PERSONA 5 ROYAL: LA REDENCIÓN DE JOKER

CAPÍTULO 1: REN VUELVE A CLASE

-¡Ah, ahh! –Ren despertó completamente sudado en mitad de la noche, aunque seguía pensando que estaba en su sueño, estaba en su habitación, rodeado de distintas cajas de todo tipo de comidas diferentes y contenedores, Ren tuvo que asomar su cara para saber que realmente seguía en su habitación improvisado y no en su sueño, el trastero del bar Leblanc. Los ojos de Morgana asomaron de la esquina más oscura.

-¿El mismo sueño de siempre, Ren? –Preguntó Morgana, entre preocupado y dormido-

-Esta vez era más real que de costumbre, Morgana, cada vez me cuesta más diferenciar lo real de lo irreal.

Morgana decidió recolocarse una vez más en la oscuridad y decidió que no merecía la pena escuchar a Ren y sus lamentos. Ren volvió a cerrar sus ojos aunque le pesaran y decidió prepararse para sus clases, que empezarían dentro de unas horas.

Ren volvió a despertarse después, esta vez por los rayos de sol que salían disparados a la cara de Ren desde los espacios de las persianas de la ventana que tenía cerca de su barriga, Morgana estaba jugando a videojuegos con el sonido apagado, miró a Ren con una mirada que hizo que Ren supiera perfectamente que quería meterlo dentro de su mochila para acompañarle en su primer día de clase. Ren le sonrió y bajó las escaleras.

La planta baja de Leblanc era el bar en sí mismo, estaba lleno de gente fumando y bebiendo todo tipo de bebidas mientras leían sus períodicos y se quejaban de cómo estaba el país, Ren miró con enfado a todo el mundo, cosa que hizo enfadar a Sojiro, el dueño de Leblanc, que estaba sirviendo desayunos y se encontraba cansado de su trabajo.

-Te dije que te pusieras el despertador y que me ayudases antes de ir a clase. Esa era tu condición. –Le dijo Sojiro mientras echaba café a la taza que tenía delante-.

-¿No te sirve el dinero que te paga mis padres millonarios semana a semana? –Le respondió rápidamente Ren mientras cogía el uniforme escolar que estaba guardado en un hueco de la pared de Leblanc, donde se guarda los líquidos para lavar los platos. Sojiro prefirió guardar silencio por los clientes, cosa que aprovechó Ren para sonreír y decir a los cuatro vientos lo mucho que le gusta a Sojiro el dinero. Al ir al servicio para cambiarse el pijama por el uniforme escolar, decidió mirar desafiante a Sojiro y al resto de clientes, Morgana miró todo esto en silencio tras apagar la tele.

Ren echó el pestillo y se quitó la camiseta arrugada con la que durmió, miró su mirada desafiante al espejo y sonrió, una parte de él tenía claro que hoy sería un buen día, también miró sus pectorales para comprobar si estaban lo suficientemente duros y comprobar si estaba atractivo, también decidió quitarse los calzoncillos, pero tras hacerlo un grito envolvió todo, había una chica de pelo naranja vestida de camarera y completamente asustada arrinconada en una esquina.

-Ahhhhhhhh. –Gritó la misteriosa chica, con la cara completamente tapada por sus manos-.

-Ren la miró y sonrió un poco pero para hacer que pareciera que no estaba nervioso. Él se acercó a ella y se sentó a su lado, le acarició la cabeza y le pidió que se calmase.

-Por favor no me toques –le dijo la chica-. Si me tocas gritaré con mucha fuerza.

Ren le aclaró que trabajaba en Leblanc de camarero y que simplemente era todo un malentendido, que era preciosa y que no quería causarle esos problemas. La chica apartó uno de sus dedos, lo que le permitió ver la mirada de Ren, la cara de la chica se empezó a enrojecer al comprobar la seguridad la seguridad de la mirada de Ren. Ella le dijo en voz baja que era la camarera a partir de ahora, por eso llevaba un vestido de criada, y que ella estaba ahí antes así que Ren debía irse ya que se estaba poniendo cada vez más nerviosa. Entonces Sojiro entró al baño debido a que los clientes querían entrar a cagar y utilizó su llave maestra para abrir la puerta, al encontrar a Ren sentado desnudo al lado de la chica decidió que ya fue suficiente y sacó a empujones a Ren utilizando escobas y todo tipo de herramientas que tenía a su lado, Ren salió enfadado, a pesar de que los empujones de Sojiro eran débiles debido a su vejez, decidió dejarse llevar ya que en parte no tenía ganas de escuchar a la chica. Los clientes en ese momento decidieron irse sin pagar y Leblanc se quedó completamente vacía a hora punta. Sojiro cogió de las manos a la extraña chica, que aún temblaba, y le pidió que se calmase y siguiese trabajando, que él se ocuparía del resto. Ren miró la escena en silencio y decidió ponerse el uniforme en la parte de arriba de Leblanc, bajo la mirada de Morgana. Tras vestirse bajó las escaleras lentamente, con cara seria y la mochila en su hombro, en ella descansaba Morgana jugando a la consola portátil con el volumen apagado. Abajo le volvía esperar Sojiro, mirando enfadado a Ren, y la chica misteriosa, que ya no temblaba y tomaba un café humeante que tenía delante esperándola.

-Sé lo que estás pensando. –Le dijo Ren mirando desafiante a Sojiro, quién le devolvió la mirada enfadada-. Sojiro le preguntó a la chica si estaba bien, pero Ren le preguntó lo mismo de forma más rápida, cosa que sorprendió a la chica, que se recolocó las gafas y pudo ver con claridad a Ren por primera vez.

-N… no… -Dijo la chica-. Pero el café me ayudará a estar mejor, o eso espero.

Ren le puso la mano en el hombro y le dijo que todo estaría bien, antes de alejarse con las manos en los bolsillos y manteniendo la mirada desafiante hacia la puerta de la calle.

-Cuando vuelvas vamos a hablar. –Le dijo Sojiro con un tono muy duro y molesto para Ren-.

-No tengo miedo a nada, Sojiro. Todo es culpa tuya, y deberías preocuparte por la chica que tienes en frente, no por mí. –Dijo Ren sin mirarle.

-Sé a qué tienes miedo, Ren, a tus padres, no olvides que estoy en contacto con ellos y te estoy evaluando.

Ren soltó una carcajada, porque sabía por completo que utilizaría el recurso de sus padres, miró por el rabillo del ojo a Sojiro e hizo un gesto con la mano de tener mucho dinero en ella, la chica misteriosa le miró en silencio y tuvo claro que era una persona que no quería tener cerca a partir de ahora. Sojiro tragó saliva y miró con ojos temblorosos a Ren porque sabía que habría más problemas a lo largo del día y más hoy que había decidido ir a clase tras mucho tiempo sin ir a pesar de que una de las obligaciones de Ren era ser buen camarero y estudiante. Antes de salir por la puerta de Leblanc miró a la chica misteriosa durante un segundo y la sonrió y Ren salió cuesta abajo, mirando las puertas de la farmacia del barrio, la esquina oscura donde se sentaba a hablar con Morgana y con Ryuji y a los baños termales que tenía claro que acabaría visitando con alguna chica. Ren siempre andaba con los ojos serios, las manos en los bolsillos y la cara algo inclinada hacia arriba como si mirase a la gente de forma muy superior, a diferencia de su uniforme, que lo vestía de forma apretada y correcta para parecer un estudiante inteligente y llamar la atención de las chicas que iba en metro con él y le llamaba la atención los hombres inteligentes, por eso Ren también se colocaba unas gafas de empollón, a pesar de todo, Ren odiaba la escuela y sólo la visitaba cuando había algo interesante que hacer.

Ren llegó a la estación y miró al frente esperando que llegase el metro, que siempre iba con varios minutos de retraso. La estación estaba llena de ejecutivos y hombres de negocios viejos y trajeados que envolvían a Ren, cosa que le enfadó bastante y le puso de muy mala leche. Morgana sacó el hocico de la mochila y le preguntó qué opinaba de la chica misteriosa, Ren dijo que lo poco que vio de ella le pareció atractivo ya que le miró un poco a las piernas y las tetas pero que aún no tenía suficiente ya que ella pudo verle el pene y él no pudo ver nada de ella. Morgana le recordó que era la nueva camarera y que se dedicaría a servir en Leblanc porque Ren no quería y Sojiro estaba muy viejo para soportar muchos clientes, cosa que hizo a Ren sonreír ya que tendría oportunidad de mirar el culo a la chica cuando sirviese copas a los clientes.

Ren se dio cuenta de que tenía una chica de pelo corto y ojos rojos a pocos centímetros de su lado, esperando a que viniese el tren y parase en frente de ella. Era Makoto Nijima, con sus botas de cuero, un bolso negro de marca y el uniforme de colegio impoluto, las partes blancas de su uniforme eran siempre blanca brillantes todos los días y sin ninguna mancha ningún día del año, por ese tipo de cosas ninguna chica quería ser amiga de Makoto. Ren no conocía mucho a Makoto ya que no iba apenas a clase y ella no era de su clase pero cuando espiaba a las chicas en los pasillos con Ryuji el primer día de clase no le llamó la atención porque sus tetas eran pequeñas y era una mujer con un fuerte sentido de la justicia. A Ryuji si le gustó y le preguntó a Ren si podría perder la virginidad con una chica más normal como ella, pero Ren le dijo que no.

Ren miró en secreto a Makoto mientras el tren tardaba, cosa que hizo que Makoto se diera cuenta dando un pequeño sobresalto al darse cuenta que la miraba. Ren dejó de mirarla al momento que ella le miró a él, y mordió su labio inferior porque sospechó que ella se había dado cuenta de que él la miraba y seguía sin resultarle atractiva.

-Buenos días, ¿qué haces con el uniforme escolar? –Preguntó Makoto a Ren mirando de forma sorprendida su cuerpo-. Son para gente, no para delincuentes como tú o tu amigo Ryuji. –Makoto cerró los ojos decepcionada porque se volvió a dar cuenta de que Ren era mala persona-.

-Es un honor para Ryuji que la princesa de la escuela sepa su nombre, se lo comentaré. –Dijo Ren con una sonrisa malvada sin mirar a Makoto porque en ese momento la veía tan insignificante como las tetas de ella-.

-No sé para qué te dirijo la palabra, tú y Ryuji sois dos delincuentes, recibo todo tipo de notificaciones de vosotros, por qué no te quedas en tu casa desperdiciando tu vida. –Makoto cerró sus puños y el bolso que colgaba de su hombro tembló, sus ojos se volvieron algo más rojos, y Ren se sintió satisfecho de colmar la paciencia de Makoto con tan pocas palabras-.

-Me pregunto si estar pendiente de los demás también se considera desperdiciar tu vida, Makoto. Eres la chivata de la escuela, tu trabajo es decir a los profesores todo lo que ocurre mientras ellos toman café y comentan las películas que han visto el día anterior, por eso no tienes amigas, estar cerca de ti es estar vigilado.

Makoto guardó silencio porque supo que Ren tenía razón en todo momento y él tenía una estima más fuerte que ella, así que se dio cuenta que hablar con Ren era ponerse a una altura que ella no tenía, los ojos de Makoto volvieron a ser menos rojos y los puños dejaron de temblar, una lágrima cayó lentamente de su ojo izquierdo. Cuando Makoto se dio cuenta, Ren estaba dentro del tren, mirando con prepotencia a Makoto, estando él dentro y ella fuera, el tren estaba a punto de partir.

-Hoy me vio el pene una desconocida, y no será la única que me lo vea hoy. Intenta detenerme si puedes, Makoto, no eres la reina de la escuela, lo soy yo. –Dijo Ren antes de que se cerrase las puertas del tren delante de Makoto, Ren puso una mirada relajante a Makoto antes de partir, y le dio un pequeño beso a distancia. Makoto tiró el bolso al suelo y lo pateó con sus botas mientras todo el mundo miraba con desprecio a Makoto, molesta por el ruido de sus tacones y sus llantos.

-¿Cómo puedo estar enamorada de ese imbécil? -Se preguntó Makoto, tras dejar de patear el bolso, una vez más, se sintió completamente molesta consigo misma y con sus gustos sexuales.