Rick

Kate caminó sin mirar atrás, mis pies permanecieron clavados al suelo, allí, inmóvil, pude sentir todo el peso de mis acciones sobre mis hombros, suspiré resignado.

la vi en la ultima audiencia, ella lucia bien y yo había luchado con todas mis fuerzas para no acercarme a ella, para no mirarla y seguir el deseo de tocarla, de besarla, verla después de tanto tiempo me hizo recordar aquel día, el día que le diría adiós, la primera vez que reuní todo el valor posible y le dije adiós con la esperanza de volver a estar con ella pronto, mis planes habían fallado rotundamente y el recuerdo de su rostro descomponiéndose poco a poco me había atormentado por años, aún no sabía cuánto la había herido hasta hoy, ella era una mujer fuerte más de lo que hubiese pensado y yo había añadido una capa más a ese escudo que ahora la cubría, que cubría su corazón, según supe después ella no había tenido una relación conocida desde entonces y eso me había hecho preguntarme si yo era la causa de tal decisión.

podía recordar el día que sin querer tropecé con ella, en aquella pista, caminaba distraído, la había observado algunos minutos antes de pensar acercarme, mis manos sudaban, planeaba hablarle, presentarme, pero por primera vez en mi vida, no tuve idea de que era lo que estaba haciendo, pensé y luego caminé, ella corría, era linda y mi idea de encontrar el amor en aquel lugar no era algo que hubiese pensado, perdido en mis ideas caminé solo para darme cuenta algunos segundos después de que ella se aproximaba sin detenerse, la vi caer y luego la escuché proferir algunas maldiciones, la herida que le había provocado sangraba, mi cerebro bloqueado por completo solo atino a hacer algunos movimientos en un estado mecánico.

"Estúpido", pensé, para luego llevarla a la clínica universitaria y esperar que todo estuviese bien.

Pero aquello me parecía tan lejano ahora, "estúpido", repetí en voz baja, así como aquella vez, sin embargo no era su pierna lo que sangraba, no en este momento.

Caminé lentamente, resople furioso conmigo, con mis acciones, con mis planes y mis ridículos modos de razonamiento.

Entre a un pequeño bar y me senté en la barra, suspiré apesadumbrado, "estúpido".

Mis pensamientos viajaron a aquella tarde, la vi sonreír al verme, sus hermosos ojos me miraron con amor, así como solo ella sabia hacerlo, y yo era un idiota entonces y lo soy ahora.

En aquel momento era un hombre con una misión, una que al final no me correspondía.

Recordé entonces la mirada de la madre de aquella chica, recordé las palabras de su padre, ella había desaparecido sin dejar rastro y mi misión entonces era encontrarla y saber que sucedió que con ella.

Según sus padres la policía les había dicho que probablemente su hija había huido de casa, algo que para ellos sonaba difícil, complicado, como una chica con sus antecedentes podría solo irse de casa sin mencionar nada.

Mi ego se había elevado hasta el cielo cuando con lágrimas en los ojos aquellos padres me habían suplicado que la encontrara.

En ese momento no sabía que perdería más que algunos días y un poco de tiempo.

La situación se volvió complicada cuando me di cuenta de que me había enamorado de Kate, aquella joven mujer me había robado el corazón en tan solo un par de citas, y no solo eso, cuando me di cuenta de que estaba dispuesto a todo por ella.

Miriam, como quiso que la llamara, me habló de su relación con la chica en cuestión, apenas algunos días después de nuestra primera entrevista, parecía ser amable, sonreía ocasionalmente y aunque salí con ella un par de veces, no llegué a conocerla realmente, me daba la impresión de ser una chica muy dulce pero que escondía algo de lo que no quería hablar, tal vez un secreto que jamás revelaría, a no ser que fuese realmente necesario.

Después de varias citas, entrevistas con ella, noté algo, un hombre nos había seguido en al menos un par de ocasiones, Miriam nunca lo mencionó hasta esa tarde, ella estaba dispuesta a decirme algo que había guardado en secreto y por lo cual temía hablar.

La miré con atención, ella dudaba, a pesar de que yo había intentado ser lo más confiable posible, ella aun tenía sus reservas, así que al escucharla decir que por fin estaba lista para decirme el secreto ,no pude más que sentirme aliviado, quizá llegaríamos al final.

La charla comenzó como siempre ella pidio una bebida , miraba hacia la calle con insistencia, no me atreví a preguntar que era aquello que le preocupaba, no mientras esperaba que ella me dijera aquel secreto, la vi suspirar un par de veces y luego de beber del vaso me miró fijamente.

-hay algo que no te he dicho.-dijo sin mirarme.- no sé lo he dicho a nadie por que… tengo miedo, es… es… algo complicado.

-solo dímelo, no puede ser tan malo.

-yo he estado diciendo tantas mentiras y ahora no se como salir de esto.

-me has mentido?

-si, un poco, no todo.

-a que te refieres?.- pregunté dudoso.

-bueno, yo… -suspiró.- supuse que todo sería muy fácil, como en las películas, ya sabes, donde te dicen que la vida puede ser muy fácil y lo crees, pero… pero luego te das cuenta de que no es así.

La ambigüedad de sus palabras comenzaba a molestarme, me pregunté si no sería esta otra mentira, tal vez esta reunión no me llevaba a buen puerto y mi deseo de acabar con esto se diluia conforme sus palabras daban vueltas en círculos.

-le dije a mis amigos que no tenia familia, pero si la tengo, la noche que Elizabeth desapareció, me buscaban a mi.

-la miré sorprendido, aquella declaración lo cambiaba todo.- que es lo que estás tratando de decirme?

-yo…- la vi hacer una pausa mientras miraba hacia afuera, sus manos se movían nerviosas, sostenía una servilleta de papel que retorcía entre sus dedos.-demonios.- dijo y se levantó.-tenemos que irnos.

-que pasa?- pregunté contrariado y confundido.

-solo vamos, no debería estar aquí.

Miriam caminó con cierta lentitud y luego se giro para mirarme fijamente, estaba asustada, algo le provocaba temor pero por alguna extraña razón no me lo decía.

-necesito que hagas algo por mi, puedes ayudarme?

-si, claro, que es, que necesitas?

-necesito que finjas una pelea conmigo.

-pelea?, para que?

-te lo diré después, ahora solo, golpéame.

-Que?, no, no puedo hacer eso.

-Por favor, dijiste que me ayudarías.

-Pero no puedo, va contra mis principios…

-Tus principios se pueden ir a la mierda ahora, solo hazlo.- dijo y apretó ambos puños esperando que yo hiciera lo que me había pedido, la miré horrorizado, nunca alguien me había pedido algo como eso y nunca antes había golpeado a una mujer.-Rick hazlo ya.- mi mano golpeo su mejilla con cierta fuerza haciéndola dar un paso atrás.-golpeas como niña.- la vi poner su mano sobre el área que ahora lucia ligeramente enrojecida.- puedes hacerlo mejor.-de nuevo mi mano se estampó en su mejilla, me sentí el ser más despreciable del mundo por hacer lo que hacía pero ella me miraba suplicante.

Vi entonces a un hombre observándonos desde una esquina, el hombre permanecía allí, sin hacer movimiento alguno, mi pie la golpeo haciendo que cayera, aquella puesta en escena, era más que horripilante para mi, su rostro se inflamaba y mis movimientos habían cobrado vida propia.

Todo terminó algunos minutos después, justo cuando vi al hombre desaparecer.

-estas bien?.- pregunté.

Ella me miró unos segundos, la vi sentarse sobre el suelo, suspiro mientras yo sentía como una especie de temblor se apoderaba de mis manos, la vi secar una lagrima.

-Miriam yo…

-esta bien, estoy bien… gracias, se que no querías hacerlo.

-es que yo…- baje la vista al suelo.

-Oye todo esta bien, ahora puedes acompañarme un poco?

-Si claro.

Caminé sosteniéndola, ella se movía lentamente mientras yo maldecía en silencio mis acciones, tenía una sensación de vacío en el estomago que comenzaba a molestarme, aquello no era lo que yo esperaba que sucediera aquel día, sin embargo al final nada más había sucedido.

La lleve hasta su casa y luego me fui, ella estaba bien, la vi despedirse de mi desde la puerta, intentaba sonreír, quizá para hacerme saber que no debía preocuparme por ella.

Algunos días después las cosas cambiarían, mi vida cambiaría para siempre.

La policía apareció en mi puerta una tarde, los vi parados allí, hablando entre ellos, una par de agentes uniformados me esperaban.

-buscan a alguien?.- pregunté curioso.

-Richard castle?, eres tu.- afirmó uno de los hombres.

-si?, para que soy bueno.

-necesitamos que nos acompañes.

-algún problema?

-conoces a Miriam colman?

-si.

-bien ahora sabes por qué estamos aquí, andando.

-un momento, le ocurrió algo?, ella está bien?

-tal vez ya deberías saberlo, hablaremos de eso en la estación.

Caminé con ambos hombres, subí a la patrulla, el viaje duró apenas unos minutos, el hombre al volante me miraba y su mirada era de desprecio, yo no entendía entonces porqué.

-baja.- dijo el otro.

La sala a la que me llevaron era pequeña, tenía una mesa y un par de silla, me dijeron que me sentara y esperara, un detective me interrogaría.

-que estoy haciendo aquí.- pregunté a la mujer que me miró sin sentarse, un hombre le acompañaba.

-tu nombre es Richard castle.- afirmó la mujer.- que relación tenias con Miriam.

-bueno yo soy investigador privado, nuestra relación era de trabajo.

-investigabas…

-Una desaparición.

-la mujer hizo una seña al hombre que nos observaba.- de quien?

-una chica de nombre Elizabeth, desapareció hace unos meses y según los padres la policía no hizo nada.

-claro… y Miriam?

-ella la conocía tenia una relación amistosa con ella, me ayudaba con algunos datos.

-Mantenías una relación con ella, con Miriam?... algunos testigos dicen que salías con ella con frecuencia.

-si bueno hablamos en varias ocasiones, pero solo eso, no tenía ningún otro tipo de relación con ella.

-estas seguro de eso, no es lo que escuchamos.

-como voy a saber que han escuchado.-dije con molestia.

-no te hagas el listo.- dijo esta vez el hombre.

-dicen que tenias una relación más… profunda… con ella.- dijo la mujer.

-no, de ninguna manera, ella solo era parte de mi investigación, Miriam me ayudó mucho pero todo se había estancado.

-cuando la viste por última vez?, a Miriam.

-uh… hace un par de días tal vez 3, ella me llamó, dijo que tenía algo importante que decirme.

- que paso ese día?

-bueno la vi en un restaurante de comida rápida, ella estaba nerviosa, actuaba diferente a como siempre lo hacia, tuve dudas de hacía donde iba nuestra conversación, ella tenía miedo, eso es lo que dijo en un momento… pero no me dijo que era lo que la tenia así.

-que sucedió después?

-salimos del restaurante, ambos debíamos irnos.

-Te lo preguntaré de nuevo y quiero que me digas la verdad… que sucedió después?.- la mujer me miraba fijamente, no sabía hasta que punto ella conocía la verdad y no estaba seguro de que alguien hubiese visto lo que sucedió aquella tarde.

-solo nos fuimos.

-usted señor castle se cree muy listo, no es así?

El hombre me miraba con impaciencia, ambos esperaban una respuesta de mi parte, sin embargo yo aun no sabía porque estaba allí.

-ustedes no me han dicho que hago aquí, estoy cooperando y no he recibido nada a cambio.

-Miriam fue atacada la noche que estuvieron juntos, casi muere, una máquina respira por ella ahora.

-como?.- exclame más que sorprendido.- eso no puede ser, yo la dejé en su casa, estaba bien, la vi despedirse de mi.

-no lo creo.

-que demonios pasó?

-te lo dije, alguien la golpeo hasta casi matarla después de violarla, la dejaron sola, a su suerte, fue un milagro que alguien la encontrara, se había reportado enferma en el trabajo, nadie realmente esperaba verla en un par de días por lo menos.

-pero… eso significa que… que… me consideran sospechoso?

-eres el único que la vio aquel día, fuiste el último en verla, y las pruebas solo te hunden más, no había nadie fuera del restaurante…

-Que?... no, había otro hombre, un hombre la seguía, lo sé.

-puedes describirlo, le viste la cara?

-no, él… se escondía detrás de un… un…

-Un que?

-no recuerdo que era.

-al único que vimos fue a ti golpeándola y…

-espere qué?... como que… como sabe eso?

-hay un video, un video muy revelador, y sabes que, es una prueba muy pero muy convincente, que crees que pensará el fiscal cuando lo vea, de esta no sales… muchacho.

-pero no es …

-no es lo que creemos?.- ambos me miraron desafiantes.- nosotros no necesitamos creer nada, solo vemos la evidencia y tu, tienes un letrero de culpable en la frente ahora mismo, así que, espero que no tengas planes por que tendrás que posponerlos durante un buen tiempo.

Sentí que mi cuerpo se hundía en la silla, de pronto mis manos y piernas pesaban más de lo normal, la cabeza comenzaba darme vueltas, las nauseas se apoderaron de mi, el sudor recorría mi frente a pesar de que la sala estaba fría.

-creo que necesitas hacer una llamada, tienes a alguien a quien quieras llamar?

-no, ahora no.

-bien, espera aquí, un oficial te leerá tus derechos y serás trasladado a otra área donde se te hará el registro.- ambos detectives caminaron hacia la salida.

-espere… yo no lo hice, yo no…

-Mira muchacho.- dijo el hombre.- tienes suerte de que la chica no haya muerto, pero no estaría tan confiado, podría suceder en cualquier momento y tu situación cambiará.

Los escuché alejarse, sus pasos dejaron de escucharse unos segundos después, la espera me pareció una eternidad, sujete mi cabeza con ambas manos mientras las apoyaba en mis rodillas, aquella se convertia en una pesadilla, aun no sabía que pasaría conmigo, aquello apenas comenzaba.

Suspiré totalmente abatido, pensé entonces en Kate, como le diría lo que había ocurrido, como lo tomaría, ella tenía un futuro por delante y no podía permitir que dejar de lado sus planes por mi, por todo esto, si tenia suerte el proceso duraría poco y yo volvería con ella, así mientras esperaba ser procesado comencé a hacer un plan, estaba seguro de que si todo salía bien tal vez esto no me tomaría más que algunos meses.

Eso fue lo que creí en aquel momento, fui lo suficientemente arrogante para creer que saldría bien librado de aquella situación, pero no podría estar mas equivocado, solo unos días después mi situación se complicaría aún más y eso era algo para lo que no estaba listo.