Harry se preguntó qué tan pronto Dumbledore lo llamaría a su oficina con respecto a la casa de sus padres; Ironclaw había estado ansioso por revocar el contrato. Miró a la mesa principal donde estaba Dumbledore observándolo; iba a estar en su oficina después del desayuno, pero no estaba seguro si sería por el caso de calumnia o la casa. Esperaba que fuera por el caso de calumnia.
Draco le dio un codazo.
—¿Quieres que llame a mi padre?
—No, él no puede hacer nada. Fue hecho legalmente.
Harry le dio una pequeña sonrisa a Draco.
—Me pregunto si Weasley disfrutará hacer su disculpa.
Draco sonrió.
—Va a ser interesante.
Harry terminó su desayuno y se estaba levantando para irse cuando vio a Dumbledore y Severus dirigirse hacia él, y aceleró el paso, preguntándose qué haría Dumbledore. Casi estaba afuera del Gran Comedor cuando escuchó su nombre y maldijo; quería fingir que no lo había oído, pero no podía hacerlo. Se giró y miró a Dumbledore y Severus que caminaban hacia él.
—Es hora de que hablemos en mi oficina —afirmó Dumbledore sin sus brillantes ojos y su característica sonrisa.
Harry siguió a Dumbledore a su oficina. Severus parecía listo para matar a alguien. Harry sabía que no iba a ser una buena reunión y tenía la sensación de que Dumbledore no estaba contento sobre lo de la casa. Cuando llegaron a su oficina, Harry se sentó mientras que Severus se recargó en la pared. Dumbledore tomó asiento detrás de su escritorio y sus dedos lo golpearon durante varios minutos.
—Has ido demasiado lejos, Harry. No era necesario cerrar la casa de tus padres después de presentar un caso por calumnia.
—¿Acaso debía dejar que la gente siguiera pagando para entrar a la casa de mis padres? Nunca recibí ni un solo knut o centavo en ambos mundos como estaba establecido en el contrato y tampoco me beneficié de ninguna forma de los fondos recaudados por usted y el ministerio. El único que se benefició fue usted.
Harry inhaló profundamente.
—¿Por qué nunca me informaron que las posesiones de mis padres fueron arrojadas a las bóvedas? Creo que debería ser yo el que haga las preguntas aquí, señor Dumbledore.
Harry se dio cuenta de que se había expresado mucho con respecto a esos problemas; por lo usual no perdería el control así y ni se había dado cuenta de lo mucho que lo molestaba todo lo que estaba pasando. Dumbledore debía de saber que él ya sabía sobre el contrato.
—Hice lo que creí que era mejor, señor Potter. En cuanto a los fondos, no es mi culpa que su familia muggle haya fallado en sus deberes. Mi tarifa por encargarme de sus cuentas ya había sido arreglada.
Harry lo fulminó con la mirada y contó hasta diez para reprimir su ira.
—No tenías derecho a ese dinero. Nunca te preocupaste por mí. Fallaste en tu deber como mi tutor y no lo has sido desde agosto de 1991. Por lo tanto, rompiste el contrato. Si hubiera sido lo contrario, no habría sido invalidado.
Severus intentó advertirle a Dumbledore sobre esta confrontación y de que Harry no le tenía miedo. Después de todo este tiempo, Harry ni siquiera lo respetaba. Dumbledore sacó dos pedazos de pergamino.
—Este es un nuevo contrato con respecto a la casa en el Valle de Godric y la cuota del ministerio, incluido sus gastos de manutención.
Dumbledore empujó uno hacia adelante.
—Este es un cambio de tutela mágica. Los firmarás o te irás de Hogwarts —abrió un tintero y colocó una pluma junto a los rollos.
Harry se levantó.
—Adiós —miró a Severus—. Fue un placer conocerte —comenzó a irse de la oficina.
—Ve a tu dormitorio, Harry. Estaré allí en un rato —ordenó Severus, fulminando con la mirada a Dumbledore.
No estaba seguro de lo que él intentaba hacer. Una vez que Harry salió de la oficina, Severus se giró hacia Dumbledore.
—¿Estás siendo un idiota a propósito? ¿En serio esperabas que él estuviera de acuerdo? ¿Alguna vez se te ocurrió leer quién presentó la demanda por calumnia? Fueron sus familiares. Harry no puede cederte su tutela y tiene derecho a cancelar el contrato de la casa. Nunca se lo mencionaste —golpeó el escritorio de Dumbledore con el puño—. Vas a hacer que ese niño se vaya de Hogwarts. ¿Qué esperabas lograr?
Severus estaba un poco sorprendido de ser él quien estuviera tratando de mantener a Potter en Hogwarts.
—Él cerró la casa en el Valle de Godric y le costó al ministerio casi 1.000 galeones, Severus. Los Dursley están enfrentando cargos por robo y abuso y negligencia infantil, y pueden perder su casa. Los Weasley van a perder su hogar para poder cubrir el pago de la multa y sus gastos legales.
De repente, Severus entendió; Harry había estado financiando involuntariamente a Dumbledore, los Dursley y podía apostar que a los Weasley a través de Dumbledore por más de una década.
—Nada de eso es culpa de Harry —miró de cerca a Dumbledore—. ¿No me digas que lo hiciste, Albus?
Dumbledore pareció avergonzado por unos segundos.
—Cornelius no estaba muy contento con las noticias. Supongo que le enviará una carta a los Potter en Estados Unidos para recuperar la casa como atracción. Molly y Arthur van a perder su hogar. Los Dursley enfrentan cargos criminales. Yo debo de hacer algo.
—Eso es problema de los Potter, no el tuyo. En cuanto a Molly y a su hijo, ellos fueron advertidos y decidieron ignorarlo. Ronald debió haber mantenido la boca cerrada. Tú también fuiste advertido, decidiste ignorarlo y apenas te salvaste. Los Potter pudieron haberte acusado de negligencia. Debiste haber revisado a Harry a lo largo de los años. No puedo creer que estoy defendiendo a un Potter.
Severus no podía creer que Dumbledore estaba demostrando ser un Gryffindor; por lo usual, él actuaba más como un Slytherin al manejar sus asuntos y mantenerlos ocultos.
—Me voy a encargar de que Harry se quede. No interferirás más en su vida a menos que tenga que ver con Hogwarts. Lo digo en serio, Albus. Él se va a ir si sigues así.
Dumbledore se inclinó un poco hacia adelante.
—No debía de ser así, Severus. Harry no me respeta, no tiene conexiones con la gente de nuestro lado y ni se parece a sus padres. No sé qué hacer. Sabes que Quien-Tú-Sabes volverá y necesitamos a Harry.
—¿Ese es tu brillante plan? ¿Alienar a Harry para que se vaya a vivir con su familia en Estados Unidos o que se una al Señor Tenebroso que quiere sacarte del poder? Porque lo estás logrando muy bien.
Severus quería enviar a Dumbledore con un sanador mental y quería ver si estaba tomando clases con el Señor Tenebroso; esperaba esas cosas que Dumbledore acababa de intentar del Señor Tenebroso, no de él.
Dumbledore apoyó la cabeza en sus manos.
—No sé qué hacer, Severus. Perdí el espejo y la piedra y mi oficina fueron robadas. Ahora todo esto.
Dumbledore de verdad estaba perdido; la gente le exigía la razón por la que las cosas se habían perdido y cómo sucedió, y nadie quería escuchar su teoría sobre el posible regreso de Voldemort.
—Bueno, desquitarte con Harry no te va a ayudar. Si el Señor Tenebroso está tratando de regresar, debes enfocarte en eso y dejar de intentar moldear a Harry. Él no es su padre ni Black y mucho menos alguien de la Orden, así que déjalo en paz. ¿Entendido? Déjame ir a ver si logro convencer a Harry para que se quede.
—Sí, Severus. Haz lo que puedas. Yo lidiaré con Cornelius y Molly.
Dumbledore se enderezó.
—Continúa dándole clases privadas. Tu relación con Harry podría ayudarnos. Él no puede irse de aquí. Si tiene que salir de los terrenos, quiero que vayas con él.
Severus resistió la urgencia de rodar los ojos y observó a Dumbledore; Harry nunca iba a seguir a Voldemort ni a Dumbledore debido a sus locuras.
—Asegúrate de mantener a los dos Weasley más jóvenes lejos de Harry. El señor Weasley debe olvidarse de que Harry existe después de disculparse.
Dumbledore suspiró profundamente. ¿Cómo es que sus planes resultaron tan mal? Quería matar a los Dursley por abandonar a Harry en el bosque y maldecir a Molly por las cartas vociferadoras. ¿Por qué ella y sus dos hijos más jóvenes no lo escucharon? Había contado con que la familia Weasley fuera amiga de Harry.
—Me temo que tienes razón.
—Te lo advertí. Te informaré cómo me fue con Harry.
Severus se dirigió a las mazmorras y se sorprendió un poco al encontrar a Harry riéndose junto a su retrato que odiaba a todo el mundo; no estaba seguro de qué había hecho Harry para ganarse a su retrato y tampoco estaba convencido de querer saberlo. Su retrato se detuvo cuando vio a Severus.
—¿Quieres hablar con el niño en tus aposentos?
—Sí, ábrete, por favor.
Severus había tenido el retrato desde hace dos décadas y si no era educado con él entonces no lo dejaría entrar a sus aposentos; ni siquiera se sabía su nombre.
Harry se puso de pie.
—Gracias, Nys. Hablaré contigo después.
—Mocoso —dijo el retrato con un poco de calidez en la voz.
Severus arqueó una ceja hacia Nys que lo fulminó con la mirada, entró a sus aposentos, señaló su sillón y se sentó en su silla favorita. Harry se dirigió al sillón y tomó asiento.
—Lo tienes entre la espada y la pared, creo que esa es la expresión.
—Interesante.
Harry se encogió de hombros; debía de trabajar en su autocontrol. No había perdido el control en tantos años hasta que llegó a Hogwarts.
—Pensé que lo había arruinado porque me cabreé cuando mencionó la casa de mis padres. ¿Qué quiere que hagas?
—Quiere que continúe dándote clases privadas y estuve de acuerdo. Voy a añadir algunas clases más con Draco a tu horario no oficial. Me interesa enfocarme en tus habilidades de habla. No quiero que las descubran.
Severus iba a comenzar a darles clases de Oclumancia.
Harry empezó a acariciar a Sofía cuando se subió a su regazo, le habló y miró a Severus.
—Quiere que le des mejor comida. No le gusta lo que le has estado dando. Prefiere el pollo.
—Sí, la pequeña demonio se comió mi sándwich de pollo.
Severus vio que Sofía lucía muy orgullosa de sí misma.
—Dile que debe dejar de comerse mis plantas.
Harry se rio, pero hizo lo que le pidió. Sofía pareció molesta, pero pareció estar reflexionando mientras Harry continuaba y luego maulló en señal de aceptación.
—Ya no se las comerá.
—Perfecto.
Severus se levantó y comenzó a pensar en los diferentes animales con los que Harry podría hablar para conseguir ingredientes para pociones. Sin duda podría evitar que lo mordieran.
—¿Quieres té?
—Sí, por favor.
—Dumbledore cree que estoy tratando de convencerte para que te quedes. Voy a empezar tu primera lección de Oclumancia.
—¿Oclumancia?
Severus hizo el té y empezó a explicarle sobre la Oclumancia.
