N.A: Llevo muchos años sin escribir y esta serie me hizo retomar las ganas de escribir mis ideas. Tengo muchas ideas para fics, pero decidí partir por esta que es algo sencillo y rápido, la narración y redacción quizás no seas las mejores, ya estoy fuera de forma.

Casi lo olvido, esta ambientado en la quinta temporada, pero en mi mente Hightower volvió a ser la jefa tras limpiar su nombre (ningún otro jefe queria a Jane como subordinado)

No tiene contenido explicito como tal, exceptuando los últimos mensajes de Jane.

Patrick Jane se encontraba recostado a lo largo de su sofá en el BIC. Era difícil distinguir si estaba dormido o sólo fingía. Su teléfono alertó un nuevo mensaje y Jane no pudo más que sonreír mientras lo leía. Era un recordatorio de Lisbon pidiéndole que borrara los mensajes anteriores. Inmediatamente respondió con un "No sé cómo, quizás deba pedirle ayuda a Van Pelt" . Cerró los ojos y volvió a dormír mientras resguardaba el teléfono en su bolsillo, volvió a sonar, pero no lo revisó, sabía que era alguna respuesta poco amable de la agente y eso lo hizo sonreír aún más.

—¡Jane! — un golpe en el costado del sofá lo despertó unos minutos después. Abrió los ojos solo para ver a Lisbon de pie a su lado y con cara de pocos amigos —¿En serio no sabes borrar mensajes? Dame tu teléfono.

—Bah, prefiero guardarlos y releerlos en otro momento —dijo sonriendo picaramente mientras sacudía la mano restando importancia, pero en voz lo suficientemente baja para que solo ella lo escuchara. Su sonrisa creció cuando vio que Lisbon se sonrojaba. Como iba a disfrutar esto.

—¡Jane! dame el maldito teléfono o sino…

—¡Lenguaje Lisbon! ¿O si no que? —replicó levantando los brazos, aún recostado en el sofá, casi parecía decir "Obtenlo tu misma", en respuesta ella volvió a patear el sofá —Cuanta violencia, ten.

—También puedo enseñarte a hacerlo y ya lo haces tu — propuso Lisbon, pero Jane ya iba camino a la cocina a preparar su primera taza de té del día.

Mientras Lisbon caminaba molesta a su oficina, llevando el teléfono de Jane en la mano, este la observaba desde la puerta de la cocina sonriendo, esto sería divertido.

Sin quererlo, ella le había dado una nueva arma para molestarla y hacerla sonrojar a la vez, aunque desgraciadamente funcionaba en ambas direcciones. Él tenía menos tapujos o tabúes a la hora de hablar de cosas más privadas y gracias al control sobre su propio cuerpo no estaría todo el día sonrojándose como adolescente, pero esas conversaciones lo perseguirán en sus sueños y como visitantes no deseados cada vez que la mirara.

Sin mencionar que habían desdibujado un límite que ya era muy borroso en su relación, "son solo conversaciones, no actuaremos en consecuencia" se dijo a sí mismo, nadie tenía porqué enterarse de que algo había cambiado entre ellos, no la pondría en peligro y mientras podía permitirse fantasear.

Con una taza de té en una mano, un café en la otra y una sonrisa radiante en su cara, se dirigió a la oficina de la Agente especial a cargo. En el camino saludó a Rigsby y Van Pelt que acababan de llegar "al mismo tiempo" y la pelirroja estaba visiblemente sonrojada. No tuvo dudas de que algo había pasado entre ellos tras el programa de radio del día de ayer, supuso que el fetiche de pies del locutor había hecho un favor a más de un integrante del equipo.

También se encontró con Hightower que caminaba a su propia oficina lanzando miradas discretas a la oficina de Lisbon. Lo ignoró concentrada en la llamada, parecía importante. Hablaba en voz baja, pero alcanzó a captar palabras como "imposible", "hace años", y "necesitamos más pruebas", pero no prestó demasiada atención. Había cosas más interesantes.

— ¡Jane! dile a Lisbon que en media hora quiero verla en mi oficina — le gritó a Jane antes de cruzar su puerta.

—Hightower dice que quiere verte en su oficina en media hora y traigo Café para que no estés de mal humor el resto del día —dejó el café en el escritorio. Totalmente inmune a la mirada que lo fulminaba, y se fue a sentar a su lugar en el sofá. Lisbon lo siguió con la mirada y cuando se dio cuenta de que no se iría, decidió fingir que no estaba ahí y volvió a su trabajo en el teléfono del asesor, presionando los botones una y otra vez.

- ¿Qué hiciste ahora, Jane? No importa, ya me enteraré por ella — Jane se rió y se acomodó en el sofá.

Jane bebió té para ocultar su sonrisa. Se preguntó si ella estaba leyendo los mensajes mientras los eliminaba. Veía sus ojos moverse recorriendo la pantalla, por lo que pensaba que sí, pero su rostro estoico lo hacía dudar.

Cuando Lisbon se sonrojó furiosamente y bajó la mirada, Jane supo que si los estaba leyendo y probablemente estaba leyendo el primer mensaje lascivo que había enviado ella misma como respuesta a un mensaje de él.

La noche anterior

Todo comenzó con tacones y fetiches de pies. El leve sonrojo de Lisbon en la cocina del BIC cuando sacó el tema solo para molestarla, quedó olvidado cuando después de medianoche recibió un mensaje de la agente medio en broma sobre el fetichismo de pies y preguntando si él también tenía un fetiche por los pies y los tacones. Entre bromas e información imparcial y un poco burlesca sobre los fetiches, sexo y seducción la conversación por mensajes continuó y paso de ser una conversación en forma general a ser algo mas personal, donde los involucrados eran ellos mismos.

Lisbon: "Al menos sé que estoy a salvo de los pervertidos de los tacones".

Jane: "¡Oh!, no lo creas, están en todos lados".

Lisbon: "hay algo bueno en no ser lo suficientemente atractiva para tentar pervertidos".

Jane: "¿Quién te mintió de esa manera?"

Lisbon: "No es nada de otro mundo, Jane, simplemente no tengo ese tipo de belleza cautivadora".

Lisbon: "No tengo ese 'algo' que hace que los tacones se vean "perfectos".

Jane ya no sonreía, parpadeo un par de veces más de las necesarias mientras leía los últimos dos mensajes de Lisbon ¿En qué momento y por qué la conversación había pasado de reírse de los fetiches de pies a Lisbon dudando de su atractivo?

Jane: "¡A mí me encantaría verte en esos tacones…"

Lisbon: "Seguro".

Jane sonrió ampliamente al notar el sarcasmo implícito en esa sola palabra, podía verla en su cama, con el teléfono en la mano, poniendo los ojos en blanco mientras se sonrojaba levemente.

Brevemente pasó por su mente la idea de que Lisbon tenía la impresión de que había elegido a Van Pelt para el papel porque la consideraba más atractiva. Lo que no era cierto, la había elegido porque 1.- Era mejor interpretando ese tipo de papeles, realmente no se imaginaba a Lisbon sonriendo ingenuamente mientras dejaba que el hombre la tocara, probablemente habría llevado su mano a su arma de forma instintiva. 2.- La tensión y la historia acumulada entre Grace y Rigsby era perfecta para el programa 3.- Lisbon realmente habria odiado usar esos tacones, aunque se hizo una nota mental para casos futuros, de preguntar primero.

Jane: "Mujer, tú solo tienes que sonreír para tener a cualquier hombre cautivado. No necesitas tacones"

Jane: "Aunque ahora no dejo de imaginarte en tacones, con un vestido a juego. Haré algunas compras"

Lisbon: "Que diablos Jane, no me compraras tacones"

Jane: "Oh no, ahora necesito verte con ellos, consideralo un experimento visual para mi placer. No te preocupes por caerte, yo te sostengo".

Lisbon: "Ja ja ja muy gracioso. Creí que no eras un pervertido de los pies".

Jane: "Bah! Di lo que quieras, no me perderé la oportunidad de verte en tacones y un lindo vestido. Te verás impresionante".

Lisbon: "Eres imposible. No caminaré como un pato solo para entretenerte."

Jane: "Por favor, Lisbon. Hazlo por mi"

Lisbon: "Como si de verdad quisieras verme de esa forma. Te encanta meterte conmigo ponerme nerviosa, pero te apuesto a que yo tambien podria ponerte nervioso a ti y no te gustaria"

Jane leyó el mensaje de Lisbon y dejó escapar una risa baja, mientras maquinaba una respuesta que pudiera mantener el ritmo del juego y no asustarla y si era posible ¿Por qué no? llevarlo aún más allá, sabía que estaba empujando los límites de la agente, pero esto se estaba poniendo interesante y estaba valiendo la molestia de escribir en su celular, algo que normalmente odiaba.

Mientras pensaba en la respuesta Jane se puso de pie y puso a calentar el agua para una nueva taza de té, esperaba que esta conversación se extendiera por varios mensajes más.

Pensó que no había mejor manera de conseguir una respuesta que retarla. Sabía que ella no se resistiria a querer tener la última palabra. Así que tecleo rápidamente

Jane: "Me encantaría ver cómo lo intentas ¿Qué harías?".

Jane:"Bah, no creo que la niña católica que habita en ti te deje sorprenderme"

Con el agua ya hervida, preparó su té mientras esperaba la respuesta. Pensó en las posibles respuestas de ella. No era algo tan difícil de responder, podia decir algo sobre cómo ya no lo dejaría esconderse de los familiares de las víctimas cuando fueran a agradecerle, o sobre cómo haría una purga de todo el te escondido en el BIC, pero una parte de él esperaba que ella considerase esa conversación como algo muy al límite entre un coqueteo y una buena, e íntima, amistad y no respondiera algo tan predecible como algo del trabajo.

Se sentó al borde de su colchón en el ático, iluminado únicamente por la pantalla del celular que descansaba a su lado. Bebia té cuando la alerta de mensaje sono.

Lisbon: "Oh, creeme, no quieres saberlo" .

Rio a carcajadas y tecleo rápidamente un "Cobarde" y esperó ansioso la respuesta, que tardó un par de minutos en llegar.

Lisbon: "¿Cobarde, dices? uff, ya quisieras, aunque me preocupa un poco tu insistencia.

Jane: "Oh vamos Lisbon, puedes hacerlo mejor que esto"

Se quedó sonriendo a la nada, imaginando a una Lisbon recostada en su cama pensando su respuesta, totalmente sonrojada buscando algo sarcástico o inteligente que la dejara con la última palabra. El hecho de que no hubiese respondido con algo estándar sobre el trabajo y que tardara tanto en responder le decía que estaba tomando esta conversación de la misma forma que él, como algo peligrosamente intimo.

Lisbon: "Igual no necesitaría hacer algo, bastaría con que supieras lo que pienso mientras estás recostado en mi sofá".

Jane casi escupe el trago de té que acababa de poner en su boca. No tenía claro qué respuesta esperaba, pero estaba seguro de que esa no. Se sintió como un adolescente hormonal y no como un hombre adulto y viudo. Aún así recobró la compostura y respondió con una sonrisa ¿Qué daño hacía jugar un poco más si ambos lo estaban disfrutando?.

Bebió un nuevo sorbo de té mientras imaginaba a Lisbon con una sonrisa triunfal. Finalmente, tecleó su respuesta, su sonrisa ensanchándose mientras las letras formaban palabras en la pantalla.

Jane: "¿Me estás diciendo que mientras yo resolvía crímenes, tú tenías pensamientos inapropiados sobre mi?"

Lisbon: "¿Quien dijo algo sobre ti o algo inapropiado? tal vez solo pensaba en como mi vida seria mas facil si te cayera el techo encima".

Jane: "Oh vamos, no seas mojigata, yo también tengo pensamientos sobre ti todo el tiempo".

Jane: "Para aclarar, si, pensamientos inapropiados"

El tono desinhibido de la respuesta de Lisbon lo dejó sin palabras y se sorprendió a sí misma enviando el mensaje sin pensar, fue una respuesta que surgió sin pensarlo y como ese primer mensaje no fue suficiente, escribió un segundo texto aclarando el primero.

Observo fijamente la pantalla del teléfono mientras deseaba poder recuperar sus últimos mensajes. Sentía que había traspasado un límite, algo en su interior se retorcía como señal de advertencia. Siempre fue consciente de los sonrojos que provocaba en su compañera y amaba hacerlo. Era casi como un deporte personal que le encantaba practicar, y no solo con los sonrojos, también le gustaba hacerla reir y como amaba hacerla rabiar, le gustaba como le miraba seriamente con el ceño fruncido, le daban ganas de suavizar su entrecejo con el dedo para hacerla sonrojar. Estaba seguro de que si ella fuera consciente de cómo disfrutaba verla enfurruñada con él, dejaría de enojarse.

Hace mucho tiempo que Teresa era mucho más que solo una compañera, primero pensó que era una amiga, pero luego el resto de su equipo también ascendió de compañeros a amigos y lo que sentía por ella seguía siendo diferente. Por años no se permitió buscar una respuesta a lo que sentía, solo tenia una conclusión obvia y es que ella era demasiado importante para él, el por qué era algo que no quería explorar.

Pero entonces se fue por seis meses, se acostó con Lorelei Martins y los celos de Lisbon que antes le parecieron divertidos, ahora le causaron angustia al ver que había un dolor real detrás, un dolor muy oculto, pero real. Por momentos quiso deshacer lo que había hecho, hacer lo que sea para capturar a Red John ya no le parecía justificación suficiente. Y fue entonces que comenzó a permitirse evaluar con mas detenimiento las emociones que la agente le provocaba.

La conclusión fue abrumadora y el saber que nada podía hacer al respecto fue devastador. No podía actuar en consecuencia de sus sentimientos, no sin ponerla en riesgo, no sin devastarla si el final de Red John era como esperaba.

Lisbon: "¿Así que todo el tiempo? Si me dices que piensas yo te digo lo que pienso cuando estás en el sofá de mi oficina o lo que pienso cuando me recuesto en mi cama por la noche"

Su corazón se aceleró cuando leyó el último mensaje, si no hubiese ya tragado su té, lo habría escupido de nuevo. ¿Era esto una especie de trampa? ¿Desde cuándo Lisbon estaba tan abierta a este tipo de conversaciones? esto era territorio inexplorado, normalmente ella se sonrojaria, avergonzaría o golpearía, no tan fuerte, pero bajo ningún concepto le respondería de la misma manera. Lisbon había cambiado las reglas del juego, y ahora él se encontraba sin el manual.

Si respondía algo demasiado atrevido podía traspasar un límite totalmente confuso, podía asustarla o hacer que algo se volviera incómodo entre ellos. Si por otro lado, esquivaba o respondía algo muy ambiguo, ella sentiría que había ganado y además la conversación podía perder el interés, y debía admitir que tenía mucha curiosidad por saber a dónde iba.

Jane: "¿Propones un intercambio de fantasías y pensamientos sucios? Me gusta, pero no es un intercambio justo. No voy a confesarte mis fantasías más oscuras para que luego digas que piensas que soy lindo. Lisbon, ya se que me encuentras hermoso"

Lisbon: "Mmmm no podría volver a mirarte a los ojos. ¿Y quien te dijo que creo que eres lindo?"

Jane leyó el mensaje de Lisbon y sonrió de lado, un suave calor se apoderaba de él ante la expectativa. Las posibles fantasías que ella pudiese tener se mezclaban con las propias y el calor que estaba invadiendo su cuerpo comenzaba a acumularse en una parte muy específica.

La espera se le hizo eterna por lo que dejó el teléfono en la cama improvisada y fue a servirse una nueva taza de té. Por un momento temió que Lisbon se hubiera quedado dormida, pero sabía que más bien estaba pensando en lo que escribir a continuación, ella inició y siguió esta conversación, ambos eran conscientes de que por muy molesto que Jane pudiera ser, jamás traspasaria un límite de ese tipo con ella, jamás la haría sentir incomoda de esa forma. Podía burlarse si, pero sabría cuándo detenerse.

Mientras tomaba la taza de té con una mano, con la otra tecleaba un leve mensaje. En un par de horas había texteado más que en casi toda su vida y adquirió una nueva capacidad para escribir en ese aparato tan pequeño.

Jane: "Sobra decir que jamás nadie se enterara de esta conversación, borraremos los mensajes y ni una palabra fuera de nosotros. Y que tampoco hay ningún problema si prefieres irte a dormir".

La respuesta de Lisbon fue inmediata, un escueto "Ok". El lado más racional de Jane le decía que debía aprovechar, terminar la conversación e ir a enfocarse en lo que estaba haciendo antes del primer mensaje o que podía apresurar las cosas enviando él una confesión primero, pero quería que fuese ella quien marcara el limite y el se acoplaria a este.

Lisbon: Me gustan tus manos. Cuando me acuesto por la noche, me imagino que mis manos son en realidad las tuyas.

Jane dejó la taza de té a un lado, su corazón latiendo con fuerza mientras leía el mensaje. Lo releyó una y otra vez convenciendose de que quien lo había escrito fue Lisbon. Claramente lo había sorprendido, le daba el punto. Era algo sutil, nada obsceno, pero que seguramente le había tomado toda su fuerza de voluntad. Iba en contra de su educación cristiana, su estricto respeto por las reglas y probablemente contra su moral confesarle algo así.

Y no tenía palabras para describir como lo hizo sentir. Saber que imaginaba sus manos sobre ella, acariciándola, tocándola de formas que él se había prohibido a sí mismo pensar. Y ahora estaba seguro de que todo ese tiempo y energía invertidos en no fantasear con tocar y hacer mil cosas más a la agente, sería un tiempo perdido.

Saber que ella se acostaba en su cama y se acariciaba a sí misma, pensando que era él quien lo hacia, no era algo que olvidaria facilmente.

Jane: "¡Agente Lisbon! ha hecho que me sonroje. Pero debo decir que si quieres mis manos sobre ti, solo debes pedirlo"

Releyó varias veces su respuesta, sabiendo que solo era un florero, no creía realmente que ella fuese a aceptar . Era consciente de que así como él respetaba sus límites, ella respetaría los de él. y actualmente él no podía permitirse ir más allá de una conversación, pero las razones ya no eran las mismas que hace un par de años.

Cuando volvieran al trabajo al día siguiente, él podría actuar normalmente con ella, utilizaría biorretroalimentación para desaparecer cualquier signo de nerviosismo o animosidad que hubiese podido causar en él, tenía experiencia en ello. Especialmente desde que se volvió dolorosamente consciente de cómo sus pantalones se ajustaban a sus curvas cuando subía una escalera o de lo bien que le quedaban los vestidos que utilizaba en las galas de beneficencia del BIC .

Era un hombre perdido y sediento en el desierto. Observando desde la distancia el espejismo de un oasis con el agua más deliciosa de la vida, y no podía tenerla. Si se acercaba al oasis y lo tocaba, desapareceria y nunca volvería a verlo. Él era el hombre sediento y Lisbon el hermoso oasis que solo podía admirar a la distancia.

Lisbon en cambio se sonrojaria cada vez que lo viera, algo de lo que él sacara el maximo provecho y amaría . También se avergonzaría y arrepentiría al inicio, pero después su relación volvería a ser exactamente la misma, volverían a ser ellos mismos con su confusa necesidad del otro.

Bebió lo último de su taza de té y se recostó nuevamente. Con el teléfono en su pecho y pensando qué le diría, porque ella no dejará pasar el hecho de que él aún no confesaba.

Tenía una gran gama de fantasías y pensamientos sucios que confesar desde algo tan inocente como admirarla mientras trabajaba a otras que harían sonrojar a una prostituta. Usualmente no se permitía pensar mucho en ello, en su otra vida siempre fue un hombre muy sexual . La vida sexual con su esposa había sido parte fundamental en su relación, ambos se criaron en una feria ambulante, ahí las normas sociales jugaban un poco diferente. Antes de ella el sexo había sido una nueva area de manipulación que aprender; saber como llevar a sus parejas al limite, hacerles sentir placer y llevarlas al borde sin siquiera tocarlas, hacer que lo desearan, saber que decir, cuándo actuar. Todo ello lo convirtió en un seductor nato, cuando quería.

Casi 10 años de celibato no lo hicieron perder el toque. Una sonrisa, una mirada, un leve toque podían hacer una gran diferencia aún fuera del sexo. Aunque sus tres agentes favoritas ya eran inmune a sus encantos habituales, sabía que incluso Lisbon, Van Pelt y Hightower podían caer si se lo proponía.

Lisbon: "Claro que vendrías. Probablemente saldrías corriendo como una

gallina antes de siquiera tocarme".

Jane: "¿Gallina? Oh, mujer, me subestimas. Que quede constancia de que si eso

pasara, no seria yo quien correria como una gallina"

Lisbon: "No me distraigas, cumple tu parte del trato. O solo era un truco

para que me confesara primero".

Jane: "Estoy herido de que pienses tan mal de mi. Si supieras las cosas que pienso

vivirias eternamente sonrojada".

Lisbon: "Uff, supongo que no ha de ser extraño que tengas pensamientos sucios.

Lo que no me creo es que los tengas por mi. Si me dijeras que tienes pensamientos

de ese tipo sobre Van Pelt o hasta sobre Hightower lo creería sin dudar".

Jane: "Percibo un poco de celos en tus palabras. Me halaga que te preocupe

quien ocupa mis fantasías".

Lisbon: "No son celos. Son hechos. Coqueteas con cualquier persona de la que quieras conseguir algo: Víctimas, testigos, sospechosos, colegas, jefes ¡Coqueteaste con sospechosas! que resultaron ser asesinas".

Lisbon: "Y sin intención de resolver un caso: intentaste e insististe en querer invitar a salir a Van Pelt, coqueteaste, perdón "empatizaste" con una viuda que mató a su marido por unos diamantes y ni hablar de Erica Flynn. Al menos podemos llegar al acuerdo de que claramente tienes un tipo de mujer".

Jane se rio entre dientes. El hecho de que ella fuera tan consciente de su interacción con otras mujeres siempre lo había entretenido, era evidente que prestaba atención y una parte de él almacenaba cada uno de esos momentos. Y quizás, solo quizás, a veces los provocaba con la sola intención de ver esa pequeña llama de los celos en ella. Provocar emociones en ella era un pasatiempo que disfrutaba mucho y complementa su día a día.

Sabía que no le estaba reprochando nada, de haber estado frente a frente ella hubiese girado los ojos y hablado con voz firme, pero con la amenaza de una sonrisa. Lisbon lo conocía lo suficiente para saber que nada de eso era serio, aunque en ocasiones dudaba y más que celos reales era un cabreo por lo que haría ahora.

Jane: "¿Y cual seria ese tipo?"

Mientras pensaba en que confesarle camino nuevamente hacia su tetera eléctrica. Una nueva taza de té le ayudaria a pensar. Releyó los últimos mensajes y si algo no le gustaba era la inseguridad que ella escondió entre líneas, como si quisiera dejar en evidencia que no había punto de comparación entre ella y las otras mujeres. Algo en lo que ambos estaban de acuerdo al parecer, pero de formas muy diferentes.

Lisbon: "Mmm altas, ¿rubias?, despampanantes, exuberantes y ¿Sensuales?"

El agua hirvió al mismo tiempo que recibió el último mensaje. Mientras preparaba el té la imagen de una mujer llegó hasta el frente en sus pensamientos, pero lo envió de vuelta a donde pertenecía, no era algo en lo que quisiera pensar en ese momento.

La mujer ideal que Lisbon le describió sólo coincidía con su esposa ya muerta, pero estaba seguro de que no era en quien ella pensaba cuando lo escribió. Aunque ella no fuese a admitirlo jamás, Jane estaba seguro de que esa conclusión era fruto de más de un análisis y se preguntó cuánto tiempo ella había dedicado a pensar en que tipo de mujer le atraía.

De vuelta en su colchón, sentado con sus piernas cruzadas y su taza de té en la mano, pensó en que decir a continuación. Podría decirle que había cosas más importantes que una apariencia bonita, pero suponía que eso no ayudaría y él quería que además de saber que ella era la persona más importante para él, era también la más hermosa, que soñaba con ver y tocar lo que la ropa escondía de él. Que se sonrojaría de solo ver lo que su cuerpo le hacia al suyo.

Jane: "Quizás, hace más de 10 años. Cuando era un adolescente hormonal. Hoy en día no tengo un tipo, no lo necesito porque no busco mujeres en primer lugar. En segundo lugar, no hay mujer por muy rubia, alta y exuberante que sea, que ocupe mis fantasías mas que mi pequeña, muy bien proporcionada y sexi detective de homicidio".

Dejo ese "mi" de forma intencional, para dejar claro su punto. Oh como se molestaría por lo de "pequeña", en el mundo fuera del BIC ella tenía una estatura promedio, pero en la oficina, rodeada de policías altos y grandes se veía más pequeña, más frágil. Y era un contraste que a él le encantaba, físicamente gritaba ternura y fragilidad, pero era solo la apariencia. Bastaba con una mirada, una orden y su tono autoritario e imponente hacían retroceder a hombres más grandes que ella. Y ni hablar de fuerza y destreza física, o puntería, ella era su caballero de brillante armadura.

Lisbon: "Aún me debes una confesión"

"Uff" resopló Jane divertido. La muy cobarde había cambiado descaradamente el tema. Sabía que ella estaba recostada en su cama, con la luz de la pantalla de su teléfono como única iluminación, totalmente sonrojada preguntandose porque continuaba esta conversación. Estaría utilizando alguna camiseta o polerón de sus hermanos como pijama, sin pantalones, no solía usarlos.

Bebió el resto de su té y volvió a coger el teléfono para teclear, una sonrisa traviesa se apoderó de su rostro mientras escribía. Sería vengativamente generoso.

Jane: "Seré bueno y te contaré dos pensamientos sucios que tengo sobre ti".

Jane: "Cuando estamos en tu oficina, y porqué no, en público también. Cuando comienzas a regañarme con las reglas y protocolos aburridos. Me dan ganas de callarte…con mi boca y mi lengua. Mientras te acaricio hasta que te olvides de lo que estabas hablando. Y si quieres saber como termina esa fantasía, normalmente contigo sobre tu escritorio".

Jane: "Desde que la primera vez que te desperté de madrugada estando en el campo, no dejo de pensar en ti en tu pijama, sin nada debajo, en lo fácil que sería acariciarte y desnudarte. En lo excitante que sería verte intentar no hacer ruido, porque el resto del equipo está en las habitaciones de al lado, me pregunto si morderias la almohada para no gritar".

Jane: "Ahora llevas uno de esos polerones gigantes de pijama. Solo en calzón, de esos deportivos de algodón, recatados para una buena chica católica. Y mis mensajes anteriores te afectaron más de lo que creias, asi que no pudiste evitar llevar tu mano hasta ahí, lentamente, sintiéndote culpable porque sabes que yo estoy al otro lado del teléfono, pero prefieres pensar que estoy ahí, que es mi mano la que baja por tu vientre y se mete en la tela".

Lisbon: "¡Demonios, Jane!"

De vuelta en el presente (al día siguiente)

Jane se recostó tranquilamente en el sofá mientras observaba descaradamente a Lisbon.

— No sonrías así —le recriminó ella sin mirarlo, estaba totalmente sonrojada. Jane no sabía si por el contenido de los mensajes, saber que la mitad los había escrito ella misma o los recuerdos de la corta llamada que compartieron luego de que él le dijera que hacer con sus manos simulando ser las de él, no hablaron, solo escucharon los débiles sonidos del otro mientras llegaban al climax imaginando que era otra mano la que los tocaba. Aunque suponía que era una mezcla de las tres cosas.

— ¿Así como?

— Como un lobo hambriento —dijo girando los ojos y mirándolo molesta, el sonrojo comenzaba a desaparecer. El teléfono de Jane en sus manos comenzó a sonar — Número desconocido.

— Déjalo así, volverán a llamar si es importante —dijo levantandose del sofá con un ágil movimiento. Fue a sentarse frente a Lisbon mientras ella lo miraba interrogante —. Se que dijimos que no hablaríamos de esto, Pero… No me interrumpes mujer. Solo quiero que sepas, aunque me parece innecesario de decir porque se que lo sabes, que jamás diré una palabra sobre esto y que mucho menos haré algo para afectarte en el trabajo o públicamente. Y que tampoco debes avergonzarte por tus pensamientos, es algo natural y tampoco es que tengas más vida fuera del trabajo, así que es normal que fantasees conmigo, soy tu mejor opción. Además es algo que va en ambas direcciones, en tu subconsciente sabes que eres correspondida y eso te permitió imaginar más allá. Sino no hubieras imaginado más de un beso si es que. Raro sería que tuvieras esos pensamientos con Rigsby o Cho — terminó fingiendo un escalofrío.

— Mmm ¿Gracias? —dijo mientras Jane dejó la silla e hizo ademán de salir de la oficina, pero en el último momento cerró la puerta y volvió al escritorio de la agente, donde apoyó las manos sobre la mesa y acercó el torso lo más posible a la mujer.

— Aunque ahora estoy seguro de dos cosas —dijo con una de sus grandes sonrisas, esas que le aseguraban que no venía nada bueno —. Primero: ahora estoy seguro de que haces sonidos muy bajos, fuera de tu oficina no se irían. Segundo: estoy seguro de que lo que te hace gemir tan bajo es la vergüenza, así que me preguntó cuánto se necesitaría para que gritaras — nada más terminó de hablar volvió a retomar su camino fuera de la oficina.

— ¡Callate, Jane! — tomó un borrador de su escritorio y se lo arrojó, dándole justo en la cabeza.

—Cuanta violencia — se quejó exageradamente, tocándose el lugar donde lo había golpeado.

—Jefa, tenemos un caso. — Van Pelt entró a la oficina topándose de frente a Jane que seguía quejándose exageradamente —. Jane, Rigsby dijo que te había enviado un mensaje urgente.

—Oh, Lisbon tiene mi teléfono — Jane esperaba que la pelirroja preguntarse el por qué, solo para ver la reacción de la otra agente.

— Estoy ayudando con algunas configuraciones.

— ¿En serio? Yo puedo hacerlo — dijo Van Pelt tan servicial como siempre.

— Por supuesto — dijo Jane con una sonrisa.

— ¡No! — casi gritó Lisbon mientras Jane se mantenía inmutable —. Ya terminé ¿Dijiste algo de un caso?

— Eh si, jefa, pero… —miró a Jane, quien se hizo el desentendido ¿Desde cuando no se le informaba de un caso? ¿Seria Red John? No, siempre le informaban, aunque Lisbon no estuviese de acuerdo. ¿Tal vez era algo de mayor seguridad? No, sino Van Pelt no sería quien trajera el mensaje —. La jefa dijo que solo podía decírtelo a ti y tu a resto del equipo.

¡Él también era parte del equipo! le pareció un insulto que prácticamente le pidiesen que abandonara la oficina, una oficina que no era suya claro, pero ahí pasaba gran parte de su tiempo, tenía derecho de antigüedad.

Van Pelt se veía nerviosa y evitaba mirarlo directamente, pero lo poco que pudo verle a la cara, vio lastima. Se preguntó si era algo relacionado con él, y que la razón de Hightower para que Lisbon se enterase antes, era para que pudiese lidiar con él, después de todo si hubiese sido algo de suma importancia, habría enviado a llamar a Lisbon. Pensó en hacer algún truco para que la agente hablara, no parecía ser necesario mucho.

— Esto me ofende profundamente, pero me iré y cuando Van Pelt se vaya y volveré a que me cuentes todo —dijo con una falsa sonrisa antes de abandonar la oficina y cerrar la puerta tras él.

—¿Qué pasa? —Lisbon perdió todo rastro de sonrisa o sonrojo, no era necesario ser un psíquico para notar que Grace está nerviosa y ¿triste?, eso sumado a la necesidad de secretismo, si era algo importante ¿por qué no había venido Hightower directamente a hablar con ella?

— Tenemos un problema jefa —dijo la mujer apresuradamente, casi corrió a sentarse frente a su jefa mientras le tendía una carpeta — Hace dos días encontraron a una mujer deambulando desorientada en los alrededores de Santa Helena. Unos niños la encontraron y le ofrecieron ayuda, estaba aterrada, les dijo que un hombre malo la había tenido secuestrada durante muchos años. Estaba alterada y aseguraba que el hombre la encontraría.

—¿Secuestro? A menos que este relacionado con alguno de nuestros homicidios, no veo por qué nos derivaron el caso.

— En realidad no nos corresponde, ni por Jurisdicción ni nada, pero, Hightower movio muchos hilos para que nos lo pasara. Quería decírtelo ella misma, pero tuvo que salir urgentemente y como Jane estaba aquí, ella no quería decirlo delante de él y sabía que no se iría si la veía aquí…

— Van Pelt, puedes decirmelo ya. Por que no necesito ser Jane para ver que estas muy nerviosa.

—Cuando la policía llegó, ella se desmayó así que no les pudo decir nada, pero le tomaron las huellas y exámenes de sangre. Resultó que nadie la estaba buscando, porque no estaba perdida. Se supone que estaba muerta. Según sus huellas es Ángela Ruskin.

Espero que les haya gustado, respecto al final, cuando dije que este fic era algo rápido y sencillo, mentí. La idea empezó con el final, se suponía que sería algo que explorara la relación de Jane y Lisbon durante la quinta temporada, post episodio 5x20, para luego presentar la trama que sería la aparición de Ángela. Pero esto no fue por el camino que esperaba y termino saliendo algo mucho mas liviano y un poco fuera de lugar. Sin embargo deje el final porque de verdad quería plantear esa posibilidad para ustedes ¿Qué pasaría si Angela estuviese viva de alguna forma?y dudo que realmente haga un fic aparte porque estoy trabajando en dos ideas, así que solo se quedo acá.