Draco miró a Lockhart que daba una clase sobre los duendecillos de Cornualles.
—¿De este es de quien esperan que aprendamos?
Harry se preguntó qué era lo que le veían las ovejas de la escuela al saqueador rubio. El hombre era tan falso como los relojes y los mapas sobre cómo encontrar las casas de la realeza que le vendía a los turistas. Las chicas de Gryffindor estaban enamoradas por completo de él. El resto del salón se preguntaba cuándo seguiría Lockhart con la clase. Lockhart dejó de hablar y miró a su alrededor.
—¿Alguien ha visto la jaula de los duendecillos?
Lockhart buscó debajo de la mesa y alrededor de la habitación.
—Podría haber jurado que la traje conmigo —murmuró—. Bueno, no importa, puedo contarles la historia de cómo salvé a una aldea de un peligroso hombre lobo.
Harry sonrió. Quizás Lockhart sería divertido.
~¿Amber?~
Harry estaba sentado en su cama cuando Amber entró en la habitación. Habían vuelto a la escuela hace casi un mes. Weasley y la Amante de las reglas no le habían hablado, pero sí lo vigilaban. Él, a su vez, hizo que los gatitos y Amber los vigilaran.
~Algo está pasando. El rey sigue diciendo que una niña que suena casi como su antiguo amo sigue apareciendo en su cámara.~
Amber no se dirigió hacia su lugar de descanso habitual en las cortinas de la cama. Se acurrucó alrededor de la señora Norris que estaba durmiendo.
~Dice que sigue haciendo preguntas extrañas. Algunas sobre Hogwarts.~
~El rey. Qué interesante.~
Harry recordó que Amber mencionó al rey antes. No estaba seguro de quién era el rey, pero como Amber confiaba en él, dedujo que debe ser confiable y una serpiente.
~¿Crees que Dumbledore está involucrado?~
~Sí. Es uno de sus pelirrojos.~
Amber había estado vigilando a Granger y los dos Weasley junto a los gatitos de la señora Norris. Los gatitos se sentían importantes. Sofía era la jefa de sus hermanos y Nanook lideraba cuando Sofía no estaba. Amber pensó que Sofía encajaba bien con su amo.
~¿Cuándo se dirige hacia el rey?~
Harry había esperado que Dumbledore se hubiera detenido, pero ahora era claro que estaba tomando otra ruta. Weasley y Granger no habían sido sutiles al contar historias sobre Harry. La mayoría de los estudiantes se rieron de ellas. Sin embargo, era solo cuestión de tiempo antes de que las personas comenzaran a creerles.
~Después de la cena.~
Amber había seguido a la Comadreja Femenina hasta el baño y hacia la cámara del rey.
~El rey no está feliz. Dijo que su voz no suena normal y que la niña escribe en un libro que la confunde.~
Harry conocía el libro. Había visto a la niña escribiendo en él y si alguien le preguntaba sobre ello, ella lo ocultaba. Había vigilado a la amante de las reglas. Ella también estaba interesada en el libro mientras que el tonto ignoraba a su hermana y al libro. Harry se preguntó qué tenía de especial ese libro.
Harry observaba el libro mientras éste respondía. ¿No se preguntó una niña de una familia mágica con hermanos gemelos que eran famosos por hacer bromas porque un libro que está en blanco te responde cuando escribes? Harry cerró el libro. No le gustaba la sensación del libro. No estaba seguro de por qué se sentía extraño. El libro había sido bastante fácil de conseguir cuando la niña lo escondió en su morral para gritarle a sus hermanos gemelos por una broma. Harry sintió que algo andaba muy mal con el libro tan pronto como lo tocó y el pavor lo inundó. Todas sus señales de advertencia estaban gritando. Se dirigió a los aposentos de Severus.
—Es el mocoso —anunció la puerta antes de que Harry pudiera tocar.
El retrato le dio a Harry una mirada de desprecio.
Harry se inclinó hacia él.
—¿Cómo te sientes acerca de tener partes de niña, orejas de conejo y bigotes de forma permanente?
El retrato de la puerta no habló durante varios segundos. Estaba evaluando al niño.
—El niño está aquí de visita.
Severus abrió la puerta.
—No quiero saber qué le dijiste a mi retrato para hacerlo actuar civilizado. Pasa.
Severus arqueó una ceja ante su retrato. El retrato le devolvió la mirada con la cara en blanco.
Harry siguió a Severus hasta la sala principal. Pudo ver que Severus estaba calificando la tarea ya que el tintero rojo estaba abierto en su escritorio. Harry sabía que Severus pasaba mucho tiempo trabajando en su tiempo libre.
—¿Qué te trae aquí?
Severus sabía que Dumbledore no se había dado cuenta de que faltaba su guardián y varias cosas de su oficina ya que había estado ocupado defendiéndose del consejo que revisaba todas las cuentas de Hogwarts, así como el inventario. El consejo también estaba exigiendo respuestas con respecto a las clases eliminadas poco a poco a lo largo de los años. No creían que se quitaron porque nadie se inscribió en ellas.
Harry puso el libro sobre el escritorio de Severus.
—Obtuve esto. Es un libro muy extraño.
Era un libro negro básico con las iniciales TSR en la portada. Parecía viejo y gastado.
—¿Qué sucede con este libro?
—Responde cuando escribes en él.
Severus sacó su varita y le lanzó varios hechizos al libro. El libro estaba plagado de magia oscura. Nunca había visto algo así antes. Se preguntó por qué no se habían activado las barreras protectoras contra la magia oscura en Hogwarts. Y entonces se dio cuenta del por qué: Dumbledore. Aún seguía con sus viejos juegos.
Severus no le iba a preguntar a Harry cómo consiguió el libro. Si no lo sabía, entonces no tendría que explicárselo a Dumbledore.
—La mujer Weasley ha estado escribiendo en él.
Harry no confiaba en nada mágico que te respondiera y sabía que era importante que le dijera la verdad a Severus. El libro le estaba dando escalofríos.
—Amber también mencionó que la niña iba a ver al rey.
—¿El rey?
Severus no estaba seguro donde un rey podría esconderse en Hogwarts. ¿Era un retrato? ¿Una estatua? ¿Siquiera era un título real o solo honorario? No estaba seguro de lo que Harry había descubierto, pero a diferencia de la mayoría de los cabezas huecas, él había venido con un profesor.
—No lo sé. Amber no fue clara con eso. Sabía que el libro era malo. Y deduje que debía de traértelo. Parece poder escucharnos ya que me preguntó sobre mis amigos.
Harry había estado hablando con Draco y Blaise antes de que fueran a estudiar a la biblioteca. No abrió el libro hasta que estuvo solo. Y se sorprendió cuando este le preguntó sobre sus amigos después de escribir en él.
Severus arqueó una ceja. Levantó su dedo hasta los labios y fue a su laboratorio de pociones. Encontró la poción que buscaba. Tomó una tabla de mármol que usaba para cortar ingredientes que necesitaban mantenerse puros. Podía reemplazarla, pero no podía dejar que un objeto oscuro corrompiera a sus serpientes. Regresó a la sala de estar. Señaló el libro. Harry lo levantó y siguió a Severus fuera de Hogwarts y al Bosque Prohibido. No hablaron durante el camino. Harry podía sentir que el libro no estaba feliz de no escuchar nada. No le gustó que de repente se quedaran en silencio y trató de introducir un poco de su magia en Harry. Harry se la devolvió y el libro retrocedió como si estuviera contento de no estar solo. Harry estaría feliz una vez que el libro sea destruido. Bueno, esperaba que Severus lo destruyera.
Severus puso la tabla de mármol en el suelo. Despejó el área y estableció un círculo rúnico. Comenzó a instalar barreras protectoras en el área y alrededor de Harry y él. Asintió hacia Harry y señaló la tabla. Harry puso el libro en la tabla, asegurándose de no arruinar ninguna de las runas en el suelo. El libro no pareció preocupado cuando lo puso sobre la losa. Y una vez que Harry retrocedió, Severus añadió un escudo invisible protector alrededor de Harry y luego apuntó con su varita al libro. Abrió la poción que hizo hace mucho tiempo para lidiar con objetos oscuros. Una que sabía que lo disolvería y por eso iba a perder su tabla de mármol. Vertió la poción sobre el libro, que empezó a disolverse. Severus saltó hacia atrás cuando un fuerte chillido llenó el aire y una forma de humo negro explotó, enviando polvo negro al suelo.
—Bueno, eso fue interesante. ¿Qué era?
Harry observó a Severus limpiarse. Estaba agradecido de estar detrás del escudo protector que Severus conjuró.
—No estoy seguro. Pero era muy oscuro.
Severus no estaba seguro de por qué Dumbledore permitiría que algo así entrará en Hogwarts. Él tenía que saber que estaba en la escuela ya que la barrera protectora de magia oscura lo habría alertado de la presencia del libro. Severus estaba agradecido de la tendencia de Harry de liberar cosas.
—Veinte puntos para Slytherin por el rápido pensamiento.
Algo tan oscuro habría causado muchas muertes. Severus se preguntó qué estaba planeando Dumbledore ahora y por qué. ¿Tenía que ver con su creencia de que el Señor Tenebroso regresaría?
—¿Vas a averiguar qué era?
Harry comenzó a mezclar las cenizas negras con la tierra. Severus usó su magia para enterrar el libro quemado. Tenía un gran agujero en el medio, las páginas estaban quemadas, la portada estaba apenas intacta y era lo único que mantenía el desorden pareciendo un libro.
—Sí. Estate atento a cualquiera que escriba en libros que respondan. Me preguntó cómo es que esa niña escribió en eso sabiendo muy bien quienes son sus hermanos gemelos.
Severus se preguntó por qué la niña no pensaría que el libro era extraño. Si Dumbledore se lo dio, entonces debió haber pensado que estaba hechizado para que te respondiera. Esperaba que eso fuese una mentira. Todos los sangre puras aprendían lo peligroso que eran los objetos mágicos.
—Sí. Al principio pensé que era una broma, pero no se sintió bien.
Harry quería ducharse para eliminar la suciedad del libro. Terminaron de enterrar todo y se aseguraron de que el área pareciera como si no hubiera sucedido nada. Severus hablaría con Bane para que los centauros vigilarán el área para ver si las plantas y los árboles comenzaban a morir. No creí que nada sucedería, pero es mejor prevenir que lamentar.
—Lo tomaste —le gritó la comadreja femenina a su hermano.
La niña tenía la voz de su madre.
—No sé de qué estás hablando —gritó Weasley en respuesta.
Apretaba los puños con fuerza, pero parecía que apenas se estaba conteniendo. El par había heredado el temperamento y los problemas de ira de su madre. Todos en el pasillo podían escucharlos con claridad.
Harry y Draco se detuvieron. No querían recibir una detención por estar cerca de los Weasley mientras peleaban. Tampoco querían quedar atrapados en su disputa familiar. Weasley y su hermana habían expresado su disgusto con respecto a Harry. Pero desde que el libro fue destruido, Amber dijo que la comadreja femenina había parado de visitar al rey. Fawkes y Amber estuvieron de acuerdo en que destruir el libro fue lo mejor. La niña pareció volver a la normalidad durante la noche en lugar de la voz extraña que provenía de ella. Tampoco había estado deambulando por el pasillo.
—No voy a pasar junto a ellos.
Draco no quería ser arrastrado a su drama. Weasley todavía expresaba su opinión sobre Slytherin cuando no hablaba sobre Harry. Se estaba volviendo agotador. Lucius le había explicado a Draco durante el verano que no necesitaba defenderlo a él, a la familia o a Slytherin.
—Yo tampoco.
Harry podía ver que no eran los únicos que pensaban eso. Ninguno de los estudiantes se acercaba a los Weasley que discutían. Pronto los hechizos volaron entre los dos. Escucharon el inicio de la siguiente clase, pero nadie se movió. Ya que solo dos años tenían clases antes de que iniciara la pelea, nadie estaba al tanto de la situación. La comadreja femenina debió de haber venido a buscar a su hermano ya que su clase estaba en el mismo piso. La mayoría de sus compañeros estaban atrapados en el pasillo mientras que los de segundo año buscaban a los profesores.
Los de primer año tenían clase con el profesor Flitwick y los de segundo con la profesora McGonagall. Harry se preguntó dónde estaban los profesores. De seguro podían escuchar lo que pasaba. Los Weasley no eran silenciosos y las maldiciones que lanzaban tenían que haber activado alguna alarma. La profesora McGonagall por fin llegó y vio la pelea de los Weasley.
—Señor y señorita Weasley, a mi oficina ahora mismo —se giró y vio a los demás estudiantes—. ¿Por qué no están en sus salones?
—No queríamos ser golpeados por una maldición. No hay otra forma de llegar a los salones —habló uno de los Gryffindor de segundo año—. Weasley estaba lanzando su maleficio de los mocomurciélagos sin mirar.
La mayoría de los Gryffindor sabían sobre la habilidad de la niña con el maleficio. La habían visto lanzárselo a sus hermanos muchas veces.
—Vayan a sus clases. Le informaré a sus profesores.
McGonagall esperó a que todos se fueran antes de dirigirse a su oficina. No vio a la serpiente observándola.
Harry y Amber observaban a Dumbledore. El hombre estaba merodeando por el baño de niñas del segundo piso.
~Si esto no fuera Hogwarts, Dumbledore ya hubiera sido arrestado por merodear por el baño de niñas.~
Harry se preguntó cómo Dumbledore era capaz de hacer tanto y no meterse en problemas. En el mundo muggle ya hubiera sido arrestado por pervertido.
~La entrada del rey está ahí. ¿Crees que él le dio el libro a la niña pelirroja?~
Amber había estado siguiendo a Dumbledore desde hace dos meses. Dumbledore aún estaba tratando de hallar el espejo y la piedra. Incluso había ido a áreas que no habían sido visitadas en décadas. Amber luego le mostró las áreas a Harry. Aún estaban buscando los aposentos de los fundadores.
~Interesante. Me preguntó si está buscando el libro.~
Harry sabía que había un fantasma en el baño. Nadie entraba ahí ya que el fantasma lo inundaba si lo hacían. Se preguntó qué más ha estado Dumbledore escondiendo en la escuela. Tendría que hacer que Amber revisará la oficina del hombre. Amber por lo usual encontraba cosas interesantes que él liberaba después. Harry se preguntó si Dumbledore se había dado cuenta de sus libros faltantes.
~La niña no ha vuelto a bajar. Tampoco ha hecho nada raro desde que liberamos el libro. El director idiota parece preocupado por eso. Lo escuché preguntarle sobre el libro. Y no pareció feliz cuando se enteró que lo perdió.~
Amber se había hecho amiga de las serpientes que Dumbledore no sabía que residían en Hogwarts. Se preguntó quién creía Dumbledore que se encargaba de la población de roedores.
~¿Crees que se lo dio?~
Harry no estaría sorprendido. Sabía que Dumbledore era cercano a la familia Weasley. Sin embargo, no creía que fuera lo suficiente estúpido como para dañar a un miembro de la familia.
~No, le preguntó sobre el libro en el que sus hermanos la habían visto escribir. La niña los culpó por su desaparición. Los gemelos están aliviados de que el libro haya desaparecido.~
~Interesante.~
Harry iba a hablar con los gemelos.
Era casi Halloween. Dumbledore había estado actuando extraño, bueno, más de lo normal. Había estado merodeando por el baño. Harry podía sentir las barreras que Dumbledore agregó en el área. Los dos Weasley más jóvenes seguían peleando por el libro perdido mientras que los gemelos y Percy trataban de mantenerlos separados. Estaban resignados con que esta sería su nueva vida hasta que el problema del libro se resolviera. Weasley seguía negándolo todo. Incluso había arrastrado a Granger a la discusión.
Harry miró a Dumbledore que observaba la pelea de los hermanos. Muchos han tratado de detenerla, incluso su propia madre. Harry notó que el personal esperaba que Dumbledore hiciera algo, ya que cada vez que ellos lo hacían, él interfiere. Al parecer Dumbledore no había aprendido la lección. Era bueno encubriendo cosas. Harry tenía la sensación de que Halloween iba a ser interesante. Era hora de que los duendecillos aparecieran. A Lockhart le encantará verlos.
