Nido de Amor
La mano de Blitzo recorría el cuerpo del príncipe búho, acariciando su cuello, pecho, abdomen y costados, haciendo movimientos suaves y amorosos con los dedos mientras la sensación del plumaje de su marido calentaba sus manos.
Los labios de ambos estaban unidos en un beso lleno de amor y pasión, Stolas acariciaba la espalda de Blitzo para luego tomar entre sus manos la cara de su marido y acariciarlo con los dedos dulcemente.
El par de esposos estaban tumbados en la gran cama que compartían desde hacía muchos años atrás, antes y después de casarse. Blitzo estaba arriba de Stolas, con sus piernas a los costados del búho, una mano en el pecho y otra apoyada en el colchón de la cama.
Separaron sus bocas, sus miradas fijas el uno en el otro, con ese brillo característico en los ojos de ambos que siempre se veía reflejado desde que se habían enamorado.
-Te adoro-pronunció Blitzo en voz baja.
-También eres mi adoración-respondió Stolas con el mismo tono mientras acariciaba la mejilla blanca de su esposo.
Blitzo esbozó una sonrisa al oír aquellas palabras que siempre lo alentaban, volvió a besar a Stolas en la boca, esta vez un beso más suave y de corta duración, para después dirigir su atención al cuello del búho.
Volvió a recorrer el cuerpo de su esposo búho, esta vez con sus labios, besando cada parte del príncipe; cuello, pecho, brazos, abdomen.
Stolas cerró los ojos para concentrarse en la sensación placentera que pasaba por todo su cuerpo al contacto de los besos de su esposo. De su garganta salió de un gemido de placer y excitación.
-Blitz…
El aludido continúo besando repetidas veces el cuerpo del búho, extasiado ante la presencia de su marido con quien gozaba siempre compartir su vida entera.
Tan concentrados estaban en su demostración de amor y deseo, que no notaron que la puerta se abrió de par en par.
-¡Papá!
La pareja detuvo sus besos y caricias, giraron hacia la puerta, reconociendo aquella voz.
En su habitación se encontraba un cachorro de hellhound con pelaje negro cubriendo desde su nariz, orejas, rostro, lomo y patas, con el pecho y el abdomen blanco y unas manchas blancas en los ojos cual si tuviera maquillaje.
Llevaba entre sus manos una frazada para dormir, la cual abrazaba fuertemente con el cuerpo tembloroso.
-¿Pasa algo, Mussi?-preguntó Blitzo con preocupación al notar el miedo en el pequeño.
-Tuve una pesadilla-habló el cachorro apretando con más fuerza su frazada.
Sus ojos brillaban por las lágrimas que habían brotado debido al susto.
-¿Le pusiste películas de terror de nuevo?-preguntó Blitzo con molestia dirigiéndose a Stolas mientras se erguía en la cama.
-No fui yo. Fue Octavia-aseveró Stolas irguiéndose igualmente en la cama-. Le dije que no ponga películas de terror cuando Mussi esté despierto porque le cuesta dormir.
-¿Por qué Via es tan irresponsable? Ella tiene la responsabilidad de cuidar a Mussi también. -reprochó Blitzo con enojo.
-Lo sé, pero ella posee deberes como princesa gobernante así que quiso relajarse viendo películas de terror y Mussi llegó para estar con ella-dijo Stolas frunciendo el ceño y colocando una mano en el pecho de forma elegante.
-Via es su hermana, igual que Loona-reclamó Blitzo.
-Si, pero está ocupada con sus obligaciones-dijo Stolas molestó-. No puede estar al pendiente de todo lo que pasa aquí con nosotros.
-Te recuerdo que comparte techo contigo y conmigo-habló Blitzo con furia.
-¿Qué estás intentando decir de mi hija?-preguntó Stolas elevando un poco el tono de voz, evidenciando su enojo y marcando la palabra "hija" con más énfasis.
-También es mi hija-respondió Blitzo en el mismo tono.
-A penas hoy la descubrí viendo esas películas con Mussi hace rato.
-Es una adulta que debe cuidar a su hermano.
-Bueno, no supo hacerlo adecuadamente.
-¿Y por qué no le enseñas a cuidar cachorros?
-¿Me estás diciendo que no lo hago?
-Vaya, entendiste mi punto.
Las voces de ambos se elevaron, retumbando en la habitación mientras discutían, hasta que un llanto los hizo callarse y mirar al hellhound cachorro.
-Muaagg…muaaaaggg…
-Oh no.
Stolas se levantó rápidamente y corrió hacia el cachorro, Blitzo se arrastró por la cama hasta llegar al borde de ésta donde vio como su esposo abrazaba al hellhound que lloraba sin parar.
-Calma, Mussi. Tranquilo-dijo Stolas acariciando la espalda del pequeño con los dedos y apretándolo contra su pecho emplumado.
-Se están peleando por mi culpa-vociferó Mussi sin dejar de llorar.
-No, no, claro que no, amor-habló Stolas suavemente intentando consolar a su hijo.
Blitzo sintió como si algo golpeara su pecho al ver a su marido e hijo sufriendo. Bajó de la cama y se dirigió a ellos con preocupación, estrechándolos entre sus brazos, pasando uno de sus brazos por la espalda de Stolas y el otro por la de Mussi.
-No pasa nada, Mussi-habló quedamente Blitzo.
-No me gusta que peleen-sollozó Mussi.
Stolas y Blitzo se miraron con consternación al darse cuenta de lo que habían provocado, sin intención malévola, en su hijo adoptivo.
Tras unos segundos de mirarse, escuchando el llanto de Mussi resonando en la habitación, Blitzo esbozó una media sonrisa para calmar a Stolas y asintió, indicándole con esto a su marido que debían mantenerse tranquilos para no alterar más al cachorro.
Stolas le devolvió el gesto y asintió, se dirigió a su hijo y comenzó a acariciar su cabeza con movimientos suaves y amorosos.
-Ya, querido. Todo está bien-habló Stolas con voz muy baja y suave.
-No estamos enojados entre nosotros-confirmó Blitzo con la misma dulzura.
-¿En serio?-preguntó Mussi alzando la cabeza que estaba hundida en el pecho del búho.
-Claro, es prácticamente imposible que estemos enojados por mucho tiempo-aseguró Blitzo con una sonrisa sincera.
Stolas sonrío más para sí mismo que para su familia ya que apoyaba el comentario del imp.
-Hemos estado conversando sobre ti y los planes que tenemos para la celebración de nuestros pecados de nacimientos-afirmó Stolas dirigiéndose nuevamente al pequeño.
-¿La celebración Sinsmas? ¿La que se festejará en unas pocas semanas?-preguntó Mussi con la respiración más relajada.
-¡Esa misma!-vociferó Blitzo chasqueando los dedos con alegría.
-Estábamos pensando en celebrar una fiesta con tus hermanas y tíos-dijo Stolas con júbilo.
Los ojos de Mussi pasaron de un brillo lacrimoso a uno de regocijo, con una gran sonrisa abierta en su rostro canino.
-¡Veremos a los tíos Millie y Moxxie!
-Obvio-respondieron al unísono los padres de Mussi.
-¡Siiiiiiiiiiii!
Mussi gritó exaltado, extendiendo los brazos con sus patitas cerradas como puños.
-¡Voy a mostrarle al tío Moxxie la canción que estoy componiendo para que revise mis partituras y lectura de notas!
-Ya van a empezar con sus musicales-replicó Blitzo rodando las cuencas de los ojos con fastidio.
-Papá Blitz, deja que me divierta aprendiendo música-reclamó Mussi con los brazos en las caderas y mirando severamente a Blitzo.
-Aaaaggg, es lo malo de juntarte con Moxxie-replicó Blitzo con un dejo de rechazo.
-¡Papá Blitzo!
Stolas soltó una carcajada al ver los comentarios de su hijo y marido.
-Creo que ya debes dormir, Mussi-dijo Stolas amorosamente-. Ya es tarde.
-Pero mañana no hay escuela-afirmó Mussi.
-Los niños deben dormir temprano-dijo Blitzo con un tono paternal.
Mussi refunfuñó a lo que sus padres rieron divertidos. Sin agregar más, Stolas levantó al pequeño en brazos y se dirigió a la salida de la habitación.
-Vuelvo en un momento, Blitzy.
-Sí, amor.
Stolas salió de la habitación dejando a Blitzo con una sonrisa complacida. Trepó en la cama y se recostó cubriéndose con las cobijas suaves y anchas.
Decidió esperar, despierto, a que volviera su marido, así que sólo contempló las cobijas y pasó su mano sobre ellas notando la tela sedosa y fina.
Ya se había acostumbrado a vivir con esos lujos desde hacía mucho tiempo; al principio sólo era verlos de lejos, luego las usó temporalmente para pasar la noche con su amante, que después se convertiría en su novio, y ahora que estaban casados ya eran parte de su vida.
Esas cobijas, a diferencia de las anteriores, poseían un estampado de dos caballos, cariñosos uno con el otro, descansando en un prado junto a un gran arbusto de plantas carnívoras. Fue un regalo de bodas mandado a hacer personalmente por Octavia.
Los labios de Blitzo formaron una sonrisa al pensar en el hecho de que su hijastra les había dado esa prenda que los acompañaba cada noche desde el día que se casaron.
Había sido un proceso difícil, pero por fin tenía la familia que había soñado formar con Stolas, incluso más.
Al fin tenía un esposo y tres hijos a los que amaba más que a sí mismo.
A veces aún creía que todo aquello era un sueño, que seguía siendo producto de su imaginación como en aquella ocasión en que imaginó a su familia ideal hacía años atrás durante una misión a la Tierra.
No obstante, mirar aquella cobija gruesa le devolvía los pies a la tierra haciéndole ver que por fin era realmente feliz, su verdadero anhelo se había hecho realidad.
De pronto meditó en que se había enojado con Stolas por las acciones de Octavia al relacionarse con Mussi. Si bien se llevaba bien con Via, en ocasiones discutía con ella sobre el trato a los cachorros hellhound, ya que la princesa gobernante no tenía mucha experiencia relacionándose con demonios de otras clases.
Sus conocimientos eran vastos, pero en práctica era un poco asocial, como Loona, así que sólo convivía con su familia cercana y no era nada experta en crianza de cachorros.
Al mirar la cobija, comprendió en su corazón que debió ser cruel al hablar así de Via frente a su pareja, cuando, además, él la consideraba su hija y la amaba igual que a Loona y Mussi.
Quizá había momentos en que inevitablemente las discusiones yacían en medio del cálido hogar que formó en el palacio, pero jamás permitía que los pleitos pudieran llegar al punto máximo de herir los sentimientos de sus seres amados.
Sabía que era muy difícil pedir perdón, pero prefería eso a perder de nuevo a su familia.
Lanzó un suspiro mientras cerraba sus manos, formando puños que apretaban la cobija.
-Fui muy tonto de nuevo.
.
.
La puerta de la recámara se abrió, dicho cuarto estaba adornado por una gran variedad de juguetes de todos los estilos, incluyendo súper héroes, cubos y triángulos de madera, figuras de acción de robots tipo mecha, dos casas grandes de muñecas, una de ellas abierta de par en par dejando ver muñecas en la cocina, habitación y sala de estar.
Stolas entró junto con su hijo en brazos meciéndolo suavemente.
-Dime, Mussi, ¿Por qué ves películas de terror si sabes que te asustas con facilidad?
-Porque quiero desarrollar valentía, así como todos ustedes.
Stolas frunció el ceño.
-¿Quieres ser valiente?-preguntó confundido.
-Si-respondió Mussi con seguridad-. Mi hermana Octavia me dice que tú y papá Blitzo son valientes y fuertes así que quiero ser como ustedes.
El entusiasmo infantil con que habló Mussi causó ternura en el corazón de Stolas que esbozó una sonrisa paternal llena de amor y dulzura.
-Mus-llamó cariñosamente al cachorro-, no necesitas ver esa clase de películas para ser valiente.
Se sentó en la cama, colocando a su hijo en sus piernas delgadas.
-¿En serio?-preguntó con curiosidad Mussi-. Pero tú y papá Blitzo no temen a nada y ven esas películas.
-Pero nosotros no somos valientes por ver películas, lo somos por todas las experiencias que hemos vivido.
-¿Experiencias?
-Claro-sonrió el búho mientras depositaba al pequeño en su cama y lo arropaba al hablar-. Tu padre y yo hemos vivido muchas aventuras que nos han vuelto fuertes.
-¿Cómo cuáles?
Mussi estaba realmente interesado en las hazañas de sus padres adoptivos.
-Una vez peleó con un dragón para salvarme la vida justo aquí en el palacio.
Stolas agregó un tono de narrador al contar aquella aventura de muchísimos años en el pasado.
-¿¡Qué!? ¿¡En serio!?-los ojos de Mussi brillaron con entusiasmo.
-Ese dragón me tragó por completo y Blitzo se metió a su garganta para liberarme. Arriesgó su vida por mí.
Stolas narraba el suceso con alegría, no sólo por el placer de contar aquella historia a su hijo, sino por la gran alegría de recordar aquel momento en que se sintió amado y correspondido.
-¡Wowwww! ¿Y qué fue lo que sucedió?
-Te contaré todo mañana-aseguró Stolas divirtiéndose.
Mussi bufó con un quejido berrinchudo.
-Yo quiero saber cómo te salvó papá Blitzo-reclamó el cachorro.
-Es hora de dormir, no de contar historias.
-Pero los papás cuentan historias a sus hijos para dormir.
-Si, pero esto es una larga historia que vivimos tu papá y yo mucho antes de que nacieras y requiere detalles que sólo nosotros sabemos.
Mussi cruzó los brazos con furia, apartando la mirada de su padre búho, a lo que Stolas sonrió complacido.
-Si quieres volverte valiente, sólo recuerda que la valentía nace cuando quieres proteger a alguien que amas más que a ti mismo.
Stolas habló con la dulzura de un padre que cuida a un niño, acarició el rostro del cachorro y luego alzó su mano para liberar un poco de poder mágico de ella.
Era una magia de color blanco que tomó la forma de un cubito en la palma de la mano del búho y cuando éste lanzó el cubo hacia el techo, cual si se tratara de una pelota, explotó como fuegos artificiales llenando la habitación de luces.
Mussi vio aquello y sus ojos brillaron al ver su habitación como festival, Stolas continúo liberando magia y lanzándola por toda la habitación provocando un espectáculo de fuegos artificiales para su hijo pequeño.
Las explosiones de luz dejaban ver consigo planetas, estrellas, meteoritos y muchas partículas espaciales con un color holográfico.
Poco a poco, como si tuvieran un poder especial, Mussi fue cerrando los ojos al sentirse adormecido por las luces y la voz de su papá arrullándolo con tarareos dulces.
Transcurridos unos minutos de cánticos suaves, luces y estrellas recorriendo la habitación, Mussi logró conciliar el sueño y su respiración se relajó.
Stolas le acarició la cabeza con suavidad, esbozando una sonrisa que desbordaba ternura, lo arropó con las cobijas sedosas y se retiró a paso lento y silencioso.
Una vez cerró la puerta sin hacer ruido, aceleró el paso para volver a su habitación con su esposo que se hallaba reclinado en la cabecera de la cama, revisando el celular.
-¿Todo bien?-preguntó seriamente Stolas mientras se dirigía a él.
-Sí, sólo revisaba los mensajes de Mills-aseguró Blitzo tranquilamente.
-¿Cómo está ella?-preguntó Stolas al tiempo que alzaba las cobijas de su lado para acomodarse.
-Bien, quería saber si tenemos vasos desechables que se puedan usar para manualidades.
-Es para la escuela de su hijo, ¿verdad?
Stolas se cubrió con la manta, recargando su espalda en la cabecera de la cama.
-Exacto-contestó Blitzo chasqueando nuevamente sus dedos y guiñándole el ojo a Stolas.
-Creo que nos sobraron algunos de los que pidieron en la escuela de Mussi-meditó Stolas.
-Le dije que mañana lo verifico-Blitzo sonrió al hablar.
Stolas soltó una risita.
-Es la ventaja de tener hijos pequeños al mismo tiempo.
Blitzo también sonrió con dulzura, mirando fijamente a su esposo amado que se acomodaba para dormir hasta que el búho sintió aquella mirada profunda.
Stolas giró hacia Blitzo y parpadeó varias veces al percatarse de esa mirada intensa que lo observaba a detalle.
-¿Qué pasa, Blitzy?
-Discúlpame por enojarme con Via.
Stolas volvió a parpadear varias veces para luego sonreír amorosamente.
-Aww Blitzy…
-No quise desquitarme de esa forma con nuestra hija-se encogió de hombros-. Tú sabes que la amo, pero me preocupo mucho por Mussi ya que aún es pequeño.
Stolas alzó su mano y tocó la mejilla blanca de Blitzo de una forma cariñosa y tierna.
-Gracias por disculparte-dijo con voz suave-, pero también yo tengo responsabilidad de cuidar a mis hijos, no sólo tú.
-Aún así me siento mal de portarme así con Via y contigo.
Blitzo posó su mano en la de Stolas que descansaba en su mejilla. Amaba sentir el tacto de Stolas junto a él.
-Es mi obligación orientar a Via sobre cómo cuidar a Mussi-habló Stolas con un tono suave-. Aunque es una adulta, hay muchas cosas que desconoce.
-Como tú y yo-aseguró Blitzo con el mismo tono suave.
Stolas entendió lo que Blitzo trataba de decirle. Supo que Blitzo no quería que nadie se culpara de los errores que se cometen en la crianza de hijos; era normal equivocarse y él, desde niño, era experto en fallar incontables veces.
El búho sonrió ante aquella muestra de amor de su esposo.
-Yo también estoy aprendiendo a cuidar cachorros, así que tengo igual o más responsabilidad que Via.
"No le expliqué sobre el miedo de Mussi al cine de horror y ese fue mi error".
Blitzo tomó la mano de Stolas entre las suyas y la acarició con los dedos sin dejar de mirar a su esposo búho.
-También tengo la obligación de orientar a Octavia sobre Mussi. Ambos son mis hijos.
Besó la mano de Stolas repetidas veces con dulzura, luego llevó la mano del búho a su pecho, sin soltar su agarre.
-No es fácil para ninguno criar hijos-habló Blitzo con una sonrisa torcida y una risita tímida.
Stolas le devolvió el gesto con la misma sonrisa de lado.
-Pero somos muy felices los cinco-sentenció el príncipe búho.
Blitzo estiró uno de sus brazos y tocó la mejilla de Stolas de forma amorosa.
-Mañana hablaré de nuevo con Via para enseñarle más sobre cuidar cachorros hellhounds.
-Creo que eso me toca a mí-afirmó Stolas-. Mussi necesita que hables con él sobre valentía.
Blitzo frunció el ceño y bajó el brazo.
-¿Valentía?
-Tiene interés en las películas de horror porque cree que así podrá ser valiente como nosotros.
Blitzo se llevó las manos al pecho, con una exclamación de ternura y los ojos brillosos.
-¿En serio te dijo eso?
-Si, ahora quiere conocer más sobre nosotros y nuestras aventuras-Stolas estaba complacido y orgulloso.
-Bueno, tendremos mucho que contar-dijo Blitzo con el mismo orgullo-. Eres el ave más valiente del infierno.
-Y tú eres el imp con más audacia en toda la historia del infierno.
-Y por eso me quieres-agregó Blitzo con una sonrisa traviesa.
-Te amo.
La melosidad en la voz de Stolas, mezclada con su honestidad al expresar sus sentimientos, tuvo el efecto de hacer que el corazón de Blitzo latiera con más fuerza que antes.
-Y yo a ti, Stols.
Su respuesta tuvo el mismo efecto en el príncipe búho que soltó su mano del agarre de Blitzo para rodear con su brazo la cintura del imp, lo aproximó hacia él, agachándose para estar a su altura, y lo besó en los labios con amor.
Blitzo cerró los ojos y movió sus labios en respuesta al beso, pasando sus brazos pequeños alrededor de la cintura y espalda del búho que se acomodó en la cama, con movimientos delicados, hasta quedar tumbado totalmente.
El beso continúo mientras la pareja se acomodaba, con Stolas tumbado y Blitzo encima de él, justo en las mismas posiciones en que se habían encontrado momentos atrás.
Finalmente detuvieron su beso y permanecieron mirándose fijamente.
-Te deseo-murmuró Blitzo.
-Quiero estar contigo, querido.
-Ahora sí podemos hacerlo tranquilamente-aseguró Blitzo con coquetería.
-Suena tentador-respondió Stolas con el mismo tono.
Se rieron y volvieron a besarse amorosamente, Stolas acariciaba el rostro del imp y Blitzo recorría con una de sus manos el rostro, pecho y abdomen del búho, mientras que la otra estaba apoyada en el colchón de la cama.
Ensimismados en su pasión se hallaban, sin prestar atención a los sonidos a sus alrededores hasta que, nuevamente se abrió la puerta de golpe y ambos se sobresaltaron.
-Papá Stolas, yo quiero que me cuentes la historia.
La pareja miró hacia la puerta, donde se localizaba Mussi observándolos con curiosidad infantil.
-Mussi, te dije que es hora de dormir-regañó Stolas.
-No es justo que no me cuentes la historia.
-¿Cuál historia le prometiste?-cuestionó Blitzo alzando una ceja hacia su marido.
-Cuando me rescataste del dragón de hielo.
-Ah, la de la Elsa malvada-comentó Blitzo haciendo memoria.
-Por favor, cuéntenme la historia de ese rescate.
El matrimonio se miró, como buscando una respuesta en el otro, hasta que Blitzo esbozó una sonrisa cálida y dulce.
Se dirigió a su hijo con esa misma expresión en el rostro.
-Mussi, ¿quieres pasar la noche con nosotros?
Tanto Stolas como Mussi abrieron los ojos con sorpresa.
-¿En serio?-exclamó Mussi con alegría.
-Por mí no hay problema-dijo Blitzo.
-Blitzy, ¿en verdad quieres eso?
La pregunta de Stolas sonaba incrédula, como si jamás hubiera esperado esa reacción por parte de su esposo.
-Bueno, si tú estás de acuerdo obviamente, mi amor-dijo Blitzo mirándolo con cariño.
Stolas parpadeó varias veces mirando a su imp; su mente le trajo recuerdos vagos de muchísimos años atrás cuando, en su anterior matrimonio, no tuvo jamás la oportunidad de compartir un momento en familia en el que los tres durmieran juntos.
De pronto meditó en que nunca supo lo que era dormir con Octavia, acurrucar a su hija junto a él debido a una pesadilla o narrarle cuentos mientras ambos se quedaban dormidos en la misma habitación.
Mucho menos vivir una experiencia así acompañado de una pareja que lo amara.
Una sonrisa radiante se dibujó en el rostro del búho al tiempo que unas pocas lágrimas brotaron de sus ojos.
Blitzo entendió la situación y tomó la mano de Stolas en señal de apoyo antes de mirar a su hijo.
-Ven, Mussi, te contaré todo aquí con nosotros.
-¿De verdad puedo?-volvió a preguntar Mussi con dudas.
-Claro, querido-contestó Stolas-. Te contaremos nuestra aventura.
Al tener el permiso de Stolas, Mussi no dudó ni un instante en correr hacia ellos, trepar en la cama, acostarse en medio de sus padres y taparse con la cobija.
-Vamos, quiero escuchar esa historia-dijo Mussi extasiado.
Blitzo y Stolas se dedicaron unas miradas antes de asentir y sonreírse uno al otro.
-Bueno, fue hace muchísimos años atrás-habló Blitzo sutilmente.
-En esa época no éramos aún pareja-comentó Stolas apoyando su cara en su mano recargada en la cama.
-¿Ah sí? ¿Y qué sucedió? ¿Cómo salvaste a papá Stolas?
-Bueno, en realidad él me salvó primero.
El príncipe abrió los ojos con sorpresa.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Entonces ambos se salvaron mutuamente?
-Si-respondió Blitzo-, hay un orden en el que aconteció todo.
-Dime más, papá Blitzo.
El brillo en los ojos de Mussi conmovió a Blitz que sonrío dulcemente.
-Bien, te contaré los dos rescates.
Mussi prestó atención a Blitzo, perdiéndose en la narración de su padre adoptivo. Por su parte, Stolas recostó la cabeza en la almohada, mirando fijamente a su marido, permitiéndose relajarse al escuchar la voz de Blitzo.
La forma en que Blitzo contaba la historia cuál si se tratara de una historia ficticia lo transportó a la época del circo cuando lo vio por primera vez tratando de hacer chistes que, a la fecha, le hacían reír.
Sonrió mientras escuchaba el relato, su propia historia de amor con aquel imp que aún con el paso de los años seguía amando intensamente.
Inevitablemente, se sentía pleno y lleno de felicidad al compartir esa noche junto a su esposo e hijo, su nueva familia, la que siempre soñó tener.
Y de nuevo Stolas supo que, después de tantos años, ahora sí era realmente feliz.
FIN
Aunque mis fics ya suceden en una línea de tiempo AU, hay algunos eventos del canon que sí pasan igual que en la serie como los rescates de Blitzo y Stolas en el juicio y en el castillo congelado. Más adelante les daré detalles de algunas diferencias entre el canon y mi AU.
Por lo pronto, espero les guste esta pequeña historia presentando al hijo de Blitzo y Stolas
