Ah, aún recuerdo cuando existía "Canciones del Antiguo Berk". Para los que sean nuevos o no sepan, acá en esta página se pueden crear foros, en estos foros se pueden hacer publicaciones para que la gente comente o para hacer retos de escritura. "Canciones del Antiguo Berk" era el más famoso de httyd en español, pero quedó inactivo hace años. Participé un buen de veces en sus concursos JAJAJA, pero nunca gané nada xd
Bueno, sí gané, uno de mis fics ganó mención honorífica uwu
De repente me acordé ya que, tenían una publicación donde te explicaban los nombres de los topics de los fanfics (¿Se llaman así? ) Ya saben, te decían que es un fluff, que es un lime, que es un lemon... Que es un trash fic, etc. Gracias a eso sabía en dónde colocar mi fanfic.
Y es que estaba pensando en eso. Y en qué me gustaría volver al 2014, pero no quiero volver a tener 14, ¿Entienden?
En fin, si quieren la playlist, pueden seguirme en facebook, ahi la posteo. Todavia no se como hacerle aca.
Una cesta era mejor que una bandeja, ¿Saben por qué? Porque es mucho más cómoda de llevar, más hogareña y te aseguraba una buena impresión. Era más amable. Indicaba que te habías tomado la molestia de ir a la tienda, escoger entre muchas canastas, con diferentes tamaños y estilos, para luego pasar al área de servilletas y buscar una linda para colocarla de base. Luego regresas a casa y te tomas la molestia de colocar todo lo que horneaste ahí...
Me estoy desviando.
Astrid se había cambiado, usaba unos shorts de mezclilla que la tendrían temblando de frío de no ser por los mallones azules que usaba debajo de ellos, una blusa roja que parecía un poco más a un top con tirantes finos, todo debajo de un abrigo de color café que le llegaba hasta las rodillas. No muy formal, no muy informal.
Ella no suele vestirse para alguien. Bueno, a excepción de su ropa interior, pero ese es otro tema. El caso es, que ella no suele hacerlo para que la otra persona tenga una buena impresión de ella, ¿Captan? Además, conoce a Stoick Haddock desde hace mucho, prácticamente desde que era pequeña, le ha visto varias veces, pero...
Ahora era distinto, ella estaba saliendo con su hijo.
Además, también estaba la señora Valka.
¿Ellos sabían de esto? ¿Pueden imaginarse que ya lo sepa? El solo pensamiento la hacía estremecerse. No sabía si quería conocer a sus padres tan pronto, ni siquiera eran en sí, una pareja oficial, aunque, bueno, tampoco es como si no les conociera. Tampoco era como si ella fuera como su amiga (no se consideraba su amiga, porque... Bueno...) era extraño. Y no paraba de estar nerviosa, había pasado varios minutos frente a su closet tratando de forzar a su mente en idear un buen outfit, algo decente o parecido. Incluso llegó a meditar el ponerse un saco o un traje sastre.
Antes de que pudiera tocarlo, y como si se hubiese tratado de magia, Ruffnut irrumpió en su habitación, junto con Heather.
— ¡Ni siquiera lo pienses!
No, ella tampoco preguntó cómo es que habían entrado, tampoco es como que importe demasiado.
Heather y Ruffnut le habían ayudado a escoger qué ponerse y ahora mismo estaba en el asiento trasero del auto de Heather, sentada justo en el centro, mirando por la ventana cada tanto, con una cesta repleta de panquecitos de mora azul sobre el regazo y tratando, por todos los dioses, no estar tan nerviosa. Ruffnut cantaba todas las canciones en la radio, mientras enviaba mensajes de texto por el teléfono de forma distraída.
Ruffnut se sabe todas las canciones que pasaban en la radio.
Heather encontró la carretera que llevaba al rancho de los Haddock y Astrid respiró hondo. Que auténtico fastidio esto de estar nerviosa, la taquicardia era insoportable, sentía que el corazón le retumbaba contra las costillas y golpeaba cada tanto sus pulmones, alterando también su respiración.
— ¿Nerviosa?— preguntó Heather mirándola por el retrovisor. Ruffnut se giró de lleno, prácticamente girando todo su cuerpo.
Astrid se encogió de hombros. Ruffnut sonrió de forma malvada.
— Apuesto a qué sí.— comentó divertida, la rubia rodó los ojos.— Yo lo estaría, ¿Te imaginas? Nunca es fácil conocer a los suegros.
— Todavía no soy su novia.
— ¡Porque tú no quieres! — chilló Ruffnut abrazando el respaldo del asiento.— Astrid, por todos los dioses, ya eres básicamente su novia...
— Sientáte bien, Ruff.— ordenó Heather dándole golpecitos en el brazo para que le hiciera caso.— Y ponte el cinturón.
— Ya les dije que...
— ¡Ya sé! Pero tú lo quieres.— Ruffnut se sentó correctamente en su sitio.— Y él te quiere a ti, ¿No?
— Supongo.
— ¿¡Cuál es el maldito problema entonces!?— atacó Ruffnut girandose otra vez.— Alto, ¿Dijiste "supongo"?
— Creo que está enojado conmigo.— sí, en parte también por eso se encuentra tan nerviosa en este momento. Lo había notado desde esta mañana, vio a Heather abrir los ojos con sorpresa por el retrovisor, Ruffnut se sentó otra vez de espaldas al parabrisas.
— ¿¡Qué!? ¿¡Cómo lo sabes!?
Nuevamente, Astrid se encogió de hombros.— Está muy cortante desde ayer en la tarde.— se cruzó de brazos y se fijó en que el rancho cada vez quedaba más y más cerca. Ruffnut miró a Heather, quien le devolvió la mirada por dos segundos antes de volverla a la carretera.— No creo que esté del todo molesto, tal vez solo está nervioso, pero...
— Fue ella... ¡Ella los está separando!
— Ruffnut, eso es ridículo.
— Claro que no, ¿No lo ves? Quien sabe que tantas cosas dijo de tí ayer.— Astrid ya había pensado en eso. Bastante. Más veces de lo que le hubiera gustado.
— ¿Le preguntaste si estaba molesto?
— No.
— ¿Entonces como lo sabes?
— Ya lo dije, contesta muy cortante.
— ¿Qué pudo haberle dicho esa arpía?
— Ruffnut...
— Llegamos.— Anunció Heather estacionándose frente a la entrada del rancho. Luego se giró hacia Astrid, la rubia de repente se sintió como un bicho raro teniendo a sus dos amigas mirándola con atención, como si esperaran que ella misma se delatara.
¿Delatarse de qué? ¿Qué había hecho ella mal? ¿Había hecho algo mal? Ella misma había leído sus mensajes, analizandolos más tiempo del que a ella le hubiera gustado, buscando qué estaba mal, ¿Había dicho alguna imprudencia? ¿Es que no había hecho algo que ella hubiese prometido?
— ¿Saben qué? Tal vez es idea mía...— dijo antes de tratar de salir del auto, Heather le frenó.
— Astrid, aunque odie admitirlo, puede que Ruffnut tenga algo de razón.— habló, Ruffnut dió un salto, incrédula, Astrid enarcó una ceja, ¿Ruffnut con algo de razón?— Ya sé que suena mal, y bastante ridículo, pero es demasiada coincidencia.
— Quiere recuperarlo.— susurró Ruffnut.
— No, no creo que sea eso.— atajó Heather, tratando de mantener la cabeza fría. Aunque era inevitable pensar en esa opción, Heather quería creer que no se encontraban en esas películas románticas y que no estaban en ese arco del triángulo amoroso innecesario para la trama.— Lo único que sabemos es que no le agradas.— le dijo a Astrid. Huh, decir que solo "no le agradaba" era poco.— Y que tiene una idea errónea de ti, tal vez sea eso.
— Por eso debemos partirle la cara.
— Nadie le va a partir la cara a nadie.— dijo Astrid antes de tomar la cesta.— No sé si Hiccup esté molesto de verdad, ¿Vale? Es solo una suposición. Sea lo que sea, lo hablaremos y ya está.— razonó, relajándose un poco en medio de su enfado. No quería estar enojada al momento de entrar a la casa de su no novio.
Las dos chicas se miraron entre ellas. Sí, esa había sido una respuesta lógica.
— Bien.— Heather asintió.— Tienes razón, puede ser.
Ruffnut hizo un puchero e infló las mejillas. Puede ser que ella no sea tan amiga de Hiccup Haddock, ¿Pero saben quién sí? Exacto, su bobo hermano gemelo.
— Bueno, tengo que irme, ¿Algún consejo?— Astrid no supo porque preguntó eso. Sus nervios empezaban a hablar por ella.
— Solo sé tú misma. El señor Haddock ya te adora.— respondió Heather.— Pero sé amable.
— ¿Ruffnut?
— Evita hablar de botes.— contestó, todavía pensativa. Astrid y Heather no entendieron a qué se refería.— También evita a los vikingos. O el fútbol americano.
— ¿Por qué?
— Ya lo sabrás.
Trató de que eso no la inquietara demasiado, por lo que se despidió y salió del auto. Analizó el camino, y mientras caminaba en dirección a la puerta de los Haddock cayó en la cuenta de que no sabía si la estaban esperando o algo.
Tenía excusas para ir además de el ser la "novia" de Hiccup (que, por cierto, aún no lo es), además de los pastelitos llevaba los deberes que habían dejado ese mismo día. En realidad no hay un motivo por el cual no la dejen verlo, ¿O lo hay?
Tocó el timbre y no pudo evitar sentir el estómago pesado, así como el pulso alocado de nuevo, ¿Ellos conocían a Camicazi, verdad? Debían conocerla desde hace tiempo, ¿No? ¿Y si ellos preferían tener a Camicazi...?
Agh, no. No quería pensar en eso. Ella no suele pensar así. A estas alturas era un poco difícil dado todo lo que había pasado, vamos, no podía seguir pensando de esta manera. Ella y Camicazi eran distintas, y Astrid era mucho mejor que ella. Astrid podía hacerlo mucho mejor, mejor que ir y decirle chica hueca a tu rival en la competencia de animadoras. Mucho mejor que hacer unos panecillos para engatuzar al equipo rival.
Ella no iba a jugar a su juego de pelear por un chico. Ni loca. Sin embargo, no por eso iba a tratar a Hiccup cómo basura, él no merecía eso. Iba a demostrar que podía ser una buena novia (aunque aún no lo es) porque quería que esto funcionara. No porque necesite demostrarle algo a alguien.
En eso estaba pensando cuando vio la puerta abrirse de golpe y a Stoick Haddock detrás de la puerta. Tuvo que alzar la vista para encontrar la cara del hombre, porque, vamos, el señor es enorme, intimidante, pero nada que no pudiese manejar.
— ¡Astrid!— la nombró en cuanto la reconoció. Astrid le regaló una sonrisa sincera.— ¡Qué sorpresa!— admitió, un poco desairado. Esperaba ver a Tuffnut Thorston, a Fishlegs, a Camicazi incluso, no a Astrid Hofferson, la misma chica que juraba odiar a su único hijo. Sí, Hiccup había mencionado que ella vendría, y había mencionado que ambos ya se llevaban mucho mejor...
No tiene ni idea.— Hola señor Haddock.— saludó Astrid, conservando su educada sonrisa.— ¿Cómo va todo?
— Bastante bien, ¿Cómo está tu tío?
— Le va bien. Ya sabe, en Berk nunca pasa nada.— respondió Astrid. No miente, Berk, siendo un pueblo tan pequeño y mundano, no tiene altos índices de delincuencia. Por lo tanto, a no ser que Finn Hofferson encuentre a un tétrico asesino serial escondiéndose en el pueblo o a jóvenes emborrachándose en el bosque, no había nada muy interesante.
Tranquilos, no hay asesinos seriales en esta historia. Solo clichés adolescentes.
— Me alegra escuchar eso. Finn es...— volvió la vista adentro, dónde Valka, su esposa, le hacía señas para invitar a pasar a la chica. Stoick se aclaró la garganta.— Oh, claro, pasa, Astrid.— se hizo a un lado para dejarla pasar, la rubia hizo esto y se sintió mejor al estar dentro de la casa. Casi de forma inconsciente, escudriñó con la mirada toda la sala de estar, buscando a Hiccup y a Toothless, solo encontrando a Valka con una bandeja de comida en las manos.— ¿A qué se debe tu...? Eh...— Valka carraspeó, negando con la cabeza, le dijo algo con los ojos. Astrid hizo una mueca, ¿Se estaba perdiendo de algo?— Oh...— no fue hasta que Valka señaló con la cabeza la bandeja que tenía en las manos.— ¡Oh! ¡Es verdad! Hiccup mencionó que vendrías...
— Hola, Astrid.— saludó Valka, reparando en la cesta que llevaba en las manos.
— Hola. Uh, traje estos.— se sintió un poco tonta con la idea de los panecillos. Estúpido Eret.— Son de mora azul, escuché por ahí que les gustaban y yo...
— ¡Aye! ¿Los preparaste tú?
Astrid se forzó a seguir sonriendo, ¿Dónde estaba Hiccup?— Ah, sí.— no. Pero técnicamente ella había ayudado a encender el horno y a colocar las bandejas dentro de este. Aunque no iba a decir eso.
— ¿Cómo supiste que eran mis favoritos?
Buena pregunta.— Hiccup me lo dijo.— buena salvada. Y nos lleva también, al tema principal.— De hecho, le traje también los deberes de hoy y me preguntaba si podía ayudar un poco.
Se estaba ruborziando. Por todos los dioses, se estaba ruborizando. Estaba ruborizandose y empezaba a sudar. Hacía calor, calor, y las paredes de madera no ayudaban. Calor, calor...
— ¡Oh, Astrid! Eso es muy dulce de tu parte.— agradeció Valka, viéndose emocionada por el hecho.— Claro. Es más, llegas en buen momento, justo iba a subir a darle su almuerzo.— Astrid se fijó en la comida: sopa de pollo y fideos, un poco de pan, un vaso de jugo...— ¿Por qué no subes y se lo das? Él estará muy feliz de verte, ha estado nervioso toda la mañana...
— Oh, claro.— ¿Ven? Hiccup no está molesto, solo estaba nervioso. Tal y como ella pensaba.— Solo espere a que ponga esto en...
— Yo los pondré en la cocina.— Stoick tomó la cesta, dejándole las manos libres. Astrid le agradeció para luego ir a por la bandeja, tomarla y posteriormente encontrar su camino hasta las escaleras.
— Su habitación está a la izquierda.
— Dónde escuches música.— añadió Stoick mientras Astrid asentía y subía por las escaleras.— Siempre está escuchando música.— comentó en voz un poco más baja. Valka le miraba con cierto reproche.— ¿Qué?
Una vez se encontró en el piso de arriba se topó con un pasillo nuevo, lleno de puertas cerradas, con paredes de madera y cuadros. Al poco tiempo supo a qué se refería Stoick con la música, aunque ternue, podía escuchar la melodía de rock alternativo muy por lo bajo.
Provenía de la puerta del fondo, a la izquierda, la cual estaba cerrada. Astrid respiró hondo antes de tocar la puerta, sin obtener respuesta. Volvió a intentar y nada. Regresó la vista al pasillo, en dirección a las escaleras, tampoco había nada ahí.
Trató de girar el picaporte, y se sorprendió al ver que este lo hacía sin problemas. Astrid tomó aire antes de abrir lentamente la puerta.
I wanna be your vacuum cleaner
Breathing in your dust...
Lo encontró sobre su cama, con Toothless a su lado. No sé movió de su sitio y a juzgar por la respiración rítmica, puede ser que se encontrase durmiendo.
Toothless alzó la vista y sacó la lengua, amistoso y feliz de verla. No solo eso, sino que se levantó de golpe para saludarla mejor, Astrid se colocó en guardia.
— Alto.— le dijo al perro antes de que esté pudiese llegar a ella. Toothless se detuvo en seco, esperando a que ella se acercara.— Hola, Toothless.— Astrid dejó la bandeja sobre un muy desordenado escritorio y acarició al perro con ternura. Él se regocijo de gusto.— ¿Cómo estás, bonito? ¿Estás cuidando a tu dueño?— le preguntó con dulzura, el perro disfrutó más de los cariños de la rubia hasta que ella se levantó y volvió a caminar en dirección a Hiccup.— ¿Hiccup?— preguntó en un susurró, por encima de la música a volumen moderado.— Hiccup...— estuvo lo suficientemente cerca como para escucharlo roncar. El corazón de la rubia se hinchó un poco. Aw.
Le apartó el pelo con cuidado de no despertarlo. Vio los parches en sus ojos, tembló de forma inconsciente. No sabía porque estaba nerviosa, tal vez era la imagen tan tierna frente a ella, o quien sabe, sin embargo tenía unas tremendas ganas de plantarle un beso.
No lo hizo, solo le acarició el cabello con mimo.
You call the shots, babe
I just wanna be yours
Hiccup arrugó la nariz, su sopor fue interrumpido por los Arctic Monkeys y sus extrañas ganas de ser una aspiradora o algo así. El tacto también ayudó, esos dedos eran familiares y el olor...
Estaba o soñando o Astrid le estaba haciendo piojito.*
— ¿Astrid?— preguntó al aire, esperando que fuese real y no le haya llamado así a su madre, porque eso sería raro.
— Hola.— le escuchó responder. A pesar de que tenía los ojos abiertos, no podía ver nada. Deseó poder verla, debía ser algo único.— ¿Te desperté?
— No, no.— en realidad sí. Se giró en dirección a la voz.— Viniste.
La escuchó reírse por lo bajo.— Pues claro, te dije que vendría.— ella no había parado de acariciarle el cabello con mimo. No mentía, solo era placentero cuando Astrid le acariciaba el cabello.— ¿Cómo te sientes?
Definitivamente no se veía molesto.— Bien. Algo aburrido.— se veía feliz de verla.— Y todo está oscuro.
— Bueno, eso es normal.
Hiccup sonrió, podía notar lo desorientado que estaba, tanto así que no sabía a dónde dirigir su cabeza o a dónde dirigir sus palabras. A pesar de esto, no dejaba de verse igual de adorable que siempre. Incluso más.
Tenía que usar gran parte de su autocontrol para no comerle las mejillas a besos. Era más tentador en este momento porque él no tendría ni idea de dónde vendría el ataque.
— Me temo que sí.— suspiró, todavía tratando de adivinar a qué dirección hablarle. Era cómico porque no sabía si le estaba hablando al aire o algo así, sin embargo, podía sentir que Astrid estaba sorniendo, burlona, junto a él.— ¿Me veo gracioso?
Más que gracioso adorable y vulnerable. Ya sé, está mal que ella piense que se veía "vulnerable", pero por alguna extraña razón encontraba esto irresistible.
Raro.
— Un poco.— terminó por responder. No iba a torcer las cosas tan rápido, no le parecía correcto. Hiccup hizo una mueca e intentó incorporarse, logrando sentarse en la cama, estaba aún más despeinado que siempre.— ¿Cuando terminó?— estuvo a punto de, con un poco de reproche, decirle que él no avisó cuando la operación terminó, hasta que recordó que eso sería estúpido, ¿Cómo podría?
— ¿Qué hora es?— era un poco difícil saberlo a este punto. Esperó a que Astrid respondiera e hizo cuentas.— ¿Tres horas? Creo que sí.— rascó su cabeza, alborotando su cabeza aún más.
— ¿Has estado dormido desde entonces?
Hiccup se encogió de hombros.— No es como que haya mucho qué hacer.— admitió. No se podía dibujar estando ciego (no estaba acostumbrado al menos), ni nada más que escuchar música o podcasts. Tal vez películas, pero solo las que ya había visto.— Apenas y dormí.— soltó sin pensar. Y se arrepintió al instante.— Oh, es que yo...
— ¿No dormiste? ¿Estabas nervioso?
No precisamente, en realidad se encontraba pensando. La incomodidad volvió y le hizo molestarse un poco, porque había estado muy cómodo hasta que pensó en ello.
— Algo.— hizo un movimiento con ambas manos, como si la idea de seguir hablando de esto fuese un molesto mosquito. Astrid frunció los labios, había algo más, ¿Pero qué?
¿Debía insistir? Diablos, no lo sabía.— Entiendo, debe asustar un poco que te vayan a operar.
En parte.— Sí, ni siquiera sé si funcionó. Lo sabré cuando me quite estás cosas.— señaló los parches sobre sus ojos.
— Estoy segura de que funcionó.— sintió su cálido tacto sobre su mejilla. Le calentó el corazón.— ¿Seguro que no es nada más?— dudó un poco en preguntar, Hiccup, al estar más atento ahora con los sonidos pudo dectectarlo.
Diablos, lo sabe.— Sí, no es nada...— estás a tiempo, Haddock. Dí algo convincente... .— Ayer hablé con Camí.— ...o la verdad, la verdad siempre está bien decirla. Astrid sintió un agujero en su estómago a pesar de que ya lo sabía.— ¿Por qué no me dijiste que ella te pidió que dejaras de hablarme?
El agujero fue llenado con rabia, ¿Ella lo había admitido?— Ah, eso.— dijo entre dientes.— Fue algo tonto...
— No es algo tonto.— repuso Hiccup sonando más comprensivo que enojado. De hecho no sonaba enojado en absoluto.
— Me refiero a que no importa. Es normal, ella no me conoce y cree que voy a... Hacer algo estúpido.
Quiso preguntarle si eso había sido la razón de su llanto. Necesitaba saberlo, sin embargo, Hiccup no preguntó.
— Lo sé.— aseguró, antes de tratar de tomar su mano, tanteó el terreno, buscandola. Astrid lo miró con curiosidad.
— ¿Qué buscas?— preguntó, el enojo cuando él estaba cerca era momentáneo, tanto que con solo mirarlo se disipaba cómo vapor, incluso no pudo evitar sonreír.
Hiccup gruñó por lo bajo antes de responder.— Tu mano, es que no la...— una mano, más pequeña que la de él, con dedos delgados y uñas cuidadas se entrelazó con la de él con facilidad. Astrid llevó los nudillos de él a sus labios.
— Estoy aquí.— a la izquerda. Le vio sonrojarse y está vez estuvo a punto de arrojarse a sus brazos. Hiccup sintió como ella llevaba sus nudillos a sus labios, la piel del muchacho se erizó al sentir la delicada piel de ella impactarse contra la aspera piel de su mano.
Extendió los dedos, gracias a ese tacto, ahora sabía que Astrid estaba cerca, podía encontrar su mejilla de forma rapida y mucho mas facil. Así que la tomó en su mano y con lentitud se acercó para darle un beso. Extrañaba eso, lo había extrañado muchisimo.
Astrid le respondió al beso, tuvo suficiente cuidado como para no corromperlo, para mantenerlo muy tranquilo. Un beso suave a modo de saludo, nada más. Aun con todos sus cuidados, él insistía en profundizar el beso, acariciaba los labios de la rubia con su lengua, incluso llegaba a morder su labio inferior...
Esperen, ella había venido por algo... Y no era esto, aunque le estuviera gustando.
— Hey...— Astrid se separó, en medio de un suspiro, antes de que él quisiera continuar, ella alcanzó a decir.— Espera, espera... Tienes que almorzar.— Aprovechó su ceguera y logró tomarlo de las mejillas para frenarlo. Hiccup soltó una risa queda.
— Cierto, cierto...— murmuró, asintiendo. Astrid fue a por la bandeja, por suerte no se había enfriado demasiado. Tomó el cuenco de sopa y, viendo que él no podía ver nada más allá de su nariz, decidió ayudarlo.
— Sientate derecho.— le ordenó, Hiccup obedeció y se sentó en su sitio de una mejor forma. Sintió que Astrid se sentaba muy cerca de él. No supo que estaba sonriendo hasta que sus mejillas se quejaron de dolor, seguro se veía como un autentico idiota, con esos enormes parches y su sonrisa boba, sin siquiera ser capaz de sostener una cuchara por sí mismo.— Ahora abre.— le pidió, Hiccup obedeció la orden, descubriendo que, el hecho de que te alimenten siendo un adulto era extraño. Demasiado extraño si preguntas, porque te hace sentir pequeño, pero en tu cuerpo normal...
Astrid limpiaba las comisuras de sus labios con una servilleta, le permitía masticar y de vez en vez le pasaba un pedazo de pan. Él se quedaba quieto, aunque sí hablaba una vez terminaba de masticar. Preguntaba por la escuela, por las cosas relevantes que sucedieron en el día, en si Viggo Grimborn había hecho algún comentario tonto respecto a su estado...
— ¿Tú y el equipo terminaron antes?— preguntó. También quería saber cómo le había ido en la práctica de animadoras.
Astrid hizo una pausa, la sopa se había terminado. Se levantó para dejar el plato sobre su escritorio.— No hubo práctica hoy. Les dí el día a todas.— la cama volvió a sumirse a lado de él.— ¿Quieres jugo?
—Gracias.— Hiccup sintió como ella dejaba el vaso sobre su mano. Hiccup tuvo miedo de no atinarle, y al parecer eso hubiera pasado de no ser porque Astrid le corrigió la postura.— ¿Por qué no hubo practica hoy?
Astrid se encogió de hombros.— Quería venir antes, además siempre es bueno tener un descanso.— le ayudó a colocar el vaso de nuevo sobre su mesa de noche. Estaba casi vacio.— Además, Ruffnut necesita tiempo para planear tu fiesta.
— ¿Mi qué?
Astrid soltó una risa suave, Hiccup casi se la imagina negando con la cabeza.— Ah, sí, Ruff quiere hacerte una fiesta sorpresa. Por tu cumpleaños, ya sabes.— en realidad, Astrid tampoco sabía el porqué de repente Ruffnut tenía tanto interés en hacer una fiesta sorpresa para Hiccup, es decir, aunque era amigo de su hermano gemelo y su interés por él y su atractivo fisico, Ruffnut jamás había organizado una fiesta para él.
Es mas, ¿cómo había festejado su cumpleaños antes? Eso era interesante. La hizo pensar en lo poco que concía a Hiccup, ¿cómo pudo vivir tanto sin saber apenas nada de él?
— ¿Mi cumpleaños? Vaya, eso es...— no supo qué decir tampoco.— Bastante considerado.— concluyó, luego volvió la cabeza a donde estaba (o suponía) Astrid.— No irán a tirarme una cubeta llena de sangre en la cabeza, ¿cierto?— bromeó.
— ¿De qué hablas?— Astrid sonó preocuoada, sin entender a lo que se estaba refiriendo.
— Como en "Carrie". — respondió el castaño. Viendo que no obtenía respuesta por parte de la rubia, continuó—. Ya sabes, el libro de Stephen King...— aún nada, lo cual le pareció sumamente extraño—. Como la pelicula, ¿no has visto "Carrie"?
— No sé de qué me estás hablando.— Astrid no sabía si reír o extrañarse.
— ¡¿Qué?!— chilló Hiccup, frunciendo el ceño.— Es un clasico, la ponen en la tele en cada halloween, es imposible que no la hayas visto.
— No me gusta ver peliculas.—Astrid recibió como respuesta otro chillido, está vez sí se rió.— Es que siempre me quedo dormida. No me gusta sentarme y quedarme quieta demasiado tiempo.
— Eso es imposible, tiene que gustarte una pelicula, ¿qué no veías de niña?
— Claro, pero ahora ya no...
— Bueno, podemos verla justo ahora.
— Tú no puedes verla.
— No, pero la he visto tantas veces que con escucharla basta.— sonaba a como un plan, sin embargo, y a pesar de que Astrid había dicho que no le gustaba estar estatica en un mismo lugar mucho tiempo, a ella le hubiera gustado quedarse ahí, recostada junto a él. No lo dijo de todas formas.
— ¿Estás seguro que quieres hacer eso?—preguntó, solo para asegurarse. Hiccup asintió.
— Sí, podría decirle a papá que te ayude a buscar su vhs y luego él podría... No, es una mala idea.—recordó que solo la tenían en vhs, que la videocasetera estaba desconectada, que tal vez necesitaban ayuda con eso y que por lo menos tardarían dos horas en eso. Astrid le acarició el cabello, casi a modo de consuelo.— Papá puede llegar a ser muy terco y no siempre deja que lo ayuden.
— Podemos verla otro día.— otra vez estaba ahí, la misma canción de Arctic Monkeys. Le gustaba el ritmo.— ¿Escuchas musica todo el tiempo?— recordaba que su padre había dicho algo de eso cuando llegó, Hiccup ató cabos rapidamente.
— Gran parte del día Me ayuda a concentrarme.—admitió, recargandose en el espacio entre el cuello y el hombro de Astrid.— Así que... una fiesta.— le gustaba estar tan cerca, le gustaba poder escuchar la respiración y los latidos de la chica, estar momentaneamente ciego tenía cierta ventaja.
— No debí decirte, Ruffnut me matará. Así que el viernes en la noche trata de actuar lo mas sorprendido posible.
— Lo haré... espera, ¿el viernes? ¿dónde va a ser?— Hiccup salió de su ensoñación.
— Seguro que será en la casa de los gemelos.
Se quedaron en silencio durante un momento en el que Astrid incluso pensó que Hiccup se había dormido, hasta que lo escuchó hablar.— ¿Cuál es tu pelicula favorita, entonces? ¿No vas a al cine?— preguntó de pronto, aunque sí se escuchaba adormilado.
— Se nota que te encanta ver peliculas.— respondió, sin de hecho, responder la pregunta que él le había hecho.
— Es divertido.— con su dedo fue recorriendo parte del cuerpo de la chica, de forma distraída, Astrid no pensaba que fuese demasiado distraida, es decir, estaba peligrosamente del sitio de su cintura que mas le causaba cosquillas.— No me respondiste, ¿cuál es tu pelicula favorita?
— Uhm... ¿cuál es la tuya?— evadió de nuevo.
— No sé, son demasiadas.— lo pensó bien, ¿cuál podría ser su pelicula favorita?— Creo que mi favorita es Spiderman 2.— hablaban en voz baja, aunque la musica era un poco fuerte, Astrid podía escucharlo con perfecta claridad. Astrid frunció el ceño, aunque Hiccup no podía verla, podía sentir la incredulidad de la rubia.— Me gusta mucho, es como... es la mejor pelicula de todo el mundo.— agregó, sin tomarselo tan enserio, porque al parecer a Astrid no le gustaban tanto las peliculas.— ¿No tienes algo así? Una cosa que te guste hacer cuando estás triste, que te haga sentir mejor.
Astrid lo pensó por un minuto, aunque no fue tan dificil.— Entrenar. Hacer ejercicio, patear cosas...— escuchó a Hiccup reirse, le apretó mas la cintura para acercarla mas contra sí—. Funciona aunque no lo creas.
— Supongo que sí.— respondió Hiccup.— ¿No ves ninguna pelicula cuando estás triste?
— No, me parece que no.— tal vez cuando era niña, pero justo ahora no.
Hiccup lo entendió, aun así, le parecía imposible que a alguien no le gusten las peliculas. Quizá Astrid no había encontrado el genero perfecto, ¿no?— ¿Te gustaría ver peliculas conmigo? —preguntó, jugando con su dedo indice en lo que él sentía que eran las claviculas de la chica—. Me refiero a cuando pueda ver y esas cosas.
— Claro.— aceptó Astrid, volviendo a acariciar su cabello.— Aunque no prometo no dormirme.—añadió, pero se sintió horrible al hacerlo, porque estaba sonando como una hueca villana de Disney. Y definitivamente ella no era eso—. Pero voy a hacer mi mejor esfuerzo.
— Trataré de no aburrirte.—prometió.
Basta, basta, basta. Hiccup notaba que su corazón iba cada vez mas rapido. Extrañamente mas rapido.
— ¿Cuándo?— había tragado saliva antes de eso. Le pareció lindo, le gustaba ver a Astrid sonrojada, por supuesto que era consciente del efecto que él provocaba en ella usando ese tipo de tonos de voz.
Pensó en la pregunta después, como un minuto o algo así.— ¿Puedes el sabado?— preguntó de forma casual.
— Se supone que el sábado es tu fiesta..— confesó Astrid, encontrando la situación divertida. Hiccup soltó una risa nasal.
— ¿Lo es? Vaya...— negó con la cabeza, todavía escuchando el latir de su corazón—. ¿Tengo que ir?
Eso la hizo reír con mas ganas—. Bueno, sí.— le jaló el cabello ligeramente. Y fue el acto agresivo mas suave que ella ha hecho, tanto para ella, como para él. Aunque fuese dificil de creer—. Es tu fiesta de cumpleaños.
— ¿Ruffnut hará el pastel?
— No, la madre de Fishlegs va a hacerlo.
— Ese es un golpe bajo.
— ¿No te gustan las fiestas?
— No demasiado. En realidad no es como que haya ido a muchas, ¿a tí te gustan?
— No es como que ame ir.
— Entonces quedemonos aquí.
— Ruffnut nos asesinaría si no vamos.
Hiccup frunció el ceño por un momento, pensando en una buena solución a ese problema, ¿Esto cuánto tiempo llevaba planeandose?— ¿Crees que... Pueda moverlo al siguiente sábado?
— No puedes pedir que se retrase tu fiesta sorpresa de cumpleaños, Hiccup. Se supone que no lo sabes.— le recordó. Cierto, se había olvidado de ese detalle.
— Cierto.— aceptó, se separó de ella, se acomodo boca arriba. Cruzó los brazos sobre el pecho, puso una pierna sobre otra, de fondo sonaba ahora una extraña canción de Jazz, Astrid se preguntó cómo rayos Hiccup escuchaba tantos géneros musicales. Ya habían pasado a de Bad Bunny a canciones alternativas, le parecía haber escuchado rock ochentero, y ahora esto. Ninguna de las canciones le había disgustado, de hecho.— Supongamos que, por órdenes del doctor, yo no puedo hacer muchas cosas, ya sabes, en lo que mis ojos se acostumbran.— se giró en direccion a Astrid, ella, a pesar de que él no podía notarlo, le regresó la mirada.— Eh, imagina que estoy guiñandote un ojo.— agregó, sonriendo ampliamente.
There comes a time in a young man's life
He should settle down and find himself a wife
But I'm just fine 'cause I know that you are mine
— ¿El doctor dijo eso?— le siguió el juego.
Hiccup se encogió de hombros.— Digamos que dijo algo similar.
— ¿Ah sí? ¿Y cuánto durará eso?
— Una semana.— ahora sonrió con todos los dientes, cosa que la contagio.
Astrid buscó su teléfono.— Veamos que dice sobre eso.—Mientras buscaba, le llamó la atención la canción, era linda, relajante, la voz le parecía familiar. Usó la aplicación para encontrar canciones, solo tuvo que esperar un segundo.— ¿Esos son los the 1975?
A Hiccup le sorprendió que supiera la banda. Vamos, que los the 1975 no eran unos desconocidos, pero no esperaba eso.— Sí, son muy raros, eh, hacen canciones así y luego otras completamente diferentes.
Astrid tecleó el inicio de un mensaje de tamaño considerable.— Me gusta.
¿Esto es el relleno?
Heeeeeeeee vueeeeeltooooooo.
¿Cómo están? HAN SIDO TRES AÑOS QUE LOS DEJE ABANDONADOS. TRES. TREEEEEES.
Pero ya estoy de vuelta, la verdad es que han sido unos meses bastante ocupados, principalmente por mi carrera y por algunos motivos personales. He estado intentando escribir en estos meses, pero la verdad es que la inspiración nomás no me daba para tanto, ni siquiera para un buen one shot o algo para poderlos entretener. De verdad me disculpo y entiendo si ya no hay tanta gente leyendo como antes.
Pero no se apuren, tengan por seguro que este fic sí lo acabo. De verdad, me seco como plantita si no.
Nótese que en la playlist de spotify, la historia está terminada (las canciónes adquieren sentido después, ese es el punto) así que ignorenla y usen la de youtube que iré actualizando poco a poco. Perdón, uso mas spotify para escribir.
La verdad es que estoy emocionada por esta parte de la historia, he estado trabajando mucho en ella (no tanto, pero vamos, es una avance) he hecho notas… COMPRÉ UNA LIBRETA ESPECIAL PARA ESTRUCTURAR ESTA HISTORIA, realmente quiero volver a escribir porque es un hobbie que me gusta mucho y de verdad, muy muy en serio no quiero dejar.
Aparte, ustedes saben que me voy por mucho tiempo, pero eventualmente regreso. Esta es una de esas veces, amistades.
Que larga está siendo esta carta de disculpa para ustedes. En fin, espero les haya gustado el capitulo de hoy, nos vemos hasta otra, baaai uwu
Por cierto, mi bb Charli XCX está siendo muy reconocida (AL FIN) por su album "brat", ME ALEGRO, ¿habrá capítulos con canciones de ese album? Ya veremos dijo el ciego.
Otra posdata, este archivo puede que tenga errores de ortografia, si los hay, avisenme porfi jajaj
