Los días en la Academia Jedi parecían alargarse para Harry y Tenel Ka. Aunque ambos comprendían la importancia de las lecciones teóricas sobre la Fuerza, la meditación y la historia Jedi, no podían evitar sentir que su potencial estaba siendo subutilizado. La mayoría de las clases se llevaban a cabo en salones tranquilos, donde los iniciados se sentaban en silencio mientras los Maestros explicaban conceptos abstractos sobre la conexión con la Fuerza y su impacto en la galaxia.

Harry, acostumbrado a la acción tanto por su entrenamiento previo con Luke y Mara como por su tiempo con los Saints, encontraba estas lecciones particularmente desafiantes, no por su dificultad, sino por la paciencia que requerían. Por su parte, Tenel Ka, aunque mantenía su postura estoica, mostró ligeros signos de frustración en su ceño cada vez que la instrucción se prolongaba sin un momento de actividad física.

Una tarde, mientras los iniciados estaban sentados en círculo en elCírculo de la Fuerza, escuchando a uno de los Maestros hablar sobre la importancia del equilibrio interno, Harry inclinó ligeramente la cabeza hacia Tenel Ka.

—"Si escucho otra analogía sobre la Fuerza como un río, creo que voy a quedarme dormido," —susurró, manteniendo su tono bajo para no interrumpir la clase.

Tenel Ka no respondió de inmediato, pero una pequeña curva apareció en la esquina de sus labios. —"La paciencia también es parte del entrenamiento, Harry."

—"Lo sé," —respondió, suspirando. —"Pero desearía que la paciencia involucrara un poco más de movimiento."

Antes de que la conversación pudiera continuar, Harry sintió una presencia familiar observándolo. Miró hacia la esquina de la sala y encontró los ojos de Kyle Katarn fijos en él. El Maestro Jedi, vestido con su túnica marrón característica, tenía una expresión neutral, pero su mirada era intensa, como si estuviera evaluando cada movimiento de Harry. No era la primera vez que lo notaba. Durante las últimas sesiones, Harry había sentido la misma mirada penetrante, como si Kyle estuviera esperando algo de él.

Después de la clase, mientras los iniciados se dirigían al refectorio, Harry no pudo evitar compartir su inquietud con Tenel Ka.

—"¿Te has dado cuenta de cómo Kyle Katarn me observa? Es como si estuviera buscando algo en mí," —dijo mientras caminaban juntos por el pasillo.

Tenel Ka lo miró de reojo, su expresión pensativa. —"Lo he notado. Pero también he visto cómo observa a otros. Quizás simplemente esté evaluando nuestras habilidades."

—"Puede ser," —respondió Harry, aunque no estaba del todo convencido. —"Pero no siento que sea igual. Es más... personal."

—"¿Crees que tiene algo que ver con tu pasado?" —preguntó Tenel Ka, con su habitual franqueza.

Harry se encogió de hombros. —"Tal vez. Pero no estoy seguro de qué podría ser."

Lux, que flotaba cerca de ellos, emitió un pitido bajo, como si compartiera la incertidumbre de Harry. Tenel Ka se detuvo un momento, girándose para enfrentarlo directamente.

—"Si te preocupa, deberías preguntarle," —sugirió. —"Los Jedi valoran la honestidad y la claridad. No pierdes nada con obtener respuestas."

Harry reflexionó sobre sus palabras mientras continuaban hacia el refectorio. Sabía que Tenel Ka tenía razón, pero algo en la intensidad de la mirada de Kyle lo hacía dudar. Era como si el Maestro estuviera esperando a que Harry diera el primer paso.

Después de la clase en elCírculo de la Fuerza, Harry y Tenel Ka se dirigieron al refectorio con el resto de los iniciados. Aunque el tiempo en la Academia había sido mayormente teórico hasta ahora, las interacciones sociales empezaban a surgir de manera natural. Los estudiantes compartían impresiones sobre las lecciones y las expectativas para el entrenamiento físico que aún no comenzaba.

El refectorio era un espacio amplio, con largas mesas dispuestas en filas, iluminado por la luz tenue de lámparas colgantes que proyectaban un ambiente acogedor. Harry y Tenel Ka tomaron sus bandejas y eligieron un lugar en el centro, rodeados por otros iniciados. Mientras comenzaban a comer, dos figuras se acercaron.

—"¿Puedo sentarme aquí?" —preguntó un niño de piel azul con ojos amarillos brillantes, que Harry recordaba del recorrido inicial. Su cabello blanco estaba recogido en un moño sencillo, y su tono era educado pero curioso.

—"Claro," —respondió Harry, haciéndole un gesto para que tomara asiento.

El niño se sentó con gracia, dejando su bandeja a un lado. —"Soy Geryn. Vengo de Pantora. He notado que ustedes dos suelen trabajar juntos. ¿Ya se conocían antes de la Academia?"

Harry negó con la cabeza mientras echaba un vistazo a Tenel Ka, quien permanecía tranquila y observadora. —"No, nos conocimos aquí. Pero parece que compartimos intereses similares."

—"Y paciencia limitada," —añadió Tenel Ka, sin perder su tono serio.

Geryn sonrió ligeramente. —"Eso explica mucho. A mí tampoco me entusiasman las lecciones teóricas. Preferiría estar aprendiendo sobre combate o exploración."

Antes de que la conversación pudiera continuar, otra figura apareció, dejando caer su bandeja con más fuerza de la necesaria frente a Harry. Era un humano alto y robusto, con cabello oscuro y una expresión audaz. —"Entonces, ¿esta es la mesa de los aburridos quejándose de las clases?" —preguntó con una sonrisa burlona antes de sentarse.

—"¿Y tú quién eres?" —preguntó Tenel Ka, arqueando una ceja.

—"Soy Rylk, de Corellia," —dijo, con evidente orgullo en su tono. —"Y creo que todos aquí necesitamos un poco más de acción en nuestras vidas."

—"¿Y cuál es tu propuesta?" —preguntó Harry, manteniendo la compostura pero sintiendo que este chico sería problemático.

Rylk se inclinó hacia adelante, hablando en un tono conspirador. —"Simple. Nos colamos en una de las áreas restringidas y practicamos con sables de luz. Si seguimos esperando, vamos a oxidarnos antes de aprender algo útil."

Geryn miró a Harry y Tenel Ka con una mezcla de curiosidad y alarma. —"Eso podría meternos en muchos problemas."

—"O demostrar que estamos listos para algo más serio," —insistió Rylk, su tono lleno de convicción.

—"¿Y quién dice que no estamos listos?" —respondió Tenel Ka, con un destello de desafío en sus ojos. —"Pero romper las reglas no demuestra habilidad. Demuestra inmadurez."

Harry sonrió, impresionado por la manera en que Tenel Ka manejaba la situación. —"Estoy de acuerdo. Además, si realmente quieres demostrar algo, lo harás cuando te den la oportunidad, no antes."

Rylk parecía dispuesto a discutir, pero otro estudiante intervino. Era una niña delgada con cabello castaño oscuro, que llevaba gafas pequeñas y redondas que le daban un aire intelectual. —"Si me permiten," —dijo en un tono tranquilo pero firme—, "creo que sería mejor enfocar nuestras energías en aprovechar las clases teóricas. Entender la Fuerza requiere paciencia, algo que algunos aquí claramente necesitan practicar."

Rylk bufó, pero no respondió, optando por concentrarse en su comida. La niña se presentó como Lirena, proveniente de Alderaan, y rápidamente se unió a la conversación, aportando una perspectiva más analítica sobre las lecciones.

Mientras el grupo continuaba interactuando, Harry notó que, a pesar de sus diferencias, había un sentido creciente de camaradería entre ellos. Incluso Rylk, aunque más audaz y rebelde, parecía aceptar a regañadientes las dinámicas del grupo.

Tenel Ka, como siempre, observaba más de lo que hablaba, pero sus comentarios ocasionales eran precisos y bien recibidos. Harry, por su parte, se dio cuenta de que, aunque extrañaba la acción, estos momentos eran importantes. Conocer a sus compañeros no solo hacía que la experiencia en la Academia fuera más llevadera, sino que también formaba la base de relaciones que podrían ser cruciales en el futuro.

Mientras se levantaban para regresar a sus habitaciones, Geryn miró a Harry y le preguntó: —"¿Crees que los Maestros tienen algo más planeado para nosotros? Algo... menos aburrido."

Harry sonrió mientras Lux emitía un pitido, como si confirmara el pensamiento. —"Espero que sí. Porque si no, creo que algunos aquí podrían empezar a perder la paciencia."

Tenel Ka, caminando junto a él, añadió: —"La paciencia no se pierde. Se prueba. Y creo que la nuestra está siendo puesta a prueba deliberadamente."

Harry no pudo evitar reír suavemente mientras regresaban al pasillo. A pesar de las frustraciones, sentía que cada día los acercaba más a lo que realmente estaban buscando.

La emoción palpable en el ambiente llenaba la sala de entrenamiento mientras los iniciados se alineaban frente a los Maestros Jedi, sosteniendo sables de luz de entrenamiento en sus manos. Harry, con Lux montado en su espalda, se colocó al lado de Tenel Ka, ajustando su postura con anticipación. Este era el momento que había estado esperando desde que llegó a la Academia, una oportunidad de demostrar lo que sabía y aprender más sobre el combate.

El Maestro Luke avanzó hacia el frente de la sala, su presencia calmada pero autoritaria capturando la atención de todos los presentes.

—"Hoy comenzaremos con lo básico," —anunció, su tono sereno. —"El manejo del sable de luz no es solo una cuestión de habilidad física. Requiere concentración, conexión con la Fuerza y respeto por el arma. Los Maestros estarán aquí para guiarlos."

Harry apenas podía contener su emoción. Su entrenamiento previo con Luke y Mara le había dado una ventaja, pero sabía que aún tenía mucho que aprender. Sin embargo, justo cuando los estudiantes comenzaron a encender sus sables de entrenamiento, Luke lo llamó con un gesto firme.

—"Harry, ven conmigo," —dijo, su tono tranquilo pero inconfundible.

La emoción de Harry se desvaneció en un instante, reemplazada por una mezcla de sorpresa y decepción. —"¿Ahora? Pero..."

Luke mantuvo su mirada fija en él, como si entendiera la frustración de su hijo pero sin ofrecer explicaciones. —"Es importante. Ven."

Resignado, Harry apagó el sable de entrenamiento que apenas había encendido y lo devolvió al estante antes de caminar hacia la puerta. Tenel Ka lo miró con una mezcla de curiosidad y solidaridad, pero permaneció en su lugar, siguiendo las instrucciones de los Maestros.

Mientras caminaba por los pasillos hacia el punto de reunión que Luke había indicado, Harry no pudo evitar sentir una punzada de molestia. Había esperado este momento desde que llegó, y ahora le estaban arrebatando la oportunidad. Incluso Lux emitió un pitido bajo, casi como si compartiera su frustración.

Sin embargo, antes de llegar a su destino, una figura familiar apareció en el pasillo, bloqueando su camino. Era Kyle Katarn, con su porte imponente y una expresión que mezclaba burla y desafío.

—"Vaya, vaya," —dijo Kyle, cruzando los brazos. —"Si no es el pandillero convertido en Jedi."

Harry se detuvo en seco, sorprendido por el tono cortante del Maestro. —"¿Qué dijiste?"

Kyle dio un paso adelante, su voz cargada de sarcasmo. —"Sabes exactamente a lo que me refiero. Coruscant. Los Saints. Las cosas que has hecho y los círculos en los que te has movido. No me malinterpretes; es impresionante que hayas llegado hasta aquí. Pero no significa que pertenezcas."

Harry sintió cómo su pulso se aceleraba, su mente luchando por procesar las palabras de Kyle. —"¿Cómo sabes eso?"

Kyle soltó una risa breve y seca. —"Tengo mis métodos. Lo que importa es que sé quién eres y de dónde vienes. Y estoy aquí para probar si realmente tienes lo que se necesita para estar en este lugar."

Antes de que Harry pudiera responder, Kyle sacó un sable de entrenamiento y lo lanzó hacia él. Harry lo atrapó instintivamente, encendiéndolo mientras el familiar zumbido llenaba el aire.

—"¿Qué estás haciendo?" —preguntó Harry, sin poder ocultar su sorpresa.

Kyle sonrió, inclinando ligeramente la cabeza. —"Estoy enseñándote una lección. Vamos a ver si el 'pandillero' tiene alguna habilidad real, o si todo lo que tienes es suerte y actitud."

Sin esperar una respuesta, Kyle activó su propio sable de entrenamiento y adoptó una postura ofensiva, con la hoja azul vibrando frente a él. Su mirada era dura, evaluadora, como si estuviera buscando debilidades en cada movimiento de Harry.

Harry, aunque sorprendido, no retrocedió. Inspiró profundamente, recordando las lecciones de Mara y Luke. A pesar de la intensidad del momento, dejó que la Fuerza lo calmara mientras tomaba la postura de combate que más le resultaba natural: la de Starkiller, con el sable sostenido de forma inversa en su mano derecha, listo para bloquear o atacar.

Kyle arqueó una ceja, claramente notando la postura. —"Interesante. ¿Eso te enseñaron en Coruscant, o lo aprendiste solo?"

—"¿Por qué no lo descubres?" —respondió Harry, su voz cargada de determinación.

Kyle no esperó más. Con un giro ágil, lanzó el primer ataque, un golpe horizontal dirigido al costado de Harry. Harry reaccionó rápidamente, bloqueando con precisión y devolviendo el golpe con una finta que obligó a Kyle a retroceder.

—"No está mal," —dijo Kyle mientras ajustaba su postura. —"Tal vez hay algo más en ti, después de todo."

Harry no respondió. Sus ojos estaban enfocados, sus movimientos fluidos mientras intentaba anticipar el siguiente ataque de Kyle. La tensión en el pasillo era palpable, el sonido de los sables chocando resonando en las paredes.

Kyle atacó de nuevo, esta vez con una serie de movimientos rápidos y calculados que obligaron a Harry a retroceder. Sin embargo, Harry encontró su ritmo, contrarrestando con una agilidad que tomó por sorpresa al Maestro.

Ambos se movían como sombras, sus sables iluminando el pasillo con destellos azules. La intensidad del enfrentamiento aumentaba con cada golpe y bloqueo, y aunque Harry sentía la presión, también notaba algo más: una conexión profunda con la Fuerza que lo guiaba en cada movimiento.

Kyle, sin embargo, no parecía impresionado. Su expresión era dura, casi desafiante, como si estuviera probando algo más que la habilidad de Harry con el sable.

El enfrentamiento continuaba, cada golpe más intenso que el anterior.

El pasillo resonaba con el zumbido constante de los sables de luz y el eco de los pasos rápidos de Harry y Kyle Katarn. La intensidad del combate los llevó a moverse rápidamente, sus habilidades chocando como dos corrientes opuestas que intentaban dominar al otro. Kyle, con su experiencia y precisión, atacaba con movimientos calculados, obligando a Harry a mantener la guardia alta y a moverse constantemente para evitar quedar acorralado. Por su parte, Harry utilizaba su rapidez y reflejos, aprovechando cada abertura para contraatacar con precisión.

—"Nada mal," —dijo Kyle, su tono cargado de burla mientras bloqueaba uno de los ataques de Harry. —"Pero todavía tienes mucho que aprender si crees que la velocidad puede superar la experiencia."

—"Tal vez," —respondió Harry, sin perder la concentración, —"pero incluso los veteranos pueden cometer errores."

Con un movimiento rápido, Harry fintó hacia la derecha antes de lanzar un corte inesperado desde abajo, forzando a Kyle a retroceder. Sin embargo, el Maestro Jedi contrarrestó con un giro fluido, lanzando una serie de ataques consecutivos que obligaron a Harry a retroceder rápidamente por el pasillo. La presión crecía, pero Harry no cedía.

Ambos estaban tan inmersos en el combate que no notaron cuando el enfrentamiento los llevó a la sala de entrenamiento, donde los iniciados, incluyendo Tenel Ka, estaban practicando bajo la supervisión de los otros Maestros Jedi. Al escuchar el sonido de los sables y ver la intensidad del combate, los estudiantes dejaron lo que estaban haciendo, formando un semicírculo alrededor de los combatientes.

Tenel Ka, que observaba desde un lado, entrecerró los ojos, evaluando cada movimiento de Harry. Aunque conocía su capacidad para el combate, no podía evitar sentirse preocupada por la clara desventaja que enfrentaba contra alguien como Kyle Katarn.

Entre los iniciados, una niña de cabello rubio y ojos verdes, con solo 12 años, observaba con asombro. Su nombre eraTahiri Veila, una de las estudiantes más jóvenes en ingresar a la Academia ese ciclo. A pesar de su corta edad, Tahiri mostraba una mezcla de curiosidad y emoción al ver el enfrentamiento, su sable de entrenamiento aún encendido en su mano.

Harry, inmerso en el combate, comenzó a notar un patrón en los ataques de Kyle. Cada movimiento del Maestro parecía diseñado para desgastarlo, forzándolo a gastar energía mientras mantenía una defensa impenetrable. Aunque sus reflejos y velocidad le habían permitido mantenerse en pie hasta ahora, Harry sabía que, de seguir así, la derrota era inevitable.

—"Está bien," —murmuró para sí mismo, con Lux pitando débilmente desde su espalda. —"Si no puedo superarlo en habilidad, tendré que cambiar las reglas."

Con una determinación renovada, Harry comenzó a incorporar técnicas que había aprendido durante su tiempo con los Saints. Cada vez que Kyle se acercaba, Harry aprovechaba la oportunidad para lanzar golpes físicos entre los ataques, usando codos, rodillas y patadas para desestabilizarlo. Aunque estas maniobras no eran tradicionales en un combate Jedi, le permitían ganar segundos preciosos para recuperar el control.

Kyle arqueó una ceja, claramente sorprendido por el cambio de tácticas. —"¿Eso es todo lo que tienes? ¿Peleas sucias? Qué típico."

Harry no respondió, usando en su lugar una acrobacia para colocarse detrás de Kyle y lanzar un corte hacia su flanco. Sin embargo, el Maestro reaccionó rápidamente, bloqueando el ataque y lanzando una onda de la Fuerza que envió a Harry hacia atrás.

Fue en ese momento cuando la Fuerza pareció gritar en la mente de Harry, una sensación clara y urgente. Sin pensarlo demasiado, extendió su mano libre y atrajo uno de los sables de entrenamiento cercanos. El arma, que pertenecía a Tahiri Veila, voló hacia él, y en un movimiento fluido, Harry lo activó y adoptó una postura de combate de doble sable.

Tahiri, que había visto cómo su sable era arrebatado, abrió los ojos con asombro, pero no dijo nada, aparentemente fascinada por lo que estaba viendo.

Con un sable en cada mano, Harry cambió su enfoque. La postura que adoptó era dinámica y agresiva, similar a lo que Luke y Mara le habían enseñado, pero con un toque propio. Los dos sables se movían como extensiones naturales de su cuerpo, creando un patrón de ataques y defensas que desafiaba el ritmo calculado de Kyle.

El Maestro Katarn entrecerró los ojos, ajustando su postura mientras bloqueaba los ataques simultáneos de Harry. —"Interesante," —dijo, con un tono más serio. —"Tal vez tienes más potencial del que pensé."

La sala de entrenamiento estaba completamente en silencio, con todos los iniciados y Maestros observando el combate. Incluso los Maestros Jedi presentes parecían impresionados por la intensidad del enfrentamiento, aunque ninguno intervino, dejando que la situación se desarrollara.

Harry, ahora completamente enfocado, empezó a mezclar ataques con ambos sables, usando movimientos rápidos y precisos para mantener a Kyle a la defensiva. Aunque aún sentía la presión del combate, la conexión con la Fuerza lo guiaba, dándole la claridad que necesitaba para mantenerse en pie.

El enfrentamiento continuaba, cada golpe y bloqueo resonando en la sala, mientras la tensión seguía aumentando.

El combate entre Harry y Kyle Katarn alcanzaba un crescendo. Los sables de luz zumbaban y chisporroteaban en un ritmo frenético, reflejando un duelo que ahora parecía igualado. Harry, con los dos sables en sus manos, utilizaba la rapidez y la creatividad para mantener la presión sobre el Maestro Jedi. Kyle, por su parte, mostraba una calma casi inhumana, contrarrestando cada ataque con movimientos precisos y eficaces.

Los iniciados observaban con fascinación. Incluso los Maestros Jedi presentes mantenían un aire de interés, aunque sus expresiones no revelaban mucho más allá de una leve intriga. Tenel Ka, en particular, seguía cada movimiento de Harry con ojos afilados, sus emociones ocultas tras su típica serenidad.

Harry lanzó una serie de cortes rápidos con ambos sables, obligando a Kyle a retroceder hacia una de las esquinas de la sala. Pensó que había ganado la ventaja, pero justo cuando iba a seguir con un ataque más agresivo, Kyle dio un paso al frente y, con un movimiento calculado y veloz, desarmó a Harry. Uno de los sables salió volando hacia el suelo, mientras que el otro quedó en manos del Maestro, quien lo desactivó con rapidez.

El aire en la sala se tensó. Harry retrocedió un paso, su mente procesando lo que acababa de ocurrir. Sintió una oleada de frustración, mezclada con una chispa de orgullo herido. Pero en lugar de detenerse, su entrenamiento con Angel de la Muerte le recordó una lección crucial:Nunca dependas completamente de un arma. Usa lo que tienes, incluso tus manos.

Kyle dio un paso hacia adelante, su mirada burlona fija en Harry. —"¿Eso es todo? Pensé que tenías algo más en ti, 'pandillero'."

Harry apretó los dientes y dejó que la Fuerza lo calmara. Con un rápido movimiento, se lanzó hacia Kyle, cerrando la distancia entre ellos antes de que el Maestro pudiera reaccionar completamente. Usando la velocidad y la sorpresa, Harry bloqueó un golpe del sable con su antebrazo, desviándolo lo suficiente para lanzar un golpe directo con su puño izquierdo al estómago de Kyle.

El impacto obligó a Kyle a retroceder, su expresión de sorpresa momentánea cambiando rápidamente a una de concentración. Harry no perdió el tiempo. Aprovechando el momento, lanzó una patada lateral que golpeó el sable en la mano de Kyle, desarmándolo por completo. El arma cayó al suelo con un ruido sordo, dejando a ambos combatientes sin sables.

Los iniciados jadearon al unísono, algunos retrocediendo instintivamente mientras la tensión en la sala se disparaba. Harry y Kyle ahora estaban cara a cara, sin armas, pero con una determinación feroz reflejada en sus ojos.

Kyle sonrió ligeramente, inclinando la cabeza. —"Interesante. Muy interesante."

Antes de que Harry pudiera responder, Kyle lanzó el primer golpe, un puñetazo rápido que Harry logró esquivar por poco. La batalla había cambiado a algo más físico, más crudo. Harry utilizó su agilidad para mantenerse en movimiento, esquivando y contrarrestando cada ataque mientras intentaba crear una abertura.

Las enseñanzas de Angel sobre el combate cuerpo a cuerpo resonaban en su mente:La fuerza no lo es todo. Golpea rápido, golpea preciso, y mantén el control.Con movimientos calculados, Harry bloqueó un ataque y respondió con un gancho directo al rostro de Kyle, seguido de un codazo al costado. El Maestro retrocedió, pero no por mucho tiempo.

Kyle giró rápidamente, usando su peso y técnica para intentar derribar a Harry. Sin embargo, Harry había enfrentado situaciones similares antes y reaccionó instintivamente, girando sobre su eje y usando la inercia para romper el intento. Ambos cayeron al suelo enredados, luchando por el control.

La pelea era intensa y completamente distinta a lo que los Jedi estaban acostumbrados. Harry combinaba técnicas de lucha callejera con movimientos improvisados, mientras Kyle usaba su entrenamiento avanzado y experiencia para mantener la presión. Los golpes resonaban en la sala, cada uno más contundente que el anterior.

Tenel Ka dio un paso hacia adelante, su rostro tenso mientras observaba a Harry. Por un instante, parecía que iba a intervenir, pero se detuvo cuando otro Maestro Jedi levantó una mano para detenerla.

—"Es suficiente," —dijo uno de los Maestros, su voz calmada pero firme.

Sin embargo, ninguno de los combatientes parecía escuchar. Harry lanzó un golpe directo al pecho de Kyle, pero el Maestro lo atrapó con ambas manos, girando rápidamente para intentar derribarlo de nuevo. Harry contrarrestó con una patada al costado, liberándose y poniéndose en posición defensiva.

La sala estaba al borde de estallar, con los iniciados y Maestros observando en completo silencio, sus expresiones variando entre sorpresa, admiración y preocupación. Harry sabía que no podía permitir que su energía se agotara, pero también entendía que Kyle estaba probándolo, de una manera que aún no podía comprender del todo.

La lucha continuaba, cada golpe y movimiento llevando a los combatientes al límite.

Harry permaneció inmóvil en el centro de la sala, con los músculos tensos y los ecos del combate aún resonando en su mente. Su cuerpo dolía, cada golpe de Kyle Katarn dejando un recordatorio persistente de la intensidad de su enfrentamiento. Respiró profundamente y giró ligeramente la cabeza, observando a Lux que flotaba a su lado, emitiendo un suave pitido. La calma de su droide era casi irónica después del caos que acababa de experimentar.

—"¿Qué demonios acaba de pasar?" —murmuró Harry, más para sí mismo que para Lux.

El droide emitió un pitido curioso, como si también estuviera tratando de procesar lo ocurrido. Harry dejó escapar un suspiro y extendió una mano, atrayendo con la Fuerza los dos sables de entrenamiento que había usado durante el combate. Observó ambos con atención, notando que uno tenía marcas de uso que no reconocía.

—"¿De dónde diablos saqué este?" —se preguntó en voz alta, sosteniendo el segundo sable.

Una voz joven interrumpió sus pensamientos. —"Ese es mío," —dijo una niña con cabello rubio desordenado y ojos verdes brillantes mientras se acercaba con una sonrisa despreocupada.

Harry parpadeó sorprendido, mirando a la niña que no parecía tener más de doce años. Era menuda, pero había una confianza en su postura que sugería que no le intimidaba enfrentarse a nadie, ni siquiera a alguien que acababa de batirse en un combate feroz contra un Maestro Jedi.

—"Oh, lo siento," —dijo Harry rápidamente, extendiendo el sable hacia ella. —"No era mi intención tomarlo. Solo... pasó."

La niña aceptó el sable con una sonrisa divertida, encendiéndolo brevemente para asegurarse de que estaba en buen estado. —"No te preocupes. Fue impresionante verlo en acción. Mi nombre es Tahiri Veila. Supongo que tú eres el chico que acaba de darle una paliza al Maestro Katarn... o algo así."

Harry se rió suavemente, aunque todavía sentía la adrenalina en su sistema. —"Soy Harry Potter. Y no sé si lo llamaría una 'paliza'. Creo que apenas logré sobrevivir."

Tahiri ladeó la cabeza, estudiándolo con ojos astutos. —"Bueno, sobrevivir contra Kyle Katarn ya es algo. Pero tengo que decirlo, esa cosa que usaste en tu brazo... fue genial. Nunca había visto algo así. ¿Qué era?"

Antes de que Harry pudiera responder, los demás iniciados comenzaron a acercarse, formando un pequeño círculo a su alrededor. Geryn, el pantorano que había conocido antes, fue uno de los primeros en hablar.

—"Eso fue increíble, Harry," —dijo, con los ojos brillando de entusiasmo. —"Nunca pensé que alguien podría enfrentarse a un Maestro como Katarn y salir entero."

Rylk, el corelliano, cruzó los brazos y añadió con una sonrisa desafiante: —"Debo admitirlo, pensé que eras todo palabras, pero lo que hiciste ahí fue impresionante. Aunque... tal vez un poco loco."

Tenel Ka permanecía un poco más apartada, pero su mirada intensa no abandonaba a Harry. Finalmente, rompió su silencio. —"Tu desempeño fue inesperado, pero efectivo. Sin embargo," —dijo, con un tono ligeramente crítico—, "tus movimientos aún necesitan refinamiento. No puedes depender únicamente de la improvisación."

Harry la miró y asintió lentamente, agradecido por su honestidad. —"Tienes razón. Tengo mucho que mejorar."

Tahiri intervino de nuevo, cruzándose de brazos. —"¿Y qué pasa con esa cosa en tu brazo? Porque si tienes más trucos como ese, quiero saberlo. Tal vez podríamos compartir ideas."

Harry dudó por un momento, consciente de que la hoja oculta era algo que no encajaba del todo en el entorno Jedi. Finalmente, decidió restarle importancia. —"Es algo que usaba... antes de llegar aquí. No es muy Jedi, pero fue útil hoy."

Los iniciados comenzaron a hacer más preguntas, hablando todos al mismo tiempo. Algunos querían detalles sobre su entrenamiento anterior, otros querían saber cómo había aprendido a usar dos sables, y algunos simplemente lo felicitaban por su valentía. Harry, aún sorprendido por toda la atención, trataba de responder lo mejor que podía, pero la avalancha de comentarios lo tenía un poco abrumado.

Tenel Ka finalmente dio un paso adelante, levantando una mano para calmar a los demás. —"Denle un respiro. Apenas ha terminado el combate, y ya lo están interrogando como si fuera un criminal."

El grupo se calmó un poco, aunque el entusiasmo aún era palpable. Tahiri aprovechó el momento para ponerse al lado de Harry y mirarlo con una mezcla de admiración y curiosidad.

—"Bueno, Potter," —dijo con una sonrisa traviesa, —"parece que vas a ser el centro de atención por un tiempo. Espero que te acostumbres, porque no creo que esto se olvide pronto."

Harry dejó escapar una risa cansada, aunque no podía evitar sentirse agradecido por el apoyo inesperado de sus compañeros. Miró a Lux, que flotaba a su lado, y sintió un pequeño alivio al saber que, incluso en este lugar extraño, no estaba solo.

Mientras los iniciados regresaban lentamente a sus actividades, Harry sintió una mezcla de emociones. El combate con Kyle había sido agotador, tanto física como emocionalmente, pero también había sido una prueba importante, una que aparentemente había superado. A pesar de las críticas de Kyle y las miradas curiosas de los demás, sabía que este era solo el comienzo de su camino como Jedi.

Pero, por ahora, tenía algo más importante que hacer: descansar, reflexionar y prepararse para lo que vendría después. Aunque aún no lo sabía, este combate era solo el primer paso hacia desafíos mucho mayores.

En la sala de reuniones de la Academia Jedi, los Maestros se habían reunido para discutir lo ocurrido entre Harry y Kyle Katarn. La atmósfera estaba cargada de expectación y cierta tensión mientras los presentes intercambiaban miradas inquisitivas. Luke Skywalker permanecía de pie en el centro, con Mara a su lado, mientras Kyle se apoyaba casualmente contra una pared, con un rastro de sangre seca en la comisura de sus labios.

La primera en romper el silencio fue la Maestra Twi'lek Zadira Sen, conocida por su rigidez en la disciplina Jedi. —"Kyle," —comenzó con voz firme, —"necesitamos entender por qué decidiste enfrentarte físicamente a un iniciado. Tus métodos, aunque efectivos, no se alinean con nuestras prácticas habituales."

Kyle soltó un suspiro breve antes de enderezarse. —"Harry Potter no es un iniciado común. Tiene habilidades que lo colocan por encima del nivel promedio, pero esas mismas habilidades plantean un desafío. Necesitaba evaluarlo, ver de qué está hecho realmente bajo presión."

El Maestro Jerris Kal frunció el ceño, claramente incómodo con la respuesta. —"¿Y no crees que había mejores formas de hacerlo? Provocar un enfrentamiento físico, especialmente con un iniciado, es un riesgo innecesario."

Kyle mantuvo su postura relajada, pero su tono era directo. —"Con Harry, no lo creo. Es un caso especial. La teoría no le enseña nada que ya no sepa. Necesita acción, necesita desafíos reales. Y lo que vi en ese enfrentamiento lo confirma."

Zadira lo interrumpió, con una mezcla de escepticismo y curiosidad. —"¿Qué viste exactamente?"

Kyle cruzó los brazos, reflexionando por un momento antes de responder. —"Harry es rápido, ágil, y tiene una capacidad innata para adaptarse a cualquier situación. Sus movimientos son poco ortodoxos, pero efectivos. Utiliza instintos que no son puramente Jedi, pero que podrían refinarse con el entrenamiento adecuado. Sin embargo," —añadió con un tono más grave, —"también tiene un lado peligroso. Esa herramienta que usó, esa hoja que emergió de su brazo... eso no es Jedi. Es algo que viene de otro lugar, algo que debemos vigilar de cerca."

Los Maestros murmuraron entre ellos, intercambiando opiniones hasta que Zadira levantó una mano para calmarlos. —"Entonces, ¿cuál es tu recomendación, Kyle? ¿Crees que Harry es un riesgo para la Academia?"

Kyle negó con la cabeza. —"No creo que sea un riesgo. Pero sí creo que mantenerlo como iniciado es un desperdicio de su potencial. No está aprendiendo nada nuevo en este nivel. Necesita un mentor que pueda enfocarlo, que pueda pulir sus habilidades y ayudarlo a controlar sus impulsos."

El Maestro Jerris frunció el ceño, pero no refutó la declaración. Zadira inclinó la cabeza, considerando las palabras de Kyle antes de mirar hacia Luke.

—"¿Qué piensas, Maestro Skywalker?"

Luke permaneció en silencio por un momento, su expresión serena pero reflexiva. Finalmente, habló. —"Estoy de acuerdo con Kyle. Harry necesita un enfoque más personalizado. Su potencial es evidente, pero también lo son los riesgos si no lo guiamos adecuadamente."

Zadira asintió, aunque parecía no estar del todo convencida. —"Entonces, ¿quién será su mentor? Necesitará a alguien que pueda manejar su energía y su... creatividad."

Luke intercambió una mirada con Kyle antes de responder. —"Kyle será su Maestro. Ha demostrado que entiende los desafíos únicos de Harry, y su experiencia lo convierte en la mejor opción para guiarlo."

El comentario provocó algunas expresiones de sorpresa entre los Maestros, pero nadie se opuso directamente. Zadira fue la primera en asentir. —"Si ese es el consenso, entonces que así sea. Pero, Maestro Katarn, espero que sigas los principios de nuestra orden en este proceso."

Kyle esbozó una ligera sonrisa, aunque su tono era serio. —"Siempre lo hago. A mi manera."

Los Maestros comenzaron a dispersarse, aunque algunos intercambiaron miradas de preocupación mientras abandonaban la sala. Finalmente, solo quedaron Luke, Mara y Kyle.

Mara fue la primera en hablar, su tono cargado de ironía. —"Bueno, eso fue más fácil de lo que esperaba. Aunque no estoy segura de si Zadira te estaba felicitando o advirtiendo, Kyle."

Kyle dejó escapar una breve risa. —"Probablemente ambas cosas. Pero Harry lo vale. Tiene algo que no se puede enseñar: una voluntad que no se rompe fácilmente."

Luke asintió, pero su rostro se oscureció ligeramente. —"Kyle, hay algo que no mencionamos frente a los otros Maestros. Harry... no nos ha contado todo sobre su pasado. Sabemos que mantiene ciertos vínculos con su vida en Coruscant, vínculos que no encajan con nuestra filosofía."

Kyle arqueó una ceja. —"¿Qué tipo de vínculos?"

Mara respondió esta vez, su tono más serio. —"Los Saints. Es una organización que Harry ayudó a liderar. Comenzaron como una banda criminal, pero bajo su mando se convirtieron en algo más complejo. Mezclan actividades ilegales con un propósito que, según Harry, es altruista: ayudar a los marginados y luchar contra los opresores."

Kyle se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Finalmente, habló. —"Eso explica muchas cosas. Sus métodos, su forma de pensar. Pero también significa que llevará esa mentalidad a todo lo que haga aquí."

Luke lo miró directamente. —"Por eso lo elegimos a ti. Harry necesita alguien que lo entienda, pero que también pueda guiarlo lejos de las sombras de su pasado. Si alguien puede manejarlo, es Kyle Katarn."

Kyle sonrió levemente, aunque su tono seguía siendo serio. —"Entonces no perdamos el tiempo. Si voy a ser su Maestro, será mejor que empiece a prepararme para el desafío."

Mara asintió, su expresión relajándose ligeramente. —"No subestimes a Harry. Puede que te sorprenda, como lo hizo hoy."

Luke miró hacia la puerta, su mirada distante pero llena de determinación. —"Harry tiene un camino difícil por delante, pero también tiene el potencial para cambiar más que solo su destino. Es nuestro deber asegurarnos de que ese camino lo lleve a la luz."

La sala quedó en silencio mientras los tres reflexionaban sobre el futuro de Harry Potter, sabiendo que cada decisión que tomaran ahora sería crucial para lo que estaba por venir.

El sol de Yavin 4 iluminaba las instalaciones de la Academia Jedi mientras Harry y su grupo caminaban juntos tras terminar su entrenamiento. Aunque la jornada había sido intensa, el ambiente entre ellos era relajado. Tahiri se había integrado con naturalidad al grupo, uniéndose a Geryn, Rylk, Tenel Ka y Lirena. Esta última, una niña delgada de cabello castaño oscuro, llevaba gafas pequeñas y redondas que le daban un aire intelectual y analítico. Aunque solía ser más observadora que participativa, su presencia siempre añadía un toque de profundidad a las conversaciones del grupo.

—"Así que, Harry," —preguntó Tahiri, girándose hacia él con su característico entusiasmo—, "¿qué te gusta hacer cuando no estás entrenando o peleando con Maestros Jedi?"

Harry rió ligeramente, sacudiendo la cabeza. —"No diría que 'me gusta' pelear con Maestros Jedi. Fue más... una excepción."

—"Una excepción bastante épica," —intervino Geryn con una sonrisa. —"Vamos, Potter. ¿Qué haces para divertirte? No me digas que solo te dedicas a meditar."

Harry pensó por un momento, mientras Lux flotaba a su lado, emitiendo un pitido curioso. —"Me gusta volar," —admitió finalmente. —"Siempre he disfrutado la sensación de libertad que da el espacio."

Rylk resopló, cruzándose de brazos. —"Volar. Claro. Todos los soñadores prefieren eso. Yo, en cambio, prefiero algo más tangible. No hay nada como correr o escalar. Mucho menos probable que termines en una bola de fuego."

—"Eso es porque nunca has volado conmigo," —bromeó Harry, lo que provocó una pequeña risa de Tahiri.

Lirena, que hasta ese momento había permanecido en silencio, empujó sus gafas ligeramente hacia arriba antes de hablar. Su tono era tranquilo pero firme. —"Volar no es solo una habilidad, es una forma de pensar. Los mejores pilotos que he leído siempre mencionan cómo el espacio simboliza la libertad. No hay barreras, excepto las que tú mismo te pones."

Harry la miró sorprendido por su intervención, asintiendo ligeramente. —"Exactamente. Es por eso que siempre me ha gustado."

—"¿Así que quieres ser piloto?" —preguntó Tahiri, inclinándose hacia adelante con interés.

—"Tal vez," —respondió Harry. —"O al menos, aprender lo suficiente como para ser bueno. Pero más que eso, me gusta entrenar. No solo sables, sino cualquier cosa que me ayude a mejorar."

Mientras hablaba, una imagen de Jaina apareció brevemente en su mente. Pasar tiempo con ella era algo que valoraba profundamente, aunque prefirió mantener ese pensamiento privado.

—"Entrenar y volar," —resumió Tahiri, sonriendo ampliamente. —"No te tomes esto a mal, Harry, pero necesitas algo más de diversión en tu vida."

—"¿Y tú qué haces para divertirte?" —preguntó Rylk, arqueando una ceja hacia Tahiri.

—"Explorar," —respondió ella sin dudar. —"Siempre me ha gustado descubrir cosas nuevas, ya sea un lugar, una historia o un reto."

—"¿Explorar?" —intervino Geryn con una sonrisa burlona. —"Espero que no signifique meterte en problemas."

—"¿Y si lo fuera?" —respondió Tahiri con una sonrisa traviesa.

Mientras el grupo avanzaba hacia el comedor, las bromas continuaron fluyendo. Una vez allí, se acomodaron alrededor de una mesa grande. Tenel Ka tomó asiento junto a Harry, mientras Lirena se sentaba al lado de Geryn, ajustando sus gafas con un gesto despreocupado mientras observaba la dinámica del grupo con su mirada analítica.

Durante la comida, la conversación giró hacia los desafíos de las clases teóricas y las expectativas de los entrenamientos prácticos. Sin embargo, en medio de la charla, Lirena hizo un comentario que captó la atención de todos.

—"Es interesante," —dijo mientras movía su bandeja ligeramente, su mirada fija en cada miembro del grupo. —"Estamos aquí para aprender lo mismo, pero cada uno lo aborda de maneras completamente diferentes. Es fascinante observarlo."

—"¿Qué quieres decir?" —preguntó Geryn, claramente intrigado.

—"Mírennos," —respondió Lirena, ajustando sus gafas nuevamente. —"Tenel Ka valora la fuerza y la disciplina. Harry combina lo físico con una intensidad que no es común aquí. Tahiri está motivada por la curiosidad y el deseo de explorar. Rylk prefiere lo práctico y tangible. Y Geryn... tú analizas todo desde un punto de vista técnico, siempre buscando entender los porqués y los cómos."

El grupo quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Lirena. Incluso Harry, que solía mantener una actitud más despreocupada, no pudo evitar reflexionar sobre lo que ella había dicho.

—"Bueno," —dijo Tahiri finalmente, rompiendo el silencio con una sonrisa. —"Eso fue profundo. ¿Siempre eres así de observadora, Lirena?"

Lirena inclinó ligeramente la cabeza, sus gafas reflejando la luz tenue del comedor. —"Solo cuando hay algo interesante que analizar."

El grupo estalló en risas, la tensión momentánea disipándose. Harry, sin embargo, no pudo evitar sentir que había algo en las palabras de Lirena que resonaba con una verdad más profunda. Mientras continuaban comiendo y hablando, comenzó a apreciar aún más las conexiones que estaba formando con ellos. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que estaba encontrando un lugar al que realmente podía pertenecer.

Harry estaba sentado en el borde de su cama, con Lux flotando tranquilamente a su lado. La privacidad de su habitación le ofrecía un respiro del bullicio de la Academia Jedi, pero su mente estaba lejos de estar tranquila. Había planeado usar ese momento para revisar los mensajes encriptados que sus Saints le habían enviado, pero cada vez que trataba de concentrarse, un sentimiento cálido y familiar lo distraía: Jaina.

A pesar de la distancia que los separaba, podía sentirla a través de su conexión en la Fuerza. Era un leve eco, una presencia reconfortante que siempre había estado ahí, pero ahora, lejos de ella, parecía brillar con una intensidad que lo desconcertaba.

De repente, Lux comenzó a emitir pequeños pitidos inquietos, moviéndose de un lado a otro. Harry frunció el ceño, mirando al droide. —"¿Qué te pasa, Lux? ¿Todo bien?"

El droide flotó más cerca, emitiendo un pitido más agudo antes de proyectar un holograma frente a él. La voz de Jaina llenó la habitación con una calidez que lo hizo detenerse en seco, como si el tiempo hubiera quedado suspendido.

—"Harry, este droide es más que un regalo. Es una parte de casa, una parte de mí, que siempre estará contigo, sin importar dónde estés. Lux será tu luz, tu guía en los momentos más oscuros. Y cuando lo mires, quiero que recuerdes que nunca estás solo. Te deseo toda la suerte del mundo en esta nueva etapa. Pero, por favor... vuelve a casa. Siempre te estaré esperando."

La imagen desapareció, dejando un silencio pesado en la habitación. Harry sintió como si el aire se hubiera vuelto más denso, mientras las palabras de Jaina resonaban una y otra vez en su mente. Su conexión con ella, siempre latente, pareció intensificarse en ese instante, amplificando el torbellino de emociones que lo invadían.

Cerró los ojos, buscando estabilidad en la Fuerza, pero lo único que encontró fue la presencia de Jaina, cálida y constante, como un faro en la distancia. Esa conexión, que siempre había sido un consuelo, ahora traía consigo una oleada de sentimientos que no sabía cómo manejar. Por primera vez, empezó a cuestionar lo que realmente significaba.

—"Jaina..." —murmuró, su voz apenas un susurro.

Su pecho se sentía apretado, como si el peso de la distancia y las emociones reprimidas lo estuvieran aplastando. Siempre había visto a Jaina como su prima, su compañera de entrenamiento, la persona que entendía sus dudas y ambiciones. Pero ahora, esa perspectiva parecía cambiar, como si algo más profundo estuviera emergiendo entre ellos, algo que no podía nombrar.

Las palabras de Jaina lo habían golpeado con fuerza. "Siempre te estaré esperando." Esa promesa, dicha con un tono tan íntimo, lo hizo darse cuenta de cuánto dependía de ella, no solo como familia, sino como una parte esencial de su vida.

Lux flotó cerca de su hombro, emitiendo un suave pitido como si percibiera su angustia. Harry levantó una mano y acarició la estructura metálica del droide, agradecido por la compañía. —"Es más que un droide," —murmuró, recordando las palabras de Jaina. —"Es una parte de casa... una parte de ella."

Se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación, incapaz de permanecer quieto. La conexión en la Fuerza seguía presente, cada vez más intensa, como si Jaina estuviera ahí, sus pensamientos entrelazados con los suyos. No podía evitar preguntarse si ella también lo sentía, si compartía esta extraña mezcla de emociones.

Harry se detuvo frente al pequeño escritorio de la habitación, apoyando las manos sobre la superficie mientras respiraba profundamente. —"¿Qué está pasando conmigo?" —se preguntó en voz alta. Su reflejo en el cristal de la ventana mostraba a un chico confundido, pero determinado.

Lux emitió un pitido más, flotando junto a él. Harry lo miró y esbozó una sonrisa débil. —"Te prometo que volveré. A casa. A ella."

Mientras el droide emitía un pitido alegre, Harry sintió cómo la conexión con Jaina se mantenía constante, como un recordatorio de que no estaba solo. Pero también sabía que este vínculo era algo más que familia, más que compañerismo. Era algo nuevo, profundo y aterrador, y aunque no tenía todas las respuestas, sabía que no podía ignorarlo.

La Fuerza seguía hablándole, susurrando promesas de lo que podría ser, y Harry decidió que, pase lo que pase, descubriría el significado detrás de esos sentimientos.

Porque Jaina ya no era solo su prima; era algo más.

Aún sumido en sus pensamientos sobre Jaina, Harry decidió distraerse revisando elpaddde notificaciones de sus Saints. Lo levantó sin mucho interés, pasando rápidamente por los mensajes habituales sobre operaciones menores y reportes de rutina. Sin embargo, uno en particular captó su atención:"Plan de Compra I."

La mención del plan le hizo fruncir el ceño. Sabía que esa designación correspondía al proyecto inicial de adquisición que sus Saints habían estado organizando para fortalecer sus operaciones tanto legales como encubiertas. Su curiosidad despertó, y abrió el mensaje con un gesto decidido.

El texto, enviado por Viola DeWynter, detallaba el cierre exitoso de las negociaciones en Bracca. Harry leyó con detenimiento, absorbiendo cada palabra.

—"Viola ha cerrado el trato con los supervisores de desmantelamiento en Bracca," —decía el mensaje. —"Se aseguraron cuatro transportes LAAT, cuatro lanzaderas Sheathipede y un número inicial de 2,000 droides B1, 500 droides B2 y 10 droides tácticos T-series. Las naves están siendo evaluadas, y los droides serán reparados y actualizados antes de ser enviados a las bases designadas. Angel ya ha movilizado un equipo para supervisar el transporte y asegurar que todo llegue sin problemas."

Harry soltó un suspiro de alivio al leerlo. A pesar de estar lejos, sus lugartenientes habían logrado ejecutar un paso crucial para el crecimiento de los Saints. A continuación, el mensaje incluía una nota personal de Viola.

—"Harry, sabemos lo importante que este proyecto es para el futuro de los Saints. Ahora, con esta adquisición, estamos un paso más cerca de convertirnos en la fuerza que todos soñamos. Sigue concentrándote en tu entrenamiento. Aquí nos aseguraremos de que todo siga avanzando. —Viola."

Harry cerró el mensaje y dejó elpaddsobre la mesa, cruzando los brazos mientras reflexionaba. Aunque estaba satisfecho con el progreso, no podía evitar sentir un leve desasosiego. Este era un gran paso, pero también una apuesta enorme. Bracca no era un lugar fácil, y los tratos con sus supervisores podían ser riesgosos. Sin embargo, sabía que sus lugartenientes eran capaces y que no lo decepcionarían.

Lux, que flotaba cerca de su hombro, emitió un pequeño pitido curioso. Harry sonrió débilmente, tocando al droide con la punta de los dedos. —"Parece que están haciendo grandes cosas allá abajo," —murmuró, más para sí mismo que para el droide. —"Solo espero que todo salga bien."

A pesar de sus preocupaciones, no podía negar que este avance representaba algo más que un simple paso logístico. Era un recordatorio de que los Saints seguían creciendo, incluso en su ausencia. Y aunque su misión en la Academia era vital, sabía que nunca podría desvincularse completamente de ellos. Eran su familia, su legado.

Miró hacia la ventana, donde la jungla de Yavin 4 se extendía bajo el cielo estrellado. En ese momento, se dio cuenta de que estaba dividido entre dos mundos: el de los Jedi y el de los Saints. Ambos eran parte de él, pero el equilibrio entre los dos no sería fácil de mantener.

Harry se levantó y comenzó a caminar por su habitación, tratando de aclarar sus pensamientos. Aunque sentía orgullo por lo que sus Saints estaban logrando, también sabía que no podía permitirse distracciones en la Academia. Necesitaba encontrar una manera de cumplir con ambos roles sin fallarle a ninguno.

—"Tienen esto bajo control," —se dijo en voz baja, tratando de convencerse. —"Tengo que confiar en ellos... como ellos confían en mí."

Lux emitió otro pitido, como si confirmara sus palabras. Harry sonrió, más seguro de que había tomado la decisión correcta al delegar responsabilidades a sus lugartenientes.

Sin embargo, mientras apagaba elpaddy volvía a sentarse, su mente regresó a Jaina. Recordó el mensaje que había visto y cómo sus palabras parecían resonar en él de maneras que no podía explicar del todo. Sus Saints estaban dando un gran paso hacia el futuro, pero él también tenía un camino propio que recorrer.

Y en ambos caminos, las conexiones que había formado, ya fuera con los Saints o con Jaina, serían su mayor fortaleza.