~¿A dónde fue hoy?~

Harry estaba sentado en su cama. Los gatitos de la señora Norris jugaban en la cama bajo la atenta mirada de su madre.

~Seguía yendo hacia el perrito, pero los estudiantes o el personal lo detenían. Estuvo en la sala de libros durante mucho tiempo. Me acerqué lo más que pude y la voz seguía ordenándole al idiota qué libros revisar.~

Amber movió la cola un par de veces para darles a los gatitos de cuatro semanas algo que perseguir.

~Él mencionó el banquete, pero no escuché nada más.~

~Eso es esta noche.~

Harry estaba a punto de hacer otra pregunta cuando sus compañeros de cuarto regresaron.

—Harry, ¿estás seguro de que no quieres ir al banquete de Halloween?

Draco comenzó a acariciar a Amber, que aún colgaba de las cortinas. Su cola se movía de un lado a otro y un gatito intentaba atacarla.

—Sí, lo estoy. La idea de todos riéndose, atragantándose de comida y mirándome, preguntándose si lloraré porque mis padres murieron hace diez años es suficiente para que pierda el interés en asistir.

Sin mencionar que usará ese tiempo para ver las habitaciones en las que Dumbledore tenía interés. Harry esperó hasta estar seguro de que todos estaban en el banquete y se fue a explorar. Harry caminaba con Amber sobre sus hombros. Vio a Quirrell con su varita conduciendo algo enorme a Hogwarts.

~Amber, ¿qué es eso?~

~¿Cómo voy a saberlo? No sé leer. Así que no es como si pudiera buscar criaturas extrañas que los directores idiotas permitan en Hogwarts.~

~Cierto. Dumbledore debería haber agregado barreras para evitar cosas como esta.~

Harry comenzó a seguir a Quirrell, escuchando una segunda voz que le daba instrucciones.

~Creo que viene de debajo del turbante.~

~No podemos dejarlo suelto en el castillo.~

~Concuerdo. Ve si puedes hacer que la gran cosa se asuste al verte. Cuando lo haga, romperá el control de Quirrell.~


—¿Qué pasó?

Severus había llegado al mismo tiempo que Minerva, Filius y Dumbledore. Por fin les habían permitido salir. La alarma de las Artes Oscuras había sonado y había asegurado a todos en el Gran Comedor.

—Parece que el profesor Quirrell condujo un troll a Hogwarts, perdió el control y el troll lo aplastó tan pronto como él lo mató.

Kingsley levantó la varita de Quirrell.

—El último hechizo es la maldición asesina antes de Imperio —le dio la varita como prueba a uno de los aurores—. No estábamos seguros de a quién pertenecía el cuerpo hasta que hicimos un análisis de sangre. Su cabeza estaba en las vigas.

—Oh, cielos. Un troll. Trajo un troll a Hogwarts.

Minerva no podía creerlo.

—¿Había alguna señal de alguien más?

Dumbledore pensó que Voldemort poseía a Quirrell. Voldemort no perdería el control sobre un troll. Su magia era lo suficientemente fuerte como para controlar a un troll con facilidad.

—No. Necesito terminar el informe. El equipo de limpieza acaba de llegar, pero terminarán pronto.

Kingsley asintió antes de ir a hablar con otro auror.


Harry estaba sentado en su cama cuando Severus entró.

—Potter, me pregunto si tal vez no conozcas la ubicación de las posesiones del profesor Quirrell.

—No sé de qué hablas.

Harry levantó uno de los cuatro gatitos. Era un calicó marrón, casi exactamente como su madre.

—Lo llamaré Norris. El negro será Midnight, la tigre es Sofía y el gris es Nanook.

Severus sabía que los gatitos rara vez salían de la habitación de Harry. Fawkes dormía con Amber y la señora Norris en su cama.

—Hay algunos libros que necesito encontrar ya que pertenecen a Hogwarts.

Harry inclinó la cabeza y esperó.

—Me gustaría verlos regresar para que todos tengan acceso a ellos.

—Estoy seguro de que aparecerán.

Harry levantó a Sofía.

—Le gustas.

—Sí.

Severus giró sobre sus talones y se fue. Sabía que los libros serían devueltos. Estaba impresionado de que Harry hubiera vaciado los aposentos de Quirrell tan rápido. Ni siquiera se lo habían dicho… no, no podía haberlo hecho. Severus se detuvo, se giró y caminó de regreso al dormitorio. Se asomó y vio a Harry jugando con los gatitos. No, no podría haberlo hecho. Regresó a su oficina.


Draco se sentó junto a Harry.

—Harry, acabo de escuchar una conversación interesante en la biblioteca.

Era la cena y Draco estuvo en la biblioteca, investigando para su tarea de pociones.

Harry miró hacia arriba y vio a Weasley y Granger entrando al Gran Comedor.

—¿Del tonto y la amante de las reglas?

—Sí. Weasley le estaba diciendo a Granger cómo ibas a pasar las vacaciones en su casa. Dumbledore iba a permitir que sus padres te adoptaran. Según él, cuando regreses, sus padres van a pedir una reordenación.

—Interesante. Gracias, Draco.

Harry miró a la mesa principal y vio a Dumbledore mirando su mesa favorita con una sonrisa en su rostro.

Harry fingió volver su atención a su plato y vio que Dumbledore lo miraba. El hombre tenía una sonrisa que le decía a Harry que pensaba que lo tenía.


Harry empacó sus últimas cosas. Mañana tomaría el tren hasta el andén para reunirse con sus parientes de Estados Unidos. Llegaron la semana pasada y Harry estaba ansioso por conocerlos.

Severus entró al dormitorio.

—Potter, el director desea hablar contigo.

Sabía que esto no iba a salir como el director quería.

Harry le dio a Severus una leve sonrisa.

—Interesante.


—¿Caramelo de limón?

Dumbledore estaba sentado detrás de su escritorio.

Severus ni siquiera respondió y miró a Kingsley Shacklebolt de pie en la oficina. No, esto no iba a ser bueno.

—No, gracias.

Harry miró alrededor de la oficina.

Fawkes todavía vivía con Harry. Dumbledore aún no se había dado cuenta. Hizo que Severus se preguntará sobre la relación entre Dumbledore y Fawkes.

—Harry, el auror Shacklebolt está aquí para acompañarte a tu nuevo hogar.

—Lo siento, no necesito que me escolten. Mis parientes me recogerán en el andén mañana.

—Harry, soy tu tutor mágico. Irás con el auror Shacklebolt con los Dursley. Ellos son quienes tus padres querían que te criaran.

Harry se giró con tranquilidad y miró a Dumbledore.

—¿Duele?

—¿Doler?

—Sí, cuando mientes. No eres mi tutor mágico. Presenté el papeleo y no ha cambiado. La familia Dursley ha sido arrestada por abuso infantil, negligencia y abandono. El gobierno también va a presentar cargos por fraude. El dinero que le diste a la familia Weasley de mi bóveda ha sido devuelto. Si sigues intentando obligarme a ir a donde no quiero ir, presentaré cargos por robo y secuestro. Mis padres no querían que fuera con los Dursley. Entonces, ¿de verdad quieres que vea si el auror Shacklebolt está aquí porque se lo ordenaron o como un favor para ti?

Harry estaba ahora de pie junto a la red flu y tenía el contenedor de polvo flu en la mano.

—Estoy seguro de que no tomará mucho tiempo.

Severus quería ovacionar al niño. Le había advertido a Dumbledore sobre intentar actuar como Gryffindor con un Slytherin. No entendía por qué Dumbledore seguía insistiendo en tratar a Harry como si fuera un niño ingenuo. Harry creció en las calles de Londres. No sobrevives en las calles siendo ingenuo. Sobrevives siendo inteligente, astuto y planificador.

—Señor Potter, ¿a qué se refiere?

A Shacklebolt no le gustó cómo sonaba esto. Aceptó hacerle un favor a Dumbledore. Creía que escoltaría al Niño que sobrevivió a su nueva familia, los Weasley. Después de que los Dursley firmen los papeles, formalizando la adopción. No había visto ningún documento de adopción, pero eso no sería sorprendente. El Ministerio querría mantenerlo oculto como medida de protección.

Harry sacó sus papeles de tutela y emancipación.

—Estas son copias. Puede quedárselas si quiere. Tengo muchas —le entregó a Shacklebolt las copias selladas.

Hizo que Ironclaw le enviara algunas copias por si acaso.

—Harry, solo quiero lo mejor para ti. La familia Weasley podrá brindarte una linda familia, hermanos de tu edad, y ellos pueden ayudarte a continuar con tu adaptación al mundo mágico.

—Mis parientes también. Vinieron desde Estados Unidos para pasar tiempo conmigo. También me dejaron quedarme con mi gato.

Harry no iba a mencionar a sus otros animales.

—Lo sabías en septiembre. Esperaste hasta ahorita para intentar que me quedara con la familia Weasley cuando sabes que Ronald y yo no nos llevamos bien.

Severus pensó que eso era un eufemismo. Harry detestaba al niño después de que Weasley lo llamara traidor. Weasley le dijo a Harry que sus padres se avergonzarían de él y que necesitaba morir como todas las demás serpientes. No hace falta decir que Weasley encontró que faltaban muchas de sus plumas, libros, pergaminos e incluso su ropa. No obstante, Harry siempre se aseguraba de no tomar las tareas del niño. Cuando Weasley trató de reclamar que le robaron su ensayo de poción, Granger lo sacó del bolsillo de la túnica de Weasley y se lo entregó. Weasley le hizo saber a Granger exactamente lo que sentía por ella.

—Albus, lo siento, pero no puedo hacer nada. Sus parientes estadounidenses tienen la tutela del señor Potter.

Shacklebolt había visto el nombre y no estaba dispuesto a perder su trabajo haciendo algo ilegal como un favor para Dumbledore.

—Fue un placer conocerlo, señor Potter. Quizás la próxima vez nos veamos en mejores circunstancias.

—Encantado de conocerlo también, auror Shacklebolt. Por favor, dígale a su jefa que gracias por las galletas. Ella hace unas maravillosas galletas con chispas de chocolate.

Severus parpadeó. ¿Cómo o más bien cuándo conoció Harry a la señora Bones? Bajó la cabeza para ocultar su alegría. El niño no la conocía personalmente, pero era amigo de su sobrina Susan. Recordó que Susan le daba tarros de galletas a quienes consideraba amigos.

—Albus, creo que hemos terminado. Escoltaré al señor Potter de regreso a su dormitorio.