Mientras los tres exploraban el penthouse, una extraña mezcla de emociones se apoderaba de ellos. Por un lado, la magnitud del lugar, con su lujo innegable y su ambiente moderno, les hacía imposible no sentirse impresionados. Pero, por otro lado, Harry no podía evitar cuestionarse la razón detrás del gesto de Zimos. Este no era simplemente un lugar para descansar; era una declaración de poder.

Tahiri, quien parecía más relajada que los demás, ya había encontrado el control del sistema de entretenimiento y estaba probando las diferentes configuraciones holográficas en el salón.

—"¿Sabías que podías manejar este nivel de cosas, Harry?" —preguntó, encendiendo un paisaje holográfico que proyectaba un bosque sereno en toda la habitación.

—"Zimos es... excesivo," —respondió Harry mientras inspeccionaba los estantes llenos de bebidas y alimentos perfectamente alineados en la cocina. —"Pero no me quejo. Esto es mucho mejor que dormir en el Sovereign."

Tahiri rió suavemente. —"Debiste haberlo mencionado antes. Quizá ya estaríamos en un lugar así en cada misión."

Tenel Ka, por su parte, observaba la vista desde la amplia ventana, sus brazos cruzados mientras mantenía una expresión reflexiva. Aunque no decía nada, Harry podía sentir a través de la Fuerza que había algo rondando en su mente. Decidió acercarse.

—"¿Todo bien, Tenel?" —preguntó con suavidad, colocándose a su lado.

Ella asintió, aunque su mirada permaneció fija en las luces de Denon. —"Es curioso. Este lugar es tan diferente a lo que conozco... y a lo que esperaba de ti, Harry."

—"¿Qué quieres decir?" —preguntó Harry, intrigado.

Tenel Ka giró su rostro hacia él. —"Siempre pensé en ti como alguien práctico, más enfocado en sobrevivir que en los lujos. Pero esto..." —señaló el penthouse con un gesto de su mano—. "Esto muestra una faceta tuya que no esperaba. Un líder que no solo protege, sino que también sabe cómo disfrutar lo que construye."

Harry bajó la mirada, su expresión tornándose más seria. —"No se trata de disfrutar, Tenel. Esto es una herramienta, un símbolo. Para personas como Zimos y el resto de los Saints, lugares como este son un recordatorio de que su esfuerzo vale la pena. Es más para ellos que para mí."

Tenel Ka lo miró por un momento más antes de asentir, aparentemente satisfecha con su respuesta. —"Entonces asegúrate de que siempre lo recuerden."

Mientras tanto, Tahiri se levantó del sofá y caminó hacia ellos, un vaso de una bebida brillante en la mano.

—"Bueno, jefe," —dijo con tono burlón—. "Ya que estamos aquí, ¿qué tal si nos relajamos un poco antes de que la próxima misión nos golpee como un láser en plena cara?"

Harry no pudo evitar sonreír ante la actitud despreocupada de Tahiri. —"¿Y qué sugieres?"

—"Podríamos usar la sala de simulación para algo divertido," —respondió, señalando un rincón del penthouse donde una habitación completamente equipada para simulaciones virtuales estaba lista para usarse.

—"Siempre tan práctica," —comentó Harry mientras rodaba los ojos con diversión. —"Está bien, pero después de que revisemos los detalles del plan."

Tahiri bufó, pero aceptó la condición. Los tres se reunieron alrededor de la mesa central, donde Lux proyectó la información recopilada por los Saints y la comparó con los datos robados del remanente imperial. Los puntos de interés y rutas de transporte destacaban en un mapa holográfico detallado.

—"Esto es más grande de lo que esperaba," —dijo Harry, recorriendo con la mirada los puntos marcados. —"Pero si atacamos los lugares correctos, podemos desestabilizar sus operaciones lo suficiente para ganar tiempo."

—"¿Y los Saints están listos para eso?" —preguntó Tenel Ka, mirando directamente a Harry.

—"Sí," —respondió él con confianza. —"Tienen los recursos y la voluntad. La pregunta es si nosotros podemos complementarlos lo suficiente para hacer esto de la forma más limpia posible."

Mientras analizaban las rutas de ataque y dividían las tareas, Harry no podía evitar notar las miradas de las chicas, especialmente cuando mencionaba a los Saints. A pesar de que habían comenzado a aceptar la magnitud de su liderazgo, todavía había cierta reserva en sus expresiones.

Cuando terminaron de discutir los detalles, Tahiri se levantó y anunció con una sonrisa traviesa:

—"Muy bien, ahora es momento de relajarnos. Y no acepto excusas."

Harry y Tenel Ka intercambiaron miradas antes de seguirla hacia la sala de simulaciones. Por un momento, pudieron dejar de lado las tensiones de la misión y disfrutar de un breve respiro. Pero Harry sabía que la verdadera batalla aún estaba por venir.

Los días previos a la operación habían sido un contraste sorprendente para los tres jóvenes Jedi. La comodidad inesperada del penthouse había sido un respiro que no sabían que necesitaban, pero también una distracción que les recordaba el lujo que pocos podían permitirse en una galaxia llena de desigualdad. A pesar de todo, cada momento libre lo habían utilizado para afinar el plan, estudiar mapas y prepararse mentalmente para lo que les esperaba.

Ahora, con el sol desapareciendo en el horizonte y el cielo de Denon teñido de tonos anaranjados y violetas, los tres se encontraban ocultos en un rincón sombrío cerca del objetivo, vigilando desde las sombras. Desde su posición, tenían una vista clara del complejo del remanente imperial, cuyos altos muros y patrullas constantes hacían evidente que estaba diseñado para repeler intrusos.

—"Aún no hay movimiento," —murmuró Tahiri, observando el perímetro a través de unos binoculares tácticos. Su tono calmado contrastaba con la tensión que se respiraba en el ambiente.

—"Los Saints son precisos. No tardarán," —respondió Harry mientras ajustaba su pad, revisando por última vez las rutas de infiltración. La pantalla mostraba un mapa en tiempo real del área, con marcadores indicando las posiciones estimadas de las fuerzas enemigas y las rutas de entrada.

Tenel Ka permanecía en silencio, su postura firme como siempre, observando cada detalle del complejo. Sus sentidos estaban alerta, y cada ruido lejano parecía intensificar su concentración.

Finalmente, un suave zumbido en el aire anunció la llegada de las LAAT de los Saints. Desde su escondite, los tres pudieron ver cómo las naves descendían con precisión militar, sus armas ya apuntando hacia las defensas exteriores del complejo. En cuestión de segundos, el sonido de los disparos llenó el aire, rompiendo la aparente calma.

—"Es nuestro momento," —dijo Harry, guardando su pad y ajustando su cinturón donde llevaba su sable de luz y un bláster. —"Sigamos el plan."

Tahiri y Tenel Ka asintieron, moviéndose con él mientras se deslizaban entre las sombras. La distracción proporcionada por los Saints era perfecta: las defensas del remanente estaban completamente enfocadas en el ataque, dejando las rutas de infiltración despejadas, al menos por el momento.

El grupo avanzó con cautela, evitando las líneas de fuego y las patrullas que se movilizaban hacia el frente. Cada paso era medido, cada movimiento calculado para no delatar su posición. A medida que se acercaban más al complejo, el ruido de la batalla se intensificaba, recordándoles que su tiempo era limitado.

—"Recuerden, no debemos involucrarnos a menos que sea absolutamente necesario," —susurró Tenel Ka, su tono firme. —"La misión es nuestra prioridad."

—"Lo sé," —respondió Tahiri mientras su mirada pasaba de Harry a la estructura que se alzaba ante ellos. —"Pero algo me dice que esto no será tan simple como esperamos."

Harry no respondió, pero su expresión reflejaba la misma preocupación. Sabía que incluso con el mejor plan, siempre había variables que no podían controlar. Sin embargo, no había vuelta atrás. El éxito de la operación dependía de ellos, y no podía permitirse fallar.

Ingresaron a la base con sigilo, moviéndose a través de pasillos mal iluminados y zonas de carga desiertas. La ausencia de resistencia inicial les pareció extraña, pero no dejaron que eso los distrajera. Sin embargo, al acercarse a su objetivo principal, el silencio se rompió por el ruido de botas apresuradas y voces dando órdenes en un idioma que ninguno de ellos reconoció.

—"Tropas," —susurró Harry, deteniéndose al escuchar los pasos acercándose. —"No tenemos elección. Prepárense."

Los tres encendieron sus sables de luz al unísono, el violeta y blanco de Harry brillando junto al azul de Tahiri y el naranja de Tenel Ka. Las tropas restantes del remanente, sorprendidas por la presencia de los Jedi, abrieron fuego de inmediato. Los corredores estrechos se llenaron de destellos mientras los Jedi desviaban los disparos con precisión.

—"¡Por la izquierda!" —advirtió Tahiri, girando para proteger el flanco y derribando a un soldado que intentaba flanquearlos.

Harry lideró el avance, sus movimientos rápidos y efectivos mientras desarmaba a los soldados con golpes precisos. A pesar de la resistencia, la batalla terminó rápidamente, con las tropas del remanente cayendo una tras otra.

—"Demasiado fácil," —comentó Tenel Ka mientras observaba a los soldados caídos con una expresión calculadora. —"No tenía sentido que dejaran tan pocas defensas aquí."

—"Estoy de acuerdo," —respondió Harry, apagando sus sables mientras continuaban avanzando hacia la sala principal. —"Algo no encaja. Manténganse alertas."

Al llegar a la terminal donde debían extraer la información, Lux flotó hasta la consola y se conectó rápidamente. La pantalla parpadeó mientras los datos se transferían a su almacenamiento. En cuestión de segundos, el proceso se completó.

—"Demasiado rápido," —murmuró Harry, estrechando los ojos. —"Esto no es normal."

Tahiri y Tenel Ka se miraron, compartiendo la misma inquietud. Antes de que pudieran discutirlo, Harry alzó la mano, deteniéndolas.

—"Vayamos al hangar. Si hay prisioneros, no podemos dejarlos atrás," —dijo con firmeza, liderándolas hacia el lugar señalado en los planos.

El hangar improvisado estaba lleno de jaulas y contenedores, muchos de ellos claramente diseñados para transportar seres vivos. Al acercarse, pudieron ver a un grupo de prisioneros, hombres, mujeres y niños, encadenados y temblando en sus jaulas.

—"Separémonos para liberar a tantos como podamos," —ordenó Harry. —"Rápido."

Los tres se dispersaron, usando sus sables para cortar las cerraduras de las jaulas y ayudar a los prisioneros a salir. Sin embargo, mientras Harry trabajaba en una de las cerraduras, un escalofrío recorrió su espalda. La Fuerza lo advirtió un segundo antes de que el ataque llegara.

Con un movimiento instintivo, Harry giró y levantó ambos sables para bloquear un golpe feroz. Una hoja roja brillante chocó contra los suyos, llenando el aire con un zumbido amenazante. Frente a él, un hombre alto y elegante con cabello rubio y una mirada cruel sonrió con desdén.

—"No puede ser..." —murmuró el hombre, observándolo con una mezcla de sorpresa y burla. —"El hijo de James Potter."

Harry se quedó paralizado por un segundo, confundido por las palabras del hombre. —"¿Quién eres tú? ¿Cómo conoces a mi padre?"

—"Soy Lucius Malfoy," —respondió el hombre con arrogancia. —"Y tu rostro... es como mirar al pasado. Qué ironía verte aquí, empuñando los juguetes de los Jedi, ignorando la verdadera grandeza de tu linaje."

El desconcierto de Harry se transformó en frustración, pero también en duda. ¿Qué sabía este hombre de su padre? Apenas conocía su nombre, y los Dursley nunca hablaron de él más allá de desprecios. La confusión lo golpeó con fuerza.

—"No sé de qué estás hablando," —respondió Harry con firmeza. —"Y no me importa. Si viniste a pelear, no te haré esperar."

Lucius soltó una risa seca. —"Ignorancia y desafío. Cómo te pareces a él. Pero no te preocupes, joven Potter. Me encargaré de mostrarte la verdad... si sobrevives."

El duelo comenzó con una intensidad brutal. Lucius atacaba con movimientos precisos y fluidos, mientras Harry respondía con la misma rapidez y determinación. Sus sables trazaban arcos de luz en el aire, llenando el hangar con el sonido ensordecedor de los choques de energía.

Mientras tanto, Tahiri y Tenel Ka también enfrentaban nuevos enemigos. Desde las sombras surgieron figuras encapuchadas, portando sables de luz rojos y máscaras intimidantes. Sus movimientos eran calculados y coordinados, llenos de odio y precisión.

—"¿Qué clase de enemigos son estos?" —gritó Tahiri mientras bloqueaba un golpe.

—"No lo sé, pero no son soldados comunes," —respondió Tenel Ka, girando para contrarrestar otro ataque.

Ambas chicas luchaban ferozmente, pero sus mentes estaban llenas de preguntas. La presencia oscura de estos enemigos era palpable, y sus habilidades con los sables de luz mostraban que no eran oponentes ordinarios.

El caos del hangar continuaba, pero en la mente de Harry, las palabras de Lucius resonaban como un eco constante. ¿Qué significaba su linaje? ¿Y por qué este hombre hablaba con tanta familiaridad sobre su padre? Las respuestas tendrían que esperar; por ahora, su única prioridad era sobrevivir.

Los tres Jedi se movían con agilidad y precisión, sus sables de luz trazando arcos de energía en el aire mientras enfrentaban a los encapuchados que los superaban tanto en número como en habilidad. Harry, Tahiri y Tenel Ka luchaban hombro a hombro, combinando todo lo aprendido en la Academia Jedi con el peculiar estilo de combate que Harry había desarrollado en su tiempo como líder de los Saints. Era un estilo pragmático y brutal, alejado de la elegancia tradicional de los Jedi, pero efectivo en las caóticas batallas de los niveles inferiores de Coruscant.

A pesar de su esfuerzo y coordinación, sus enemigos demostraban una adaptabilidad inquietante. Cada ataque que intentaban era rápidamente contrarrestado, y cada táctica que ideaban parecía anticipada. Los encapuchados no solo eran habilidosos, sino que parecían estar disfrutando del combate, burlándose de sus movimientos y presionándolos con ataques precisos y letales.

Harry bloqueó un golpe dirigido a su flanco, sus sables de luz, violeta y blanco, brillando con intensidad mientras repelía el ataque. Frente a él, Lucius Malfoy observaba con una sonrisa cruel, disfrutando del esfuerzo visible en el rostro del joven.

—"¿Es todo lo que puedes ofrecer, hijo de James Potter?" —se burló Lucius mientras avanzaba, lanzando una serie de estocadas rápidas que Harry apenas logró detener. —"Tu padre habría destrozado a estos inútiles en un abrir y cerrar de ojos. Pero tú... eres una decepción."

Las palabras de Lucius golpearon a Harry con una fuerza que iba más allá de lo físico. Cada vez que el nombre de su padre surgía en los labios de su enemigo, un torbellino de emociones se apoderaba de él. No podía evitar preguntarse qué tan cierto era lo que decía Lucius. Su conocimiento de James Potter contrastaba con la vaga imagen que Harry tenía de su padre, un hombre cuya vida seguía siendo un misterio para él.

Tahiri, al lado de Harry, se enfrentaba a dos enemigos al mismo tiempo, sus movimientos rápidos y precisos reflejando su entrenamiento y determinación. Sin embargo, incluso con su habilidad, los encapuchados demostraban ser adversarios formidables.

—"¡Estos tipos son demasiado buenos para ser simples mercenarios!" —exclamó Tahiri, esquivando un golpe antes de contraatacar con un giro que forzó a uno de los enemigos a retroceder.

—"Lo sé," —respondió Tenel Ka mientras bloqueaba un golpe dirigido a su cabeza, su sable naranja iluminando su rostro con un brillo feroz. —"Pero no tenemos opción. Debemos resistir."

Harry, mientras seguía luchando contra Lucius, no podía evitar escuchar los comentarios sarcásticos que su oponente lanzaba.

—"¿De verdad crees que los Jedi pueden ofrecerte algo? Todo ese dogma sobre la paz y la paciencia. Tu padre habría despreciado estas tonterías," —dijo Lucius con una sonrisa burlona, antes de lanzar un ataque lateral que Harry desvió con dificultad.

Harry no respondió, pero sus pensamientos eran un torbellino. ¿Qué sabía este hombre sobre su padre? ¿Por qué insistía en compararlo con él? Cada palabra de Lucius era como una espina que se clavaba en su mente, recordándole lo poco que sabía sobre su herencia y lo mucho que había sido ignorado en su infancia.

—"Tu ignorancia es casi entrañable," —continuó Lucius mientras giraba su sable rojo, lanzando un arco de energía que Harry logró esquivar por poco. —"Es casi poético que el hijo de James Potter termine aquí, peleando por una causa que ni siquiera comprende."

Las burlas de Lucius no solo buscaban desmoralizarlo, sino también sembrar dudas en su corazón. Sin embargo, Harry no podía permitirse vacilar. Se enfocó en el combate, utilizando cada insulto como combustible para mantenerse en pie.

A pesar de estar en desventaja, Harry y las chicas encontraron en su conexión con la Fuerza una fuente de esperanza. Sus movimientos comenzaron a sincronizarse aún más, y aunque los enemigos seguían siendo formidables, los tres jóvenes Jedi demostraron que no eran simples estudiantes. Eran sobrevivientes, guerreros moldeados por las adversidades y las luchas internas.

Sin embargo, incluso con esa determinación, una pregunta seguía rondando la mente de Harry mientras enfrentaba a Lucius: ¿Qué significaba realmente ser el hijo de James Potter? Y, más importante aún, ¿qué significaba para él?

El sonido de los sables de luz resonaba con intensidad por todo el hangar, iluminando el espacio con destellos de colores. Los tres jóvenes Jedi luchaban desesperadamente contra sus respectivos oponentes, cada uno en su propio rincón del campo de batalla. La situación había cambiado drásticamente: los encapuchados lograron separarlos, y ahora cada Jedi enfrentaba un duelo individual.

Harry estaba centrado completamente en Lucius Malfoy. Cada movimiento del hombre era preciso, cada ataque estaba diseñado no solo para herir, sino para humillar. Lucius no buscaba simplemente ganar el combate; quería dejar una marca indeleble en la mente de Harry.

—"¿Es todo lo que tienes, Potter?" —se burló Lucius mientras lanzaba una serie de ataques rápidos. —"Tu padre habría destrozado a un adversario como yo en segundos. Pero tú... tú ni siquiera puedes mantener el ritmo."

Harry ignoró las palabras, aunque no pudo evitar que se clavaran en lo profundo de su mente. Usó sus sables, violeta y blanco, para bloquear y contrarrestar los ataques con movimientos rápidos, su estilo poco convencional comenzando a marcar la diferencia. Sin embargo, no podía ignorar la sensación de que algo estaba fuera de lugar. Lucius no era solo hábil con el sable, sino que también parecía estar probándolo, jugando con él.

El cambio en el combate llegó de forma súbita. Lucius extendió una mano y, con un movimiento casi casual, lanzó un potente empujón con la Fuerza. Harry voló varios metros hacia atrás, chocando contra un contenedor metálico. El impacto lo dejó aturdido por un momento, pero lo que realmente llamó su atención fue la energía oscura que sintió en ese instante.

—"¿Lo sientes ahora, niño?" —dijo Lucius con una sonrisa cruel mientras avanzaba lentamente hacia él, su sable rojo emitiendo un resplandor amenazante. —"Esto no es un simple duelo. No soy un mercenario, ni un aficionado. Soy un Sith. Un verdadero maestro del poder que tú y tus patéticos Jedi temen siquiera contemplar."

Harry se puso de pie, tambaleándose un poco mientras levantaba sus sables en guardia. Sus ojos estaban fijos en Lucius, y por primera vez, sintió una verdadera mezcla de temor y respeto hacia su oponente. Este no era alguien que simplemente empuñaba un sable de luz por habilidad; era alguien que comprendía y dominaba el lado oscuro de la Fuerza.

—"Un Sith," —murmuró Harry para sí mismo, ajustando su postura. Todo encajaba ahora: la intensidad del combate, la precisión de los ataques y, sobre todo, la oscuridad palpable que emanaba de Lucius.

Lucius rió ante su reacción, avanzando con calma pero con una amenaza evidente en cada paso.

—"Veo que al menos no eres tan estúpido como para ignorarlo. Pero todavía eres un necio. No comprendes lo que está en juego, ni lo que podrías ser si abrazaras tu verdadera herencia."

—"¿De qué estás hablando?" —preguntó Harry, apretando los dientes mientras intentaba mantener la calma. —"No sé quién eres, ni lo que crees saber de mí."

Lucius se detuvo, inclinando ligeramente la cabeza mientras lo observaba con una sonrisa sarcástica.

—"Por supuesto que no lo sabes. ¿Cómo podrías? Has vivido como un perro callejero, ignorante de tu linaje, de lo que tu padre era... y de lo que podrías llegar a ser. James Potter era un hombre poderoso, alguien que entendía el verdadero poder. Y tú..." —Lucius hizo una pausa, disfrutando el momento antes de concluir con veneno—, "eres una sombra débil de lo que él fue."

Las palabras de Lucius golpearon a Harry con más fuerza que cualquier ataque físico. Su mente estaba llena de preguntas, de dudas que siempre había tenido sobre sus padres y su pasado. Pero no tenía tiempo para dejarse llevar por esas emociones. Lucius avanzó de nuevo, lanzando un ataque que lo obligó a enfocarse en el combate.

Mientras tanto, en otros puntos del hangar, Tahiri y Tenel Ka luchaban ferozmente contra sus propios oponentes. Aunque eran hábiles y determinadas, sus enemigos también demostraban una habilidad sin precedentes, adaptándose constantemente y presionándolas al límite.

Tahiri logró bloquear un golpe que iba dirigido a su cabeza, retrocediendo para recuperar el aliento mientras analizaba a su oponente.

—"¿Quiénes son estos tipos?" —pensó mientras se preparaba para el siguiente ataque. —"Esto no es normal. No son solo mercenarios. Hay algo más aquí."

Tenel Ka, por su parte, se mantenía firme, utilizando su entrenamiento y su fuerza para mantener a raya a su enemigo. Sin embargo, incluso ella notaba que cada movimiento era un desafío, cada decisión un riesgo calculado.

De vuelta con Harry, el joven Jedi comenzaba a sentir el peso del duelo. Lucius atacaba con una ferocidad que desbordaba lo que él había enfrentado antes, combinando habilidades con el sable y la Fuerza de una manera que lo dejaba constantemente a la defensiva. Pero Harry no estaba dispuesto a rendirse.

—"Puede que no sepa mucho sobre mi pasado," —dijo Harry, bloqueando un golpe con ambos sables y girando para lanzar un contrataque que obligó a Lucius a retroceder—, "pero sé quién soy ahora. Y no importa lo que digas, no voy a caer en tu juego."

Lucius rió, aunque sus ojos reflejaban un destello de frustración.

—"Ah, Potter. Tan obstinado como tu padre. Pero déjame decirte algo: al final, no importa cuán fuerte creas que eres. La oscuridad siempre encuentra la forma de consumir a los necios como tú."

El duelo continuó con una intensidad abrumadora, y aunque Harry estaba al borde de sus límites, algo dentro de él se encendió. No era solo la Fuerza lo que lo impulsaba, sino una determinación nacida de años de lucha, de sobrevivir en un mundo que siempre parecía estar en su contra.

—"Veremos quién consume a quién," —dijo Harry con una mirada firme, preparándose para el siguiente asalto.

Mientras el combate continuaba en el hangar, Tahiri y Tenel Ka finalmente comenzaron a atar cabos. Aunque los encapuchados que las atacaban eran un misterio, su estilo de lucha, sus máscaras y los comentarios que lanzaban hicieron que algo encajara en sus mentes. No eran simples agentes del remanente imperial; estos enemigos estaban claramente vinculados a algo más oscuro.

—"Tahiri, ¿lo ves?" —gritó Tenel Ka mientras desviaba un golpe con su sable naranja, retrocediendo para ganar espacio. —"No son soldados comunes. Sus movimientos, sus armas... ¡Esto no es entrenamiento militar!"

Tahiri asintió, bloqueando un ataque de uno de los encapuchados con su sable azul. —"Lo sé. ¡Son algo más! Pero no sé qué. ¿Tú?"

—"No estoy segura," —respondió Tenel Ka con los dientes apretados. —"Pero si querían intimidarnos, no lo están logrando."

Los encapuchados intentaron aprovechar lo que percibían como un momento de duda, lanzando ataques más agresivos, pero ambas chicas respondieron con una determinación inquebrantable. Tahiri, acostumbrada a enfrentar sus propios demonios internos, canalizó esa experiencia en cada movimiento, mientras que Tenel Ka, criada en la dureza de Dathomir y la intriga de Hapes, demostró una fuerza que iba más allá de lo físico.

—"Si piensan que pueden asustarnos, han cometido un gran error," —declaró Tahiri con firmeza, esquivando un ataque antes de contraatacar con una precisión que obligó a su oponente a retroceder.

—"Lo enfrentarán," —añadió Tenel Ka, girando con gracia mientras bloqueaba otro golpe, su voz resonando con la misma seguridad que su postura. —"Porque no importa cuán poderosos crean ser, no nos detendrán."

Mientras tanto, Harry y Lucius se alejaban del hangar, sus sables de luz brillando en la penumbra mientras su duelo continuaba. Cada golpe, cada bloqueo, resonaba con una intensidad que hacía temblar el suelo. Lucius, siempre con una sonrisa burlona, parecía disfrutar del enfrentamiento.

—"¿Es esto lo mejor que puede ofrecer un Potter?" —espetó Lucius con un tono gélido, deslizándose con gracia mientras esquivaba los golpes de Harry. —"Tu padre habría convertido esto en una lección de estilo y poder. Pero tú... no eres más que una sombra pálida de su legado."

Lucius cambió de táctica, su sonrisa burlona se tornó más medida mientras daba un par de pasos hacia atrás, evaluando a Harry con una mirada que parecía más calculadora que despreciativa.

—"Es curioso," —comenzó Lucius con un tono suave, casi melancólico, mientras desvió un golpe directo con su sable. —"James siempre fue un hombre de acción, un guerrero que no conocía el significado del descanso. Pero tu madre... ella era diferente."

El nombre de su madre hizo que Harry vacilara, aunque solo por un instante. Lucius notó el cambio y presionó.

—"Lily," —continuó, saboreando el nombre como si fuera un arma—, "ella era todo lo contrario. Brillante, compasiva... y tan ingenua. Su devoción por ti fue lo que la condenó, ¿lo sabías? Siempre creyendo en ideales que nunca pudieron protegerla."

Harry sintió cómo la ira comenzaba a arder en su interior, su respiración se volvió más pesada mientras sus sables brillaban con una intensidad creciente.

—"No hables de mi madre," —gruñó entre dientes, lanzando un ataque más fuerte que Lucius apenas logró bloquear.

—"¿Por qué no?" —respondió Lucius con frialdad, contrarrestando pero retrocediendo un poco ante la creciente fuerza de Harry. —"Ella era un alma noble, lo admito. Pero eso no la salvó, ¿verdad? La nobleza, la bondad... no tienen lugar en una galaxia como esta."

El ritmo de los ataques de Harry se volvió más frenético, cada golpe más fuerte que el anterior, cada movimiento más descontrolado. Su conexión con la Fuerza parecía temblar entre el equilibrio y el caos, mientras su ira tomaba el control.

—"¡Cállate!" —gritó Harry, arremetiendo con ambos sables, sus golpes más caóticos pero también más impredecibles, obligando a Lucius a retroceder rápidamente.

Lucius parecía disfrutarlo. Aunque ahora estaba a la defensiva, sus palabras seguían fluyendo como veneno.

—"Puedo ver a James en ti, por supuesto," —dijo, bloqueando un golpe que casi rompió su guardia—, "pero Lily... Oh, ella te dio algo más. Esa pequeña chispa de esperanza inútil que tienes, ese deseo de salvarlos a todos. ¿Crees que eso será suficiente para vencerme?"

Harry no respondió con palabras, pero el siguiente golpe fue tan fuerte que hizo que Lucius trastabillara, obligándolo a saltar hacia atrás para evitar ser desarmado. La sonrisa de Lucius vaciló por primera vez, reemplazada por una mirada calculadora mientras reconsideraba su enfoque.

Mientras tanto, Tahiri y Tenel Ka seguían luchando ferozmente contra sus propios oponentes. Las dos Jedi estaban empatadas, sus enemigos anticipaban cada movimiento con una habilidad inquietante. Tahiri, sin embargo, comenzó a notar un patrón.

—"¿Siempre tan predecible?" —murmuró con una sonrisa mientras desviaba un golpe y se giraba para sorprender a su adversario con un ataque inesperado. En lugar de apuntar al sable, golpeó el suelo frente a él, levantando una nube de polvo que lo hizo retroceder.

—"Creatividad, ¿eh?" —pensó mientras aprovechaba la distracción para lanzar una serie de ataques rápidos que hicieron tambalear a su oponente.

Tenel Ka, por su parte, optó por un enfoque más directo. Utilizó su fuerza bruta para forzar a su enemigo a una posición incómoda, llevando el combate a un terreno donde su tamaño y su entrenamiento en Dathomir le daban ventaja. Con un movimiento inesperado, lanzó una de las cajas del hangar con la Fuerza, obligando a su oponente a saltar hacia atrás para evitar el impacto.

—"No hay honor en este combate," —dijo con frialdad mientras ajustaba su postura y avanzaba con decisión. —"Así que no habrá restricciones."

El balance de poder comenzaba a inclinarse a favor de las Jedi, pero aún quedaba un largo camino por recorrer. Mientras tanto, Harry, impulsado por la ira, continuaba presionando a Lucius, cada golpe empujándolo más cerca del límite.

La batalla estaba lejos de terminar, pero los ecos de las palabras de Lucius resonaban en la mente de Harry, alimentando una furia que lo volvía más fuerte... y más vulnerable.

Tahiri desvió otro golpe con un giro ágil, su sable azul iluminando su rostro mientras saltaba hacia un lado para esquivar un ataque lateral. Su oponente, un Sith con movimientos precisos, avanzó con confianza, pero Tahiri ya no jugaba su juego. La sonrisa que se dibujó en sus labios fue la primera señal de que había encontrado su ventaja.

—"¿Quieres orden y control? Entonces esto no te va a gustar," —murmuró para sí misma mientras canalizaba la Fuerza para lanzar una ráfaga de objetos pequeños hacia su oponente. No buscaba herirlo, sino distraerlo. Cuando el Sith levantó su sable para bloquear el improvisado aluvión, Tahiri se lanzó hacia adelante con un ataque inesperado, obligándolo a retroceder.

Mientras tanto, Tenel Ka enfrentaba a su propio enemigo con una ferocidad contenida. Sus movimientos eran calculados, pero comenzó a incorporar algo que raramente usaba: la improvisación. Inspirada por el caos estructurado que Harry les había enseñado en la Academia, comenzó a atacar en patrones irregulares, rompiendo el ritmo de su oponente. Un giro brusco con su sable naranja seguido de un empujón con la Fuerza hizo que el Sith frente a ella perdiera momentáneamente el equilibrio.

—"Harry tiene razón," —pensó mientras lanzaba un golpe diagonal que su oponente apenas logró esquivar. —"A veces, el caos es más efectivo que la perfección."

Ambas chicas, aunque separadas, comenzaron a demostrar un estilo de combate que mezclaba sus propias habilidades con el enfoque pragmático y algo desordenado que Harry había desarrollado. Tahiri, con su rapidez y adaptabilidad, usaba el entorno a su favor, lanzando cajas pequeñas y herramientas del hangar para mantener a su oponente fuera de balance. Tenel Ka, con su fuerza y precisión, utilizaba su entorno para presionar a su enemigo, forzándolo a posiciones incómodas y limitando sus opciones.

Finalmente, una apertura en el combate permitió que ambas Jedi se acercaran lo suficiente para luchar juntas. Sin necesidad de palabras, comenzaron a intercambiar oponentes cada vez que podían, confundiendo a los Sith que enfrentaban. Tahiri lanzó un empujón con la Fuerza que hizo retroceder al enemigo de Tenel Ka, permitiendo que esta última lo interceptara con un golpe contundente que casi desarmó al Sith. Al mismo tiempo, Tenel Ka bloqueó un ataque dirigido a Tahiri, devolviéndolo con un giro potente que obligó a su nuevo oponente a retroceder.

—"Esto está funcionando," —dijo Tahiri con una sonrisa mientras se movía para cubrir el flanco de Tenel Ka. —"Harry tiene sus momentos, ¿no?"

—"A veces," —respondió Tenel Ka con una leve curva en sus labios, sin apartar la vista de su enemigo.

El intercambio constante de enemigos y estilos confundió a los Sith. Acostumbrados a duelos individuales y a anticipar los movimientos de un único adversario, se encontraron enfrentando una combinación caótica pero efectiva. Cada vez que intentaban adaptarse a una de las Jedi, la otra intervenía, cambiando el ritmo y manteniéndolos a la defensiva.

Tahiri, aprovechando una apertura, desarmó a su oponente con un golpe rápido y luego utilizó la Fuerza para lanzarlo contra una pared. Tenel Ka, por su parte, giró con un movimiento fluido que dejó a su enemigo tambaleándose antes de arremeter con un golpe que lo obligó a soltar su sable.

Ambas Jedi ahora estaban de pie juntas, sus enemigos derrotados y jadeando en el suelo. Intercambiaron una mirada cómplice antes de volverse hacia el combate de Harry, preparadas para intervenir si fuera necesario. Aunque cansadas, una chispa de satisfacción brillaba en sus ojos. Habían enfrentado lo peor de sus enemigos y, con creatividad y trabajo en equipo, habían salido adelante.

ahiri y Tenel Ka se movieron con precisión mortal, sus ataques finales marcando el fin de sus enemigos Sith. Los cuerpos de los encapuchados cayeron al suelo, sus sables de luz apagándose con un chasquido definitivo. Ambas Jedi permanecieron inmóviles por un momento, sus respiraciones agitadas llenando el silencio que siguió al combate.

—"Eso fue demasiado cerca," —murmuró Tahiri mientras apagaba su sable y pasaba la mirada por el hangar.

—"Pero lo logramos," —respondió Tenel Ka, su tono firme, aunque su mirada no mostraba ni rastro de satisfacción. —"Ahora debemos enfocarnos en los prisioneros."

Las dos Jedi rápidamente se dirigieron hacia los contenedores donde, antes del ataque de los Sith, habían identificado la presencia de personas sensibles a la Fuerza. Los gritos y susurros de temor dentro de las jaulas les recordaban la urgencia de su misión.

—"¿Y Harry?" —preguntó Tahiri mientras comenzaba a abrir una de las jaulas con su sable.

Tenel Ka cerró los ojos por un momento, sintiendo a través de la Fuerza. La presencia de Harry estaba ahí, pero distante, como si estuviera inmerso en su propio conflicto.

—"No está cerca, pero está vivo," —respondió con calma. —"Debemos confiar en él. Nuestra misión no puede esperar."

Tahiri asintió, aunque la preocupación por Harry permanecía en su mente. Con un movimiento rápido, cortó la cerradura de una jaula, liberando a un grupo de niños y adolescentes que se acurrucaban en el interior.

—"Está bien," —dijo con suavidad, bajando su sable para no asustarlos más. —"Estamos aquí para ayudarlos."

Tenel Ka hacía lo mismo en otra sección del hangar, moviéndose de jaula en jaula con eficiencia mientras liberaba a los prisioneros. Algunos estaban demasiado débiles para caminar, otros miraban a las Jedi con una mezcla de miedo y esperanza. Pero había algo que todos compartían: una conexión inconfundible con la Fuerza.

—"Esto es más grande de lo que pensábamos," —comentó Tenel Ka mientras ayudaba a una mujer mayor a salir de una jaula. —"No son solo niños; hay adultos también. Todos sensibles a la Fuerza."

—"Y todos necesitaban ser salvados," —respondió Tahiri mientras guiaba a un grupo hacia una esquina segura del hangar. —"Pero necesitamos moverlos rápido antes de que lleguen más refuerzos."

Ambas Jedi trabajaban con rapidez y coordinación, utilizando la Fuerza para mover a los prisioneros más débiles y asegurándose de que todos estuvieran listos para ser evacuados. Sabían que el tiempo era limitado, y con Harry ausente, la responsabilidad de completar esta parte de la misión recaía completamente en ellas.

—"Confiaremos en que Harry se nos unirá pronto," —dijo Tenel Ka con determinación mientras aseguraba la salida de un grupo. —"Pero por ahora, terminaremos lo que empezamos."

Tahiri asintió mientras se dirigía hacia el último contenedor, asegurándose de que nadie quedara atrás. Aunque la tensión era palpable, ambas Jedi se enfocaron en su tarea, sabiendo que cada segundo contaba. La misión, y la vida de estos sensibles a la Fuerza, dependían de ellas.

El enfrentamiento entre Harry y Lucius se había transformado en un duelo de puro poder y determinación, avanzando del hangar hacia una plataforma de aterrizaje exterior. Las luces brillantes de la ciudad y los rascacielos de Denon parpadeaban a su alrededor, pero ninguno de los dos combatientes le prestaba atención. Sus movimientos eran rápidos y letales, sus sables de luz trazando arcos luminosos mientras intentaban superarse mutuamente.

Harry jadeaba, sus sables violeta y blanco emanando un resplandor intenso mientras bloqueaba un ataque lateral de Lucius. El Sith, con su sable rojo brillante, mostraba una mezcla de furia contenida y disfrute. A pesar de las burlas iniciales, Lucius ahora estaba enfocado, tratando de encontrar un punto débil en el estilo caótico pero efectivo de Harry.

—"Eres mejor de lo que esperaba, Potter," —admitió Lucius mientras lanzaba una estocada rápida que Harry logró desviar por poco. —"Quizás esa chispa de poder que llevas dentro no sea tan insignificante como pensaba."

—"¡Cállate y pelea!" —gruñó Harry, frustrado no solo por las palabras de Lucius, sino por la falta de respuestas concretas. Cada ataque era más fuerte que el anterior, y aunque estaba comenzando a agotarse, no iba a detenerse hasta obtener lo que buscaba.

Lucius rió, girando para esquivar un golpe que habría sido letal. —"Ah, esa ira. Es tan... familiar. Te consume, te impulsa. Pero no te hará ganar."

El duelo alcanzó un punto muerto momentáneo, ambos combatientes separándose ligeramente para recuperar el aliento. Harry levantó la vista por un instante, observando cómo los edificios circundantes parpadeaban con las luces nocturnas de Denon. Era un recordatorio de lo pequeño que era este combate en comparación con la inmensidad de la galaxia, pero para Harry, en ese momento, no había nada más importante.

—"Hablas de mi padre como si lo conocieras," —dijo Harry, su voz cargada de desafío mientras levantaba sus sables de nuevo. —"¿Cómo sabes tanto sobre él? ¿Y por qué mencionaste a mi madre?"

Lucius giró su sable con calma, su mirada fría y calculadora. —"James Potter y Lily eran... figuras destacadas, digamos. Personas que entendían el juego, aunque en última instancia, lo perdieron. Tú, sin embargo, sigues siendo un misterio. Un hijo perdido, criado en la ignorancia. Una pieza rota del gran tablero."

—"¿Qué tablero?" —demandó Harry, dando un paso adelante. —"Deja de hablar en acertijos y dime lo que sabes."

Lucius sonrió, pero había un destello de irritación en sus ojos. —"Ah, pero las respuestas tienen un precio, joven Potter. Y dudo que estés preparado para pagarlo."

El comentario encendió aún más la determinación de Harry. Sin mediar más palabras, se lanzó al ataque, sus golpes rápidos y potentes, empujando a Lucius hacia el borde de la plataforma. Sin embargo, el Sith respondió con igual ferocidad, utilizando la Fuerza para lanzar objetos del entorno hacia Harry, quien los desviaba con habilidad, pero cada impacto lo obligaba a retroceder un paso.

El viento aullaba a su alrededor mientras la pelea continuaba. Cada choque de los sables de luz iluminaba la plataforma, un espectáculo de poder que contrastaba con la calma aparente de la ciudad a lo lejos. Ambos combatientes sabían que estaban llegando a sus límites, pero ninguno estaba dispuesto a ceder.

—"Tu obsesión por el pasado te hace débil," —espetó Lucius mientras lanzaba una serie de ataques precisos. —"Tu padre sabía cuándo dejar las cosas atrás. Tal vez por eso fue más fuerte que tú."

—"No me importa lo que pienses de él," —respondió Harry con furia, desviando un golpe y lanzando un empujón con la Fuerza que obligó a Lucius a dar un salto hacia atrás. —"Lo que me importa es la verdad. Y no me detendré hasta obtenerla."

Por un momento, Lucius vaciló, como si estuviera considerando sus palabras. Pero en lugar de responder, se lanzó nuevamente al ataque, su sable rojo cortando el aire con ferocidad. Harry lo recibió con igual intensidad, los dos atrapados en un combate que parecía interminable, cada uno luchando no solo por la victoria, sino por demostrar su propia superioridad.

La plataforma retumbaba bajo sus pies mientras el duelo continuaba, los ecos de sus golpes perdiéndose en el vasto paisaje urbano de Denon. Ninguno de los dos daba señales de rendirse, y con cada segundo que pasaba, la tensión crecía. La batalla había dejado de ser solo un enfrentamiento físico; se había convertido en un choque de voluntades, una lucha por respuestas y control que ninguno estaba dispuesto a perder.

En el fragor del combate, un escalofrío recorrió a Harry. Un grito desgarrador en la Fuerza lo hizo reaccionar justo a tiempo para bloquear un ataque inesperado. Giró rápidamente, levantando sus sables para detener una hoja roja que venía desde un ángulo ciego. La colisión resonó con un destello brillante, y cuando sus ojos se enfocaron en el atacante, su corazón se detuvo por un instante.

Frente a él estaba un joven casi de su edad. Su cabello rubio, peinado de manera impecable, y su porte altivo le recordaron de inmediato a Lucius. Sin embargo, había una ferocidad en sus ojos grises que lo diferenciaba, una arrogancia juvenil que lo hacía parecer más peligroso de lo que su apariencia podría sugerir.

—"Vaya, vaya," —rió Lucius, dando un paso atrás y bajando su sable con confianza. —"Permíteme presentarte a mi hijo, Draco. Ha estado ansioso por conocerte, Potter."

Harry mantuvo su guardia alta, sus sables aún encendidos mientras estudiaba al recién llegado. Draco no mostró ninguna vacilación. De hecho, parecía disfrutar del momento, sus movimientos relajados pero cargados de intención.

—"Así que este es el famoso Harry Potter," —dijo Draco con una sonrisa burlona, girando su sable con destreza. —"He oído tanto sobre ti. Aunque, sinceramente, esperaba algo más impresionante."

—"¿Quién demonios eres?" —demandó Harry, aún ajustando su postura tras el ataque sorpresa.

—"Draco Malfoy," —respondió el joven con un tono que destilaba superioridad. —"Y para tu desgracia, Potter, parece que estás atrapado entre nosotros. Aunque, si sirve de consuelo, ya no tienes que preocuparte demasiado. Todo está listo."

Lucius soltó una carcajada ligera, como si las palabras de su hijo fueran el golpe final de una jugada cuidadosamente planeada.

—"Has hecho bien, Draco," —dijo Lucius, sin apartar la vista de Harry. —"Ahora solo queda el cierre."

Harry frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente. Aunque no podía entender completamente lo que estaban planeando, el tono de Draco y Lucius dejaba claro que algo más estaba en juego, algo que superaba este duelo.

Lo que ni Lucius ni Draco sabían era que, oculto entre las sombras de la plataforma, el pequeño Lux observaba atentamente. Su lente parpadeaba con un brillo tenue mientras registraba cada movimiento, cada palabra. En completo silencio, el droide transmitía las imágenes en tiempo real a un lugar muy lejano.

Lejos de allí, en la Academia Jedi, Jaina observaba en su pad las imágenes del combate de Harry, cada instante llenándola de una mezcla de preocupación y miedo. Ver al hombre que amaba enfrentarse a dos enemigos que parecían igualarlo en habilidad y astucia era un tormento. Los movimientos de Harry, aunque precisos y fuertes, reflejaban el desgaste, y la presencia de Draco Malfoy añadía un nuevo nivel de amenaza que Jaina no podía ignorar.

Tomó una profunda respiración, intentando calmar el torbellino de emociones que la invadía. Pero su determinación no titubeó. Sabía que no podía quedarse mirando. Con una mirada firme y el corazón apretado, apagó el pad y se giró con paso decidido hacia las personas en quienes más confiaba: sus hermanos y sus tíos.

Jaina cruzó los pasillos de la academia, sus botas resonando contra el suelo mientras recorría los corredores iluminados. El peso de lo que estaba a punto de pedir recaía sobre ella, pero sabía que si alguien podía ayudarla a organizar un rescate o brindar apoyo a Harry, eran ellos. No estaba dispuesta a permitir que Harry enfrentara esta batalla solo, no mientras ella tuviera la fuerza para luchar a su lado.