir de Italia sin ser descubierta.

¿Y qué pasa contigo? ¿Vienes conmigo?

Sabes, en mi mente ese siempre fue el plan, huir juntos… Si es que llegabas a enamorarte de mi.

Ah… ahora todo tenía sentido. Esto era más como una historia de fuga, una con un final romántico que yo no había vislumbrado.

Kouga...

Tranquila. - Me sonrió y suspiró. - Sé que no es el momento para una declaración de amor, pero he sido tan evidente… ¿Cómo es que no lo has notado? - Se recargó en la pared y cerró los ojos. - En fin, llevo años viendo como este lugar te apaga cada vez más… Años guardando silencio y ya no lo soporto, el nivel de violencia de tu padre aumenta exponencialmente con los años y temo por tu vida. - Musitó. - También soy consciente de que no me amas y eso está bien, puedo aceptarlo, pero aún así, necesito salvarte de toda esta mierda.

Eso significa…

Que yo no voy contigo. - Lo miré con tristeza y una sonrisa cálida volvió a inundar sus labios mientras me quitaba la bata de las manos y luego me envolvía con la tela. - Tranquila, volveremos a vernos tarde o temprano. - Besó el dorso de mi mano y me odié por un instante.

Me odié por tener a un hombre perfecto justo frente a mis ojos por años y no ser capaz de amarlo de vuelta.

Espero que tu silencio sea un sí a mi plan.

Es un "voy a intentarlo"

Perfecto.

*flashback*

'

Y ahí estábamos, siendo las tres de la madrugada, Kouga en su habitual vestimenta oscura de guardaespaldas y yo con un outfit lo más cómodo posible y un bolso de cuero liviano colgando de mi hombro, abriendo mi ventana con cuidado de ser tan silenciosa como fuera posible.

¿Seguro de que no quieres venir conmigo? - Pregunté y me sonrió.

Volveremos a vernos… Déjame calmar un poco el caos que se generará aquí y te prometo que te buscaré país por país de ser necesario. - Suspiré y me acerqué por última vez a su cuerpo, me estiré de puntillas y di un beso corto en sus labios. Eso parecía simplemente correcto, incluso si no podía corresponder a sus sentimientos.

Sentí el tirón hacia su cuerpo cuando me abrazó con fuerza, apoyando su mejilla en la cumbre de mi cabeza mientras temblaba un poco. Inhalé profundamente el olor de su perfume, en un intento de guardarlo en mi memoria para siempre.

Sabes, decidiré enamorarme de ti. - Exclamé y él rió.

El amor es bastante más complejo que eso, Kag, pero me halagas francamente. - Dio un beso en la raíz de mis cabellos. - Mantente con vida, ¿Vale? Cuando escuches la señal no pierdas el tiempo y no mires atrás, no hay nada aquí para ti.

Asentí. Ninguno de nosotros había aclarado cual era la puta señal, sin embargo estaba segura de que sería fácil de distinguir. Lo vi desaparecer por la puerta y de inmediato comencé a hiperventilar. Esto iba enserio, realmente iba a intentar romper el círculo de una vez por todas.

Me senté en la cama sin saber que más hacer cuando tan solo unos minutos más tarde sentí el eco de un par de balazos en la entrada principal y supe que esa era mi señal. Me asomé por el balcón, viendo como los guardias corrieron hacia la entrada dejando completamente abandonado el patio que yacía a mis pies, los empleados de mi padre eran unos incompetentes, francamente. Me subí al borde de la terraza e hice equilibrio hasta el extremo más cercano a la reja. Ya había hecho ese salto antes, sin embargo por alguna razón ahora se veía más difícil de lograr.

"Salta. No te dejaré caer, lo prometo."

Agh, idiota. Sacudí mi cabeza borrando ese recuerdo y tomé un respiro profundo antes de saltar. Aterricé en la reja, mis manos se aferraron al hierro grueso con un ruido metálico y seco, bajé con cuidado del lado externo y salté al suelo cuando este estuvo lo suficientemente cerca.

No des un paso más. - Una voz masculina a mis espaldas me hizo sudar frío.

Me giré lentamente, sólo para encontrar a uno de los tantos guardias de mi padre, uno bastante joven e inexperto, podía decirlo por como temblaba su mano derecha, aquella con la que sostenía el arma con la que me apuntaba. Le sonreí lo más cálida posible.

¿Te conozco? No recuerdo tu rostro entre mis empleados. - Musité.

Trabajo para tu padre, no para ti. - Tomó el radio transmisor adosado a su cinturón y apretó un botón que lo hizo sonar. - Atento equipo, araña pequeña atrapada en la parte posterior.

¿"Araña pequeña"? ¿No podías esforzarte más?

Camina hacia la mansión. - Ordenó.

Hmm, eso es un problema… - Puse el bolso en el suelo y llevé mis manos tras mi espalda, manteniendo la sonrisa.

Te llevaré adentro y le diremos al señor Naraku q… - El silencio abrupto cuando corté su cuello con mis garras fue reemplazado por el sonido del pobre chico ahogándose con su propia sangre. Su mirada asustada en el suelo despertó un poco de lástima en mí, la que duró sólo los escasos segundos que se mantuvo con vida luego de mi ataque.

¡KAGOME! - La voz ronca y poderosa de mi padre resonó desde algún lugar de la mansión.

Sentí mi corazón detenerse por un momento antes de volver a latir asustado, miré hacia todos lados, lista para matar a cualquiera que tuviera la osadía de interponerse entre mi libertad y yo y vislumbré a unos cuantos metros las luces rojas del auto que Kouga había descrito. Tomé mi bolso otra vez y corrí para abrir la puerta trasera. En la parte delantera un sujeto desconocido me miró y asintió antes de apretar el acelerador y sacarnos de allí a toda velocidad.

¿Confiaba en el sujeto? Definitivamente no, e incluso así, alejarme con un completo desconocido de mi propia casa parecía ser el mejor de mis regalos en el último tiempo.

No me atreví a mirar hacia atrás, sólo apreté mis manos temblorosas con fuerza sobre mis piernas y cerré los ojos intentando calmarme. Mi respiración rápida fue el único ruido dentro de ese jeep.

¿Te sientes bien? - El chico en la parte delantera preguntó. No tuve voz para responder, asi que solo asentí cuando me miró por el espejo retrovisor.

No creía en Dios y sin embargo rogué a algún ente poderoso que nadie fuera lo suficientemente rápido para alcanzarnos.

Todo parecía sencillo… tal vez demasiado sencillo.

'


'

Inuyasha

Miré por la ventanilla cuando el avión privado despegó, admirando como el suelo se hacía cada vez más pequeño allí abajo, quedando atrás insignificante y minúsculo, tal y como mis problemas. Parte de mi sintió alivio al salir de tierra enemiga, y otra parte se angustió, aquella que asumió que ese era un cambio que tal vez no quería del todo. La verdad era que me había acostumbrado a la vida en Italia, y es que incluso en territorio enemigo la vida parecía un poco más liviana allí.

Un vaso de whisky y tres cubitos de hielo en su interior resonó al ser dejado en la mesita frente a mí. Al levantar la vista Sesshomaru me miraba serio.

¿Por qué tanta cordialidad? ¿Vas a comprar mi verdad con alcohol? - Pregunté.

Tu verdad la obtendré por las buenas o por las malas, sólo quiero hacer el dolor de tu pecho un poco más ameno, la mirada melancólica y perdida en el paisaje aburrido y repetitivo de las nubes deja en evidencia que no es sólo por el agujero literal que te hicieron allí. - Sonreí.

Entonces pierdes tu tiempo.

Se sentó a mi lado y dio un largo suspiro antes de volver a hablar.

Lo siento. - Exclamó contra todo pronóstico. - Siempre estoy en esta faceta de mierda de hermano mayor y supongo que es un desagrado para alguien como tú… No estoy aquí para cuestionar tus decisiones, pero necesito que me ayudes a entenderlas, porque más temprano que tarde llegará el momento en el que tendrás que responder a nuestro padre y cuando eso suceda necesitarás a alguien que te apoye.

No lo miré de vuelta, sin embargo guardé silencio, sabiendo que tenía razón.

Intenté hacer un trato para comprar su libertad a sus espaldas. - No fue necesario decir su nombre, ambos sabíamos de quién estaba hablando. - …Hice una buena oferta, de hecho, probablemente la oferta más millonaria de mi vida, sin embargo Naraku me pidió demasiado a cambio.

¿Qué es "demasiado"?

Una alianza de matrimonio.

El silencio de mi hermano fue sepulcral, sin embargo asintió.

Que terrible sería casarse con Kagone Russó… - Exclamó y no supe interpretar el tono en su voz ni definir si estaba siendo sarcástico o no. - Imagina despertar con su mal humor en las mañanas.

No tiene mal humor en las mañanas. - Exclamé sin pensar y Sesshomaru aguantó a duras penas una sonrisa. - Como sea… Ahora se casará con el idiota de Bankotsu Lombardo. - Bebí un sorbo de mi vaso antes de volver a hablar. - Bueno, tal vez se merecen el uno al otro.

¿Te encariñaste?

No. - Respondí tajante.

¿Y entonces por qué tanto esfuerzo por comprar su libertad?

Tal vez, un poco. - Una sonrisa casi imperceptible surcó su rostro.

Raro. - Exclamó.

Muy raro, de hecho.

Realmente tenía muchas ganas de sacarla de ese ambiente tóxico, sabes que es algo que me desagrada ver.

Bueno, ha dejado en claro que no es una damisela en apuros… - Musitó indicando mi pecho. - Yo no temería tanto por su bienestar.

Tú no has visto de lo que Naraku es capaz. - Exclamé serio. - No es una damisela en apuros y aún asi el terror en sus ojos cuando habla de su padre… - Apreté mis sienes con fuerza, el sólo recuerdo me ponía tenso.

Le dijiste cachorro maltratado y heriste sus sentimientos. - Lo miré y se encogió de hombros. - Sabes que Sango me cuenta todo.

Podría haber dicho cosas peores y ambos lo sabemos.

No ha sido necesario, con eso bastó y sobró. - Exclamó.

Lo hecho está hecho. - Musité, intentando convencerme también en el proceso.

Es cierto.

Fingí no darle importancia, sin embargo el tema me carcomía mientras más intentaba ignorarlo. Me preocupaba incluso en ese instante el cómo sería su encuentro con Naraku después de desistir de su oferta; porque aunque intentara negarlo, odiaría ser la persona que le causara más problemas que soluciones.

¿Cómo es que Naraku no te arrancó la cabeza por meterte con su hija? - Sonreí.

Creo que parte de él sabe que sucedió, pero prefiere mantenerse en negación, después de todo no le convenía deshacerse de mí y tener que lidiar con nuestro padre luego, conoce sus límites. - Sesshomaru asintió.

¿Y cual es la historia que le contarás a Touga?

No lo he planificado aún.

No tienes tanto tiempo como crees, yo que tu empezaría a hacerlo, a menos que quieras contarle la verdad sobre como la heredera del clan enemigo se robó tu corazón.

Já.

Puso una de sus manos en mi hombro.

Entiendo tus buenas intenciones en todo lo que hiciste, pero en este mundo hay gente que tristemente no puede ser salvada, lo entiendes ¿no?

Lo miré serio y luego volví a mirar por la ventana.

Es la última vez que intento hacer caridad. - Musité y él se alejó luego de una risa escueta.

El resto del vuelo fue bastante tranquilo. Sango no volvió a dirigirme la palabra el resto del viaje y lo preferí de ese modo, aún cuando había un par de conversaciones pendientes entre los dos.

Un poco hastiado del paisaje repetitivo cerré los ojos e inspiré profundo. Era hora de ver el lado bueno de ese viaje a Italia y no caer en la tortura mental. Kagome Russo era el error que encabezaba la lista y sin embargo el mejor recuerdo de mi paso por Milán. No recordaba la última vez que había sonreído tanto con alguien en tan poco tiempo y eso me aterraba.


'

Kagome

Luego de varios minutos de viaje, dando todo de mí para no entrar en el bucle interminable de una crisis de pánico, miré por la ventanilla del automóvil apoyando mi mentón en el marco. Aquella era una noche oscura de luna nueva y la vitalidad nocturna de la ciudad de Milán fue el último vestigio de luz antes de sumergirnos en la oscuridad de aquella carretera, rodeada de árboles frondosos y enormes.

¿Dónde vamos? - Pregunté cuando el camino comenzó a hacerse poco conocido para mis recuerdos.

Kouga mencionó algo sobre "llevarte lo más lejos posible de la mansión" mientras vemos como crearte una nueva identidad sin que tu padre nos encuentre.

Apreté el arma que llevaba en la parte trasera de mi jeans. Ya no estaba tan segura de sumergirme de cabeza en un plan donde debía confiar a ciegas en un extraño.

El silencio en aquel auto se volvió incómodo luego de unos minutos mientras él seguía conduciendo. Moví mis piernas inquieta en el asiento trasero hasta que no aguanté más.

¿Eres amigo de Kouga?

Nos conocemos. - Contestó tajante.

¿Haces esta clase de favores por gente que sólo "conoces"?

Si me pagan lo suficiente, si. - Busqué mi arma otra vez. - Escucha, sé que no confías en mí…

No te lo tomes personal.

… Pero soy tu única opción. Te he escuchado quitar y poner el seguro de tu arma al menos tres veces en lo que llevamos de viaje juntos y me está distrayendo un montón asi que, si no estás conforme puedo detener el auto ahora mismo y dejarte bajar.

El azul claro en sus ojos destacó cuando me miró por el espejo retrovisor y yo simplemente levanté mis manos en señal de que me detendría.

Lo siento, es la costumbre.

Tranquila, teniendo a Naraku Russo de padre probablemente sería igual.

El tipo logró sacarme una sonrisa, sin embargo se borró de mi rostro cuando un ruido estruendoso y el movimiento del coche nos sacudió a ambos. Miré hacia atrás y vislumbré dos siluetas en moto siguiéndonos a toda velocidad, ambos disparando en nuestra dirección.

Ese era el fin, mi padre jamás me dejaría en libertad.

No te detengas por nada del mundo. - Ordené al chico, quien solo asintió antes de pisar el acelerador a fondo.

Las llantas chirriaron contra el asfalto y sentí la fuerza de la inercia cuando salimos disparados hacia adelante gracias al poder del acelerador, pude notar como sus nudillos perdieron el color por la fuerza con la que se aferraba al volante. Ambos teníamos miedo, porque sabíamos perfectamente que nos esperaba si es que llegaban a alcanzarnos.

Volví a mirar hacia atrás, comprobando que ambas motos estaban más cerca que antes. Mi respiración se volvió pesada.

No había segundas oportunidades y sabía jodidamente bien que perder esta era perderme para siempre.

Al parecer tu padre prefiere enterrarte a dejarte en libertad. - Exclamó.

Me encantaría fingir que me sorprende, pero esto es justamente lo que esperaba de él. - Exclamé sarcástica.

Era difícil perderlos en una carretera oscura donde sólo íbamos nosotros. No había ciudad, no había esquinas donde doblar ni calles donde escabullirnos. Esto era matar o morir.

Apaga las luces del auto. - Exclamé mientras quitaba el seguro de mi arma una vez más. La carrocería del jeep era de color negro e íbamos a tomar ventaja de eso.

Una de las balas impactó en el cristal trasero haciéndolo añicos. Las esquirlas que alcanzaron mi rostro provocaron un dolor agudo difícil de ignorar y gruñí bajito mientras hacía una mueca.

¿Estás bien?

Sólo preocúpate de acelerar. - Respondí.

Bien, pero ponte el cinturón, no quiero que salgas volando por una ventana. - Obedecí.

Había una moto a cada lado, casi pegadas a la parte posterior del auto, cada vez más cerca de arruinarme la noche. Disparé un par de veces a la de la derecha, logrando abatir a su conductor, quien perdió el control de la máquina que se azotó contra el suelo, arrastrandose con violencia y sacando chispas por la fricción con el asfalto.

Uno menos. - Avisé.

Te tengo fé.

Como si tuvieras otra opción. - Su risa corta desde la parte frontal del auto me hizo sonreír.

Me enfoqué en la otra moto al apretar el gatillo una vez más, sin embargo su ataque fue más rápido. Un último disparo sacudió el jeep con un estruendoso sonido, y entonces ya no volvimos a recuperar estabilidad. El molesto chirrido volvió cuando las llantas se deslizaron por el asfalto y en una fracción de segundo se detuvo, cuando el coche se inclinó hacia adelante justo antes de volcar por completo.

El mundo se puso de cabeza y el sonido exasperante de cristales y metales no me permitió pensar más allá. No pude gritar, no pude hacer nada, no mientras el coche daba vueltas sin control, hasta que en algún punto tardío nos quedamos allí, inmóviles y de cabeza a un costado del camino.

Tosí con la nube densa de polvo que nos envolvió. El cinturón de seguridad había hecho lo suyo y me mantenía unida al asiento, aunque en una posición poco fisiológica. Sentí un dolor punzante en el cuello y en la espalda y noté que no fui capaz de moverme cuando lo intenté; y con eso podía apostar a que mi columna estaba hecha añicos y que no repararía lo suficientemente rápido para salir de allí. Vi en cámara lenta como un par de pies se acercaban a lo que quedaba de nosotros, el dueño de ellos se agachó para mirarnos y arrastró a mi conductor fuera del auto. Un disparo se alojó en su cabeza antes de que pudiera reaccionar. Tuve deseos de gritar, sin embargo ningún sonido decente salió de mi garganta, no cuando sabía que era la siguiente.

Cerré los ojos con fuerza esperando mi fin, sentí el clic del cinturón al soltar y luego dolor, infinito dolor cuando caí de bruces en el techo del ya maltrecho jeep. Me obligué a no gritar cuando unas manos ásperas me arrastraron para sacarme y vi el cañón cerca de mi rostro.

No puedes matarme. - Exclamé bajito y escuché una risa burlona.

Tienes razón en eso… Pero tu padre mencionó que no le importaba si llegabas con un par de agujeros de más y en realidad estoy jodidamente enojado contigo sabes, yo debería estar en casa, durmiendo, y mira como me tienes haciendo horas extras.

La vida del esclavo, nada que hacer, no me culpes por ello, cúlpate a ti mismo por ser tan miserable. - Musité.

Un disparo se alojó en mi brazo derecho y gemí cuando la sensación abrasiva y punzante se extendió por todo mi cuerpo, aumentada exponencialmente por el metal que recubría el proyectil, podía diferenciar perfectamente el dolor del que provocaba una bala normal.

¿Por qué balas de plata? - Pregunté con dificultad.

Porque el dolor que provocaría sin ellas no sería suficiente. - Explicó como si fuera lo más obvio del mundo. - Además, asi sangras un rato y te comportas cuando vayamos de vuelta con tu padre.

Ah, entonces eres un cobarde.

Yo y mi bocota una vez más.

Me tomó con poca delicadeza del mismo brazo, tironeándome para arrastrarme hasta su moto. El dolor no hizo más que aumentar y chillé cada segundo, retorciéndome como pude, aún sabiendo que era en vano.

¿Kagome Russo grita de dolor? Eso es nuevo. - Exclamó burlesco.

El ruido de dos disparos inundó nuevamente el ambiente y cerré los ojos con fuerza, sin embargo se me hizo extraño cuando noté unos pocos segundos después que aún conservaba mi conciencia, demasiado viva para ser real.

¿Te encuentras bien? - La voz ronca y desconocida de un hombre me hizo finalmente abrir los ojos.

No sabía como describirlo, y llegué a la conclusión de que mi mente maltrecha debía estar jugándome una muy mala pasada, porque ese sujeto que acababa de salvarme era brutalmente similar a Inuyasha, en una versión de cabello más corto y desordenado en color negro y con una heterocromía que llamó mi atención, pues uno de sus ojos era de un verde pardo oscuro y el otro tan dorado como los rayos del sol. Arrugué mi entrecejo justo antes de sentir pisadas hacia nosotros. Miré a nuestro alrededor, notando como éramos rápidamente rodeados por los secuaces de mi padre que seguían apareciendo y me arrastré a sus pies. Indigna, pero desesperada.

Sácame de aquí. - Rogué, sin recibir respuesta alguna.

Aquel hombre desconocido ni siquiera me miró, sólo permaneció de pie con aire despreocupado frente a mi.

La chica a tus pies, nos la llevaremos. - Exclamó uno de los sujetos apuntándome con su arma.

Sólo entonces su mirada despectiva se posó en mi por escasos segundos.

Seguro, ven y tómala. - Respondió y yo lo miré asustada.

¿Realmente no iba a ayudarme?

El empleado de mi padre se acercó con pasos dubitativos hasta mí, sin embargo no alcanzó a ponerme una mano encima, no cuando fue atravesado por una daga justo en el centro del pecho. Al segundo siguiente el tipo misterioso volvía a utilizar su pistola y disparaba a una velocidad increíble, girando en círculo en su posición hasta acabar con cada uno de los que me buscaban, mientras en el proceso destellos de luz provenientes del cañón eran la única iluminación fortuita en aquel lugar. Tragué saliva, ya no estaba segura de haber encontrado un héroe.

Me arrastré lejos de sus piernas mientras él caminaba hacia sus recientes víctimas, revisándolas con calma una a una, rematando a aquellas que no habían muerto con el primer ataque.

Sabes, estaba siguiendo al sujeto que manejaba el auto porque me debía dinero… - Exclamó examinando su cadáver y moviéndolo con su pie. - …Pero al parecer he encontrado un botín más valioso.

Me sonrió sombrío justo antes de golpearme con fuerza en la cabeza con el mango de su arma.

Y todo se fue a negro.