Amber estaba siguiendo a Dumbledore. El hombre estaba debajo del perro de nuevo para asegurarse de que nadie hubiera estado en su pequeño escenario. Amber decidió divertirse y cada vez que Dumbledore se inclinaba o agachaba ella le siseó.

La primera vez Dumbledore sacó su varita y la agitó. Amber permaneció escondida y esperó. Cuando la guardó, ella lo siguió de nuevo siseando cuando se inclinó. Esperó mientras él volvía a escanear el área y cuando se movió a la habitación contigua, ella le siseó de nuevo. El hombre se estaba poniendo nervioso. Así que ella comenzó a sisear a cada paso vacilante que daba.

~Como si mi Harry fuera a caer en esta estafa.~ Amber siseó para Dumbledore.

El perro ladró su acuerdo. Las otras dos cabezas agregaron su acuerdo.

~La próxima vez, los tres lo muerden.~

La cola del perro comenzó a menearse.


Harry vio a la Bibliófila y al Tonto saliendo de nuevo de la oficina de Dumbledore. Los había visto salir de ahí esta mañana. Los imbéciles se sentaron cerca de Draco y él en la biblioteca y no paraban de hablar sobre Nicolás Flamel y el robo de Gringotts.

Draco arqueó una ceja cuando Granger comenzó a hablar sobre el robo de Gringotts. Weasley fue quien mencionó haber visto a Nicolás Flamel y la piedra en el reverso de la tarjeta de Dumbledore. Siguieron hablando a pesar de que la señora Pince les advirtió que bajaran la voz. Al final fueron expulsados.

—Así que eso es lo que se esconde en el tercer piso.

—Eso creo.

Harry se preguntó si Dumbledore de verdad pensaba que era lo bastante estúpido como para hacer lo que él quería. Solo quedaba un mes para finalizar el año.

Draco observó la sección de libros de leyes.

—Él en serio quiere que entres ahí y sabes que va a intentar forzarte a vivir con los Weasley. ¿Deberíamos mencionárselo a nuestras familias?

—Sí. Mis parientes necesitan estar en la estación del tren para que Dumbledore no pueda hacer nada.

Harry tenía a la señora Norris y Amber, junto con otros animales, observando el área donde Dumbledore puso la piedra. La piedra que seguía comprobando era una buena falsificación. Harry sabía quién era el propietario de la original, pero tendría que seguir investigando para saber porque Dumbledore quería que tratará de "protegerla". Fawkes podría saberlo.

Draco sonrió. Él y Harry iban a pasar sus primeras semanas de vacaciones en Estados Unidos y luego las últimas semanas en Inglaterra con sus padres. Sabían que Dumbledore se enfadaría cuando se enterara de que Harry estaba en Inglaterra y se quedaba con la familia Malfoy.


~¿Le diremos al jefe serpiente?~

Amber se deslizó más cerca de Fawkes.

~Cabeza de chorlito dijo que el chivo hizo la serie de obstáculos como una prueba para ti.~

El pájaro emitió mucho calor.

Harry estaba sentado al lado de la señora Norris. Sus gatitos estaban jugando con el perro. Cada cabeza tenía su propio gatito trepándolos.

~No estoy seguro. Si bien nos ha apoyado, trabaja para el chivo. Nadie más ha bajado allí. Sus mascotas lo intentaran cuando él les diga.~

~Cierto.~

Amber empujó a la señora Norris con la cola.

La señora Norris maulló y Fawkes trinó.

~Están de acuerdo contigo. Cabeza de chorlito dijo que esperáramos. El chivo no querrá que nadie se lastime porque tendría que explicarlo.~

~De acuerdo. El espejo está en un lugar seguro y cuando salgamos de aquí le escribiré una carta al dueño de la piedra.~

Harry había leído sobre la piedra. El concepto le pareció interesante, pero no le interesaba vivir para siempre.

~Volverá loco al chivo.~

Amber levantó la cabeza, dando su propia versión de una sonrisa.

~Lo sé.~

Harry se rio.


Severus miró alrededor de la enfermería después de entregar el veneno que Granger había tomado.

—Necesitas explicar exactamente qué pasó, Albus.

Longbottom, Granger y Weasley estaban acostados en tres camas. Severus se preguntó qué hizo Dumbledore como para permitir que tres primeros años incluso alcanzarán su obstáculo de pociones. Vio a Amber deslizándose debajo de una de las camas.

Poppy estaba escaneando con rapidez a los tres imbéciles. Minerva estaba parada al lado de Dumbledore que estaba de pie frente a la cama de Longbottom.

—Lo discutiremos en mi oficina después de que Poppy nos informe de sus estados.

Dumbledore parecía desconcertado y no despegaba su vista de los tres leones.

Poppy se giró ante las palabras de Dumbledore.

—Estarán bien mañana. El veneno está casi fuera del sistema de la señorita Granger.

—Gracias, Poppy, por tu excelente trabajo como siempre. Severus, Minerva, hablemos de esto en mi oficina.

Dumbledore no le dio a nadie la oportunidad de negarse ya que se dirigió hacia la puerta.

Severus arqueó una ceja y Minerva resopló.

Minerva suspiró.

—No se librará de esto tan fácilmente. Quiero saber cómo terminaron esos tres allí. Poppy, avísame cuando sean dados de alta.

Severus no escuchó la respuesta de Poppy. Tenía la sensación de que tendrían a una serpiente escuchando su conversación en la oficina de Dumbledore. Severus notó que Amber ya se había ido.


Severus observó alrededor de la oficina de Dumbledore, pero no vio ni rastro de Amber. Fawkes estaba sentado en su atril con la cabeza bajo el ala. Severus se sentó. Minerva le dio una mirada extraña ya que él por lo general no era tan paranoico.

Minerva ignoró a Dumbledore.

—¿Severus?

Dumbledore estaba sentado detrás de su escritorio, preparando el té.

—Albus, explica cómo la señorita Granger terminó bebiendo mi veneno.

Severus estaba seguro de que Dumbledore tenía algo que ver con la razón por la que esos tres estaban ahí. Se preguntó por qué Dumbledore pensó que Harry se les uniría. Harry no había mostrado interés en nada de lo que el dúo o Dumbledore hablaba a su alrededor.

—¿Dónde está Harry?

Dumbledore se había estado preguntando por qué Harry ni siquiera subió al tercer piso. Sabía que sus mascotas hablaron de Nicolás y la piedra cerca de Harry y Draco. Tenía la esperanza de que Draco se hubiera unido a Harry.

—Está estudiando en la sala común.

Severus había esperado que no fuera una prueba para Harry, pero ¿por qué más llevar la piedra a Hogwarts? Sabía que Harry no haría lo que Dumbledore quería. Dumbledore aún era necio con la idea de que Harry fuera un verdadero Gryffindor.

—Ya veo. No estoy seguro de cómo terminaron los tres allí abajo. Me informaron que temían que ibas a robar la piedra. Fueron allí para protegerla. Neville se lastimó cuando se cayó a través del Lazo del diablo. Ronald se lastimó en el tablero de ajedrez. Hermione bebió la poción equivocada. No llegaron a la piedra. La recuperé.

Dumbledore levantó la piedra. La piedra comenzó a cambiar de color, lo que provocó que Dumbledore la dejara caer. Cuando aterrizó en el escritorio, era una piedra normal.

—¿Albus?

Minerva recogió la piedra. Pasó sus dedos sobre ella.

—Tiene un hechizo de glamour.

—Me aseguré de que no hubiera nadie allí. Revisé todo el año.

Dumbledore comenzó a pensar cuando la revisó la última vez.

—La revisé la semana pasada. Estaba bien.

—¿La recogiste?

Severus tenía la sensación de que necesitaría hablar con Harry. El niño era muy bueno.

—No. Revisé las barreras.

Dumbledore suspiró.

—Tengo que decirle a Nicolás que la piedra fue robada. Sé que guardaron parte del elixir. También hablaré con Kingsley y veré si puede venir y revisar el área.

—¿Estás seguro de que Potter no la robó como al espejo y tu gárgola?

Minerva no estaba emocionada cuando Dumbledore hizo su loco plan para traer la piedra aquí. Todavía no había perdonado a Dumbledore por lo que había tratado de hacerle a Harry. Este año le estaba dando más canas de las que necesitaba.

—Sí, como dije, la protegí con barreras. Las revisé y estaban intactas. La piedra real tuvo que ser robada en los últimos días.

Dumbledore trataba de mantener la calma, pero por dentro estaba muy preocupado.

El espejo y ahora la piedra habían sido robados. El espejo no le pertenecía. El dueño ni siquiera sabía que lo sacó de su casa y lo trajo a Hogwarts ya que vivía en Francia desde la última década y Dumbledore usaba su casa a veces para escapar. Tenía que encontrar el espejo.

—Puedo volver a ejecutar los escaneos, pero no creo que encuentre nada, Albus.

Severus estaba pensando en Amber. Se preguntó sobre Harry. ¿Podría ser el niño un hablante de animales por la forma en que coleccionaba animales? Harry no lo sabría. Dumbledore trabajó duro para mantenerlo alejado de cualquier persona con habilidades que no aprobaba. Hablar con animales era una de ellas.

—¿Dónde pasará Harry sus vacaciones?

La pregunta de Dumbledore sacó a Severus de sus cavilaciones.

—Mencionó que sus parientes estadounidenses se reunirán con él en el andén.

Severus no le había preguntado a Harry. Había escuchado a Draco y Harry hacer planes para visitarse durante su estudio en la sala común. Por lo general, Severus pasaba la noche del martes y sábado en la sala común para ayudar a los estudiantes.

El ceño fruncido de Dumbledore desapareció con rapidez.

—Ya veo. Esperaba que estuviera dispuesto a quedarse con los Weasley durante el verano.

Minerva suspiró.

—Albus, sabes que no lo hará. Los niños no se llevan bien.

—Eso es un eufemismo. Weasley ha dejado muy clara su opinión sobre mis serpientes.

Severus ni siquiera quería pensar qué pasaría si Harry y los gemelos decidieran unirse. Los gemelos eran muy inventivos y con la inclinación de Harry por no ser atrapado, no estaba seguro de sí Hogwarts sobreviviría. Severus miró a Dumbledore. El hombre estaba planeando algo. Ojalá no sea algo estúpido. Hasta ahora, el hombre había demostrado que no era tan inteligente como Severus pensaba que era.


Harry estaba de pie junto a Draco. Molly Weasley le estaba gritando a Lucius y a su tía abuela Matilda y su esposo Thurston.

—Dumbledore.

Harry debería haber sabido que Dumbledore iba a intentar algo. Los últimos meses fueron más tranquilos de lo que esperaba.

—Sí. Padre los va a enterrar.

Draco comenzó a mirar a la multitud. Muchos estaban sorprendidos por el comportamiento de Molly Weasley. Las damas de la alta sociedad observaban a la familia Weasley. Draco notó que los gemelos no estaban cerca de su madre. La voz de Molly era lo bastante alta como para que todos pudieran escucharla despotricar sobre los mortífagos, Dumbledore, Harry y como sus parientes eran oscuros y lo estaban corrompiendo. Lo más importante era asegurarse de que Harry fuera a casa con ella.

—Él va a venir con nosotros. Hemos firmado formularios que dicen que lo adoptaremos. No me importa lo que digan unos lerdos. El niño es ciudadano del Reino Unido y debería quedarse aquí. No ser corrompido por quién sabe qué. Podrían ser oscuros. Nadie sabe nada sobre ellos.

—La ley establece que ellos tienen la custodia de Harry Potter, no Albus Dumbledore y sin duda no tú. Me gustaría saber dónde y cuándo recibiste este papel.

Lucius sabía que no era legal. Si Molly Weasley obtuviera la tutela legal de Harry Potter, habría estado en todas las noticias. También se habría notificado a Harry y sus familiares.

—Al igual que nosotros —dijo Thurston—. Tenemos la custodia de nuestro sobrino nieto desde antes de que comenzara en Hogwarts. Creo que nuestro ministro será informado sobre esto cuando volvamos.

Thurston era un hombre bajo y robusto de cabello blanco que estaba peinado hacia atrás y alisado, y vestía una túnica de color verde oscuro. Era abogado en Estados Unidos.

—Estoy de acuerdo —habló Matilda—. Harry no debería pasar por esto cada vez que venimos a buscarlo.

Matilda era una versión mayor de Molly Weasley, excepto que tenía el pelo largo y blanco trenzado por la espalda y no tenía la actitud de Molly.

—Quizás deberíamos de cambiarlo de escuela.

—Concuerdo —añadió Thurston.

—O cambiar al director —gritó alguien de la multitud.

Antes de que Molly pudiera responder, los aurores al fin llegaron. Era un grupo de cinco aurores. Harry podría haber jurado que escuchó a Kingsley gemir al ver a Molly. Harry saludó al hombre mientras se acercaba. Los aurores tenían cosas muy interesantes.

—¿Cuál es el problema?

Kingsley sabía que se iba a arrepentir de haberlo preguntado. Lo hizo tan pronto como casi todos en el andén comenzaron a gritar sobre Molly Weasley. Debería haberse quedado en casa hoy. Deseó haber enviado a otro auror.

—Ella está tratando de secuestrarme, de nuevo —le informó Harry una vez que los aurores hicieron que todos se callaran.

Harry pudo ver que los aurores estaban un poco sorprendidos pero la multitud comenzó a susurrar y el volumen creció.

Kingsley cerró los ojos mientras sus compañeros de trabajo se acercaban a la multitud. Sabía que esto iba a salir mal. Molly Weasley le gritaba a la gente mientras ellos le informaban a sus compañeros de trabajo lo que había sucedido.

—Molly, dame los papeles.

Molly le arrojó el puñado de papeles a Kingsley. Él los ojeó.

—Molly, este es un formulario de adopción en blanco.

—Lo sé. Les dije que vamos a adoptar a Harry. Sus padres lo hubieran querido ya que no regresará con sus parientes en Surrey.

Harry estaba a punto de responder, pero Lucius se le adelantó.

—¿Por qué volvería con unos parientes que lo abandonaron en el bosque? Lo haces sonar ingrato. Estás ignorando el hecho de que sobrevivió solo durante más de cinco años en las calles de Londres porque Albus Dumbledore no se molestó en comprobarlo.

—No te atrevas a calumniar a Albus Dumbledore. Albus se preocupa por Harry. Quiere lo mejor para él. En cuanto a que ese niño fuera abandonado en el bosque o que viviera en las calles, por favor, solo está mintiendo para llamar la atención. Necesita unos padres que lo eduquen. Se junta con los Slytherin, así que no es de extrañar que mienta y robe.

Harry miró a Molly Weasley. Dumbledore había mentido sobre él.

—¿El mismo Albus Dumbledore que perdió el Espejo de Oesed y la piedra filosofal que escondió en Hogwarts? ¿El mismo Albus Dumbledore que organizó una serie de obstáculos con un perro de tres cabezas que permitió que tres Gryffindor de primer año pasarán dejando a uno envenenado y los otros dos con huesos rotos? ¿Ese Albus Dumbledore?

Harry iba a continuar, pero escuchó a los padres exigiendo respuestas de sus hijos.

Draco y Harry vieron estallar el caos. Molly trataba de defender a Dumbledore mientras los padres exigían respuestas de sus hijos. Los estudiantes confirmaron la parte sobre el envenenamiento y los huesos rotos. Kingsley y los aurores al fin pudieron calmar a todos.

Kingsley miró a Harry.

—Señor Potter, tengo algunas preguntas para usted.

—No es necesario, mi gerente de cuentas enviará los recuerdos al ministerio mañana como arreglé. Estoy seguro de que mis tíos podrán llevarme a Gringotts.

Harry no se iba a arriesgar. Quería que todo estuviera certificado.

—Si, lo haremos —estuvo de acuerdo Matilda—. Serán certificados. No voy a permitir que interrogues a mi sobrino sin la presencia de nuestro abogado tan pronto como lo consigamos.

—Lord Malfoy, ¿conoce algún abogado británico que podría ayudarnos?

Thurston pudo ver que los aurores se habían llevado a Molly Weasley y estaban hablando con ella.

—Sí. Les enviaré una lechuza con la información de mi abogado cuando llegue a casa.

Lucius sabía que Molly iba a informárselo a Dumbledore.

Pronto los adultos estaban haciendo arreglos mientras Kingsley y sus compañeros de trabajo tomaban las declaraciones.

—Lo hiciste a propósito.

Harry le sonrió a Draco.

—Los Weasley necesitan aprender a ocuparse de sus propios asuntos.

Amber siseó sobre las golosinas que recogió Harry.