Aquello siempre me causó curiosidad. Era extraño, inusual, misterioso. No se me ocurrían más adjetivos a mi corta edad, pero la situación me despertaba más de un instinto.

Si se trataba de él, era un completo imbécil cuyas palabras hirientes eran muchas, al igual que las discusiones, pero, aun así, me seguía y protegía de cualquier persona, evento o cosa. No había forma de alejarlo, cumplía demasiado bien su función como mi guardaespaldas.

Por su parte, ella, se comportaba totalmente diferente: iba de compras tomada de mi brazo, me aconsejaba mientras comía algún postre y escuchaba siempre atenta cualquier queja mía, como la más delicada, refinada y enérgica de las chaperonas. Era mi amiga inseparable.

El problema es que nunca sabía con cuál de los dos me toparía en el desayuno o la cena. A veces uno de ellos pasaba días, semanas o meses en casa. Luego, el otro le reemplazaba sin decir agua va.

Por si fuera poco, un tercer elemento se sumó a los dos anteriores. Aunque este nuevo invitado sí que era fácil de reconocer: aparecía nublándole la razón y la humanidad ante el terror a su letal enemigo. Y para rematar lo absurdo, ese estado solo se revertía en mi regazo, donde pasaba horas hasta calmarse y regresar a un estado más humano.

Ya fuese en una u otra presentación, era un hecho que nuestras vidas estaban peculiarmente unidas, aun si ambos renegábamos, desde el día en que Mousse, el abogado de la familia, lo presentó ante nosotras tres.

Así como también era un hecho que en ninguna de sus versiones permitiría a hombre alguno acercarse a mí.

Celoso. Posesivo. Territorial. Que, para los efectos, se traducía en todo lo mismo, pues cada uno de ellos tres seguía reclamándome como suya.

Bien, eso realmente no me molestaba, Ranma siempre fue especial para mí y sé que yo para él significaba tanto que ni en sus momentos de irracionalidad atentaba nunca contra mí, pero aun así quise estar preparada en caso tal de que algo como esto llegase a suceder, estar lista para poder protegerlo.

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-Akane, a donde vas? Espera un poco-pidió Nabiki, siguiendo de cerca a su hermana menor, que había salido muy molesta después del anuncio de que Ranma se hallaba sólo en la casa del bosque para cumplir una de las cláusulas del testamento de su padre.

-Cómo que adónde? Iré por él, no voy a dejarlo en ese sitio, sólo, conociendo la historia de esa casa-determinó angustiada, intentando detener un taxi.

-Akane, por favor-continuó Nabiki-Ranma sabe cuidarse sólo, además solo será una noche...

-Estoy embarazada!- la interrumpió Akane, con lágrimas inundando sus ojos

Un silencio profundo se instaló entre las hijas menores de Soun Tendo ante la confesión inesperada.

- No dejaré que Ranma recaiga, voy a protegerlo, ahora más que nunca, entiendes?-aseguró Akane.

Nabiki no pudo más que asentir en respuesta y ver partir a su emocional hermana menor. Demonios, un sobrino en camino, pensó Nabiki. Bien, haría los ajustes pertinentes.

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Los rostros en la sala del juicio denotaban la tensión de los presentes. La joven abogada defensora, Akane Tendo, se ubicó frente al juez, para presentar sus últimos argumentos en el sonado caso que había sacudido a la ciudad de Nerima, llenando los titulares de la prensa y creando un amplio debate a nivel nacional durante los últimos dos años.

-Su señoría, permítame ser clara: mi cliente, Ranma Saotome, no es un criminal. En este momento, está siguiendo un tratamiento especializado con el doctor Tofu, un reconocido psiquiatra. Gracias a esto, su personalidad más agresiva, a la que los informes describen como "el gato ", ha sido completamente revertida. Esa versión de él ya no existe en su mente.

-¿Está diciendo que esa personalidad fue la responsable de las acciones en cuestión?- le increpó el juez levantando la ceja.

- Exactamente, su señoría.-respondió con seguridad Akane- Este hombre no era consciente de sus actos en el momento del incidente. Ahora, bajo el cuidado adecuado, es un individuo diferente. Sentenciarlo por algo que no pudo controlar no solo sería injusto, sería un error legal.

Akane respiró profundo, haciendo una pausa mientras miraba a todos los presentes en la sala.

-Mi cliente no cometió un crimen como usted lo entiende. Fue una víctima de su propia mente. Por eso, le solicito que considere su absolución, para que pueda continuar con su tratamiento en lugar de ser castigado por algo que no eligió.

El juez la miro detenidamente, con un gesto difícil de interpretar. Luego miró en dirección del acusado cuya mirada baja denotaba preocupación y vergüenza a partes iguales.

- Abogada Kuonji, ¿tiene algo que añadir a lo expuesto por la defensa?

-Por supuesto, su señoría – respondió Ukyo levantándose y dando un paso al frente hasta estar en medio de la sala.

Luego se giró lentamente hacia el jurado, mirándolos a los ojos mientras hablaba

- No estamos aquí para discutir el estado mental actual del acusado, sino para obtener justicia por las vidas que él arrebató. Es cierto que el acusado, Ranma Saotome, está recibiendo tratamiento psiquiátrico. Pero eso no borra los hechos. Tres personas están muertas: Tatewaki Kuno, el señor Kuno, padre del primero, y Ryoga Hibiki. Tres vidas truncadas brutalmente, y las culpables son las manos de ese hombre que ahora intenta refugiarse detrás de un diagnóstico médico-detalló con voz autoritaria.

Ranma estrujó sus manos, nervioso, cada vez que escuchaba los nombres de aquellos tipos, era como si algo dentro de él se rompiera.

- La defensa quiere que crean que este individuo no es un criminal porque, según ellos, "no era consciente de sus actos". Pero permítanme preguntarles algo: ¿Cómo es posible que este supuesto estado inconsciente lo haya llevado a cometer asesinatos con una precisión tan escalofriante? –continuó con sus alegatos mientras tomaba la carpeta de pruebas para, acto seguido, abrirla sobre el atril frente al jurado.

-Examinemos las pruebas. El acusado no solo atacó al azar; sus víctimas tenían una conexión clara con él. Los Kuno y Ryoga Hibiki, son personas con las que el acusado mantuvo una marcada enemistad durante su juventud. Entonces, díganme ¿Es otra coincidencia? Lo dudo.

La sala se llena de murmullos, algunos asienten y otros parecen estar en conflicto ante lo que escuchan.

- Estas fueron ejecuciones!-determina Ukyo

-Objeción, su señoría-clama Akane, poniéndose de pie-La fiscal está induciendo conclusiones en el jurado.

-A lugar-concluye el juez-Reformule, fiscal Kounji

-¿Qué pasa si dejamos que una persona así quede libre? ¿Qué pasa si esta supuesta "personalidad agresiva" reaparece? ¿Permitiremos que otro inocente pague el precio? Su señoría, respetable jurado, no podemos basarnos en promesas de un tratamiento. El riesgo es demasiado alto. La justicia no puede ser manipulada por diagnósticos o argumentos emocionales. Este tribunal tiene una responsabilidad con las familias de las víctimas. La fiscalía solicita la pena capital para Ranma Saotome, no como castigo, sino como una medida para proteger a nuestra sociedad.

La sala estalla en murmullos mientras la fiscal regresa a su lugar.

-¡Silencio en la sala!-exige el juez- La sala entra en receso.

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Todos los presentes parecen contener la respiración mientras el juez se dispone a leer el veredicto tras doce horas de deliberación.

- ¿El jurado ha llegado a un veredicto? - pide el juez

-Sí, su señoría- responde la vocera del jurado, quien le entrega el sobre al policía, para que se lo lleve al juez.

-"En el caso de Ranma Saotome contra el Estado, el jurado ha encontrado al acusado…-El juez hace una pausa y mira a través de sus gafas claras hacia el jurado y luego hacia Ranma- no culpable de los cargos de asesinato en primer grado"-anuncia

Se escuchan tanto voces de alivio como quejas entre los presentes.

- ¡Orden en la sala! –exige el juez, mientras ajusta sus gafas - Sin embargo, aunque el acusado no sea penalmente responsable debido a su condición médica, este tribunal no puede ignorar el peligro potencial que representa para la sociedad.

Ranma levanta la mirada, visiblemente asustado, mientras el juez fija los ojos en él. Akane sostiene su mano trémula, entrelazando sus dedos para darle animo.

- Por lo tanto, ordeno que el señor Saotome se someta a un régimen de terapia intensiva bajo la supervisión constante del Dr. Tofu durante un periodo mínimo de tres años. Durante este tiempo, será monitoreado estrictamente y llevará un rastreador en el tobillo para asegurar que no represente una amenaza para sí mismo ni para otros.

El juez hace una pausa, observando la reacción en la sala antes de añadir algo más.

- Además, el acusado será puesto bajo la tutela legal de la abogada Akane Tendo, quien solicitó asumir la responsabilidad de supervisar su cumplimiento con este tratamiento. Señor Saotome, esta no es una absolución. Es una oportunidad para demostrar que puede controlar su condición y reintegrarse a la sociedad. Le advierto, cualquier violación de estas condiciones resultará en medidas más severas tanto para usted, como para su tutora. ¿Queda claro?

- Sí… sí, su señoría-se las arregla para responder.

-Muy bien. Este tribunal queda en receso- concluye el magistrado, golpeando el mazo una última vez.

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-Y qué demonios significa "no culpable", habla en forma en la que pueda entenderte –Preguntó con molestia la mujer de corto cabello castaño- Pues por ahí hubieras empezado, ¡no era mas sencillo decir que lo dejaron libre, Mousse!-gritó exasperada, dando por terminada la llamada.

Nabiki Tendo se recostó en su silla giratoria y subió las piernas sobre el escritorio, bebiendo lentamente de su copa de vino.

En ese momento su vida era perfecta, ya no tenía que preocuparse por los Kuno; había recuperado el control total de los negocios de su padre y Akane había librado a Ranma con honores de una muerte segura, en el mejor de los casos, o una vida en prisión, en el peor escenario.

Definitivamente, apoyarla para que estudiara leyes fue también una gran decisión de su parte. Mejor no había podido resultar su plan.

-Bueno, parece que finalmente las piezas se han colocado en su justo lugar, no lo crees, papá-Nabiki sonrió mirando el enorme retrato de su padre colgado en su oficina, disfrutando de la paz y el poder que había alcanzado y, lo mejor de todo, sin perder un solo centavo.

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Nota de la autora: Holis, esta historia ha llegado a su final. Después de mucho pensarlo, no quise dejar a Ranma como culpable, no me pareció justo... En fin, estoy aprovechando mis vacaciones inesperadas para escribir los finales pendientes.

Espero que la lectura les haya sido agradable (y si no, igual gracias por leerme), besos desde la cintura de América!.