Harry se levantó de su asiento, recorriendo con la mirada a sus lugartenientes. Cada uno de ellos era una pieza clave en el rompecabezas que había transformado a los Saints de una simple banda a una organización en plena evolución. La tensión en la sala era palpable; todos entendían que las decisiones que se tomaran en esa reunión definirían su futuro.
—"Todos hemos trabajado duro para llegar hasta aquí," comenzó Harry con seriedad, su tono calmado pero cargado de convicción. —"Pero ahora es el momento de poner en marcha algo más grande. Esto no será fácil, y cada uno de ustedes tiene un papel vital que desempeñar."
La energía en la sala cambió. Algunos asintieron en silencio, mientras que otros, como Johnny y Kinzie, ya parecían listos para hablar. Harry levantó una mano, indicando que los escucharía en su momento, pero primero, tenía que asignar las tareas clave.
Harry se giró hacia Pierce, Viola, Kinzie y Kiki, asegurándose de que entendieran la importancia de este proyecto.
—"Pierce, tú liderarás el proceso para establecer Empresas Santillan. Quiero que te asegures de que todo esté impecable desde el principio. Esto no es solo una fachada; es la herramienta que utilizaremos para movernos en los círculos que importan."
Pierce sonrió, sacudiendo la cabeza mientras tomaba notas.
—"Lo sabía. Siempre termino con los trabajos más aburridos. Pero está bien, jefe, lo haré. Solo no me pidas que use traje todos los días."
El comentario sacó unas risas ligeras, pero Harry no perdió tiempo y continuó.
—"Viola, tu experiencia en relaciones públicas será crucial. Necesitamos que esta empresa se vea como un modelo de éxito. Trabaja en nuestra imagen pública y asegúrate de que tengamos aliados en los niveles correctos."
Viola, siempre elegante, asintió con una leve sonrisa.
—"Déjalo en mis manos. Si algo sé hacer, es vender una imagen perfecta."
Harry luego miró a Kinzie, quien ya estaba trabajando en su datapad.
—"Kinzie, asegura nuestras redes. Quiero que cualquier intento de investigar nuestra operación termine en un callejón sin salida."
Sin apartar la vista de su pantalla, Kinzie respondió:
—"Ya estoy en eso. Solo necesito acceso completo a nuestras comunicaciones y un equipo que no interfiera conmigo."
Finalmente, Harry se dirigió a Kiki.
—"Kiki, supervisa la integración de nuestras operaciones legales e ilegales. Necesitamos que todo fluya sin interrupciones ni sospechas."
Kiki levantó una ceja, mostrando una sonrisa astuta.
—"Eso suena más a mi estilo. Aunque necesitaré tiempo para ajustar algunos detalles. Y una copa de vino para pensar mejor."
Harry soltó una risa breve.
—"Tómate tu vino, pero no demasiado. Este es el primer paso, y no podemos fallar.
Con un cambio en su postura, Harry se dirigió a Johnny, Angel y nuevamente a Kiki, quienes sabían que esta tarea sería peligrosa.
—"Johnny, quiero que lideres los ataques contra los Morningstar. Quiero que sepan que no tienen lugar donde esconderse. Esto es personal, lo sé, pero necesito que seas inteligente en cada movimiento."
Johnny golpeó la mesa con una sonrisa amplia.
—"¿Inteligente? Eso no suena tan divertido. Pero, está bien, lo haré. Es hora de terminar lo que empezamos."
Harry luego miró a Angel.
—"Angel, estarás al lado de Johnny. Tu enfoque táctico y tu fuerza serán esenciales para mantener la presión sobre ellos."
Angel asintió lentamente, su tono grave pero seguro.
—"Lo haremos rápido y con precisión. Pero si las cosas se complican, me aseguraré de que no haya problemas."
Finalmente, Harry se giró hacia Kiki.
—"Kiki, tu trabajo será encubierto. Encuentra sus debilidades, sus escondites. Dame la información que necesitamos para acabar con ellos de una vez por todas."
Kiki entrecerró los ojos, su sonrisa se amplió.
—"Ya lo estoy haciendo, querido líder. Los Morningstar no tienen secretos para mí. Te sorprenderás de lo fácil que será desmoronarlos."
Harry luego enfocó su atención en Oleg y Shaundi, quienes entendían la importancia de mantener sus territorios seguros.
—"Oleg, confío en ti para organizar nuestras defensas. No quiero sorpresas. Cada rincón de nuestro territorio debe estar protegido."
Oleg asintió con seriedad.
—"Haré lo necesario. Ningún enemigo cruzará nuestras fronteras mientras yo esté aquí."
Harry luego miró a Shaundi, quien ya estaba pensando en los detalles.
—"Shaundi, coordina las patrullas. Si algo se mueve, quiero que lo sepamos antes de que se convierta en un problema."
Shaundi sonrió con confianza.
—"Entendido. Ya tengo a las personas adecuadas en mente para esto. No habrá sorpresas."
Harry volvió su atención a Viola, Kinzie y Zimos para asegurar que el astillero estuviera listo para las operaciones.
—"Viola, organiza los recursos necesarios para que el astillero funcione al máximo. Esto incluye personal y materiales."
Viola se inclinó hacia adelante, anotando en su datapad.
—"Ya tengo contactos que podrían ayudar. Esto estará listo más rápido de lo que crees."
—"Kinzie, refuerza la seguridad del astillero. No quiero infiltraciones ni hackeos."
Kinzie no levantó la vista, su atención seguía en su pantalla.
—"Considéralo hecho. Nadie pasará sin mi permiso."
Finalmente, Harry se dirigió a Zimos, quien sonrió ampliamente.
—"Zimos, supervisa las contrataciones. Necesitamos a los mejores. Hazlo bien."
Zimos inclinó su sombrero y respondió con su habitual carisma.
—"Déjame a mí. Conozco a las personas adecuadas."
Finalmente, Harry miró a Shaundi, Oleg y Kinzie.
—"Shaundi, liderarás las investigaciones. Quiero saber cómo podemos usar lo que hay en ese laboratorio."
Shaundi asintió con determinación.
—"Esto será grande. Lo sé. Ya tengo algunas ideas."
—"Oleg, mantén las instalaciones operativas. Haz lo que sea necesario."
Oleg, con su habitual calma, respondió:
—"Todo estará bajo control."
—"Kinzie, profundiza en los análisis tecnológicos. Dame un informe lo antes posible."
Kinzie sonrió ligeramente.
—"Estoy en ello. Esto podría cambiar todo para nosotros."
La reunión concluyó con Harry observando a su equipo mientras se dispersaban para cumplir sus tareas. Los Saints estaban más organizados que nunca, y Harry sabía que, aunque el camino sería difícil, tenían la fuerza y la determinación para enfrentarlo juntos.
Harry llegó a casa después de un día agotador. Entre los planes de expansión de los Saints y las discusiones sobre cómo manejar las operaciones futuras, sentía que apenas tenía tiempo para respirar. Al entrar, todo parecía tranquilo: Luke y Mara discutían sobre técnicas avanzadas de la Fuerza en la sala, Leia estaba concentrada en un holoproyector con informes de la República, y Han, como siempre, trabajaba en mejoras para el Halcón Milenario junto a Chewbacca.
—¡Hey, pequeño, llegas tarde! —bromeó Han desde una esquina. —¿Te quedaste atrapado en un holocron Jedi o algo así?
Harry sonrió forzadamente. —Algo así. Solo estaba revisando unos planes... comunitarios. —La palabra le sabía extraña, pero sabía que debía mantener su fachada intacta.
Mara levantó una ceja y lo miró con curiosidad. —¿Planes comunitarios? Espero que no te estés sobrecargando. Tienes entrenamiento que mantener, y no quiero que te distraigas demasiado.
—No lo haré, mamá —respondió Harry con sinceridad. —Solo estoy intentando hacer algo útil con mi tiempo libre.
Luke, sin embargo, sintió algo en el tono de Harry. Lo miró con esa mirada serena pero penetrante que usaba cuando sospechaba algo. —No olvides que siempre puedes hablar con nosotros si hay algo que necesites, Harry.
—Lo sé —dijo rápidamente, desviando la mirada. —Pero todo está bien, de verdad.
Con eso, Harry se excusó rápidamente y subió a su habitación. Sin embargo, al entrar, encontró a Jaina esperándolo, sentada en el borde de su cama, con los brazos cruzados y una sonrisa de ligera burla.
—¿Comunitarios? —repitió Jaina, claramente divirtiéndose. —Es lo mejor que pudiste inventar, ¿en serio?
Harry suspiró, cerrando la puerta detrás de él. —¿Y qué se suponía que debía decir? 'Oh, sí, solo estaba planeando la expansión de los Saints y discutiendo cómo manejar los territorios actuales mientras planificamos nuestra flota de naves. No creo que eso les caiga bien.
Jaina se encogió de hombros, poniéndose de pie. —Tal vez no, pero al menos podrías ser más creativo con tus excusas. Por cierto, ¿qué está pasando? No me has llevado contigo desde lo del astillero, y sé que estás planeando algo grande.
Harry frunció el ceño, claramente agotado. —Va bien, pero hay mucho que hacer. Estamos en la fase de planificación para adquirir naves y consolidar lo que tenemos. Todo tiene que salir perfecto, y siento que cada decisión pesa una tonelada.
Jaina lo miró fijamente, cruzando los brazos. —Harry, no puedes hacerlo todo tú solo. Sabes que puedes contar conmigo. Estoy en esto contigo.
Harry negó con la cabeza. —Lo sé, pero no quiero que te pongas en peligro. Esto ya es suficiente con lo que hemos hecho. Si alguien se entera, especialmente papá y mamá...
—¿Crees que no puedo manejarlo? —interrumpió Jaina, dando un paso adelante. —Sabes que soy capaz, Harry. Y sabes que, si esto se trata de los Saints, no voy a quedarme al margen. Estamos juntos en esto, quieras o no.
Harry suspiró profundamente, finalmente dejando escapar una sonrisa cansada. —Eres imposible, ¿lo sabías?
Jaina sonrió también, pero su tono se suavizó. —Lo sé. Pero alguien tiene que asegurarse de que no te hundas solo.
El silencio cayó entre ambos por un momento, y luego Jaina puso una mano en su brazo. —Harry, no importa lo que pase. Estoy contigo en esto. Pero quiero que seas honesto conmigo. No más excusas.
Harry asintió lentamente. —De acuerdo. Pero prométeme algo, Jaina: si esto se pone demasiado peligroso, quiero que salgas. No quiero perderte.
Jaina se inclinó y le dio un leve golpe en el brazo. —Sigue soñando. No me voy a ir a ninguna parte. Ahora, déjame ver esos planes. Tal vez pueda ayudarte a organizarlos mejor.
Harry se rindió ante su determinación y encendió su holoproyector, mostrando los planes preliminares. Mientras discutían, la conexión entre ambos se fortaleció, y Harry sintió que, a pesar de los desafíos, no estaba realmente solo.
Harry desplegó el holoproyector en su habitación, revelando un esquema detallado de las naves que habían sido debatidas en las reuniones recientes con los lugartenientes de los Saints. Jaina se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con curiosidad mientras estudiaba las imágenes holográficas de las fragatas Munificent, destructores Recusant, LAAT y lanzaderas Sheathipede.
—"No puedo creer lo lejos que has llegado," dijo Jaina, asombrada. —"Esto no es solo una banda, Harry. Estás construyendo algo enorme. ¿De verdad planeas llegar a nivel galáctico?"
Harry asintió, su expresión mostrando una mezcla de determinación y preocupación. —"No tengo otra opción. Si quiero que los Saints sobrevivan y realmente marquen una diferencia, necesitamos ser más que una banda de Coruscant. Necesitamos recursos, aliados y, sobre todo, una estructura que pueda enfrentarse a los grandes como los Hutt, el Sol Negro o el Sindicato Pyke. Pero también quiero que mantengamos nuestro propósito principal: ayudar a los olvidados."
Jaina cruzó los brazos, analizando los planos. —"De acuerdo, entiendo la necesidad de naves como las Munificent para transporte y apoyo. Pero, ¿cómo planeas mantener todo esto? Combustible, reparaciones, incluso con los droides, ¿has pensado en cómo financiarás algo de esta magnitud?"
Harry asintió, mostrando otra proyección. —"Es por eso que estamos desarrollando la corporación Santillan Enterprises. La fachada legal nos permitirá generar ingresos mientras ocultamos nuestras operaciones ilegales. Pero también estoy pensando en establecer bases en sistemas estratégicos, lugares donde podamos operar con relativa libertad sin atraer demasiada atención."
Jaina observó la proyección de Raxus Prime y Bracca. —"¿Y estos lugares? ¿Realmente crees que podrás mantener operaciones allí sin problemas? La República no es ciega, Harry. Especialmente en un lugar como Bracca."
—"Lo sé," respondió Harry. —"Pero ahí es donde entra la planificación. Necesitamos asegurarnos de que nuestras operaciones legales sean impecables. Las ilegales se manejarán con máxima discreción. Por eso estoy diseñando todo para que cada pieza encaje perfectamente."
Jaina señaló la LAAT y la Sheathipede en la proyección. —"Las naves más pequeñas tienen sentido. Pero, ¿y si usas esas lanzaderas como base para una nueva línea de transporte interno en Coruscant? Algo que te permita generar ingresos mientras las mantienes disponibles para tus operaciones."
Harry la miró, sorprendido. —"¿Transporte interno? No lo había pensado. Eso podría funcionar, especialmente en los niveles bajos donde el transporte es escaso."
Jaina sonrió. —"Exacto. Usa la fachada de Santillan Enterprises para crear algo que no solo beneficie a tu banda, sino también a la gente. Serías más que una banda, Harry. Serías un símbolo de esperanza para los olvidados, como siempre has querido."
Harry asintió lentamente, procesando sus palabras. —"Es una idea brillante, Jaina. Podríamos combinar nuestras operaciones de transporte con los servicios de reciclaje y energía renovable. Eso consolidaría nuestra presencia en los niveles bajos y medios."
Jaina lo miró fijamente, su tono ahora más serio. —"Pero, Harry, tienes que tener cuidado. Este sueño que estás construyendo... también podría destruirte. Si te descubren, si te traicionan, podrías perderlo todo. Incluyendo a tu familia."
Harry tomó su mano con firmeza, sus ojos mostrando una resolución inquebrantable. —"Lo sé, Jaina. Pero por eso estoy dispuesto a hacer lo necesario. No voy a fallar. No a ellos, y no a ti."
Jaina lo miró en silencio por un momento antes de asentir. —"Entonces no lo hagas solo. No importa lo que pase, estoy contigo. Vamos a construir esto juntos, Harry."
Ambos se quedaron en silencio por un momento, observando el holograma de las naves y los planes futuros, sabiendo que el camino por delante sería peligroso, pero convencidos de que estaban haciendo lo correcto.
El sol de Coruscant iluminaba suavemente la sala de entrenamiento de la familia Skywalker-Solo, proyectando destellos cálidos sobre los metales pulidos y los sables de luz en reposo. Harry practicaba con los niños Solo bajo la mirada atenta de Luke y Mara, enfrentando enemigos simulados en turnos. Cada movimiento, cada choque de luz, era una prueba de su crecimiento.
Sin embargo, algo inquietaba a Harry. Terminada su ronda, apagó el sable y se acercó a Mara con una expresión decidida, aunque sus ojos delataban cierto nerviosismo.
—"Mamá," dijo, sujetando con fuerza el mango de su sable. —"Quiero enfrentarte en un duelo."
Mara alzó una ceja, sorprendida por la propuesta. Su postura relajada se endureció ligeramente, pero en su mirada brillaba una chispa de interés.
—"¿Un duelo conmigo? Sabes que no soy una oponente fácil, Harry."
—"Lo sé," respondió él, con la voz firme. —"Pero he practicado mucho. Quiero saber hasta dónde he llegado. Papá siempre dice que no hay mejor forma de aprender que poniéndose a prueba."
Desde el otro lado de la sala, Luke sonrió al escuchar la mención.
—"Tiene razón," dijo con calma. —"Pero recuerda, Harry, un duelo no es solo cuestión de fuerza o técnica. La clave está en la conexión con la Fuerza. Deja que te guíe."
Mara observó a su hijo por un momento, evaluando su determinación. Finalmente, asintió.
—"Está bien. Pero no esperes que me contenga."
Los niños Solo, que habían estado inmersos en sus propios ejercicios, dejaron sus prácticas para observar. Jaina cruzó los brazos con una sonrisa entusiasmada.
—"Esto será divertido," murmuró a Jacen, quien simplemente asintió, mientras Anakin no podía apartar los ojos de Harry.
Harry encendió su sable, adoptando la postura inicial de Shii-Cho, mientras Mara activaba el suyo con un zumbido inconfundible. Ella fue la primera en moverse, lanzando una serie de ataques rápidos que obligaron a Harry a retroceder, bloqueando con movimientos tensos pero precisos.
—"Te estás enfocando demasiado en defender," señaló Mara mientras avanzaba, su tono sereno pero firme. —"Si solo reaccionas, nunca controlarás el ritmo del duelo."
Harry apretó los dientes, intentando contraatacar, pero cada movimiento era hábilmente desviado. A pesar de su esfuerzo, la diferencia de experiencia era evidente. Sin embargo, no se dejó intimidar. Respiró hondo, recordando las palabras de Luke."Confía en la Fuerza."
Cerró los ojos por un breve instante, dejando que la conexión fluya. Cuando volvió a abrirlos, se movió con una determinación renovada. Extendió su mano hacia el sable que Anakin había dejado en el suelo, atrayéndolo hacia él con la Fuerza. Encendiéndolo, Harry sostuvo ahora dos sables, uno en cada mano.
—"¿Está usando dos sables?" preguntó Jacen, sorprendido, mientras Jaina lo observaba con los ojos entrecerrados, como si intentara calcular su estrategia.
Harry atacó con una ráfaga de movimientos rápidos e impredecibles, obligando a Mara a retroceder. Aunque su técnica era caótica y sin pulir, la velocidad y la intensidad lograron sorprenderla. Luke, al observar, frunció el ceño, intrigado.
—"Jar'Kai," murmuró para sí mismo. —"¿De dónde ha sacado eso? No le hemos enseñado esa técnica."
Leia, que acababa de entrar, se quedó junto a Luke, mirando con una mezcla de asombro y curiosidad.
—"Parece que Harry tiene algunos trucos escondidos," dijo con una sonrisa.
Mara, aunque sorprendida por el cambio, mantuvo la calma. Bloqueó ambos sables con movimientos precisos, su experiencia neutralizando rápidamente la ventaja de Harry. Con un giro calculado, desarmó a su hijo, haciendo que los sables cayeran al suelo. Pero incluso en la derrota, Harry sonreía, respirando con dificultad pero satisfecho.
—"Eso fue impresionante, Harry," dijo Mara mientras apagaba su sable y le ofrecía una mano para levantarse. —"Pero tu técnica está descontrolada. La velocidad es buena, pero sin precisión, te agotarás antes de que el duelo termine."
Luke se acercó, aún evaluando a Harry con interés.
—"Lo que me intriga," comenzó, —"es cómo aprendiste a usar dos sables. Jar'Kai no está en tus lecciones."
Harry frunció el ceño, algo desconcertado.
—"No lo aprendí. Solo... lo sentí. La Fuerza me decía que lo intentara. No sé cómo explicarlo, pero se sintió natural."
Mara y Luke intercambiaron una mirada significativa. Era raro que alguien adoptara una técnica tan avanzada sin instrucción formal. Estaba claro que Harry tenía un vínculo especial con la Fuerza.
—"Interesante," dijo Luke. —"La Fuerza te guió, pero también te recordó algo importante: siempre busca el equilibrio. La fuerza sin control solo lleva al caos."
Mara, pragmática como siempre, cruzó los brazos con una sonrisa ligera.
—"Y la próxima vez, Harry, no subestimes el entrenamiento. La Fuerza es una herramienta, pero tu técnica es lo que realmente marcará la diferencia."
Jaina se acercó, con una sonrisa traviesa.
—"No estuvo nada mal, Harry. Pero deberías practicar más antes de volver a desafiar a la tía Mara."
Harry soltó una pequeña risa.
—"Lo haré. Pero no te confíes, Jaina. Tú serás la próxima."
—"Sigue soñando," respondió ella con un destello de humor en los ojos.
Cuando todos comenzaron a dispersarse, Luke y Mara observaron a Harry con atención, conscientes de que su hijo estaba avanzando más rápido de lo que habían anticipado. Por su parte, Harry sentía que había dado un paso importante, aunque sabía que aún le quedaba un largo camino por recorrer.
Los días que siguieron al duelo entre Harry y Mara estuvieron marcados por una energía renovada en la sala de entrenamiento. Inspirados por el inesperado enfrentamiento, los niños Solo parecían más determinados que nunca a perfeccionar sus habilidades, cada uno encontrando su propia motivación para superarse. Luke y Mara, aunque acostumbrados a la dedicación de sus alumnos, no pudieron evitar sentirse sorprendidos por la intensidad con la que ahora entrenaban.
Jacen, siempre reflexivo, comenzó a profundizar no solo en los movimientos, sino también en las filosofías que subyacían a cada forma de combate. Sus ataques eran precisos, calculados, como si tratara de encontrar un equilibrio perfecto entre técnica y conexión con la Fuerza. Por otro lado, Anakin, el más joven, entrenaba con una pasión casi feroz. Su conexión natural con la Fuerza era innegable, y aunque sus movimientos carecían de refinamiento, la intensidad con la que practicaba era impresionante para alguien de su edad.
—"¡Mira esto!" exclamó Anakin, mientras realizaba un giro improvisado y golpeaba a un droide de entrenamiento con una fuerza sorprendente. El impacto fue suficiente para desactivarlo.
Jacen sonrió ligeramente, pero no pudo evitar corregirlo.
—"La fuerza está bien, pero si no controlas tu postura, perderás el equilibrio. Mira." Con calma, realizó un bloqueo elegante seguido de un contraataque preciso que desconectó otro droide sin esfuerzo.
—"¡Pero lo derribé!" replicó Anakin con orgullo, ignorando la observación.
Desde un lado de la sala, Luke intervino con su tono tranquilo pero lleno de autoridad.
—"Ambos tienen razón. La fuerza y la técnica son importantes, pero recuerden: la conexión con la Fuerza es lo que realmente las unifica."
Mientras tanto, Jaina entrenaba con una intensidad distinta, casi personal. Aunque nunca lo admitiría, cada movimiento estaba impulsado por el deseo de superar a Harry. No se trataba solo de rivalidad; había algo más profundo, una necesidad de demostrar que estaba a su altura, que podía igualarlo en habilidad y determinación.
Un día, durante una sesión de práctica, Jaina captó la atención de Luke al realizar un movimiento inesperado. Usando la Fuerza para impulsarse, giró sobre sí misma con agilidad y desarmó a un droide de entrenamiento que simulaba a un Jedi enemigo. Su precisión y rapidez eran impresionantes.
Luke, visiblemente sorprendido, se acercó.
—"Eso fue impresionante, Jaina. ¿De dónde aprendiste a hacer eso?"
Jaina, aún jadeando pero con una sonrisa de satisfacción, respondió con naturalidad.
—"No lo aprendí. Simplemente lo sentí. La Fuerza me mostró el movimiento, y lo seguí."
Desde un rincón de la sala, Harry, que había estado observando, cruzó los brazos con una sonrisa divertida.
—"¿Estás intentando impresionarme, verdad?"
Jaina le devolvió la mirada con una sonrisa desafiante.
—"¿Y qué si lo estoy? Alguien tiene que mantenerte en tu lugar, Potter."
Mara, que observaba desde la distancia, intercambió una mirada significativa con Luke. Ambos sabían que entre Harry y Jaina había algo especial. No era solo competencia; había respeto, admiración y una conexión que iba más allá de lo evidente. Como padres y mentores, entendían que esta relación, si se canalizaba correctamente, podía ser una fortaleza para ambos.
En las semanas siguientes, los avances de todos eran evidentes. Jaina continuó destacándose por su habilidad para adaptarse rápidamente en combate, mostrando una versatilidad que sorprendía incluso a Mara. Jacen, por su parte, profundizaba su conexión con la Fuerza, cada vez más centrado en encontrar un equilibrio entre su mente y su cuerpo. Anakin, a pesar de su juventud, mostraba una fuerza y determinación que desmentían su corta edad.
Harry, a pesar de sus responsabilidades con los Saints, se tomaba el tiempo para entrenar con ellos, animarlos y, en ocasiones, desafiarlos. Su presencia era una inspiración, especialmente para Jaina, que veía en él tanto un rival como un ejemplo a seguir.
Un día, mientras observaban una práctica especialmente intensa, Mara comentó con una sonrisa leve.
—"Si siguen así, estarán más que listos para la Academia Jedi cuando llegue el momento."
Luke asintió, pero su mirada se posó en Harry. Sabía que su hijo enfrentaba un camino diferente, más complejo, con responsabilidades y desafíos que ninguno de los otros compartía. Sin embargo, al verlo interactuar con los Solo, trabajando junto a ellos, no pudo evitar sentirse orgulloso.
Tras una larga sesión de entrenamiento, los niños Solo se miraron entre ellos, compartiendo una sonrisa cómplice. Jacen fue el primero en acercarse a Harry, quien limpiaba el sudor de su frente tras una serie de movimientos avanzados.
—"Harry," comenzó Jacen, con una mezcla de respeto y curiosidad. —"¿Cómo haces para equilibrar todo? Los Saints, el entrenamiento, y aún así estar aquí con nosotros."
Harry lo miró con una sonrisa tranquila, pero sus ojos reflejaban el peso de su realidad.
—"La Fuerza," respondió simplemente. —"Cuando todo parece abrumador, confío en ella. Y en ustedes. Somos un equipo, ¿no?"
Jaina, que se había acercado sin que él lo notara, intervino con un tono juguetón.
—"No te acostumbres a ser el líder, Potter. Algún día, uno de nosotros tomará el mando."
Harry rió, sacudiendo la cabeza.
—"Me encantaría ver eso, pero tendrán que esforzarse más para llegar ahí."
Mientras las risas llenaban la sala, Luke y Mara intercambiaron una última mirada. Sabían que los desafíos eran inevitables, pero en ese momento, viendo a los jóvenes trabajar juntos, sintieron una paz momentánea. Los niños no solo estaban entrenando; estaban construyendo algo mucho más grande.
El campo improvisado de combate estaba cargado de energía mientras Harry, con un sable de entrenamiento en cada mano, se posicionaba con calma en el centro. Su postura emanaba confianza, y los niños Solo no podían evitar sentir la presión de enfrentarlo juntos. Jacen encendió su sable con una sonrisa juguetona, mientras Anakin y Jaina intercambiaban miradas, listos para la batalla.
—"Dos sables otra vez, Harry," comentó Jacen con tono burlón. —"¿Intentas compensar algo?"
—"Más bien intenta lucir más peligroso," agregó Anakin con una risa contenida.
Jaina, sin embargo, no estaba para bromas. Con una mirada fija y seria, advirtió:
—"No lo subestimen. Ya vimos lo que puede hacer con dos sables. Si no trabajamos juntos, nos derrotará uno por uno."
Desde el costado de la sala de entrenamiento, los adultos observaban con interés. Luke cruzó los brazos, evaluando cada movimiento con atención.
—"Es impresionante cómo ha adoptado el estilo de dos sables tan rápido. Es algo que ni siquiera le hemos enseñado formalmente."
Mara, siempre analítica, añadió:
—"Dice que es la Fuerza quien lo guía. Pero hay algo más... algo único en su manera de pelear."
Han, apoyado contra una pared, intervino con una sonrisa de medio lado:
—"Yo diría que es más influencia de sus amigos allá abajo. Ese estilo tiene más de callejero que de Jedi."
Leia, observando con una mezcla de curiosidad y orgullo, comentó:
—"Sea lo que sea, funciona. Pero la verdadera pregunta es: ¿podrán los niños coordinarse lo suficiente como para derrotarlo?"
El duelo inició con Jacen, el más impulsivo, lanzándose primero. Su ataque fue directo y agresivo, pero Harry lo bloqueó con precisión, deteniéndolo sin esfuerzo. Apenas tuvo tiempo de girar para interceptar a Anakin, que intentó un golpe lateral. Con un movimiento rápido, Harry desvió el sable de Anakin y lo empujó ligeramente hacia atrás usando la Fuerza.
Jaina aprovechó la distracción para atacar desde atrás. Su sable chocó contra el de Harry, y ella presionó con fuerza, tratando de desestabilizarlo. Pero Harry, demostrando su habilidad, bloqueó su ataque mientras utilizaba su segundo sable para interceptar un golpe combinado de Jacen y Anakin.
—"Están mejorando," comentó Harry con una sonrisa mientras esquivaba un ataque. —"Pero necesitarán mucho más si quieren vencerme."
—"No te confíes," replicó Jaina, avanzando con movimientos rápidos y calculados.
A medida que el combate progresaba, los niños Solo comenzaron a coordinarse mejor. Usaron la Fuerza para lanzar objetos pequeños hacia Harry, intentando distraerlo, pero él respondió con movimientos fluidos y precisos. Mezclando el uso de sus sables con técnicas de combate cuerpo a cuerpo que había aprendido de Angel, Harry mantenía el control absoluto.
Anakin, decidido a sorprenderlo, intentó un empujón de la Fuerza. Sin embargo, Harry lo anticipó y saltó ágilmente, aterrizando justo detrás de él. Antes de que Anakin pudiera reaccionar, Harry desarmó su sable con un movimiento rápido y lo apuntó hacia él.
—"¿Te rindes?" preguntó Harry, con una sonrisa confiada.
—"Por ahora," suspiró Anakin, levantando las manos en señal de rendición.
Jacen y Jaina no se detuvieron. La batalla continuó con Jaina liderando la ofensiva, su determinación evidente en cada golpe. Jacen intentaba seguir su ritmo, pero Harry, usando su experiencia y su conexión con la Fuerza, logró mantenerlos a raya. Con movimientos rápidos y defensas impecables, parecía que Harry siempre estaba un paso adelante.
—"¡Eso estuvo cerca!" exclamó Jacen tras un ataque combinado que Harry desvió hábilmente.
—"Más cerca de lo que crees," respondió Harry, girando para bloquear otro ataque de Jaina.
El Desenlace
Con un movimiento calculado, Harry desarmó a Jacen, enviando su sable volando hacia un rincón de la sala. Usando la Fuerza, lo empujó suavemente hacia atrás, dejando solo a Jaina frente a él. A pesar de estar exhausta, Jaina no mostró señales de rendirse.
—"No puedo dejar que pienses que siempre serás mejor que yo," declaró Jaina, avanzando con su sable levantado.
—"Nunca lo he pensado," respondió Harry con sinceridad. —"Pero quiero que me alcances. Demuéstrame de lo que eres capaz."
El duelo final entre Harry y Jaina fue intenso. Ambos se movían como un torbellino de luz y energía, sus sables entrechocando en una danza frenética. Finalmente, con un giro rápido y preciso, Harry desarmó a Jaina y apuntó sus dos sables hacia ella.
Jaina levantó las manos en señal de rendición, aunque su mirada seguía mostrando determinación.
—"Ganas... por ahora."
Desde el costado, Luke y Mara intercambiaron miradas significativas, claramente impresionados. Han dejó escapar un silbido de admiración, mientras Leia sonreía con orgullo.
—"Eso fue impresionante," comentó Luke, acercándose. —"Pero, Harry, creo que debemos hablar sobre ese estilo de combate tuyo."
Harry sonrió, respirando con dificultad.
—"Cuando quieras, papá. Estoy listo."
Jaina, todavía recuperándose, lo miró con una mezcla de frustración y admiración.
—"No creas que esto ha terminado. La próxima vez, seré yo quien gane."
Harry le devolvió la sonrisa.
—"Espero que sí. Pero tendrás que esforzarte mucho para eso."
Cuando los niños Solo se retiraron, Harry permaneció en el centro de la sala con los dos sables de entrenamiento aún en sus manos. La expresión en su rostro era una mezcla de orgullo y curiosidad, como si estuviera procesando lo que acababa de experimentar. Luke y Mara se acercaron, seguidos de cerca por Leia y Han, quienes también mostraban interés en el estilo que Harry había desplegado.
Luke fue el primero en romper el silencio, con su tono calmado pero inquisitivo.
—"Ese estilo que estás desarrollando, Harry... Es inusual incluso entre los Jedi más experimentados. El uso de dos sables requiere un nivel de coordinación y enfoque que no todos pueden alcanzar. Pero parece que para ti es algo natural."
Mara asintió mientras cruzaba los brazos.
—"Lo he visto en acción antes, pero aún me impresiona cómo lo estás adoptando. Sin embargo, quiero saber cómo te sientes al usarlo. ¿Es algo que simplemente surge en el momento, o ya lo estás integrando a propósito en tu entrenamiento?"
Harry, todavía sujetando los sables, los miró antes de responder con sinceridad.
—"Siento que es algo instintivo, como si la Fuerza me estuviera mostrando el camino. Cuando uso dos sables, no es solo tener un arma extra. Es como si todo mi ser estuviera en equilibrio. No sé cómo explicarlo, pero me siento más... completo."
Leia frunció ligeramente el ceño, preocupada pero también intrigada.
—"Eso es un don, Harry, pero también una responsabilidad. Los Jedi que han intentado dominar el Jar'Kai a menudo enfrentan dificultades para mantener su equilibrio emocional. Es un estilo que puede intensificar tus emociones, y eso no siempre es algo positivo."
Luke continuó, complementando la advertencia de Leia.
—"El Jar'Kai exige un control absoluto, no solo en el combate, sino dentro de ti mismo. Sin esa calma interna, podrías cometer errores o, peor aún, abrirte a influencias oscuras. Es un camino difícil, Harry."
Harry asintió, reflexionando sobre las palabras de su padre adoptivo.
—"Entiendo, pero no siento que sea agresivo o caótico. Para mí, es como si la Fuerza me estuviera diciendo que este es mi camino. No lo hago por atacar con más fuerza, sino porque me siento equilibrado."
Mara lo miró con una mezcla de orgullo y cautela.
—"Si la Fuerza te guía, Harry, confía en ello. Pero nunca olvides que la práctica y la disciplina son igual de importantes. No confíes solo en tus instintos; asegúrate de fortalecer tus habilidades con entrenamiento constante."
Desde su lugar apoyado en la pared, Han habló por primera vez, con su habitual tono despreocupado pero lleno de pragmatismo.
—"Chico, si usar dos sables es lo tuyo, hazlo mejor que nadie. Nada desconcierta más a un enemigo que alguien impredecible. Y, sin duda, tú encajas en esa categoría."
Antes de que Harry pudiera responder, Jaina regresó a la sala, con el cabello ligeramente húmedo tras refrescarse. Sus ojos brillaban con fascinación mientras se unía al grupo.
—"Si Harry puede hacerlo, yo también quiero aprender. ¿Por qué no podemos usar dos sables nosotros también?"
Luke y Mara intercambiaron miradas, evaluando la propuesta. Finalmente, Luke respondió con su tono característico de maestro.
—"El Jar'Kai no es para todos, Jaina. Requiere una conexión profunda con la Fuerza y un equilibrio interno que aún están desarrollando. Por ahora, es mejor que dominen los fundamentos antes de intentar algo tan avanzado. Pero si alguno de ustedes muestra el potencial, consideraremos enseñarles en el futuro."
Jaina se cruzó de brazos, desafiando con la mirada a Harry.
—"Algún día lo haré mejor que tú."
Harry sonrió, relajando la tensión en la sala.
—"Primero vence a uno de mis sables antes de preocuparte por dos."
El grupo soltó algunas risas, y poco a poco se dispersaron. Sin embargo, las palabras de Luke y Mara resonaban en la mente de Harry. Aunque sentía que había encontrado algo único en su estilo de combate, entendía que este camino requería un enfoque cuidadoso y una disciplina constante. Con su familia a su lado, sabía que enfrentaría los desafíos por venir con confianza y determinación.
Al día siguiente, Harry se dirigió al taller improvisado de su tío Han en el hangar de su hogar. El lugar, como siempre, estaba lleno de herramientas, partes de naves dispersas y una colección impresionante de blásters desensamblados. Han estaba inclinado sobre una pieza del Halcón Milenario, ajustando un componente, pero levantó la vista al notar la llegada de Harry.
—"¿Qué pasa, pequeño? ¿Vienes a ensuciarte las manos o solo a mirarme trabajar?" preguntó Han con una sonrisa, limpiándose las manos en un trapo manchado de aceite.
—"Quiero aprender más sobre los blásters," respondió Harry con seriedad, acercándose a la mesa. —"Sé lo básico, cómo limpiarlos y mantenerlos, pero quiero entenderlos de verdad. Cómo funcionan, cómo se fabrican, y tal vez incluso cómo modificarlos."
Han alzó una ceja, claramente intrigado por el interés de su sobrino.
—"¿Ah, sí? ¿A qué se debe este repentino interés? Pensé que con esos sables de luz que llevas ya tenías suficiente para pelear."
Harry se encogió de hombros. —"Nunca se sabe cuándo podré necesitar un bláster. Además, hay algo fascinante en ellos. Son versátiles y prácticos. Siento que si entiendo cómo funcionan, podría usarlos mejor o incluso diseñar algo único."
Han dejó escapar una risa, asintiendo con aprobación.
—"Bien dicho, chico. Un bláster puede salvarte la vida cuando menos lo esperas. De acuerdo, ven aquí y prepárate para ensuciarte las manos. No hay mejor manera de aprender que desmontando uno."
Han tomó un bláster DL-44, su modelo favorito, y lo colocó sobre la mesa frente a Harry.
—"Este aquí es un clásico. El DL-44 es lo suficientemente potente como para atravesar una cerradura blindada, pero compacto como para llevarlo en un cinturón. Vamos a desarmarlo pieza por pieza."
Con paciencia, Han comenzó a mostrarle a Harry cada componente, explicando su función.
—"Esta es la celda de energía. Es la que alimenta el disparo. Si falla, estás en problemas. Este es el emisor de partículas, que concentra el disparo, y este pequeño regulador... bueno, si lo ajustas mal, el bláster podría explotar en tu mano."
Harry absorbía cada detalle, haciendo preguntas cuando algo no le quedaba claro.
—"¿Qué pasa si el emisor de partículas está dañado? ¿Afecta la precisión o simplemente no dispara?"
—"Ambas cosas," respondió Han, señalando el componente con un destornillador. —"Un emisor dañado hará que el disparo se disperse o, en el peor de los casos, que no salga nada. Por eso un buen soldado siempre revisa su equipo antes de entrar en combate."
A medida que avanzaban, Harry comenzó a interesarse por las modificaciones.
—"Tío Han, ¿alguna vez has modificado un bláster para que sea más rápido o tenga más potencia?"
Han sonrió ampliamente, orgulloso de su experiencia.
—"¿Alguna vez? ¡Chico, he pasado más tiempo modificando blásters que volando naves! Este DL-44, por ejemplo, tiene un regulador de alta potencia que lo hace más letal, aunque sacrifica un poco la capacidad de la celda de energía. También ajusté el gatillo para que sea más sensible. Todo depende de lo que necesites."
Harry asintió, claramente intrigado.
—"¿Crees que podría diseñar uno que combine potencia y velocidad? Algo que sea ideal para combates rápidos y situaciones inesperadas."
Han palmeó el hombro de Harry con una sonrisa.
—"Claro que sí, pero primero necesitas dominar lo básico. Vamos a armar este bláster de nuevo, y luego hablamos de personalizaciones."
Durante toda la tarde, tío y sobrino trabajaron juntos, desmontando y ensamblando varios modelos de blásters. Desde los pequeños blásters de mano hasta rifles más grandes, Harry tomaba notas mentales de cada detalle. Con cada explicación, su fascinación por la tecnología y el diseño crecía, junto con su respeto por la habilidad de Han.
Al final de la sesión, Han cruzó los brazos, apoyándose en la mesa.
—"Tienes talento para esto, Harry. Con un poco más de práctica, podrías ser mejor que algunos de los técnicos que he conocido."
Harry sonrió con orgullo. —"Gracias, tío Han. Esto es solo el comienzo. Quiero aprender todo lo que pueda."
Han asintió con aprobación, guiñándole un ojo.
—"Eso está bien, chico. Pero recuerda, un bláster es solo una herramienta. Lo importante es quién lo usa y cómo lo usa."
Esa noche, mientras repasaba mentalmente todo lo que había aprendido, Harry supo que este conocimiento sería crucial no solo para su vida con los Saints, sino también para los desafíos que enfrentarían él y su familia en el futuro. La idea de diseñar su propio bláster seguía resonando en su mente. Con una sonrisa, se prometió a sí mismo que este era solo el primer paso en su camino hacia la perfección tecnológica y estratégica.
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Varios meses después de que Harry concretara su visión de lasEmpresas Santillán, el equilibrio entre sus operaciones legales e ilegales parecía haber alcanzado su punto más alto. Lo que comenzó como una idea para enmascarar las actividades de los Saints ahora era una red empresarial legítima que no solo generaba enormes beneficios, sino que también ofrecía oportunidades reales a los más desfavorecidos. Sin embargo, Harry sabía que mantener ese balance requería atención constante.
Sentado en su habitación, con un holoproyector desplegando reportes y estadísticas frente a él, Harry repasaba los logros recientes. Las Empresas Santillán ya no eran solo una fachada; habían crecido hasta convertirse en una corporación multifacética que dominaba varios sectores clave en Coruscant. A su lado, una taza de té que Mara le había insistido en tomar permanecía olvidada, mientras él se sumergía en los datos.
Los números no mentían: los Saints prosperaban tanto en las sombras como bajo el brillo aparente de su imagen corporativa. Los reportes detallaban cómo cada división de la empresa funcionaba como una pieza perfectamente engranada dentro del complejo sistema que Harry había diseñado.
Zimos se encargaba delentretenimiento y turismo, transformando clubes nocturnos, casinos y hoteles en negocios altamente rentables que atraían tanto a locales como a turistas intergalácticos. Lo que pocos sabían era que estos lugares también servían como puntos clave para operaciones clandestinas. En uno de sus mensajes, Zimos, con su característico entusiasmo, le informaba:
—"Jefe, necesitamos expandirnos. La demanda está superando nuestras expectativas, y podríamos aprovecharlo para abrir más locales."
Harry respondió sin dudar:
—"Hazlo, pero mantén todo bajo control. No necesitamos atraer atención innecesaria."
Kinzie lideraba la división detecnología y comunicaciones, desarrollando software que no solo se vendía públicamente, sino que también funcionaba como herramientas avanzadas para las operaciones de los Saints. Sus mensajes siempre eran concisos y llenos de datos técnicos, como el más reciente sobre un nuevo sistema de encriptación:
—"Esto es lo más seguro que hemos desarrollado hasta ahora. Nadie podrá acceder a nuestros sistemas sin que lo sepamos."
Harry asintió, impresionado.
—"Perfecto. Asegúrate de que esté listo para implementarlo cuanto antes."
La división deseguridad y defensa, supervisada por Jonny y Angel, se posicionaba como una de las mejores proveedoras de servicios en Coruscant. Angel se encargaba del entrenamiento intensivo del personal, mientras Jonny manejaba las operaciones más activas, asegurándose de que cada contrato fuese cumplido con precisión y eficacia. En uno de sus reportes, Angel mencionaba cómo algunos soldados entrenados pedían ser transferidos a las operaciones más intensas de los Saints. Harry aprobó las solicitudes de inmediato, valorando la iniciativa y la lealtad.
Mientras las Empresas Santillán brillaban bajo los reflectores, los Saints seguían fortaleciendo su presencia en el bajo mundo. Aunque las actividades ilegales, como el contrabando y la expansión territorial, continuaban, su misión principal seguía siendo acabar con los restos de los Morningstar. Cada operación era meticulosamente planeada para no comprometer el delicado balance que Harry había logrado construir.
Por las noches, cuando los reportes estaban listos y las reuniones terminadas, Harry se permitía momentos de introspección. Miraba el techo de su habitación, reflexionando sobre cómo había llegado hasta este punto. Había logrado lo que pocos podían imaginar: transformar a los Saints en una fuerza organizada y respetada, todo mientras ofrecía una red de apoyo a los olvidados de Coruscant.
A pesar de los éxitos, Harry sabía que el equilibrio era frágil. Las Empresas Santillán y los Saints dependían de su capacidad para prever cada movimiento, tanto de sus aliados como de sus enemigos. Mirando el holoproyector una última vez antes de apagarlo, murmuró para sí mismo:
Harry se sentó en el borde de su cama, iluminado únicamente por el suave resplandor del holoproyector que desplegaba una serie de informes encriptados gracias a Kinzie. Cada número y gráfico resaltaba una misma verdad: aunque los Saints y las Empresas Santillán estaban prosperando, su expansión a gran escala estaba limitada por dos factores clave: el laboratorio y el astillero. Si quería convertir su visión en una realidad galáctica, ambos proyectos debían activarse cuanto antes.
El laboratorio representaba una oportunidad inmensa, no solo para desarrollar tecnología avanzada para los Saints, sino también como una fuente de ingresos crucial para Empresas Santillán. Sin embargo, su gestión requería más que solo conocimientos técnicos; necesitaba liderazgo estratégico y la capacidad de priorizar entre docenas de proyectos ambiciosos.
Harry sabía que Kinzie tenía la habilidad, pero ya estaba al límite manejando las divisiones de tecnología y comunicaciones, además de supervisar la seguridad cibernética de todo el imperio que habían construido. Sobrecargarla no era una opción. Tras un momento de reflexión, una respuesta clara llegó a su mente: Oleg Kirrlov.
Oleg era metódico, inteligente y, sobre todo, un líder confiable. Su enfoque calmado pero firme sería perfecto para el manejo del laboratorio, especialmente en un momento en el que la presión era constante. Sin perder tiempo, Harry redactó un mensaje:
—"Oleg, quiero que tomes el mando del laboratorio. Tu capacidad para organizar y mantener el orden es exactamente lo que necesitamos. Trabaja junto a Kinzie en los proyectos más importantes, pero prioriza aquellos que generen un impacto directo en nuestras operaciones y finanzas. Confío plenamente en ti para liderar este esfuerzo. Si surge algún problema crítico, avísame de inmediato."
Envió el mensaje con un gesto decidido, seguro de que Oleg estaría a la altura del desafío.
El astillero, por otro lado, presentaba un conjunto de desafíos completamente diferente. Era más que una instalación para construir y reparar naves; era un símbolo del crecimiento y la ambición de los Saints. Gestionarlo requería habilidades organizativas excepcionales, una visión estratégica y la capacidad de coordinarse con múltiples divisiones.
Harry repasó mentalmente a sus lugartenientes. Zimos y Viola estaban inmersos en el entretenimiento y las finanzas, respectivamente. Johnny y Angel eran indispensables en el frente combativo. Finalmente, sus pensamientos se detuvieron en Kiki DeWynter. Aunque más joven y menos experimentada que otros, Kiki había demostrado ser una mente aguda para la logística y los detalles. Su enfoque meticuloso y su habilidad para manejar tareas complejas la hacían perfecta para asumir el mando del astillero, al menos de forma temporal.
Con cuidado, escribió otro mensaje:
—"Kiki, necesito que asumas el liderazgo operativo del astillero. Este será un rol temporal, pero es crucial para nuestras operaciones. Usa tus habilidades para mantener todo bajo control y coordina con Viola y Zimos si necesitas apoyo financiero o logístico. Es una tarea grande, pero confío en que estás lista para demostrar todo lo que puedes hacer. No me defraudes."
Tras enviar ambos mensajes, Harry apagó el holoproyector y dejó escapar un suspiro. Había tomado decisiones que no solo moldearían el futuro de los Saints, sino también de las Empresas Santillán. Oleg y Kiki eran elecciones estratégicas, pero sabía que el éxito de sus misiones dependería no solo de ellos, sino de su capacidad para mantener todo el sistema funcionando en perfecta sincronía.
Mientras observaba por la ventana el brillo perpetuo de Coruscant, Harry sintió el peso de sus responsabilidades, pero también una chispa de determinación. Había avanzado mucho desde que tomó el control de los Saints, y aunque los desafíos eran inmensos, estaba seguro de que tenía a las personas adecuadas a su lado para enfrentarlos.
Harry se sentó en el borde de su cama, iluminado únicamente por el suave resplandor del holoproyector que desplegaba una serie de informes encriptados gracias a Kinzie. Cada número y gráfico resaltaba una misma verdad: aunque los Saints y las Empresas Santillán estaban prosperando, su expansión a gran escala estaba limitada por dos factores clave: el laboratorio y el astillero. Si quería convertir su visión en una realidad galáctica, ambos proyectos debían activarse cuanto antes.
El laboratorio representaba una oportunidad inmensa, no solo para desarrollar tecnología avanzada para los Saints, sino también como una fuente de ingresos crucial para Empresas Santillán. Sin embargo, su gestión requería más que solo conocimientos técnicos; necesitaba liderazgo estratégico y la capacidad de priorizar entre docenas de proyectos ambiciosos.
Harry sabía que Kinzie tenía la habilidad, pero ya estaba al límite manejando las divisiones de tecnología y comunicaciones, además de supervisar la seguridad cibernética de todo el imperio que habían construido. Sobrecargarla no era una opción. Tras un momento de reflexión, una respuesta clara llegó a su mente: Oleg Kirrlov.
Oleg era metódico, inteligente y, sobre todo, un líder confiable. Su enfoque calmado pero firme sería perfecto para el manejo del laboratorio, especialmente en un momento en el que la presión era constante. Sin perder tiempo, Harry redactó un mensaje:
—"Oleg, quiero que tomes el mando del laboratorio. Tu capacidad para organizar y mantener el orden es exactamente lo que necesitamos. Trabaja junto a Kinzie en los proyectos más importantes, pero prioriza aquellos que generen un impacto directo en nuestras operaciones y finanzas. Confío plenamente en ti para liderar este esfuerzo. Si surge algún problema crítico, avísame de inmediato."
Envió el mensaje con un gesto decidido, seguro de que Oleg estaría a la altura del desafío.
El astillero, por otro lado, presentaba un conjunto de desafíos completamente diferente. Era más que una instalación para construir y reparar naves; era un símbolo del crecimiento y la ambición de los Saints. Gestionarlo requería habilidades organizativas excepcionales, una visión estratégica y la capacidad de coordinarse con múltiples divisiones.
Harry repasó mentalmente a sus lugartenientes. Zimos y Viola estaban inmersos en el entretenimiento y las finanzas, respectivamente. Johnny y Angel eran indispensables en el frente combativo. Finalmente, sus pensamientos se detuvieron en Kiki DeWynter. Aunque más joven y menos experimentada que otros, Kiki había demostrado ser una mente aguda para la logística y los detalles. Su enfoque meticuloso y su habilidad para manejar tareas complejas la hacían perfecta para asumir el mando del astillero, al menos de forma temporal.
Con cuidado, escribió otro mensaje:
—"Kiki, necesito que asumas el liderazgo operativo del astillero. Este será un rol temporal, pero es crucial para nuestras operaciones. Usa tus habilidades para mantener todo bajo control y coordina con Viola y Zimos si necesitas apoyo financiero o logístico. Es una tarea grande, pero confío en que estás lista para demostrar todo lo que puedes hacer. No me defraudes."
Tras enviar ambos mensajes, Harry apagó el holoproyector y dejó escapar un suspiro. Había tomado decisiones que no solo moldearían el futuro de los Saints, sino también de las Empresas Santillán. Oleg y Kiki eran elecciones estratégicas, pero sabía que el éxito de sus misiones dependería no solo de ellos, sino de su capacidad para mantener todo el sistema funcionando en perfecta sincronía.
Mientras observaba por la ventana el brillo perpetuo de Coruscant, Harry sintió el peso de sus responsabilidades, pero también una chispa de determinación. Había avanzado mucho desde que tomó el control de los Saints, y aunque los desafíos eran inmensos, estaba seguro de que tenía a las personas adecuadas a su lado para enfrentarlos.
—"Esto es solo el principio," murmuró para sí mismo, antes de prepararse para la siguiente jugada en su plan.
Harry levantó la mirada al sentir una familiar presencia en la Fuerza. Era Jaina, acercándose rápidamente hacia su habitación. Con movimientos rápidos y precisos, ocultó todos los informes encriptados de los Saints, desactivando el dispositivo y asegurándolo bajo una tabla suelta del piso, una de sus precauciones habituales.
La puerta se abrió de golpe, y Jaina apareció con los brazos cruzados y una expresión entre curiosidad y sospecha.
—"¿Qué haces?" preguntó, alzando una ceja. —"Estás demasiado callado, y eso siempre significa algo."
Harry, sin inmutarse, se apoyó en el borde de la cama con una sonrisa tranquila. —"Nada fuera de lo común. Solo... meditando y repasando planes. Ya sabes, cosas que me ayudan a mantener la mente ocupada."
Jaina lo miró fijamente por unos segundos, claramente tratando de leer más allá de su respuesta. Finalmente, suspiró y se dejó caer en una silla cerca de él. —"Bien, te lo pasaré esta vez. Pero más te vale que no estés haciendo nada estúpido sin avisarme."
Harry soltó una pequeña risa. —"¿Cuándo he hecho algo estúpido sin que tú estés involucrada?"
Jaina puso los ojos en blanco, pero una sonrisa apareció en su rostro. —"Ahora que lo dices... casi nunca."
Antes de que la conversación continuara, Jaina se levantó con entusiasmo. —"¡Vamos a entrenar! Quiero ver si todo eso que haces para mantenerte ocupado realmente vale de algo."
Harry se puso de pie, encogiéndose de hombros. —"¿Por qué no? Aunque sabes que vas a perder."
—"¿Eso crees?" dijo Jaina, con un brillo desafiante en sus ojos. —"Te demostraré lo contrario."
Los dos salieron al área de entrenamiento, donde activaron sus sables de luz de práctica. Jaina lanzó el primer ataque, y Harry se defendió con facilidad, devolviendo un golpe rápido que ella bloqueó con elegancia. El duelo comenzó con movimientos ágiles y calculados, pero pronto se transformó en una competencia mucho más intensa.
Jacen y Anakin, atraídos por el ruido de los sables y la emoción en la Fuerza, llegaron corriendo. Al observar a sus hermanos adoptivos enfrascados en un duelo feroz, no pudieron evitar intervenir.
—"¡Esto no es justo!" dijo Anakin, con una sonrisa traviesa mientras desenfundaba su propio sable de práctica. —"Harry necesita un compañero. ¡Yo estoy con él!"
Jacen, no dispuesto a quedarse atrás, se posicionó junto a Jaina. —"Eso nos deja juntos, Jaina. Vamos a mostrarles cómo se hace."
El duelo se convirtió rápidamente en un enfrentamiento por equipos, con Harry y Anakin luchando juntos contra Jaina y Jacen. Los cuatro niños usaron todo lo que habían aprendido en sus entrenamientos: movimientos ágiles, ataques coordinados y ocasionalmente la Fuerza para intentar ganar ventaja. Harry lideraba su equipo con precisión y creatividad, mientras que Jaina demostraba por qué era una igual a él, igualando cada uno de sus movimientos.
La intensidad del combate atrajo a los adultos. Luke, Mara, Han y Leia se acercaron al área de entrenamiento, observando a los niños con expresiones que oscilaban entre orgullo y preocupación.
—"¿Qué están haciendo ahora?" murmuró Han, aunque su tono tenía un deje de diversión.
—"Entrenando," respondió Mara, con los brazos cruzados. —"Aunque parece más una competencia que otra cosa."
Luke observó con atención, notando cómo Harry usaba ambos sables de práctica con fluidez, mezclando movimientos ortodoxos con técnicas poco convencionales. —"Harry realmente ha adoptado el Jar'Kai como propio. Es sorprendente lo rápido que lo ha dominado."
—"Y los otros no están tan atrás," añadió Leia. —"Jaina y Jacen están trabajando en equipo de manera impresionante, y Anakin está mostrando un enfoque que normalmente no tiene."
El combate continuó hasta que todos estuvieron agotados, los cuatro niños respirando con dificultad pero riendo entre ellos.
—"Eso fue increíble," dijo Anakin, sonriendo ampliamente mientras se dejaba caer al suelo. —"Creo que casi los derrotamos."
—"Sigue soñando," respondió Jaina, aunque su tono era juguetón. —"Ustedes dos no tienen oportunidad contra nosotros."
Harry, aún sosteniendo ambos sables, miró a Jaina con una sonrisa. —"Quizás la próxima vez, pero no hoy."
La camaradería entre los cuatro era palpable, y los adultos no pudieron evitar compartir miradas de orgullo y admiración. Aunque sus caminos a menudo parecían complicados, en esos momentos quedaba claro que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío.
