Harry miró a Draco cuando entró a su dormitorio. Amber bajó la cabeza lo suficiente de la cortina para que Draco se la rascara. Harry siguió jugando con Nanook mientras la señora Norris limpiaba a sus otros dos gatitos. Fawkes estaba durmiendo. Sofía estuvo ahí durante la mañana, pero ya había regresado a los aposentos de Severus.

—Hola.

Draco siguió rascándole la cabeza a Amber.

~Se va a disculpar.~

Amber levantó la cabeza un poco más.

~Se siente mal.~

Harry arqueó una ceja. No iba a hablar con Amber porque no quería discutir con la serpiente. Ella había querido que Harry se reconciliara con Draco cuanto antes, pero también sabía que Draco era el que estaba equivocado. Draco debería haber acudido a él antes de delatarlo a Severus.

—Si me disculpara por ir con mi padrino antes de hablar contigo, ¿qué harías?

Draco se había asegurado de que no hubiera nadie, excepto ellos, en la habitación. No quería que Harry rechazara su disculpa frente a los demás. Los hombres Malfoy no se disculpaban.

Harry siguió jugando con Nanook.

—No lo sé. ¿Por qué no lo averiguamos?

A Harry le gustaba interactuar con otros Slytherin. Los entendía y podía hacer tratos con ellos.

Draco resopló un poco, pero se enderezó.

—Lo siento. Debería haber hablado contigo primero, pero estaba preocupado. Sé que intentamos disuadirte, pero debería haber hablado contigo antes de ir con mi padrino. ¿Me perdonarías?

Draco no tenía muchos amigos verdaderos. Quería a Harry como uno, solo porque a él no le importaba su nombre, su padre o su dinero.

—Sí. No lo vuelvas a hacer.

Harry le arrojó su almohada a Draco.

La cama de Harry era muy cómoda. Había pedido por correo almohadas y ropa de cama nuevas. Hogwarts no era su hogar, pero desde que descubrió que tenía dinero no le importaba gastarlo para vivir cómodo durante su estancia ahí. Para él, su cama era algo en lo que le encantaba gastar dinero.

—Cuidado con el cabello.

Draco se sentó en la cama; le había mostrado a Harry cómo hacer pedidos por correo a través de una lechuza y este tenía un gusto excelente.

—Pensé que no aceptarías mi disculpa.

Harry se encogió de hombros.

—Bueno, entendí porque lo hiciste.

Harry en verdad entendía porque Draco lo hizo, aunque no podía decir si habría hecho lo mismo o no.

—Ahora, ¿qué tal si le hacemos una broma a la Amante de las reglas y al Tonto?

Draco sonrió.

—¿Qué tienes en mente?

Harry sacó uno de los libros de pociones de Severus de debajo de su manta.

Harry abrió el libro mientras Draco tomaba a Midnight y se sentaba en la cama.

—Ya que parecen querer ser un dúo, ¿por qué no se lo concedemos?


—Severus, ¿sabes qué puede ser?

Dumbledore observó a Granger y Weasley. El par estaba sentado en una cama con una banda mágica envuelta alrededor de ellos. Nadie la había podido romper para separarlos. Granger y Weasley estaban atrapados con muy poco espacio entre sí para moverse. La banda brillaba en rojo ya que los dos no se movían. Cuando intentaron separarlos, la banda se volvió de un rojo escarlata profundo con destellos de color naranja a su alrededor.

Severus hizo algunos escaneos.

—Es una poción. Necesitaré hacer el antídoto. Tomará al menos un día hacer la poción.

Severus sabía quién hizo la poción. Le había prestado a Harry el único libro en el que se mencionaba la poción y hace dos días, Draco le había pedido permiso para usar el laboratorio. El antídoto sólo tardaría unas horas en prepararse. Sabía que Harry lo había hecho para que el dúo lo dejara en paz.

Dumbledore todavía estaba tratando de que Harry lo escuchara, pero había retrocedido un poco en obligarlo a vivir con la familia Weasley. Aunque aún intentaba hacer que Granger y Weasley fueran amigos de Harry. Weasley detuvo los insultos y ahora seguía el ejemplo de Granger de tratar de encontrar una manera de ayudar a Harry con sus tareas. Dumbledore pensó que Harry necesitaba la ayuda de Granger a pesar de que él era el mejor de su año.

—¿Tienes alguna idea de cómo sucedió esto?

—No, Albus. Es una poción de broma.

Severus no le iba a dar a Dumbledore ninguna razón para llamar a Harry a su oficina o interactuar con Draco. Eran sus serpientes y su responsabilidad. Sabía que Dumbledore le echaría toda la culpa a Draco y diría que Harry sólo siguió su ejemplo.

—Hablaré con los gemelos.

Minerva salió de la enfermería.

Weasley intentó gritar sobre sus hermanos, pero todo lo que salieron fueron burbujas.

—Esa es una poción diferente. Me tomará más de 24 horas hacer el antídoto ya que la poción necesita reposar durante diez horas.

Severus estaba impresionado. Dos bromas que funcionaron bien juntas no era algo que la mayoría de los primeros años lograran. Draco y Harry son muy inteligentes. Le había enseñado a Draco a preparar pociones desde que tenía la edad suficiente para sostener un cucharón y Harry usaba su instinto.


Severus entró en la sala común.

—Potter, Malfoy, a mi oficina.

Harry estaba sentado en el sofá de cuero negro frente a la chimenea. Sus compañeros se reían de una historia que Theo contaba sobre el dúo de idiotas. La fábrica de chismes ya estaba en funcionamiento. Severus vio a Draco mirar a Harry mientras que este ponía a la señora Norris en el sofá. Amber estaba acurrucada frente a la chimenea. Harry puso al resto de los gatitos con su madre. Draco sabía que estaban en problemas. Una vez en la oficina de Severus, tomaron las dos sillas frente a su escritorio.

—Me llamaron a la enfermería.

—¿Estás bien? ¿La señora Pomfrey encontró algo extraño? —dijo Harry con la voz llena de preocupación—. ¿Deberías estar caminando?

Draco decidió que no iba a abrir la boca. Sin duda, no esperaba que Harry estuviera tan tranquilo luego de ser atrapado. Sabía que a su padrino no le importaban las bromas.

—Gracias por tu preocupación. Sin embargo, fui convocado allí con respecto a dos leones que en este momento están sufriendo por las pociones que sé que ustedes dos prepararon.

—No sé de qué hablas. Nunca lastimaría a dos leones. La señora Norris nunca volvería a hablarme si lastimara a sus parientes.

—Harry, sabes exactamente a quiénes me refiero. Las pociones provienen del libro que tomaste prestado. Ustedes dos van a preparar los antídotos.

Severus dejó el libro de pociones en su escritorio.

—Tienen 24 horas para hacerlos. El segundo laboratorio de pociones está abierto. Dado que técnicamente no fueron atrapados, no habrá detención.

Harry sonrió.

—No, no tenemos que hacerlos.

Draco puso las pociones en el escritorio de Severus.

—Ya están hechos, tío Severus. Pensamos que podrías necesitarlas.

—Exacto. Lo sabíamos. Es por eso por lo que necesitábamos usar el laboratorio.

Harry tomó el libro de pociones del escritorio de Severus.

—Hay varias pociones interesantes en tus libros.

—Lo sé. Ya que hicieron los antídotos, le doy a cada uno diez puntos por preverlo.

Severus estaba muy impresionado de que ya tuvieran los antídotos hechos. Sin duda le ahorró mucho tiempo.

—Ahora, dado que parece que tengo tiempo libre, ¿por qué no me muestran qué más han hecho?

Harry se reclinó en su silla y cuando Draco fue a hablar, él lo pateó.

—No sé de qué hablas.

—No pregunto como profesor sino como el maestro de pociones de dos futuros aprendices.

Severus sabía que Harry podría no hablar, pero Draco sí. Draco confiaba en él. Era su padrino, después de todo. Harry todavía no confiaba en Severus.

—Términos de este trato.

Harry todavía tenía el libro en sus manos. Se enderezó un poco. Esto podría ser interesante.

Severus pudo ver que Draco estaba un poco impresionado. Si era honesto, también lo estaba. Harry siempre parecía estar tres pasos por delante de él y Dumbledore. Por lo usual, Severus solía estar tres pasos por delante. Tenía que estarlo ya que era un espía y eso lo mantenía con vida. No esperaba que un niño de once años se le adelantara. Cruzó las manos frente a él.

—No lastiman a nadie. Tendremos lecciones privadas los sábados por la mañana. Sí, Harry, tus otras lecciones continuarán. Si ustedes dos lo hacen tan bien como yo creo, en su quinto año voy a hacer contratos de aprendizaje para los dos.

—¿También de Defensa?

Harry sabía que Severus poseía una maestría en Pociones y Defensa.

—Si lo amerita, lo incluiré. Discutiremos los términos cuando suceda. Haré un seguimiento por separado de sus calificaciones que deben permanecer siempre altas.

Severus sabía que Harry y Draco tendrían las más altas calificaciones. Trabajaban duro y en Slytherin, los años mayores ayudaban a los más jóvenes.

Harry y Draco intercambiaron una mirada rápida. Harry miró a Severus.

—Acepto.

Draco le tendió la mano.

—Yo también.

Severus resistió el impulso de sonreír mientras le estrechaba la mano.

—Curaré a los dos idiotas mañana. Ahora, ¿qué tal si me muestran qué más han preparado?