Los gemelos Weasley y Percy esperaban a Harry en el mismo rincón donde habían tenido su última reunión.

—Tu padre estuvo genial —comentó Harry, sin estar seguro de cuánto de esa acción lograría que Dumbledore retrocediera.

Al menos, con eso tal vez se resolvería la extraña obsesión de Weasley con él.

—Mi padre estaba un poco nervioso cuando Dumbledore intervino y lo detuvo, pero creo que tu plan para nuestro hermano funcionó —explicó Percy, recordando haber visto a Ron hablando con Granger antes de que ella se lo llevara arrastrado—. Al parecer Granger lo llevó a la biblioteca.

—Así es, ¿no es así, Gred? —dijo Fred.

—Así es, Forge. Los vimos dirigiéndose hacia allá —respondió George.

—Granger tiene demasiadas preguntas sobre el tema —señaló Percy, sonriéndoles a los gemelos—. Y eso significa que habrá una interesante discusión esta noche en la sala común.

—Quizás esta vez nos escuche… —comenzó Fred, dudando si Granger realmente lo haría.

—Cuando le demos… —continuó George.

—Las respuestas a sus preguntas —finalizaron los gemelos al unísono.

—Lo dudo, pero los demás nos escucharán, y eso es lo que importa —afirmó Percy, notando la sonrisa de Harry—. Si más personas empiezan a cuestionar las cosas, entonces podremos enseñarles las viejas costumbres.

—Suenas como un Slytherin, Percy —comentó Harry, apreciando la actitud de los hermanos mayores y preguntándose si a los dos menores los habían dejado caer de pequeños.

—Sí, puede ser —admitió Percy, mirando a los gemelos y recordando que los tres podrían haber ido a Slytherin de no ser por la insistencia de su madre en que fueran a Gryffindor—. Mi padre quería que te transmitiéramos su agradecimiento. Estaba preocupado por lo que podría suceder en el futuro si Ron seguía por ese camino.

—Me alegra haberlos ayudado —contestó Harry, esperando también que Ron dejara de involucrarlo en sus tonterías, ya que odiaba la atención innecesaria—. Será mejor que me vaya antes de que alguien nos vea juntos —advirtió, marchándose sin mirar atrás y pensando en lo útiles que podrían serle los gemelos en el futuro.

..

Harry se sorprendió al ver cuán en serio el Idiota y la Señorita Perfecta se tomaban su nueva sed de verdad tras la visita de Arthur Weasley. Le sorprendió encontrar a la pareja sentada con algunos Ravenclaw y otros estudiantes, haciendo preguntas, obteniendo nombres de libros para leer, e incluso discutiendo cómo muchos de los feriados tienen aspectos del mundo mágico y cristianos mezclados en su sistema de creencias, tanto durante las comidas como en los descansos de estudio.

Cuando Draco se sentó a su lado en la sala común, Harry levantó la vista de su libro.

—Te lo perdiste —comentó Draco.

—¿Qué cosa? —preguntó Harry, sabiendo que Amber y los gatitos se lo informarían después, pero escucharlo de los humanos también era bueno.

—La discusión entre Dumbledore, Granger y Weasley durante el periodo de estudio. Hoy, Dumbledore decidió visitar el Gran Comedor a esa hora y vio a la parejita sentada con unos Ravenclaw, revisando diferentes libros que les habían dado. Hillman y Yates, estudiantes de séptimo año, estaban con ellos señalando distintos aspectos de los antiguos rituales cuando Dumbledore llegó.

—Qué interesante —respondió Harry—. Él nunca va al Gran Comedor durante la hora de estudio.

—Exactamente. Todos lo observamos mientras se dirigía hacia Weasley y Granger, quien lo miró y decidió que Dumbledore era la persona perfecta para preguntarle sobre un ritual de uno de los libros. Granger levantó el libro con la página abierta y le preguntó a Dumbledore si podía explicarle la diferencia entre los términos Wicca, Brujería y Paganismo, ya que se relacionan en varias áreas y, según ella, el paganismo es un término genérico. Dumbledore le respondió que no creía que Hogwarts fuera el lugar apropiado para discutir prácticas obsoletas que ya no se utilizan en el mundo.

—¿Él dijo qué? —cuestionó Harry, un poco perplejo, dado que el personal del colegio seguía usando túnicas tradicionales de brujería.

—Así es, Harry, y la boca de Weasley funcionó a nuestro favor por una vez. Weasley recorrió con los ojos a Dumbledore y dijo en voz alta que, si no era tan importante y ya era algo obsoleto, entonces, ¿por qué Dumbledore usaba ese tipo de túnicas, al igual que el resto del personal, los que trabajan en el ministerio y los miembros del Wizengamot que usan túnicas y llevan a cabo sus reuniones de acuerdo con las viejas tradiciones? También le recordó que había reglas antiguas que aún seguimos utilizando.

—¿En serio dijo eso? Qué interesante. Nunca pensé que Weasley fuera tan listo —murmuró Harry, un poco sorprendido. Si hubiera sabido que sería tan fácil deshacerse de Weasley, lo habría hecho desde el año pasado.

—Puede que su inteligencia no dure mucho, ya que Dumbledore le ordenó que lo viera en su oficina, pero el daño ya está hecho. Ahora todos los que estuvieron en el Gran Comedor le deben estar contando a los demás, quienes seguramente se lo informarán a sus padres.

—Sin duda, esto proporcionará un incentivo para que más estudiantes aprendan lo que Dumbledore quiere mantener oculto.

—Exactamente —concordó Draco, sonriendo.

—Los otros Weasley se enterarán de esto —señaló Harry, inclinándose en el sofá.

—Sí, ya lo hicieron. Vi que algunos estudiantes estaban hablando con ellos cuando salíamos del Gran Comedor. Hillman estaba conversando con Percy, mientras que Yates y algunos Ravenclaw hablaban con los gemelos.

—¿Cuántos estuvieron presentes en el Gran Comedor en ese momento? —inquirió Harry, preguntándose si Dumbledore intentaría quitar esos libros de la biblioteca de Hogwarts.

—Casi la mayoría de los alumnos de Ravenclaw, como siempre, al igual que la mayoría de los estudiantes de Gryffindor, ya que era su horario habitual para estudiar —respondió Draco, esbozando una sonrisa divertida—. Dumbledore seguramente pensó que sería una conversación tranquila, pero todos sabemos que Granger y Weasley son todo menos tranquilos.

—Me pregunto qué dirán en la cena —comentó Harry, riéndose, porque sabía que la parejita no era ni tranquila ni sutil.

—Es probable que Dumbledore diga algo al respecto —opinó Draco, planeando escribirle a su padre sobre los últimos sucesos.

—Estoy seguro de que tu padre y mis parientes estarán muy interesados en saber lo que pasó, Draco —sugirió Harry, mirando la sala común.

—Yo ya estoy planeando escribirle a mi padre sobre eso. Si no lo hacemos, Dumbledore quitará esos libros de por vida. Pansy está actualmente ocupada esparciendo el chisme a todas las personas posibles para que le escriban a su familia.

Harry miró a Daphne Greengrass, cuyo padre era el líder de la facción neutral, pensando que quizás era hora de hablar con Lord Greengrass y anotando mentalmente añadir más libros de política a su lista de lectura. Aún tenía tiempo suficiente para hacerlo porque Dumbledore aún no había hecho nada con respecto a la infestación de criaturas del castillo, y Harry creía que Dumbledore esperaría hasta las vacaciones de verano para encargarse de los problemas de Hogwarts. Harry decidió que Lord Malfoy necesitaba saber sobre esta decisión.

—Creo que tu padre también estará interesado en otro suceso, Draco.

—¿En serio?

—Sí, amigo mío, y eso le causará muchos problemas a Dumbledore.

..

Severus y Minerva estaban sentados detrás de Dumbledore en la reunión del Consejo Escolar, habiendo sido citados tanto como él. Aunque Dumbledore no estaba seguro de la razón por la que los habían convocado, tanto Severus como Minerva sospechaban que se debía a la infestación de criaturas en el castillo y a la reciente escena en el Gran Comedor. Ron Weasley no había permanecido en silencio respecto a lo que había aprendido, y no dudaba en decirle a la gente que Dumbledore intentó evitar que los estudiantes conocieran las antiguas tradiciones del mundo mágico.

En un rincón de la sala, Lucius Malfoy y Lady Longbottom conversaban en voz baja, mientras Dumbledore intentaba entablar una conversación con Ted Tonks y otros miembros del Consejo.

—Se están trazando líneas de batalla, y temo que Albus no tiene ni idea de lo que tratará realmente esta lucha —murmuró Minerva con un chasquido de la lengua.

—Me temo que tienes razón —respondió Severus, lanzando una sutil mirada a Dumbledore y al resto del Consejo Escolar.

—Se lo advertí una y otra vez —añadió Minerva con frustración—. El Consejo revisará no sólo mis solicitudes y las de Argus para el mantenimiento y la inspección de plagas, sino también las peticiones para que alguien examine el sótano. Argus ya había encontrado putrefacción en la madera, y eso es algo que no se puede ignorar por mucho más tiempo.

—Solo ha pasado una semana, ¿crees que por eso fuimos citados? —preguntó Severus, aún inseguro de la razón detrás de la convocatoria, aunque tenía la sensación de que fuera lo que fuera, no le iba a gustar a Dumbledore.

Después de todo, el Profeta había publicado un artículo interesante sobre el intento de Dumbledore de evitar que los estudiantes aprendieran sobre las tradiciones del mundo mágico. Rita Skeeter claramente disfrutaba escribiendo sobre el director, destacando la paradoja de que alguien que vestía túnicas tradicionales intentara suprimir ese conocimiento.

—¿Crees que tenga que ver con los artículos? —preguntó Severus, con tono pensativo.

—Si los escribió Rita, no creo que el Consejo Escolar los tome en serio... aún —respondió Minerva, aunque no sonaba del todo convencida—. Al menos, eso espero —murmuró, suspirando nuevamente.

..

Harry observó la oficina de Dumbledore, incapaz de resistir la tentación de entrar mientras Dumbledore, McGonagall y Severus no estaban en el castillo. Frotándose las manos, pensó que era el momento perfecto para actuar.