Notas:

Hola a todos, aquí Vera con la primera actualización del año ❤

Espero les guste, este será un capítulo algo corto, pero prometo que será entretenido, en especial porque este capítulo tocara un tema importante que tiene que ver con Maki

Prometo que el siguiente capitulo será más largo.

En fin, disfruten la lectura, mientras avancen, entenderán porque este capitulo lleva este titulo


Capítulo 26. Deudas A Pagar

"Tarde o temprano, las deudas tanto morales como económicas deben pagarse"

—¡Mamá!

—¡Ya regresamos!

Los mellizos habían vuelto muy emocionados a casa.

Ambos gritaron desde el umbral de la puerta mientras estaban en el recibidor, quitándose los impermeables y las botas para la lluvia.

—¡Maki san, ya estamos aquí!— dijo Yuki en voz alta, mientras también ella se quitaba el impermeable.

En ese instante, mientras se despojaba de sus botas y las lanzaba a un lado, la rubia se percató de la presencia de unos zapatos de hombre en el lugar, unos que no recordaba haber visto antes de marcharse.

Rápidamente a los tres les llamó la atención un ruido que venía del segundo piso. Primero se escuchó como si una puerta se hubiera cerrado de golpe, acompañado de un ruido de como si alguien o algo se hubiera caído al suelo.

A Yuki se le dibujo una gran sonrisa y más que recordó que Yuta iría esa tarde. Así que supuso que esos dos debían estar haciendo "ciertas cosas" allá arriba. Quizás Maki le había hecho caso a su consejo de seguir sus sentimientos.

—¿Mamá estará arriba?— pregunto Yuudai al escuchar unos pasos apresurados sobre sus cabezas.

—¡Lo más seguro! ¡Vamos con ella!—Yurika dio un brinco para subir al recibidor.

Su hermano hizo un sí con la cabeza mientras también daba un brinco para subir.

—Niños, ¿Qué les parece si esperamos a su madre aquí abajo?— comento Yuki deteniéndolos, sujetándolos a cada uno por los hombros —No creo que tarden en bajar.

Los mellizos se miraron confundidos y más cuando escucharon más pasos apresurados caminar de un lado a otro sobre sus cabezas.


—¡Mierda!— gruño Maki, quién corrió rápidamente a cerrar la puerta de su habitación—¡Vístete, ahora! ¡No puedo dejar que nos vean así!— ordenó en voz baja.

Yuta también se veía apurado, se dio la vuelta rápidamente para buscar su ropa, pero por las prisas se resbaló y cayó al suelo de puro trasero.

—¡Okkotsu no estés jugando!— Regaño Maki entre susurros.

—¡Lo siento!— dijo este poniéndose de pie rápidamente y empezando a levantar su ropa para vestirse.

La peliverde dio un rápido vistazo a su espejo en el tocador ya que fue a buscar una nueva liga para su cabello. En ese instante, notó varías marcas que Yuta le había dejado en el cuello, las cuales eran bastante llamativas a simple vista.

—¡Demonios! ¿Por qué me dejaste esto?— dijo molesta mientras apuntaba a su cuello volteando a mirar a Yuta—¡Tendré que cubrir mi cuello con alguna camiseta por qué no me da tiempo de maquillarme!— corrió a su cómoda a buscar una camiseta que le cubriera aquellas marcas.

Por suerte tenía una camiseta deportiva de mangas largas y cuello alto.

—Lo siento, me deje llevar— comento Yuta mientras se vestía a las prisas, empezando rápidamente con su ropa interior—Puedo ayudarte con mi técnica inversa.

—¡SOLO DATE PRISA!— ordenó Maki mientras terminaba de subir por sus piernas su pantalón deportivo.

En aquel instante donde ambos se vestían a las prisas.

Mientras Yuta se ponía su pantalón, le llamó la atención la bolsa deportiva que Maki de nuevo había puesto sobre su cama, la cual abrió para meter algo más ahí.

Al hechicero le llamó la atención que esa bolsa estaba medio abierta y alcanzó a notar algo liso, parecía la parte de alguna máscara o alguna arma maldita.

Cuando iba a acercarse a ese bolso para ver que más llevaba Maki ahí, esta lo detuvo, cerrándolo rápidamente.

—Veo que andas muy curioso— comentó está en una leve mueca.

—Es que yo...

Maki le robo un beso para que dejara de hablar y más que había comprobado que ella sí era su debilidad.

—No tardes en bajar ¿De acuerdo? ¡Actúa normal y sígueme la corriente! ¿OK?— dijo tomando su bolso, para después correr a tomar la perilla y salir apurada de su habitación.

Yuta se quedó en shock por un momento, estaba procesando todo lo sucedido minutos atrás. Aquel fugaz beso lo puso rojo. Pero no había tiempo, las voces alegres de sus hijos lo sacaron de sus pensamientos.

Rápidamente con su técnica inversa, se curó aquellos chupetones y rasguños que Maki le había hecho en el cuello y en la espalda mientras hacían el amor. Después miró una vez más aquella habitación.

Yuta se giró hacia el clóset de Maki, el cual le había llamado la atención desde que entró.

Y aunque su mano fue hacia esa pequeña perilla para abrir aquel closet, decidió no investigar más en aquel momento, así que rápidamente se puso la camiseta en azul oscuro que Maki había tomado de la habitación de Megumi, peinó su cabello rápidamente y antes de salir de ahí, tomó una cosa que Maki había olvidado en la habitación.


—¿Qué pasó aquí?— Pregunto Yuudai muy confundido al ver los trozos de una taza rota que había en la cocina.

—¡Pareciera la escena de un crimen!— comentó su hermana con una sonrisa—¡Definitivamente algo pasó aquí!— dijo a modo de detective, su curiosidad era inminente.

Los mellizos dejaron sus regalos sobre sus respectivas sillas, mientras observaban la escena frente a ellos. La mesa permanecía desordenada. En el suelo yacía una taza rota, rodeada por un charco de café, así como varios cubiertos esparcidos. Sin embargo, lo que más les llamó la atención, fue el jarrón, el cual ahora estaba decorado con nuevas flores.

—O alguien tuvo un accidente aquí o definitivamente paso otra cosa— comentó Yuki mirando aquel desastre.

—¿Cómo que?— pregunto Yurika con curiosidad.

—No estoy segura —respondió la rubia, encogiéndose de hombros con una sonrisa despreocupada— Tal vez alguien empujó a otro contra la mesa, o quizás aquí hubo una pelea —añadió Yuki.

Rápidamente a los tres les llamó la atención los pasos que se acercaban bajando con rapidez por la escalera. Eso hizo que los niños se asomaran por el umbral de la cocina.


Maki trago saliva y trato de verse "normal", e hizo como si nada hubiera pasado mientras bajaba al primer piso cargando su bolso deportivo.

Una vez bajo las escaleras, sus hijos corrieron a abrazarla.

—¡Mami!— gritaron en coro, mientras sus pasitos corrían hacia ella y se abrazaban a sus piernas.

Maki sonrió al verlos y les acarició las mejillas.
—¿A dónde fueron? ¿No les agarro la lluvia, cierto? ¿No se mojaron, verdad? Porque lo que menos quiero es que alguno de los dos se enferme — comentó con una sonrisa.

—¡Yuki One san nos llevó a un nuevo centro comercial!— explicó Yurika— Vimos muchas tiendas e incluso nos llevó a jugar a un gran lugar dentro de ahí, el cual estaba lleno de toboganes y tenía una gran piscina llena de pelotas.

—¡Y nos compró unas cosas!— comento Yuudai tomando la mano de su madre para guiarla a la cocina.

—¡Ven Mamá, queremos mostrarte los regalos que nos compró Yuki!— Yurika también jalo la mano de su madre.

—Está bien, pero que sea rápido que ya se me hizo muy tarde para ir a trabajar— Maki dejó caer su bolso en el pasillo, para así ir junto a sus hijos.

Controlo su rostro para no sonrojarse ante el recuerdo de lo que había pasado hacia un momento atrás con Yuta en esa cocina. La cual aún seguía siendo un desastre.

—¡Mira Mamá!— Yurika levanto unos patines rosas, los cuales tomó de su silla.

—¡Son los regalos que nos dio Yuki!— Yuudai levantó un pequeño telescopio de juguete.

—Son unos lindos regalos— comento está viendo lo feliz que estaban sus hijos.

—La tía Tsukumo sí que es la mejor ¿Verdad que si? — comento la rubia con una gran sonrisa.

Maki se giró a ver a esa hechicera.
—¿Unos patines y un telescopio? ¿Por qué les regalaste estas cosas?— preguntó con las manos en la cadera.

—Estos regalos considéralos como especiales, porque estos les ayudarán a comprender mejor sus técnicas malditas — Yuki tenía una gran sonrisa en los labios.

Maki solo entrecerró los ojos. No comprendía en aquel instante a que se refería con esa respuesta, pero más adelante entendería como ayudarían esos regalos a sus hijos.

—Por cierto, ¿Qué pasó aquí? — Pregunto Yuki con curiosidad apuntando a la taza rota —Pareciera que la tormenta se desató aquí dentro.

—Bueno es que...

—Maki san, se te olvidaron tus lentes allá arriba— Yuta apareció por el umbral de la cocina.

Aquella voz hizo que el rostro de esos mellizos se iluminará y se girarán hacia el umbral.

—¡Yuta kun!— Yurika y Yuudai gritaron de emoción al ver a ese hombre aparecer, incluso hasta fueron corriendo a abrazarlo.

Yuta rápidamente se puso de cuclillas y abrió sus brazos para recibir a sus hijos en un lindo abrazo. Uno que le reconforto demasiado.

—¡Te extrañamos!— dijo Yurika con una gran sonrisa.

—¡Si, ya queríamos volver a verte!— contesto Yuudai con una linda sonrisa.

—Y yo los extrañe a ustedes dos— respondió Yuta con gran alegría por volverlos a ver.

—¡Tía Yuki! De él es quien te estábamos hablando hace rato— comentó Yuudai con una sonrisa, apuntando a Yuta mientras miraba a la rubia.

—Yuta kun, te queremos presentar a nuestra onesan Yuki Tsukumo— Dijo Yurika con voz alegre.

—Aunque también le gusta que le digamos tía Yuki— respondió Yuudai encogiéndose de hombros.

Ambos niños decían aquello porque sabían que esa mujer no quería que le dijeran "abuela"

—Es un gusto Okkotsu kun, los niños me han hablado mucho de ti— comentó Yuki fingiendo que apenas estaba conociendo a aquel hombre, mientras traía una gran sonrisa.

—El gusto es mío Tsukumo san— Yuta le siguió la corriente, se puso de pie e hizo una leve reverencia.

—Por cierto, ¿Qué estaban haciendo ustedes dos allá arriba?— cuestionó la rubia con curiosidad.—Es que se escuchó como si algo se hubiera caído.

Yuta rápidamente llevo su mano a su nuca, estaba bastante nervioso.

—Bueno es que...

—Yuta kun ¿Por qué traes la camiseta de papá Gumi?— pregunto Yuudai ladeando un poco su cabeza al reconocer esa prenda. Realmente era un niño muy observador y de paso, con buena memoria.

—¡Ah! ¡Es que!— Yuta trataba de encontrar una respuesta a eso, pero por suerte Maki intervino.

—Le preste esa camiseta ya que Okkotsu tuvo un accidente con esta taza de café — comento Maki en una mueca y apuntando al suelo. Su actuación de madre molesta parecía bastante convincente —Resulta que mientras él me estaba ayudando a limpiar la mesa, por error el café se le derramó sobre su camiseta y la taza cayó al suelo rompiéndola en muchos pedazos— sus manos fueron a sus caderas— Y de paso, yo no lo iba a dejar estar con esa ropa sucia y mojada, y menos cuando vino a compartir un helado con ustedes.

A los niños se les iluminó el rostro por aquella palabra mágica.

—¡¿HELADO?!— Dijeron en coro.

—Así es, como acabo de regresar de Tokio, vine enseguida para compartir algo de helado con ustedes, el cual está en el congelador— comento Yuta con una sonrisa.

—¿Podemos comer helado?

—¿Si Mamá? ¡Por fis!

—¡Di que sí! ¡Por favor!

Ambos niños se acercaron rápidamente a Maki, para que esta les diera su permiso de comer ese postre y más que a ella no le gustaba que sus hijos comieran demasiados dulces o comida chatarra, aunque tampoco le gustaba que comieran tantas verduras ya que le recordaba la horrible dieta vegana de su clan. Realmente quería que sus hijos disfrutarán todo tipo de comida.

La peliverde suspiro.
—De acuerdo. Ya saben dónde están los vasos para helado. Pero antes, tráiganme la escoba y el recogedor. No quiero que se lastimen con esta taza rota— dijo apuntando a los pedazos sobre el suelo.

—Enseguida.

—Ya volvemos.

Ambos niños brincaron de alegría. Rápidamente fueron por las cosas que les pidió su madre, salieron de la cocina y se dirigieron al fondo del pasillo de aquel primer piso. Ahí tenían el pequeño cuarto de lavado, el cual también servía de almacén de las cosas de limpieza.

Mientras esos niños volvían, su madre intercambio una leve sonrisa de complicidad con Yuta.

El magnetismo seguía bastante presente y más después de aquel apasionante encuentro íntimo.

Y todo aquello también lo noto Yuki, quien quiso confirmar lo que había pasado entre esos dos. Aunque por sus expresiones y por las muy leves marcas que se asomaban por el cuello de Maki, podía intuir perfectamente lo que había pasado.

—¿Y? ¿Qué es lo que estaban haciendo ustedes dos allá arriba? Porque claramente se ve que lo que inició acá abajo, terminó en la cama — preguntó la rubia con demasiada curiosidad.

Ambos adultos tragaron saliva. Incluso desviaron la mirada.

—Simplemente subimos para darle una camiseta limpia a Yuta — contestó Maki en una mueca, tratando de ser la misma de siempre.

—¿Y eso significó quitarte los lentes para buscarle una camiseta?— preguntó la rubia, apuntando a los lentes de Maki que aun traía Okkotsu en su mano.

—Es que... — Yuta fue interrumpido mientras Maki le arrebataba sus lentes. Le lanzó una mirada rápida a este sobre que no dijera nada.

—Simplemente los había dejado en el baño de arriba. Lo bueno que Okkotsu me los bajo. Además en el baño de arriba fue donde este se cambió de camiseta— comentó Maki poniéndose sus lentes —¿Verdad, Yuta?— le sonrió un poco en complicidad.

—Si así fue, es que fue mi error que se me cayera esta taza y el café se me derramó encima— Yuta rasco su nuca — Por suerte no estaba caliente, si no de seguro me hubiera quemado.

—Si, claro, como ustedes digan— la rubia sonrió —Aunque claramente las marcas en sus cuellos y el cómo me desvían sus miradas dicen otra cosa— dijo Yuki con picardía, haciendo que estos se tocaran el cuello al mismo tiempo—No se preocupen, no le diré a nadie más que ustedes ya se reconciliaron en la cama haciendo "travesuras"— les guiño el ojo.

Ambos amantes se morían de pena y sus rostros estaban todos rojos.

Yuki decidió cambiar de tema —Aun así— miro al invitado —Okkotsu escuche que fuiste a Tokio ¿Eso es cierto? ¿Qué tal te fue allá?

—Si fui a aquella ciudad y me alegra que lo menciones Tsukumo san— comento Yuta con una sonrisa nerviosa para ya cambiar de tema. —Y más que me gustaría hablar contigo de un tema…importante…

—Creo que ya sé de qué tema quieres hablar conmigo— la rubia se cruzó de brazos —Claramente se trata de Gojo Satoru ¿No es así?

—Lo es. Necesito preguntarte varias cosas de hace siete años atrás.

—De acuerdo, pero por el momento propongo que hablemos de eso en otra ocasión...— Yuki ahora dirigió su mirada a Maki.
— Pareciera que ustedes dos ya se llevan mejor ¿Acaso ya hicieron las paces?— preguntó.

—Algo asi. De todos modos, Yuta tiene que cumplir ciertas condiciones...— su mirada se fijó en su amado—...Para seguir viniendo— comentó Maki con una leve sonrisa, la cual compartió con Yuta.

Realmente el magnetismo entre esos dos era bastante notable.

En ese instante, los niños regresaron con las cosas que Maki les había ordenado traer.

—Aquí está Mamá — contestó Yurika cargando la escoba, mientras Yuudai traía el recogedor.

—Déjenmelo a mí, yo fui quien rompió la taza, así que yo lo voy a levantar — comentó Yuta pidiendo que le pasarán esos objetos.

Los niños miraron a su madre para ver qué decía esta.

—De acuerdo— Maki movió simplemente su mano para que sus hijos le entregaran esas cosas al invitado — Además, tú fuiste quien provocó todo esto.

Parecía que esas palabras estaban cargadas de algún mensaje relacionado a lo sucedido entre ellos dos. Parecía una indirecta que Yuta logró captar.

—Si, jeje tienes razón — De nuevo, Yuta le sonrió en complicidad.

Aquellas sonrisas y miradas las notaron los mellizos, quienes se miraron entre sí e intercambiaron algunas palabras mentalmente.

Yurika sonreía enormemente como aprobando aquella relación que estaba surgiendo entre esos dos adultos. En cambio, Yuudai hizo una mueca de que no le agradaba la situación entre esos dos y lo confirmo poniendo los ojos en blanco ante la sonrisa de su hermana.

Mientras Yuta se ponía a recoger esas piezas, Maki se despedía de sus hijos, ya que a su celular le seguían llegando mensajes de Mei Mei, quien le decía que se diera prisa ya que su objetivo estaba cambiando de lugar.

—Bueno niños, los veré más tarde, tengo que ir al trabajo — dijo poniéndose de cuclillas —Ambos se quedarán con la tía Yuki ¿De acuerdo?

—¡Si Mamá!— Ambos levantaron la mano y la llevaron hacia sus frentes en señal de entender esa orden.

—Pues hablando de eso— Yuki se puso a un lado de Maki —Yo también debo retirarme.

Maki se levantó a toda prisa al escuchar eso.
—¿Qué? ¡Pero! ¡dijiste que me ayudarías a cuidar a los niños este día! Y más que Ni Megumi ni Tsumiki ni los demás iban a poder cuidarlos hoy.

—Se que dije que los cuidaría hoy, pero hace rato me llegó un llamado de urgencia, el cual debo atender con algunos de mis informantes. Me gustaría quedarme, pero yo también tengo trabajo que hacer — explicó Yuki.

—¡No puedes hacerme esto! ¡Sabes que por su bien, no podemos dejar solos a los niños!— reprocho Maki muy molesta.

—Desgraciadamente debo salir a tal llamado Maki san. No eres la única con demasiado trabajo— comentó Yuki con seriedad.

—¡Pero yo también debo salir a mi trabajo! ¡Ya voy muy tarde y no puedo dejarlos solos aquí en casa! ¡Necesitó que alguien los cuide o se los lleve consigo para protegerlos!— Maki elevo la voz, estaba apurada y molesta con esos cambios de planes.

Yurika y Yuudai se miraron preocupados por dicha situación mientras cada uno se aferraba a la pierna de su madre. Desde que nacieron nunca se quedaban solos en casa. Siempre se procuraba que algún adulto se quedará a su cuidado, en especial por si la salud de Yuudai recaía.

Incluso, preferían salir junto a sus tíos que quedarse en casa para estar siempre al cuidado de algún adulto.

Yuta escuchó todo eso mientras terminaba de barrer esos pedazos de tasa y los tiraba a la basura, como padre de esos niños no podía quedarse callado, asi que decidió intervenir.
—Perdón que me meta en la conversación, pero...

Tanto los mellizos como Maki y Yuki voltearon a verlo.

—¿Qué te parece Maki san si yo cuido de Yuudai y Yurika esta tarde en mi departamento?

—¡¿QUE?!

—¡Sí Mami! ¡Por favor! ¡Queremos pasar más tiempo con Yuta kun! ¡Di que sí! ¡Deja que vayamos al departamento de Yuta kun! ¡Por favor!— los mellizos dijeron en coro mientras daban saltos y abrazaban a su madre.

—¡Pero!

—Dale la oportunidad Maki san. Además él ya es como un miembro más de esta familia ¿Cierto?— Yuki le guiño el ojo.

—Si… pero…

—De paso, es buena idea que los niños pasen tiempo con él. Digo, parece que estos dos se acoplan muy bien con Okkotsu por lo que me contaron ¿No es así?— La rubia miro a esos niños y dio un paso hacia ellos.
—¿Verdad que les gustaría pasar más tiempo con él? Además, te apuesto a que estarán mucho más seguros en el departamento de Okkotsu que aquí solos— puso sus manos sobre las cabezas de esos dos.

—¡Pero!

—¡Lo que dice Yuki onesan es verdad!, Nosotros queremos pasar más tiempo con Yuta Kun— comento Yurika.

—De paso, así no nos quedamos solos mientras regresas de trabajar mamá — comentó Yuudai.

—¿Vez? Hasta los niños quieren ir con él, así que ¿Qué dices Maki? ¿Los dejaras ir con Okkotsu? — Yuki movió levemente la cabeza en una señal para Maki.

—¡Mami di que si!

—¡Por favor!

—Prometemos no hacer travesuras.

—Además, debemos decidir pronto —comentó Yuki con seriedad—Y más que no tardará en volver a llover— lo decía por el trueno que rompió en el cielo una vez más.—Y no olvides que se lo debes a él... esta también es parte de tu deuda.

Maki quería gritar.
Tanto por tener que tomar aquella decisión, como por lo desesperante que se estaba volviendo su celular con tanto mensaje que le seguía llegando. Y más que esa no era la única deuda que debía pagar.

—Está bien — suspiro —Yurika, Yuudai vayan por sus cosas. Sobre todo lleven una pijama y lleven aquello que consideren lo más importante para pasar una noche en casa de Okkotsu y Yuudai— se giró y miro a su hijo en especial— no olvides llevar tus medicamentos ¿De acuerdo?— mencionó con seriedad.

—¡Muchas gracias Mamá!

—¡Prometemos portarnos muy bien!

Dijeron esos niños muy emocionados.

Maki suspiro.
—De acuerdo, ahora vayan, que ya voy muy pero muy tarde y quizás me toque hacer horas extras— comentó fastidiada.

Rápidamente esos niños subieron corriendo hacia su habitación a preparar sus mochilas. Preparando así el cambio de ropa que su madre les había dicho, como también tomando aquellos objetos que no les podía faltar al dormir.

Incluso Yurika bajo a discreción para tomar algo importante de la sala. Algo que se llevaría al departamento de Yuta y que sería muy importante para esa familia.

En cambio, Yuudai empacó muy bien sus medicinas al igual que aquel objeto que le ayudaba a dormir.

—Gracias Maki San, prometo que los cuidaré con mi vida— dijo Yuta con una gran sonrisa de ilusión al saber que pasaría toda una tarde con sus hijos.

Maki chasqueo la lengua.
—Solo asegúrate de cuidarlos bien ¿Entendido? Si no, ahora si te castrare, pero sin anestesia — Comento está muy molesta por aquella situación, pero después se daría cuenta que aquello habría sido buena idea para sus futuros planes como asesina.

—Así será. Prometo que los cuidaré muy bien— dijo Yuta con una sonrisa mientras se acercaba a ella, quedando solo a un paso.

—Y una cosa más...

—¿Sí?

—No quiero que les reveles nada de… ya sabes... de que eres su verdadero padre…— advirtió Maki en voz baja —No sin que yo esté ahí presente para decirles juntos… ¿De acuerdo?—Podía verse la preocupación en su rostro por aquel tema.

—Lo prometo. No sé lo diré sin que tu estés presente o hasta que tu me des el permiso para decírselos…— Yuta llevo su mano a su pecho a la altura de su corazón en señal de promesa.

—Gracias…— Maki le dedico una leve sonrisa.

Yuki miro toda esa interacción entre esos dos. Sonrío porque sabía que aquella tarde entre padre e hijos podría ser beneficiosa para ambos bandos.


03:55 p.m.

Maki llegó corriendo al lugar donde Mei Mei la había citado.

Ambas habían quedado de verse en una especie de bodega que estaba cerca del lugar donde su objetivo estaba actualmente, el cual se encontraba en unos baños de aguas termales.

—¿Dónde demonios estabas?— reclamo Mei muy molesta.

—Perdón la demora— se disculpó Maki dejando caer bruscamente su bolso al suelo—Tuve dificultades para encontrar a alguien con quien dejar a los niños y de paso, la maldita lluvia no paraba, ¿Qué no vez que vengo empapada?

—¿Pasó algo? ¿Mis minitas de oro están bien?— pregunto Mei preocupada al escuchar sobre esos niños.

—¡Sabes que odio que nombres así a mis hijos!— gruñó Maki mientras parecía buscar algo en su bolso.

—Sabes perfectamente que ellos son tu aval. Ellos me pertenecen hasta que termines de pagar SU deuda conmigo, sobre todo porque yo los estoy protegiendo tanto de tu clan como de cualquier otra persona y de paso, si no fuera por mí, tu hijo hubiera muerto sin las atenciones necesarias o ¿Acaso debo recordarte lo siempre?—explicó Mei con demasiada molestia en su voz.

Maki apretó sus puños. Odiaba que esa mujer le dijera eso porque tenía razón. Y más que Mei había sido quien más había apoyado económicamente a un fantasma como ella.

—Así que ellos son unas minas de oro puro quieras o no. Recuerda que cualquiera que sepa de su existencia, querrá a tus hijos por su mezcla de sangre tan única. Incluso pagarían millones por un niño así y más si heredaron alguna técnica del clan Zenin o alguna semejante al clan Gojo.

Maki suspiro de furia mientras empezaba a despojarse de su ropa mojada y se ponía su ropa de asesina, las cuales consistían en unas prendas totalmente negras, las cuales desecharía una vez acabará la misión.

En ese instante, mientras amarraba su cabello de tal manera que ni un pelo saliera de aquel chongo y de paso, se lo cubría totalmente con un pasa montañas, una pregunta cruzó por su mente. Una referente a lo que había dicho Mei.

—¿Qué pasaría si?— salió de la boca de Maki.

—¿Qué sucede?— cuestionó Mei con confusión.

—¿Qué pasaría si alguien más saldará esa deuda en mi nombre?— preguntó Maki con Yuta en la mente.

Mei rio un poco.
—Debería ser alguien con mucho dinero o en su caso, alguien con un puesto muy alto para que pueda llegar a un acuerdo económico conmigo. Porque sabes que la deuda de tus hijos es de varios millones de yenes por cada uno.

—¿Pero aun así habría oportunidad de que alguien más salde esa deuda y le de la libertad a mis hijos? ¿Cierto?— preguntó Maki con su máscara entre sus manos.

Mei acomodo un poco el cabello de su frente.
—mmm— titubeo un poco y después de pensarlo bien, habló —Pues si la habría. Dime quién es el postor y te diré si habría la oportunidad de llegar a un acuerdo con esa persona — trono los dedos.

Maki dudo un poco si debía responder a aquello. Primero tenía que planear el cómo pedir la ayuda de Yuta.

—Olvídalo, Simplemente era una pregunta…— Dijo Maki en un suspiro.

—Está bien — Mei reviso rápidamente el movimiento de su víctima a través de tres de sus cuervos, los cuales, volaban a discreción por aquel lugar.

Aquel sujeto seguía en su posición, parecía que no se había movido de su lugar dentro de aquellas aguas termales al aire libre.

—Nuestro objetivo sigue en su posición. Lo ideal será eliminarlo lo antes posible. Así podrás ir tranquilamente a tu otro trabajo a entrenar a esas obesas mujeres— Mei miro sus uñas —Sobre todo porque quien hizo este encargo quiere que este sujeto sea asesinado antes de las seis, para así evitar que este llegue a escuchar la lectura del testamento y evitar reclamar una herencia, de la cual se nos prometió una parte.

Maki solo gruñó. Sabía que iba a hacer un día pesado y más con esa estúpida lluvia que de nuevo, estaba próxima a caer ya que de nuevo un trueno rompió en el cielo.

—¿Y dime? ¿Con quién dejaste a nuestros niños?— pregunto Mei con curiosidad.

Maki tomó un respiro profundo mientras sacaba sus armas de su bolso y las empezaba a acomodar en su cintura, atándoselas en el cinturón.

—No debes preocuparte por eso, están con alguien de total confianza…— contesto Maki con seriedad mientras terminaba de ponerse unos gruesos guantes, los cuales usaba para no dejar huellas.

—No sabía que Megumi o Tsumiki habían venido a Kioto— comento Mei con intriga.

A Maki se le formo una gran sonrisa al recordar con quien se habían quedado sus hijos.
—No hablo ni de Megumi ni de Tsumiki, hablo de otra persona.

—¿Entonces de quien?— pregunto Mei confundida por la actitud de aquella mujer.

Maki estaba alistando su máscara de zorro, la cual usaría en aquella misión.
—Ellos están pasando la tarde con aquel que sería capaz de destruir esta ciudad si llegaran a tocarle un pelo a alguno de mis hijos…— dijo con una suave expresión antes de ponerse esa máscara que le cubría todo el rostro.

A Mei se le congeló la sangre al escuchar esas palabras.
—¡Espera! ¿Acaso Yurika y Yuudai están con O-o-okkotsu?— pregunto con sorpresa, aquel apellido y apenas pudo salir de su garganta.

Maki no respondió a esa pregunta. Simplemente se puso en su papel de asesina.
—Ahora andando, que estoy lista para ir a eliminar a ese estúpido encargo antes de que la lluvia se suelte de nuevo, lo cual no tardará en suceder— Comentó está ajustando su máscara, mientras un cuervo impregnado de energía maldita empezaba a volar sobre su cabeza para hacer el cambio al lugar donde Ui Ui se encontraba dentro de ese recinto de aguas termales.

Aquella platinada parecía bastante seria con ese tema. Si Maki ya había empezado a acercarse a Okkotsu estarían literalmente conviviendo con el enemigo y eso podría arruinar sus planes futuros.

Aun así, esta avariciosa mujer tomaría cartas en el asunto más adelante.

Continuara...


Notas:

Espero les haya gustado, como dije seria algo corto, pero ya el siguiente será un capítulo largo, lo prometo.

Y como pudieron leer, Maki si que tiene una enorme deuda tanto con Mei como con Yuta. Pero claramente una le pesara más que otra.

En el siguiente capítulo por fin veremos más de la convivencia entre Yuta y los mellizos, sobre todo porque este empezara a descubrir que ser padre de dos no es nada fácil 👀

Igual, Mei tampoco se quedará con los brazos cruzados, ella mas adelante por fin hablará con Yuta.

En fin ¿Cómo los esta tratando este 2025? a mi un poco de la fregada pero ahí andamos. ¡Pero hey! Ya casi es mi cumpleaños 🍰❤

Espero actualizar pronto ❤

Estaré leyendo sus comentarios. Nos seguimos leyendo.

Los quiere Vera ❤