Laki Olietta

—Has tenido sexo recientemente —dijo Laki encarando al cazadragones de fuego.

Natsu regresaba de un trabajo cuando Laki Olietta había salido de la nada.

—Umh... ¿Si?... ¿Y qué con eso? —preguntó Natsu, mostrando lo obtuso.

Laki le dirigió a Natsu una sonrisa pícara y lo arrastró hasta una esquina lateral del gremio.

—Voy a poner a prueba tu resistencia —ronroneó Laki, mientras se quitaba la ropa —Quiero ver sí eres la mitad de lo que Erza presume.

Pronto se quedó desnuda. Su cuerpo sexy hizo que Natsu se pusiera duro. Tenía los senos suaves y tonificados y un coño sin vello.

—Ven, Natsu, sácalo, quiero ver la bestia que estará dentro de mí —suplicó Laki.

Natsu obedeció y se quitó la ropa, dejando salir su "bastón" de carne que Laki no podía esperar a metérselo en la boca. Se movió tan rápida y elegantemente como un gato y pronto estuvo de rodillas para atender a Natsu.

Natsu gimió mientras la lengua y la boca increíblemente talentosas de Laki lo trabajaban. Usó toda su boca, lengua y dientes para estimular a Natsu hasta que se corriera. Natsu necesitaba toda su voluntad para mantener a raya su carga.

Laki entonces comenzó a masajear el saco de Natsu y esto fue su perdición. Con un rugido, metió su verga profundamente en la boca de la pelivioleta y explotó. Laki devoró toda la semilla de Natsu. Lo hizo girar alrededor de su boca saboreandolo y lo tragó.

—Mmmm, sabes tan viril Natsu... se nota que eres un verdadero hombre —dijo Laki con una mirada depredadora, mientras sus jugos se deslizaban por sus piernas —Una verga como la tuya merece un trato especial~.

Luego comenzó a usar sus tetas y acarició el miembro de Natsu hasta que se puso completamente erecto. Una vez de pie, Laki se recostó boca arriba de una manta que había traído con antelación y abrió las piernas, y los labios de su coño.

—Métemelo, Natsu. Lo quiero dentro de mí AHORA —exigió Laki.

Natsu no era de los que dejaba a una mujer en suspenso, así que se abalanzó como un poseso y comenzó a follar a Laki con fuerza y rapidez. Ella jadeó ante la intrusión inicial. Sintió que sus paredes se expandían para acomodar la circunferencia de Natsu. Dios, era tan grande. Mucho más grande que cualquier otro chico que había conocido antes.

—Oh, Natsu —gimió Laki.

Natsu siguió embistiendo dentro y fuera de Laki, sintiendo que el coño de la maga masoquista se convulsionaba. Ella se había corrido, pero él no iba a detenerse. Simplemente siguió adelante, provocando que el orgasmo de Laki se prolongara. Ella gimió, se quejó y gritó mientras sus uñas arañaban la espalda de Natsu.

Natsu continuo follando el coño de Laki por un rato, hasta que sintió que le hormigueaban los testículos y supo que estaba a punto de correrse.

—Laki, me voy a correr...

Entonces, la pelivioleta serró sus piernas alrededor de su cintura, no dejandolo retirarse.

—En mí, Natsu, quiero sentirte dentro de mí —jadeó Laki.

Natsu se estrelló contra Laki una última vez y explotó. Su crema cubrió el interior de Laki y ambos pudieron relajarse.

—Erza no mentia— dijo Laki, con una sonrisa cansada.

Laki besaria a Natsu antes de que se separaran. Sin embargo, Laki vio que una pelirroja la esperaba con una sonrisa de comemierda.

—¿Entonces?— preguntó Erza, con suficiencia.

—Bien, tenías razón, es todo un semental.

—¿Y nuestra apuesta?.

Laki suspiro.

—Bien... no crei que sería madre tan joven, pero no me quejo si puedo tener a ese galán montandome a diario— dijo y ambas mujeres se rieron con picardía.


Sherria Blendy

—¿Tiene un momento? Natsu-san?.

Natsu abrió un ojo de su mesa donde dormía y se encontró a Sherria Blendy de Lamia Scale parada allí.

—Para nada, ¿Qué necesitas, Sherria? —preguntó Natsu.

—No aquí... —susurro Sherria y le hizo señas para que la siguiera.

Natsu asintió y siguió a la pelirosa apenas legal hasta un armario de escobas. Se quedaron en silencio cuando Sherria decidió romperlo.

—Wendy me contó lo que hicieron ustedes dos en su cumpleaños —dijo como si nada.

—¿Lo hizo?.

—Sí, lo hizo. Somos mejores amigas. Compartimos todo entre nosotras —dijo Sherria, mientras se sonrojaba —Ella me dijo que le hiciste el amor dulcemente y la llenaste por completo con tanto semen que podría preñar a una docena de mujeres.

—¿En serio? —preguntó Natsu sintiendo que su ego masculino crecía.

—Sí, ella fue muy descriptiva al decirme que tenía que tenerte también— dijo Sherria ronroneando lo último.

Natsu casi no alcanzo a reaccionar cuando Sherria se lanzó hacia él. Lo abrazó y se besaron. Apretó su pelvis contra la de Natsu, frotando sus sexos sobre la ropa. Sintió que Natsu se endurecía y gimió. Díos, deseaba tanto esa carne dentro de ella.

Natsu hizo todo lo posible para seguir el ritmo de la explosión de energía sexual de Sherria. Maldita sea, era tan dulce y amable que era difícil pensar que en realidad era una chica cachonda.

—Naysu, te quiero dentro de mí ahora —jadeo Sherria.

Él no estaba dispuesto a negárselo. Utilizó una mano para abrirse los pantalones y sacar su verga. Luego utilizó la misma mano para deslizar la falda de Sherria hacia arriba, revelando que no traía bragas y estaba muy mojada. Jugó un poco con su coño para mojarla lo suficiente para que pudiera entrar sin dolor. Natsu sacó la mano, apuntó su pene hacia adentro y empujó su cadera enterrando la mitad de su longitud en Sherria. Ella jadeó cuando la llenó. Díos, Wendy no exageraba. Era grande y grueso. Sherria solo había tenido una pareja sexual y fue una decepción. Natsu le dio sus dedos a Sherria para que los chupara. Ella chupó todos sus jugos y le encantó.

—Joder, Natsu, fóllame. Lo quiero más duro que como se lo hiciste a Wendy —gimió Sherria.

Natsu les dio la vuelta y empujó a Sherria contra la pared. Necesitaba hacer palanca si quería follar a Sherria como ella quería que se la follaran. Luego procedió a embestirla sin piedad. Sherria arañó la espalda de Natsu y él la follo con fuerza. Ella sintió que golpeaba puntos en ella que nunca pensó que había hecho antes. Maldita sea, era bueno. Entonces, de repente, vio una luz blanca y dejó escapar un grito silencioso. Natsu sintió que el estrecho coño de Sherria lo apretaba y luchó contra el impulso de correrse. Le gustaba la estrechez de Sherria. Siguió embistiendo sin detenerse y haciendo que el orgasmo de Sherria continuara un tiempo más.

—¡Oh, Díos, Natsu! Eres tan bueno, eres tan jodidamente bueno. ¡Voy a correrte otra vez! —chilló Sherria.

Más del dulce néctar de Sherria brotó de ella y se derramó por sus piernas hasta el piso de piedra. Se estaba formando un charco bastante grande.

—Mierda, voy a venir Sherria, ¿Dónde lo quieres? —preguntó Natsu con un gruñido.

—Dentro, Natsu. Lo quiero todo. Hazme un bebe también —gimió Sherria.

Natsu la embistió unas cuantas veces más y luego disparó su carga en el tembloroso coño de Sherria. Ambos respiraban agitadamente.

—Mierda, nunca me habían follado así... estoy tan celosa de Wendy —dijo Sherria jadeando en busca de aire.

Luego se separaron. Natsu parpadeó cuando Sherria saco unas bragas de su bolsillo y rápidamente se las puso.

—No querría desperdiciar un regalo tan bueno— dijo con una sonrisa y un guiño coqueto.

Natsu puso los ojos en blanco.

—Oh, déjame ayudarte —dijo Sherria, arrodillándose ante Natsu.

Natsu entonces observó cómo Sherria le limpiaba su miembro y chupaba sus bolas hasta que se corrió de nuevo. Luego lo limpió y se apartó.

—Tienes un sabor muy rico, Natsu —dijo Sherria lamiéndose los labios.

Desconocido para los dos, otras dos mujeres los estaban escuchando.

—Entonces ¿Te apuntas para subirte al tren Natsu... Kina?— susurro Mira al oído de Kinana.

La albina tenía a la pelivioleta en su poder. Sosteniendola desde su espalda, con una mano en sus bragas y la otra cubriendo su boca, para evitar que sus gemidos los delataran.

La pobre mesera solo pudo correrse en la mano de Mira, pensando que no eran los dedos de su amiga, ni los de Erik. Mirajane solo retiro sus dedos, mientras tras miraba la figura temblorosa de Kinana.

—Mmm, tomaré eso como un sí— dijo Mira, mientras chupaba sus dedos.


Kinana

Natsu fue a la dirección de Kinana. Paso por la puerta principal y llamo. Él scucho una voz masculina conocida grito y el sonido de pasos que se dirigían hacia la puerta. La puerta se abrió después de unos momentos y Kinana apareció en la puerta abierta con una mirada de sorpresa en su rostro. Llevaba ropa deportiva que acentuaba su cuerpo curvilíneo. Sus tetas parecían estar a punto de estallar de su camiseta sin mangas y sus pezones eran visibles debajo del material. Incluso se podía decir que los pantalones de yoga se le pegaban firmemente al culo.

—De verdad viniste!— susurró sonrojada.

—Por supuesto que lo hice. Mira dijo que necesitabas algo de diversión —dijo Natsu, cruzando la puerta y toqueteando su trasero.

—S-si... pero Erik está en casa y si nos pilla... —empezó Kinana, antes de que Natsu la atrajera para besarla apasionadamente.

Su otra mano se unió a la otra en su trasero y sus brazos lentamente rodearon mi cuello.

—¿Cobra sigue usando ese cacharro del Consejo que limita sus poderes?— pregunto Natsu.

Erik, ex miembro de Oración Seis, tenía vigilancia con un grillete anti-magico durante un mes luego de cierto evento donde se vio implicado. Algo de partirle la cara a un tipo que resultó ser un influyente hombre de negocios.

Con ese cacharro no podía usar magia... ni escuchar sus pensamientos.

—Sí— Kinana rió, mientras frotaba su entrepierna contra la de Natsu —Eso lo tiene amargado.

—Jodie, ¿Quién coño es? —gritó Erik desde el pasillo.

Inmediatamente, una expresión de disgusto se dibujó en su rostro y se dio la vuelta para que su trasero presionara contra la verga de Natsu.

—iEs Natsu, Erik! —gritó Kinana —¿Quieres un té, Natsu? —dijo, lo suficientemente fuerte para que su novio lo oyera.

—Me encantaría, Kina— dijo Natsu, usando su apodo.

Kinana empujó su culo burbuja contra la verga de Natsu una vez más antes de caminar por el pasillo. Él la siguió, con los ojos fijos en su trasero. Fueron directos a la cocina y ella comenzó a preparar un té. Natsu acercó a ella por detrás y le bajó los pantalones y las bragas, revelando su firme trasero y su coño. Natsu saco su miembro y empujó lentamente dentro de ella, ayudado por lo mojado que estaba su coño. Podía escuchar sus gemidos mientras continuaba preparando el té. Mirando hacia la sala de estar, pude ver la cabeza de Erik mientras miraba la televisión.

—Entonces, ¿Qué has estado haciendo, Natsu? Ha pasado mucho tiempo desde que te vi por última vez —pregunto Erik, sin siquiera voltear.

Kinana seguía empujando hacia atrás, intentando que Natsu entrara más profundo dentro de ella, mientras hablaba con su novio en esa misma habitación.

—No mucho. Acabo de terminar un trabajo en Hargeon con Lucy y nos encontramos con Yukino 一respondio Natsu, aumentando lentamente la velocidad de sus embestidas mientras medía cuán fuerte sería para no alertar a Erik.

—Eso es genial, ¿Qué hicieron?— preguntó Kinana está vez, poniendo sus manos firmemente sobre la mesa para estabilizarse.

—Solo tuvimos que patrullar la ciudad, ¿Y tú Cobra?—dijo Natsu, mientras le acariciaba el trasero y empujaba su verga más profundamente en su coño —Será mejor que sigas haciendo ese té— le susurro a Kinana al oído mientras Erik se quejaba de no poder salir de Magnolia.

Kinana simplemente asintió antes de continuar haciendo el té. Una vez que la tetera hirvio, tomó dos tazas y las llenó con el té recién hecho.

—Cariño, ¿quieres una taza?— preguntó Kinana, poniéndose de pie, lo que hizo que la verga de Natsu saliera de su coño.

Naysu se subio los pantalones antes de subirle a Kinana los suyos, no sin antes arrancarle las bragas como recuerdo, mientras desaparecía de mi vista.

—No, estoy a punto de salir a beber con unos amigos —respondió Erik, antes de entrar en la sala de estar adyacente.

En ese instante Natsu atrajo a Kinana hacia él cuerpo y le dió besos en el cuello, lo que provocó un gemido silencioso. Antes de que su novio se diera la vuelta, Natsu volvio corriendo al otro lado de la habitación y, por supuesto, se dio la vuelta después de oír el ruido. Ella se dio la vuelta y le sonrió a Natsu antes de darle una taza y entrar en la sala de estar.

Kinana se sentó al lado de Erik en el sofá y Natsu se acercó. Erik miraba fijamente la televisión y Kinana y Natsu bebían su té, dándose miradas seductoras todo el tiempo.

—Bueno, creo que me voy a ir, Kinana. Volveré mas tarde. Encantado de volver a verte, Natsu— dijo Erik sin mucho entusiasmo antes de levantarse y salir de la habitación sin siquiera darle un beso en la mejilla a su novia.

Tan pronto como la puerta se cerró, Kinana se puso de pie y lentamente se quitó los pantalones, mostrándo su coño que todavia goteaba, y se quitó la camiseta, revelando sus firmes tetas.

—Gracias a Dios que se fue. Ahora realmente podemos divertirnos un poco — dijo Kinana, juntando sus tetas seductoramente.

Ella se sentó ha horcajadas sobre la cintura de Natsu, mientras se frotaba contra su verga, lo que hizo que sus pechos se sacudieran. Natsu respondió, colocando un beso en cada teta y dándole una buena palmada en el trasero. Kinana se rió antes de dejar que la longitud de Natsu se deslizara dentro de su coño otra vez. Tan pronto como estuvo completamente dentro de ella, comenzó a montarlo. Kinana rebotó arriba y abajo sobre su verga rápidamente, sus tetas volando alrededor de su cara. Natsu tomo una en su boca y la chupó con fuerza, disfrutando cómo se sentía, mientras Kinana rebotaba. Sus manos descansaban en la parte posterior de la cabeza de Natsu y empujaba su cara más hacia sus hermosas tetas.

—Si, Natsu, cógeme el coño. Te sientes mucho mejor que Erik. Haz que solo te desee a ti, Natsu. ¡Dame tu polla una y otra vez, y criame como a Mira! —Kinana gritó, corriéndose dos veces en el espacio de una exclamación.

Nartsu se empujó profundamente dentro de Kinana y unió sus labios a los suyos, besándola apasionadamente. Natsu la levantó con su verga todavía dentro de ella y la llevó a su dormitorio, dónde la tiró sobre la cama, sin salir de su coño. Natsu sostuvo sus piernas, colocándolas en sus hombros, y empezó a follarla en una prensa de apareamiento, yendo incluso más profundo que antes. Mientras gemía y sus ojos se encontraron con los de Natsu, pudo ver su sumisión. Sabía que sus palabras anteriores no eran solo lujuria. Sus ojos se dirigieron hacia la parte posterior de su cabeza y babeó, su saliva fluyó por los palabras sucias y que ella quería decir lo que le había dicho antes.

Con eso en mente, Natsu aceleró. Sus caderas eran como un borrón mientras se empujaban contra las suyas. De repente, su cuerpo se quedó completamente flácido. Verla perderse por completo en el placer del momento acercó a Natsu a su inevitable orgasmo. Un momento después, Kinana se corrió sobre Natsu nuevamente, sus gritos alcanzaron su tono máximo y Natsu le siguió poco después. En segundos el coño de Kinana se desbordó con semen de dragón.

Natsu la miro, mientras yacía casi inconsciente. Kinana giró la cabeza y lo miró; la lujuria que había allí antes había sido reemplazada por amor al borde de la devoción.

—...No creo que lo mío con Erik funcione— susurro Kinana antes de caer en la inconsciencia con una sonrisa.


Evergreen

Evergreen estaba preocupada por su compañero mago. No físicamente, Natsu era brutalmente fuerte, y era, en esencia, su compañero de equipo perfecto para este trabajo. Lo cual era parte del problema. Habían entrado de incógnito en un casino/hotel operado por una supuesta banda de magos oscuros, y se disfrazaron de pareja de vacaciones. Sin embargo, con el tiempo, Natsu se había vuelto más posesivo, profundizando sus besos y manoseándola. Y la peor parte era que Evergreen estaba emocionada por ello.

Natsu era todo lo que amaba de Elfman y a su vez era, comparativamente, más refinado y estilizado. ¿Eso tenía sentido? Era como comparar un ogro con un dragón, ambos son fieroz y ambos son monstruos, pero la gente siempre preferirán al dragón sobre el ogro. ¿Eso la volvía superficial?.

Todo llegó a un punto crítico una noche cuando Natsu la empujó sobre su cama compartida y la besó sin sentido. Evergreen se hundió en el beso por un momento, antes de finalmente volver a la realidad y empujarlo.

—¿Qué estás haciendo, Natsu?— Evergreen trató de poner algo de enojo en su voz, pero la ira simplemente no estaba allí —¿Qué pasa con Elfman? ¿Y tus prometidas?.

—¿Qué pasa con ellos?— dijo Natsu encogiéndose los hombros — Ellas seguramente estén preparando tu cuarto en la mansión tras saber que iríamos de misión juntos. Y que yo sepa, Elfman y tú no son nada más que amigos.

Evergreen se devanó los sesos tratando de pensar, pero no se le ocurría nada que contra argumentar, era la pura verdad. Natsu aprovechó su vacilación y la besó de nuevo, esta vez también apretando las tetas regordetas. De repente se apartó y la miró directamente a los ojos.

—Puedo decir que quieres esto, pero si quieres que me detenga, solo dilo.

Evergreen intentó formar las palabras, pero simplemente no salieron. En cambio, extendió la mano y agarró la parte posterior de su cuello, tirando de su cabeza hacia abajo para besarlo. La ropa voló frenéticamente mientras los dos se olvidaban de todo en el calor de la pasión, hasta que Evergreen terminó tendida de espaldas con la cabeza de Natsu entre sus piernas. Su lengua serpentina se movió de un lado a otro sobre su clítoris, lamiendo arriba y abajo su raja que hizo que ella se retorciera y arrullara incontrolablemente. Elfman siempre había tratado el sexo oral como una formalidad, pero ahora la maga de la Tribu del Rayo estaba experimentando placer como nunca.

Sus ojos rodaron en su cabeza cuando sintió a Natsu deslizarse dentro de su coño empapado, su enorme verga estirando los límites de sus paredes elásticas. Las comparaciones con Elfman se hicieron aún más dolorosas cuando Evergreen sintió, por primera vez, que la empujaban hasta sus límites. Con un gemido, Ever pasó en espiral por otro clímax que le hizo curvar los dedos de los pies, su coño apretado también ordeñó la propia liberación de Natsu, la sensación de esperma caliente bombeando dentro de ella prolongando su orgasmo abrumador.

Evergreen estaba completamente preparada para que Natsu se cayera y se quedara dormido, pero en lugar de eso, sus ojos se abrieron en estado de shock cuando él la hizo rodar sobre sus manos y rodillas, y levantó sus caderas en el aire. Mientras Natsu procedía a destrozarla por detrás, Ever se dio cuenta de que esto era lo que había estado ansiando todo este tiempo; un macho con una verga enorme follándola hasta dejarla hecha una con el colchón. Y como Elfman Staruss claramente no estaba a la altura de la tarea, ella tendría que ser el vertedero de esperma de Natsu Dragneel por el resto de su vida.

Y lo peor de todo, es que ella amaría cada maldito segundo...


Meredy

Natsu salió de la habitación que compartía con Ever y se abrió paso cuando escuchó ruidos que provenían de la habitación de al lado. Miró a su alrededor y luego entró porque no necesitaba que lo notaran. Se encontró a una Meredy desnuda y masturbándose sobre el colchón. Estaba muy metido en ello, porque no noto su presencia. Natsu, sin embargo noto un hueco que conectaba con la habitación de al lado... su habitación y la de Ever.

Se aclaró la garganta, lo que hizo que la chica jadeara, intentando cubrir su voluptuosa figura.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Meredy asustada.

—Escuché ruidos y tuve que investigar. Ahora dime ¿Porque te masturbas, mientras nos espíabas?— preguntó Natsu.

La pelirosa se sonrojó muchísimo.

—Lo siento, pero soy un poco voyeur—dijo Meredy dócilmente —Por favor, no le digas a Jellal.

—Bueno, Meredy, hay una manera en que podemos llegar a un acuerdo —dijo Natsu con un brillo en los ojos.

—¿Qué es? Haré lo que se...oh —dijo Meredy mirando la tienda de campaña de Natsu y entendió lo que él quería —... Por supuesto, toma asiento y comencemos— dijo con lujuria.

Natsu se sentó en la cama. Meredy le quitó los pantalones y vio su verga. Era mas grande y grueso de cerca, y no sabía si cabría dentro de ella. Se puso de rodillas y comenzó a lamer y chupar a Natsu para que estuviera lo suficientemente húmedo para que pudiera caber dentro de ella más fácilmente. Una vez que estuvo lo suficientemente mojado, Meredy se levantó y se sentó a horcajadas sobre el regazo de Natsu.

Natsu agarró las caderas de Meredy y la ayudó a empujar hacia abajo sobre su falo. Meredy gimió y se tragó los sonidos más fuertes que quería emitir mientras la abrían en canal. Natsu era tan grande que estaba totalmente estirada. Ya era una chica pequeña con la que empezar. Así que tener una verga tan enorme entrando en ella era difícil.

Pronto ella estaba completamente sentada en el regazo de Natsu y nunca antes había estado tan llena. No tenía idea de cómo podía moverse con una herramienta tan grande. Natsu agarró las caderas de Meredy y comenzó a moverla hacia arriba, y hacia abajo. Fue difícil para Natsu porque Meredy era la vagina más apretada que había tenido. Incluso Wendy no era tan apretada y era virgen. Meredy no era virgen, pero estaba jodidamente apretada.

—Mierda, ¿Alguna vez te han follado? —dijo Natsu con los dientes apretados.

—Ummp, ¿Ultear con un arnés cuenta? —jadeó Meredy.

"Vaya imágen" Natsu pensó, preguntándose si no se supone que ellas se veían como madre e hija.

Le tomó algo de tiempo, pero Natsu finalmente encontró algo de control y pudo mover a Meredy hacia arriba y hacia abajo en su poste sin el temor de venirse demasiado pronto. Meredy luchaba por no gritar de placer y con una pizca de dolor mientras la verga más grande que jamás había visto la follaba.

Pero Meredy no pudo aguantarlo más.

—JODER, JODER, JODER. MIERDA. COGEME NATSU. COGETE MI COÑO APRETADO. COGEME BIEN —gritó Meredy, mostrando que grandes eran sus pulmones.

Sin que ambos lo supieran, una noqueadas Evergreen fue despertada por los gritos y ahora era ella la que hacía de voyeur al encontrar el agujero frente a su cama.

—DIOS MÍO— jadeó Meredy.

Ella sintió que su coño se contraía y sus jugos brotaban del espacio vacío que quedaba y salpicaban toda la ingle de Natsu. Él apretó los dientes para no correrse. Era difícil porque el coño de Meredy lo apretaba con mucha fuerza.

—¡Me encanta tu verga, Natsu! ¡Siempre me haz parecido lindo y divertido! ¡Pero, ahora que se que eres un maldito semental, me tienes completamente loca por tí!— gimió Meredy, confesándose a su amor infantil.

—Me estoy acercando —gruñó Natsu, mientras su respiración se volvía entrecortada.

Meredy simplemente apretó su agarre en su cuello y cerró las piernas alrededor de su cintura, mientras con un último sentón, Natsu se enfundó en su coño y se descargó, pintando su vientre de blanco. La avalancha de semen dentro de ella desencadenó el propio clímax de Meredy y mordió el cuello de Natsu para evitar gritar.

—Uff... gracias, Natsu... eres el mejor —jadeó Meredy mientras sentía la maravillosa y cálida sensación de semen viril bañando sus huevos fértiles.

Mientras tanto, en el más allá, Ultear lloraba de orgullo por como su hija adoptiva había atrapado a un buen marido...