Cuando me quedo sola el sonido de mi corazón es rápido y furioso.

Abro el armario y tengo que buscar a fondo para encontrar una blusa lo suficientemente formal para la reunión online. Me pongo pantalones largos pese a que fuera hace 30 grados y hace meses que no uso unos.

Me maquillo levemente tapando principalmente mis ojeras.

Entro en la habitación infantil y enciendo el portátil.

Accedo a mi correo donde me han enviado unas claves nuevas de acceso a la plataforma de la oficina.

Suspiro antes de entrar e iniciar la videollamada.

Me sorprendo de ver a casi ocho personas en la mesa de reuniones que tantas veces he utilizado.

Me doy cuenta de que he perdido capacidad de comprensión del catalán y pido que me repitan alguna cosa varias veces.

Estoy dispuesta a negociar horarios tal y como Edward me recomendó anoche pero pronto me doy cuenta de que no tiene sentido.

Ellos están felices con la oferta que me dan porque según ellos ''es una gran oportunidad de crecimiento laboral'' y tal vez fuera así pero también es una oportunidad de ''perder mi vida personal del todo''.

Aun así sonrío y les digo que les tendré una respuesta mañana.

Bajo la tapa del portátil y me permito derramar alguna lágrima.

En el fondo lo que estoy es asustada.

Bajo a la cocina donde Edward está vaciando el lavavajillas.

-¿Qué te han dicho?- pregunta mirándome serio.

-Me han ofrecido un nuevo puesto de trabajo. Con diferentes funciones al que tenía antes. Simplemente el puesto que tenía ya no es necesario en la empresa.

Ahora tengo toda su atención.

-¿Y en qué se diferencian?

-Me ascienden. Sería coordinadora de proyectos.

-Eso suena bien ¿no?- dice cruzándose de brazos.

-Eso significa que tengo que trabajar en diferentes oficinas. Concretamente Barcelona, Madrid y Berlín.

Él frunce el ceño.

-Me mantienen el piso en Barcelona y me pagan las estancias en hoteles cuando vaya a Madrid y Berlín. Ganaré más pero trabajaré más también, sumado al tiempo que me lleve viajar. Lo mejor es que no tendré nadie por encima de mí, seré mi propia jefa. Sé que es cosa de Ona, la empresa me habría despedido sin más al no ser necesario que continúe en mi puesto.

-Suena como un gran puesto-

-Lo es.

-¿Vas a aceptarlo?

-Tengo que valorar muchas más cosas- me encojo de hombros- tengo hasta mañana para dar una respuesta.

Y es cierto, quiero decir el trabajo es bueno pero tendría que pagar un precio muy alto a nivel personal. Básicamente no pararía en casa. Viajaría cada mes.

-¿Podemos ir a nuestra cala? Quiero valorar las cosas con calma y también hablarlo contigo.

Edward solo me mira, sin responder.

Suspira.

-No puedo Bella, yo también tengo una reunión de trabajo con mi equipo.

-Estás enfadado por lo de antes. Sabes que estar contigo es lo que más feliz me hace en la vida, tú eres mi prioridad y necesito hablar contigo al respecto antes de decidir si lo cojo o no lo cojo- le digo acercándome a él.

-No estoy enfadado, tampoco lo estaba antes- me asegura cogiéndome la mano- simplemente me he dado cuenta de que al final no hemos resuelto nada de lo que pasó en marzo. Nos hemos quedado en este limbo donde todo es perfecto y maravilloso pero la vida real tenía que volver en algún momento.

-Edward lo siento- digo abrazándole.

-No tienes que pedir perdón por nada. Vamos a solucionarlo- dice contra mi frente- Vete a la playa, piensa, báñate en el Mediterráneo, disfruta, hablamos a la noche.

Niego contra su pecho.

-Vete Bella, necesitas pensar primero tú sola y luego conmigo. Te conozco.

-No soy idiota sé que si acepto ese trabajo esto se acabará. No nos vamos a ver nunca- le digo rompiendo a llorar.

Subo mi cabeza para encontrarme con sus labios.

Sé que está dolido por mis palabras de antes así que tal vez me rechace pero no lo hace.

Me besa con fuerza y con pasión.

-No todo tiene que ser blanco o negro Bella. Hay más opciones- me dice mirándome con nuestras frentes juntas.

-¿Cuáles?

El teléfono nos interrumpe.

Giro mi cabeza en dirección al sonido al mismo tiempo que Edward me suelta y camina hasta él.

-Tengo que cogerlo, es por la reunión- dice mirándome- hablamos a la noche- me promete despidiéndome con la mano y subiendo escaleras arriba.

Oigo la puerta de la habitación infantil cerrarse y nada más.

Me siento emocionalmente drenada, igual a cuando me subí a ese avión en Los Ángeles en marzo.

Aun así decido hacer caso a Edward e irme a la playa, a pensar, a pasear, a lo que sea menos quedarme aquí sintiéndome perdida.

Iba a ir a cala Olivera pero se siente raro ir sola sin Edward así que inconscientemente elijo irme a cala D'Hort, frente a Es Vedrá. Siempre me siento mejor después de contemplar Es Vedrá.

Sentada en la arena de rocas frente al islote valoro mi situación actual.

Si me hubieran ofrecido este trabajo hace tres o cuatro años habría aceptado con los ojos cerrados. Incluso casada con Leo habría aceptado porque no había nada que perder y mucho que ganar.

Ahora sin embargo tengo mucho que perder, puedo perder a la persona más importante que tengo en mi vida.

Edward es mi prioridad número uno y aunque este trabajo sea algo con lo que he soñado muchas veces, no puedo elegirlo porque le perdería a él. Aunque él se mudase conmigo, aunque coordinásemos nuestras agendas, no sería suficiente.

Había llegado ese momento donde elegir si mi trabajo o si él.

Y la respuesta para mí estaba clara.

Él había dicho que había más opciones pero a mí no se me ocurría ninguna que no supusiese buscar trabajo en otro sitio.

Tengo la certeza de que mi padre me daría trabajo así que en el peor de los casos me iría a Londres. Tendría mi casa, mi residencia habitual donde podría mudarme con mi pareja aunque él viajase mucho. Prefería verle poco que nada.

Para el momento en el que el sol se puso tras Es Vedrá yo estaba mucho más tranquila porque había tomado una decisión. Iba a rechazar la oferta de trabajo, iba a priorizar mi vida personal frente a la laboral.

Y aunque estaba muerta de miedo, estaba segura de estar tomando la decisión adecuada.

Me quedé más tiempo en la cala sabiendo que habría atasco en la salida a la carretera, junto al camino que lleva al mirador de Es Vedrá, aproveché para bañarme en el mar y recargar la energía que he perdido desde ayer.

El cielo estaba violeta cuando me subí al coche y conduje de vuelta a casa.

Cuando llegué Edward me esperaba sentado en una de las hamacas de la piscina.

-Hola-

-Hola- sonríe- es tarde.

-Sí, es verdad. He estado en cala D'Hort y como iba a pillar atasco he decidido quedarme un poco más en la playa.

-Está bien. Te he llamado y tu móvil estaba en casa, por eso estaba un poco más preocupado.

Sonrío comprendiéndole.

Entonces reparo en su ropa. Va muy arreglado.

-¿Vas a salir?

-Tenemos una cena- me dice poniéndose en pie.

-¿Una cena? ¡No me digas que era hoy cuando habíamos quedado con David! No me apetece nada- me quejo.

¿De todos los días tiene que ser hoy?

Él se ríe.

-Ve a vestirte anda-

-¿No puedes ir tú solo? Sé que nunca lo hacemos pero de verdad que hoy no estoy de humor para estar con nadie- me quejo.

-No, no puedo ir yo solo. Te espero, date prisa- dice pasando a mi lado para dame un pico y entrar en casa.

Subo corriendo las escaleras, me meto en la ducha, me lavo el cuerpo y el pelo y cuando salgo me pongo un vestido largo negro de raso junto a unas cuñas de esparto.

Dejo que el pelo se me seque al aire y me pongo rimmel y pintalabios rojo para nivelar la falta de maquillaje en el resto de la cara.

Mi móvil está cargado y estoy segura de que yo no le he dejado enchufado antes de irme así que habrá sido Edward el que me lo ha puesto a cargar.

Cojo un pequeño bolso donde meto el móvil y la barra de labios y salgo escaleras abajo.

Cuando llego a la primera planta Edward me espera de pie mirando el móvil.

Levanta la vista al escucharme bajar las escaleras y sonríe.

-¿Vamos?- le pregunto- pero por favor volvemos pronto porque sabes que tenemos que hablar- le pido.

-Vamos- me dice cogiéndome el brazo y llevándome fuera.

Me dirige hacia la zona de la piscina y veo la mesa de la terraza decorada con mantel, velas, copas, hay incluso un arreglo de flores.

-¿Edward?- le digo girándome a mirarle.

-No hay ninguna cena con David, es una cena solo para nosotros pero es importante y quería que fuera especial- me aclara.

Estoy confusa.

-Vamos a sentarnos- me dice ayudando a sentarme en mi silla y luego sentándose él.

Sirve el vino en ambas copas y cuando termina me mira.

-No entiendo nada- le digo sonriente pero confusa.

-He estado pensando en todo lo que pasó en marzo…

-Edward yo también he estado pensando y antes de que digas nada…

-No me interrumpas cariño porque ya intenté hablarlo contigo el primer día que volviste a Ibiza y me dijiste que ya hablaríamos. No lo hemos hecho y no quiero postergarlo más. ¿Me dejarás terminar?

Asiento.

-En marzo me dijiste que necesitaba pensar en qué tipo de relación quiero contigo, en cómo nos vemos en un futuro y la respuesta es así- expresa señalando a nuestro alrededor- quiero vivir juntos y quiero compartir todos los días de mi vida contigo. Pero querer no es el problema, el problema es llevarlo a cabo. Mi trabajo no es fácil, complica mucho las cosas, nos reduce el tiempo que podemos pasar juntos y yo sé que te gusta lo que hago, me quieres con mi trabajo incluido y no sabes lo agradecido que estoy por ello. Pero también sé que tener una relación a distancia no te hace feliz- afirma.

Niego.

-Por eso te he ofrecido que yo me fuera a vivir contigo pero aún así seguiríamos estando separados cada vez que yo tuviera que trabajar y eso tampoco te hace feliz. Es a lo que te referías esta mañana.

-Sí.

-Cuando me planteaste tu necesidad de vivir juntos en marzo yo no estaba en ese punto aun, lo reconozco, me pillaste por sorpresa, pero ha hecho falta una pandemia y estar separados durante meses para darme cuenta de que yo no quiero seguir así. Después de haber estado juntos este verano lo de vernos a ratos no funciona para mí, no me veo capaz de estar contigo dos días al mes, irme a dormir solo en un hotel y hablar a través de una pantalla. Quiero esto, levantarme a tu lado, desayunar juntos, hablar, tocarte, mirarte cuando crees que nadie te ve, descubrir cosas nuevas contigo y sobre todo sentir que estamos construyendo nuestra vida poco a poco, día a día.

Sus palabras me emocionan y tengo que mirar hacia el cielo para no derramar lágrimas.

-Garret propuso que trabajases conmigo y yo me negué.

Le vuelvo a mirar seria porque el tema del puesto de Garret hace mucho tiempo que cayó en el olvido y lo respeto. No tiene por qué darme un trabajo solo por ser su novia.

-No dudo de tu capacidad laboral pero no quiero exponerte al ritmo de vida tan vertiginoso que llevamos los djs. Quiero que tengas una calidad de vida mejor que la mía.

Asiento.

-No obstante te estaría mintiendo si te dijese que no te ofrecí el puesto solo por eso, no te ofrecí el puesto porque soy egoísta y te quise solo para mí. Quise mantener nuestra relación solo para nosotros y aun a día de hoy lo quiero. Lo que tenemos es lo mejor que he tenido nunca, no quiero estropearlo y no estoy seguro de si meter los negocios por medio vaya a joderlo. Me odiaría si así resultase porque tú vales más que mi carrera. En marzo tú amabas tu trabajo, te hacía feliz y yo no quiero arrebatarte eso pero ayer me di cuenta de que ya no es así. Una llamada de tu jefa y volviste a estar triste, nerviosa, dejaste de comer y volviste a tener ese puto sueño. Sé que hoy te han ofrecido otro trabajo que está muy bien y eres libre de aceptarlo, es tu decisión, pero no soy idiota, no sé si sobreviviríamos teniendo los dos trabajos en los que se viaja con tanta frecuencia. Yo puedo renunciar a muchos shows y podemos intentar organizarnos pero a largo plazo… no lo veo. No obstante si tú quieres ese trabajo yo voy a apoyarte, cógelo y ya veremos después.

-No- digo negando con la cabeza.

-Antes de que decidas nada quiero que revises tu teléfono. En tu bandeja de email tienes tres correos míos, uno de ellos es un contrato laboral para que trabajes en mi empresa. He hablado con Garret, tal y como me dijo en marzo él no va a poder acompañarme y viajar tanto como antes, ahora es padre y sus prioridades han cambiado. Yo no soy objetivo respecto a ti porque todo lo que haces me parece que es perfecto así que me he reunido con mi equipo y hemos hablado de ti, ellos creen que eres justo lo que necesitamos. Te turnarías con Garret para viajar conmigo y tendrías un voto en las decisiones comerciales, gestionarías las redes sociales y te encargarías de seleccionar los shows, festivales y contratos que me ofrezcan. Sé que es mucho, es abrumador pero Garret ha prometido estar ahí para ti y ayudarte en cada paso, el trabajo se repartiría y así tú podrás combinar los viajes con el trabajo en la oficina, de alguna manera podrás mantener una cierta normalidad y un cierto orden de vida.

-Edward- digo abrumada.

-No quiero este ritmo de vida para ti Bella, pero no quiero perderte y no quiero seguir manteniendo una relación a distancia. Soy egoísta ofreciéndote este contrato.

-Yo… no sé qué decir.

Él sonríe y se levanta para llegar hasta mí.

Se acuclilla a mi lado en el suelo y agarra una de mis manos.

-No tienes que darme una respuesta ahora. Piénsalo, lee el contrato, compara y decide lo que tú quieras hacer. Incluso si quieres puedes aceptar el trabajo que te ofrecen en tu empresa, probar y si no te gusta, mi oferta va a seguir en pie así pasen seis meses o un año.

-No voy a coger el trabajo de mi empresa Edward- confieso- lo he pensado, lo he pensado muy bien y sería un suicidio para mi vida privada. No te vería nada, tampoco a mi familia y a mis amigos y eso no me haría feliz. Hace años lo hubiera cogido con los ojos cerrados pero ahora te tengo a ti y tú me aportas mucho, mucho más. Esta noche iba a decirte que iba a buscar otro trabajo pero tú me has sorprendido ofreciéndome uno- sonrío- estoy muy agradecida de que pienses en mí para llevar tu carrera, es una gran responsabilidad.

-Confío en ti.

Me agacho y le beso.

-Pero de verdad que no tienes que darme una respuesta de inmediato. Lee el contrato porque le he puesto condiciones.

-¿Podemos leerlo ahora?- pregunto emocionada.

Él asiente poniéndose de pie.

-Ven- me pide llevándome a su silla y sentándome en sus piernas.

Saca su teléfono y accede a emails enviados, los tres últimos han sido a isswan13

-Este es el que tendrías que firmar- dice abriendo un documento en pdf y pasándome el teléfono.

-Madre mía- le digo ampliando- ¡Edward esto está mal!

-¿El qué?

-El sueldo.

Edward se ríe.

-Créeme que yo no estoy al consciente de las nóminas de mis empleados, el contrato lo ha redactado el abogado de la empresa, así que dudo que esté mal.

-Pero son cinco cifras.

-Es lo que te corresponde. Es un trabajo exigente. Bella piénsalo bien, yo quiero estar contigo y tú conmigo pero también debes saber que si aceptas renuncias a una parte de tu vida personal como te dije. Los contratos no entienden de navidad, verano, cumpleaños o bodas. ¿Estás segura?

¿Lo estoy?

-Me ofreces un trabajo en el que voy a trabajar mano a mano con el dj número uno mundial y con otros tantos grandes del sector. Donde tendré la oportunidad de llevar la carrera de un gran artista y buscar y diseñar contratos con grandes empresas del ámbito musical. Todo ello permitiéndome mantener una relación con mi pareja en la que no tengamos que vernos una vez cada cuarenta días. Sé a lo que renuncio y sé lo que acepto y mi respuesta es sí.

-¿Sí?- pregunta él feliz.

-Iba a ser sí desde el primer momento en el que me lo has propuesto- le digo besándole.

-Espera, espera. Hay más cosas- dice cogiendo el móvil- el segundo email son las condiciones del contrato, la privacidad, la competencia desleal, la protección de datos artísticos… pero es el tercero el que más me interesa que leas. Es digamos otro contrato, con otras condiciones y solo tú en la empresa tienes que firmarlo, lo he redactado yo mismo- dice abriendo el documento.

Comienzo a leerlo y me río.

-¿Es un contrato para ser tu pareja?

-Tómatelo en serio. De verdad que me asusta que el trabajo pueda jodernos como novios. Quiero mantener nuestra relación personal al margen de nuestra relación laboral, no habrá discusiones en casa sobre nada del trabajo y tampoco al contrario, en casa somos los dos iguales pero en el trabajo yo soy tu jefe, respeto y valoro tu opinión pero la decisión final es mía. Y sobre todo tenemos que trabajar en tener momentos para nosotros como pareja, vamos a pasar juntos muchas horas pero no va a ser tiempo de calidad, tenemos que esforzarnos para sacar tiempo para nosotros.

-Edward, tú eres lo primero. Si veo que trabajar juntos va a hacer que estemos mal, dejaremos de trabajar juntos. Aceptar este contrato no es irreversible. Trabajos hay muchos y personas de las que esté enamorada, solo una. Para mí también es importante que mantengamos nuestro espacio donde seamos Edward y Bella y no jefe y empleada- le aseguro.

-Me siento un poco egoísta por hacerte esto. Obligarte a meter tu vida en una maleta para estar conmigo.

-No me obligas, yo quiero hacerlo. ¿Tú estás seguro? ¿No te cansarás de mí? No quiero que llegue un día en el que me mires y digas ''ah mira mi compañera la que me trae cafés''.

Ambos nos reímos de mi comentario.

-Nunca voy a cansarme de ti- me asegura- y si aceptas prometo siempre estar ahí para para ti. Seré tu pareja pero también tu amigo y tu familia, tal y como lo eres tú para mí.

Ambos estamos emocionados, nerviosos pero emocionados.

-Tengo tantas ganas de comenzar este viaje contigo mi amor- le digo besándole.

-¿Me tomo esto como un sí?

-¡Sí!- respondo elevando la voz y riéndome- ¡dios sí estoy tan emocionada! ¡Y tan nerviosa! Espero estar a la altura.

-Siempre lo estás nena- me asegura besándome.

Se nos hace tarde hablando sobre mi nuevo trabajo, es casi la una cuando comenzamos a cenar. El vino está caliente y las velas casi consumidas. Edward ha cocinado para mí mientras yo estaba en la playa y disfrutamos de las almejas, el pulpo y la dorada mientras yo le pregunto cosas y él me responde.

El 27 de agosto de 2020 acepté el trabajo que marcaría mi carrera y la de Edward.

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¡Pues sí! La solución a la distancia es trabajar juntos, Bella será la manager de Edward junto a Garret. Esperemos que esto no traiga problemas a largo plazo.

Espero que hayáis disfrutado del capítulo y si es así me lo digáis en las reviews, que me encanta leeros.

Os juro que la historia algún día terminará jajaja digamos que tiene como tres temporadas, solo que no he separarla en historias distintas porque se pierde el hilo. Aún quedan aspectos por resolver.

¡Muchas gracias por leer una semana más!