Black
En otro tiempo hubiera sido tajante y rechazado todo lo se veía ante sus ojos.
Pero de un tiempo para acá no podía. Quizá era un episodio de depresión (muy probablemente) y parecía que esa mujer fuerte y decidida se había ido, o al menos así lo sentía en lo más profundo de su ser.
Su luz se había apagado porque sencillamente no había encontrado en ella algún nuevo comienzo, algo que fuera solo suyo y que no tuviera como objetivo brindarle algo a alguien.
Sin planearlo había dedicado su vida a la familia ¿y ella?
Durante un tiempo estuvo visitando la montaña Paoz y buscaba qué hacer para entretenerse pues los androides no se habían percatado de su existencia o simplemente no les interesaba un lugar tan remoto y pequeño.
Sin embargo, rápidamente se propagó el caos a todo el planeta y no parecía haber oponentes que pudieran hacerles frente a esos monstruos.
Desde luego, recordaba a Trunks, pero aquel chico estaba solo.
Y luego de un periodo todo se calmó. Bien dicen que nada dura para siempre por fortuna en algunos casos y por desgracia en otros.
El lector sabrá que esto es tan cierto como que no siempre las cosas son blancas o negras (de hecho casi nunca son) o que el mundo es una mezcla de cosas opuestas y esto no puede ser de otra manera porque si cualquiera pudiera cambiar el mundo ya no sería el mundo en sí, si no una concepción de lo que aquel que tiene poder para controlar desea o cree que es lo correcto y eso nos lleva al hombre que hizo posible lo imposible. Aquel que de lo que no existía en ese plano volviera pero siendo lo opuesto a lo que siempre fue como si hubiese sido desarmada y vuelto a armar desde cero a aquella existencia obra del creador que yace hoy en día en el paraíso.
Ese hombre que quiso cambiar al mundo por una utopía que nunca ha sido en ningún universo ni podrá ser jamás.
No puedo juzgarlo, porque yo he estado en sus zapatos pensando que poseo la verdad absoluta y la fórmula para cambiar al mundo y repararlo.
Esto fue lo que él pensó, pero cuando vio aquella figura femenina tan frágil ante sus ojos y tan delicada lo único que supo es que no tenía sentido matarla (al menos por ahora) y en aquella mente calculadora surgió una idea macabra y psicópata. Quería moldearla de la misma forma en que lo haría con el mundo, quería arreglarla porque no podía creer que hubiera alguien tan solitario y sin propósito dispuesto a ser arcilla en sus manos sin poner ninguna resistencia.
No parecía haber ningún ser e todo el universo con esas características y eso era fascinante y muy satisfactorio para su retorcida mente.
Claro que el placer de dominar aquel mundo era incomparable, pero había algo dentro de él, algo en su ego que deseaba dominar por completo una existencia, una que por su propia voluntad fuera de él. Si se hubiera percatado de que había tanta humanidad en aquel acto egoísta quizá habría retrocedido, pero a veces las oportunidades solo se presentan una vez en la vida y casi nadie es capaz de dejar pasar una oportunidad de dominar a otro ser humano e inflar su ego de manera tan placentera y efímera.
En tan solo unos segundos formuló ese plan y acto seguido se limitó a decir que todo estaría bien y que ese otro humano llegaría pronto.
Entonces se dirigió a la mujer y tuvo el deseo de matarla a sangre fría estando tan cerca de ella, se veía tan menuda y pequeña, encorvada y temerosa pero con una esperanza en sus ojos que jamás había visto, entonces se retractó de su intención asesina y como quien no quiere la cosa la tomó en brazos y emprendió el camino al que se suponía era su hogar sintiendo la respiración entrecortada de la mujer en su pecho. No quería pensar demasiado en lo que haría a continuación, tal vez porque si lo hacía se iba a arrepentir, así que solo se limitó a continuar atravesando el cielo con la pelinegra en brazos.
Milk
Dicen que nunca terminamos de conocer a las personas, que siempre estamos cambiando.
Pero el cambio que observaba en su [¿difunto?]esposo, el hecho de que no estuviera bromeando o diciendo que tenía hambre no correspondía al comportamiento normal de su amado.
De alguna manera era como si fuera invisible, como si tuviera miedo a hablarle, como si hubiera un riesgo incalculable de cometer un error y todo se fuera a desmoronar.
Quizá era el miedo a que él se fuera de nuevo, a que su imagen se desvaneciera como cuando murió y se convirtiera solo en una sombra, en un recuerdo de lo que un día fue y jamás volverá. Esa idea era impensable para ella, su corazón se paralizaba de solo pensar en ello.
¿Esa se convertiría en su nueva realidad o solo era una ilusión?
¿Cuánto tiempo la vida les permitiría disfrutar de ese sueño?
¿Qué tenía que hacer ahora para que él no se fuera?
Estos pensamientos la inundaban mientras el viento le despeinaba el cabello y se aferraba al cuello de su marido como si así nunca lo fuera a perder, como si temiera que se le escapara de las manos de nuevo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando llegaron a su casa, entró corriendo siendo seguida por él que caminaba vacilante.
Todo estaba en orden, la mesa, los platos, la sala todo estaba bien. Todo perfecto como ella lo dejaba siempre, había comida suficiente y se encaminaba hacia la cocina para preparar los manjares que hacía mucho no cocinaba, pero algo hizo que se volviera hacia su esposo nerviosa pero contenta y de manera muy dulce lo abrazó, él se tenso instantáneamente, sin embargo, con todo lo que black podía estar imaginando le correspondió, ella sintió raro, era un abrazo cálido, pero inseguro, como si hubiera algo que no estaba dicho.
Ignoró eso y pensó que tanto tiempo separados era una buena explicación para esa sensación.
Las relaciones cuando se toman una pausa se tienen que volver a fortalecer y ella estaba dispuesta a todo para estar con él, quizá ese fue el error que jamás supo que existía que nadie debe vivir para nadie y una sola persona no te puede hacer feliz, pero ella pensaba que sí, pensaba pero no sentía así, esa sensación fría no desapareció con ese abrazo.
-Bueno- se separó. -debes tener hambre, te haré algo de comer.-
Y acto seguido se dirigió a la cocina sin nada más que decir, él solo asintió.
Nunca había sido esposo, ¿Qué se suponía que iba a hacer? No lo sabía, salió de la casa pensativo, cosa que ella notó pero no quiso tomarle importancia y se puso manos a la obra.
Continuará….
Cuando empecé a escribir está historia pensaba solo en que Black engañaba a Milk pretendiendo ser Goku, pero creo que no me había puesto a pensar en cómo se siente estar en una relación en la cual el amor no es la razón de que dos personas estén juntas.
Ahora que empecé a escribir, solo pude pensar en plasmar la indiferencia que se siente en una situación así, porque la he vivido.
Espero que haya quedado bien el capitulo y agradezco sus comentarios, realmente hace un tiempo que no escribo y me siento algo insegura al respecto.
Muchas gracias por el apoyo y por su paciencia. Estuve escribiendo este capítulo hace meses, pero no pude publicarlo ya su no estaba en mi país.
Saludos a todos y mucha felicidad
