¿es un fic del día de san Valentín atrasado? Sí. Mas o menos. Creo.

Dado que, en LEADH no están yendo a la escuela y esta no es en sí tan importante, no lo considero del todo un School AU. Aunque siempre he querido hacer uno. Un school au bien cliché, de la animadora mala onda que se enamora del nerd, AMO ESE CLICHÉ, lo adoro. Ta bonito.

Uno sin angst o sin cosas turbias. Lamentablemente sin lemon, porque este es un fanfic decente, uno respetable... Uno en el que no se me ocurre un lemon, una disculpa.

O quien sabe, siempre escribo notas antes de escribir el fanfic, igual a la Hannia del futuro se le ocurre meter lemon. Cosa que dudo.

No. Bueno, tecnicamente sí lo hice, solo que no es explicito.

Este fanfic está basado en la música de Charli XCX, artista que empece a escuchar desde el 2019 y no la he soltado desde entonces. Recomiendo que la escuchen, su música es buenísima. Pueden escuchar a playlist con las canciones que me inspiré aquí).

No los distraigo más, puede que esto sea largo. Me rehúso a hacer de esto una historia larga. No puedo.


Astrid no es como las otras chicas.

No, espera, yo no pienso eso. Eso es lo que piensa ella, no es que lo haga siempre, claro, no lo hace cuando ve Heather maquillarse o cuando Ruffnut habla y habla sobre chicos. No lo hace cuando debe elegir su atuendo, ni lo hace porque lea libros (no es que lo haga muy seguido de todos modos), no usa gafas, detesta el café, y en lo personal, odiaba los días lluviosos, es alérgica a los gatos, le gustaban los deportes, es la capitana del equipo de animadoras y es rubia. La total antítesis de la chica que siempre dice que "no es como las otras chicas". Astrid nunca se ha considerado fuera del molde ni mejor que nadie...

Salvo por una cosa.

Ella no estaba enamorada de Hiccup Haddock.

Hablar de Hiccup no es algo que le agrade. De hecho, busca evitarlo siempre que puede. La razón es sencilla: lo odia. Lo odia demasiado, jamás pensó que podía llegar a odiar a alguien, pero en serio que detestaba al sujeto. Bueno, no es un odio tan fuerte, es decir, Snotlout Jorgenson es mucho mas desagradable y a él también lo odiaba, pero el odio que sentía hacía Hiccup era distinto.

Era un odio que le calentaba las arterias, le hacia sentirse extraña, la rabia ocasionaba que su corazón fuera mas rápido. Cada que lo escuchaba hablar, le era insoportable, tanto que solo quería levantarse a darle un puñetazo o algo así, peor cuando veía su cara... Hiccup es insoportable.

Siempre lo había detestado. Casi desde que lo conocía. Sin embargo, su odio se fue incrementando con el tiempo; Hiccup siempre fue el nerd flacucho, asmático, con lentes gruesos y el rostro salpicado de pecas. Los dientes no lo ayudaban, eran un poco grandes, con un diastema importante entre los dos incisivos superiores, ni lo ayudaba su dermatitis nerviosa, ni su estatura pequeña, ni su gusto por La Guerra de las Galaxias, o por Marvel, o por el Hombre Araña...

Hasta que la pubertad lo golpeó. Duro.

Para Astrid era casi imposible que eso hubiera pasado. Díganme, ¿quién hubiera pensado en que a alguien tan patético como Hiccup le hubiese golpeado la pubertad tan fuerte? Lo primero que pasó, fue lo mismo que les pasó a todos los chicos en secundaria: dio un estirón. Hiccup lo dio en serio, pasó de medir uno sesenta y cinco a medir uno setenta, luego uno setenta y cinco; llegó rápidamente al uno ochenta y finalmente, se quedó en un solido uno ochenta y siete. Es tal vez el chico mas alto de la escuela de no ser por Fishlegs y Eret, que sobrepasan ligeramente el uno noventa. Se conservaba flacucho, claro, y su forma de caminar era la misma que cualquier larguirucho con suerte: encorvado, como si no supiera que hacer con tanta altura. Aunque lo fue corrigiendo, ahora ya no camina tan mal.

Lo siguiente que le golpeó fue el ensanchamiento de su espalda, nadie estaba seguro si la razón era su padre, que poseía un rancho a las afueras de Berk y que probablemente le obligaba a pasar tiempo ahí haciendo pesadas tareas, o si había sido su nuevo trabajo de mecánico con Gobber. El punto es que, aunque seguía siendo delgado, ya no se veía raquítico como antes. Al contrario, muchas chicas empezaron a fijar su mirada en él. Fue peor cuando el acné que se formaba a veces en sus mejillas desapareció de un día al otro, junto con sus enormes lentes de fondo de botella y armazón de pasta, siendo reemplazadas por blanca y lisa piel, unicamente marcada por las pecas y una barba creciente, así como de unos lentes de contacto que permitían ver sus bonitos ojos verdes, y cada que miraba hacia arriba, o cada que hacía literalmente cualquier gesto (porque ella no sabía porque, pero siempre se movía de forma insoportable cada que hablaba) podías apreciar sus largas pestañas.

Se le engrosó la voz, aunque seguía siendo nasal y la de un completo nerd. Sus dientes se conservaron igual de torcidos, el diastema lo ves cada que sonríe, cada que se ríe, cada que habla...

Y quien sabe como, pero el chico había adquirido una seguridad bastante... abrumante. Aunque esto podría deberse al... accidente.

Una de las cosas que cambio, fue su pierna izquierda. Accidente de coche. No fue culpa de nadie, en realidad, Hiccup volvía a casa en la pick up vieja del rancho en el que vivía, venía de la biblioteca, era invierno, por lo que, aunque eran las seis de la tarde, ya estaba oscurecido. Él estaba respetando todas las señales de transito, en serio, ¿cómo iba a saber que el enorme trailer no vió el alto? El golpe le dió de lleno a la puerta del conductor; un brazo roto, puntos en la barbilla, en el hombro y en la espalda, dos coronas de cerámica y metal en los dos últimos dientes del lado derecho de la mandíbula, fractura de clavícula, dos costillas rotas y... fractura expuesta en la tibia de su pierna izquierda, la cual había quedado prensada entre la puerta y la caja de velocidades. Insalvable.

Así que, sí. Cicatrices, un accidente de coche y parte de su pierna perdida. Hiccup faltó un año a la escuela, presentó los exámenes al final del semestre, con notas excelentes, caminaba un poco extraño al principio, se le veía triste los únicos días en los que iba a la escuela. Se formó una regla de oro en la escuela después de eso: Nadie se burlaría de la pierna de Hiccup. Nadie comentaría nada acerca del accidente, ni haría preguntas tontas.

Hasta que llegó el siguiente año, un poco mas animado, hablando varias octavas mas alto, con una seguridad que brillaba como el sol y un humor bastante optimista. Hacía bromas él mismo sobre su pierna, aunque, claro, nadie que no fueran los gemelos Thorston se atrevían a hacerlas. Hiccup había adquirido un carisma que nadie sabía que tenía. Sí, se seguía abrumando con algunas cosas, se seguía poniendo nervioso en otras, seguía teniendo ese habito del balbucear cuando estaba nervioso, a veces seguía con su sarcasmo ácido, pero en general, ya no era el mismo nerd tímido y asocial que era antes.

La terapia debía hacer maravillas.

Al poco tiempo, se volvió el presidente de la clase. Y lo crean o no: popular. Popular. Se llevaba bien con todos, con los del equipo de baloncesto, con los de ajedrez, con los nerds, con los rockeros, con los miembros del equipo de fútbol... ¡Hasta Snotlout se volvió su amigo! Eret también, especialmente porque Hiccup daba asesorías a quienes lo necesitaran y Eret era demasiado cabezota con la trigonometría y con la hidráulica.

¿Eso le afectó a ella de alguna forma? No en un principio. Incluso acompañó a Heather y a Ruffnut a dejarle unas flores al hospital (ella no es un monstruo), realmente esperaba que se mejorara, que todo saliera bien. Y fue sorpresivo verlo su "nuevo yo" en la escuela. Hasta que empezó a desplazarla, hasta que le robó el puesto como presidenta de la clase, hasta que se volvió el mejor promedio de la generación, hasta que empezó a acaparar la atención. Hasta que Heather y Ruffnut no podían dejar de hablar de él ni de lo lindo que era.

"¿Ya lo viste? ¡Ay! Es tan lindo..."

No solo eran ellas. Eran todas las chicas de su equipo, todas creían que Hiccup era lindo, todas las chicas de la preparatoria de Berk creían que Hiccup era "un bombón".

Todas, excepto Astrid. Por eso cree que ella no es como las demás, porque no puede creer todo eso.

Algo debió pasar, Hiccup no pudo despertar un día y volverse atractivo de golpe, tuvo que haber una razón, quizá tomaba suplementos para crecer, tal vez hace ejercicio a escondidas, tal vez hace trampa en los exámenes, tal vez usó crema para el acné, tal vez la elección de cambiar sus gafas por lentes de contacto no fue una causalidad, tal vez su nuevo corte de cabello fue completamente al propósito, seguro que ese estilo todo desalineado lo logra pasándose horas frente al espejo, quizá siempre planea lo que hará, quizá es un total mentiroso. Lo del accidente sí pasó, claro que ocurrió, pero tal vez se aprovecha de eso (sí, ya sabe que pensar eso esta mal, muy mal), tal vez en ese tiempo en el que estuvo en rehabilitación, Hiccup había aprendido a encontrar su carisma, tal vez tomó cursos de oratoria, tal vez no se la pasó dibujando como siempre dice.

Hiccup debía ser un fraude. Nadie se vuelve tan bueno en tan poco tiempo, en especial él.

Estaba harta de que nadie lo notara, de que nadie se diera cuenta que él estaba mintiéndoles a todos. Porque eso debía ser, una mentira, un elaborado plan, algo distinto...Hiccup debía tener algo entre manos. Sin embargo, tal parecía que ella era la única que creía esto en toda la escuela... bueno ella y Viggo Grimborn, el profesor de física, pero él odiaba a todo el mundo. Además, su odio hacía Hiccup se debía a la vez que el chico le ganó en mazas y garras frente a la clase.

Pero eso no es lo importante aquí. Si Hiccup tiene un enemigo o no, no importa demasiado. No le sorprendía de todas formas y no hacía que Viggo le cayera mejor.

Lo detestaba. En serio. Sabía que era un odio absurdo, Heather y Ruffnut se lo habían dicho, ella misma lo había pensado varias veces. Es ridículo, no tiene ni un poco de sentido, era irracional, Hiccup jamás le había hecho nada personal... a no ser que esté haciendo todo esto para molestarla.

No había nada de malo con que se volviera atractivo, en serio. Sí eso lo hacía mas insoportable, pero ese no es el problema en sí. El problema era que Hiccup parecía querer hacerla quedar en segundo plano a propósito; siempre lo hacía, y lo peor es que siempre lo lograba. ¿Ella se postula para ser presidenta de la clase? Hiccup también y le gana, ¿quiere organizar el evento de beneficencia de este año? Oh, espere, Hiccup acaba de tener una idea "mejor", ¿es el examen mas importante de la escuela? No importa cuanto estudiara, no importa cuantos créditos extra tuviera, no importaba nada de eso, quien sabe como, Hiccup logra pasarle por encima con facilidad, sin ningún esfuerzo, casi casi burlándose de ella. Hasta parecía que se reía de ella.

Y eso no lo iba a permitir.

En lo único que ella era mejor que él era en los deportes. Bueno, siendo animadora. Hiccup no era parte de su escuadrón, por suerte. El único hombre que tenía que soportar en su equipo era Tuffnut, eso y a los chicos que las miraban babeantes del equipo de fútbol. Nadie podía perturbar eso, Astrid era buena dando ordenes, era buena en las acrobacias, sus mortales hacia atrás, buena gritando, con las cintas de colores, con los pompones... Hiccup no podía ser mejor que ella en ese caso.

A menos, claro, que un día se le ocurriera ser animador. Esperaba que no, cielos, nadie podría cargarlo con esa pierna.

Uy, no, ella se ha prometido que le lanzaría insultos, improperios, cualquier cosa siempre y cuando no esté relacionada con su pierna. Eso era bajo. Y Astrid no era una persona baja. Ella era mejor que eso. Era mejor que él. Y no era una segundona.

E Hiccup no era atractivo para ella en absoluto. Punto.

Justo ahora se encontraba ahí, en el campo de fútbol. En su sección frente a las gradas, con su escuadrón. El uniforme era de color azul marino, era de dos partes: la parte superior consistía en una blusa ceñida de manga larga, de cuello alto, debajo de un top azul cielo, de tirantes blancos y con enormes letras blancas y bordes azul marino que rezaban el nombre de la preparatoria. La falda era del mismo color que la blusa, cuyos tablones eran a juego con el top azul cielo, no era muy estorbosa a pesar de que era un poco larga, le llegaba dos dedos arriba de las rodillas. Debajo de ella, llevaban puesto un short de lycra azul marino. En Berk hace frio, y que el uniforme fuera térmico ayudaba mucho en invierno, pero era fresco en verano.

Los pompones eran esponjosos, de los dos colores del uniforme. Los tenis eran blancos y las calcetas azul marino que les llegaban hasta las rodillas. Astrid llevaba su largo cabello en una trenza que le caía sobre el hombro, unos cuantos mechones rebeldes se habían deslizado a su cara, no eran un problema a este punto, ya estaba acostumbrada a ellos. Había sol el día de hoy, pero era el mismo sol de febrero que no calentaba nada. Ni un poco. Hacía frío, pero ya no nevaba, al contrario, el pasto empezaba a crecer de nuevo, perdiendo el color amarillo y enverdeciendo cada vez mas. De fondo, se escuchaba al entrenador de fútbol, su silbato y al mariscal de campo dando indicaciones.

Que bueno que Hiccup no podía jugar fútbol. No por la pierna, sino por lo torpe que era.

— ¡Muy bien!— se giró a las chicas y a Tuffnut. La variación de su uniforme estaba en que llevaba pantalón, y que no usaba top, el membrete de la escuela lo llevaba en una franja horizontal azul cielo. Usaba sus rastas en una coleta por encima de su gorro, su hermana gemela Ruffnut, tenía el largo cabello en dos coletas bajas detrás de su cabeza, Heather usaba el cabello a los hombros en una media coleta.— ¡Hagamoslo una vez mas! Ruffnut deja de mascar chicle, te ahogarás, Tuffnut, ya te dije que tu punto de apoyo son tus rodillas... Gerda, trata de seguir el ritmo, son dos pasos atrás, tres a un lado, y un salto al frente... ¿Están listas? ¡Esta vez lo vamos a hacer bien!

Tenían que. Astrid tenía un objetivo en mente para obtener mas créditos para la universidad: ganar el campeonato de animadoras. Este año, Berk pasaría de las regionales, llegaría a las estatales, eso era seguro, de eso se iba a encargar.

Hizo una seña, con eso, Tuffnut corrió hasta las bocinas en el suelo y apretó el botón para que la música se reprodujera. Tenían un margen de tres segundos, para que luego...


Soundtrack: Boom Clap, Charli XCX


Boom, boom, boom...! Clap!

Astrid había descubierto a Charli XCX en las vacaciones de invierno. Terminaron gustándole sus canciones y ahora era de sus artistas favoritas. Decidió usar su canción mas comercial para armar una rutina y esperaba usar varias de las canciones en el campeonato. Todas las chicas estaban de acuerdo. Puede que parezca que Astrid es una líder inflexible, y la mayoría de las veces de verdad lo era, no obstante, era muy considerada con su equipo, atendía sus inquietudes y siempre pedía las opiniones de todas en las nuevas rutinas. Aunque sí, era muy dura.

First kiss just like a drug

Under your influence

You take me over, you're the magic in my veins

This must be love

Giros, vueltas, volteretas, sonrisas, Tuffnut, Heather y Ruffnut la rodearon, Tuffnut y Ruffnut la tomaron de la planta de los pies, Heather la tomó de las caderas, y la ayudó a subir. Astrid, por su parte, usaba los hombros de los gemelos como apoyo. Una vez lograron subirla y dejarla completamente de pie sobre las manos de los gemelos, con triunfo Astrid alzó las manos al cielo, sonriendo como si los jueces ya se encontraran ahí.

Boom clap, you make me feel good

Come on to me, come on to me now

Dos tirones, avisándole que iban a elevarla un poco mas, asintió y los gemelos, junto con Heather la elevaron extendiendo sus brazos por completo. Astrid se mantuvo ahí, triunfal...

Boom clap, the sound of my heart

The beat goes on and on and on and on and

Boom clap, you make me feel good

Come on to me, come on to me now...!

Hasta que lo vió, Hiccup estaba ahí, llegando al campo. Se le veía desubicado y algo nervioso. Dioses, no podía ser, ¿qué rayos quería...? ¿Le estaba saludando?

Desgraciadamente, no fue la única que lo vio.

— ¡Miren, es Hiccup!— chilló una de las chicas, la cual se encontraba en la cima , inmediatamente todas las chicas se giraron, hasta el propio Tuffnut lo hizo. Hiccup reparó en el gesto, hizo una mueca, apenado y abochornado.

— ¡Hola, Hiccup!— saludaron varias chicas, siendo una de ellas Ruffnut y otra, Gerda. Las dos chicas que se encontraban en la cima de las otras pirámides se dejaron caer y fueron atrapadas por sus compañeras; como hormigas a la miel, fueron hasta él, riendo, listas para abrumarlo todavía más. Y es que si algo adoraba el cuerpo estudiantil femenino, era poner nervioso al nerd larguirucho.

Astrid se cruzó de brazos. Puso mala cara, apretó los puños, enfadada, se dejó caer, y aterrizó en los brazos de los gemelos, o bueno, mayormente en los brazos de Tuffnut, porque Ruffnut ni bien la recibió, la soltó para ir tras Hiccup. Astrid rodó los ojos, era ridículo, era un cliché andando, era horrible. Lo odiaba tanto...

Estaba distrayendo a sus chicas. Estaba arruinando el único momento que Hiccup no podía arruinar. O al menos eso creía, porque ahora...

Bajó de los brazos de Tuffnut con brusquedad, con paso decidido, caminó hasta él, molesta.

— ¿¡Qué haces aquí!?— exclamó, los demás se volvieron. Hiccup sonrió inmediatamente al verla, tenía las manos en su cadera, el ceño fruncido, los ojos repletos de hielo... De tanto estarla admirando, no notó qué no había respondido la pregunta que Astrid le había hecho y que, de hecho, Astrid lo estaba mirando así porque esperaba su respuesta.

Frunció los labios, camino un par de pasos al frente y rascando su nuca, habló.

— Uh, hola, Astrid, hola, Astrid, hola...— Hiccup no era ningún tonto. Sabía que Astrid lo detestaba, no sabía bien porque, pero lo tenía en cuenta. Ella entrecerró los ojos, hecha una furia.— Eh... Yo... Te estaba buscando.

Astrid abrió los ojos con sorpresa, muchas chicas hicieron el mismo gesto, otras saltaron, y otras, refunfuñaron en protesta. Ush, claro que quería hablar con Astrid, era la capitana de animadoras, la segunda en la clase y según varios, la chica más linda de la escuela.

No era de extrañar.

Pero para Astrid sí. Creía que con su indiferencia, sus malos tratos re incluso su manera tan grosera de tratarlo eran suficientes para hacerlo entender que ni en mil años quería hablar con él. Sin embargo, ahora él parecía estar muy decidido a hablarle, reacio a hacerle caso a esos malos tratos.

— ¿A mí?— fue una pregunta que sonó un poco más dura de lo que todos esperaban. Fue sarcástica, al parecer. Hiccup asintió rápidamente. Sí, justo a ella la estaba buscando.— ¿Y que es lo que quieres?

A todas las chicas les frustraba esto. Astrid podría ser un poco linda con él, podría por lo menos ser amable, sin embargo, la chica prefería odiarlo y no resolver nada.

Hiccup tragó saliva.— Es...— ¿Por qué, en nombre de Thor estaba tan nervioso? ¿Qué nunca había visto a una animadora con su uniforme? Pensaba Astrid, creyendo que esa era la razón por la que Hiccup se veía tan atontado.— Uh, bueno, es que al director Oswald le gustaría vernos a los dos y...

— ¿A los dos?— sus palabras, duras como el hielo, parecían no hacerlo trastabillar en absoluto. Astrid se lo pensó un segundo.— ¿Qué fue lo que hiciste?— olvidé mencionarlo: Hiccup suele ser un imán de problemas, a veces él llega a meterse en problemas sin pedirlo. Esto a Astrid le parecía aún más irritante. Seguro que la había metido en un problema.

Hiccup negó con las manos.— ¡No, no he hecho nada!— su voz sonaba tranquilizadora, jovial como siempre.— Es sobre la beneficencia de este año. Él quiere...

— Tú estás a cargo de eso.— refutó la rubia, enviándole más hielo en su voz. Duro y frío. Afilado.

Pero Hiccup parecía contrarrestarlo con calidez.— No... Del todo. Huh.— se rió y como tic nervioso, movió los hombros de forma cómica. Siempre lo hacía, eso y revolverse el pelo, desalineandolo cada vez más.— De eso quiere hablar contigo... Con nosotros. Sí, eso.

Astrid lo miró por un segundo. Playera gris de cuello redondo, sobre esta una camisa de cuadros color verde, arremangada hasta los codos, una muñequera de cuero marrón en la mano derecha, adornada con pinchos grises y brillantes, delante de este, un reloj digital, jeans rectos, que le llegaban hasta los tobillos, converse negros... La prótesis oculta con uno de ellos. Diablos, está chico parecía que se había quedado en los años 2000.

Pero, al parecer, no estaba mintiendo. Tenía cara de ser un idiota, aunque uno que decía la verdad. Suspiró y rodó los ojos.

— Más te vale que sea algo importante.— le amenazó, fue hasta sus cosas junto a la bocina. Se colocó la mochila al hombro con gracia y fue hasta él, quien en todo ese tiempo, no había dejado de mirar a la chica, en completo silencio; las demás chicas seguían a su alrededor, murmurándole cosas, diciéndole cosas que él contestaba con la cabeza. Una vez regresó a su lado, lo miró otra vez, de arriba a abajo.— ¿Qué?— preguntó grosera, haciéndolo parpadear. Entre más pronto fueran mejor, ¿No es verdad?— ¿Esperas que te dé permiso de caminar?

Heather negó con la cabeza. Astrid era todo un caso perdido. Las mejillas de Hiccup se encendieron un poco, dándole un aspecto de, por si fuera poco, más idiota de lo que era antes. Felicidades.

— No, no, lo siento.— se disculpó antes de girarse y dirigirse a la oficina del director, con ella a su lado, a una buena distancia. Ew, no quería tocarlo por error, no quería ni siquiera estar cerca.

Los que se habían quedado, miraron a Heather, quien es la segunda al mando. La pelinegra solo se encogió de hombros y negó con la cabeza.— Supongo que la práctica terminó, chicas. Pueden ir a casa.— les dió permiso, todas hicieron lo mismo de tomar sus mochilas mientras hablaban entre ellas, muchas comentando la extraña escena que acababa de pasar.

Ruffnut, con el ceño fruncido, se acercó a su amiga, Tuffnut sonriendo también.

— No puedo creer que a él le guste Astrid.— comentó Ruffnut con cierto reproche.— Quiero decir, ¿Vieron como la miró? Ojalá me mirara así.— comentó. A Heather no le gustaba mucho Hiccup, solo creía que era lindo y ya, pero de todas formas, asintió.

— Pobre, seguro que estar enamorado de alguien que te odia es horrible.— comentó Heather con cierta pena. Tuffnut soltó una carcajada y Ruffnut rodó los ojos con fastidio.

— Heather, Heather...— negó con la cabeza Tuffnut, tomándola de los hombros.— Astrid no odia a Hiccup.— le aseguró. Heather alzó las cejas, fingiendo que le creía.

— ¿Ah, no?

— ¡No! Claro que no.— chilló Ruffnut.— Se hace la interesante nada más. Se muere por Hiccup Haddock de la misma forma en la que yo me muero por él y por Eret.— desvío la mirada al campo, dónde Eret, el mariscal de campo, seguía dando instrucciones.— Los dos son unos bombones...

— Siempre pasa en las películas. La chica que odia al chico lo hace solo porque lo ama y no quiere expresar sus sentimientos.— relató Tuffnut, con los ojos brillantes. Heather se permitió soltar una risa.

— Chicos, esto no es una película. A Astrid no le gusta Hiccup. Lo detesta por haberle quitado el puesto.

— ¡Le gusta porque Hiccup es un reto!— Apuntó Ruffnut, Tuffnut asintió y Heather se quedó un poco confundida. Uh, ¿A qué se referían con eso?— Hiccup es todo lo contrario que ella busca. No es un atleta, es torpe...

— Bueno con las matemáticas, con la física...

— Bueno con los dibujos...

— Es malo en los deportes, es un debilucho a sus ojos...

— Un nerd que casi no va a fiestas...

— Lo capto, gracias.— les cortó Heather. Sí, era todo lo contrario a las personas con las que Astrid ha tenido romances, ¿Y eso qué?— Precisamente por eso no puede quererlo, chicos...

— ¡Exacto! Es un reto estar con él. Algo nuevo.— atajó Tuffnut, sonriendo.— A ella le gusta, pero le causa conflicto que se salga del molde de hombres que le gustan.

— Eso y que se robó la presidencia de la clase.

— También.

— Ustedes dos deben dejar de ver tantas películas.

— ¡Es en serio, Heather! ¡Hiccup y Astrid terminarán juntos! ¡Son una bomba de tiempo!

— Claro que no.

— ¿Quieres apostar?— preguntó Ruffnut con picardía. Heather, muy segura de sí, aún tomando en cuenta de que apostar con la vida amorosa de su mejor amiga estaba mal, rodó los ojos y asintió.

— De acuerdo. Veinte dólares si ellos no terminan besándose en el evento de beneficencia.


Oswald es el padrastro de Heather. Y es la persona más amigable de todas, un buen director, bastante respetado, sin embargo Astrid lo estaba odiando de sobremanera por haberla llamado en medio de su práctica, peor aún, por haberla llamado para estar en una oficina con Hiccup Haddock.

— Hiccup, Astrid, ustedes saben que son mis dos mejores estudiantes.— los adulo, Astrid rodó los ojos, Hiccup no dijo nada, miraba a la rubia de reojo de vez en vez.— Y que el evento de beneficencia de este año es muy importante. Es el último antes de que se vayan a la universidad...

Ella quería que fuera al punto.— Yo no estoy a cargo este año. —lo cortó, no estaba en su mejor momento. Estaba a punto de perder los estribos, el director, sumado a Hiccup eran una tortura.

Oswald asintió.— Tiene toda la razón, señorita Hofferson. Sin embargo, Hiccup me dijo que usted podía ayudarlo con las actividades, creo que su experiencia en el tema podría ayudarlo a orientarse...

— ¿¡Hiciste qué!?— la rubia se giró hacia el castaño, hecha una furia. Hiccup dió un paso atrás, alejándose de ella.

— Es que... Son muchas cosas, ese día estabas tan molesta que creí que no sería justo que solo yo... Organizara esto.— se excusó, sabía que no sería suficiente. Lo veía en los ojos de la rubia.— Creí que sería una buena idea que tú y yo...

— ¡No pienso ayudarte!— chilló Astrid, luego, se volvió a Oswald.— No voy a ayudarlo. ¿Quería estar a cargo? ¡Pues tendrá que hacerse cargo de todo esto solo!

Dió media vuelta y empezó a andar cuando Oswald la detuvo.— Eh, no es solo eso, señorita Astrid... También queríamos... Tomar algunas de sus ideas.

Oh, no debió decirlo así. Astrid se volvió, su trenza voló por la rapidez con la que lo hizo y aterrizó en su hombro limpiamente. El movimiento fue casi hipnótico para Hiccup.

— ¿Quieres tomar mis ideas?— el hilo de voz fue afilado, frío como el Ártico. Como un látigo helado, directo al corazón. Vio la manzana de Adán de Hiccup moverse de arriba a abajo, asustado.— Tú, cabeza de carnero...

Antes de Astrid que pudiera lanzarsele a Hiccup encima y arrancarle los ojos con las uñas, Oswald interfirió:— No exactamente, Astrid. Hiccup quiere que la ayudes. Con tu experiencia y las buenas ideas de Hiccup, ¡estoy seguro que esta beneficencia será la mejor de todas!

Bueno, por ahí debió de haber empezado. No era mejor, ni era lo más óptimo, ni mejoraba para nada las cosas, sin embargo sonaba mucho mejor eso o solo usar sus ideas.

— Él quiere...— Hiccup tragó saliva, las uñas de la chica se veían filosas, y sus ojos estaban muy expuestos.— ... Quiere que trabajemos juntos.— terminó la oración con un hilo de voz.

Astrid dirigió sus ojos de Hiccup a Oswald, fruncía el ceño, las mejillas ligeramente encendidas.— No.— insistió. El director parpadeó confundido, no esperaba esa respuesta, bueno, no la esperaba tan rápido, tal vez su alumna no lo había entendido.

— Astrid, quiero que Hiccup y tú se encarguen...

— Lo sé.— lo interrumpió, cortando su frase de golpe.— No quiero.— repitió, dejando muy en claro su punto. No trabajaría con este sujeto ni aunque fuera por todos los créditos extra del mundo. No soportaría estar cerca de él ni un poco. Ni un poco.

Ni siquiera habían pasado diez minutos y ya no aguantaba estar en la misma habitación.

Astrid no esperaba que el siguiente en hablar fuera Hiccup.— Ni siquiera lo has pensado.— murmuró, se seguía viendo asustado, ambas manos frente a su cara, en un vano intento de defenderse en caso de que ella quisiera lanzarsele encima; había temor en sus ojos, claro que lo había, eso le causaba satisfacción verlo, sin embargo, notó algo distinto en los ojos verdes del chico: desilusión.

¿Qué acaso él estaba... decepcionado? ¿Él quería... trabajar con ella? ¿En serio?

Debía ser un truco, no podía ser verdad. En serio. Podían llamar a Heather, ella sabía mucho de esto también, a cualquiera, cualquier persona en esa escuela podía ayudar a Hiccup de mejor y de forma mucho mas amable que ella. ¿Por qué ella?

¿Y por qué, por todos los dioses, la estaba mirando así? Dioses, no es como si fuera el fin del mundo. Lo peor: ¿por qué su mirada le estaba afectando tanto? Era incomodo, no le gustaba esa mirada, ¡quería que dejara de hacerlo!

Apretó los puños, tomó aire por un segundo, no iba a ceder. quizá otras chicas como Ruffnut cederían, pero ella no, porque...

— Por favor, Astrid.— susurró Hiccup. Desvió por un momento la mirada y agregó.— Hazlo por los gatitos...

Gatitos. Este año serían gatitos. Perfecto. Gatos.

Gatos.

¿¡POR QUÉ RAYOS ESTABA PONIENDO OJOS DE GATO TRISTE!? ¡Diablos! ¿¡Qué es lo que estaba planeando!? Esto la estaba sobrepasando, incluso podía sentir sus mejillas un poco mas cálidas por el coraje.

— ¡AGH!— Astrid alzó la palma de su mano, Hiccup se tensó. Aunque, no, no lo golpeó, solo tomó aire profundamente, soltó el aire con lentitud, tratando de calmarse. Hiccup se relajó un poco al ver ese gesto, pero no bajó la guardia.— De acuerdo.— los gatos son lindos, independientemente de si era alérgica o no, no soportaría ver a gatitos en las calles y sin hogar.

Confirmó que la había tomado del pelo cuando vió que su expresión cambiaba a una mas iluminada.

Esa sonrisa se podía ver a kilómetros.

— ¡Maravilloso! Ya lo verás, Astrid, será una beneficencia...

— Sí, sí.— Astrid no paraba de cortar todo lo que decía el director. No necesitaba saber más de eso.— Lo que sea, ¿me puedo ir ya?

Ambos hombres asintieron. Astrid volvió a girarse con gracia y se salió del lugar, Hiccup fue mas educado y se despidió por los dos, también prometió hacer su mejor esfuerzo, igualmente, por los dos. Salió detrás de ella, medio corriendo.— ¡Astrid!— fue tras ella, tratando de alcanzarla, Astrid rodó los ojos y apretó la correa de su mochila.— ¡Espérame!— le pidió, su pierna sonaba de forma metálica a cada paso.

No iba a girarse. Es mas, apretó el paso...

Hasta que la alcanzó y, para su desgracia, le tocó el hombro. Ella se volvió, como si solo su toque la hubiera ofendido, Hiccup quitó la mano del sitio, captando el mensaje.

— Lo siento...— mustio, colocando su mano dentro del bolsillo de su pantalón. Astrid entrecerró los ojos, aceptaba su disculpa, de todos modos.— Yo... bueno, gracias por aceptar ayudarme...

— No te estoy ayudando a .— contradijo Astrid. Estaba ayudando a los gatitos de la calle, no a Hiccup. Definitivamente no.

Hiccup se aclaró la garganta.— Uh, sí.— asintió, tenía que decir algo o esto se volvería incomodo.—... Ah... tenía... uh, no, quería ver si podías... quedarte... un rato más... a planear lo que haremos...

— Escucha.— era mejor dejar las cosas en claro ahora y no tener que soportar a Hiccup tratando de ser su amigo o lo que sea.— NO me agradas. NO quiero ser tu amiga. NO pienso pasar más de dos horas contigo, NO pienso llegar a casa tan tarde, NO voy a ayudarte a hacer las decoraciones, nos veremos siempre a las tres de la tarde, después de mis prácticas, si llegas tarde, me largo y JAMÁS pienso volver a ayudarte en algo, ¿entendiste?— lo tomó del cuello de la camisa, lo hizo encorvarse a su altura, que no era mucho. Él se sorprendió mucho de tenerla tan cerca, incluso asintió lentamente, con los ojos muy abiertos.

— Ajá.— murmuró. Astrid lo arrojó lejos y retomó la marcha.— Pero... ¿entonces no puedes quedarte...?

Astrid soltó un quejido.— Ugh.— quería volver a su casa. En serio. Ya estaba harta de él.— No. No me quedaré. Haz la planeación y luego...— cuando tenga mas paciencia y este mentalmente preparada para esto.— Veremos.


Este es un fic... no planeado.

Pero, pero, ya lo planee lo suficiente como para que dure un poco mas, espero les guste uwu

Astrid psicopata ha vuelto, pero en este fic no mata gente... hasta ahora. Nah, ustedes tranquilos, este fic me gustaría que no tuviera nada turbio. Quiero prácticar no añadir cosas turbias de vez en cuando. Eso y las tramas tranquilas.

Ya veré uwu

No sé si tenga cuenta aquí, pero un agradecimiento especial a unsuccesbassit, que me ayudó a revisar este fic y que me terminó convenciendo de hacerlo long fic uwu

Por el momento, esta historia estará en rating T, pero puede que pronto se mude a rating M, así que ahí si no la ven de repente, pues ahí esta jaj

Un abrazo, los veo luego, chau

Les quiero, cuidense uwu