Disclaimer: Todos los personaies aquí presentados pertenecen a sus respectivos creadores.


Capítulo 1: Haz fama y échate a dormir

Las llamas y el hielo rodearon Paldea. La gente gritaba asustada, los pokémon se refugiaban y las autoridades intentaban controlar el inmenso caos provocado por las leyendas funestas recién liberadas. Los profesores de la academia Uva luchaban con valentía para mantener a sus alumnos a salvo de la ira de aquellas bestias que causaban devastación.

En medio de la enloquecida multitud, Scarlet buscaba a Violet por algún lado. Sabía cómo parar a aquellas bestias de una vez por todas, información revelada en una visión momentos antes de perderlo. Buscó por todas partes, gritaba su nombre pero entre los gritos de la multitud su voz era acallada.

—¿¡Dónde mierda estás, Violet!? —gritó molesta.

Al ver que no podía moverse entre tanta gente hizo uso de sus pokémon para poder elevarse y buscar a su Miraidon. Estaba al norte, luchando contra una de las leyendas funestas. De inmediato se dirigió para poder ayudar, pero se detuvo a pocos metros de él.

Su mirada se congeló en él. Estaba sentado en el suelo, con las pupilas contraídas y la cara repleta de lágrimas. Sus manos estaban cubiertas de sangre, sangre que emanaba del cuerpo de la chica de pelo negro que descansaba en sus brazos, con aquellos ojos muertos mirando al vacío. Scarlet se congeló en ese instante luego de que Violet le dijo entre lágrimas.

—¡Está muerta!

[...]

La noticia se dio a conocer poco tiempo después. Las leyendas funestas habían sido liberadas y causaron una catástrofe total en la región de Paldea. Hubo un incontable número de víctimas, heridos y cientos de millones de dólares perdidos en la destrucción. Aunque fueron controladas gracias a los pokédex holders, los daños causados dejarían a Paldea en una enorme crisis por los próximos años.

Los responsables del asunto, Scarlet y Violet, fueron enjuiciados luego de que se revelaran grabaciones de sus propias pokédex donde liberaban a dichos pokémon. Enfrentaron cargos que les arruinarían la vida, si no fuera por una extraña apelación por parte del abogado de ambos. Aun con las acusaciones de soborno, el juez obligó a ambos a entrar a una institución especial donde se trataban con personas de la talla de ambos.

Una institución en la región de Noroteo, especializada en singularidades. Ahí Scarlet y Violet deberían pasar hasta que la escuela los considerara reformados, además de cumplir con cierto número de horas comunitarias en la región. La pena no fue bien recibida por la gente de Paldea, pero el hecho de tenerlos lejos de su región fue motivo suficiente para calmar las aguas por un rato.

Siendo escoltados por una brigada, Scarlet y Violet fueron llevados a Noroteo para conocer a la directora de la escuela, Blue, quién los recibiría en la puerta de la institución. Ambos chicos se la pasaron en silencio por todo el viaje. Scarlet agradeció que Violet se mantuviera en silencio, siempre era un dolor de cabeza soportarlo, y no era para menos, la mirada afligida del denominado "Príncipe de la Velocidad" solo reflejaba como la imagen mental de aquella chica muerta en sus brazos no se desvanecía.

—Debes pasar la página, al final logramos salvar a todos —dijo Scarlet luego de no soportar su rostro afligido.

Violet solo le miró de reojo e hizo un gesto.

—Nemona murió, Scarlet, ella…

—Todos morimos al final —dijo, con un tono serio—. Y su sacrificio hizo que…

—Deja de decir cosas insensibles —dijo con tono molestó—. No actúes como si no te afectara.

Scarlet arqueó la ceja mientras la imagen de Nemona volvió a su mente. También le consternada, pero se decía a sí misma que lamentarse o traumarse como él no servía de nada. Al final habían logrado salvar a la región, y eso era lo único que importaba en realidad.

Luego de unos minutos de incómodo silencio llegaron a la institución. La escuela, situada al norte de Noroteo, estaba franqueada por densos árboles que cubrían la vista y una ligera neblina que encajaba con el toque gótico de la escuela. Tenía su encanto, pero Scarlet solo esperaba encontrar las vulnerabilidades de las rejas de metal y los arbustos cortados.

Luego de que se les quitaran las esposas, fueron llevados a la enorme oficina de la directora Blue. La mujer no pudo evitar sonreírles al verlos llegar, pidiéndoles a los agentes que se retiraran, ella podría tomar control de la situación. Scarlet mantenía una mirada seria y fría con la directora, mientras que Violet miraba al techo igual de afligido.

—El viaje debió ser largo, verdad ¿amores? —dijo Blue con una risita, sentándose en la silla.

Scarlet no pudo evitar molestarse un poco.

—Decirnos amores es una forma poco profesional de dirigirse a nosotros —reclamó, molesta.

Blue arqueó la ceja al escucharla, luego de lanzar una ligera risa.

—Oh, ya veo, entonces tú debes ser la chica seria que mencionaron en el reporte —dijo, tomando unos papeles—. Scarlet, y tú debes ser Violet… ¿estás bien?

Violet alzó la mirada, intentando disimular su desvarío.

—S-sí, solo no estaba prestando atención —dijo, intentando fingir algo de soberbia—. Violet Lang, príncipe de la velocidad, o algo así.

—¿Podría dejar las presentaciones y dejarnos cumplir nuestra condena? —reclamó Scarlet.

—Oh, Scarlet, debes ser menos impaciente —dijo Blue, sentándose en su escritorio—. Bueno, mi nombre es Blue, ya deben conocerme, soy la directora de la Escuela de Singularidades, la cual está muy feliz de darles la bienvenida a sus nuevos estudiantes. Ahora, me gustaría que me contaran un poco de sus singularidades.

—Vienen en nuestros informes de la corte, ¿o es que acaso no leyó nuestros expedientes?

Blue no pudo evitar arquear una ceja, la chica retaba bastante su paciencia. Cerró los ojos y dio un pequeño respiro.

—Scarlet Koito, 18 años, actitud retadora a la autoridad, egocéntrica, ensimismada en su persona, con complejo de dios, con tendencias narcisistas y una extraña capacidad de ver visiones del futuro y del pasado, ¿me equivoco?

Blue pudo notar como Scarlet empuño su mano con ira.

—Parece que sí hizo bien su trabajo.

—Y en cuanto a ti, Violet…

—No es necesario que lo diga —interrumpió de inmediato a la directora—. Soy el príncipe de la velocidad, literalmente, puedo desplazarme muy rápido, observe.

Violet se levantó y corrió hacia la parte trasera de la directora en menos tiempo que un parpadeo. Blue pareció sorprenderse un poco, sin embargo, luego de analizarlo bien, se acercó a Violet detenidamente.

—Quiero que hagas algo por mí —dijo, mirando hacia la puerta de salida—. Quiero que corras en línea recta hasta la puerta de salida.

—Pero su escritorio está en medio, me tropezaría.

—No lo harás, confía en mí —dijo animándolo.

Violet tragó saliva y siguió la orden. Scarlet miró a su amigo con curiosidad al intentar correr. Pensaba que sería gracioso verlo rebotar o romper el enorme escritorio de caoba, sin embargo el chico pudo llegar a su destino solo caminando en línea recta. La cara de incredulidad de ambos fue seguida por la risa de Blue.

—Bien hecho, Violet, acabas de confirmarme algo —dijo, acercándose a él—. Cariño, no eres muy rápido, puedes teletransportarse.

Violet arqueó la ceja, confuso.

—¿Teletransportación? No, tiene que estar en un error.

—Ningún error, las personas con esa habilidad suelen confundirlo muy fácilmente —caminando hasta su escritorio—. De manera inconsciente te teletransportas cada ciertos metros, dando la ilusión de que vas muy rápido, es un fenómeno común en aquellos que no dominan su habilidad. No te preocupes, podemos ayudarte a que lo manejes mejor.

Scarlet no pudo evitar sorprenderse de la habilidad con la que Blue habría descubierto aquello. Desde que conoció a Violet pensaba que era demasiado rápido, jamás se le había cruzado por la cabeza que tuviera la habilidad de teletransportarse. Mientras la noticia de su nueva habilidad plantó una sonrisa en Violet, la chica solo miró con ojos inquisidores a Blue.

—¿Qué hay de ti? ¿Cuándo puedes ver el futuro?

—¿Me dirá ahora que mis visiones son por qué controlo el tiempo? —preguntó Scarlet, molesta.

—Eso es absurdo, el control del tiempo es imposible —admitió, riendo—. Pero supongo que aún no lo controlas y solo ocurre de manera esporádica, ¿no es así?

—Si lo pudiera controlar no estaría teniendo esta charla con usted —admitió, molesta.

—Si, por suerte tenemos una alumna que te ayudará con eso —luego de sonreírles una vez más, Blue sacó de su escritorio dos guías y dos llaves—. Creo que las evaluaciones están listas, pueden ir a sus habitaciones y conocer a sus compañeros, pídanles que les den un tour por la escuela, seguro les caerán bien.

Mientras Violet parecía mucho más animado, recogiendo su llave con una sonrisa, Scarlet aún parecía reacia al asunto, tomando la llave y la guía con una mirada seria y luego dirigiéndose a la salida.

—Una cosa más, Scarlet —dijo Blue en tono serio—. No quiero que vayas a pensar que soy lo suficientemente idiota para no saber de tu potencial —amenazó—. Sé que intentaras escapar, sé que intentaras hacer un caos aquí, y quiero que sepas que no lo permitiré.

Scarlet no pudo evitar sonreír de manera engreída.

—Buena suerte, directora Blue —dijo, cerrando la puerta.

[...]

Scarlet y Violet caminaron por un rato hasta llegar al punto donde los edificios de los chicos y las chicas se separaban. Scarlet no pudo evitar sentir alivió al ver a Violet un poco más animado, de esa forma no estaría lamentándose de algo que no fue culpa de nadie, luego de despedirse y decirle que se verían a la hora de la comida, Scarlet emprendió camino a su habitación en el último piso.

Luego de separarse de su amigo, Scarlet solo pudo pensar en que es lo que había salido tan mal en su plan. Desde que llegó a Paldea, hace dos años, su trabajo era capturar a los legendarios y entregarlos, no era muy diferente a las otras veces que recolectaba objetos secretos en Unova o Johto. Tenía un plan, controlaba todas las variables, todo debió haber salido bien, hasta que vio la maldita visión de Violet cayendo de su Miraidon.

Fue ahí donde todo se fue al demonio, cuando por querer evitarlo no controló la salida de Wo-Chien y de ahí todo se fue al carajo, y todo por una visión del pasado, ni siquiera del futuro.

En condiciones normales hubiese ignorado el sentimiento y la preocupación por Violet, por qué nunca había tenido esa preocupación en primer lugar. Siempre se había manejado con lógica en sus misiones, pero fue la primera vez que se interesó más en los demás. Violet, Peny, Arven y Nemona, todos ellos le importaban, y lo odiaba, odiaba el hecho de olvidar su misión con tal de mantenerlos a salvo, y de cómo la imagen de Nemona en ese estado por resolver su problema no se iba de su cabeza. Se había ablandado, eso le habían dicho en el gremio cuando se enteraron, y tenían toda la razón.

Mientras su mente divagaba, finalmente llegó a la puerta marcada con el número "B-435". Abrió la fina puerta de caoba y entró a la enorme habitación. Era una habitación muy espaciosa, con un enorme ventanal de diferentes colores. Lo que más destacó, aparte de la cama repleta de aparatos tecnológicos y la cama con la maleta de Scarlet, era la última cama, más cercana al ventanal, que parecía ser la de una reina, con finas cobijas y un gran velo.

—Demasiado pretencioso —admitió Scarlet, cerrando la puerta.

—Y créeme, no son las mejores sábanas —dijo una voz femenina.

Scarlet volteó de inmediato hacia el enorme librero en el cual una chica de pelo oscuro y ojos ámbar leía mientras flotaba en el aire. Al ver a Scarlet, la chica se paró en el suelo y caminó de manera muy refinada hacia ella.

—Tú debes ser Scarlet, nuestra nueva roomie —dijo, con una sonrisa.

—Genial, otra chica rica, pretenciosa, y ahora con poderes telekinéticos —dijo con molestia.

—¿Disculpa? —Platinum arqueó la ceja—. Oh, cierto, olvidaba la actitud que nos dijo Blue sobre de ti —dio una pequeña risa—. Platinum Berlitz, un gusto.

—No me importa —Scarlet solo se dio la media vuelta.

Platinum no pudo evitar molestarse al ver como la chica la dejó con la mano levantada. Con un movimiento de sus manos, un aura rodeó a Scarlet y la dejó paralizada por completo.

—¿No te han dicho que es de mala educación dejar a alguien con la mano levantada? —reclamó Platinum, acercándose a ella—. Es tu primer día, trata de ser amable, aunque sea con tus roomies.

—Te juro que si no me sueltas desearás que haya muerto en Paldea —reclamó Scarlet con molestia.

—No, hasta que me des un saludo —dijo Platinum, alzando la mano.

Scarlet sintió como una vena se le marcaba al ver cómo Platinum tenía control total de su cuerpo. Deseaba golpearla, pero solo suspiró y le dio la mano. Platinum sonrió y desapareció su aura.

—Vez, las cosas son más fáciles cuando…

Antes de terminar, Scarlet tomó a Platinum de su sacó, la bajó a su nivel, y la miró con ojos de fuego.

—Vuelves a hacer eso y te prometo que nadie sabrá que siquiera exististe.

Platinum se quedó en silenció por unos minutos hasta reír un poco.

—Debes mejorar tus amenazas, créeme que eso más que miedo me provoca ternura.

—Veremos qué tan tierna soy cuando ponga Tynamos en tu cama —amenazó una vez más.

—Ahí está otra vez, deja de hacer eso que es muy lindo de tu parte.

Aunque Scarlet estaba molesta, estaba más confundida de como ella no tomaba en serio sus amenazas. Nunca se había encontrado alguien que la mirara tan debajo del hombro, y le molestaba, sin embargo, este no sería el momento de su retribución, esa llegaría más tarde. Solo hizo un gesto y la soltó. Platinum se acomodó el saco y se fue a su rincón de estudio.

—Por cierto, este rincón es de las tres, así que puedes tomar los libros que necesites.

—¿Y quién es la otra? —preguntó Scarlet, confundida.

Luego de terminar la oración, unas manos frías se posaron en sus hombros.

—Quiero comer tú…

Scarlet no tardó demasiado en voltear y golpear con fuerza la enorme cabeza del robot que estaba detrás de ella. El robot, con forma femenina, tenía una enorme cabeza de pokébola que fue arrancada de golpe por el puño de Scarlet, rebotando en el piso hasta caer en las piernas de la chica de pelo castaño que lo controlaba.

—¡No, Bonifacio! —gritó Schilly, tomando la cabeza de su robot.

—L-lo siento, Schilly, la señorita Scarlet está fuera de mis parámetros de do… —no pudo terminar cuando el robot se apagó por completo.

Schilly no pudo evitar sentirse triste al ver a su creación, sin embargo, una sombra se posó sobre ella. Scarlet le miraba con unos ojos clavados en ella. Un escalofrío recorrió su cuerpo, huyéndole de la mirada y tratando de apartarla con sus manos.

—¡Lo siento! Solo quería jugarle una broma —dijo Schilly, asustada.

—Schilly, te dije que Scarlet no era ese tipo de chica —dijo Platinum, acercándose—. Discúlpala, Schilly suele ser poco precavida.

—Dile a tu amiga que me mantenga lejos de sus juegos —reclamó, alejándose.

Platinum solo suspiró, ayudando a Schilly a levantarse. Scarlet por su parte fue a su cama para ver las cosas que había en su maleta. Un poco de ropa, algunos accesorios y algunos aparatos que le habían dado, además de la pokébola de su Meowscarada, el único pokémon del que dispondría. Platinum y Schilly salieron un momento mientras Scarlet terminó de instalar sus cosas, incluida su diario y algunos libros personales. Se sentía un poco cansada, así que decidió tomar un baño y se cambió por completo de ropa. Cuando salió, Schilly y Platinum la estaban esperando.

—Pensé que se irían a hacer otras cosas —dijo Scarlet con desdén.

—Bueno, estuvimos viendo algunas cosas y… —Platinum le hizo una seña a Schilly.

Schilly negó con la cabeza, temblando y ocultando algo detrás de ella. Scarlet arqueó una ceja al verla, sin embargo, un golpecito por parte de Platinum hizo que Schilly hablara.

—Y-yo lamento haberte asustado —dijo, mostrando lo que ocultaba—. Así que te hice esto en compensación.

De las manos de Schilly apareció un robot en forma de "Tarountula". El robot de inmediato se encendió, prendiendo sus ojos led.

—Buenas tardes, señorita Scarlet, he sido construido y dado de vida para servirle —dijo el robot, inclinándose—. Será un gusto servirle.

Scarlet se inclinó un poco para verlo mejor. El robot parecía una copia exacta del Tarountula que usaba cuando inició en el mundo de ser caza recompensas, el hecho de que lo hayan hecho tan rápido solo habría la puerta a que ellas ya sabían con mucho tiempo de anticipación que estaría ahí, o que la habilidad de Schilly estaba relacionado con hacer máquinas en tiempo record. Sea cual sea la respuesta, Scarlet solo se dio la vuelta.

—No me interesa —reclamó Scarlet, caminando hacia su cama.

—Pe-pero, yo me disculpe, yo pensé que… —al titubear, Scarlet volteó a verla con molestia, provocando que Schilly le ocultara la mirada— P-pero si no quieres está bien.

—Scarlet, Schilly se esforzó mucho en este regalo de compensación, deberías aceptarlo…

—No me digas que cosas debo o no debo aceptar, Berlitz —reclamó Scarlet, sentándose en su cama.

—Detectó que Scarlet no está complacida con mi integración a su vida diaria —dijo el Tarountula—. Quizás la señorita no requiere mis múltiples funciones como grabaciones en tiempo real, acceso a diferentes archivos clasificados, útiles herramientas de espionaje e infiltración, además de un avanzado sistema de detección, y de un sistema mejorado de café instantáneo.

Aquello hizo que Scarlet se parara para sorpresa de Schilly y Platinum. Scarlet se quedó quieta por unos segundos y se giró.

—¿Dijiste infiltración?

—Por supuesto, claro está que no soy responsable de la mala utilización de estos sistemas, además de que estaba prohibido su uso en esta institución, pero puede usarse para otros fines.

Platinum volteó a ver a Schilly, cuestionando si aquella máquina podía hacer eso, pero Schilly solo hizo un gesto de desconocimiento. De inmediato, Scarlet tomó al robot, lo miró por unos segundos y lo dejó subirse a su hombro. Schilly pudo sentirse aliviada.

—Esto lo compensa, gracias —dijo Scarlet, volviendo a su cuarto.

—Qué bueno que está arreglado, ahora iré a…

Aunque Schilly quiso irse rápido, Platinum la rodeó con un aura y le hizo volver de golpe, sabía que le quedaba una cosa más que hacer. La de Galar solo reclamó que no quería hacerlo, pero Platinum habló por ella.

—A Schilly también le gustaría darte un tour por la escuela —admitió con una sonrisa—. Créeme, ella es una experta del lugar.

—Parece que a ella le aterra la idea —dijo Scarlet, mirando el nerviosismo de Schilly.

—Para nada, así es ella.

—Bu-bueno, yo…

—Conocer el lugar sería una buena opción para conocer los lugares de interés de la academia, sus puntos fuertes y débiles para futuros escenarios no previstos —le dijo el robot a Scarlet.

Otra vez sorprendida por la capacidad del robot, Scarlet se quedó pensando un momento hasta sonreír, definitivamente aquel robot le caía muy bien. Luego de asentir con la mirada, Scarlet se acercó a Schilly.

—De acuerdo, vamos a ver el lugar.

Platinum no pudo evitar sonreír al escuchar aquello, parece que las cosas irían bien. Sin embargo, Schilly solo temblaba y se sentía con miedo al tener que llevar a Scarlet por toda la escuela, cosa que Scarlet solo respondió con una sonrisa perversa mientras la esperaba en la puerta.

Aunque Schilly mantuvo las distancias y se sentía asustada por la mirada penetrante de Scarlet, el interactuar con los diferentes compañeros de la escuela le hizo sentirse mucho más relajada.

El recorrido involucró explorar todos los rincones del edificio de las chicas; los baños, el pequeño jardín del club de botánica, la tienda y cafetería de ese lado de la escuela, los diferentes clubes disponibles y una enorme zona recreativa para pasar el día. Scarlet no prestaba demasiada atención a las explicaciones alegres de su compañera, solo se centraba en observar los muros, en especial los más pequeños cerca del club de jardín.

—Bueno, en esta escuela existen todo tipo de singulares, algunos pueden controlar elementos, leer mentes, transformarse en diferentes cosas, volar, reducirse de tamaño, volverse invisibles —dijo Schilly de manera alegre, dirigiendo a Scarlet hacia la fuente principal—. Platz es buena en eso de la telekinesis, y yo por mi parte soy buena dando conciencia a las máquinas —dijo, guiñando el ojo, sin embargo, la mirada fría de Scarlet le hizo hundirse de hombros— aunque creo que ya lo sabías.

—Lo intuí al ver a este robot —respondió.

Aquel robot se le quedó viendo a su dueña por unos segundos. Scarlet arqueó una ceja al no poder interpretar su reacción.

—Creo que quiere que lo nombres —dijo Schilly—. Di-digo, si quieres.

—Un nombre sería una interesante forma de actualización —respondió el robot.

Scarlet se quedó mirándolo por unos segundos. Pensó en no hacerlo, pero no quería confundirse con su pokémon cuando lo recuperara. Cerró los ojos pensando en algo.

—Taran-Bot —dijo Scarlet.

—Guardando nombre. Nombre guardado —Taran-Bot hizo un gesto alegre—. Un placer, ama Scarlet.

Schilly sonrió al ver como Scarlet parecía llevarse bien con su robot. Luego de eso decidió llevársela para seguir explorando la escuela.

La fuente central contaba con una enorme estatua de bronce de un hombre, vestido con prendas tradicionales, y junto a él había cuatro extraños pokémon que parecían llevar una máscara.

—Y te presento al primer singular del que se tiene registro, no se sabe muy bien su nombre, pero, lo que se sabe es que fue el primer usuario conocido del "Viridian Mind", y junto a él los cuatro pokémon sagrados de la región.

Viridian Mind, Scarlet juraba haber escuchado eso antes, quizás en una antigua revista en la casa de Nemona. Podría recordar algo sobre la capacidad de comunicarse con pokémon, habilidades de curación y otras cosas así.

—Actualmente solo la profesora Yellow es la portadora del Viridian Mind en esta escuela —dijo Schilly, sentándose en una silla—. ¿Te gustaría escuchar la historia de los compatrones y el ogro? Es un tema básico si quieres estar en onda en la escuela.

—No estoy interesada en sus leyendas absurdas —reclamó Scarlet, volteando a ver a los alrededores—. Tengo algo de hambre, podemos ir a…

Antes de poder terminar, Scarlet se quedó mirando fijamente a los árboles que había detrás de ellas. Schilly no pudo evitar asustarse al ver a Scarlet tan centrada en algo, no moviendo un solo músculo. De pronto, la chica dio un brinco y corrió hasta el árbol, golpeándolo. La de Galar se asustó bastante, más al ver que del otro lado cayó un chico de pelo verde que ella conocía.

—¿Quién rayos eres y por qué me espías? —dijo Scarlet, con enojo, sujetando al chico de su camisa.

—¡Scarlet, espera, es amigo mío! —gritó Schilly.

El chico, a pesar de haber sido sorprendido, mantenía una mirada fría detrás de esos ojos robóticos. La mitad de su cuerpo parecía haber sido reemplazado por partes mecánicas que simulan perfectamente la anatomía humana.

—Calculando respuesta… Lo lamento, no fue mi intención molestarlas —dijo, con un extraño tono robótico.

—Es Thorton, es amigo mío —dijo Schilly, cansada de correr hacia ellos—. N-no le pegues.

—Te juro que si vuelves a espiarme de esa forma te buscaran en el basurero —dijo Scarlet, soltándolo—. ¿Qué clase de amigo te espía?

—Tienes un punto, ¿qué pasó, Thorton? —preguntó Schilly.

—Cargando objetivo inicial… No era mi intención espiar, deseaba que estuvieras sola, pero ya que eso fue imposible, te entrego esto que me dio mi compañero.

Thorton le dio una carta que iba dirigida a Schilly. La chica arqueó la ceja, confundida, sin embargo, luego de leerlo un poco rio ligeramente para después cerrarla.

—Oh, vaya, te lo agradezco, pero para la próxima dile que me las entregue personalmente —dijo Schilly, sonriendo.

—Guardando recado, generando respuesta… De acuerdo, me retiró, buenas tardes Schilly y…

Aunque Thorton espero una respuesta, Scarlet no le dijo una sola palabra. Luego de ver la negativa, el chico se fue del lugar.

—¿Acaso tú lo creaste? —preguntó Scarlet, arqueando la ceja.

—No, sufre de un extraño virus tecnológico que lo ha vuelto así —dijo Schilly, para luego revisar su reloj—. Tengo que irme a mi clase de literatura, sé que tú no tienes clase, así que te recomiendo ir a la cafetería si quieres comer, ya podemos seguir el tour en la noche.

Scarlet aceptó. Aunque Schilly quiso darle un abrazo, Scarlet solo le dirigió una mirada asesina que le hizo alejarse para después irse hacia otro lado.

"Al fin me deshice de ella", pensó. Tenía la intención de bordear todos los muros para ver desde cual podría huir, pero el sonido de su estómago le hizo querer ir a la cafetería después de todo. Además, con un poco de suerte, Violet estaría ahí y podrían planear como escapar.

—¿Sabes qué comida dan en la cafetería? —preguntó Scarlet a su Taran-bot.

—Déjame acceder al menú escolar —sus ojos comenzaron a parpadear—. La comida de hoy es estofado, pasta y Torchic a la plancha.

—La pasta servirá. ¿Puedes trazar una ruta?

—Calculando… Ruta encontrada, camina hacia adelante y da vuelta en el edificio de las chicas.

Scarlet asintió y comenzó su camino hacia la cafetería.

[...]

Violet miró por todos lados de la cafetería, girando sus ojos e inspeccionando cada mesa repleta de estudiantes hasta que reconoció un rostro familiar. De inmediato se acercó a su amiga y sus dos charolas repletas de comida, había olvidado lo buena que era comiendo tanto.

—Scar, ¿cómo te fue con...?

—Detectando amenaza

Taran-bot saltó del hombro de Scarlet y se puso en modo de ataque, preparando una carga de telarañas. Violet no evitó retroceder, asustado, mientras Scarlet lanzó discretamente una sonrisa.

—Detente, Taran-bot, es conocido mío —dijo Scarlet.

—¿Dónde conseguiste ese robot? —preguntó Violet, molesto.

—Un regalo de las chicas que están en mi cuarto —respondió, luego de comer algo de sopa.

—Debe ser esa tecnóloga, Schilly, ¿no?

Scarlet no pudo evitar arquear la ceja.

—¿Cómo sabes su nombre? —preguntó, seria.

—Su ex-novio es mi roomie —respondió, sentándose a un lado—. Se llama Sou, o Henry, no recuerdo muy bien, tenía una mirada muy tranquila, demasiado intimidante —reconoció, encogiéndose de hombros—. Parece que controla el metal, jugaba ajedrez y las piezas se movían solas.

Scarlet solo hizo un gesto, una vez descubierto el misterio volvió a su comida. Violet suspiró y volvió a su comida. Conocía a Scarlet, sabía que en la hora de la comida no diría una sola palabra hasta terminar, así que debería esperar para saber más de cómo le había ido las últimas horas. Luego de una comida bastante silenciosa, Scarlet se limpió la boca y lo miró directamente.

—Creo que encontré una forma de salir de aquí —dijo Scarlet.

—¿Enserio quieres irte? Este lugar es mejor que la prisión.

—Es lo mismo, solo con más espacio —respondió, poniendo sus charolas juntas—. Sin embargo, aún necesitamos un plan para salir de aquí.

—Bueno, suerte con ello, Diamond me dijo que las salidas están fuertemente vigiladas, no creo que puedas salir —respondió, pero al ver la cara confusa de Scarlet, replicó—. Es mi otro roomie, es un chico bastante más amable que Sou y me dijo sobre los mecanismos que tienen para evitar fugas.

—¿Qué clase de mecanismos?

—Veamos, una IA de reconocimiento en cada cámara, torretas con dardos tranquilizantes y varios alumnos que vigilan a cambio de puntos extras en sus materias —dijo Violet, probando su comida—. Wow, esto es mejor que lo qué hacían mis chefs.

—Basado en mis cálculos, la probabilidad de sortear todos estos obstáculos en nuestro estatus actual es del cinco punto treinta por ciento de probabilidad de éxito —dijo el Taran-bot

Scarlet bufó, molesta. Violet sabía que aunque las probabilidades estuvieran en su contra, ella lo intentaría de todas formas. Habían pasado por tanto que sabía cada uno de sus gestos, la forma en cómo movía su trenza buscando algún plan alternativo, el constante golpeteo en su plato como muestra de que él posible plan de su cabeza no resultaría, y como sus ojos se iluminaban como fuego al tener un plan. Sin embargo, esta vez no hubo fuego.

—Tal vez deberías disfrutar un poco de este lugar, parece que la gente es muy agradable, quizás con el tiempo te agrade.

—No pienso quedarme encerrada y ser el Growlithe acostumbrado a las descargas, al menos las descargas serán más divertidas que soportar a esta gente —reconoció, suspirando—. Pero me quedé sin ideas.

Ese era su momento de pensar. Aunque no quería irse de ahí, siempre le gustaba ser útil a su amiga, pero él tampoco tenía alguna idea del cómo salir de ahí, solo negó con la cabeza y volvió a su comida.

—Se nos ocurrirá algo, a ti antes que a mí, eres buena en eso —dijo con una risita—. Pero creo que lo mejor será integrarse, Diamond me contó que hay muchos clubes.

—No estoy interesada, solo quiero pasar las clases obligatorias y buscar formas de salir.

—Los clubes son obligatorios.

—Mierda —dijo Scarlet amargamente—. ¿Existe alguno decente?

—Bueno, Diamond me dijo que está el de cocina, de arte, cuidado de los pokémon, entrenamiento, combate, esgrima, apicultura, agricultura, corte y complexión…

—¿Cuál es la diferencia entre entrenamiento y combate? —preguntó Scarlet.

—Combate es con pokémon, entrenamiento es con nuestros poderes, de hecho Sou está ahí, dicen que es de los segundos mejores.

La flama volvió a encenderse en sus ojos, era obvio que aquel club había captado su interés. Aunque se preocupó un poco por la gran cantidad de chicos talentosos, Scarlet seguía siendo Scarlet, aquella que sometía pokémon con sus propias manos, seguro sabría manejarlo.

—¿Te unirás? —preguntó Violet.

—No veo mejor forma de sacar potencial de esto —reconoció Scarlet.

—Yo conozco otras formas.

Sin previo aviso, una figura femenina se paró frente a ellos. Una chica de pelo azul y con su típico uniforme, mostrando una sonrisa calmada. Violet no pudo evitar asustarse al ver que la chica se había acercado tan rápido sin que se diera cuenta.

—Es de muy mala educación entrometerse en conversaciones privadas —le dijo Scarlet a la desconocida, con un tono molesto.

—Oh, lamento eso, solo que no encontré mejor forma de presentarme —dijo, ofreciéndole la mano a Scarlet—. Soy Crystal, un placer.

Scarlet ignoró por completó el saludo de Crystal, girando la vista y levantándose de la silla.

—Violet, vámonos a un lugar donde no haya más incordios.

—Pero no te vas a…

—¿Vienes conmigo o te quedas?

Esa mirada fiera la conocía muy bien. Lanzó un suspiro y se levantó para ir con ella, dejando a Crystal sola, sin embargo, hubo algo que les hizo voltear.

—Las visiones empezaron luego de un fuerte dolor de cabeza, ¿verdad?

Violet pudo observar como Scarlet se paralizó por un segundo, para después voltear con la ceja levantada. Eso había llamado su atención.

—¿Eres de esa que la directora me habló? —preguntó Scarlet, curiosa.

—En efecto, ella me dijo que viniera, pero por lo que parece no te gusta la ayuda —dijo, cruzándose de brazos—. Pero sé que puedo ayudarte a controlar tu poder.

—No lo necesito, encontraré la forma, sola.

—Oh, todos decimos eso —riendo—. Vamos, ¿al menos sabes distinguir entre las visiones del pasado o el futuro?

—No, no puede —agregó Violet, acercándose a Crystal—. Como mejor amigo de Scarlet, te puedo decir que ella estará muy feliz de recibir tu ayuda, en su momento.

—¿Quién te dijo que puedes hablar por mí? —preguntó Scarlet, enojada.

—Ella es algo especial en este nuevo entorno, pero que tal si nos dices dónde está tu habitación y ella te visitará en algún momento.

Violet pudo sentir la mirada matona de Scarlet detrás de él, pero ya estaba inmunizado a sentir su fuerte presencia, además, ella no aceptaría hasta que algo fuerte le pasara, solo estaba acelerando las cosas.

—Veo que tu mejor amigo es más razonable que tú, servirá —dijo Crystal con una sonrisa—. Mi habitación es la 234, estoy ahí todos los días después de la seis, búsquenme cuando quieran.

Crystal solo sonrió y se fue por donde vino. Violet se despidió y esperó de inmediato la reprimenda de Scarlet. Sin embargo, cuando se volteó, ella ya se había marchado, la buscó por todos lados pero su amiga había desaparecido.

—Cielos, realmente estoy muerto —dijo con un extraño tono alegre—. Bueno, mañana será otro día.

[...]

—Scarly, aunque tu estilo gótico es muy bueno, ¿es permitido que modifiques de esa forma el uniforme escolar? —preguntó Platinum, mirando a Scarlet salir de la habitación con su uniforme oscuro.

—Para empezar, no me llames así, Berlitz —dijo Scarlet, molesta—. Y segundo, no me importa, si me quieren correr que lo hagan.

No llevaba ni dos días en la escuela y ya sentía la extrema necesidad de ahorcar a Platinum. Le molestaba de sobremanera que ella se refiriera a ella de esa forma, sintiéndose rebajada y como sí Platinum estuviera en una posición superior. Si no fuera porque con su poder podría romperle el cuello, ya la hubiera golpeado.

—Bueno, supongo que la directora Blue se ha ablandado —dijo con una sonrisa—. ¿Sabes si esta Schilly?

—Lo que ella haga no es mi asunto —respondió con molestia, pero ver la cara fija de Platinum le hizo entender que no sé la quitaría de encima—. No sé, cuando volví no estaba.

—Ya veo, debe estar en su club —Platinum se llevó las manos a la barbilla.

Scarlet vió la oportunidad perfecta de irse de ahí, sin embargo, Platinum la detuvo en medio de su caminata. Scarlet solo bufó con coraje.

—¿Qué demonios quieres ahora?

—Sabes que es de mala educación irse sin despedirse —dijo Platinum, liberándola—. Supongo que irás a tu club, ¿puedo acompañarte?

—Preferiría que no, pero no tengo opción, ¿verdad?

Platinum solo sonrió, sabiéndose ganadora. Una vena se saltó sobre la frente de Scarlet, debía aceptar que no podía quitarse a Platinum de encima, solo podría aceptarlo y caminar junto a ella.

—Sabes, no lo entiendo, tienes la capacidad de salir de este lugar cuando quieras, ¿por qué sigues aquí? —preguntó Scarlet, confundida.

—Bueno, me gusta el lugar, aquí está toda la gente que quiero —dijo Platinum, con una sonrisa—. Además, es un buen lugar de aprendizaje.

—Estoy casi segura que has acabado todos los libros, y aun así no entiendo por qué los sigues leyendo.

—Supongo que soy obsesiva con lo que leo, que se yo —dijo con una risita—. Vamos, Scarly, este es un buen lugar, solo debes adecuarte, Schilly pasó por algo parecido cuando llegó a la escuela, pero yo la ayude, y mírala, ahora es de las más populares.

—¿Quién te dijo que yo quiero tu ayuda? Ser la más popular en esta prisión no es uno de mis intereses —reconoció, mirando a los alrededores—. Tienen a dioses cautivos y les enseñan a ser dóciles mascotas.

Lo había notado desde que llegó. Todos estos chicos con cientos de dones, muchos de los cuales podrían destruir ciudades enteras. No le sorprendía. Después de todo, ella con simples visiones pudo destruir su región. Si todos estos chicos se dieran cuenta de su poder podrían dominar el planeta entero si así lo quisieran.

—¿Así es como los ves? Dioses que se engañan a sí mismos para ser esclavos.

—Con tan solo tu poder podrías dominar la escuela, no veo por qué todos ustedes no podrían dominarlo todo.

Platinum no pudo evitar lanzar una pequeña risita. Scarlet solo se molestó.

—Oh, Scarly, tienes tanto que aprender del potencial de los singulares. No eres muy diferente a esos normies que nos ven como máquinas de destrucción masiva.

—¿Acaso me equivoco?

—Desde el hecho de que crees que todos estamos aquí como criminales.

Scarlet no pudo evitar levantar la ceja, confundida.

—¿Acaso tú…?

—Taran-Bot, dile.

—Ama Scarlet, el porcentaje de jóvenes que están aquí cumpliendo una condena apenas es del tres por ciento, según los registros más actuales.

Tres por ciento. Solo una fracción de todo el maldito alumnado estaba cautivo en este lugar, todos los demás alumnos, en palabras de Platinum, eran libres de irse cuando ellos quisieran. Verlo así le hizo poner varias cosas en perspectiva.

—¿Qué es lo que haces tú aquí? —preguntó Scarlet.

—Lo sabrás, en su momento —Platinum se detuvo en una puerta—. Genial, hemos llegado. Nunca había visto el club, me preguntó si permiten oyentes.

Scarlet suspiró, molesta, sabía que lo hacían. Podría decirle que no, pero su curiosidad por tener a Platinum cerca era mucho mayor, le causaba algo de intriga como alguien como ella se mantuviera en este lugar. Solo asintió y le abrió la puerta, dejándola entrar.

Nada más abrirse pudo ver el enorme salón con varios estudiantes en uniforme peleando entre ellos de manera sincronizada. Algunas volvían sus cuerpos espadas, otros usaban superfuerza, algunos otros lanzaban plasma por las manos y otros más usaban elementos del entorno. Aquello solo confirmaba su visión de que aquellos chicos podrían hacer lo que quisieran con la escuela sin consecuencia alguna.

—Iré a ponerme mi uniforme, espérame aquí —dijo Scarlet, caminando hacía el vestidor.

—Claro, estaré sentada observando —dijo Platinum con una sonrisa—. Buena suerte, Scarly, tú puedes con ellos.

Scarlet solo bufó con molestia y se fue a cambiar. Su uniforme sería un viejo Doji que su escuadrón de caza recompensas le había dado luego de capturar un ejemplar raro en Sinnoh. Las ropas color escarlata y violeta le daban la movilidad suficiente para moverse con agilidad. Cuando salió, no solo se encontró con Platinum, si no con Violet que hablaba con ella junto al Taran-Bot.

—¿Qué hacen ustedes dos? —preguntó Scarlet, molesta.

—Oh, Scarlet, tú mejor amigo es muy divertido —dijo Platinum, riendo jovialmente.

—Vine a acompañar a Sou a su taller, pero me encontré a tu roomie, es muy sofisticada.

—Por supuesto que entre burgueses se entiende —reconoció Scarlet, suspirando.

—Bueno, es muy seguro que los Berlitz y los Lang se hayan conocido en algún momento —reconoció Platinum.

Scarlet se sintió un poco molesta de que Platinum hablara con Violet, pero algo llamó más su atención.

En los primeros lugares se encontraba un chico de pelo castaño peleando contra una chica más alta. Lo más importante es que el chico se encontraba de pie, con una mirada serena, calmada, casi dormido, mientras su espada se movía por sí sola chocando contra la espada de obsidiana de la chica.

—¿Tiene telekinesis igual que tú? —preguntó Scarlet.

—No, controla los metales —respondió Platinum.

—Y está peleando con una chica ciertamente bonita —dijo Violet, sonrojado.

Aunque el comentario de Violet hizo que pusiera un rostro de desagrado, Scarlet no apartó su vista del combate, acercándose.

La chica de pelo azulado, a pesar de la desventaja, se le miraba confiada, con un rostro completamente determinado para golpear a Sou. Por su parte, Sou estaba despreocupado, mirando hacía todos lados hasta cruzar sus ojos con los de Scarlet.

Ambos se vieron por un momento, fue algo breve, pero lo suficiente para que la expresión de Sou cambiará ligeramente. Sou apartó la mirada y volvió al combate, momento en el que su rival había derribado su espada.

—¡Mierda! —gritó.

Cuando de inmediato volvió a controlar su espada para ponerla frente a él, soportando el golpe de su rival. Sin embargo, la chica golpeó su pie y lo hizo caer al suelo. De inmediato su rival pisó su pecho y colocó su filo en su cuello.

—Dilo —dijo la chica.

Sou se quejó e intentó tomar su espada, pero la chica la pisó, impidiendo cualquier tipo de revancha. Sou solo dio un fuerte suspiro y se rindió.

—Me rindo.

El maestro de la clase sonó su silbato, dando el combate por concluido.

—Carmine, eres la ganadora —reconoció el instructor.

—Como siempre, recuerda Sou, el que está en segundo lugar siempre es el segundo lugar —dijo burlonamente—. Vamos, maestro, ¿no puede haber alguien más digno para mí? ¿Alguien más quiere que patee su trasero?

—Yo te reto —dijo Scarlet, seria.

Tanto Platinum, Violet y Sou miraron sorprendidos a Scarlet, quién parecía estar decidida a enfrentar el reto.

—¿Enserio tú? —preguntó Carmine de manera arrogante.

—Scarlet, esa chica aparte de linda es muy fuerte, no creo que sea una buena idea —dijo Violet, ayudando a Sou.

—Escucha a tú amigo, es muy sabio —respondió Carmine—. No quiero perder el tiempo con extranjeras novatas.

—Entiendo que no quieras, sería muy humillante perder contra alguien que es su primera vez aquí, ¿no?

Carmine se detuvo por un segundo, dándose la vuelta y riendo ligeramente.

—Ok, niña nueva, pateare tu trasero. Escoge tu arma y pelea.

Aunque Platinum y Violet trataron de advertirle, Scarlet no prestó atención, solo se puso en posición de combate, sujetando una pequeña navaja que solo hizo reír a Carmine y su espada de obsidiana. Luego de unos segundos, el maestro dio la orden para comenzar el combate.

Carmine fue la primera en atacar. Scarlet se dio cuenta de inmediato, por qué era buena en esto, que sus movimientos eran rápidos y precisos, sin embargo, ese estilo de combate lo había visto muchas otras veces en sus entrenamientos, bastaba con responder de manera adecuada luego de cada ataque para tener un mejor contraataque.

Cuando Scarlet peleaba, su mente lograba ponerse en blanco. No existía el fondo detrás de ella, ni delante, todo era un espacio en blanco donde solo cabían ella y su rival. De cierta forma le resultaba extrañamente relajante estar en ese estado, sentir como todo su ser se enfocaba en una sola meta; derrotar al enemigo.

Logró golpear la mano de Carmine, tirando su espada y dándole un fuerte golpe en la cara. Carmine se incorpora, acercándose para lo que parecía ser un una patada a la derecha. Aunque Scarlet se preparó para la patada, el golpe vino por la izquierda, desconcertando.

No fue la primera vez, pronto se dio cuenta que Carmine lograba leer sus movimientos y acertar otros golpes. Su mente, antes en calma, se volvió un torbellino al no entender qué estaba pasando, recibiendo golpe tras golpe hasta que la velocidad de Carmine fue suficiente para lanzarle una tajada en la mejilla, lanzándola fuera del área de combate.

—¡Scarlet! —gritó Violet, preocupado.

Tanto Violet como Platinum fueron a ver a la desconcertada Scarlet. Aunque tenía varias heridas, la chica estaba consciente, pero sumamente confundida al ver como Carmine se alzaba con la victoria.

¿Cómo había sido posible eso? Como Carmine había logrado leer todos sus movimientos. La respuesta le llegó poco después, cuando estaba en la enfermería del club junto a Platinum y Violet.

—¡Carmine puede leer la mente! —Dijo Scarlet, asustando a la enfermera— ¿Tú lo sabías, Berlitz?

Platinum también pareció algo asustada por el grito, pero asintió.

—Pensé que lo habías intuido por su forma de combate, solo pudo derribar a Sou cuando su mente se nubló al verte.

—¿La mente de Sou se nublo al verla? Eso significa que…

—Eso no es importante, Violet —reclamó Scarlet—. Por eso esa maldita niña pudo derrotarme, sabía todos mis movimientos.

—Por algo es la número uno.

—Esperen, ¿si ella puede leer la mente, eso significa que leyó la mía? —preguntó Violet, preocupado.

—No creo, solo lo usa cuando pelea —dijo Platinum, rascándose la barbilla.

Scarlet no pudo evitar bufar, estaba realmente molesta, se sentía humillada por no haber previsto algo tan simple como que aquella chica leía mentes. Era tan simple que se sentía estúpida por no haberse dado cuenta.

—La próxima vez no será así —admitió Scarlet, molesta.

—La lectura de mentes es una habilidad demasiado fuerte, solo pocas personas en la institución son inmunes a ella —dijo Taran-Bot

—Eso quiere decir que hay quienes lo han logrado —dijo Scarlet—. ¿Sabes quién?

—Consultando —dijo el robot, haciendo un ruido de cálculo—. La persona más cercana está en esta habitación.

Scarlet arqueó la ceja. Violet no podría serlo, y la enfermera no parecía ser el tipo de personas con esa habilidad, la única opción que quedaba era…

—Debí imaginarlo —dijo Scarlet, suspirando—. Berlitz.

—Oh, cierto, yo soy una de esas personas —dijo Platinum, riendo—. Scarly, si quieres que te enseñe como, solo debes decirlo.

—¡Deja de decirme Scarly! —reclamó Scarlet—. Eres parte telépata, supongo que tienes algunos trucos que podrías enseñarme —dijo Scarlet, suspirando—. ¿Me podrías enseñar?

—Solo si dices la palabra mágica —dijo Platinum, riendo.

Aunque eso solo molestó más a Scarlet.

—¿Podrías enseñarme, por favor?

Violet solo se quedó sorprendido de cómo Platinum podía controlar a Scarlet.

—De acuerdo, lo haré, pero con una condición —dijo Platinum—. Mañana habrá una excursión al Centro Cultural de Noroteo, no podré acompañar a Schilly ya que estaré con Diamond. Si vas con ella, te enseñaré con lujo de detalles cómo burlar la mente de Carmine.

—No creo que nos dejen salir, estamos aquí como reclusos —agregó Violet.

—Ya me encargue de eso, hable con la directora Blue y les autorizará la salida, ella irá también, así que no creo que haya problemas.

Aunque Scarlet no estaba dispuesta a participar en eso, la idea de tener un pase libre le hizo aceptar enseguida, pidiendo que Violet lo acompañara. Como buen amigo, Violet aceptó sin dudar. Al final, después de todo el fiasco del combate, había pasado algo bueno para ella, una oportunidad para finalmente salir de ahí.

[...]

Las salidas de la escuela de singulares eran algo relativamente común. Por lo regular, el alumnado tenía una gran labor con la gente de Noroteo en cuanto a cuestiones sociales se refería, después de todo, la gente debía ver una mejora en la región con los impuestos que se invertían en la institución. Luego de las actividades comunitarias para ayudar a la gente, las salidas y excursiones cumplían la función de integrar a los singulares con los demás habitantes, reducir su miedo a los mismos.

Las reglas de las excursiones eran claras: no se podían usar sus habilidades en las afueras de la escuela a menos que la situación fuese de vida o muerte, además de que siempre debían estar supervisados por un maestro o instructor a cargo. En esta ocasión, Blue sería una de las encargadas de dirigir al grupo B, grupo donde Scarlet estaba.

Se movieron en un enorme autobús jalado por poderosos Staraptors que servían como transporte de enormes vehículos como ese. Gracias a eso, los alumnos podían disfrutar de las hermosas vistas de Noroteo mientras ponían marcha al Centro Cultural. Al menos Schilly disfrutaba de la vista, pues Scarlet solo jugueteaba con la pantalla del abdomen de su Taran-Bot.

Luego de unos minutos, Schilly volvió a verla, completamente concentrada en la pantalla. Ya llevaba algunos días con ella, aunque le seguía aterrando su forma de ser, el hecho de que Platinum le insistiera tanto el hablar con ella le hizo querer ser su amiga. Era una chica aterradora, pero cool.

—¿Pu-puedo preguntar qué es lo que haces? —preguntó Schilly, algo nerviosa.

—Si te lo dijera tendría que cortarte la lengua —respondió Scarlet sin dejar de mirar la pantalla.

—¿Siempre tienes que ser tan aterradora?

—Le recuerdo, ama Scarlet, que debe ser amable con la señorita Schilly para cumplir con la misión de Platinum —dijo el Taran-bot.

Como odiaba cuando su robot la rectificaba. Pensó en darle un golpe, pero era un ser sintético que de todas formas no sentía dolor alguno.

—Estoy siéndolo, si no lo fuera le diría que la mataría y arrojaría su cuerpo al lago —al voltear a ver la cara asustada de Schilly, Scarlet solo dio un fuerte suspiro—. Veo la página del Centro Cultural, no sé qué tantas actividades nos hagan hacer.

—No-no demasiadas, creo que esta vez veremos el museo de historia y después iremos a comer algo en las tiendas de afuera del centro. Lo divertido será en una semana, con el festival de máscaras. Este será el primer año en el que pueda ir —los ojos de Schilly se iluminaron de repente.

—El festival de las máscaras es una fiesta tradicional de Noroteo, se celebra todos los años para…

—No te pedí información, Taran-bot —reclamó Scarlet, molesta—. Solo quiero llegar pronto.

No pasó mucho tiempo, luego de decir aquello, cuando el enorme camión aterrizó a las afueras del Centro Cultural. De inmediato todos los alumnos salieron, fueron contabilizados y sus instructores los fueron ingresando. Para desgracia de Scarlet, Violet estaba en el grupo C, por lo que solo podría reunirse con él después de la visita al museo, teniendo que soportar a Schilly.

Guiados por Blue, el enorme museo les dio la bienvenida. Un gigantesco recinto repleto de esculturas y figuras con el folklore de la región. Schilly sacó de inmediato su cámara parlante y comenzó a tomar fotografías mientras esperaban al guía. Mientras Scarlet observaba una antigua espada de madera, Schilly se acercó.

—Es linda, ¿no? Dicen que fue forjada por el primer rey de Noroteo —dijo Schilly, tomándole una foto.

—Gracias por ahorrarme leer la descripción —respondió Scarlet amargamente—. Además, creo que no puedes tomar fotografías.

—No se preocupen por eso, pueden tomar las fotos que quieran.

Aquellas palabras provenían de Blue, quien se había acercado a ellas. Aunque Schilly le dio un fuerte saludo, Scarlet se mantuvo indiferente.

—¿Qué te parece este museo? —preguntó Blue, arqueando la ceja.

—He visto mejores, con instructores más puntuales —dijo, cruzándose de brazos—. Supongo que está aquí para vigilarme.

—No solo eso, solo quiero que disfruten el recorrido. La historia de Noroteo, aunque no sea tan profunda como la de Paldea, es muy interesante, seguro una chica tan culta en las leyendas como tú podrá apreciarla.

—Toda la historia humana y de los pokémon se basa en juegos de poder. Hoenn, Unova, Kalos, es una constante, y dudo que esta región sea la excepción —dijo Scarlet, mirando a Blue.

—Espera, pensé que la historia de Unova era sobre el equilibrio, ¿no? —preguntó Schilly, confundida.

—La historia de los dos hermanos y los dos dragones puede dar la interpretación de una guerra de poder —dijo el Taran-bot.

—Bueno, es la forma en que lo ve Scarlet, ambas son válidas —Blue sonrió—. Realmente esperó que disfruten el recorrido, y… oh, creo que ya llegó el instructor, vengan.

Scarlet lanzó un suspiro y volvió a acercarse al grupo de alumnos. Una vez ahí pudo ver quién sería un instructor. Scarlet arqueó la ceja al ver a un chico de estatura más baja que ella y de aspecto delgado poniéndose frente a ellos.

—Bu-buenas tardes, chi-chicos, mi nombre es Kieran y seré su guía —dijo tímidamente, intentando ocultar su mirada—. Acompáñenme.

Scarlet no pudo evitar suspirar, ese chico parecía incluso más miedoso que su compañera, siempre temblando y tropezando con las palabras mientras explicaba la historia de algún artefacto antiguo. Sin embargo, ver mejor ese cabello y sus ojos le hizo darse cuenta que eran muy parecidos a alguien más.

—¿Ese chico es hermano de Carmine? —preguntó Scarlet.

—Sí, su hermano menor —respondió Schilly luego de tomar una foto.

—¿El decidió no entrar a la escuela?

—No, es un normie, parece que Carmine se llevó todo el poder —dijo Schilly con una risita.

Fue hasta ese punto que se preguntaba cómo funcionaba todo aquello de las singularidades. Violet no tenía hermanos, ella tampoco, así que nunca se cuestionó si aquello tenía algún componente genético, tal vez fuera una simple y extraña mutación que ocurría con extraña frecuencia. Kieran había sido de los desafortunados que no tenían aquello.

Sin embargo, aunque se mostraba nervioso con cada objeto, su actitud cambió radicalmente cuando habló sobre la leyenda de los compatrones y el ogro.

—Y bueno, aquí lo que tenemos es una de las tantas tablillas que cuenta la leyenda de los compatrones, los cuales relata la leyenda que "salvaron" a la gente del "malvado" ogro de la montaña —la voz de Kieran parecía mucho más sarcástica, haciendo énfasis en esa parte de la leyenda—. Si giro está manivela podrán…

La manivela que movía la enorme cortina que cubría el cristal parecía estar atascada, por más que Kieran intentó moverla la palanca no servía. El chico comenzó a sudar y a volver a tropezar con las palabras por el estrés de no poder mover una simple palanca. Fue en ese momento que vio cómo unas manos sujetaron con fuerza el mango de la palanca.

—Si te espero estaremos todo el día —dijo Scarlet—. Déjame hacerlo.

Kieran se puso rojo de golpe al tener a Scarlet tan cerca. De inmediato soltó la palanca y Scarlet logró girarla por completo, dejando ver la enorme tableta de piedra. Kieran no pudo evitar sentirse más nervioso y estresado al ver como Scarlet había logrado girar la manivela sin esfuerzo.

—Gra-gracias señorita…

—Scarlet, será mejor que avancemos, que tengo hambre.

—Cla-claro —dijo Kieran, volviendo a su explicación.

La primera en quedarse confundida fue Schilly, de lo poco que conocía a su compañera sabía que no era mucho de ayudar a personas desconocidas, menos aún chico que parecía ser, a ojos de Scarlet, patético.

—¿Qué fue eso? —preguntó Schilly, confundida.

—La primera parte de un plan —dijo Scarlet, cruzándose de hombros.

—Lo sabía, tienes un plan —dijo Schilly confiada.

—Pero no lo digas en voz alta que la directora te puede oír —reclamó Scarlet.

Schilly solo se tapó la boca y asintió con la mirada. Había algo que Scarlet había notado en la forma de hablar de Kieran sobre los compatrones, una actitud que podría explotar para poder salir de esa escuela de una forma mucho más sencilla. Solo debía esperar y tragarse toda la exposición de Kieran hasta llegar al punto donde los dejarían en la tienda de regalos. Mientras todos estaban distraídos comprando llaveros, Scarlet se acercó a Kieran, quién repasaba sus guiones en un libro.

—Extraño trabajo el que elegiste —dijo Scarlet, acercándose a la silla donde estaba Kieran.

—¡Se-señorita Scarlet! —Kieran dio un pequeño gritó que luego ahogó al verla— L-lo siento, no estoy muy acostumbrado a hablar directamente con la gente.

—Y aun así escogiste guiar grupos de personas —dijo Scarlet, arqueando la ceja—. ¿Por qué?

Scarlet se sentó junto a Kieran, esperando que el asustadizo chico respondiera.

—So-solo me gusta mucho la historia de la región.

—Y en especial la leyenda del ogro, ¿no?

A pesar del nerviosismo, el rostro de Kieran cambió de repente al tocar ese tema. El chico lanzó un suspiro agotado y miró hacia una de las tabletas de la leyenda.

—La leyenda del ogro me gusta mucho, y me da mucha pena —dijo, bajando la mirada—. Fue humillado y apartado de todos para vivir en soledad, y me da un poco de tristeza el que esté ahí afuera, solo, sin nadie, como… —al darse cuenta que estaba siendo demasiado honesto, el chico golpeó su cabeza y volvió su nerviosismo— Es-estoy seguro que el ogro no es malo, y quisiera ser su amigo.

Scarlet no pudo evitar lanzar una pequeña sonrisa al escuchar aquello, confirmaba lo que necesitaba.

—Creo que puedo ofrecerte algo que nos ayude mutuamente —dijo Scarlet—. Te veo en veinte minutos a las afueras del centro de visitantes, te prometo que te conviene.

—Pe-pero mi turno no ha terminado —respondió Kieran.

—Si quieres cumplir tu sueño, te veo en esa hora —dijo Scarlet, levantándose.

—L-lo siento, no puedo —respondió Kieran, tratando de ponerse firme—. Si quieres que te vea, dame hasta las ocho y con gusto te veré en la tienda de manzanas.

Scarlet arqueó la ceja, sorprendida de la actitud tan cambiante de Kieran, pensaba que sería más fácil de manipular, sin embargo, a las ocho seguirán en la excursión y tendría tiempo de avisarles a Schilly y Violet sobre su plan y discutir un poco con Violet.

—¿Enserio piensas escaparte? —preguntó Schilly, preocupada, comiéndose una manzana acaramelada.

—Esta es la oportunidad, y no la desperdiciaré —admitió Scarlet, cruzándose de brazos—. Y necesitaré que me cubras.

—Ah no, no pienso meterme en problemas —dijo Schilly, negando con la cabeza.

—¿Eso significa que prefieres que me quede aterrorizándote en tu cuarto?

Luego de pensarlo por un momento, Schilly asintió con la mirada, después de todo Scarlet lo haría con o sin su ayuda, mejor que le debiera un favor. El plan era simple, debería hablar con Blue mientras Scarlet hablaba con Violet y Kieran y al final se iba con Kieran a la cima del Monte Ogro donde Scarlet pediría un taxi con el teléfono de Kieran para alejarse lo más posible.

—¿No tendrás problemas con la ley? —preguntó Schilly.

—Siempre los he tenido, no es importante —dijo, mirando para todos lados—. Iré a buscar a Violet, cuando me veas con Kieran entonces podrás hacer lo que te dije, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —asintiendo—. Supongo que no te volveré a ver ni a ti ni al Taran-bot.

—Con algo de suerte.

—En ese caso…

Aunque Schilly abrió los brazos para abrazarla, Scarlet se quedó con una mirada amenazante, provocando que Schilly se alejara y solo le diera un simple apretón de manos. Luego de que Taran-bot se despidiera de su creadora, Scarlet comenzó a buscar entre todo el grupo de alumnos a Violet.

La zona comercial estaba repleta de gente esa noche, tanta que Scarlet tuvo que usar a su robot para intentar localizar a Violet, pero no le encontró. El mar de cuerpos se extendía por el horizonte y su amigo no aparecía en ningún lado. Luego de caminar por unos minutos la marea de gente la empujó a un puesto de bebidas. Al comprobar que Violet no estaba ahí, Scarlet suspiró y entonces alguien le habló.

—Scarlet Koito, ¿cierto?

Scarlet volteó de inmediato. El chico alto y de pelo castaño del club de combate estaba frente a ella. Scarlet de inmediato intentó recordar su nombre.

—Hola —dijo, manteniendo su mirada fría ante el rostro calmado de Sou—. Supongo que Violet te dijo mi nombre verdadero.

—Un poco, lamento tener que preguntar de esa forma —dijo Sou, bebiendo un poco de su refresco—. En la pelea estuviste espectacular.

—Adularme no servirá para ocultar el hecho de que Carmine ganó —dijo cruzándose de brazos—. ¿Sabes dónde está Violet?

—Viene hacía acá, no debería tardar mucho —Sou volteó a ver al dependiente—. Dame otro refresco de uva para la señorita.

—¿Quién te dijo que me gusta el refresco? —reclamó Scarlet, arqueando la ceja.

—¿Preferirías jugo o café? —preguntó Sou.

—Preferiría que dejaras este patético intento de ligar, no estoy interesada —reclamó con molestia—. Solo quiero encontrar a Violet.

Sou solo suspiró y se rascó la cabeza. Scarlet por su lado apartó la mirada del chico, si era honesta era la primera vez que alguien le coqueteaba directamente, pero no le interesaba estar bebiendo un desabrido refresco cuando tenía temas más importantes que tratar con el chico que se acercaba a ellos.

Scarlet dejó a Sou para alcanzar a Violet, llevándolo lo más cerca posible al puesto de manzanas.

—¿Me puedes decir de una vez que quieres? Quiero probar el juego de golpear el ogro.

—Encontré una forma de escapar —dijo Scarlet—. Me veré con el guía y me llevara a la cima del Monte Ogro, ahí pediremos un taxi y saldremos de aquí.

—Espera, ¿convenciste a ese chico de que accediera a ese plan?

—Casi en su totalidad, pero es una ruta segura, solo debemos estar ahí cuando llegue y podremos…

—No pienso ir.

Scarlet se paralizó al escuchar aquello. De inmediato se dio la vuelta y vió directamente a los ojos serios de Violet.

—¿Qué dijiste?

—Oye, Scarlet, la escuela no es tan mala, además, no quiero tener problemas con la ley —dijo Violet.

—¿Enserio te gusta estar sin libertad?

—Claro, como si estar en este lugar ahora fuera una gran prisión —dijo Violet, cruzándose de hombros—. Creo que no has entendido la gravedad del asunto, pero no quiero que vuelva a pasar, no quiero arruinar mi vida por esto.

—Violet, ya hablamos de esto y…

—Y tú no pareces entenderlo —reclamó Violet, molesto—. Quiero que entiendas que me quedaré aquí, me gusta este lugar, y no me iré, y sé que no podré convencerte de lo contrario, y que si quieres arriesgarlo todo solo por ser "libre", no te detendré, al menos podré darte tiempo con Blue.

Scarlet se quedó callada. Por su mente pasaron miles de cosas con las cuales responderle a Violet, pasando por insultos y reclamos, pero en el fondo sentía que tenía un poco de sentido. El evento el Paldea lo había marcado de diferente forma, ya no era el amigo que le decía que sí a todo, era alguien que necesitaba encontrar su propio camino. Scarlet lo sabía, y le molestaba saberlo, pero por más ganas que tenía de gritarle, solo pudo asentir con calma. Si él quería quedarse ahí, también respetaría su decisión.

—Confío en que distraigas a Blue —dijo Scarlet—. Tal vez no me vuelvas a ver.

—Estoy bien con eso —Violet se acercó a Scarlet, abriéndose los brazos—. Por los viejos tiempos.

—Sabes que odio los abrazos —dijo Scarlet, molesta.

—¿Ni siquiera por tu mejor amigo?

—No eres mí mejor…

No la dejó terminar cuando Violet le dio un abrazo. Fue breve, lo suficiente para que Scarlet no hiciera un escándalo y solo lo aceptara con tranquilidad. Violet era su amigo, lo suficientemente importante para darle un poco de contacto físico. Luego de despedirse, Scarlet miró a Kieran llegar, por lo que su plan empezaría, con Violet y Schilly distrayendo a Blue mientras ella se escabullía con Kieran.

Kieran estaba mirando las manzanas acarameladas con un poco de hambre, abrió su monedero en búsqueda de algo de dinero pero no tenía lo suficiente para alcanzar a comprar una, el día de pago seria dentro de tres días. De pronto pudo ver la mirada afilada de Scarlet y giró de repente.

—Bu-buenas noches, señorita Scarlet.

—Kieran, te tengo un trato que no podrás rechazar —dijo Scarlet, confiada—. Pero necesitamos ir a un lugar con menos gente.

—¿A qué se refiere…?

No terminó de hablar cuando Scarlet lo tomó de la muñeca y lo jaló hacia los árboles. Necesitaba alejarse lo más rápido posible de los ojos de Blue para poder explicarle a Kieran todo y que se fueran rápido de ahí. Una vez que se ocultaron en un árbol, Scarlet habló.

—¿Tienes un teléfono? —preguntó Scarlet con un tono acelerado.

—S-sí, ¿para qué lo quieres? —Kieran comenzó a temblar.

—Bien, escucha tengo poco tiempo, pero soy una Caza-recompensas, soy buena encontrando cosas, si me ayudas a subir y pedir un taxi en la cima del Monte Ogro, te llevaré con el ogro.

El nerviosismo de Kieran parecía haber desaparecido de golpe.

—¿Enserio? —dijo Kieran, ligeramente emocionado— P-pero, ¿cómo sabes dónde está?

—Es muy obvio que está en la cima, donde más lo estaría. Mira, de dónde vengo encontré a cuatro legendarios y… —Scarlet hizo una pequeña pausa— El punto es que se encontrar esas cosas, pero necesito que me ayudes a subir.

—¿Pe-pero y tus compañeros?

—Estarán bien, ya saben que no estaré —dijo, mirándolo con seriedad—. ¿Me ayudaras?

Kieran se quedó pensando por un rato. Scarlet hizo un gesto de molestia, odiaba que la hicieran esperar, más cuando Schilly y Violet ya habían llegado con Blue. Para su fortuna, Kieran asintió con la cabeza.

—De acuerdo, solo debo…

—Tiene que ser ahora, vámonos.

No lo dejó terminar, Scarlet lo tomó de la muñeca y lo jaló de nuevo hacía el monte. No podía perder tiempo, en cualquier momento Blue se daría cuenta de que no estaba en el campamento y empezaron a buscarla, y con un montón de alumnos con superhabilidades buscándola la encontrarán tarde o temprano.

El Monte Ogro fue mucho más difícil de escalar de lo que parecía en primera instancia. Aun cuando subió a la cima del cráter de Paldea sin problemas, la forma del monte le hizo sentirse fatigada en varios tramos. La extraña forma del monte solo le causaba más mareos con cada pasó que daban. Cuando volteó a ver a Kieran, él chico parecía más preocupado por ser vistos por algún pokémon que por el relieve de la zona.

—Señorita Scarlet, puede preguntarle, ¿usted también piensa como yo? —preguntó Kieran, mirando a los alrededores— ¿Cree que el ogro no hizo nada malo?

Scarlet arqueó una ceja al escucharlo hablar, hubiese preferido que todo el camino hasta la cima sería mucho más tranquilo.

—Lo que creo o no, no es relevante —dijo Scarlet, mirando a los alrededores—. La historia la escriben los ganadores, eso es lo que sé.

—Entonces si lo cree, ¿verdad?

—Así como creo que el Rey de Paldea fue una víctima de las circunstancias, la historia es complicada, Kieran —dijo, volteando a ver a los alrededores—. Este Monte es más grande de lo que pensaba, ¿Sabes de algún lugar donde se contara sobre el ogro?

Kieran comenzó a ver entre los alrededores hasta encontrar un punto bastante alto.

—Justo ahí está la cueva donde se rumorea que estaba el ogro, pero nunca lo he visto.

Scarlet miró la entrada a una cueva, un lugar lo suficientemente alto como para pedir un taxi que la sacara de ahí, sería un buen lugar para escapar, solo debían subir por una pendiente y cruzar el gran puente de roca que conectaba el camino, algo relativamente sencillo.

Mientras caminaba, pensó en las formas en las que podría convencer a Kieran para que pidiera el taxi y salir de ahí rápido, le quedaba poco tiempo en realidad. Mientras lo meditaba, Kieran volvió a hablarle.

—Dis-disculpa, ¿puedo preguntarte cómo es la escuela a la que vas? —su tono se volvió mucho más tímido.

—Quisiera que no —dijo en voz baja—. ¿No te lo ha contado tu hermana?

—N-no, ella solo dice que es la mejor y todos son tontos, pero yo creo que la mayoría son bastante cool, con sus habilidades y eso.

—Habilidades con los que podrían eliminarte de un golpe —dijo Scarlet, caminando por el estrecho puente—. ¿Tú no tienes ninguna habilidad?

—¿Y-yo? No, para nada —dijo, nerviosamente—. Mi hermana se llevó todo lo bueno.

—Créeme, niño, estás mejor sin eso.

—¿Ni-niño? Pero yo no soy un niño, somos de la misma edad.

—De hecho, ama Scarlet, el sujeto conocido como Kieran tiene dieciocho años de edad.

Kieran se asustó al ver al robot hablando, causando que este cayera al suelo. La vibración hizo que Scarlet se detuvieran hasta que la vibración parara. Al hacerlo, Scarlet se dio la vuelta, enojada.

—¡¿Quieres tener más cuidado?! —reclamó.

—Per-perdón —su tono asustado no ayudó mucho—. T-tu robot me asustó.

—Lamentó haber aparecido de repente, joven Kieran —dijo el Taran-Bot—. No me inmiscuiré más en sus asuntos.

Scarlet dio un fuerte respiro, intentando calmar sus nervios y ayudando a Kieran a levantarse, no quería un susto más hasta que se alejara lo suficiente de Noroteo. Ambos terminaron de cruzar el puente y llegaron a la plataforma con la enorme puerta de entrada a la caverna.

—Como ves, él no está aquí —dijo Kieran, mirando la cueva.

—Era obvio que no estaría esperando a que lo saludáramos —dijo Scarlet, mirando a la cueva—. Dame tu teléfono, tengo una idea.

—Cla-claro.

Kieran sacó su teléfono, sin embargo, antes de que Scarlet pudiera tomarlo, este salió disparado hacia otro lado. Al girarse pudo ver una figura humanoide que se acercó a ellos. Kieran se asustó y retrocedió, pero Scarlet pudo reconocer esa mirada mecánica.

—Thorton —dijo Scarlet, poniéndose rígida—. ¿Blue te mandó a buscarme?

Thorton permaneció en silencio por unos segundos.

—Lo he visto, he calculado miles de escenarios posibles, y tú, Scarlet…

Scarlet notó el peligro en cuanto lo vio, la forma de pararse de Thorton, su mirada fría y fijada en ella, su caminar lento y pausado, estaba esperando el momento de atacar. Sintió de inmediato su corazón acelerarse, no sabía si era por el ambiente, por enfrentar a un androide, o por que Kieran se puso en su camino.

—¡Vete de aquí o llamaré a mi hermana! —gritó Kieran desesperado.

—Obstáculo a la vista, neutralizando…

Como si de la telekinesis de Platinum se tratara, Kieran sintió una enorme fuerza que lo lanzó hacia el borde de la plataforma, cayendo al suelo.

—¡Kieran! —gritó Scarlet.

Pudo escuchar el grito de Kieran cayendo, y el de las ramas de los árboles quebrándose al impacto de su cuerpo. Scarlet intentó correr para evitar su caída, pero pudo sentir como una fuerza la tomaba y la ponía contra la pared. Se dio cuenta de inmediato de que la fuerza invisible era mucho más desorganizada que con Platinum, como pequeños puntos que la inmovilizaban. Nanomaquinas, nanomaquinas que salían del cuerpo de Thorton.

Taran-bot intentó salir y atacar, sin embargo, antes de siquiera tocarlo, las nanomaquinas lo habían desactivado entrando dentro de su sistema, cayendo al suelo desactivado.

—Eres un imbécil —dijo Scarlet—. Pudiste haber destruido el puente y matarnos de forma que pareciera un accidente, pero supongo que eres de los que prefieres algo más personal.

—¡Guarda silencio! —dijo Thorton.

De inmediato, Scarlet sintió como pequeños puntos apretaban su cuello, impidiéndole hablar o respirar.

—He corrido miles de simulaciones, y todas llevan a lo mismo, al desastre, tú nos matarás a todos —reclamó Thorton, acercándose—. Tu determinación nos costará la vida a todos.

—¡P-podrías ha-hacerlo de una vez! —reclamó Scarlet, molesta, si iba a morir no quería escuchar un sermón sobre su moralidad.

Mientras las nanomaquinas apretaban con más fuerza y su suministro de aire se acababa, Scarlet sintió ese cosquilleo en el cerebro que le hizo tener otra visión. Sintió como sus ojos se desorbitaron mientras las imágenes comenzaron a reproducirse en su cabeza, imágenes de Thorton siendo rodeado por una enorme sombra negra que lo apretaba con fuerza y le devoraba la cabeza.

Cuando la visión terminó, Scarlet solo cerró los ojos y esperaba que aquella visión se hiciera real antes de que se le acabara el aire. Y para su fortuna, así fue.

Una sombra se alzó por el acantilado, llamando la atención de Thorton. Scarlet abrió los ojos al sentir que le volvía el aire. Un ser en forma de serpiente se alzó contra Thorton. Pensó que era algo relacionado con Scarlet e intentó atacar, pero la serpiente era rápida, demasiado rápida. De pronto comenzó a rodear el cuerpo de Thorton y lo apretó con mucha fuerza.

Scarlet tosió, recuperando el aliento mientras podía escuchar como los huesos y partes metálicas de Thorton crujían. Al voltear pudo darse cuenta del estado, el cuerpo de Thorton era aplastado como si fuera una pasta de dientes. Su cuello estaba obstruido por el cuerpo de la criatura, impidiéndole gritar, pero el color rojizo de su piel hinchada y la sangre y fluidos que salían de sus orificios fueron suficiente para que Scarlet se alejara hacia la pared.

Con gritos ahogados, la enorme boca de la bestia se abrió y arrancó la cabeza de Thorton de un solo mordisco, devorándola. Scarlet se quedó quieta, buscando de manera inquieta la pokébola de su Meowscarada en caso de tener que pelar. No la encontró.

El monstruo soltó el cuerpo sin vida de Thorton y volteó a ver a Scarlet, clavándole unos fijos ojos amarillos bastante brillantes, para posteriormente lanzar un rugido. Scarlet estaba cansada, su corazón latía como loco. Fue entonces que recordó la caída de Kieran, abajo había árboles.

Fue puro instinto, cuando el monstruo rugió, Scarlet tomó a su Taran-bot y corrió para saltar hacía donde Kieran había caído. Como predijo, había árboles de los cuales pudo amortiguar su caída, rompiéndose un brazo en el proceso de caer. Cayó en los arbustos, su brazo comenzó a arder mientras se levantaba y buscaba en todos lados el cuerpo de Kieran, pero no había nada, solo ramas caídas. Con dificultad se levantó, momento en el que vio como Blue apareció de repente, frente a ella, con un rostro asustado.

—¡Te-tenemos que irnos! —gritó Scarlet.

—¡Dame tu mano! —gritó Blue.

Scarlet lo hizo, y entonces ambas desaparecieron de ese lugar en un instante.


Buenas, queridos lectores. Si, aquí estoy yo con una idea historia, esta vez una historia larga basada en la serie de "Wednesday" de Netflix. Deben saber que desarrolle una hiperfijación por la buena de Scarlet Koito, y de ahi viene esta idea.

De antemano pido perdón por no actualizar los otros fics, ya se la saben, cuando hay inspiración las cosas se van a hiatus xd (pero volveran, eventualmente, cuando me canse de Scarlet (?))
No tengo mucho más qué decir, salvo que no esperen un copía y pega de la serie, se toma la trama base y se modifica para adaptarla a este AU uwu. Realmente espero les guste :3

Sin más, nos leemos el siguiente mes uwu.
Se les aprecia uwu