Saludos a todos,estamos aqui para otro cap de esta historia y eso es algo que se les agradece.Pero sin mas dilación...Andando.
En un cuarto levemente iluminado se podía ver al castaño sentado cerca de una ventana, viendo el cielo con una mirada seria mientras recordaba lo que había pasado cuando llegó ese miserable que se hace llamar Dios.
………Flashback……
Todo el lugar estaba en silencio después de la proclamación del autonombrado Dios donde eran los humanos los que estaban más conmocionados, ya que era la primera vez que sentían una presencia como esta… Ni Salem desprendía esta aura.
-¿Q-qué quieres decir con eso? – Pregunto cómo pudo Le Fay quien si bien aún se mantenía en pie, tenía un sudor frío recorriendo su cuerpo.
-Simple descendiente de Morgana Le Fay. – El grupo del Hakuryuukou vio al Dios con sorpresa y el solo soltó una pequeña risa. – No se de que se sorprenden, todos estaban conscientes de quiénes son ustedes. En especial yo ya que saber estas cosas es algo básico. – Su mirada se volvió seria de un momento a otro. – Y respondiendo a tu pregunta es cómo lo oyeron. Planeo gobernar a estos mortales insulsos ya que a pesar de no ser tan patéticos como los de nuestro antiguo mundo, comenten el mismo error de siempre.
-¿Cual error? – Preguntó el Sekiryuutei con una mirada desafiante que hizo que el Dios sonriera de lado.
-Caer en la ilusión de que merecen la libertad de elegir qué hacer con este mundo. – Declaró con firmeza mientras golpeaba el suelo con su cetro. – Ese es el error que todos los mortales comenten y yo daré lo que todos buscan aun si no lo saben… Orden.
El lugar se quedó en silencio por un momento ante las palabras del Dios. Todos los presentes estaban intentando procesar sus palabras, ya que para ellos no tenían sentido.
-¿Orden dices…? – Vali lo vio con intensidad.
-Así es Hakuryuukou. Yo daré orden a sus caóticas y patéticas vidas.
-Hablas como si fuéramos incapaces de vivir por nuestra cuenta. – Arthur habló mientras se ponía frente a su hermana.
- ¿No es ese el caso? – Todos vieron con dureza al Dios que soltó una risa divertida por su expresión. – Díganme. ¿Acaso me dirán que en este mundo no existen las guerras, las hambrunas, la pobreza y la discriminación?
Los nativos de Remnant bajaron la mirada al saber que la respuesta era no, ya que a pesar de todo aun existen esos problemas. Puede que estén en un tiempo de "paz", pero saben que es más una imagen falsa que una realidad. Es más, se atreven decir que el mundo está más separado que nunca.
-Eso pensaba. – Loky negó con la cabeza mientras hacía girar su báculo. – Y es por eso que yo me encargaré de daros ese orden que tanto ansían.
-¿Enserio te crees con el derecho de gobernar este mundo? – El Sekiryuutei habló con un tono desafiante que hizo endurecer la mirada a la deidad. – Hasta donde yo sé el fin de nuestro mundo fue provocado en su mayoría por los seres sobrenaturales como tú. ¿Qué te hace diferente a nosotros los mortales?
- Admito que el fin del mundo también fue cosa nuestra… En especial porque yo participé activamente para que el Ragnarök pasara. Después de todo era mi hijo quien estaba destinado a iniciarlo.
-¿Ragnarök? – Ruby repitió esas palabras sin saber su significado, pero intuyo que era malo al ver como la Valkiria bajaba la mirada y parecía apretar su puños.
-El ocaso de todos los Dioses según la mitología nórdica. – Fue Ravel la que comenzó a explicar. – Se dice que una vez este inicie los 9 mundos que conforman el Yggdrasil, el árbol del mundo, llegarán a su fin… Y es cierto, antes que nos fuéramos a la Grieta Dimensional… – Tanto la demonio como el resto de su grupo abrieron los ojos como platos.
-Jeje. Nada mal, pequeño demonio. – El Dios habló complacido. – Mi querido hijo Fenrir logró cumplir su destino al asesinar a Odin dando inicio al Ragnarök… Aunque no pudo llevarse a cabo en su totalidad por la desaparición de mi otro hijo… Ese dragón perezoso siempre hizo lo que quiso.
-¿Dragón perezoso…? – Weiss preguntó más para sí misma, ya que recuerda haber usado ese término… – Un momento. ¿¡Hablas de Midgardsormr!?
-Jo… Me sorprendes pequeña, no esperaba que alguien de este mundo supiera el nombre de mi segundo hijo. – Loky vio a Weiss con algo de sorpresa junto a un poco de diversión. – ¿Puedo preguntar el cómo saben de él? – Preguntó con interés mientras veía fijamente a la heredera que trago algo de saliva, pero sacando valor de donde no sabía le devolvió la mirada a la deidad.
-¡N-no tengo por qué responder a tus preguntas! – Declaró con fuerza sorprendiendo a varios de los presentes y haciendo sonreír a sus amigos.
-¿Segura? – Por su parte el Dios la vio con diversión para desaparecer como si de un espejismo se tratase. – Puedo ser alguien muy… Convincente. – Solo para aparecer justo detrás de la heredera y hablarle directamente al oído.
En eso la deidad levantó uno de sus brazos y género un círculo mágico con varias runas nórdicas en el y con ello bloqueó un Dragon Shot que el Sekiryuutei le había lanzado.
-Nada mal Sekiryuutei, veo que aún tienes energías. Me impresionas.
- ¡Ni se te ocurra hacerle algo! – Grito con sus ojos brillando en verde listo para lanzarse al ataque, pero de la nada cayó de rodillas al suelo incapaz de moverse. – ¿¡Que mierda!?
- Vamos Sekiryuutei relájate. Seguimos en medio de una charla, tómatelo con calma. – Loky sonó burlón mientras tenia activo otro círculo mágico diferente al anterior, siendo la pequeña bruja, el Hakuryuukou y la Valquiria quienes lograron reconocerlo.
-Magia de gravedad… Tch, esto puede ser una molestia.
-Muy bien Hakuryuukou, veo que lograste reconocer mi hechizo, pero no debería sorprenderme. Después de todo sé que tú y tu grupo robaron algunos libros de Asgard… O más bien deje que los tomaran.
-¿Qué quieres decir nya?
-Simple joven Nekoshou. ¿Realmente ustedes pensaron que podrían ingresar en Asgard sin ayuda? Llevo un tiempo siguiéndoles la pista y me pareció interesante ver que planeaban hacer con lo que tomaron, aunque al final solo fue para matar a un patético demonio… Esperaba más de ti Hakuryuukou.
El peliblanco apretó los dientes al escuchar el falso tono de decepción de ese bastardo, pero sabe que no puede atacar a lo loco. Menos ahora que tienen la desventaja.
-Ya hablaste demasiado, dinos qué demonios quieres. – Exigió Vali viendo de forma seria al Dios. – Dices querer gobernar este mundo al matarnos tanto a mi rival como a mi. Entonces, ¿Porque no nos atacaste cuando estábamos luchando contra esas cosas?
-Sencillo… ¿Dónde estaría lo divertido en eso? – Todos lo vieron como si estuviera loco. – Originalmente llegué a este reino porque sentí una gran fuente de magia, pero luego de ver que los Dragones Celestiales estaban aquí decidí divertirme un poco.
-¿Viéndonos pelear a muerte con ese Grimm? – Issei, para sorpresa de todos, logró levantarse aún cuando el círculo mágico estaba activo. – Tú perspectiva de la diversión es algo retorcida…
-No le veo de malo el ver como los guerreros prueban su valía en el campo de batalla. – Se encogió de hombros restándole importancia. – Pero creo que ya fue suficiente charla. ¿Qué les parece si hacemos las cosas más interesantes?
Eso llamó la atención de todos al no saber a que se refiere este sujeto. Este al ver la cara de todos decidió proseguir.
-Nada me impide en este momento asesinarlos y a todos los mortales en este patético reino… Pero eso sería tan poco satisfactorio para mí y para los Dragones Celestiales. Así que, ¿Qué les parece si espero a que todos ustedes se recuperen y luchamos para ver quién se queda con esa fuente de magia?
-Estas loco si crees que… – Issei trató de hablar pero volvió a caer de rodillas cuando el círculo mágico brilló con más intensidad.
-Claro que tendré condiciones. Para esto ninguno podrá dejar este lugar o aniquilare a todos los civiles y lo mismo pasará si se llevan esa fuente de magia. – El Dios solo continuó explicando las reglas de su juego ignorando la mirada de ira y preocupación que tenían la mayoría al ver al castaño en esa posición. – Entonces… ¿Qué dicen? – En ese momento sintió como alguien le agarró de la muñeca.
-Que te puedes ir a la mierda… – Issei, quien había vuelto a levantarse, respondió mientras afianzaba su agarre y tiraba del Dios para que lo encarase. – Si crees que te dejaré hacer lo que quieras estás muy equivocado.
-Debo decir que me impresionas Sekiryuutei. Ahora mismo estas soportando 10 veces la gravedad normal. – Loky lo vio sin borrar esa sonrisa burlona en su rostro. – Pero dime, ¿Cómo me detendrás exactamente? Siento curiosidad.
-Te mataré. – Dijo sin temor y con sus ojos ardiendo en desafío.
-Jeje. Ya quiero ver que lo intentes Sekiryuutei. – Sonrió complacido al ver que tendría un buen desafío antes de comenzar su camino a la conquista. – Lo mismo va para ti Hakuryuukou. Espero que los dos Dragones Celestiales estén a la altura de su nombre, de otra forma no habría gloria alguna al derrotarlos.
Sin más que decir el dios volvió a aumentar la fuerza de su hechizo para así soltarse del agarre del castaños y se elevo al cielo mientras veía a todos los presentes.
-Pero solo por si acaso me aseguraré de que a nadie se le ocurra hacer trampa… – Un nuevo círculo mágico se formó en sus manos y pudieron ver como una especie de barrera se formaba alrededor de Mistral. – Esto impedirá que tengamos visitas… Indeseadas y recuerden, si alguno de ustedes se va de este lugar matare a todos los mortales de este reino en ruinas.
Sin más vieron como el Dios desapareció y con eso todos pudieron respirar de forma tranquila, por lo menos por ahora. Los amigos del Sekiryuutei se apresuraron a ir con él para ver cómo se encontraba.
Notaron que se le veía frustrado por la forma que mantenía su mirada en el lugar en el que no hace mucho estuvo la deidad y pudieron ver que no era el único en ese estado ya que el Hakuryuukou estaba del mismo modo mientras fruncía el ceño.
-Todo esto es mi culpa… – Decía la Valkiria mientras apretaba los puños y sus ojos que derramaron unas cuantas lágrimas.
Fin Flashback_
-Tch, ese bastardo me las pagará.
- [Tómatelo con calma compañero.] – La luz verde en su mano izquierda se hizo presente. – [Esta vez no estamos hablando de bestias salvajes y brujas inmortales mal de la cabeza, estamos hablando de un dios. Uno de rango inferior, pero un dios al fin y al cabo.]
-¿Sabes algo que nos pueda ser útil contra Loky? – Tras estar un momento en silenció el castaño preguntó a su compañero. – Debes de saber algo de él.
- [Nada más allá de lo que se cuentan en las historias. Engaño a un arquero ciego para que matara a otro dios con una flecha envuelta en muérdago, tuvo hijos bastante peculiares, que lo encadenaron a un roca donde una serpiente le salpicaba veneno y que en teoría debía morir en una batalla contra el guardián de la entrada a Asgard. Aunque claro, muchas de esas cosas no son verdad.]
-Pensé que sabrías algo más… Útil. – Dio un suspiro de resignación. – Ya han pasado 3 días desde su desafío. Nos estamos quedando sin tiempo.
- [Lo bueno es que gracias a la información dada por la Valquiria nos ayudó a formular un buen plan.] – Ddraig dijo eso con calma, notando así que Issei pareció relajarse un poco.
-Eso es cierto… Aún me siento mal por Rossweisse. Capturada por la persona que destruyó su hogar y obligada a ayudarlo a escapar…
- [Lo que más me sorprende es el hecho de que lograra abrir un pasaje hasta la Brecha Dimensional.] – El dragón no dudó en mostrarse sorprendido. – [Se nota que Loky no deja las cosas al azar. Sabía que esa Valquiria es una genio y no dudó en usarla como su billete a la salvación.]
Issei no dijo nada, solo endureció más la mirada mientras apretaba el puño izquierdo.
-¿Sekiryuutei? – La voz de Ravel sonó al otro lado de la puerta. – ¿Puedo pasar?
-Claro Ravel-chan. – Vio como la pequeña rubia entró al cuarto con una bandeja con una tetera, un par de tazas y un plato de galletas. – ¿Y todo eso?
-Bu-bueno estos días lo vi algo desanimado, así que pensé en aprovechar para hablar con usted. ¡Más le vale sentirse agradecido por este gesto!
-(Sin duda es una Tsundere…) – El castaño pensó con una pequeña gota de sudor en la nuca.
En eso la demonio rubia procedió a servir el té que había traído y le ofreció una taza al castaño que la aceptó sin problema. Dio un sorbo y sonrió por el sabor, acto seguido procedió a tomar una de las galletas y se sorprendió del sabor que tenían.
-¿Y bien? – Ravel tenía su mirada fija en el castaño. Parecía esperar algo. – ¿No dirás nada de las galletas que preparé?
-¿¡Eh!? ¿¡Las hiciste tú!? – Issei la vio con incredulidad.
-Pues claro. – Dijo mientras inflaba su pecho de orgullo, cosa que los hizo resaltar más… 85 nada mal. – De todos en el grupo yo soy la que tiene mejores cualidades culinarias, aunque mi fuerte son los postres. Uno de mis pasatiempos es hornear pasteles.
-Vaya, eso es increíble. – Issei tomó otra galleta y se la comió de un bocado. – Hacía tiempo que no como galletas. Ruby siempre se las come todas.
-Si… Tuve que pedirle ayuda a Weiss y a la descerebrada para evitar que ella se comiera mis galletas… De nuevo. Esta es la tercera tanda que hago. – Ravel soltó un suspiro mientras se llevaba una mano a la frente. – Y pensar que me daría casi tantos problemas como Koneko.
-Jejeje, sin duda. Nunca me imaginé que la estoica e inexpresiva Koneko-chan que conocí en Kuoh fuera tan fanática de los dulces. – Sonrió ante el recuerdo de su época de estudiante en su antiguo mundo. Pero en eso le llegó una duda a su mente. – Por cierto Ravel-chan.
-¿Hm? – Ella lo vio mientras bebía algo de su té.
-Si no te molesta que pregunte, ¿Cómo fue que te uniste al grupo de Vali? – Al ver como la chica parecía tensarse a la vez que bajaba la mirada entendió que era un tema delicado. – No tienes que contestar si no quieres.
-No… Tengo que… Dejar eso atrás. – Negó con la cabeza para luego levantar la mirada y dar un suspiro intentando ganar la fuerza para hablar. – Como ya se lo dije… Soy hermana del que se casó con Rias-sama… Y la cosa es que por esa razón me fui de mi hogar.
El castaño la vio con seriedad manteniéndose en silenció esperando a que ella continuara con su relato. Volvió a dar un suspiro y prosiguió.
-La cosa es que poco a poco veía como ella se desgastaba y no era la única, pues todos sus siervos se notaban frustrados… Impotentes al no poder ayudarla y fui testigo de la verdadera naturaleza de mi hermano. Un maldito bastardo que no dudaba en amenazar con hacerle algo a los siervos de Rias-sama si no hacía lo que él quería… Y lo peor es que a nadie fuera de ellos parecía importarle ver como poco a poco se volvía una cáscara vacía.
La pequeña Phenex apretó sus puños mientras su rostro reflejaba arrepentimiento y dolor.
-Al ver eso una pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza… ¿Ese es el destino que me depara? Y la verdad creo que si sería así ya que si los padres de Rias-sama, que eran conocidos por ser buenas personas, no dudaron en arruinar su vida… ¿Porque los míos serían diferentes? Durante esos días comencé a pasar más tiempo con Koneko quien al inicio estaba renuente de tenerme cerca, pero nos convertimos en el apoyo de la otra. – Dijo con una pequeña sonrisa.
-Se nota que la aprecias. – Issei también dibujó una sonrisa y la rubia se sonrojo un poco sin saber porque.
-Ella se volvió mi mejor amiga… Solo no se lo digas. Aunque no lo creas ella es algo… Troll y no me dejaría en paz si sabe que yo dije eso.
-Será nuestro secreto Ravel-chan. – Dijo mientras asentía con una sonrisa. – ¿Y cuándo fue que te uniste a Vali y los demás?
-Una noche mientras estaba en mi habitación por la ventana vi como Koneko se adentraba al bosque que había dentro del territorio Phenex, parecía seguir algo y mi curiosidad pudo más y decidí seguirla. Cuando lo hice luego de un rato de caminar vi que estaba hablando con alguien y resultó ser esa gata perezosa.
-¿Kuroka? – Preguntó mientras alzaba una ceja. – Explicate por favor.
-La cosa es que ella había venido por Koneko y ella a pesar de parecer reacia a irse con la gata perezosa terminó aceptando cuando dijo que podría hacerse más fuerte… Cuando vi que mi única amiga estaba por irse y dejarme sola estaba a punto de salir de mi escondite cuando Kuroka dijo algo de deshacerse de la espía… Apenas esquivé el ataque que me lanzó.
-¿Enserio te ataco?
-Si… Pero regresando a lo que importa, Koneko me vio con sorpresa y me preguntó qué estaba haciendo en ese lugar a lo que yo simplemente corrí a abrazarla y pedirle que no se fuera o que en todo caso me llevara con ella… Que no podría estar sola en ese lugar. – Se secó una lágrima que se le había escapado y luego continuó con su relató. – Kuroka no parecía estar de acuerdo, pero Koneko le pido que me llevara con ellas y luego de unos minutos que me parecieron eternos ella aceptó y de esa forma es como llegué con Vali y los demás… Poco tiempo después de eso Sirzech Lucifer ejecutó públicamente a mi hermano y básicamente desmanteló la casa Phenex. El resto es historia.
-Ya veo. Pero sigo sin entender algo. – La demonio lo vio con curiosidad y el castaño procedió a formular su duda. – ¿Qué hacía Kuroka llamando a Koneko-chan a un bosque a mitad de la noche?
-Bueno… La cosa es que esa gata era una criminal SSS muy buscada en el inframundo. – El castaño la vio con sorpresa mientras ella se veía complicada. – Asesinó al que era su amo y se dio a la fuga.
El Sekiryuutei parecía procesar esa información y ahí es que su mente recordó las palabras de la pequeña Nekoshou… Conque era ese el motivo por el que se separaron, pero siente que le falta información. En este corto tiempo que conoce a Kuroka no le parece alguien mala, solo muy burlona y nota lo mucho que Koneko la aprecia… Ya verá eso después, ahora tiene que enfocarse en la rubia que tiene enfrente.
-Entiendo… Gracias por contarme Ravel-chan.
-Esta bien. Como dije tenía que dejar el tema atrás… Je, curioso, ahora me siento un poco mejor. – La rubia dio un suspiro que no sabía que contenía. – Irónico. Vine con la intención de levantarle el ánimo y al final soy yo quien se siente mejor.
-Muchos dicen que tengo ese efecto en las personas. – Él le habló en un tono confidente, lo cual le sacó una pequeña risa a la pequeña rubia. – Cambiando de tema. ¿Qué tal te va tu relación con los demás a parte de Koneko-chan?
-Bueno… – La rubia parecía meditar un poco el cómo referirse a su grupo. – Me llevo bien con Fay. Ella tiene una personalidad con la que es fácil congeniar aunque en ocasiones se deja llevar cuando algo llama su atención, pero en general también es una buena amiga.
-Es verdad. Fay es alguien con quien te llevas muy fácil… Aunque no entiendo el porque se sonroja en ocasiones cuando estoy cerca de ella. – El castaño se llevó una mano al mentón al recordar que desde su pequeña charla con la pequeña maga esta se pone un poco nerviosa en su presencia.
Por su parte Ravel sentía un tic en su ceja al ver lo denso que era el Sekiryuutei… Respiro hondo para tranquilizarse y poder seguir con la charla.
-También esta el cara de mono, él es un idiota y punto. – El castaño tuvo una gota de sudor por la franqueza, pobre Bikou. – No digo que sea mala persona o que no me agrade, pero en ocasiones quisiera volverlo cenizas. También tengo que decir que me llevo bien con Arthur que parece alegrarse en ver que soy amiga de Fay, solo que en ocasiones él es muy callado sin contar que es un siscon. – La gota en su nuca creció al escuchar eso último, demasiada información. – Con Vali… La cosa es que tenemos un trato más formal. Si me preocupo por él y creo que él también lo hace por los demás y por mi… Pero no somos tan cercanos. – No le sorprende. Después de todo, Vali es… Bueno, Vali. – Aunque está diferente desde su pelea contigo y eso nos alegra a todos, aunque seguimos pensando que son un par de idiotas.
-Jeje, perdón. – Rio de forma nerviosa ante la mirada entrecerrada de la pequeña rubia. No es su culpa que se entiendan mejor a golpes, son hombres, así son ellos. Ravel dio un bufido, pero tenía una pequeña sonrisa en su rostro que le pareció que la hacía ver más bella.
-Y con esa gata floja… Somos enemigas naturales. Esa buena para nada no pierde ninguna oportunidad para burlarse de mí… ¡Grrr como la desprecio! – El castaño soltó una risa al ver el rostro molesto de la pequeña rubia quien se sonrojo por ello. – ¡No es gracioso! ¿¡Tienes la mínima idea de las bromas que he tenido que soportar de parte de ella!?
-Jeje perdón por reírme, pero a pesar de tus palabras puedo notar que la aprecias y eso me alegra. – Le dio una sonrisa sincera que no hizo más que aumentar el sonrojo en la demonio, junto que provocaba que su corazón diera un brinco. – Es bueno ver que a pesar de todo parecen ser un grupo unido.
-Supongo que sí… Aunque siento algo de envidia por el tuyo Sekiryuutei. Quitando a la bomba de azúcar que es Nora y a Yang, todos parecen ser bastante agradables. Sobre todo Weiss.
-Jajaja no te creas. Mi grupo también es algo raro y caótico a veces. – Issei dijo eso con gracia antes de beberse lo que le quedaba de té. – Gracias de nuevo por el gesto Ravel. Espero poder probar uno de tus pasteles pronto.
-N-no es nada. ¡Y siéntete afortunado cuando te de a probar uno de mis pasteles, más vale que aprecies el gesto Sekiryuutei! ¡Hmp! – Exclamó con el rostro rojo mientras se cruzaba de brazos.
-(Sip. Es toda una Tsundere.) – Issei asintió para sí mismo internamente. – ¿Y podrías dejar de llamarme Sekiryuutei? Mi nombre es Issei.
-Ejem… Entonces supongo que con Issei-sama será suficiente. – Dijo antes de recoger las cosas de la mesa, todo mientras Issei solo negaba con la cabeza. – Entonces me retiro por el momento. Nos vemos después Issei-sama.
El mencionado solo asintió con la cabeza mientras veía a la rubia desaparecer detrás de la puerta. Ravel se quedó quieta en ese lugar por unos segundos antes de poner una expresión de vergüenza.
-Calmate Ravel Phenex… Solo está siendo amable, nada mas… Sabes que no tiene filtros con lo que dice. – Trataba de calmar su corazón que sentía que en cualquier momento se le iba a salir. – Pero aun asi… No quita que sabe escuchar a los demás, sin contar que tiene una linda sonrisa…
Dio un suspiro de rendición al caer en cuenta de sus palabras… Cielos, al parecer si el sigue tratandola de esta manera ella será parte del circo que es la vida romántica del Sekiryuutei… Aunque la idea no le parece tan mala.
Sin más que hacer procedió a retirarse del lugar en busca de los demás para decirles que el castaño ya estaba de mejor humor, pero cabe destacar que la sonrisa en su rostro continuó con ella todo el camino.
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Un unas horas después Issei se encontraba caminando no muy lejos de la guarida de Spider, quería respirar algo de aire fresco… Aunque en esta parte del reino el aire "fresco" parece bastante escaso.
-En verdad este reino está corrupto, pero claro para saberlo uno tendría que ir a la parte más baja… Pero quién se molestaría en hacerlo, ¿No? – Se dijo a sí mismo mientras seguía su camino. En eso la figura de cierta Valquiria cerca de unas tiendas en ruinas llamó su atención. Podía notar que estaba deprimida por la postura de su cuerpo.
Dio un suspiro al verla de esa forma, pero no la puede culpar. Según lo que les contó es normal que se sienta culpable de la situación en la que están, él lo haría si estuviera en su lugar.
-( Bueno, ¿Qué esperas? Es claro que intentaras subirle el ánimo.) – Río ante las palabras de su compañero, se nota que lo conoce bien. – ( Claro que lo hago, no por nada te he aguantado por casi un año.)
Dio un pequeño bufido divertido y comenzó a caminar con dirección a la Valquiria quien parecía no prestar atención a su entorno, por lo que decidió hacerle una pequeña broma. Se acercó sigilosamente y acercó su rostro a su oído y…
-¡Booo!
-¡¡¡KYA!!! – Rossweisse dio un pequeño brinco junto a un grito por la sorpresa y se giró, viendo así al Sekiryuutei que parecía aguantarse las ganas de rodar por el suelo. – ¡Casi me matas de un susto Sekiryuutei!
-Perdón, no pude resistirme. – Se rasco la nuca mientras tenía una sonrisa nerviosa en su rostro y la Valkiria lo veía con molestia. – ¿Podemos hablar?
Rossweisse se mostró algo incómoda por la pregunta y la mirada del Sekiryuutei sobre ella, pero si lo que los demás le han dicho él es bueno escuchando y quizás pueda sacarse lo que la molesta. Termino asintiendo con la cabeza cosa que le saco una sonrisa al castaño.
-Bien vamos, creo que el parque podría ser un lugar tranquilo para charlar. – En eso hizo un movimiento con la cabeza para que lo siguiera.
Luego de unos momentos llegaron a un parque que como se puede esperar de esta parte de la ciudad no estaba en las mejores condiciones ya que había basura en varias partes. Podían ver unas cuantas bancas, un tobogán todo oxidado y una fuente seca.
-Este lugar se ve terrible…
-Bienvenida a la parte baja de Mistral, el reino más corrupto de todo Remnant. – La peliblanca río un poco por la broma del castaño.
-Y bueno… ¿De qué querías hablar Sekiryuutei?
-Para empezar, mi nombre es Issei… A estas alturas me siento como un disco rayado. – Negó con la cabeza restándole importancia. – Solo quería saber si estabas bien. Ya sabes, por todo eso que nos contaste.
-Ya veo… – Ella puso una sonrisa amarga, pero en sus ojos se podía ver gratitud al ver que se preocupaba por ella. – Pues honestamente… No estoy bien, al menos no del todo.
-Entiendo. – Dijo con una mirada suave. – Bueno ya estamos aquí, puedes soltar todo lo que tengas y si quieres solo escucharé en silencio. – Dijo mientras se sentaba en una banca, invitando a la peliblanca a sentarse también.
Ella asintió y se sentó a su lado. Pasaron unos segundos en un silencio algo incómodo antes de que Rossweisse empezara a hablar.
-Las cosas siempre me fueron difíciles. Mis padres eran guerreros al servicio de los dioses y por eso rara vez los veía en casa, por ello fui criada por mi abuela Göndul. Mi familia se especializaba en tres tipos de magias siendo estas Runa, Gandol y Seiz y yo al pertenecer a la rama central de la familia tenía que heredar el escudo familiar. Pero tras tantas ceremonias no pude y fue mi prima quien lo acabó recibiendo.
-Supongo que eso no fue bien visto por el resto de tu familia.
-Oh nada de eso. Nadie me reprochó o me discrimino por ello, hasta se mostraron comprensivos… Pero aun así no podía evitar sentirme algo mal…
Pudo ver como aún había cierto deje de frustración en sus palabras. Puede entender que para ella fue un duro golpe el no poder seguir con el legado de su familia.
-Por esa razón decidí enfocarme en mis estudios de lleno al punto en que cada que alguien me invitaba a un lado los rechazaba… Era un ratón de biblioteca. – Soltó una pequeña risa amarga mientras miraba el cielo. – Llegó el punto que simplemente nadie intentó relacionarse conmigo al saber que los rechazaría… En especial los hombres y que yo viera mal a los que no parecieran tomarse sus estudios en serio no ayudaba a mi imagen.
Soltó un suspiro mientras el castaño escuchaba en silencio. Después de unos segundos retomo la palabra.
-Después de graduarme comencé mi labor como Valquiria y bueno… – Para confusión del castaño, la Valkiria parecía apenada y avergonzada.
-¿Qué pasó?
-Me imagino que sabes que, como Valkiria, uno de mis deberes es guiar las almas de los guerreros caídos en batalla al Valhalla. ¿No? – Ella preguntó sin quitar su semblante avergonzado. El solo se limitó a asentir con la cabeza. – Fue un fracaso total… No era buena en ello por mi falta de experiencia con los hombres… Era la peor en esa labor. – Ella solo derramó unas lágrimas en cascada por la vergüenza. – ¡No es mi culpa nunca haber tenido novio! ¡Buaaaaaaaaah!
-¡P-por favor no llores! – Issei la vio con una mirada complicada por la escenita. Sacó un pequeño paquete de pañuelos de uno de sus bolsillos y le ofreció uno.
-*Snif* Gracias… – Ella tomó el pañuelo y se sonó fuerte la nariz, sacándole una gota de sudor al castaño. – Cómo decía… Era terrible en ello y por eso me traspasaron a ser la guardaespaldas de Odin-sama.
-Pues ponerte en ese cargo debió ser algo bueno, digo era el dios jefe de Asgard. ¿No? – Dijo con una pequeña sonrisa tratando de animarla, pero ver cómo afilaba la mirada y parecía temblar como si estuviera por explotar…
-¡¡Para nada!! – La peliblanca encaró al castaño quien casi se va de espaldas. – ¡Me trataba como si fuera una sirvienta ese maldito viejo verde! ¡¡Nadie lo aguantaba y a pesar de que yo tenía que hacerlo me pagaban una mierda!! ¡¡¡Y LO PEOR FUE EL APODO QUE TUVE QUE ACARREAR DESDE MI ÉPOCA DE ESTUDIANTE, LA VALKIRIA QUE JAMÁS A TENIDO UN NOVIO!!! – Rossweisse terminó su metralla verbal teniendo su cara toda enojada a escasos milímetros de la asustada cara de Issei.
-...Entiendo…
-Pero aun así… – Se alejó del rostro de Issei y parecía calmarse un poco. – Ahora extraño esos días… Puede que no haya sido una vida de ensueño, pero aun así no era mala… Pero el mudo comenzó caerse en pedazos hasta que finalmente Loky apareció con Fenrir y… – Vio como Rossweisse comenzaba a llorar y no era capaz de terminar sus palabras. – Lo peor de todo es que no pude estar con mi familia… Con mi abuelita hasta el final…
Lo siguiente que Rossweisse sintió fue que alguien la abrazaba. Ese alguien era Issei quien no podía soportar ver a la mujer en ese estado, además que la podía llegar a entender ya que su caso era similar.
-No te contengas, déjalo salir. – Sintió como ella se tensaba. – Se como se siente el no poder estar con los que amas… Así que adelante, no te juzgaré ni nada. – Fueron sus palabras mientras acariciaba su espalda en un intento de consolarla ella no pudo más y…
-¡¡¡MAMÁ, PAPÁ, ABUELITA, PERDONENME POR TODOOOOO!!! – Dejó salir el dolor en su corazón mientras se aferraba al castaño como si su vida dependiera de ello. – ¡¡Debí de estar con ustedes, pero yo…!!
Los siguientes minutos estuvieron los dos solos en ese parqué, con Rossweisse llorando e Issei consolándola ya que él podía entenderla mejor que nadie. Luego de un rato donde ya parecía más tranquila se mantuvieron en un silencio que esta vez no era incómodo, si no uno que los hacía sentir agusto.
-Yo… – Fue Rossweisse la que rompió el silencio y el castaño vio como parecía algo apenada por el momento emocional que tuvo hace poco. – Gracias por… Bueno, escucharme. Realmente necesitaba que alguien lo hiciera, me siento mejor.
-Me alegra oír eso. – Dijo mientras acariciaba la cabeza de la peliblanca, cosa que pareció gustarle ya que cerró los ojos y puso una expresión relajada. – Rossweisse.
-¿Hm? – Ella lo miró sin abandonar su posición, notando que el chico tenía una mirada seria.
-No se como acabará todo esto, pero te juro que le haré pagar a Loky todo el mal que hizo en nuestro antiguo mundo y todo el dolor que te causó. – Dijo eso con tal determinación que más bien parecía un hecho.
Esto provocó que la peliblanca lo viera con los ojos muy abiertos mientras tenía un ligero sonrojo en sus mejillas.
-...Gracias… Y perdón por mojar tu camiseta. – Respondió mientras desviaba la mirada y mantenía el sonrojó en su rostro.
-Nah, está bien. Ver como pasaste de estar toda deprimida a tener una hermosa sonrisa vale la pena.
-¿¡He-hermosa!? – Gritó mientras su sonrojo aumentaba en intensidad a lo que el castaño levantó una ceja.
-Eso dije sí. Habría que ser ciego como para no ver lo hermosa que eres. – Dijo mientras se rascaba la parte trasera de la cabeza.
-Bu-bueno es la primera vez que un hombre me dice que soy hermosa… – Estaba jugando con sus dedos en un intento de controlar sus nervios, junto que se rehusaba a ver a los ojos al castaño.
-¿Si? Entonces supongo que me gane el derecho de presumir de ello. – Dijo con una sonrisa orgullosa. – Bueno ya estuvimos mucho tiempo fuera y aún tenemos que ver cómo encargarnos de ese dios de quinta. – Dijo mientras se estiraba un poco, acción que imitó la peliblanca.
-Es verdad… Tenemos un reino que salvar, ¿No? – Le contestó con una sonrisa, mostrando que estaba de mejor humor.
El castaño sonrió al ver eso y comenzó a caminar. Pero se detuvo y giró su cabeza para verla.
-Y Rossweisse, se que al final encontrarás a alguien que sepa reconocer lo hermosa y fuerte que eres. Después de todo, fácilmente pudiste escapar y olvidarte de todo, pero aquí estás ayudando a personas que apenas conoces… Pienso que eres increíble.
Esas últimas palabras, sumado a la sonrisa sincera que le dio, fueron el detonante final para que la cabeza de la pobre Valquiria estallara en una nube de vapor mientras que su rostro se iluminaba en un tono carmesí. Mientras el castaño se alejaba lentamente ella llevó su mano a su pecho, notando que su corazón parecía a punto de explotar.
-Realmente no sabes medir tus palabras… – Dijo antes de comenzar a caminar para alcanzar al castaño quien al verla a su lado le dedicó una sonrisa que ella devolvió como pudo. Y con eso los dos caminaron en silenció hasta el lugar que usaban de refugio. No necesitaban decir palabra alguna, pues este silencio se sentía cómodo.
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Poco después de separarse de la peliblanca, Issei fue a parar a la guarida de Spider. Tenía que hablar algunas cosas con Lil. Al entrar al local vio que ella no se encontraba al fondo de la sala como siempre, de hecho apenas había gente en el lugar. En eso alguien lo llamó.
-¡Hey Sekiryuutei, aquí! – Vernal, quien se encontraba tomando algo en la barra, lo llamó mientras movía la mano. Cuando él se acercó fue atrapado por el cuello con un brazo. – Es raro verte solo, ¿Dónde te dejaste tu harem?
-Las chicas están en el refugio que usamos actualmente. Están preparando todo para cuando tengamos que llevar a cabo el plan.
-Ya veo… Bien, mejor para mi. Llevo tiempo queriendo hablar contigo directamente.
-¿Y por qué no lo hiciste antes? – Issei la vio con una ceja alzada, a lo que ella solo suspiro.
-Digamos que parecen desprender un aura asesina hacia toda chica que se te acerca… (Lo cual obviamente impide que pueda cumplir mi objetivo de acostarme contigo.) – Pensó eso último mientras bebía de su vaso. Eso le dio una idea. – Oye, ¿Qué tal si bebemos mientras hablamos? – Preguntó mientras le ofrecía una jarra de cerveza.
-No veo por qué no. – Contestó mientras tomaba la jarra. – Y siento el comportamiento de las chicas. Desde que algunas de las hermanas Arc tratan de hablar conmigo están un poco…
-¿Muertas de los celos? – Dijo con una sonrisa burlona que le provocó una risa nerviosa al castaño.
-Supongo que se podría decir así. – Bebió un poco de su jarra. – Oye esto está bastante bueno.
-Bueno a pesar de estar atrapados por un loco Dios de otro mundo hay que celebrar que White Fang fue derrotado. – Dijo con una sonrisa. – Así que se decidió sacar la mejor cerveza y si que no está nada mal.
Así pasaron casi una hora, bebiendo y hablando de sus cosas. Issei debía admitir que la mujer era bastante agradable, claro si dejamos de lado ese lado burlón y algo sarcástico.
-Y entonces Raven le metió un puñetazo. ¡Hasta le sacó un diente jajaja! – Fue lo que dijo la bandida con alegría, notándose que ya estaba algo ebria. – Ahora se ve aún más patético que antes.
-Si que te cae mal ese Say D. Man… Dime por favor que él se puso ese nombre.
-Es un idiota, hablador, debilucho, cobarde… Y segun oi por ahi la tiene pequeña. – Dijo lo último mientras movía su meñique y tenía una sonrisa burlona.
-¡Pfff jajajajaja! – Issei dio algunos golpes en la mesa mientras reía sin reparo. – Ok, con esto lo tengo claro, los de la tribu Branwen son unos idiotas. ¿Cómo hicieron tu y Raven para salir tan…? Bueno, normales.
-Con Raven tiene que ver cuando fueron a Beacon para ser más fuertes. La vida allí les influenció. En cuanto a mi… Quizás tenga que ver con que no soy originaria de la tribu. – Dijo eso mientras terminaba su quinta jarra de cerveza. Esta declaración llamó la atención del castaño.
-¿Cómo qué no eres originaria de la tribu? – Él la vio con una ceja alzada y Vernal suspiro.
-Yo me crié en un hogar pobre de Mistral. – Ella contestó mientras volvía a llenar su jarra. – Mis padres me obligaban a robar comida o alcohol. Cuando me atrapaban me golpeaban y cuando volvía a casa sin nada o con poca cosa mi padre me golpeaba. Se podría decir que me crié a base de golpes jeje.
Ella dijo con una sonrisa triste, cosa que no le gustó nada al castaño. Ya se imaginó que la vida en las partes bajas de Mistral no era la mejor, pero escuchar esto le hizo apretar los puños.
-Las cosas siguieron así hasta que cumplí los 15 años. Ahí fue cuando ya no pude aguantar más.
-¿Por qué? ¿Qué fue lo que pasó?
-Que mi madre quería obligarme a prostituirme.
Tras esas palabras Issei pudo jurar que la temperatura del lugar había bajado de golpe. Tenía su mirada fija en la chica a su lado que parecía ver su reflejo en la cerveza.
-¿Qué tu madre hizo que…?
-Si… Ella me dijo que incluso un adefesio como yo podría ganar algo de dinero si le ofrecía mi cuerpo a unos cuantos tipos ricos con… Gustos para nada morales. – Ella bebió todo el contenido de su jarra de golpe. – Pero yo no estaba dispuesta a aceptar eso… El día que supuestamente iba a tener mi primer cliente logré escapar.
-Ya veo… Es un alivio. – Él respondió antes de terminar su novena jarra. – ¿Y qué pasó después?
-Pues obviamente no podía quedarme en Mistral, por lo que decidí irme a las afueras. Viví a base de robar y estafar por un año, pero todo eso cambió cuando me encontré con Raven. – Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar ese día. – La conocí cuando ella recién había ascendido a líder de la tribu.
Issei vio como la bandida sonrió de forma genuina por el recuerdo. Eso refuerza su creencia que Raven es más suave de lo aparenta.
-Si bien al inicio tenía una actitud de mierda ella procuró que nadie me hiciera nada… Aunque si que me daba unas buenas palizas cuando me entrenaba… Aún me duele el trasero de las veces que me lo pateó. – Gimió de forma lastimera mientras acariciaba su parte trasera por reflejó.
-Si… Tiene ese aire de "mujer militar" si tú me entiendes. – Issei habló con gracia, sacándole una risa por lo bajo a la bandida. – Pero dejando eso de lado se nota que os tenéis un gran aprecio la una por la otra.
-Jajaja pues si. De entre las pocas mujeres que había en la tribu, ella era la única que no era una perra. Pero entre tú y yo… 'Creo que la pobre va necesitando algo de sexo. Se le nota demasiado tensa y gruñona.' – Vernal le susurro eso al castaño, haciendo que este volviera a reír.
-Jajaja. ¿Sabés? Es divertido hablar contigo. – El castaño dijo mientras se limpiaba una lágrima del ojo. Y ella solo sonrió satisfecha por sus palabras.
-Alfin alguien entiende mi sentido del humor. Raven termina perdiendo la cabeza… Más que nada porque ella es mi víctima favorita. – Ella dijo eso con una sonrisa burlona. En eso noto que Issei se había terminado su undécima jarra de cerveza. – Viejo, si que tienes resistencia al alcohol.
-¿Qué puedo decir? Tengo una alta resistencia. – Rio un poco al ver la cara plana que tenía Vernal para luego sonreír de forma coqueta. – ¿Vernal?
-Tengo que admitir que eres un chico realmente agradable… – La bandida habló con un tono de voz bajo pero sensual mientras acariciaba el pecho del castaño sobre la camiseta. – Además fuerte, algo guapo, amable y sabes escuchar.
-Ammm… Gracias. – Issei trató de alejarse, pero ella se acercó más.
-'Dime… ¿Quieres qué vayamos a mi habitación? Estoy segura de que nos lo podemos pasar muuuy bien.' – Dijo con una voz más sensual para luego morder su oreja, cosa que le mando un escalofrío por su espalda junto que una de sus manos habían logrado colarse en sus pantalones. – Vaya, ahora entiendo porque hay tantas chicas tan interesadas en ti. – Tenía una sonrisa lasciva mientras comenzaba a acariciar a su… Mini-Issei. – Entonces… ¿Qué me dices? ¿Nos conocemos de manera más íntima?
Para su sorpresa el castaño logró separarse de ella a la vez que la tomaba de las manos y la veía de forma seria.
-Lo siento Vernal, pero yo no soy de los que quieren algo de una noche. – Dijo mientras la soltaba. – Puedo estar con muchas chicas, pero busco tener algo serio con todas ellas. Así que apreciaría que no volvieras a hacer eso a menos que TÚ también busques lo mismo.
-Yo… – La bandida sintió como toda la ebriedad se le fue de golpe. – Lo siento… No pretendía ofenderte… – Dijo mientras bajaba la mirada. Esta era la primera vez que se sentía así de mal.
-Esta bien Vernal… – La mencionada sintió como un par de manos la tomaban de las mejillas y la hacían ver de nuevo al castaño, el cual había suavizado la mirada. – Realmente siento lo que te ha tocado vivir, pero ver que a pesar de todo estás aquí en pie sin que tu pasado te detenga habla muy bien de la clase de mujer que eres. Además por lo que me contaste fuiste un gran apoyo para Raven y eso se aprecia. Se nota lo mucho que le importas. – La bandida no pudo evitar sonrojarse al sentir como acariciaba sus mejillas. – Así que te sugiero que te valores más, en especial porque ahora eres una de las heroínas que salvaron Mistral de un grupo terrorista y de los secuaces de una bruja demente. Ese es un currículum más que impresionante. – Soltó una risa divertida mientras seguía acariciando a la bandida.
-S-supongo que sí… (¿¡Por qué de repente me puse tan nerviosa!?) – Ella se cuestionó a sí misma mientras cerraba sus ojos y disfrutaba del contacto con el castaño.
-¿Oh? ¿Y está escena? – La voz de la jefa de Spider llamó la atención de ambos, lo que ocasionó que el castaño apartará las manos de Vernal quien se mostró disgustada por ello. – Lo siento, no pretendía interrumpir vuestro coqueteo.
-¡N-no estábamos coqueteando!
-¿Oooh? – Lil vio al castaño con una sonrisa burlona. No terminaba de creerse eso.
-En fin, llegas en un buen momento. Te estaba buscando. – Issei vio como la mujer lo veía con una ceja alzada. – Quiero hablar con Sienna. ¿Dónde la tenéis encerrada?
La mujer pareció sorprenderse por sus palabras, pero al final solo asintió con la cabeza antes de decirle con la mano que la siguiera. Issei se levantó rápidamente, pero antes de alejarse mucho se volteo a ver una última vez a Vernal.
-Por cierto Vernal, sobre eso que dijo tu madre… No sé cómo eras antes, pero ahora mismo me pareces muy linda. Las mujeres rudas también tenéis vuestro encantó. – Dijo antes de volverse e ir con la líder de Spider.
Vernal por su parte se quedó estática en su asiento, tratando de procesar las palabras que le dijo el castaño. Cuando finalmente lo hizo, por primera vez en su vida sintió una gran vergüenza que era reflejada en su enrojecido rostro.
-...Realmente tiene un don con las palabras… – Se golpeó sus mejillas para intentar regresar a sus cinco sentidos para luego suspirar. – Mierda… Y yo que solo quería una simple noche de sexo… Pero nadie dice que si juego bien mis cartas pueda tener eso y mucho más. – Declaró con una sonrisa alegre no muy común en ella. – Espero que estes listo Issei, ya que tienes toda mi atención.
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Un rato después Issei se encontraba siguiendo a Lil por las calles de Mistral. Miró al cielo y se sorprendió de que ya estaba atardeciendo. Hoy el día había pasado especialmente rápido.
-Es aquí. – La voz de la mujer le devolvió a la realidad. La miró y pudo ver cómo señalaba una casa medio en ruinas.
-¿Aquí es donde tenéis a todos los miembros de White Fang encerrados?
-Claro que no idiota, sólo a Sienna. – Ella lo vio con dureza, haciendo que el castaño se encogiera un poco en su sitio. – Ella es especialmente peligrosa. No podemos darnos el lujo de tenerla cerca de sus lacayos.
-Comprensible… – Issei se acarició la cicatriz que Sienna le hizo en su cara por inercia.
En eso la mujer tocó la puerta. Tras unos segundos una mujer joven que parecía pertenecer a Spider abrió la puerta y al ver a la rubia corpulenta la saludo con respeto.
-¿Que la trae por aquí Lil' Miss Malachite?
-El Sekiryuutei quiere hablar con la líder terrorista. – Contestó mientras señalaba al susodicho. – Guíalo hasta ella. Yo aún tengo que preparar unas cosas del plan de esos mocosos.
-Como usted ordene. – Fue la respuesta de la mujer mientras veía a su líder marcharse. – Adelante guapo~. – Dijo mirando al castaño y haciendo un gesto como diciendo que pasara primero.
Issei tuvo una gota de sudor en la cabeza ante eso. Antes todos no paraban de recalcar que era alguien promedio y ahora muchas mujeres se lo comen con la mirada… En fin, solo hizo caso y entró a la casa donde fue guiado por la mujer de Spider hasta una habitación del primer piso. Al entrar en dicha habitación pudo ver a la Faunus tigre maniatada y a un par de mujeres más, cada una a un lado de la habitación y con un arma en la mandó.
-Oh, bienvenido Sekiryuutei. No esperaba tu visita. Si lo hubiera sabido me hubiera puesto algo más decente pero… – Sienna señaló sus piernas con la mirada, justo donde tenía las cuerdas que las ataban. – Pero dime, ¿Que puedo hacer por ti? – Preguntó mientras tenía una sonrisa de lado, cosa que le pareció raro al Sekiryuutei.
-Bueno primero que nada me parece raro que parezcas tan dispuesta a hablar conmigo. – Dijo mientras se rascaba la nuca y parecía algo apenado. – Digo, técnicamente lidere el ataque contra tus hombres sin contar claro que bueno… Te deje inconsciente.
-Lo se muy bien y creeme, aun me duele algo la cabeza por esa pelea. Pegas peor que un tren en movimiento. – Bufo mostrandose divertida por la cara de pena del castaño. – Pero te reconozco como guerrero y por eso te tengo respeto… Sin contar que soy consciente de que mis hombres no son todos… Honorables por decirlo de una forma.
-No hace falta que lo jures. – Una de las mujeres dentro de la sala la vio con rabia. – Muchas de las mujeres que tenían de rehenes tuvieron que pasar por un aborto por culpa de tus hombres.
-No negaré que eso fue asqueroso, hasta para ellos… Pero no tratéis de haceros los santos. A más de una faunus de entre mis tropas las rescaté yo misma de burdeles donde les habían arrancado los úteros. – Sus pupilas se afilaron mientras parecía gruñir. – A todas ellas se les fue arrebatada la oportunidad de ser madres para luego usarlas como simples trozos de carne. ¿Porque me debería de preocupar por unas humanas? Lo único que sí desprecio es que lastimaran a los niños. Ahí yo misma ejecutaba a los malditos.
Ninguna de las mujeres presentes supo qué contestar, pues lo que ella dijo en parte era verdad. Por su parte el Sekiryuutei permaneció en silencio pensando en sus siguientes palabras para luego enfocar su mirada en las guardias que estaban con ellos.
-...¿Nos pueden dejar a solas un momento? – Issei preguntó con gran seriedad, sacándole un escalofrío a las mujeres que rápidamente salieron de la habitación. – Tomaré eso como un si…
-¿Y qué es lo que quieres de mi Sekiryuutei? – Ella preguntó desde su posición, viendo cómo el castaño se acercaba a ella. Pará su sorpresa vio como él la desató antes de sentarse en el suelo frente a ella.
-Vine por dos razones. – Levantó dos de sus dedos mientras miraba fijamente a la faunus. – Uno: Ver como estabas. ¿Te han estado tratando bien? Claro, sin contar las ataduras. – Sienna se mostró visiblemente sorprendida una vez más.
-Bueno no me han dejado morir de hambre o de sed si eso es lo que te preocupa, así que puedo decir que si estoy bien excepto por el ligero dolor de cabeza que ya te comente. pero meh, he tenido peores heridas. – Se encogió de hombros sin darle mucha importancia, cosa que hizo sonreír al Sekiryuutei. – Y dime, ¿Cual es la segunda razón por la que quieres verme? ¿Acaso quieres que te entregue mi cuerpo como botín de guerra? – Dijo de forma coqueta que hizo sonrojar al castaño y esta soltó una carcajada al ver su reacción. – Jajaja. Te ves tan tierno de esa manera jajaja. Para ser alguien rodeado de mujeres parece que no estás acostumbrado a los coqueteos.
-Estoy acostumbrado a los coqueteos con mis novias. Pero cuando otra mujer bella lo hace no se que hacer… – El castaño desvió la mirada mientras sonaba algo molesto por las burlas de la mujer.
-Je, veo que sigues sin miedo a decirme algún cumplido. – Sienna sonrió por las palabras del castaño. – Recibir los cumplidos de un joven como tú me alegra. Me indica que aún sigo manteniendo mi belleza.
-Bueno uno tendría que ser ciego para no notar que eres una mujer muy hermosa. – Asintió para sí mismo mientras miraba a la mujer. – Desde el tono de tu piel hasta tus ojos te dan una apariencia muy exótica junto esa mirada que tienes, muestra que eres una mujer fuerte que puede cuidarse por sí misma. ¿Cómo no pensaría que eres hermosa?
La habitación se quedó en silencio por unos segundos dónde Sienna veía con los ojos muy abiertos a Issei. Además que apesar de su tono de piel se podía apreciar un leve sonrojo en sus mejillas.
-...Estoy a nada de abalanzarme sobre ti y hacerte mío... – Ella dijo con seriedad mientras su mirada pasaba a ser la de un depredador a punto de lanzarse a su presa.
-...Mejor me callo con eso entonces. – Él dijo con nervios, sintiendo como algo dentro de él tomaba sus palabras como un reto… Y quería aceptarlo.
-( Te sugiero que vuelvas con el hilo de la charla compañero.) – ¿Por qué lo dices Ddraig? – ( Simple, esas dos estan a nada de salir de la Boosted Gear y convertir a esa mujer en un tapete y a ti en soprano por no saber callarte.) – Trago saliva al imaginarse la cara de furia que deben de tener ambas IAs, sin olvidar claro que es muy probable que les cuente a las demás… Si, es mejor continuar con la charla. Se aclaró la garganta llamando la atención de la mujer que parecía ya lista iniciar la "lucha".
-Bueno y la segunda razón por la que vine aquí es para que nos digas dónde están las demás bases de White Fang y sobre todo… – Sienna se estremeció al ver cómo la mirada del castaño se tornaba en una de seriedad total y para ser honesta sentía un ligero hormigueo en su entrepierna. – ¿Dónde está Adam Taurus?
Nuevamente hubo silencio entre los dos quienes no apartaban la mirada del uno al otro. Solo para que fuese la faunus la que rompió el silenció al dar un suspiro de resignación.
-Imagine que me preguntarías sobre eso. – Dijo con una sonrisa amarga al saber que a pesar de que intente mantener el silencio a la larga no servirá de nada.
-Así es, se que las intenciones detrás de White Fang eran nobles en sus inicios. Pero no entendieron que el cambio no pasa de la noche a la mañana. – Le hablo con una voz solemne sin quitar la seriedad en su rostro. Sienna sólo podía mantener su mirada sobre él. – Tanto Ghira como tú fueron extremistas en sus posturas. Él con su inactividad donde si bien lo admiro como líder no puedo negar que pudo hacer más. En cuanto a ti querías usar el miedo para ganar respeto y eso llevó a que aceptaras a cualquier imbécil que odiara a los humanos. Puede que el miedo sirva por un tiempo, pero eventualmente la gente se alzara y eso solo hará que el círculo vicioso de odio se repita una y otra vez.
Sienna bajo la mirada. Sabía que tenía razón, a la larga ellos no serían recordados como héroes o libertadores si no como simples monstruos que buscaban generar miedo en todos… Al parecer ella misma solo dio razones para que sigan tratando a los faunos como simples bestias que tienen que ser controladas.
Seguía atrapada en sus pensamientos cuando sintió como una de sus manos era tomada por la del Sekiryuutei. Levantó la cabeza topándose con una sonrisa comprensiva y una mirada suave.
-Sé que hiciste lo que creías era la única opción que podría ayudar a tu gente y que tenias la mejor intención del mundo. – Ella por alguna razón sentía sus ojos humedecerse, a lo que él afianzó su agarre en su mano. – Pero mucha gente ha salido lastimada… Es tiempo que White Fang deje de existir.
-Lo se pero… ¿Quién ayudará a los faunos que sufren día a día? Simplemente yo no… – Se mordió un labio mientras sentía que sus lágrimas salían. Sintiéndose patética por llorar como si fuese una niña.
-Yo lo haré. – La Faunus tigre abrió los ojos con genuina sorpresa. – Yo lucharé por los derechos de los faunus y por la igualdad que se merecen. Juro que lo haré, aunque sea lo último que haga. – La forma en la que lo dijo, sin un deje de duda o vacilación en su voz y en su mirada hizo que ella confiara en sus palabras… Que él sería capaz de hacer eso y más. – Aunque claro, eso no signifique que deje de lado a los humanos tampoco. Después de todo, todos vivimos en el mismo mundo y tenemos el mismo derecho de vivir en él.
Le dijo con una sonrisa sincera, todo sin soltar su mano. Sienna Khan, la gran líder de White Fang, conocida por su odio a los humanos y por su fiereza, no supo en qué momento se había lanzado a abrazar al Sekiryuutei quien aun si estaba sorprendido no dudo en regresar el gesto mientras acariciaba la espalda de la mujer en un intento de tranquilizarla.
Luego de unos minutos la mujer se separó del castaño mientras terminaba de secar sus lágrimas y curiosamente evitaba hacer contacto visual con él.
-Yo… Te diré todo lo que sé. Puede que haya sido la líder, pero eso no significa que lo supiera todo… Solo prometeme que realmente harás que las cosas cambien para todos los faunos. – La voz de la mujer sonó casi suplicante y con miedo de que al final todo seguiría igual. Pero sintió como él la tomaba de sus mejillas y la hacía verlo a los ojos.
-Te lo juro Sienna. – Él la vio con una determinación ardiente en sus ojos. – Cómo también te juro que haré todo lo posible para que un día puedas ver dichos resultados por ti misma.
-Hablas como si tuviera derecho a verlo… – Dijo con resignación pero con una pequeña sonrisa. – Con saber que al final todo lo que hice no ha sido en vano me es suficiente. – En eso sintió como el castaño acarició sus mejillas con sus pulgares y eso la relajó un poco.
-Claro que tienes el derecho de verlo y de mi cuenta corre que lo hagas. Me asegurare que tu condena no sea tan severa.
-Yo… Gracias… Enserio gracias. – Dio un suspiro para luego sonreír y colocar una mano sobre la del castaño. – Te lo diré todo con detalle, pero hay algo que tienes que saber… – La mirada de la mujer se torno seria cosa que el imito. – No hay información sobre Adam desde hace dos meses, no tengo noticias de él ni de nadie de su división… Lo mandé a una parte alejada de Anima porque sospechaba que trataría de tomar mi lugar, por suerte se encontraba… Debilitado por su herida.
-Tch, otro motivo más para pensar que Ironwood era un incompetente. – Declaró con fastidió al recordar como el faunus se le escapó por la intervención del difunto general. – Ya que, eventualmente ese bastardo de Adam irá por mi y esta vez no tendrá la suerte de que alguien lo salve. – Dijo con seriedad,con sus ojos brillando en verde por un segundo, para luego tranquilizarse y ver con agradecimiento a Sienna. – Gracias por acceder a ayudarnos con esto. Sé lo difícil que debe de ser para ti, realmente lo aprecio. Por mi cuenta corre que te traten de la mejor manera posible.
Ella asintió a esas palabras. Después Issei se levantó y se dirigió hasta la puerta, abriendola y viendo que las guardias estaban esperando.
-Issei. – El mencionado se volteó algo confundido por el hecho de que la faunus lo llamase por su nombre. Pero su confusión aumentó cuando nada más girarse, Sienna lo besó. Cuando se separó, dejando un puente de saliva conectando ambas bocas, le sonrió con sinceridad. – Cuando salga de prisión… ¿Vendrás a buscarme? – Sin esperar respuesta ella se alejó unos pasos y cerró la puerta.
-¿Q-qué acaba de pasar? – Preguntó desconcertado mientras se tocaba los labios. Parece que su cerebro sufrió un shock y ni qué decir de las guardias que vieron lo ocurrido.
-( Que al parecer acabas de agregar a otra mujer mayor a tu harem… Y es otra chica gato, ya es la tercera. ¿Algo que decir compañero?) – Ddraig también estaba algo sorprendido pero se recuperó rápido. Por su parte el castaño seguía sin salir de su sorpresa.
Cuando finalmente su cerebro volvió a funcionar se rasco la nuca con una expresión complicada en su rostro. Decidió pensar en eso después ya que ya se estaba haciendo tarde y no quería preocupar a los demás.
Con eso salió de casa y comenzó su camino a la base de Spider… A veces piensa que al mundo disfruta ponerlo en situación raras y complicadas con las mujeres.
-¿Hm? – En eso un olor particular captó su atención. – Esto es… – Miró en todas direcciones, pero no vio a nadie. – Qué extraño. Por un segundo creí haber olido a Kuroka.
-¿Y cómo huelo según tu nya? – La mencionada preguntó mientras aparecía de repente al lado del castaño, el cual dio un salto del susto.
-¿¡De dónde demonios sales!? – Gritó mientras se llevaba una mano al pecho tratando de que sus latinos regresen a la normalidad.
-Magia. – Ella bromeó, sacándole un pequeño gruñido al castaño.
-En fin, llegas en buen momento. – Issei pasó a verla con seriedad. – Tenemos que hablar.
Kuroka lo vio con una seriedad similar, ya que justamente también lo estuvo buscando para finalmente empezar la prueba que había elegido para él.
