El día había comenzado como cualquier otro en la Academia Jedi. Harry caminaba junto a Tenel Ka, Tahiri y los demás, disfrutando de la relativa tranquilidad antes de enfrentarse a otra jornada de clases teóricas. Sin embargo, su paz se vio interrumpida cuando una figura familiar emergió en el pasillo, bloqueando su camino.

—"Potter," —dijo Kyle Katarn con su característico tono seco, mirando directamente a Harry. —"Ven conmigo."

Harry levantó una ceja, sintiendo las miradas curiosas de sus amigos. —"¿Algo que necesite saber, Maestro Katarn?"

Kyle no respondió de inmediato, simplemente giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia una de las salas de entrenamiento. Sin querer provocar más preguntas de su grupo, Harry les hizo un gesto de despedida antes de seguir al Maestro Jedi.

Cuando llegaron a la sala de entrenamiento, Kyle cerró la puerta detrás de ellos y se cruzó de brazos, observando a Harry con una expresión indescifrable. La luz natural de Yavin 4 se filtraba por las ventanas altas, iluminando las paredes de la sala.

—"¿Algo que deba preocuparme, Maestro?" —preguntó Harry, con un toque de nerviosismo. Aunque había enfrentado a Kyle en combate, todavía sentía respeto por el hombre frente a él.

Kyle lo observó por un momento antes de hablar. —"Primero, felicidades, Potter. A partir de hoy, ya no eres simplemente un iniciado. Eres mi padawan."

Harry se quedó en silencio, asimilando la noticia. Una mezcla de emoción y asombro cruzó por su rostro antes de que pudiera responder. —"¿En serio? ¿Yo? ¿Tu padawan?"

Kyle esbozó una ligera sonrisa. —"Sí, tú. No te emociones demasiado. Esto no será un paseo por el parque. Luke cree que tienes un potencial único, y estoy de acuerdo. Pero no voy a tratarte como a un padawan convencional. Tú y yo sabemos que no eres como los demás."

Harry inclinó la cabeza, su curiosidad despertando. —"¿Qué quiere decir con eso, Maestro? ¿Qué sabe sobre mí... sobre los Saints?"

Kyle suspiró, llevándose una mano al cinturón antes de empezar a caminar lentamente por la sala. —"Sé más de lo que crees. Antes de ser un Jedi, fui un agente de inteligencia para la Nueva República. Mi trabajo era investigar, infiltrarme y, cuando era necesario, acabar con amenazas antes de que se convirtieran en problemas mayores."

Harry lo miró con atención, sorprendido por la revelación.

—"Tu grupo, los Saints, me recuerdan a algo que vi muchas veces en mis años como espía," —continuó Kyle. —"Gente que empieza con intenciones cuestionables pero que, en el fondo, quiere hacer algo bueno. Luke y Mara me contaron lo suficiente sobre lo que has hecho en Coruscant. No todo, claro. No soy estúpido, sé que hay cosas que no me dijeron."

Harry sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. No podía evitar preguntarse cuánto sabía realmente Kyle. —"¿Y eso qué significa para mí? ¿Me juzga por lo que fui?"

Kyle se detuvo y lo miró directamente a los ojos. —"No te juzgo, Harry. Solo quiero entenderte. Eres un luchador, alguien que ha aprendido a sobrevivir en un mundo que no siempre es justo. Eso no te hace menos Jedi. Pero sí significa que tendremos que trabajar en algunos de tus... métodos."

Harry soltó una risa breve y nerviosa. —"¿Se refiere a mi forma de luchar? ¿O al hecho de que llevo una hoja oculta?"

Kyle sonrió ligeramente. —"Ambas cosas. No voy a pedirte que cambies quién eres, pero sí que aprendas a canalizar todo eso de una manera que no te destruya a ti ni a los demás."

Harry asintió lentamente, reconociendo la sabiduría en las palabras de Kyle. Pero aún había algo que no podía ignorar. —"¿Y cómo supo tanto sobre los Saints? No es algo que Mara y Luke compartirían fácilmente."

Kyle volvió a cruzarse de brazos, inclinándose ligeramente hacia adelante. —"Porque sé leer entre líneas, Potter. Y porque tu madre, Mara, confía en mí lo suficiente como para decirme lo necesario. Me dio un vistazo a tu pasado, no para juzgarte, sino para que pudiera ayudarte mejor. No soy alguien que le dé la espalda a los que luchan por lo que creen, incluso si lo hacen de formas que otros no entienden."

Harry sintió un peso levantarse de sus hombros. Aunque no estaba seguro de cuánto sabía realmente Kyle, había algo en su tono que transmitía comprensión. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que no estaba solo en su lucha por equilibrar quién era y quién quería ser.

—"Entonces, ¿qué sigue, Maestro?" —preguntó Harry, con una leve sonrisa que reflejaba tanto determinación como gratitud.

Kyle se enderezó, señalando hacia el centro de la sala. —"Entrenamos. Quiero ver todo lo que sabes, desde lo básico hasta lo más avanzado. Voy a adaptarme a ti, pero también te voy a empujar más allá de tus límites. Prepárate, Potter. Esto apenas comienza."

Harry asintió, su emoción creciendo mientras se preparaba para este nuevo capítulo en su vida. Aunque aún tenía muchas preguntas, sabía que con Kyle como su Maestro, tendría las herramientas necesarias para enfrentarlas.

Sin embargo, en el fondo, una voz tranquila en su mente le recordaba que este camino no sería fácil, especialmente cuando tanto los Jedi como los Saints dependían de él.

Kyle Katarn se cruzó de brazos mientras observaba a Harry caminar hacia el centro de la sala de entrenamiento. El joven parecía tranquilo, pero su postura delataba una mezcla de emoción y nerviosismo. Kyle había visto a muchos iniciados, pero Harry era diferente; había algo en él, una chispa que iba más allá de las enseñanzas Jedi tradicionales.

—"Bien," —dijo Kyle, con su tono habitual de autoridad. —"Muéstrame lo que sabes. Todo. Quiero entender cómo piensas, cómo peleas y cómo tomas decisiones."

Harry asintió, inhalando profundamente para calmar su mente. Decidió comenzar con lo que había aprendido de sus padres, activando un solo sable de entrenamiento y adoptando una postura firme. —"Mis padres me enseñaron la forma básica de combate Jedi. La Forma I: Shii-Cho. Es lo que más he practicado."

Kyle observó cada movimiento mientras Harry demostraba un conjunto de ataques y defensas fluidos. Sus movimientos eran precisos, pero no rígidos, mostrando una adaptación que denotaba horas de práctica y enseñanza experta.

—"Buen manejo de Shii-Cho," —comentó Kyle. —"Ahora, ¿qué más tienes?"

Harry apagó su sable y respiró hondo antes de activar dos sables de entrenamiento. —"Esto lo aprendí más por mi cuenta. Usar dos sables no es algo que se me haya enseñado formalmente, pero me pareció... natural."

Kyle arqueó una ceja, interesado. —"Dos sables, ¿eh? Veamos."

Harry comenzó a moverse con ambos sables, atacando y defendiendo en una danza caótica pero efectiva. Aunque sus movimientos carecían de la disciplina de una forma tradicional, había una intuición en su técnica que era difícil de ignorar.

—"Eres bruto, pero efectivo," —dijo Kyle mientras Harry terminaba su demostración. —"Con un poco de entrenamiento, podrías dominar Jar'Kai. Pero ahora, muéstrame qué puedes hacer con la Fuerza."

Harry extendió una mano hacia un conjunto de objetos en la sala. En un movimiento fluido, los levantó del suelo, haciendo que flotasen a su alrededor. Sin embargo, no se limitó a moverlos; comenzó a hacerlos girar y cambiar de posición, mostrando un control refinado.

—"Esto es lo básico," —comentó Harry mientras bajaba los objetos. —"Pero también aprendí a escuchar la Fuerza para tomar decisiones rápidas. Es algo que perfeccioné con los Saints. Me ayudó a sobrevivir en situaciones... complicadas."

Kyle asintió lentamente, tomando nota de la mezcla de instinto y técnica en Harry. —"Bien. Ahora, ¿qué hay de tus habilidades más mundanas? ¿Qué aprendiste fuera de los Jedi?"

Harry guardó los sables y sacó un bláster de entrenamiento de un compartimento cercano. —"Esto lo aprendí de contrabandistas. Me enseñaron a disparar, a mantenerme cubierto y a usar cualquier ventaja que pueda encontrar en un enfrentamiento. Mi tío Han refinó esas habilidades."

Con rapidez y precisión, Harry disparó a varios objetivos móviles en la sala, acertando en todos con una precisión sorprendente. Kyle observó con interés mientras el joven cambiaba de posición, recargando el arma y ajustando sus disparos en movimiento.

—"Impresionante," —dijo Kyle. —"No muchos Jedi tienen esa habilidad. Es poco ortodoxa, pero efectiva."

Harry guardó el bláster y se cruzó de brazos. —"También aprendí sobre política. Mi tía Leia me enseñó cómo leer a las personas, cómo negociar y cómo usar las palabras como un arma. No lo he usado mucho aquí, pero es algo que me ha servido más de una vez."

Kyle sonrió ligeramente. —"Tienes un conjunto de habilidades bastante único, Potter. Combinas la disciplina Jedi con la astucia de alguien que ha vivido fuera de las reglas. Eso te hace especial... pero también peligroso, si no aprendes a controlarlo."

Harry inclinó la cabeza, aceptando el cumplido implícito. —"¿Entonces qué sigue, Maestro?"

Kyle dio un paso adelante, colocándose frente a él. —"Ahora trabajaremos en refinar todo eso. Te enseñaré a usar tus fortalezas sin perder de vista los principios Jedi. Pero también quiero que recuerdes algo: no importa cuánto sepas o cuántas habilidades tengas, la verdadera fuerza de un Jedi está en su capacidad para encontrar el equilibrio. ¿Estás listo para aprender?"

Harry sonrió, encendiendo un sable de entrenamiento nuevamente. —"Estoy listo."

Kyle asintió, activando su propio sable. —"Entonces empecemos."

El sonido de los sables llenó la sala mientras ambos se lanzaban al combate, marcando el comienzo de una relación de aprendizaje que pondría a prueba no solo las habilidades de Harry, sino también su capacidad para abrazar plenamente lo que significaba ser un Jedi.

Los días en la Academia Jedi continuaron pasando rápidamente. Harry se encontraba cada vez más inmerso en las lecciones con Kyle, las clases grupales con los otros maestros y las sesiones de entrenamiento con sus amigos. Aunque el ritmo era agotador, encontraba consuelo en el progreso que veía tanto en sí mismo como en los demás.

El pequeño grupo que había formado con Tenel Ka, Tahiri, Geryn, Rylk y Lirena se había consolidado con el tiempo. Cada uno de ellos traía algo único a la mesa, y Harry disfrutaba viéndolos crecer mientras practicaban juntos. A pesar de sus responsabilidades como padawan, siempre encontraba tiempo para ayudarlos.

El combate entre Harry y Kyle Katarn seguía siendo un tema recurrente entre los iniciados. No solo había demostrado el potencial de Harry, sino que también había inspirado a otros a esforzarse más. Esto llevó a que sus amigos lo buscaran constantemente para entrenar.

—"Harry, necesitamos practicar más con los sables," —dijo Geryn un día mientras el grupo descansaba en una sala común. —"Sabes más que cualquiera de nosotros, y queremos mejorar."

—"Además," —intervino Tahiri con una sonrisa traviesa—, "me prometiste enseñarme esas acrobacias que usaste contra el Maestro Katarn."

Harry rió, sacudiendo la cabeza. —"De acuerdo, pero recuerden: las acrobacias no significan nada si no tienen una base sólida. Primero trabajaremos en eso."

Tenel Ka, siempre directa, asintió. —"Una base sólida es esencial. Sin ella, cualquier técnica avanzada es inútil."

Con eso, el grupo comenzó a reunirse regularmente para entrenar. Harry los guiaba a través de ejercicios básicos y avanzados, equilibrando las enseñanzas Jedi tradicionales con algunos movimientos prácticos que había aprendido de los Saints y su propia experiencia.

Mientras tanto, las sesiones privadas con Kyle eran cada vez más desafiantes. Kyle no solo se enfocaba en el combate, sino también en el desarrollo del carácter y la toma de decisiones.

—"Harry," —dijo Kyle durante una sesión de meditación—, "tienes talento, pero el talento sin dirección puede ser peligroso. Quiero que pienses en tus elecciones, no solo en el combate, sino en la vida. ¿Qué guía tus decisiones?"

Harry reflexionó por un momento antes de responder. —"Creo que siempre busco lo que es correcto, lo que protege a las personas que dependen de mí."

Kyle lo miró con atención. —"Es un buen principio. Pero recuerda, el concepto de 'correcto' puede ser subjetivo. Un Jedi necesita pensar más allá de sus propios instintos. Necesitamos ver el panorama completo."

Harry asintió, entendiendo las palabras de su maestro, pero también sintiendo que su pasado con los Saints lo había preparado para ese tipo de decisiones. Sabía que su experiencia lo hacía diferente, y aunque eso a veces lo hacía sentir aislado, también le daba una ventaja única.

Durante una de las sesiones grupales con sus amigos, Harry decidió introducir una nueva dinámica. —"Hoy trabajaremos en tácticas de equipo," —anunció mientras encendía su sable de entrenamiento. —"Quiero que aprendan a confiar en los demás, no solo en sus propias habilidades."

Rylk arqueó una ceja. —"¿Tácticas de equipo? ¿Esto no es más un trabajo individual?"

Harry sonrió. —"En parte, sí. Pero un equipo fuerte puede lograr mucho más que un solo individuo. Es algo que aprendí de mis propios errores."

Tenel Ka tomó la delantera, organizando al grupo mientras Harry asumía un papel más observador. A medida que avanzaba la sesión, notó cómo cada uno de sus amigos comenzaba a adaptarse, trabajando juntos de manera más efectiva.

Aunque disfrutaba entrenar con todos, Harry no podía evitar sentir una conexión especial con Tenel Ka y Tahiri. Con Tenel Ka, compartía una relación basada en respeto mutuo y desafío constante. Ella siempre lo empujaba a dar lo mejor de sí, tanto física como mentalmente.

Con Tahiri, en cambio, todo era más relajado. Su energía y curiosidad hacían que incluso las sesiones más intensas fueran divertidas. Sin embargo, en los momentos de silencio, su mente volvía inevitablemente a Jaina. A pesar de la distancia, su conexión en la Fuerza seguía siendo fuerte, como un hilo invisible que lo mantenía unido a ella.

Mientras Lux flotaba a su lado, emitiendo pequeños pitidos, Harry reflexionó sobre el delicado equilibrio que estaba tratando de mantener. Entre sus lecciones con Kyle, los entrenamientos con sus amigos y sus propias responsabilidades como padawan, sabía que el camino sería largo y lleno de desafíos.

Los maestros Jedi se reunieron en la sala de meditación, intercambiando impresiones sobre lo que habían notado recientemente. La energía en la Academia estaba cambiando. Los iniciados parecían más enfocados, más motivados, especialmente el grupo alrededor de Harry Potter. Luke, Mara y Kyle habían sido los primeros en percatarse del fenómeno, pero poco a poco los demás también comenzaron a notarlo.

—"Es evidente," —dijo Tionne Solusar, con su tono calmado pero reflexivo—, "ese grupo tiene algo especial. Sobre todo Potter. Está claro que su liderazgo está influyendo en ellos."

—"No solo eso," —agregó Kam Solusar, cruzando los brazos—. "Mira cómo trabajan juntos. Han pasado de ser estudiantes individuales a un equipo cohesionado en muy poco tiempo. Es impresionante, pero también inusual."

Kyle asintió, su rostro serio pero con un atisbo de orgullo. —"He visto lo que hace Harry durante los entrenamientos. Combina las enseñanzas de Luke y Mara con un toque personal. Es un método efectivo, aunque poco ortodoxo."

Mara arqueó una ceja, con una leve sonrisa en los labios. —"¿Poco ortodoxo? Eso es subestimarlo, Kyle. Harry siempre ha tenido su manera de hacer las cosas. Pero hasta ahora, parece estar funcionando."

Luke permanecía en silencio, escuchando a los demás mientras sus pensamientos giraban en torno a las decisiones de Harry. Finalmente, habló: —"Si queremos entender mejor lo que está pasando, debemos observar. Ver cómo entrenan y cómo interactúan. No solo para aprender más sobre ellos, sino también para guiarlos mejor."

Los demás asintieron, y así se pusieron de acuerdo para observar discretamente al grupo de Harry durante sus sesiones de entrenamiento. La curiosidad no solo se limitaba a los resultados, sino también al proceso.

En el área de entrenamiento, Harry guiaba a su grupo con una mezcla de paciencia y determinación. Había decidido trabajar en tácticas de combate en equipo, algo que consideraba crucial no solo para su formación como Jedi, sino también para cualquier situación futura en la que podrían depender unos de otros.

—"Muy bien," —dijo Harry mientras caminaba alrededor del grupo, con Lux flotando a su lado—, "hoy nos enfocaremos en trabajar como un equipo. No importa cuán fuerte sea cada uno individualmente, lo que importa es cómo se apoyan mutuamente."

Tahiri, siempre entusiasta, levantó la mano. —"¿Eso significa que vamos a enfrentarnos a ti de nuevo? Porque, sinceramente, la última vez no fue tan justa."

El grupo rió, y Harry sacudió la cabeza con una sonrisa. —"No esta vez, Tahiri. Hoy trabajaremos en escenarios más prácticos. Geryn y Rylk, ustedes dos estarán en defensa. Tenel Ka, tú liderarás el ataque. Lirena y Tahiri, apoyo táctico. Quiero que piensen en cómo cada movimiento afecta al grupo completo."

Mientras los iniciados se organizaban, los maestros Jedi observaban desde las sombras, intrigados por la dinámica. Era evidente que Harry había aprendido mucho de sus propios maestros, pero también estaba claro que tenía su propia forma de enseñar. Aunque sus métodos eran menos formales, lograban resultados sorprendentes.

Kyle fue el primero en comentar en voz baja. —"¿Ven eso? No está repitiendo exactamente lo que le enseñamos. Está adaptando las lecciones para que tengan sentido para ellos."

Mara asintió, con una sonrisa orgullosa. —"Es lo que siempre ha hecho. Harry tiene una habilidad natural para conectar con las personas. Sabe cómo sacar lo mejor de ellas."

Luke, que había permanecido callado, finalmente habló. —"Eso es lo que lo hace especial. Pero también es un desafío. Su enfoque es efectivo ahora, pero necesita aprender a equilibrarlo con los principios Jedi. Si no lo hace, podría desviarse."

De vuelta en el entrenamiento, Harry observaba a su grupo mientras ejecutaban los ejercicios. Aunque cometían errores, estaba claro que estaban mejorando rápidamente. Después de unos minutos, interrumpió para dar retroalimentación.

—"Tenel Ka, excelente liderazgo. Pero recuerda que no siempre tendrás la fuerza del grupo contigo. Anticipa qué harías si estuvieras sola. Tahiri, buen trabajo con las distracciones, pero confía más en tus instintos. No pienses demasiado."

—"¡Lo dices como si fuera fácil!" —bromeó Tahiri, provocando otra ronda de risas.

Mientras el entrenamiento continuaba, los maestros Jedi se retiraron en silencio. Aunque cada uno tenía sus propias impresiones, todos coincidían en algo: Harry Potter no era un padawan común. Su enfoque, su liderazgo y su capacidad para inspirar a los demás eran innegables.

Más tarde, Luke, Mara y Kyle se reunieron nuevamente para discutir lo que habían visto. Luke, siempre reflexivo, miró a los otros dos con seriedad.

—"Harry tiene un gran potencial, pero también está claro que necesita guía. No solo como Jedi, sino también como líder."

—"¿Crees que está listo para asumir esa responsabilidad?" —preguntó Kyle, cruzando los brazos.

—"No completamente," —admitió Luke. —"Pero no podemos ignorar lo que hemos visto. Él está creando algo más que un grupo de amigos. Está construyendo un equipo. Y si eso se maneja bien, podría ser su mayor fortaleza."

Mara, que había estado escuchando en silencio, finalmente habló. —"Harry siempre ha estado destinado a cosas grandes. Pero necesitamos asegurarnos de que entienda el peso de lo que está haciendo. Si no lo hace, podría perderse en el proceso."

Kyle asintió, mirando a Luke. —"Entonces, ¿cómo lo guiamos? No podemos detenerlo, pero tampoco podemos dejarlo avanzar sin dirección."

Luke sonrió levemente. —"Con paciencia. Harry es un caso especial, y debemos tratarlo como tal. Pero primero, debemos asegurarnos de que él mismo entienda quién quiere ser."

El entrenamiento de Harry continuaba mientras el grupo practicaba con entusiasmo, ajenos a las discusiones que se llevaban a cabo entre los maestros. Sin embargo, en el fondo, Harry sentía el peso de las miradas sobre él. Sabía que no estaba siendo evaluado solo por sus habilidades, sino por lo que representaba. Y aunque estaba decidido a seguir adelante, también entendía que el camino que había elegido no sería fácil.

El viento soplaba suavemente a través de los densos árboles del bosque de Yavin 4, creando un susurro que parecía cantar con la Fuerza misma. Harry caminaba con pasos firmes, pero con una sensación de intriga que no podía ignorar. A su lado, Lux flotaba en silencio, con sus sensores activos y emitiendo suaves pitidos ocasionales, como si también percibiera la extraña energía que llenaba el ambiente.

Habían pasado un par de meses desde que Harry llegó a la Academia Jedi, y aunque su entrenamiento con Kyle y sus amigos había sido intenso y gratificante, esta sensación era diferente. No era solo un presentimiento, era como si la Fuerza misma lo empujara suavemente hacia lo desconocido, hacia las profundidades del bosque que la Academia había declarado prohibidas para los iniciados.

Harry había decidido no ignorar ese llamado. Después de todo, la última vez que había sentido algo así, su vida había cambiado para siempre al encontrarse con los Saints. Aunque esta vez no sabía qué esperar, su corazón estaba lleno de anticipación.

Cuando Harry llevó sus inquietudes a Kyle, Mara y Luke, sus reacciones fueron mixtas. Mientras Kyle analizaba la situación con su habitual seriedad, Mara observó a su hijo con una mezcla de orgullo y preocupación, y Luke, siempre reflexivo, se tomó un momento antes de hablar.

—"La Fuerza llama a cada Jedi de maneras diferentes," —dijo Luke, finalmente. —"Este podría ser un momento importante para ti, Harry. Pero también conlleva riesgos."

Kyle asintió. —"Si vas a seguir este llamado, asegúrate de estar preparado. Lleva tus sables y un blaster. No sabemos qué podrías encontrar allá."

Mara, cruzando los brazos, añadió: —"Y no te olvides de usar tu cabeza. La Fuerza puede ser una guía, pero también puede ponerte a prueba. Confía en tus instintos, pero no los dejes dominarte."

Harry asintió con seriedad, sintiendo el peso de las palabras de los tres. —"Entendido. Prometo que tendré cuidado."

Luke colocó una mano en su hombro, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora. —"La Fuerza está contigo, Harry. Confía en ella."

Ahora, mientras avanzaba entre los árboles, Harry mantenía su sable en la cadera y un blaster asegurado en su muslo, tal como Kyle le había aconsejado. Aunque no había señales inmediatas de peligro, no podía evitar estar alerta. Su conexión con la Fuerza parecía intensificarse con cada paso, guiándolo más profundamente hacia el bosque.

—"¿Qué opinas, Lux?" —preguntó Harry, rompiendo el silencio. —"¿Crees que esto será algo como la última vez?"

El pequeño droide emitió un pitido escéptico, como si estuviera recordándole que no era prudente subestimar lo desconocido. Harry rió ligeramente. —"Lo sé, lo sé. Pero no puedo evitar emocionarme un poco. La última vez que seguí un llamado como este, encontré algo que cambió mi vida. ¿Quién sabe qué nos espera esta vez?"

La Fuerza lo condujo a través de senderos sinuosos y claros cubiertos de musgo. A medida que se adentraba más en el bosque, la atmósfera cambió. El aire se sentía más pesado, cargado de energía, y el sonido del entorno parecía amortiguarse, dejando solo el latido rítmico de su corazón y los suaves pitidos de Lux.

De repente, Harry sintió una presencia, no hostil, pero tampoco familiar. Se detuvo, colocando una mano sobre la empuñadura de su sable mientras escaneaba el área con sus sentidos. Había algo cercano, algo que la Fuerza le instaba a encontrar.

—"¿Lo sientes también, Lux?" —preguntó en voz baja. El droide emitió un pitido afirmativo, inclinándose ligeramente hacia adelante como si intentara identificar la fuente.

Con cautela, Harry siguió avanzando, sus pasos ahora más silenciosos. Finalmente, llegó a un claro donde una estructura antigua y parcialmente derruida se alzaba en medio de la vegetación. Era un templo pequeño, cubierto de musgo y lianas, con inscripciones en su fachada que Harry no reconocía.

—"Esto es..." —murmuró para sí mismo, maravillado. La estructura parecía resonar con la Fuerza, como si fuera un punto focal de energía en el bosque.

Lux flotó cerca, proyectando un escáner holográfico para analizar las inscripciones. Aunque no pudo descifrar mucho, emitió un pitido que indicaba que las energías del lugar eran inusualmente fuertes.

Harry dio un paso hacia el templo, su corazón latiendo con fuerza mientras la emoción y el nerviosismo se entrelazaban. No sabía lo que encontraría dentro, pero estaba decidido a descubrirlo.

Con un último vistazo hacia el bosque detrás de él, cruzó el umbral del templo, dejando que la oscuridad lo envolviera mientras la Fuerza lo guiaba hacia lo desconocido.

El interior del templo era oscuro y misterioso, con ecos de la antigüedad resonando en cada rincón. Harry avanzaba lentamente, su sable de luz encendido en una mano, proyectando un brillo azul que iluminaba los muros cubiertos de inscripciones antiguas. Lux flotaba cerca, escaneando los alrededores con sus sensores y emitiendo pitidos ocasionales, como si intentara advertir a su compañero de los peligros ocultos.

El primer desafío no tardó en aparecer. Un pasillo estrecho se extendía frente a Harry, pero el suelo estaba cubierto de lo que parecían ser los restos de trampas mecánicas. Lux emitió un pitido agudo, señalando hacia unas pequeñas ranuras en las paredes.

—"¿Láseres?" —murmuró Harry, agachándose para inspeccionar una de las ranuras. El droide confirmó su suposición con un par de pitidos afirmativos.

Harry se enderezó, respirando profundamente mientras dejaba que la Fuerza lo guiara. Avanzó con cuidado, utilizando movimientos rápidos y precisos para esquivar las trampas activas que Lux detectaba a tiempo. Una vez que cruzaron el pasillo, Harry dejó escapar un suspiro de alivio.

—"Eso fue solo el comienzo," —dijo, más para sí mismo que para Lux. El droide emitió un pitido que parecía estar de acuerdo.

El siguiente desafío fue aún más complicado. El pasillo se abrió hacia una sala circular con varias puertas, cada una decorada con símbolos diferentes. Harry sintió cómo la Fuerza lo empujaba hacia una en particular, pero cuando intentó abrirla, el mecanismo permaneció bloqueado.

Lux proyectó un holograma que mostraba las conexiones entre las puertas y una serie de paneles en las paredes. Parecía que cada símbolo correspondía a una combinación específica que debía activarse para desbloquear la puerta correcta.

—"Esto será interesante," —dijo Harry, examinando los paneles. Con la ayuda de Lux, comenzó a resolver el rompecabezas, conectando los símbolos de manera lógica mientras seguía los susurros de la Fuerza que lo guiaban. Cada error activaba pequeños droides defensivos que Harry tuvo que desactivar rápidamente con su sable de luz.

Finalmente, la puerta correcta se desbloqueó, revelando un estrecho túnel que descendía hacia las profundidades del templo. Harry y Lux intercambiaron una mirada antes de avanzar, sabiendo que estaban un paso más cerca de su objetivo.

El túnel los llevó a una sala iluminada por cristales naturales que emitían un brillo suave. En el centro, un droide de combate antiguo, pero aún funcional, se activó al detectarlos. Era una máquina imponente, con múltiples brazos y un escudo de energía que protegía su núcleo.

Harry encendió su sable y adoptó una postura defensiva mientras Lux analizaba frenéticamente al droide en busca de puntos débiles. La máquina atacó con rapidez, lanzando descargas láser y utilizando sus brazos mecánicos para intentar golpear a Harry.

—"¡Lux, distráelo!" —gritó Harry mientras esquivaba los ataques. El droide obedeció, lanzando destellos de luz que desorientaron brevemente a la máquina.

Aprovechando la oportunidad, Harry utilizó la Fuerza para impulsarse hacia el droide, cortando uno de sus brazos mecánicos con un golpe preciso. Sin embargo, el droide se adaptó rápidamente, aumentando la intensidad de sus ataques.

Después de una serie de movimientos rápidos y calculados, Harry finalmente desactivó el núcleo del droide, que cayó al suelo con un ruido metálico. Harry se tomó un momento para recuperar el aliento antes de avanzar hacia la siguiente puerta, que se abrió automáticamente.

Más allá de la puerta, un pasillo metálico se extendía hacia lo desconocido. Harry frunció el ceño, reconociendo inmediatamente el diseño imperial. —"¿Una base aquí? ¿Bajo el templo?" —murmuró.

El interior de la base imperial abandonada estaba sumido en un silencio sepulcral, roto únicamente por los suaves pitidos de Lux mientras flotaba cerca de Harry. Los corredores estaban llenos de polvo y escombros, evidencia de años de abandono. Harry avanzaba con cautela, su sable de luz desenfundado pero apagado, preparado para cualquier eventualidad.

Cada paso parecía acercarlo más al origen del llamado de la Fuerza. Había superado varios desafíos para llegar hasta aquí: pasadizos bloqueados, trampas ocultas y puertas reforzadas que solo la pericia de Lux había podido abrir. Ahora, estaba dentro de lo que claramente era una instalación imperial de gran importancia en algún momento de su historia.

Mientras avanzaban, Harry llegó a una puerta particularmente resistente. Lux emitió un pitido de alerta, escaneando la cerradura antes de hackear el sistema. Con un chirrido metálico, la puerta se abrió, revelando un hangar masivo. El techo estaba parcialmente derrumbado, dejando entrar haces de luz que iluminaban el espacio. Sin embargo, lo que capturó la atención de Harry fue la nave en el centro del hangar: unVT-49 Decimator.

—"Increíble," —murmuró Harry, acercándose lentamente a la nave. Era imponente, con su diseño oscuro y agresivo que parecía una mezcla perfecta entre funcionalidad y amenaza. Había oído hablar de estas naves en los registros de la Nueva República; eran utilizadas por el Imperio para misiones de cacería y transporte de élite. Ver una en tan buen estado era poco menos que un milagro.

Lux flotó hacia la nave, emitiendo pitidos emocionados mientras escaneaba sus sistemas. El droide proyectó un holograma que mostraba la estructura interna del Decimator, confirmando que, aunque requería reparaciones, la nave era funcional.

—"Podría ser útil," —dijo Harry, pensando en las posibilidades. —"Pero primero, debemos descubrir por qué estamos aquí. La nave puede esperar."

El llamado de la Fuerza volvió a hacerse sentir, más fuerte que nunca. Harry sintió cómo la energía lo empujaba hacia un lado del hangar, donde una puerta reforzada parecía proteger algo importante. Lux flotó hacia la cerradura, emitiendo un pitido curioso antes de comenzar a trabajar en el mecanismo.

—"¿Puedes abrirla, Lux?" —preguntó Harry, mirando a su pequeño compañero.

Lux emitió un pitido confiado, y después de unos momentos, la puerta se abrió con un estruendo. Detrás de ella, una escalera descendía hacia lo que parecía ser una bóveda subterránea.

Harry descendió con cautela, sintiendo cómo la conexión con la Fuerza se volvía casi tangible. Cada paso lo acercaba más al origen del llamado, hasta que finalmente llegó a una cámara circular iluminada por un tenue resplandor azul. En el centro, rodeado de reliquias y estatuas antiguas, estaba el objeto que había estado buscando: unholocrón Jedi.

Harry avanzó lentamente hacia el holocrón, que flotaba suspendido en un pedestal en el centro de la bóveda. Su diseño era intrincado, con líneas doradas y una luz azul que parecía pulsar al ritmo de la Fuerza misma. Extendió una mano, sintiendo cómo el artefacto respondía a su presencia.

—"Esto... esto es increíble," —murmuró, maravillado por la energía que emanaba del holocrón. Nunca había visto algo igual, ni siquiera en los registros de la Academia Jedi.

Lux flotó cerca, emitiendo un pitido de advertencia como si sintiera el poder latente en el objeto. Harry giró hacia él y asintió, entendiendo la cautela de su compañero.

—"Lo sé, Lux. Debemos tener cuidado. Pero no puedo ignorarlo. La Fuerza me trajo aquí por una razón."

Con un último vistazo alrededor de la habitación, Harry extendió su mano hacia el holocrón. Apenas sus dedos lo tocaron, una ráfaga de energía atravesó su mente, llenándola con visiones y fragmentos de conocimiento. Escuchó una voz, clara y autoritaria, que resonaba en su mente:

—"Joven Jedi, si has llegado hasta aquí, entonces la Fuerza ha guiado tu camino. Mi nombre esDarth Revan, y lo que encontrarás en este holocrón cambiará tu percepción de lo que significa ser Jedi."

Harry retiró la mano rápidamente, mirando el holocrón con una mezcla de asombro y temor. ¿Darth Revan? Había oído historias sobre él, pero jamás imaginó que encontraría algo relacionado con el famoso Jedi caído convertido en Sith.

Lux emitió un pitido preocupado, flotando cerca de su hombro como si quisiera asegurarse de que estaba bien.

—"Estoy bien, Lux," —dijo Harry, respirando profundamente. —"Pero esto... esto es mucho más grande de lo que esperaba."

Sabía que debía llevar el holocrón de vuelta a la Academia, pero también entendía que su descubrimiento traería preguntas, desafíos y, posiblemente, decisiones difíciles. Mientras levantaba el holocrón con cuidado, una sensación de determinación se apoderó de él.

Harry sabía que esta era solo el comienzo de algo mucho más grande.

El aire en la bóveda estaba cargado de energía, un eco vibrante de la Fuerza que parecía pulsar en sincronía con el holocrón en las manos de Harry. Sin pensar conscientemente en ello, sus dedos se movieron por las intrincadas ranuras del artefacto, activándolo. Un destello azul iluminó la sala, proyectando la imagen de un hombre de aspecto imponente, con una armadura oscura marcada por el paso del tiempo. Su presencia era casi tangible, emanando autoridad y poder.

El holograma de Darth Revan lo miró con ojos penetrantes, como si pudiera ver más allá de la piel y el alma de Harry.

—"¿Quién eres?" —preguntó, su voz grave resonando en la bóveda. —"¿Y cómo has obtenido mi holocrón?"

Harry retrocedió un paso, impresionado por la intensidad de la figura. Sin embargo, reunió coraje y respondió con firmeza: —"Mi nombre es Harry Potter. La Fuerza me guió hasta aquí. No sabía que este holocrón era tuyo, pero... parece que lo es."

Revan inclinó ligeramente la cabeza, como evaluándolo. —"La Fuerza te guió, dices. Interesante. ¿Pero tienes idea de lo que estás sosteniendo? ¿Del poder contenido en este artefacto?"

Harry negó con la cabeza. —"No exactamente, pero puedo sentir que es importante. Puedo sentir su conexión con la Fuerza."

Revan lo miró en silencio por un momento antes de hablar nuevamente. —"Entonces, dime. ¿Qué ha ocurrido en la galaxia desde mi tiempo? ¿Qué ha pasado con los Jedi, los Sith, y los conflictos que han marcado nuestra existencia?"

Harry tragó saliva, sintiendo el peso de la pregunta. No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado desde la época de Revan, pero decidió compartir lo que sabía.

—"No sé cuánto tiempo ha estado inactivo este holocrón, pero han ocurrido muchas cosas en la galaxia. Hace más de mil años, la República Galáctica se estabilizó y los Jedi mantuvieron la paz por siglos. Sin embargo, recientemente hubo una guerra masiva llamada las Guerras Clon. Fue un conflicto que enfrentó a la República contra la Confederación de Sistemas Independientes, liderada por el Conde Dooku, un Jedi caído."

Revan entrecerró los ojos, absorbiendo la información. Harry continuó:

—"Al final de las Guerras Clon, el Canciller Supremo Palpatine, quien en secreto era un Sith llamado Darth Sidious, tomó el control total de la República. Manipuló todo para exterminar a los Jedi mediante algo llamado la Orden 66, una directiva dada a los soldados clon que estaban diseñados genéticamente para obedecer sin cuestionar."

Revan frunció el ceño. —"Un maestro Sith manipuló una guerra para destruir a los Jedi desde adentro. Ingenioso, aunque sombrío. Continúa."

—"Después de eso, Palpatine declaró el fin de la República y fundó el Imperio Galáctico. Durante años, los Jedi fueron cazados hasta casi desaparecer. Solo unos pocos sobrevivieron, incluyendo a mi maestro, Luke Skywalker. Fue él quien ayudó a derrocar al Imperio junto a la Alianza Rebelde, liderada por su hermana Leia Organa y otros héroes como Han Solo."

Revan cruzó los brazos, procesando las palabras de Harry. —"Entonces, el ciclo continúa. Una vez más, los Jedi fueron traicionados, y los Sith tomaron el control. Y ahora... dices que los Jedi están resurgiendo."

Harry asintió. —"Luke está reconstruyendo la Orden Jedi, entrenando a una nueva generación para restaurar el equilibrio. Yo soy uno de esos aprendices."

Revan inclinó ligeramente la cabeza, como si reconociera el esfuerzo. —"Tu maestro parece tener una visión clara, pero dime: ¿los Sith han sido eliminados por completo?"

Harry negó con la cabeza. —"No completamente. Aunque el Emperador Palpatine fue derrotado, algunos de sus seguidores, como Darth Vader, también cayeron. Sin embargo, hay rumores de que el Remanente Imperial todavía tiene conexiones con la oscuridad. No se sabe cuántos Sith o acólitos quedan, pero la amenaza persiste."

Revan permaneció en silencio por un momento, observando a Harry con una intensidad que lo hacía sentir vulnerable y expuesto. Finalmente, habló:

—"Eres joven, pero parece que la Fuerza ha puesto un gran peso sobre tus hombros. El camino de un Jedi no es sencillo, pero por lo que describes, el desafío de esta generación es aún mayor. Hay lecciones en este holocrón que podrían ayudarte a entender las complejidades del equilibrio entre la luz y la oscuridad."

Harry frunció el ceño, intrigado. —"¿Qué quieres decir con 'equilibrio'?"

Revan dio un paso hacia adelante, su presencia holográfica pareciendo más imponente. —"La luz y la oscuridad no son opuestos absolutos. Son fuerzas que coexisten, y entender ambas es la clave para trascender las limitaciones de los Jedi y los Sith. Los Jedi, con toda su pureza, a menudo carecen de la determinación necesaria para actuar. Los Sith, con toda su pasión, se pierden en su codicia. Pero tú... pareces ser alguien que podría caminar entre ambos mundos."

Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de Revan resonaban con una verdad que no podía ignorar.

—"Si has activado este holocrón," —continuó Revan—, "es porque la Fuerza te ha guiado a buscar algo más que lo que tu Orden puede ofrecer. Aprende de mis enseñanzas, joven Potter, pero recuerda siempre: el poder sin propósito es peligroso, y el propósito sin poder es inútil. Tu tarea será encontrar el equilibrio."

El holocrón emitía un brillo tenue, como si aún retuviera la energía del intercambio. Harry lo sostuvo con ambas manos, sintiendo su peso, no solo físico, sino también simbólico. La figura de Revan permanecía suspendida frente a él, observándolo con esos ojos intensos que parecían penetrar hasta lo más profundo de su ser.

Harry respiró profundamente, su mente aún procesando lo que acababa de aprender. Sin embargo, algo lo impulsó a hablar, como si fuera incapaz de guardar ciertas verdades para sí mismo.

—"Revan," —comenzó, con la voz algo temblorosa pero determinada—, "hay algo que debes saber sobre mí. No solo estoy aquí por los Jedi, ni siquiera solo por mí. Tengo un propósito, algo más grande que mi entrenamiento. Y creo que la Fuerza me guió hasta ti para entenderlo mejor."

Revan inclinó la cabeza ligeramente, curioso. —"Habla, joven Potter. La verdad siempre revela más de lo que imaginamos."

Harry tomó aire y comenzó a relatar su historia, desde cómo había crecido en circunstancias difíciles, hasta cómo su vida dio un giro cuando la Fuerza lo guió hacia los Saints. Habló de cómo había encontrado en ellos no solo una familia, sino una causa: proteger a los marginados y luchar contra las injusticias que las grandes potencias de la galaxia ignoraban.

—"No somos perfectos," —admitió Harry, con un deje de vulnerabilidad en su voz—. "Hemos tomado decisiones difíciles, incluso cuestionables, pero siempre con el mismo objetivo en mente: darles esperanza a quienes no tienen nada. No confiamos completamente en la República ni en los grandes poderes. Creemos que la galaxia necesita algo más, algo diferente. Por eso elegimos este camino, para construir algo mejor."

Revan lo escuchó en silencio, sus ojos analizando cada palabra de Harry, como si intentara desentrañar las motivaciones más profundas detrás de ellas. Finalmente, habló, con un tono que mezclaba respeto y precaución.

—"Tu camino es... inusual. No puedo decir que sea ni completamente correcto ni completamente equivocado. Pero lo que describes no es diferente de lo que yo mismo enfrenté en mi tiempo. La galaxia siempre ha estado plagada de injusticias, y siempre habrá quienes intenten corregirlas de maneras que desafíen las normas."

Revan dio un paso adelante, su figura holográfica más cercana ahora. —"Pero dime, Harry Potter: ¿estás preparado para las consecuencias de tus acciones? Porque te aseguro que ese camino que describes estará lleno de sacrificios. ¿Qué tan lejos estás dispuesto a llegar por tu causa?"

Harry levantó la mirada, sus ojos llenos de determinación. —"Tan lejos como sea necesario. No busco gloria ni poder. Solo quiero que las personas tengan una oportunidad, incluso si eso significa que yo deba enfrentar cosas que no entiendo completamente."

Un silencio cargado llenó la bóveda antes de que Revan hablara nuevamente. —"Tu sinceridad es notable, pero también peligrosa. La pasión que muestras puede ser tu mayor fortaleza o tu mayor debilidad. Pero veo en ti algo que pocos poseen: la voluntad de trascender los límites impuestos por los Jedi y los Sith. Por eso, he decidido ayudarte."

Harry parpadeó, sorprendido por las palabras de Revan. —"¿Ayudarme? ¿Cómo?"

Revan levantó una mano, y el holocrón comenzó a proyectar imágenes de antiguos entrenamientos y ejercicios. —"Te enseñaré lo que aprendí en mi tiempo: cómo liderar, cómo enfrentarte a enemigos más grandes que tú, y cómo encontrar el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Pero debo advertirte, Harry: este conocimiento no es para ser tomado a la ligera. Lo que aprendas aquí no será aceptado por la Orden Jedi tradicional. ¿Estás dispuesto a cargar con ese peso?"

Harry asintió lentamente, sintiendo la responsabilidad que se avecinaba. —"Sí. Haré lo que sea necesario para proteger a quienes dependen de mí."

Revan asintió, satisfecho. —"Muy bien. Comencemos."

El holocrón brilló intensamente mientras las proyecciones comenzaban a fluir nuevamente. Harry sintió cómo la Fuerza parecía resonar dentro de él, preparándose para un entrenamiento que sabía que cambiaría su camino para siempre. Y, aunque no podía prever los desafíos que enfrentarían, sabía que esto era solo el principio.

Lux emitió un pitido, flotando cerca de su hombro, como si también estuviera listo para lo que venía. Harry apretó el holocrón en su mano, dispuesto a absorber cada lección que Revan tuviera para ofrecerle.

Sabía que había tomado una decisión que lo pondría a prueba en todos los sentidos.

Al final había decidido mantener el holocrón en secreto por ahora, Harry sabía que no podía ocultar el hallazgo de la base imperial. Lux había recopilado suficiente información para confirmar que la instalación aún tenía potencial, pero también representaba un riesgo. Intentar reactivarla por completo podría llamar la atención de enemigos peligrosos, como el Remanente Imperial.

Con un suspiro, se dirigió al hangar y usó el transmisor de Lux para establecer contacto con su padre. La imagen holográfica de Luke Skywalker apareció frente a él, proyectada por el pequeño droide. La presencia de Luke siempre tenía un efecto calmante en Harry, aunque sabía que esta conversación sería seria.

—"Harry," —dijo Luke, con una mezcla de alivio y preocupación en su voz—, "tu madre y yo hemos sentido algo en la Fuerza. ¿Estás bien? ¿Qué has encontrado?"

Harry respiró profundamente antes de responder, tratando de mantener la calma en su tono. —"Estoy bien, papá. Encontré algo inesperado. Parece ser una base imperial abandonada, oculta bajo el templo. Muchas de las instalaciones aún funcionan, aunque necesitan reparaciones. Incluso hay un hangar con un VT-49 Decimator."

Luke frunció el ceño, claramente preocupado. —"Una base imperial... ¿tan cerca de la Academia? Esto no es algo que debamos tomar a la ligera. ¿Sabes algo más? ¿Quién la construyó o por qué la abandonaron?"

—"No hay mucho," —admitió Harry, frotándose la nuca—, "pero Lux recopiló algunos datos preliminares. Parece que fue una base de observación, tal vez utilizada para monitorear la actividad de Yavin 4. Probablemente la abandonaron tras la caída del Imperio."

Luke asintió lentamente, su mirada pensativa. —"Hiciste bien en informarnos. Esto podría ser un recurso valioso, pero también un riesgo. Reactivarla completamente podría atraer atención no deseada, tanto del Remanente como de otros interesados en el pasado imperial."

Harry inclinó ligeramente la cabeza, reconociendo el peso de las palabras de su padre. —"¿Qué quieres que haga?"

Luke respiró profundamente antes de responder. —"Por ahora, mantén todo bajo control. No intentes activar más sistemas hasta que tu madre y yo podamos evaluar la situación. Esto debe manejarse con cuidado."

—"Entendido," —respondió Harry, aunque sabía que había más en juego de lo que había dicho. Había ocultado el descubrimiento del holocrón, al menos por ahora. Quería estar seguro de cómo manejarlo antes de revelar su existencia.

Luke le ofreció una leve sonrisa. —"Estoy orgulloso de ti, hijo. Mantente seguro. Tu madre y yo confiaremos en tu criterio."

—"Gracias, papá," —respondió Harry, sintiendo un calor reconfortante en esas palabras. Cuando la comunicación terminó, se quedó un momento en silencio, mirando a Lux.

El dilema del holocrón

Harry regresó al interior de la base, su mente dividida. Por un lado, sentía que debía confiar en su padre y en Kyle sobre el holocrón. Pero también sabía que algunos maestros, como Meistra Veldran, serían extremadamente críticos si descubrieran que había estado interactuando con algo tan controversial como las enseñanzas de Revan.

Recordó una de las lecciones de Veldran, en la que hablaba sobre los peligros de explorar caminos ambiguos en la Fuerza.

—"La pureza de la luz no debe ser contaminada," —había dicho con firmeza—. "Los Jedi que caminan por el filo de la oscuridad terminan cayendo, no importa cuán fuertes o decididos crean ser."

Harry miró el holocrón que llevaba en su mochila, sintiendo su peso como una carga y una oportunidad. ¿Cómo reaccionarían su padre y los demás si supieran que lo había encontrado? ¿Lo entenderían? ¿O lo juzgarían antes de escuchar su versión?

Lux emitió un suave pitido, flotando cerca de su hombro como si pudiera sentir su conflicto interno. Harry acarició el pequeño droide con una sonrisa forzada.

—"No podemos decir nada aún, Lux," —murmuró. —"No hasta que sepa exactamente qué significa esto. Por ahora, será nuestro secreto."

El pequeño droide emitió un pitido de acuerdo, proyectando un mapa del hangar como para distraerlo de sus pensamientos. Harry sabía que este no era el final del dilema, pero al menos había tomado una decisión temporal.

El zumbido de las naves aterrizando en el claro cercano llenó el aire mientras Harry esperaba en la entrada de la base. Su madre, Mara Jade, fue la primera en descender, seguida de Luke, Kyle Katarn y otros maestros y caballeros Jedi. La tensión era palpable, pero Harry se mantuvo firme, con Lux flotando cerca de su hombro como un silencioso compañero.

Luke se acercó a su hijo con una mezcla de orgullo y preocupación en su rostro. —"Hiciste bien en informar sobre esto, Harry. Esta base podría ser importante, pero también un gran riesgo."

Harry asintió, su mirada fija en la entrada oscura que se extendía detrás de él. —"Lo sé, papá. Por eso quería que lo vieran ustedes mismos. Pero quiero dejar algo claro desde el principio."

Kyle arqueó una ceja, cruzándose de brazos con curiosidad. —"¿Y qué sería eso, muchacho?"

Harry inhaló profundamente, llenándose de determinación antes de hablar. —"La base, sus datos, los recursos, lo que encuentren en su interior... pueden quedárselo. Usen lo que quieran para la Orden o la Nueva República. Pero esa nave, el VT-49 Decimator, quiero que sea para mí."

El silencio que siguió fue casi palpable. Los Jedi intercambiaron miradas mientras evaluaban las palabras de Harry. Mara fue la primera en romper el silencio, una leve sonrisa asomándose en sus labios.

—"¿Así que ya te estás volviendo ambicioso, hijo?" —dijo con un tono que mezclaba diversión y orgullo.

—"No es ambición," —respondió Harry rápidamente. —"Es una herramienta. Una nave como esa puede ser invaluable, no solo para mí, sino para mis misiones futuras. No quiero que se quede aquí acumulando polvo."

Kyle soltó una risa corta. —"Bueno, el chico tiene un punto. Esa nave podría ser peligrosa en las manos equivocadas. Mejor que alguien de confianza la utilice."

Luke, sin embargo, mantuvo su expresión reflexiva. —"Entiendo lo que dices, Harry, pero no tomamos decisiones impulsivamente. Primero necesitamos evaluar esta base y lo que contiene. La nave, aunque interesante, no es nuestra prioridad."

Harry frunció el ceño, pero decidió no insistir. —"Entendido. Pero no estoy pidiendo permiso, papá. Solo quería dejar claro cuál es mi posición."

Mara intercambió una mirada con Luke, quien finalmente asintió. —"Veremos qué encontramos. Por ahora, guíanos al interior."

El Decimator rugió al encender sus motores, y Harry sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Este era un paso importante, no solo para su nave, sino también para demostrar su madurez y habilidades.