Minato al salir de la tienda sintió el bullicio de Vale, era constante, las voces de los comerciantes, los murmullos de los transeúntes y el sonido de los carros fusionándose en un eco lejano. Sin embargo, ninguna de esas distracciones lograba apartar de su mente una inquietud persistente.
Esa sensación había regresado.
La misma opresión invisible que había sentido camino a Vale, aquella presión sutil pero innegable que le hacía sentir como si unos ojos lo siguieran en cada paso. Respiró hondo, agudizando sus sentidos al máximo, pero por más que concentraba su instinto ninja, no lograba identificar una presencia concreta. Era como si lo acechara una sombra sin forma, sin dejar rastro tangible de su existencia.
Pero Minato estaba seguro de algo: lo estaban observando.
Mientras avanzaba, su mente divagó hacia los acontecimientos del día. No pudo evitar recordar el incidente con Weiss Schnee y los faunos. Aún podía visualizar el momento en que ella apareció, con su porte elegante y decidido, atrayendo la atención de todos los presentes, incluyendo la suya. No era solo su apariencia llamativa lo que captaba miradas, sino una tensión latente en el ambiente, un recelo palpable entre la joven y los faunos. Había algo más profundo en esa relación, una historia que Minato no comprendía del todo... aunque no era momento de analizarlo. Podría pensarlo después.
Lo que realmente le había sorprendido, bueno, a Minato lo había sorprendido muchas cosas hoy, pero una de esas cosas eran las habilidades de Weiss.
Minato se había mantenido alerta, preparado para intervenir si alguno de los faunos intentaba atacar. Pero, para su sorpresa, fue Weiss quien tomó la iniciativa. Sin dudarlo, desató un despliegue impresionante de habilidades, invocando hielo, incluso uso en algún momento de la pelea uso viento. No esperaba que alguien como ella tuviera ese tipo de poder.
Entonces, todo comenzó a tener más sentido. Los cazadores en este mundo poseían habilidades especiales, muy similares a los jutsus de los ninjas en su mundo. Así era como combatían a los Grimm, utilizaban estas habilidades en la batalla. Sin embargo, Minato notó algo importante: Weiss carecía de experiencia. Su estilo, aunque elegante y metódico, estaba lleno de errores. Se dejó llevar por sus emociones y mostró debilidades evidentes en su estrategia, entonces se podría considerar a Weiss por sus estilo alguien novata o sin experiencia en el campo de batalla, lo que quería decir que en este mundo podía existir gente más poderosa.
Aun así, le asombraba su determinación. Había intentado ayudarlo, pero lo que más llamó su atención no fue su intervención, sino sus palabras.
"¿Esa velocidad tuya es tu Semblante?"
Minato frunció el ceño al recordar la pregunta. No tenía idea de qué era un "Semblante", pero Weiss había hablado de ello con tanta naturalidad y al asociar la palabra con una habilidad en concreto como es la velocidad, dedujo que debía ser algo común entre los cazadores. Poco a poco, las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar en su mente. Si los cazadores poseían habilidades especiales, entonces lo más probable era que el "Semblante" fuera el nombre de estas capacidades.
No tenía sentido que después de usar una velocidad increíble se preguntara sobre si tenía tal cosa, que tenía una increíble velocidad eso no se discutía, pero que se refiera a ellas como la consecuencia de algo, en este caso "Semblante" y no como la acción en sí.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un escalofrío recorriendo su espalda. La sensación de ser observado seguía ahí, persistente.
Minato afiló la mirada, sus músculos tensándose ligeramente. Si no podía detectar a su perseguidor con sus sentidos habituales, entonces debía asumir la posibilidad de algo más. ¿Podría tratarse de alguien con una habilidad de sigilo avanzada? Una técnica capaz de ocultar su presencia más allá de lo que su percepción podía captar.
Respiró profundo y tomó una decisión.
De repente, sin previo aviso, aceleró el paso, deslizándose entre la multitud de Vale con movimientos fluidos. Sus pasos eran ligeros, casi imperceptibles, y pronto comenzó a correr con velocidad creciente. Las calles se convirtieron en un borrón a su alrededor mientras tomaba giros inesperados, adentrándose en callejones estrechos y oscuros.
Si alguien lo seguía, tendría que revelarse o perder su rastro.
Cuando sintió que había logrado deshacerse de su perseguidor, se desvió hacia un callejón que había marcado mentalmente más temprano en su recorrido. En un instante, no había necesidad de dejar un kunai, su propio sello era suficiente para transportarse en un instante, aquel que había marcado discretamente en ese punto más temprano, por si llegaba a necesitarlo.
En un parpadeo, Minato desapareció.
Reapareció en la zona segura que había preparado de antemano, oculta de miradas curiosas. Apoyó la espalda contra la fría pared de piedra, cerrando los ojos por un momento mientras reflexionaba sobre la situación.
"Si no pueden encontrarme ahora, significa que dependían de seguirme visualmente... pero si vuelven a encontrarme, sabré que se trata de algo más."
Minato permanecía en el callejón, inmóvil, con la espalda apoyada contra la pared de ladrillos ásperos y las sombras envolviéndolo por completo. Sus ojos, entrecerrados, escaneaban la oscura entrada que daba a la calle principal, atento a cualquier movimiento, cualquier indicio de que aquella sensación volviera.
Sin embargo, pasaron los minutos, luego casi una hora... y nada.
Tal como lo había anticipado, la sensación de ser observado se había desvanecido por completo desde que utilizó su técnica para alejarse. Aquella desaparición repentina había logrado confundir a su perseguidor, si es que realmente había alguien allí.
Pero Minato no bajaba la guardia.
Respiró hondo y decidió que ya era suficiente. Sin hacer ruido, se impulsó hacia la pared opuesta con un salto calculado, ascendiendo ágilmente con movimientos fluidos hasta llegar al borde de uno de los edificios cercanos. Sus manos se aferraron al borde con facilidad, y en cuestión de segundos, se encontraba en la azotea, oculto entre la penumbra de la noche. Desde ahí, podía observar la ciudad extendiéndose ante él, las luces parpadeantes de los letreros, el ir y venir de la gente que aún recorría las calles.
Minato se tomó un momento para pensar.
"Necesito información."
Lo que Weiss le había mencionado sobre el Semblante no dejaba de rondarle la cabeza. Su deducción inicial apuntaba a que se trataba de una habilidad especial, similar a los jutsus de su mundo, pero no podía basarse solo en suposiciones. Necesitaba respuestas concretas.
Minato se desplazó por la azotea hasta encontrar un punto desde donde pudiera observar mejor la ciudad. Tal vez, si escuchaba a la gente, si prestaba atención a las conversaciones o si lograba infiltrarse en algún sitio clave, podría obtener las respuestas que necesitaba.
Acomodándose en un rincón seguro de la azotea, cerró los ojos por un momento, permitiendo que su mente se despejara. Sabía que no podía resolver todo en una sola noche. Por ahora, su prioridad era descansar y aprovechar el amanecer para buscar información.
—
El sol comenzó a asomar en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Minato abrió los ojos lentamente, sintiendo el aire fresco de la mañana contra su rostro. Se incorporó con calma, sintiendo la tensión acumulada en sus músculos tras haber dormido en la fría superficie del techo.
Sin perder tiempo, comenzó su rutina de estiramientos. Había que seguir estrictamente cada mañana una serie de movimientos metódicos para comenzar el día con más energía. A pesar de estar en un mundo desconocido, no podía permitirse perder sus hábitos. Necesitaba que su cuerpo se mantuviera en óptimas condiciones si quería sobrevivir.
Mientras realizaba los ejercicios, su mente volvía a enfocarse en su objetivo: encontrar información sobre los cazadores y sus habilidades. No podía permitirse actuar sin conocer más sobre este mundo. Cada fragmento de información que lograra reunir sería crucial para su próximo paso.
Finalmente, tras completar su rutina, Minato tomó aire profundamente y se preparó para descender a las calles.
Era hora de moverse.
Minato recorrió las calles de Vale con paso calmado, no había necesidad de mostrarse como un forastero perdido, sus ropas no ayudaban pero su comportamiento tal vez si. Había pasado un par de horas intentando recolectar información sin llamar demasiado la atención, escuchando discretamente las conversaciones de los transeúntes y observando los escaparates de las tiendas. Sin embargo, la mayor parte de lo que había captado eran simples rumores y chismes que carecían de detalles concretos.
Uno de los murmullos que más escuchó mencionaba una supuesta organización terrorista compuesta por faunos, pero los comentarios eran vagos, y nadie parecía querer hablar abiertamente del tema. Minato se preguntó si podría haber alguna conexión con los faunos que lo atacaron el día anterior, pero sin más detalles, no podía sacar conclusiones precipitadas.
Por otro lado, había encontrado algo más tangible: algunas tiendas exhibían informes de noticias en pantallas de cristal que mostraban titulares sobre ataques recientes y patrullas intensificadas en varias zonas de la ciudad. Minato se detuvo un momento frente a una de esas tiendas, observando con atención las imágenes de cazadores patrullando las calles y entrevistas con ciudadanos preocupados.
No obstante, su presencia prolongada frente a la tienda no pasó desapercibida. Poco a poco, algunas personas comenzaron a lanzarle miradas curiosas, e incluso un par de transeúntes parecían susurrar entre ellos mientras lo observaban de reojo. Minato se dio cuenta de que, no era común quedarse demasiado tiempo observado afuera de una tienda, estaba llamando demasiado la atención. Suspiró internamente y decidió que era mejor seguir su camino antes de levantar más sospechas.
Continuó caminando, sumido en sus pensamientos. La información que había reunido no era suficiente; necesitaba algo más concreto, algo que le permitiera entender mejor este mundo. Fue entonces cuando sus ojos se posaron en un edificio discreto pero elegante: una librería.
Minato observó el letrero de la librería: "Intercambio de Libros Tukson". El lugar parecía modesto, pero acogedor, con grandes ventanales que dejaban entrever las estanterías llenas de libros en su interior. Confirmando que estaba abierta, decidió entrar.
Al cruzar la puerta, un suave tintineo resonó en el ambiente tranquilo. Lo recibió un hombre de aspecto robusto, con una camisa beige de manga corta que tenía detalles en negro y una cremallera que llegaba justo por debajo del cuello. Debajo llevaba una camiseta blanca que resaltaba sus brazos musculosos y peludos. Su cabello era corto y sencillo, con patillas que enmarcaban su rostro.
—Bienvenido —saludó el hombre con una sonrisa amigable.
Minato le devolvió el saludo con una leve inclinación de cabeza, manteniendo su expresión serena.
—¿Buscas algo en particular? —preguntó el hombre, observándolo con curiosidad.
Minato negó con suavidad.
—No realmente. Quería ver qué podría llamarme la atención.
El hombre asintió, con un gesto tranquilo.
—Adelante, échale un vistazo a lo que quieras. Hay de todo un poco.
Minato le dedicó una leve sonrisa antes de avanzar entre las estanterías, recorriendo con la mirada los títulos dispuestos con orden. Había libros de historia, novelas de ficción, guías sobre Grimm y hasta manuales sobre combate y táctica.
Mientras paseaba por la sección de lectura, su atención se centró en una joven de cabello negro que se sentaba en una mesa cercana, absorta en un libro. Su postura era relajada, pero sus ojos recorrían las páginas con una concentración casi cautelosa. Sin duda, no parecía alguien que estuviera leyendo por simple entretenimiento... o eso creían no podía distinguir el título del libro.
Capaz solo estaba leyendo porno como el maestro Jiraiya, pero la chica no parecía de esa clase de gente perversidad, se veía como imagen chica seria.
Minato decidió ignorar a la chica y centrarse en su objetivo. No tenía tiempo para distracciones. Sus ojos comenzaron a recorrer los lomos de los libros, filtrando los títulos con atención. Había una amplia variedad de textos que podrían serle útiles: guías sobre Grimm, libros de historia de Remanente, tratados sobre las academias de cazadores... Pero todo eso podía esperar. Lo que necesitaba en este momento era información sobre los Semblantes.
Se movió con calma, deslizando la yema de sus dedos por los estantes polvorientos mientras leía cada título con cuidado. Algunos mencionaban estrategias de combate, otros hablaban sobre la evolución de las armas a lo largo de la historia, pero no había nada que indicara directamente lo que buscaba.
Minato suspiró internamente. No esperaba que fuera tan complicado encontrar información sobre algo que parecía ser un conocimiento común en este mundo. Sin embargo, no se rindió y continuó su búsqueda, examinando cada rincón de la estantería hasta que finalmente encontró algo.
Un libro de tapa dura, con un diseño sencillo pero llamativo, llevaba por título "El Arte del Semblante: Despertar, Control y Perfeccionamiento." Minato entrecerró los ojos, evaluando la portada antes de sacarlo cuidadosamente de su lugar. Lo abrió, hojeando rápidamente las primeras páginas, tratando de captar la esencia de su contenido.
Parecía ser un texto introductorio, explicando la naturaleza del Semblante como una manifestación del alma de cada individuo, su desarrollo con el tiempo y su relación con el aura. Aunque no comprendía completamente los términos, la información parecía prometedora.
Mientras seguía leyendo, sintió una presencia cerca. Levantó la vista apenas y vio a la joven de cabello negro mirándolo de reojo desde detrás de su libro. Fingió no notarlo y continuó con su lectura, preguntándose si debía quedarse en la tienda un poco más o llevarse el libro con él.
Pero no tenía dinero, no creía que podría llevárselo prestado y tampoco le gustaba la idea de robarlo, Minato alzó la vista vio de nuevo a la chica leyendo. Decidió entonces seguir el ejemplo y leer aquí, Minato confiaba en sus habilidades de comprensión y lectura, para terminar esto rápidamente.
Minato siguió leyendo de pie por lo que parecían horas, inmerso en las páginas del libro. Al principio, la terminología le resultaba extraña, pero el texto estaba sorprendentemente bien estructurado, diseñado para que cualquier lector pudiera comprenderlo con facilidad.
"El Semblante es la manifestación de un poder innato y personal; como una habilidad única para cada individuo, con los efectos variando mucho de un usuario a otro. Se observa que el Semblante puede representar un aspecto del carácter de sus usuarios. Sin embargo, el Semblante de una persona puede ser similar al de sus padres u otros familiares."
Minato entrecerró los ojos, reflexionando sobre esas palabras. Si cada Semblante era único, entonces su velocidad podría ser considerada algo similar, pero... ¿innato? No. Su velocidad era producto de años de entrenamiento, de técnicas perfeccionadas a lo largo del tiempo. Si el Semblante reflejaba la personalidad de alguien, ¿qué diría eso sobre Weiss? Su control sobre el hielo parecía predominar en su estilo, su postura firme pero emocional...
Pasó la página, buscando más información. El libro mencionaba que el Semblante estaba estrechamente ligado a algo llamado Aura, una energía que protegía al usuario y le permitía potenciar sus habilidades físicas y espirituales. Minato sintió un leve escalofrío al leer eso. ¿Era el Aura algo similar al chakra?
Siguió hojeando el libro, absorbiendo la información con una concentración absoluta, hasta que un suave movimiento a su lado llamó su atención. La chica de cabello negro que había notado antes parecía estar mirándolo de nuevo, esta vez con más descaro. Minato fingió no darse cuenta, pero la presencia constante de la joven le resultaba difícil de ignorar.
Con un suspiro leve, decidió que quizás era hora de hacer algo que normalmente evitaría: preguntar. Cerró el libro con cuidado y, sin apartar la vista de la portada, habló con voz tranquila.
—Disculpa... ¿Sabes si hay más libros sobre Semblantes?
Después de que Minato hizo su pregunta, la chica apenas reaccionó. Si se sorprendió, no lo demostró en lo más mínimo. Con una expresión neutral, cerró su propio libro con un movimiento pausado y se levantó en silencio. Sin dirigirle una palabra, caminó hacia una estantería cercana y recorrió con la mirada los lomos de los libros, como si ya supiera exactamente lo que buscaba.
En cuestión de segundos, extrajo un volumen de aspecto algo desgastado y volvió hacia Minato. Sin mediar palabra, extendió el libro hacia él, sus ojos ámbar observándolo con una mezcla de curiosidad y cautela.
Minato tomó el libro con un leve asentimiento.
—Gracias.
La chica no respondió. Simplemente volvió a su asiento con la misma actitud reservada de antes, retomando su lectura como si nada hubiera pasado. Minato la observó por un momento. No había esperado mucha interacción, pero su silencio absoluto le pareció... peculiar. Decidió no insistir y desvió su atención al nuevo libro en sus manos.
"Semblantes y Aura: Tipos, Teorías y Aplicaciones"
El título prometía más detalles de los que el libro anterior había proporcionado. Minato se acomodó mejor, apoyando el libro contra una de las estanterías, y comenzó a leer.
Las primeras páginas explicaban que, aunque los Semblantes eran únicos para cada individuo, podían clasificarse en categorías generales según sus efectos y naturaleza: ofensivos, defensivos, de soporte y algunos más difíciles de categorizar.
"Los Semblantes ofensivos se manifiestan a menudo en forma de mejoras físicas o habilidades de combate directo, como aumentar la velocidad, la fuerza o incluso manipular elementos en formas avanzadas."
Minato frunció el ceño. Eso encajaba con lo que había visto de Weiss, pero le seguía costando entender si su propia velocidad podía considerarse algo semejante. Pasó la página, encontrándose con secciones sobre entrenamiento, desarrollo y límites de los Semblantes, conceptos que podrían serle útiles más adelante.
Sin embargo, mientras continuaba leyendo, no pudo evitar lanzar una mirada fugaz hacia la chica de cabello negro. Había algo en ella que le resultaba familiar… no en el sentido de haberla visto antes, sino en su actitud reservada, en la forma en que mantenía su atención en el libro, pero estaba claramente al tanto de su entorno. Minato reconocía a alguien acostumbrado a estar alerta.
Volvió su atención al libro. Había venido por respuestas, no por distracciones.
Minato leyó atentamente cada línea, absorbiendo la información con la concentración propia de un shinobi en misión.
"Los que usan Semblanzas son capaces de manipular ciertos fenómenos físicos según la naturaleza de su poder. Algunos individuos pueden usar Aura para crear o generar algún efecto deseado, siendo los más destacados las interrupciones repentinas en el movimiento y/o ráfagas de impulso."
Esto llamó especialmente su atención.
Si una persona en este mundo puede moverse usando su velocidad y control de entorno para mantener la ventaja. A primera vista, parecía algo similar a ciertas técnicas ninja que utilizaban chakra para potenciar el cuerpo, pero aquí funcionaba bajo un concepto diferente.
¿Podrían existir una persona con más de un Semblante? Por lo que había leído... No, ya que para tener más de uno necesitarías tener más de una alma o eso entendió Minato, al ser una manifestación de esta última no tiene sentido que haya más de una.
¿Pero un Semblante puede tener varias habilidades?
Aún está por verse.
"Otros tienen la capacidad de mejorar su rendimiento, logrando moverse a velocidades increíbles."
Minato entrecerró los ojos, evaluando la posibilidad de que su propia velocidad pudiera ser confundida con un Semblante. Su técnica del Hiraishin no Jutsu no dependía de la fuerza física ni de la mejora del cuerpo, sino de una manipulación compleja del espacio-tiempo, algo que este mundo aparentemente desconocía. Sin embargo, para quienes no entendían su origen, era fácil asumir que su velocidad sobrehumana era simplemente otra manifestación de la Aura.
"También hay quienes pueden generar y/o manipular un aspecto específico de la naturaleza."
El recuerdo de los ataques de Weiss volvió a su mente. Su habilidad con el hielo y el viento era algo digno de admiración, pero le hacía preguntarse si todos los cazadores podían controlar elementos tan específicos.
"Sin embargo, también existen Semblanzas que dependen de factores externos para funcionar."
Esto le pareció interesante. Se preguntó si habría alguna habilidad que dependiera de armas u objetos, como su propio uso de los kunai marcados. Quizás podría camuflar su técnica bajo esa idea si alguna vez se veía obligado a usarla frente a otros.
Minato dejó escapar un suspiro leve, cerrando el libro momentáneamente para procesar la información. Al menos ahora tenía una base sobre cómo funcionaban las habilidades en este mundo. Pero aún le faltaban mucho por aprender.
A su lado, la chica de cabello negro parecía seguir absorta en su lectura, aunque Minato notó cómo sus orejas, ocultas parcialmente bajo su moño, parecían moverse ligeramente en respuesta a los sonidos de la tienda.
Minato retomó la lectura, decidido a seguir investigando más antes de sacar conclusiones definitivas.
Minato tomó el libro con interés, observando el título grabado en la portada: "Polvo: Energía Elemental en la Era Moderna. Aplicaciones en Armas de Última Generación".
La portada mostraba una ilustración llamativa: un cristal brillante de un intenso color azul, incrustado en lo que parecía ser una espada de diseño complejo, con múltiples compartimentos y mecanismos que Minato no terminaba de comprender del todo.
"Polvo..." pensó mientras hojeaba las primeras páginas. En su mundo, hay dos tipos de polvos o de conceptos de polvo.
El polvo común, que era simplemente eso, partículas finas de tierra o ceniza.
Y el otro es el elemento Polvo, es unKekkei Tōta, unanaturalezaavanzada delChakraque se logra combinando los elementosTierra,
FuegoyViento. Es un forma de manipulación única, normalmente losKekkei Genkai son la combinación de dos elementos, pero este utiliza tres, algo exclusivo para el.
Es considerado uno de los elementos más destructivos existentes en el mundo ninja.
Y no es para menos, después de todo, esta naturaleza le permite al usuario manipular moléculas lo que les da la capacidad de desintegrar cualquier cosa a nivel molecular.
Pero aquí parecía ser algo completamente diferente.
El libro comenzaba con una introducción bastante técnica, explicando que el polvo en Remanente era una fuente de energía natural con diversas propiedades elementales, dependiendo de su tipo y procesamiento. Minato leyó en silencio, subrayando mentalmente los puntos más importantes.
"El polvo se presenta en diferentes formas elementales, como fuego, hielo, viento y electricidad. Estos elementos pueden ser utilizados de manera individual o combinados para crear efectos más complejos y devastadores."
Esto le hizo pensar en las habilidades de Weiss, quien claramente usó habilidades de hielo, pero por la cantidad que uso podría suponer que tiene que ver ver su semblante, por lo que la de viento podría ser el polvo. Su estilo de pelea dependía en parte de este recurso, lo que explicaría la naturaleza elemental sus ataques.
"Las aplicaciones del polvo son vastas, desde la generación de energía hasta su uso en armamento avanzado. Las armas modernas están diseñadas con compartimentos especiales para integrar cristales de polvo, permitiendo al usuario cambiar entre diferentes efectos elementales según la situación."
Minato pasó la página, encontrando un diagrama detallado de un rifle de apariencia compleja con múltiples ranuras para cristales de polvo de distintos colores. Sus ojos se entrecerraron mientras analizaba los componentes, tratando de comprender cómo funcionaba esa tecnología.
"Interesante... Entonces el polvo es una fuente de poder versátil que se adapta a las necesidades del usuario," pensó. Si bien él no tenía interés en las armas modernas, conocer sus principios le ayudaría a entender mejor este mundo. Además, le preocupaba la posibilidad de que si enfrentara enemigos en este mundo usaran este tipo de armas en su contra.
De repente, una suave voz interrumpió sus pensamientos.
—Si estás interesado en el polvo, te recomendaría otro libro. Ese es más técnico y enfocado en la aplicación industrial y armamentística.
Minato levantó la vista, encontrándose con la chica de cabello negro que había estado leyendo en la misma sección. Ahora lo miraba con ojos dorados llenos de cautela, como si evaluara su reacción.
—¿Ah? —fue lo único que pudo responder, sorprendido de que ella le hablara.
.
Blake estaba sumida en su lectura cuando escuchó el sonido suave de la campanilla de la tienda. Sus ojos dorados se movieron sutilmente hacia la entrada, observando con disimulo al recién llegado. Era un chico rubio, de cabello algo desordenado, vestido por completo de azul oscuro y unos extraños símbolos parecidos a un remolino rojos en los costados, caminaba mostrando una que llamó su atención de inmediato.
"No parece una persona común," pensó mientras mantenía la vista en su libro, aunque su atención estaba puesta en él. Había algo en su forma de caminar, en cómo sus ojos recorrían la tienda con precisión, analizando cada detalle. Blake reconoció esos gestos. No era la primera vez que veía a alguien con un entrenamiento similar al suyo.
Lo observó de reojo mientras el dueño de la librería lo recibía. Su respuesta fue simple, pero su tono neutral, midiendo cuidadosamente sus palabras. Otro detalle que no pasó desapercibido para ella. El chico parecía atento, demasiado consciente de su entorno. Incluso cuando comenzó a revisar los libros, notó que ocasionalmente miraba de reojo, asegurándose de que nadie se acercara demasiado.
Blake sintió una punzada de preocupación. Su vida en los últimos años había sido una constante huida de la ley y enfrentamientos. El Colmillo Blanco, la organización que una vez consideró su hogar, ahora se había convertido en algo que repudiaba, pero aún temía. No podía evitar preguntarse si este desconocido tenía algún vínculo con ellos, pero este tipo claramente era un humano las posibilidades eran bajas pero no cero o si simplemente era otro cazador en entrenamiento con un sentido de alerta agudizado.
Pero era demasiado joven para ser un cazador.
¿Un estudiante de Beacon?
Pasaron los segundos, luego los minutos. La preocupación inicial de Blake se fue disipando poco a poco. El chico estaba completamente inmerso en su lectura, pasando página tras página con una expresión de asombro y concentración. No era alguien que fingiera leer para vigilarla; realmente estaba interesado en el contenido. Blake pudo notar su reacción cada vez que encontraba algo nuevo, como si estuviera descubriendo un mundo completamente desconocido.
Finalmente el chico habló.
— Disculpa... ¿Sabes si hay más libros sobre Semblantes?
No había nadie más en el pasillo además de ella, Tukson estaba en recepción, así que era fácil saber que se la estába haciendo a ella, decidió hacerlo rápido para volver a su lectura, busco en la estantería un libro... Semblantes y Aura: Tipos, Teorías y Aplicaciones, se lo entregó y sin dirigirle la palabra, volvió a su asiento, pero con mas curiosidad.
"¿Realmente no sabe nada de esto?" pensó con curiosidad. Lo que leía era información básica, conceptos que cualquier persona que aspirara a ser cazador ya debería conocer. Semblantes, Aura, teorías … entre otras muchas cosas más.Todo ello era conocimiento común, al menos para alguien que hubiera crecido en la educación de alguna de las escuelas primaria de cazadores.
A pesar de su seriedad, había algo casi infantil en su manera de absorber la información. Blake notó cómo sus cejas se fruncían ligeramente cuando algo no le cuadraba o cómo sus ojos se iluminaban cuando encontraba algo interesante.
"Quizás no es de aquí," concluyó Blake. No sería la primera vez que conocía a alguien que venía de un lugar aislado, sin conocimientos sobre el mundo exterior.
Decidió dejar de prestarle tanta atención, aunque no pudo evitar observarlo ocasionalmente. Después de todo, no se podía permitir ser descuidada, no con la sombra del Colmillo Blanco aún persiguiéndola. Desde que dejó la organización y decidió unirse a Beacon, siempre estaba alerta, incluso en los momentos de calma. Aunque estaba emocionada por su nueva vida en la academia, las cicatrices del pasado no desaparecían tan fácilmente.
Blake suspiró suavemente y volvió a su lectura.
Blake intentó concentrarse en su lectura, pero su atención volvía constantemente al chico rubio. Al principio, pensó que solo estaba curioseando, pero a medida que pasaba el tiempo, su interés por los libros parecía genuino. Había leído casi todo el libro introductorio sobre Semblantes en muy poco tiempo, y ahora notó que ahora sostenía un libro sobre el polvo. Sus ojos recorrieron la portada, observando el cristal azul brillante en la imagen. Era evidente que tenía muchas preguntas.
Blake observó cómo su expresión cambiaba mientras leía. Fruncía el ceño, pasaba páginas y volvía atrás como si intentara entender algo complejo. Su dedo recorría el texto en silencio, y de vez en cuando murmuraba para sí mismo. Claramente estaba fuera de su nivel de comprensión actual.
Suspiró para sus adentros. No era de su incumbencia, pero algo en él le hacía pensar que de verdad necesitaba esa información. Y si seguía leyendo así, probablemente terminaría más confundido que al principio.
Cerró su libro con un leve golpe y se puso de pie, caminando tranquilamente hacia donde estaba él. Él rubio alzó la vista en cuanto la notó acercarse, sus ojos mostraban sorpresa.
—Si estás interesado en el polvo, te recomendaría otro libro. Ese es más técnico y enfocado en la aplicación industrial y armamentística.
Minato levantó la vista, encontrándose con la chica de cabello negro que había estado leyendo en la misma sección. Ahora lo miraba con ojos dorados llenos de cautela, como si evaluara su reacción.
—¿Ah? —fue lo único que pudo responder, sorprendido de que ella le hablara.
—Ese libro no es tan fácil de entender si no conoces bien los conceptos básicos —dijo Blake en voz baja, señalando el libro que tenía en las manos.
Minato parpadeó, evaluándola por un momento.
—Estoy aprendiendo —respondió con seriedad, sin apartar la vista de ella.
Blake cruzó los brazos.
—Sí, puedo verlo. Pero algunos de esos términos son demasiados teóricos que prácticos. Podrías intentar algo más accesible antes de saltar a estrategias complejas.
Minato observó la portada del libro y luego la miró a ella, como si sopesara sus palabras. Finalmente, cerró el libro con cuidado y asintió levemente.
—¿Tienes alguna recomendación?
Blake no pudo evitar una pequeña sonrisa de satisfacción ante su disposición a escuchar. Se giró hacia una de las estanterías cercanas, pasó los dedos por los lomos de los libros hasta encontrar el que buscaba, y lo sacó.
—Prueba con este —dijo, entregándole un libro titulado Introducción al mundo del polvo: La revolución de cristal.
Minato tomó el libro con una inclinación de cabeza.
—Gracias...
—Blake —dijo ella antes de que pudiera preguntar.
Él asintió una vez más.
—Minato
Blake regresó a su lugar sin más palabras, aunque, por el rabillo del ojo, vio cómo él hojeaba el nuevo libro con renovado interés. Al parecer, tenía bastante claro lo que quería aprender.
"Definitivamente no es un persona común..." pensó Blake mientras volvía a su lectura, aunque ahora con un interés renovado en la presencia del extraño chico rubio.
Blake observó de reojo cómo Minato seguía inmerso en su lectura, sin apartar la vista del libro ni por un instante. Su concentración era admirable, y aunque su expresión seguía siendo tranquila, había una intensidad en sus ojos que delataba su ansias por comprender todo lo que leía.
El libro que tenía entre manos ahora hablaba sobre el polvo, o Dust, como se conocía en Remanente. Explicaba su historia, desde su descubrimiento hasta su papel fundamental en el desarrollo del mundo moderno. Blake recordaba haber leído ese libro tiempo atrás; ofrecía una visión clara y detallada de cómo el polvo revolucionó la tecnología, la industria e incluso el combate. Algunos consideraba que era un libro con sesgos hacia la familia Schnee y por eso fue prohibido en muchas librerías en los reinos, pero para Blake era una buena elección para alguien que desconocía por completo su uso, y por la manera en que Minato analizaba cada página, parecía que realmente estaba absorbiendo la información.
Las horas pasaron en silencio. Minato había llegado poco antes de las ocho de la mañana, y ahora, cuando Blake echó un vistazo al reloj, notó que ya pasaban de la una de la tarde. En todo ese tiempo, él se había mantenido en la misma posición, de pie junto a la estantería, con una postura firme y disciplinada, como si estuviera en constante estado de alerta. No mostraba signos de cansancio ni incomodidad, algo que Blake encontró un poco... extraño.
Finalmente, Minato cerró el libro con un movimiento controlado. Blake, sin quererlo, dejó de fingir que no lo observaba. Por un instante, sus miradas se cruzaron, y Minato le dedicó una leve inclinación de cabeza en señal de agradecimiento. No dijo nada, pero el gesto era claro.
Blake asintió en respuesta, viéndolo dirigirse hacia la salida con pasos silenciosos y fluidos, casi como si flotara. Cuando la puerta se abrió, la campanilla sonó con su característico tintineo, señal de que Minato se había marchado.
Blake suspiró y volvió la vista a su libro, pero su mente no podía dejar de pensar en el extraño chico rubio. No era solo su postura o su manera de actuar; había algo en él que no encajaba del todo con el tipo de personas que solían visitar la librería.
.
Al salir de la librería, Minato sintió que su mente estaba más ordenada. Había obtenido información valiosa sobre el mundo de Remanente, especialmente sobre las Semblanzas y el Dust. Sin embargo, su atención fue capturada por algo más inmediato: el aroma que flotaba en el aire.
El inconfundible olor de la comida recién preparada llegó a él con fuerza, envolviéndolo y provocando un ligero gruñido en su estómago. Minato frunció el ceño levemente. Había pasado tres días en este mundo y lo único que había ingerido era una simple manzana, lo suficiente para mantenerse en pie, pero no para saciar realmente el hambre. Como ninja, estaba acostumbrado a privarse de comida durante misiones largas, pero el aroma que provenía del restaurante cercano era más tentador de lo que le gustaría admitir.
Se detuvo frente al local, observando discretamente a través del amplio ventanal. Las mesas estaban ocupadas por clientes que conversaban animadamente mientras disfrutaban de platos humeantes. Minato analizó los movimientos del personal, la disposición de las salidas, incluso el tipo de comida que servían. No tenía intención de entrar; después de todo, no tenía dinero. Solo estaba… evaluando... El comportamiento... alimenticio de... estas personas... si, eso.
—Vaya, no esperaba encontrarte aquí.
La voz familiar lo sacó de sus pensamientos. Minato giró la cabeza con rapidez y ahí estaba ella: Weiss Schnee, heredera de Schnee Dust Company o SDC, de la corporación más importante de los reinos, conocida por se la que sustenta de polvo al mundo, pero también por su fuerza laboral controvertida, que por lo que leyó era faunos en su mayoría y socios comerciales cuestionables.
Ahí estaba ella parada con una expresión entre curiosidad y algo de sorpresa. Llevaba una pequeña bolsa de compras en una mano, nada exagerado, pero claramente proveniente de alguna de las tiendas de la zona comercial.
Minato parpadeó una vez antes de responder con su característico tono tranquilo. —Ah… tú otra vez.
Weiss arqueó una ceja. —¿Qué haces aquí?
Minato no respondió de inmediato, desviando la mirada hacia el restaurante como si quisiera encontrar la manera de esquivar la pregunta.
Weiss no tardó en atar los cabos. Observó la forma en la que Minato miraba el interior del local, su postura ligeramente tensa, como si estuviera evaluando si debía quedarse o irse. Fue entonces cuando comprendió.
—No me digas que… ¿no has comido nada? —preguntó con un tono que mezclaba incredulidad y un dejo de lástima.
Minato bufó suavemente, manteniendo la calma. —Estoy bien.
Weiss suspiró, cruzándose de brazos. —No parece que estés tan bien si te quedas viendo el restaurante como si fuera un tesoro perdido.
Minato consideró negarlo, pero era evidente que Weiss ya había llegado a su propia conclusión. Finalmente, ella dejó escapar otro suspiro y, con un gesto firme, señaló la entrada.
—Vamos, yo invito.
Minato la miró fijamente, como si estuviera evaluando la situación. No le gustaba depender de otros, además es demasiado raro que una chica como Weiss y con los antecedentes de ayer, lo invitara a comer, pero tampoco podía negar que era una oportunidad para obtener más información. Había leído mucho sobre la familia Schnee en ese libro, pero comprobarlo de una fuente primaria podría ser más útil, claro, si se daba la oportunidad, tampoco quería forzarla a nada. Además, su estómago parecía opinar lo mismo, recordándole silenciosamente que aceptar no era una mala idea.
Después de un momento de deliberación, asintió con un leve gesto.
Weiss sonrió apenas, satisfecha con su decisión. —Bien, entremos antes de que cambie de opinión.
Sin más palabras, ambos cruzaron la entrada del restaurante, la campanilla sonó suavemente al abrirse la puerta. Minato observó el interior con detenimiento, sintiendo que esta conversación sería otra oportunidad para aprender más sobre Remanente, mientras Weiss ya comenzaba a revisar el menú con una expresión concentrada
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Cuando comencé a planear la historia, no sabía exactamente cuál era el rango de Minato a los 17 años. Encontré dos posturas: una afirmaba que se convirtió en jonin a los 15, mientras que otra decía que lo hizo a los 19 años.
Personalmente, tomé la primera opción, ya que no creo que Minato haya graduado a los 10 años de la academia y pasado nueve años entre Genin/chunin, considerando el contexto en el que estaba. Por ello, pensé que obtuvo el rango de jonin a los 15 y que, más adelante, entre los 19 y 21 años en la historia original, recibió su propio equipo de genin.
