Podemos ver como un gran grupo de jóvenes estaban reunidos a la mitad de la plaza de Kuo Kuana. Eran el grupo del Sekiryuutei quienes se estaban despidiendo de la familia Belladonna y de algunos youkais como lo era Kunou.
-Bueno creo que es hora de que nos vayamos.
-¿Enserio tienes que irte?
-Si Kunou-chan, tenemos una misión importante que cumplir. – Fue lo que el castaño dijo mientras acariciaba la cabeza de la pequeña. – Pero prometemos regresar en un futuro a visitarlos.
-Vale… Ten mucho cuidado.
-Jajaja, no te preocupes. Todo estará bien. – Eso fue lo que dijo, pero incluso él tenía sus dudas.
Los 5 días antes de partir al continente Anima habían pasado. 5 días donde él había entrenado con Osan hasta el cansancio para mejorar su fuerza y resistencia y cuando no lo hacía, meditaba con Sun Wukong para tratar de ganar ese "control" que según él le falta. Siente que ha mejorado un poco, pero siente que aún no es suficiente.
-Solo tengan cuidado. – Kali le dio un abrazo tanto a su hija como al castaño.
-Lo tendremos mamá. Ustedes también cuidense.
-Lo haremos hija. – La mujer soltó a los dos adolescentes, pero estos tuvieron un mal presentimiento al ver su sonrisa gatuna. – Solo espero que cuando nos vuelvan a visitar mi primer nieto ya esté en camino.
-¡¡Mamá!!
-¡¡Kali!!
-¿Qué? – La mujer se encogió de hombros ante el grito de su hija y su esposo. – Saben que quiero muchos nietos y tú ni hables Ghira, te recuerdo que nosotros a la edad de ellos ya teníamos planes de boda sin contar que… Nos la pasabamos muy bien en la alcoba~.
-¡No necesitaba esa clase de imagen! – Blake se tapó la cara de la vergüenza. Quiere a su madre, pero a veces se pasa.
-Como sea… Solo tengan mucho cuidado. Te encargo la seguridad de mi hija Issei.
-Esto… No se preocupe Kali. Ghira, por mi cuenta corre mantenerla a salvo al igual que el resto.
El padre de Blake solo asintió mientras estiraba su mano que el castaño quien no dudó en tomar en un apretón amistoso.
-Una vez más gracias por la hospitalidad señores Belladonna y disculpen todas las inconveniencias. – Weiss hizo una pequeña reverencia a lo que los dos adultos sonrieron.
-No te preocupes pequeña, fue un placer tenerlos aquí. Espero que tu madre logre al fin divorciarse con la ayuda del Sr. Azazel.
-De eso me encargare yo. – El caído habló con seguridad. No será el mejor abogado, pero tiene sus trucos.
-Solo no hagas una locura Azazel, que no estaré cerca para arreglar tus desastres. -Penume hablo mientras miraba con los ojos entrecerrados al caído que sonrió de forma nerviosa.
-Por eso no se preocupe Srta. Penemue. Sairaorg-sama y yo nos encargaremos de que no haga ninguna locura. – Las palabras de Kuisha hicieron que la mujer caído se viera más tranquila.
-Les encargo al imbécil… Solo padre sabrá lo que pasará si lo dejan solo en este mundo.
-¿Saben que puedo oírla a la perfección?
Todos rieron ante eso aunque a Azazel no le vino de gracia. En eso Yang se acercó al demonio pelinegro, el cual empujaba una silla de ruedas donde había sentada una mujer de largo cabello castaño.
-¿Realmente crees que aquí encontrarán algo para curar a tu madre? Se que Atlas posee la tecnología más avanzada del mundo pero…
-No podemos estar seguros, pero quién sabe. Si en nuestro mundo no había una cura nada dice que aquí sí la haya. – Sairaorg apretó su puño con convicción. – Y no descansaré hasta traerla de regreso aun si es lo último que haga.
-En tal caso te deseamos la mayor de las suertes Sairaorg. – Ruby le dio un pulgar arriba junto a una sonrisa que era similar a la que le daban todos los cazadores y cazadoras.
-Gracias. A todos.
Él asintió agradecido, feliz de haber hecho tan buenos amigos en el poco tiempo que estaba aquí. Kuisha les dedicó una sonrisa sincera, señal de que también agradecía su apoyo.
- Si si, esto es muy dulce pero, ¿No que teníamos prisa?
Todos rodaron los ojos ante las palabras de Bova. Era tal cual lo describieron Issei y Kunou.
- Por una maldita vez hijo… No te comportes como un idiota.
- Meh, así soy. ¿Qué quieres que te diga viejo? – Ante esas palabras, recibió un zape de su padre. – ¡Hey, eso duele!
- Te aguantas.
-¿Están seguros que no causará líos en Vale? – Pyrrha preguntó notándose algo insegura por el destino del reino si es que Bova va para allá.
-...Recemos para no escuchar en las noticias nada sobre Vale en llamas…
- Descuiden, yo me haré cargo de que se comporte. – Tannin habló mientras tenía su mirada fija en su hijo quien solo resopló molesto por esto.
-Solo preocupate por hacerte más fuerte para cuando nos volvamos a enfrentar Bova.
- Je, lo mismo digo Sekiryuutei. Aunque la próxima vez seré yo quien te aplaste.
Ambos chocaron los puños mientras tenían una sonrisa. Esto les sacó un pequeño suspiro a las chicas. Los hombres son unas criaturas tan simples…
-¿Les importa que me una la próxima vez que peleen?
-Por mí no hay problema. ¿Qué hay de ti Bova?
- Meh, se que el heredero Bael es alguien muy fuerte, de hecho he tenido el deseo de luchar contra él desde hace un buen tiempo.
-Jajaja lo mismo digo Bova "El destructor". Puede que no tenga a Regulus a mi lado, pero igual te aseguro que te daré una buena pelea… A ambos.
En eso los tres se vieron de manera retadora mientras tenían una sonrisa en sus rostros, ninguno queriendo ceder ante los otros dos.
-Ok suficiente. – Weiss tomó a Issei del cuello del abrigo. – Hora de irnos, el barco nos espera.
-¡Hey, yo sé caminar solo Weiss! ¡Auch! ¡No jales tan fuerte, me corta la respiración princesa!
-Nosotros también debemos irnos Sairaorg-sama. – Kuisha empezó a empujar la silla donde estaba la mujer, haciendo que Sairaorg y Azazel la siguieran.
- Igual es hora de irnos Bova y en el nombre de Great Red, compórtate como alguien mínimamente civilizado. No queremos causar pánico.
- Ya oí viejo. Al final te subirá la tensión. ¡Ay ay ay! – El joven dragón fue tomado del cuerno por su padre y fue obligado a caminar. Penemue sólo suspiro y los siguió de cerca.
Al final los grupos con rumbo a Vale y Atlas crearon un círculo mágico que los enviaría a un lugar cercano de estos para que puedan pasar inadvertidos. Se armaría un escándalo si aparecieran de la nada en medio del reino central, en especial con el grupo de Penemue.
-¿Por qué nosotros tenemos que ir en barco? – Nora preguntó con un puchero. Ya no se mareaba con los círculos de teletransporte, los cuales eran una vía más rápida.
-Por qué si. Y es mi última palabra. – Blake era una de las pocas que aún no se habían acostumbrado a estos círculos. Esas cosas son terribles…
-Y bueno… ¿A dónde vamos primero? – El castaño habló de forma tranquila, no queriendo provocar a Blake. Sabe que cuando se pone así es mejor no llevarle la contra.
-Desembarcaremos primero en uno de los puertos cercanos de Yamato para después tomar la ruta más rápida a Shion. De ahí… – Ciel comenzó a ver la ruta que habían trazado mientras parecía hacer uno de sus ya típicos itinerarios.
-Nunca estuve en Anima antes. Me pregunto cómo se verá.
-Yo también tengo curiosidad. – El castaño compartía el mismo entusiasmo que la caperucita. Por lo que oyó, ese lugar tiene zonas similares a lo que era Japón.
-"Bueno nuestro transporte ya llegó." – Todos pasaron a ver a Neo quien señalaba el barco que había llegado a puerto. – "Es hora de decir adiós."
Todos asintieron a sus palabras y comenzaron a abordar no sin antes de que Blake le diera un último abrazo a sus padres prometiendo llamarlos de forma seguida. Al separarse de ellos vio de manera fija a la pequeña youkai que hizo lo mismo.
-Adiós mamá, papá… Enana.
-Gata.
Sin más Blake se dio media vuelta y fue con su grupo donde no perdió tiempo en apresar el brazo del castaño entre sus pechos, cosa que la pequeña youkai vio con fastidio.
-Y ahí van… Ya extraño a nuestra hija Ghira.
-Jeje, yo también cariño. Pero volverá, se que lo lograrán.
-Tienes razón. – En eso vio como las colas de la pequeña Kyuubi estaban decaídas. – No te desanimes pequeña.
-Es que…
-Sabemos que ya echas de menos a Issei, no tengas pena en decirlo. – Kali no ocultó su sonrisa divertida al ver como las orejas y colas de la pequeña se pusieron rígidas de golpe junto al sonrojo en su rostro.
-Bu-bueno es que yo…
-Ay el primer amor siempre es tan dulce y bello. ¿No crees cariño?
-Kali… Deja de molestarla, ya parece que se desmayara en cualquier momento.
Y no era broma, la chica parecía una tetera hirviendo. ¿Cómo que primer amor? ¡Ella no siente eso por Issei! Admite que fue un gran apoyo desde que llegó a este mundo ya que ambos pasaron por cosas similares, ¡Pero eso es todo…! O al menos eso cree…
Pero ahora yendo con el grupo en dirección a Anima, estos estaban un poco esparcidos por el barco cada uno pensando en sus cosas. Issei estaba solo en el extremo delantero del barco, sintiendo el agua salpicando en la cara.
- [Tengo que decir que nuestro tiempo en ese lugar si bien fue corto pasamos muchas cosas ahí, ¿No lo crees compañero?]
Issei vio cómo su mano brillaba y sonrió a las palabras de su compañero. Era cierto, puede que no estuvieran tanto tiempo en la isla, pero si que pasaron toda una aventura en ella junto a varias sorpresas tanto buenas como malas.
-Solo espero que las cosas vayan bien entre los faunus, los caídos y los youkais. Si lo hace, puede que en un futuro no muy lejano todo Remnant sepa de ellos y puedan vivir en paz.
- [Solo el tiempo lo dirá. Pero no me sorprendería. Después de todo tú estás en el centro de todo y ya me has mostrado que eres capaz de hacer posible lo imposible.]
-El Sr. Ddraig tiene razón amigo Issei. – El mencionado vio por encima de su hombro como la pelinaranja estaba cerca de él sonriéndole como siempre. – Eres una entidad que va más allá de la lógica. Y creo que eso es lo que necesita este mundo.
-Jajajaja. Puede que tengas razón Penny. – Él le dio una de sus típicas sonrisas, provocando que la chica sintiera ese calor tan reconfortante en su núcleo. – Por cierto Penny. ¿Qué tal estás?
-¿Eh? Pues estoy genial. ¿Por qué la pregunta?
-Bueno… No quiero sonar ofensivo ni nada, así que perdón si te sienta mal la pregunta… ¿No necesitas un "chequeo" ni nada parecido cada cierto tiempo?
La chica ladeó la cabeza en un gesto tierno de confusión. Pero entonces se enderezó mientras la bombilla se le prendía, metafóricamente.
-¡Oh! ¿Te refieres si necesito reparaciones y reajustes no?
-Ehm… Si, eso es.
-Entiendo. Pues no realmente. Solo recibo revisión si recibo algún tipo de daño.
-Ya veo pero… ¿Estás segura? – La mirada de preocupación que le dio hizo que su núcleo volviera a acelerarse. – Si tienes algún problema puedes ir a Atlas con tu padre y luego volver con nosotros. No nos importaría.
-¡¡No!! – Issei dio un pequeño salto de la sorpresa ante ese grito. – Quiero decir… Estoy en perfectas condiciones, no necesitas preocuparte tanto amigo Issei.
-Bueno si tú lo dices. – En eso el castaño le sonrió a la pelinaranja quien se quedó atrapada en esa sonrisa. – Pero igual si tienes algún problema o te sientes mal no dudes en decirnos. Después de todo eres alguien especial para todos.
No supo que la poseyó en ese momento, pero nada más escuchar eso atrapó al castaño en un abrazo suave. Ocultando su cara en el pecho de este quien se quedó estático por unos segundos antes de dar una pequeña sonrisa y devolver el abrazo.
-(No lo entiendo. ¿Por qué lo abrace de la nada? ¿Y por qué se sintió tan bien que me considere alguien especial? Acaso… No, no puede ser eso.) – Trato de no hacerle caso a ese recuerdo en su disco de memoria. Lo que le dijo la Srta. Penemue no tenía sentido.
Flashback_
-¿Hablar conmigo? – Penemue vio a Penny, la cual había solicitado verla hace poco, con una ceja alzada.
- Es que… Bueno… – No sabe por qué le están difícil encontrar las palabras no es algo normal en ella. – Es que desde hace un par de meses me he sentido rara.
-¿Rara en qué sentido?
-Bueno… Cada vez que estoy cerca de mi amigo Issei me siento algo nerviosa, pero a la vez muy agusto.
-...Continúa. – Ella le hizo un gesto con la mano indicando que siguiera. ¿Será posible que…?
-También en ocasiones, cuando pasa mucho tiempo con mi amiga Ruby o las demás… No me agrada.
Penny dijo eso mientras fruncía un poco el ceño, lo que era raro en ella ya que siempre tiene una sonrisa radiante en su rostro.
-Aja… ¿Algo más?
-También que cada vez que muestra preocupación por mí o qué dice que disfruta pasar tiempo conmigo… Eso me hace muy feliz. Tanto que mi núcleo se calienta.
- Ya veo… – Ella se sentó detrás de su escritorio mientras sacaba de uno de los cajones una botella de vino. – Esto es realmente fascinante… Oh mierda, ya sueno como Azazel.
- ¿Sabe lo que pasa conmigo Srta. Penemue? ¿Necesito que alguien me haga una revisión de sistema?
- No te preocupes querida, no te pasa nada malo… De hecho, es bastante normal en alguien de tu edad.
-¿No hay nada malo en mi? – Solo ladeó la cabeza ante la risa de la caída. ¿Qué era lo gracioso?
- Ya te dije que no. Básicamente lo que te pasa… Es que estás enamorada.
El silencio que hubo después preocupó un poco a la caído. La pelinaranja se había quedado estática en su sitio, pareciendo procesar cada sílaba de esa oración una por una.
-Disculpe, creo que tuve una falla en mi sistema auditivo. ¿Usted dijo enamorada?
-Ehm… Si, eso dije. ¿Pasa algo? – Ella vio cómo la chica parecía negar sus palabras.
-Yo no puedo estar enamorada de mi amigo Issei… ¡Simplemente no puedo estarlo!
-Oye oye calmate. No tiene nada de malo estar enamorada.
-¡Claro que lo tiene! – Penny grito ante la sorpresa de la caído que no se espero eso. – ¡Puede que pueda tener emociones y Aura, pero al final del día soy consciente que no soy una humana real!
-Pero según tengo entendido esa "Aura" solo pueden tenerla los seres vivos. ¿No? Por lo que-.
-¡Lo es! ¡Pero eso no quita que sigo estando hecha de metal! – Penny seguía en su ataque, pero poco parecía calmarse mostrando un rostro desanimado. – Por lo que sé que hay cosas que jamás podré experimentar o hacer… Y entre esas sería ser madre.
- Entiendo… Pero dime. ¿Es eso por lo que crees que no deberías estar enamorada?
-...Al final del día se que no le podría dar nada a mi amigo Issei. Por lo menos no lo mismo que mi amiga Ruby y las demás sí… Por eso no puede ser eso lo que me pasa… No debe de ser eso.
La mujer solo pudo suspirar en cansancio. No es como si no hubiera visto esto antes, pero su caso difiere bastante del resto. Ciertamente ella no es humana como tal. Es lógico que se sienta así…
-¿Quieres que te de mi más humilde opinión? – La chica asintió. – Yo creo que al Sekiryuutei… Que al joven Issei eso no podría importarle menos. Si, tal vez no puedas darle hijos y tal… Pero creo que con que estés a su lado y lo quieras sería más que suficiente para él.
Penny solo escucho a la caído para luego salir sin decir palabra alguna ya que tenía su mente hecha un caos. Se negaba a creer que fuese eso… Si, tenía que ser un desperfecto en sus sistemas, nada más eso.
_Fin Flashback_
-¿Penny? – El castaño llamó a su amiga quien parecía haberse quedado paralizada en esa posición. – ¿Estas…?
-¡Estoy bien! *Hip* – Ella se alejó de él de un salto, sintiendo su cara arder. – ¡Iré a ver el resto del barco! ¡Nos vemos en un rato!
-Espe-. – No pudo decir más pues la chica se alejó corriendo. – Ok… Hasta luego… Eso fue raro.
- [¿En serio no eres capaz de ver lo que le pasa?]
-¿De qué hablas?
- [...Olvídalo. Arréglatelas tú solo, es hora de mi siesta.] – Sin más Ddraig decidió cortar la comunicación ante la molestia de Issei que veía con enfado su mano.
-¡Hey, despierta dragón perezoso! ¡No puedes dejarme con la intriga! ¡Dime qué es lo que no veo! – Pero sin respuesta. Por supuesto.
Issei solo pudo soltar un gruñido de exasperación antes de volver a ver el oleaje. Al menos este no le trata como idiota…
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De nuevo en el campamento de la tribu Branwen, Raven estaba en su tienda viendo el techo de esta pensando en la charla con Cinder y sus secuaces. No pudo evitar gruñir en frustración al ver que esta vez no tenía escapatoria.
Flashback_
Tanto Raven como la tribu Branwen a sus espaldas estaban haciéndole frente a una imperturbable Cinder Fall quien tenía sus poderes de Maiden activos para dar mayor peso a su presencia.
-¿Qué es lo que te hace pensar que aquí está lo que busca tu ama?
-Por favor Raven, ¿Enserio crees que Salem no supo todo este tiempo que la Spring Maiden se ocultaba en este basurero? Lo sabía desde hace bastantes años, solo que no hizo nada porque tenía cosas más importantes que atender.
La mujer solo pudo maldecir por lo bajo ante eso ya que según ella había sido lo suficientemente cuidadosa para ocultar cualquier rastro, pero al parecer no todo estaba perdido ya que no parece saber quién es la Maiden en realidad. Puede usar eso a su favor.
-Bueno, supongo que no vale la pena seguir haciéndose la que no sabe nada. Vernal.
Cinder vio como la mujer enmascarada giró la cabeza en dirección a la tienda. A los pocos segundos pudo ver cómo una chica salía de dicho lugar.
-¿Me llamaste Raven?
-Nuestros invitados indeseados deseaban conocerte.
-¿Es ella? – Cinder vio con su único ojo a la mujer recién llegada de manera analítica. – No me convence.
-Si quieres puede hacer una demostración, pero tú mejor que nadie debe de saber los desastres que puede generar y dudo que quieras atraer atención innecesaria.
Si bien la voz de Raven sonaba confiada y hasta un poco despectiva, por dentro estaba rogando que sus palabras fueran suficiente para convencerla. Lo último que desea es iniciar una pelea donde Salem podría aparecer en cualquier momento.
- Adelante. – Cinder dio un pequeño paso al frente. – Veamos si es verdad.
Raven sólo pudo suspirar ante esas palabras. De acuerdo entonces, hora del espectáculo.
La mujer enmascarada vio a Vernal y asintió, a lo que está hizo lo mismo antes de cerrar los ojos y levantar levemente las manos.
Al poco tiempo el viento comenzó a soplar con algo de fuerza, así como el cielo se empezó a poner algo gris. Los 3 esbirros de Salem vieron esto de manera impasible, pero en la mirada de Cinder se podía ver cierta alegría y deseo. Podía sentirlo, ese era el poder de una Maiden.
Unos rayos sonaron en los cielos antes de que todo el mal tiempo se marchará de la misma manera como apareció, repentinamente. Vernal abrió los ojos y pasó a ponerse al lado de Raven que volvía a ver a Cinder.
-¿Eso es suficiente prueba para ti?
-Lo es.
-Bien. Ahora es mi turno de hacer una pregunta. ¿Qué es lo que desea tu ama? Dudo que solo te enviara a ti y a tus perros de ataque para una visita social.
Tanto Mercury como Emerald no se tomaron esas palabras demasiado bien, pero Cinder los detuvo y contestó.
-Me sorprende que no puedas deducir la razón de nuestra visita. Te hacía más lista Raven. Al parecer la edad al fin te está afectando.
-Ahórrate la provocación barata y contesta.
-Iremos por la Reliquia bajo la academia de Mistral y para ello necesitamos a la Spring maiden.
-Ya veo. Pero tengo curiosidad de cómo piensan entrar ahí. Después de todo no es un secreto para nadie que ese lugar ahora es territorio de White Fang. – Eso lo dijo con cierta gracia, ya que le parecía un chiste. – Je. Jamás pensé que realmente lograrian algo como eso, pero era de esperarse sin ese cobarde se Leonheart.
Raven pudo notar como esos 3 delante suyo parecían asquearse al escuchar ese nombre. Eso fue raro…
-Tenemos un… Trato con Sienna Khan. Ella nos permitirá acceder al lugar donde está la Reliquia sin ningún problema.
-Ya veo… ¿Entonces que esperamos? Mientras más rápido hagamos esto más rápido me deshare de ustedes.
-Pues… – Cinder tembló un poco al igual que sus compañeros, cosa que no pasó desapercibida para Raven. – Mi ama desea esperar a ver si… Aparece el Sekiryuutei…
-¿El Sekiryuutei? ¿Qué tiene ese mocoso que ver?
-En palabras de mi ama… Todo sería más divertido si aparece…
-Estas diciendo que Salem, esa bruja que quiere destruir el mundo, ¿Quiere esperar por qué de esa manera será más divertido?
Ok, eso sí no lo espero oír jamás en toda una vida y era una imagen que no cuadraba con lo que sabe de esa bruja.
-Si… Ella ha tomado un gran interés en él, diciendo que no espera la hora de enfrentarse a él con todo lo que tienen.
-Eso… Es extraño y un tanto absurdo. – Raven fue honesta. Eso era algo ridículo en su opinión.
-Aunque esto pueda ser algo beneficioso para mí. – Cinder sonrió de forma sádica al caer en cuenta de algo. – Se bien que no soy rival para ese monstruo, pero si estoy segura de poder acabar con esas mocosas que lo acompañan. En especial con la faunus y esa estúpida rubia y hacerles pagar por lo que me hicieron. Y de paso hacer sufrir al Sekiryuutei cuando las vea sin vida.
-Yo que tu no haría eso. – No quiso sonar enfadada, de verdad que no, pero escuchar como esa mujer planeaba hacerle algo a Yang…
-¿Y por qué no según tu?
-Por qué ahora mismo tienes la posibilidad de sobrevivir a una pelea contra el. He visto que parece una buena persona. Incluso tengo entendido que le dio a Adam Taurus la oportunidad de rendirse. ¿Qué crees que te pasaría si atacas a las personas que, se nota, más le importan?
-...Me arriesgaré. – Fue todo lo que dijo antes de darse media vuelta. – Nos vemos cuando el dragón rojo asome el hocico por aquí.
Sin más ella y los otros dos se fueron del lugar, dejando a una Raven bastante molesta. Su máscara era lo único que impedía que se viera esa emoción manifestada en su cara… Y un pequeño destello de energía en sus ojos.
Fin Flashback_
Raven solo pudo chasquear la lengua antes de sentarse en el borde de su cama. Dio un rápido vistazo alrededor para comprobar que no había nadie cerca y metió la mano debajo de la almohada y sacó una pequeña foto. En esta se podía ver a una Raven algo más joven… Sosteniendo un bebé.
-No dejaré que esa perra te haga algo… Sé que no tengo el derecho de ser tu madre, pero tú siempre serás mi hija. – Dijo mientras miraba con dolor y anhelo la imagen de la bebé.
En ese momento una pequeña corriente eléctrica se originó en su mano, lo cual la asustó y tiró la foto por reflejo. Cuando la electricidad desapareció de su mano lo primero que hizo fue acercarse rápidamente a la foto y comprobar su estado. Suspiro de alivio al ver que la foto estaba bien, pero volvió a poner su mirada en su mano que aún estaba temblando… Y en eso la imagen de la bebé de la foto llorando en una cuna y su mano temblando mientras tenía electricidad en esta golpearon su mente.
-(No sabes cuanto te odio.) – Fue su pensamiento antes de tomar delicadamente la foto y volver a guardarla en su sitio antes de acostarse y dormir un poco.
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A las afueras del reino de Vale en medio del bosque se puede ver cómo de repente una luz iluminó todo el lugar para a los pocos segundos extinguirse, revelando tres figuras donde una era femenina y las otras dos se notaba que no eran humanas si el gran tamaño indicaba algo.
-Bueno, ya hemos llegado. – Penemue vio a los alrededores antes de pasar a sacar un mapa del Reino de Vale. Cortesía de Penny. – Deberíamos estar en las afueras de Emerald Forest si los cálculos no fallaron.
- Hmmm… Me recuerda un poco a tu territorio en el inframundo viejo. Muchos árboles. – Bova miraba el lugar con poco interés. – ¿Me recuerdas para qué me trajiste aquí?
- Por qué no confío que no termines destruyendo Menagerie si te quedas sin supervisión. Después de todo los demás Reyes Dragón poco o nada le importa lo que hagas, en especial ese flojo de Midgardsormr…
- Tch, menuda mierda.
-Por favor señores, centrense. – Penemue llamó la atención de ambos. – Para empezar creo que deberían encogerse. No creo que a los humanos de este mundo les alegre precisamente el ver dos reptiles gigantes con alas.
- Si si si, lo que digas cuervo.
- Dame fuerzas Great Red. – Tannin se llevó una garra a la cara mientras negaba con la cabeza. Apenas unos minutos y ya se está arrepintiendo de haber traído a su tercer hijo con él. – Solo encogete de una maldita vez.
Bova dio un último gruñido antes de hacer lo que su padre le dijo. Tannin por su parte no tardó en hacer lo mismo.
- Listo. ¿Satisfechos? Ahora,¿Donde están los que saben que estamos aquí?
-A unos kilómetros en… Esa dirección. – La mujer señaló una dirección, sintiendo el gran cúmulo de presencias humanas y faunus allí.
Con eso dicho los tres emprendieron camino con Bova quejándose de que esto será tan aburrido, lo que le ganaba varios golpes en la cabeza por parte de su padre y con Penemue arrepintiéndose de ser ella la que vino con ellos… Maldito Shemhazai, no tiene que aguantar esto. Solo espera que Azazel se esté jodiendo. El grupo siguió su camino unos cuantos minutos más hasta que vieron como la vegetación disminuía por lo que Bova apresuró el paso y pudo ver a la distancia la gran ciudad de Vale que ya estaba casi totalmente reparada. Al parecer el daño no fue tan severo.
- ¡Alfin civilización! ¡Ya me estaba hartando de ver tantos árboles! – Grito Bova aliviado de salir de ese maldito bosque. – ¿Y ahora qué? Hasta yo sé que no podemos entrar sin llamar la atención.
-Lo se muy bien, por eso vine preparada. – La sonrisa de la caída no le gustó para nada al par de dragones y supieron que estaban jodidos cuando ella hizo aparecer con un círculo mágico una gran bolsa para perros… Es oficial están jodidos.
Poco tiempo después, en el centro de Vale. Podemos ver a nuestro querido director adicto al café firmando unos documentos. A su lado estaba Glynda quien se encontraba haciendo cuentas.
-Parece que al fin podremos poner en marcha la reparación de la Academia Beacon.
-Esas si son buenas noticias. Nos ha costado su tiempo, pero finalmente Vale está en su mejor estado. – Ozpin se recostó en su asiento y estiró los brazos. Se siente viejo.
-Si… – La profesora rubia no pudo evitar sonar algo ausente, cosa que no pasó desapercibida por su acompañante.
-¿Sigues pensando en Issei no?
-¿Tan obvia soy? – Ella respondió con un tono entre divertido y desanimado. – No puedo evitarlo. Sé que ha obtenido muy buenos aliados, unos muy inesperados debo decir. Pero aún así me siento preocupada. Algo me lo dice. – Ella se llevó la mano al pecho. ¿Este es el "instinto de madre" del que tanto ha escuchado?
-Si… Pensar que llegarian más seres de su mundo al nuestro es algo que no me esperaba. – Se ajustó sus anteojos antes de tomar la mano libre de la profesora rubia con la suya. – Pero si sé algo es que él estará bien. Ya que nos ha mostrado en varias ocasiones es capas de hacer lo imposible y esta vez no será diferente.
-Ozi…
La mujer miró con cariño al hombre quien hizo lo mismo. La mujer poco a poco fue acercándose a lo que Ozpin solo cerró los ojos sabiendo lo que venía…
Pero de repente la puerta fue tocada, haciendo que Ozpin viera en dirección de ésta con sorpresa y Glynda con rabia. ¡¿Quién le arruinó su momento íntimo?!
-Ozpin, Glynda. ¿Estáis ahí? Tenemos una visita inesperada y parece ser urgente. Ahora mismo se encuentra abajo en recepción. ¿Le permitimos el paso?
La inconfundible voz de Oobleck sonó al otro lado de la puerta y antes de que Ozpin pudiera responder, Glynda fue hasta la puerta y usando su Semblanza abrió la puerta con fuerza y se encaminó hacia las escaleras.
-Eso no es buena señal. – Ozpin salió de su estupor por lo ocurrido y fue en dirección por donde se fue la mujer. – Disculpa el susto amigo mío y… ¿Estás bien? Te veo algo rojo.
-Oh, no te preocupes amigo mío. Estoy bien. Es solo que nuestra invitada es… Bueno, lo sabrás en cuanto bajes.
El director alzó una ceja ante esas palabras antes de volver a tratar de alcanzar a la profesora rubia. No puede permitir que haga una barbaridad.
Al poco tiempo la pareja llegó a recepción y pudieron notar que todas las miradas de los que estaban ahí presentes se congregaban en una dirección.
-¿Qué está pasan-…? – La pregunta de Ozpin quedó a medias una vez pudo ver a su invitada y si tenía que ser sincero, está era la primera vez en todas sus vidas que miraba a una mujer tan… Proporcionada.
-¿Tardarán mucho en recibirme?
-Oh no se preocupe madame. Estoy seguro de que… ¡Oh mire! Ahí están. – Port, quien tenía un sonrojo más que notorio en su cara, saludó a sus colegas.
-Gracias por su ayuda. Con permiso. – Agradeció con una gentil sonrisa que aumentó el sonrojo en el rostro del profesor y este casi se desmaya al ver como movía sus caderas… Es un hombre, no lo culpen.
Por su parte Glynda estaba con la boca abierta al notar la figura de la desconocida e inconscientemente comparó su figura con la suya y… Fue un golpe a su orgullo como mujer el ver qué sus 92 cm de busto eran superados y no ayuda que el idiota a su lado siga congelado.
-Usted debe ser el director Ozpin, ¿Correcto?
-Ammm… – Volvió en sí cuando Glynda le dio un zape con su fusta. – Ajam. Si ese seria yo. ¿En qué puedo ayudarla señorita…?
-Penemue.
-Encantado en conocerla y repito, ¿En que podemos serle de ayuda?
-Verán los tres tenemos conocidos en común y entre ellos está un chico castaño que no oculta su gusto por los pechos grandes. – Penemue vio como ambos abrieron los ojos con sorpresa ante lo dicho.
-¿Cómo es que conoce a Issei? – Glynda decidió dejar de lado su malestar y enojo con el idiota de al lado para mostrar preocupación por el castaño junto con una mirada algo protectora.
-Bueno… Quitando que algunas veces lo pille mirando mis pechos… – Eso le sacó un tic en la ceja a la mujer y al hombre una pequeña tos. – Ambos coincidimos en Menagerie. Creo que se hacen una idea de lo que soy en realidad…
-...Creo que esta charla la tenemos que tener en un lugar más privado.
-Me parece bien. – En eso vieron como la bolsa que traía con ella comenzó a moverse furiosamente. – ¡Quietos, yo les diré cuando pueden salir! Tch, son unas molestias.
Mientras Ozpin fue a pedirle a Port de que fuera a buscar a buscar a alguien, Glynda le enseñó el camino a la mujer caído quien parecía evitar que lo que fiera que estuviera en esa bolsa saliera.
Un tiempo después Ozpin ingresó a su oficina junto con el Pr. Port, la Pra. Peach y un hombre con atuendos color magenta que a uno le hacía recordar a un mago. Al entrar vieron que Glynda y Oobleck estaban ya dentro junto a la mujer.
-¿Y ellos son…?
-No se preocupe. Después de los acontecimientos del festival Vytal, decidí contarles a ellos la verdad.
-Yo todavía no me creo que esa mujer terrorífica que apareció en el estadio sea su ex-esposa. – Peach habló con cierto cansancio. Estos últimos días han sido agotadores y… – Oh my…
-Esa es la reacción que tuvimos todos. – Port río un poco ante la cara que puso su amiga quien lo vio con un puchero.
-¿Entonces usted es la mujer que vino de otro mundo al igual que el joven Hyoudou? – Preguntó el hombre con aspecto de mago. Este veía a la mujer con cierto interés.
-Así es. Encantada de conocerlos a todos. Yo soy-.
- ¡Ya me arte! – En eso ante la vista de todos vieron como la bolsa de la mujer se despedazó dejando ver aún ser que solo pueden describir como un dragón en miniatura. – ¡Libertad al fin! ¡Auch! ¡Eso duele maldito viejo!
- ¡Te debería de noquear por lo que acabas de hacer! ¡¿Cómo se te ocurre?!
- ¿¡Y qué esperabas!? ¡Yo-! ¡¿Hmp?! – A una velocidad endemoniada algo tomó a Bova como si fuera un peluche y lo elevó. Lo siguiente que vio fue la intensa mirada del Dr. Oobleck.
-¡Esto es increíble! ¡Cuando me contaron sobre los dragones jamás pensé tener la oportunidad de ver uno de cerca! – Hablo a una gran velocidad mientras miraba detalladamente a Bova. – ¡Le pido por favor señorita que me permitas estudiarlo a profundidad ya que esta es una oportunidad única en la vida!
-Ammm… En todo caso debería preguntar a su padre. – Penemue señaló al otro dragón.
- Meh, por mi no hay problema. Eso le enseñará a comportarse.
- ¡Maldito viejo de mierda! – Bova vio con horror a su padre mientras se asustaba por ese brillo en la mirada del humano ese. – ¡Esto no estaba en mi contrato!
-De hecho si lo está en las letras pequeñas. ¿Ves? – Penume saco de Dios sabe un papel con lo que parecía ser la huella del dragón ante la mirada incrédula de este. ¿¡Que mierda es esta!?
- ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?!
-¡Genial! ¡Me pondré con las pruebas de inmediato! Oh y descuide señor dragón, no voy diseccionar a su hijo.
- ¿¡Diseccionar!? – Bova grito en pánico mientras era arrastrado por el buen doc. - ¡No se queden ahí malditos! ¡¡Salvenmeeeeeeeeeee!! – Sin más Oobleck salió con un histérico Bova maldiciendo a la existencia misma dejando a todos en la habitación con una gran gota de sudor en la cabeza.
-...Dejando de lado que Oobleck entró en modo científico loco… ¿Qué era lo que querían? – Glynda decidió tratar de conservar su cordura y pasó a ver a la mujer y al dragón.
-Cierto… Como estaba por decir, mi nombre es Penemue y soy la secretaria de Azazel. El dragón a mi lado es el Ex-Rey Dragón Tannin, quien vino aquí para hablar con el director Ozpin en busca de ayuda.
-¿Y en qué podría ayudar yo a alguien como usted? – El peliblanco vio con una ceja alzada al dragón que voló hasta quedar sobre su escritorio.
-Según nos contó el Sekiryuutei, osea Issei, es que Vale es el reino con mejor terreno para el cultivo.
-Eso es correcto.
Al recibir esa respuesta, Tannin procedió a explicar sobre las Manzanas Dragón y sobre cómo algunos dragones sólo pueden alimentarse de esa fruta.
-Entiendo… – Ozpin sacó su Scroll y busco un mapa de Remnant. – Hmm… Tal vez haya algunos terrenos donde puedan construir su nuevo hogar.
- Espero que no sea una molestia que los vea por mi mismo para ver qué tan aptos son para cultivar la Manzana Dragón.
-En absoluto Sr. Tannin. Creo que Shion podría llevarle y mostrarle. ¿Te parece bien? – Ozpin pasó a ver al hombre con sombrero de mago ahora identificado como Shion.
-No tengo problema director, después de todo las cosas han estado algo tranquilas en el reino. Ya no hay tantos avistamientos de Grimms. Incluso los Nightmare parecen no estar activos.
-¿Nightmare? – La caído se mostró curiosa. Sabía poco de los Grimms, investigarlos era más cosa de Azazel.
-Puedo hablarle de esta especie de Grimm si quiere. A cambio me gustaría que me hablase más de ese su antiguo mundo. Por lo que me dijo Ozpin después de que volviera, parece que tenéis una amplia cultura.
-Me parece justo, solo espero que no tenga nada que hacer porque hay mucho que contar. – Ella le respondió con una sonrisa dulce a lo que el profesor, para su sorpresa, contestó con la suya. Primera vez que un hombre no se sonroja con eso… – 'Interesante.'
Sin más tanto Shion como Penemue y el Ex-Rey Dragón salieron de la oficina dejando solos a Port, Glynda, Peach y Ozpin que tenían que admitir que este fue un evento interesante.
-Bueno, yo iré a controlar a Oobleck. Cuando se pone así solo dios sabe que puede hacer.
-Yo aun tengo que comprobar las reservas de Dust. Nos vemos.
Port y Peach se despidieron de los dos últimos que quedaban en el despacho. Ozpin en eso dio un pequeño suspiro y se sentó detrás de su escritorio.
-Parece que Issei ha hecho buenas amistades.
-Ya ni deberíamos sorprendernos. – Glynda se ajustó los lentes con una sonrisa en su rostro. – Él es alguien que de una o otra manera siempre termina en medio de todo.
-En eso estamos de acuerdo. – Ozpin se reajustó los lentes al decir eso. Entonces notó cierta mirada en la profesora rubia que le dio algo de miedo. – ¿T-todo bien Glynda?
-Oh sí, todo bien. Solo me preguntaba… Si no te conformas solo con ver mis pechos todas las malditas noches que andas viendo los de otra.
Ahora ya sabía que era esa mirada. Era una mirada de celos. ¿Cómo pudo olvidarse de eso con la cantidad de veces que las vio en muchas de sus anteriores vidas?
-(Te culpo a ti por esto Issei.) – Fueron sus últimos pensamientos antes que Glynda bloqueará la puerta con un par de estantes usando su Semblanza, eliminando toda ruta de escape… Está tan muerto.
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Paralelamente en el Reino de Mantle.
Se podía ver cómo en las afueras de dicho reino se originó una luz que al momento de desaparecer se podía ver a un grupo de personas ahí paradas. Estos rápidamente sintieron el frío extremo en sus cuerpos.
-Y henos aquí y los mocosos no bromeaban, este lugar sí que está congelado. Parece la Antártida.
Azazel comentó mientras sacaba un abrigo más grueso de un círculo mágico…demonios aún siente frío.
-Solo démonos prisa. No creo que esté temporal sea bueno para la Lady Vapula. – La Queen del pelinegro dijo mientras veía a la mujer en silla de ruedas.
-Ahí te doy la razón. Mejor sigamos adelante.
Y así lo hicieron, solo que Sairaorg tuvo que llevar a su madre en su espalda mientras Kuisha llevaba la silla. Después de un tiempo caminando lograron llegar a lo que sería el muro que protege la ciudad de los Grimms. Desde fuera del muro pudieron ver lo que parecía ser una enorme ciudad que se mantenía en el aire gracias a unos gigantescos propulsores.
-Hablando de diferencias de clases sociales… – Azazel y Kuisha le tuvieron que dar la razón al pelinegro.
-Me recuerda en algo a Agreas.
-Solo que aquí se mantiene en el aire con solo mi viejo sabe cuanto Dust… Necesito estudiar esas cosas ya.
-Céntrese Azazel-sama… Ya después juega al científico loco. – El caído vio con fastidio a la rubia y al pelinegro que no dudó en reírse por lo dicho por su Queen.
-¿Qué dem…? ¡Oigan! ¿¡Qué hacen ahí!?
El pequeño grupo alzó la vista y pudieron ver a un soldado en la parte de arriba del muro. Mira que suerte, ya no tendrán que abrir un agujero… Ok no harían eso, pero igual
-Buen dia caballero, nosotros veníamos de camino a este lugar pero nuestro vehículo tuvo un desperfecto y hemos recorrido todo el tramo a pie y nos gustaría que nos permitiera el paso… Hace mucho frío aquí afuera.
-¡¿Vinieron hasta aquí a pie?! ¡¿Y con una inválida?! – Preguntó consternado al ver la silla de ruedas y la mujer en la espalda de Sairaorg. – Por los Dioses Hermanos. ¡Esperad un momento!
-¡Gracias! Eso fue más fácil de lo que esperaba. – Azazel estaba sorprendido de que creyeran tan fácilmente en su historia. – Meh, mejor así menos líos.
Al poco rato una especie de puerta secreta se abrió cerca de ellos y de esta salieron un par de soldados armados que apuntaban hacia el terreno mientras un tercero desde la puerta les hacía señas de que fueran allí rápido. Ellos no dudaron en ir y cuando la puerta se cerró una vez entraron los otros dos soldados…
-Bueno este lugar es… Pintoresco. – Comentó el caído una vez dentro de Mantle. Podía notar claramente que este lugar era para los ciudadanos de segunda por el estado de los edificios.
-Me trae recuerdos poco agradables del inframundo. -Comento el pelinegro con una mirada de desagrado recordando como no había podido cumplir su sueño de cambiar el inframundo.
-¿Disculpe? – Preguntó uno de los soldados sin saber de qué hablaba.
-Larga historia. Una vez más les agradezco la ayuda caballeros.
-Sin problema. Ahora si les parece bien nos gustaría ver sus identificaciones. En caso de que no las tengan deben darnos sus datos para que podamos buscarlos en la base de datos mundial.
-Ah claro nuestras identificaciones claro. – Claro siempre con los protocolos. El caído vio de reojo a los demonios que lo acompañaban y ambos asintieron con la cabeza.
-Creo que no necesitará ver nuestras identificaciones oficiales. Solo venimos a pedido de unos amigos. – Cuando los soldados iban a responder vieron como los ojos del pelinegro dieron un ligero brillo y sintieron como sus mentes se nublaban.
-Por supuesto… Pueden pasar sin problemas…
-También si no es mucho pedir nos gustaría que nos ayudarán a llegar a la mansión de la familia Schnee.
-Claro… – Así los soldados empezaron a dirigirse en una dirección en concreto.
-*Fiuuu* Nunca me deja de sorprender lo "persuasivos" que pueden ser los demonios.
-Al final si fue una buena idea que vinieramos contigo. No dudo que hubieras hecho una locura y te hubieran encarcelado.
-Creo que una patada en la entrepierna me dolería menos que tus palabras mocosa. – El caído vio a la Queen con un tic en el ojo, a lo que ella solo dio una media sonrisa.
-Bueno al parecer ya llegó el transporte.
Y como dijo el joven pelinegro los soldados llegaron con una nave lista para llevarlos a la parte alta del reino. El grupo no tardó en ingresar al vehículo.
Una vez en la ciudad notaron una vez más la clara diferencia de clases, cosa que no les agrado a los demonios ni al caído. Pensar que en otros mundos también verían esto era algo… Triste. Pero lo dejaron de lado por el momento al ver como a la distancia se comenzaba a ver una gran mansión con el logo de un copo de nieve en el portón de frente.
-Creo que esa es nuestra parada.
-Es grande para estándares humanos, pero si lo comparamos a como eran los demonios no parece más que una choza. – Los dos demonios tuvieron que darle la razón al caído. – Bueno ya estamos aquí.
En eso el caído oprimió lo que era el comunicador en la entrada esperando hasta que en esta se pudo ver una imagen de un hombre bajó, un poco corpulento, con cabello castaño calvo y un gran bigote y ojos de color marrón claro.
Parecía ser un mayordomo debido a su vestimenta la cual consistía en camisa de manga larga con cuello blanco, chaleco negro y corbata cian, pantalón negro y zapatos negros. Además, lleva un reloj de bolsillo en su persona.
- Buenas tardes, esta es la residencia Schnee. Dígame, ¿Qué es lo que los trae aquí?
-Buenas tardes, déjeme presentarme. Mi nombre es Azazel y estos son Sairaorg Bael y Kuisha Abaddon. Estamos aquí a pedido de Weiss Schnee.
- ¡Oh! ¿Son conocidos de la Srta. Weiss? – Preguntó el mayordomo mientras su actitud se volvía algo más alegre y sus ojos cambian de color a amarillo. ¿Qué demonios…?
-Así es señor…
- Cierto no me eh presentado. Mi nombre es Klein Sieben y soy el mayordomo de la familia Schnee. En un momento le permitimos entrar a usted y sus acompañantes.
Fue todo lo que dijo antes de colgar. Tras unos segundos las puertas se abrieron para ellos por lo que decidieron entrar.
-Ese tal Klein parece alguien… Carismático.
-No se si esa es la palabra mocoso… – Fue lo dicho por Azazel antes de llegar finalmente a las puertas de la mansión. Ahí les esperaba el Klein quien les recibió con una reverencia. – Hola de nuevo. Gracias por permitirnos la entrada.
-Descuide Sr. Azazel. Los amigos y aliados de la Srta. Weiss también son los míos. – Le dio un guiño cómplice a los tres. – Pasen por favor, la Sra. Willow los recibirá cuanto antes.
-Se lo agradezco.
Así todos pasaron al interior de la casa y fueron guiados por el mayordomo a una sala con una gran mesa y muchas sillas donde tomaron asiento. No tuvieron que esperar mucho hasta que una mujer con rasgos similares a los de la heredera apareciera, solo que…
-¡¡Y me da igual lo que cueste!! ¡¡Evita que el bastardo de mi ex-esposo se acerque aunque sea un poco a las ganancias del último lote de Dust vendido!! – Fue lo último que dijo antes de colgar la llamada y dar un suspiro pesado. Esto la está matando.
-Veo que las cosas no van bien… – Fueron las palabras del caído llamando la atención de la mujer quien se mostró avergonzada por que la vieran así.
-Bu-bueno yo… Ugh… Siento que tuvieran que ver eso. Desde hace algunas semanas esto se me ha hecho cuesta arriba…
-Nah descuide madame, sé bien cómo es lidiar con cosas molestas. – El caído movió la mano restándole importancia al asunto. – Y Bueno creo que su hija ya le informó a que venimos. ¿No?
-Así es… Realmente lamento que tenga que verse involucrado en todo este drama familiar de mala muerte Sr. Azazel.
-Como dije se como es lidiar con cosas molestas, así que pierda cuidado.
-¿No querrá decir que Penemue-sama y Shemhazai-sama son los que saben lidiar con cosas difíciles mientras usted se la pasa jugando al científico loco ? – Kuisha hablo mientras tenía una sonrisa burlona en su rostro, cosa que no le cayó bien a Azazel y a Sairaorg le sacó una gran carcajada.
-Ejem… Como sea, estoy aquí para asegurarme de que este matrimonio se acabe de una buena vez. Lo único que pido a cambio es…
-Estudiar tanto Dust cómo le pueda proporcionar nuestra empresa, lo sé. – Willow se sentó delante del grupo y estos pudieron ver cómo la mujer pareció mover la mano para agarrar algo que no estaba ahí. – Joder… Esto también es difícil.
-Ammm…
-Oh disculpe, el divorcio no es el único de mis problemas ahora. Pero retomando el tema, le aseguro que mientras pueda ayudarme le daré todo el Dust que usted quiera.
-De acuerdo entonces.
-También si no es una molestia quisiera pedir su ayuda. – Sairaorg habló atrayendo la atención de la peliblanca. – Vera quisiera que me facilitara un médico para mi madre. Ella sufre de una enfermedad que la hace estar en coma hasta…
-Entiendo. Wiess también me comentó un poco sobre esto y no te preocupes, por mi cuenta cae que tú madre esté en el mejor hospital de Atlas. Después de todo son amigos de mi hija y de mi futuro yerno.
-Se lo agradezco enormemente. – Dijo mientras daba una reverencia. Acción imitada por Kuisha.
-Sin problema. Klein por favor, muéstrale al joven Bael la habitación donde podrá quedarse por el momento.
El mayordomo asintió y les hizo un gesto para que los siguieran. Cuando Azazel se quedó a solas con la mujer, pasó a verla con seriedad.
-Bueno Willow. ¿Por dónde desea que empecemos?
La mujer sonrió al ver que el tipo no parecía querer perder tiempo. Eso le agrada, tal vez así por fin sea libre totalmente y pueda empezar de nuevo.
Sin que ellos los supieran, desde las escaleras un chico joven de cabello blanco y ojos azules escuchaba todo atentamente.
-Espero que ese hombre que mandaste aquí realmente logre algo, hermana incompetente. – Fue todo lo que dijo antes de marcharse escaleras arriba.
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-¡Alfin, ya me estaba aburriendo de estar en ese barco!
-Nora no tienes que gritar así.
-¡Pero Renny ya estaríamos incluso en Haven rompiendo piernas si ALGUIEN no se marea por un simple viaje en círculo mágico! – La pelinaranja expresó su molestia haciendo un puchero y viendo con los ojos entrecerrados a cierta Faunus quien solo le gruño en respuesta.
-Nora, no digas esas cosas en voz alta. No queremos llamar la atención. – Pyrrha regañó a su amiga quien seguía con su puchero.
-Si ya terminaron de hacer el tonto, quisiera que nos pongamos en marcha de una vez. Desde Yamato hasta Shion hay un viaje algo largo. – Ciel los miro a todos mientras daba golpecitos a su fiel reloj de muñeca.
-Vamos Ciel no tienes que estar así… – En eso vio como la ojiazul le decía con la mirada que se calle, cosa que lo hizo tragar saliva. – Yo no dije nada.
-Eso pensé. Pues venga, démonos prisa. – Sin más comenzó a caminar haciendo que los demás suelten un suspiro en rendición y comiencen a caminar.
-Definitivamente es peor que Wiess con eso del tiempo. – Ruby habló haciendo que Yang y Blake asientan mientras que la aludida la vio con deseos de apretar su cuello entre sus manos. – ¡Eep!
-"Bueno supongo que nos toca movernos. ¿Vamos amor mío?" – Neo abrazo el brazo izquierdo de Issei, enterrándolo entre sus pechos. Cosa que les sacó un gruñido de enojo a muchas.
-...
-"¿Amor mio?" – El castaño parecía sumido en sus pensamientos, cosa que preocupó un poco a los demás. – "¿Está todo bien?"
-¿Qué…? Oh sí, estoy bien. Es solo que me duele un poco la cabeza, eso es todo. – Fue todo lo que dijo mientras se rascaba la cabeza.
Todos se vieron entre sí antes de asentir y retomar su marcha. Sin embargo lo que Issei sintió no sólo fue un dolor de cabeza y él lo sabía. Era algo más y hacía que su brazo izquierdo se sintiera extraño. No sabía lo que era, pero no lo olvidará. Puede ser algo importante.
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Bastante alejado donde Desembarcaron Issei y los demás, se podía ver a alguien al borde de una pequeña colina.
Este tenía el cabello un poco largo y de color blanco y ojos amarillos. Llevaba una camisa verde oscuro con cuello en V y una chaqueta de cuero negro de cuello alto encima. También usa jeans burdeos con una cadena plateada que cae sobre ellos y chaparreras de cuero negro con tres bandas que rodean su pantorrilla derecha, y zapatos negros con hebillas negras.
-Hmmm esto es raro.
Comentó al aire al sentir un malestar en la espalda, como un pequeño pulso. Pero decidió ignorarlo, no cree que sea nada importante. Mejor va a ver si esos idiotas no se han arrancado los ojos… Sigue preguntándose por qué diablos acepto estar con ellos.
-( Porque eran útiles en tu cruzada. Por eso mismos.)
Tch, odia que tenga razón. Pero bueno. Lo hecho, hecho está. Ahora solo tiene que preocuparse de dos cosas. Hacer lo que ese viejo le pidió como agradecimiento por devolverle sus poderes… Y encontrar a alguien que le pueda entretener.
Omake: Las desventuras del Team CFYV.
-Muy bien Ilia-chan. Estás mejorando. – Lavinia, quien se había quedado en Vacuo como apoyo en caso de extrema necesidad, felicitaba a la faunus por su mejoría en su control de magia.
-Esto es complicado… Pero gracias Lavinia. – Ella le sonrió a la mujer rubia mientras trataba de mantener estable una esfera hecha de luz. – Je. Todavía no me creo que mi tipo de magia sea la luz. No va acorde conmigo.
-¿Por? Si hasta donde se la invisibilidad es en sí la manipulación de la desfraccion de la luz y pues según me dijiste puedes hacer algo así con tu hmmm… ¿Semblanza?
La Faunos camaleón parpadeo un par de veces por las palabras de la maga rubia. Al parecer no solo es hermosa, si no que muy lista.
-Ammm… Si pero me refería a todo las cosas que he hecho, muchas de esas ahora que lo pienso bien… Fueron estúpidas por decirlo de una forma amable.
-Pero ahora quieres hacer las cosas bien, ¿No es así?
-Si pero igual…
-Nop, lo que importa es que ahora quieres ayudar a la gente sabiendo que hay cosas más importantes en juego y eso habla bien de la persona que eres.
-Yo… Gracias… Lástima que no seas lesbiana, eres mi tipo.
-Jeje perdón, pero bueno podemos dejarlo aquí por hoy si quieres.
Al oír eso la faunus hizo desaparecer la esfera de luz y se sentó en la cama. En ese momento se escuchó que llamaban a la puerta y cuando se dio el permiso, el Team CFYV al completo entraron.
-Buenas mis lindas señoritas. ¿Qué tal van las cosas por aquí?
-Fufufu, pues Ilia está mejorando en el control de su magia. Si sigue así en poco tiempo estará a vuestro nivel.
-Ya veo. Entonces sigue así.
-S-si, esfuérzate Ilia.
-Magia de luz, ¿Eh? Eso no está nada mal.
-Es verdad.
Coco, Velvet, Yatsuhashi y Fox le dieron ánimos cada uno a su manera a la Faunus camaleón que se puso algo rosa por ello.
-Awww, te ves tan dulce cuando te pones así Azucarito.
-¡Coco, no la molestes asi! – Velvet regañó a su amiga quien levantó las manos en son de rendición.
-Bu-bueno tu también te ve-ves genial Bombón. – Ilia no supo de dónde vino eso, pero al ver cómo todo se le quedaban viendo hizo que quisiera que la tierra se la tragara.
-Je, al menos alguien reconoce mis esfuerzos. – Coco vio a Ilia con una sonrisa de oreja a oreja. – No tienen ni la mitad de idea de todo el trabajo que lleva verse así de fabulosa.
-Al menos tú te puedes ver bien. A mi ni un saco de patatas me favorecería.
-¡¡Tonterías!! – Coco alzó la voz, haciendo que los presentes dieran un pequeño salto por la sorpresa. – ¡¡Tú te vienes conmigo!! ¡¡Es hora de un cambio de look!!
-¡Es-espera! ¡Auxiliooooo! – Y ante este grito tanto la modista como la Faunus camaleón desaparecieron de la habitación ante la mirada confundida de la mayoría.
-¿Qué acaba de pasar? – Velvet soltó la pregunta al aire a lo que los demás sólo se encogieron de hombros, ellos tampoco saben que fue todo eso.
-Al menos no nos arrastró con ella.
-¡¡Te he oído Yatsu!! ¡¡Una vez que ponga sexi a Azucarito, siguen ustedes!!
La voz de Coco se escuchó desde el fondo del pasillo. ¿Cómo hizo para oírlo? No idea, pero había firmado la sentencia de todos los presentes menos de Lavinia que sólo podía reír por lo bajo.
-Ara ara, menos mal que decidí quedarme.
