La luna iluminaba la ciudad con un brillo tenue y plateado, creando sombras danza entre los edificios y las calles vacías. Era una noche que debería haber estado llena de promesas, pero para Matt, se había convertido en un eco de recuerdos. Había visto a Tai, su exnovio, junto a otro hombre saliendo de un sitio nocturno.
Matt suspiró, observando cómo las luces de la ciudad parpadeaban tras la ventana de su apartamento. A su lado, Izumi, su nuevo novio, le lanzaba miradas inquisitivas. Era un chico encantador, con una risa contagiosa y una energía única que iluminaba cada rincón del cuarto. Pero en esa noche, Matt se sentía distante, atrapado en una neblina de pensamientos que lo mantenían alejado de la realidad presente.
—¿Matt, estás bien?— preguntó Izumi, su voz suave cortando el silencio. —Pareces... lejos—.
Su pregunta hizo que la culpa lo invadiera. Izumi era todo lo que podría desear en una relación: comprensivo, cariñoso y lleno de vida. Sin embargo, la sombra de Tai seguía acechándolo, aunque no quería reconocerlo. Al recordarlo, sentía una mezcla de tristeza y anhelo que no podía apaciguar, siendo la primera vez que le sucedía desde la separación.
—Solo estoy cansado —respondió Matt, intentando ocultar la verdad tras una sonrisa forzada. —Un poco de trabajo, ya sabes—.
Izumi asintió, pero la preocupación en sus ojos no se desvaneció. Mientras hablaban, Matt se sentó en el sofá, sintiendo el peso de su teléfono en el bolsillo. La idea de enviar un mensaje a Tai lo tentaba, pero la razón le decía que no debía hacerlo. Habían terminado por razones de mutuo acuerdo, aunque el sentimiento entre ellos permanecía, de algún modo.
—¿De qué hablabas con Yuki esta tarde? —preguntó Izumi, tratando de cambiar de tema, ignorando la atmósfera densa que envolvía a Matt.
La conversación fluyó durante unos minutos, pero la mente de Matt no lograba desconectarse del pasado. Se perdió en pensamientos sobre Tai: su risa contagiosa, su forma de acariciar su mano en el cine, las noches interminables de charlas y secretos compartidos. Pero lo que más le dolía era el hecho de que Tai fuera feliz, y eso lo hacía preguntarse si realmente había dejado todo atrás.
La semana siguió y la inquietud dentro de él crecía. Matt pasaba horas en su trabajo, absorto en proyectos que no parecían tener sentido. A pesar de estar con Izumi, no podía evitar imaginar cómo sería la vida si todavía estuviera con Tai. Las imágenes de los dos juntos inundaban su mente, como una película que se reproducía sin pausa.
Era un sábado por la noche e Izumi estaba sentado en una pequeña mesa del café más íntimo de la ciudad, soñando con futuros llenos de aventuras y amor. A su lado, Matt, el hombre que había capturado su corazón, parecía sumido en un trance. Matt, de una belleza serena y un aire de melancolía que lo envolvía, miraba al vacío con una intensidad que inquietaba a Izumi, pues sabía que aquel comportamiento se debía a Tai, su ex novio.
—¿En qué piensas? —preguntó Izumi con un tono que pretendía ser ligero, aunque las palabras se sintieron pesadas en su lengua.
Matt parpadeó lentamente, como si despertara de un sueño.
—Nada... —respondió con una sonrisa dudosa. Pero en sus ojos había un destello de preocupación que no pasó desapercibido para Izumi.
—No es nada, ¿verdad? Solo estabas pensando en Tai —murmuró Izumi, incapaz de contenerse. La mención del nombre del ex novio flotó entre ellos como un eclipse, oscureciendo su conexión.
Matt dejó escapar un suspiro, su mirada se desvió hacia el cristal empañado de la ventana, pero no respondió.
—¿Te gustaría volver con él? —preguntó Izumi, sintiendo que su voz temblaba ligeramente.
—No. Claro que no —respondió Matt, aunque la confusión dibujándose en sus rasgos
Con cautela, Izumi tomó la mano de Matt, buscando los ojos azules que tanto le gustaban. Una punzada de miedo atravesó su corazón mientras esperaba la respuesta. Tras un momento de silencio, Matt miró profundamente los ojos de Izumi.
—Estamos juntos ¿no?
—Pero te siento distante desde aquella noche —comentó Izumi con tristeza
—Entonces, hablemos de ello —sugirió Matt, un destello de determinación cruzando su rostro. —No puedo prometer que no habrá algunas sombras, pero te prometo que quiero intentarlo. Te elijo a ti, desde que te conocí—
La afirmación fue un bálsamo para el alma de Izumi. Unos días atrás, la incertidumbre lo había consumido, pero esa noche, mientras la música suave del café llenaba el aire, empezó a vislumbrar un mejor futuro. Se sentía ligero, como si el peso del pasado estuviera siendo levantado poco a poco.
—Quizás deberíamos hacer algo para cerrar ese capítulo —propuso Izumi, su mente llena de ideas brillantes. —Algo que nos ayude a dejar atrás esas sombras y estar cien por ciento seguros—.
—¿Qué tienes en mente? —preguntó Matt, su curiosidad resurgiendo.
—Vivamos juntos —sugirió Izumi con emoción.
Matt sonrió, iluminando su rostro con una luz cálida. Había algo en la forma en que se miraban que hacía que todo cobrara sentido, incluso el dar un paso tan importante como ese.
—Está bien —respondió Matt con gran sonrisa, aunque su corazón se sentía un poco agitado, preguntándose si acaso Tai también vivía con ese hombre
Izumi se sintió satisfecho con la aceptación, sabía que aunque el eco de Tai podría seguir resonando de vez en cuando, el amor y la conexión que compartía con Matt era lo suficientemente fuerte para enfrentarse a cualquier sombra. Podían estar juntos, superar los fantasmas, y quizás, solo quizás, construir un nuevo futuro donde reinterpretaran el significado de su relación. Se sintió pleno en ese momento.
Matt miró a su actual novio y se sintió terrible por estar pensando en su ex justo en el momento que estaba aceptando formalizar algo con Izumi. La culpa lo consumió, así que tomó al chico entre sus brazos y lo abrazó fuertes, después compartió con él un dulce beso. Ambos se sonrieron.
—Gracias mi amor, por estar aquí —comentó Matt conmovido
Si no fuera porque estaba junto a Izumi, el haber visto a Tai con otro lo habría sumergido de algún modo la tristeza, así que se sentía complacido por él. Justo en ese momento se juró hacerlo feliz y dejar de pensar en ese desafortunado desencuentro, sin embargo ¿Sería capaz?
Hola! Si les gusta espero me dejen comentarios, tengan bonito fin de semana.
