Harry estaba sentado junto a Draco en su segunda clase de defensa contra las artes oscuras. La amante de las reglas se estaba volviendo molesta levantando la mano y gritando las respuestas a las preguntas. El molesto hermano de los gemelos la llamaba con numerosos nombres.

—¿Alguna vez se calla?

—No.

Draco y el resto de los Slytherin estaban de verdad molestos por los leones.

—Severus la va a amar en su clase.

Harry miró al rubio.

—Él la adorará.

Los Slytherin sonrieron. A los Gryffindor les resultará muy difícil sobrevivir a la clase de Severus. Harry estaba prestando atención a Quirrell. El hombre era un tonto tartamudo. Pero si lo hacían hablar sobre hechizos el tartamudeo desaparecía. Era extraño, Harry se preguntó si estaba relacionado con el perro del tercer piso. Iba a tener que vigilarlo junto a Dumbledore y al perrito.


~Amber, algo anda mal con Quirrell.~

~¿Quién?~

~El tonto tartamudo. Enseña defensa contra las artes oscuras.~

Harry estaba sentado en su cama. El pajarito, que aprendió que se llamaba Fawkes, y la señora Norris también estaban en la cama. Amber colgaba de uno de los postes de la cama. Le gustaba esconderse entre las cortinas. La señora Norris estaba a punto de dar a luz a sus gatitos y Argus dijo que dejaría que Harry tuviera el que quisiera de la camada.

~Lo observaré~

Amber se deslizó por el poste.

Fawkes trinó un poco.

~Cabeza de chorlito está de acuerdo conmigo.~

~Bien. Todavía tenemos que revisar la trampilla.~

Harry acarició a la señora Norris. Fawkes se estaba limpiando.

~No hay nada allí aún. Seguí al viejo tonto a una habitación vacía.~

Amber había estado explorando el castillo.

~Me pregunto qué planea poner allí.~

~Lo vigilaré.~

Amber se acurrucó.

~Encontré una habitación con el rey. El rey se ha sentido muy solo y me dio mucha información sobre el castillo.~

~Interesante. ¿Quién es el rey?~

~El rey es el rey de las serpientes. Es una poderosa serpiente con poderosa magia.~

Harry iba a tener que buscar qué quería decir Amber en el libro de animales que ordenó. Harry había escondido toda la comida que acumulaba. Todos los artículos que había liberado estaban en bolsas que había escondido. Y aún faltaban algunos de los que ya se estaba encargando.


—¿Qué quieres decir con que perdiste el Espejo de Oesed?

Minerva no podía creer que era casi finales de septiembre y el espejo había desaparecido.

Severus sabía quién tenía que haberlo tomado. Lo habían llamado a la reunión porque Dumbledore quería que averiguara qué sucedió. El niño robó el Espejo de Oesed. Estaba un poco perplejo por cómo lo hizo el niño.

—Lo puse en una de las antiguas aulas vacías con barreras alrededor. Las barreras todavía están en su lugar. Así que no estoy seguro de cómo desapareció.

Minerva suspiró.

—¿Estás seguro de que Potter no lo tomó?

Habían pasado la mañana buscando el espejo.

—Él ha robado antes.

—Potter estuvo en clases todo el día. Nadie informó que hubiera faltado a ninguna.

Severus lo había comprobado para asegurarse. El niño sin duda cubrió sus huellas. Si atrapaban a Harry, sería porque lo inculparon. Tendría que preguntarle al niño cómo lo hizo.

—Pudieron no haberse dado cuenta. Él me robó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de transformarme.

Minerva todavía estaba impresionada por el niño. El ensayo del niño sobre la transformación animal estaba bien estructurado y detallado. Y el tiempo en la bolsa no estuvo mal, ya que se quedó dormida en unos minutos. No se despertó hasta que la sacaron de la bolsa.

—Sí, pero tenía barreras. Nadie puede romper mis barreras sin mi conocimiento —se jactó Dumbledore.

Dumbledore se había asegurado de poner barreras. Quería que se encontrara el espejo después de darle la capa a Harry. Había planeado darle la capa al niño para Navidad.

Severus quería reír. Si Dumbledore pensaba que Harry no podría robar el espejo, en serio no conocía al niño.

—Como estuvo en clases, será más difícil demostrar que lo hizo.

Severus se preguntaba cuándo lo había hecho el niño. El espejo no era pequeño y habría necesitado tiempo para sacarlo del aula. Harry habría tenido que hacerlo antes del desayuno, pero después de las últimas rondas de la noche.

—No creo que lo hiciera. La magia tenía que ser muy avanzada. El aula estaba protegida, el espejo es muy grande y sé que los retratos me habrían alertado de alguien cargándolo por Hogwarts.

Minerva cerró los ojos.

—¿Así que ahora tenemos dos ladrones a los que vigilar? Además de Quirrell.

—También tenemos que prepararnos para cualquier cosa que pueda ocurrir ahora que Harry está en Hogwarts. Todavía hay quienes quieren hacerle pagar por lo que pasó hace diez años.

Dumbledore sabía que Voldemort no estaba muerto y que iba a regresar algún día. Había estado advirtiendo a Severus y Minerva sobre el regreso de Voldemort y sabía que ahora no era el momento de plantear la posibilidad de su regreso, de nuevo. Tenía demasiado en qué concentrarse sin agregar su preocupación a sus planes.

—No esa teoría otra vez, Albus. En serio, han pasado casi diez años.

Minerva resistió el impulso de poner los ojos en blanco. No creía que Voldemort regresaría.

—Minerva, ahora no. Necesitamos encontrar el espejo.

—Albus, he realizado los mismos escaneos que tú. No había ningún rastro. Como dijiste, las barreras están intactas. No había magia desconocida y dijiste que los retratos no vieron nada.

Severus pensó que debería informarle a Dumbledore que Harry fue quien robó el espejo, pero como no estaba seguro de cómo, sabía que Dumbledore no le creería si le decía que Harry lo robó.


~Está ahí.~

Amber señaló la habitación que estaba enfrente de donde se escondían en el cuarto piso, cerca del salón de clases de defensa contra las artes oscuras.

~Escucho dos voces.~ se colgó de los hombros de Harry.

~¿Dos?~

Interesante. Harry se preguntaba a quién pertenecía la segunda voz.

~Sí, muy diferentes. Una le grita mucho a la otra.~

~¿Has intentado acercarte?~

Qué interesante. Eso facilitará el espionaje.

~No, tiene barreras, como la mayoría del personal aquí.~

~Así que tenemos que averiguar más sobre él.~

Tenía barreras que podía manejar. Hogwarts estaba demostrando ser interesante. El espejo estaba ahora a salvo en un aula sin usar en las mazmorras protegidas por sus barreras.


—Potter, necesitamos hablar.

Severus estaba de pie en la entrada de la sala común. Levantó la mano deteniendo a Harry de decir su respuesta habitual.

Harry sonrió, pero se levantó y siguió a Severus a su oficina. Una vez en la oficina de Severus, Harry sintió que subían las barreras.

—Ah, ese tipo de conversación.

—Sí. ¿Dónde está el espejo?

Severus se sentó en su silla de oficina. Había estado escuchando a Dumbledore quejarse de perder el espejo. Sabía que el hombre iba a cambiar sus planes ahora.

—No sé de qué hablas.

Harry mantuvo su rostro serio. Disfrutaba de sus conversaciones con Severus. Sobre todo cuando hacían pociones o cualquier otra lección que Severus hubiera preparado.

—¿Está seguro?

Severus se preguntó dónde podría haber puesto el espejo el niño. Habían registrado el castillo de arriba a abajo. Miró a Harry, el niño puso el espejo bajo barreras. Los duendes eran famosos por sus barreras.

—No sé de qué hablas.

—Bien, solo asegúrate de que esté seguro y mantenlo alejado de los estudiantes. Es un artefacto mágico peligroso. Dumbledore lo está buscando.

Severus sabía que no iba a recibir ninguna información de Harry. El niño era bueno para controlar sus emociones.

—Además, Dumbledore está al tanto de Fawkes.

—No sé de qué hablas.

Severus tuvo que admitir que el niño era bueno. Harry estuvo en verdad ocupado las últimas dos semanas.

—Próximo asunto. La comida en tu dormitorio.

—No sé de qué hablas.

—Harry, sé lo que es pasar hambre. Solo te voy a pedir que trates de evitar que la comida se eche a perder. Haré que los elfos pongan unas unidades de almacenamiento debajo de tu cama. Protegerá la comida. Además, hice arreglos para que los elfos pusieran un lugar para que durmieran Fawkes y la señora Norris. Hay una percha para Fawkes y una cama para gatos para la señora Norris. También agregaron más tela a la cama para que Amber durmiera.

—Argus dijo que podría tener uno de sus gatitos. ¿Todavía puedo tener uno?

Harry no estaba dispuesto a renunciar a sus mascotas.

—Sí, lo sé. Ya me aseguré de que estuviera bien. Oficialmente, será tu única mascota. Fawkes y la señora Norris técnicamente pertenecen a otra persona. Amber no ha sido descubierta, así que, si alguna vez lo es, diré que es para que la use en mi investigación de pociones.

A Severus le agradaba Harry. En las últimas semanas, aprendió que el niño no se parecía en nada a su padre. No, el niño era puro Slytherin. Sabía que, si Dumbledore intentaba deshacerse de sus mascotas, Harry se iría. El niño aún no se conectaba con ningún humano, Severus era el más cercano. Severus no era tan ingenuo como para creer que eso mantendría al niño aquí.

—Quiero agregar más lecciones los martes y jueves.

—¿Y las del sábado?

—Continuarán.

Severus quería que Harry, al menos, se sintiera conectado con Hogwarts. Sabía que Harry disfrutaba de sus lecciones. Al niño le gustaba aprender lo que lo sorprendió al principio. Le recordaba a Lily y su placer por aprender. Harry no tenía la actitud de su padre, lo que hizo una gran diferencia. Sí, el niño era astuto y un ladrón, pero inteligente.

—Trato hecho. ¿Los elfos me traerán comida para Amber, Fawkes y la señora Norris?

—Sí.

Severus aún tenía que informarle a Dumbledore que Fawkes había sido liberado, pero a Fawkes no parecía importarle. La señora Norris era un poco confusa, ya que, esa gata odiaba a todos menos a Argus hasta que llegó Harry.

—No te ayudarán a liberar cosas.

—Como si se los fuera a pedir.

Severus quería sonreír. El niño tenía una ética rara, pero tenía ética.